❝ Tαleѕ oғ Godѕ ❞ | 1
|Cuentos de Dioses|
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⁽ˡᶤᵇʳᵒ ᵈᵉ ᶜᵘᵉᶰᵗᵒˢ ᵈᵉ ᴹᵉˡᶤᵃᶰ⁾
EL CORAZON DE LA DIOSA / LA CREACIÓN DE DICHODIAE
ᵖᵃ́ᵍᶤᶰᵃ ²⁰³
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Fue al inicio de los tiempos, cuando lo único que existía era el Santuario Sagrado Mitemnia, madre de todo, creó la tierra.
Pasó más de cuarenta años creando y mejorando aquel hermoso lugar que poco a poco llenó de criaturas bellísimas y lugares tan magnificos que incluso le robaban el aliento a los mismos Dioses, sus hijos.
El mundo fue creado con tanto amor, que en un sacrificio por hacerlo perfecto, Mitemnia se arrancó el corazón, dividiéndolo en ocho partes que colocó dentro de pequeñas botellas impenetrables e irrompibles.
Con la parte más grande de su corazón, creó a Pathereus, padre de Dioses, para que antes y después de su muerte, él cuidase de sus hijos y también de su creación, no con todo el amor que ella podría hacerlo, pero si con una gran parte de el.
Años después, él último tercio de su corazón fue dividido en siete pequeñas partes, para siete de sus doce hijos, aquellos que harían un buen uso de ese pequeño y poderoso trozo de cristal teñido de rojo, aquellos siete hijos merecedores de un poco más de poder.
Epistarum, la Diosa del inframundo y protectora de almas muertas.
Episnayum, El Dios de la naturaleza y protector de almas vivas.
Folux, Dios de la luz y el día .
Vithários, Diosa de la fuerza y la valentía.
Diamarke zore, Dios del amor y la felicidad.
Exatiae, Diosa de la justicia.
La octava y última parte del corazón, fue entregada a sólo uno de los gemelos, Ziretaxéi, Dios de la calma y el bien.
Cuando su hermana melliza Chálanthia , Diosa del caos y el mal, se enteró (tras la muerte de su madre) que ella no había sido merecedora de una parte de su corazón, sintió su sangre hervir en celos y enojo; entonces lo único que cruzó por su cabeza, fue hablar con Belluthe.
No perdió el tiempo en acercarse a ella y tan solo hicieron falta unos cuantos murmullos contra la oreja de La Diosa del fuego y la guerra para envenenarla en contra de sus hermanos, comenzando una pequeña revuelta para robar los corazones y repartirlos entre los cinco hijos que no habían recibido uno.
Chálantia.
Belluthe.
Atheexa, Dios del engaño y cobardía.
Methlípsiam, Diosa de la tristeza y melancolía.
Nucviiam, que en ese entonces solamente era el Dios del agua.
Así, la primera pelea entre los Dioses comenzó, arriba, en los cielos, siete Dioses defendían el obsequio y gran poder que su madre había depositado en ellos, mientras cinco de ellos intentaban robarlo, todo bajo la atenta y sigilosa mirada de Pathereus, sangre fue derramada de ambos lados, pero ninguno de ellos se detuvo, y tal vez jamás lo harían, vivirían eternamente y jamás podrían morir, ni aunque una espada les atravesase el pecho.
Y mientras sus hermanos peleaban los unos contra los otros, la astuta Chálantia había robado el corazón de su madre, que colgaba del cuello de Ziretaxéi, sin que nadie, además de Pathereus, lo notase. Simplemente la miró soltar una carcajada muda admirando la parte del corazón que sostenía en sus manos.
Chálanthia miró con una enorme sonrisa maliciosa la forma en que sus hermanos luchaban, mientras tiraba el corazón al vacío, sin darle la más mínima importancia.
Aquel día, el cielo se tiñó de un intenso rojo mientras el corazón caía al mundo mortal, donde los primeros habitantes no hicieron más que admirar el cielo con ojos brillantes y bocas abiertas.
La caída del corazón fue lo único que pudo detener la pelea entre los Dioses, se quedaron helados y olvidando por completo su conflicto, miraron expectantes la trayectoria del elixir del corazón, cada uno de ellos en completo silencio.
"Una vez que un objeto divino ha caído o tocado el mundo mortal, no podrá ser regresado al Santuario sagrado, no por un Dios, puesto que ya no nos pertenece, formará parte de la tierra mortal. La única forma en que podría ser devuelto al Santuario, es si una criatura perteneciente a ese mundo la ofrece al líder de los Dioses." Había dicho su madre, treinta años atrás, cuando las primeras especies comenzaron a poblar la tierra.
Los Dioses contuvieron el aliento cuando finalmente el corazón tocó la superficie del mar, convirtiendo en tan solo un segundo el agua cristalina en una gran masa de sangre espesa, ocasionando que la única especie que entonces habitaban el mar, respirase aquella mágica sangre que les otorgó una canción mágica junto con la belleza y juventud eterna, más no la inmortalidad.
Pathereus sacó el corazón del mar solo cinco segundos después, no dándole oportunidad a las sirenas ni a los peces de ser más poderosos que el resto de habitantes de la tierra.
Sus doce hijos lo miraron con arrepentimiento, pues aquel corazón era la cosa más poderosa que pudiese existir en el mundo, y ahora se encontraba al alcance de cualquier mortal, que podría usar su magia para el mal.
Lo único que pudieron hacer para enmendar su error, fue proteger el corazón bajo un hechizo que solamente alguien digno de ese poder podría romper y lo ocultaron en el mundo mortal de cualquier criatura creada por Mitemnia.
-Padre-llamó Exatiae-Lamentamos haber arruinado de esta forma el mundo que Madre creó y por el que dio la vida...ella quería que fuera perfecto y nosotros lo destruimos...
La risa ahogada y cansada de Pathereus ocasionó que todos sus hijos lo miraran confundidos.
-Su madre amaba este nuevo mundo tanto como los amaba a ustedes...ustedes no son perfectos y ella tampoco quería que ese mundo lo fuera.
»Algo perfecto no puede ser amado, no sinceramente, es muy sencillo amar algo que jamás cometerá un error o tendrá una 'falla' que lo separará del resto.
»Las diferencias, los errores, las fallas...las imperfecciones nos hacen amar a los demás por lo que son.
»De forma poco lógica, lo imperfecto es perfecto, pero solo ante los ojos correctos.
»¿Creen que le entregó una parte de su corazón a Ziretaxéi frente a Chálantia por accidente? Mitemnia sabía que la enloquecería.
Todos los hijos del Dios se miraron entre ellos, sin saber que decir.
-Tal vez incluso planeó que ese pequeño pedazo de su corazón se perdiera en la tierra de los mortales.-suspiró, mirando seriamente a Chálantia.-Sin embargo, lo que has hecho ha sido en contra de todos nosotros, y por eso recibirás un castigo.
Todos miraron curiosos a la pelinegra.
-Has iniciado una pelea por motivos egoístas y le has robado a tu hermano...y tú-miró serio a Ziretaxéi, que desvió apenado su atención a sus manos, Chálantia sonrió, sabiendo que no sería la única en recibir un castigo.- Has permitido que lo haga, supiste que lo tomó y no hiciste nada para detenerla...-suspiró, mirándolos molesto.-Sus personalidades tan opuestas nos trajeron aquí, así que me veo en la necesidad de castigarlos.
Incluso antes de que Pathereus continuase hablando, unas grandes y pesadas cadenas negras se cerraron alrededor de los brazos de ambos mellizos, encadenándolos al otro, se miraron con los ojos abiertos llenos de horror.
-Ambos serán condenados a pasar sus vidas atados al otro, hasta que el corazón regrese al santuario.
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El corazón de la Diosa / La creación de Dichodiae,
Pagina 203, Mitología syllhia para niños.
Libro de cuentos de Melian.
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K opinan?
Asies, mi username fue usado para crear una mitología y no me arrepiento de nada.
Por cierto TALES OF GODS ya está disponible en mi perfil y contará la historia de todos los Dioses, iniciando en el año cero, la creación de la tierra mortal, el nacimiento de los dioses y muchísimas cosas más.
Me emociona mucho esta nueva historia porque va muy de la mano con TGH y nos permitirá entender más a fondo a los Dioses y ciertas cosas que pueden parecer muy random de TGH
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