09
(Editado)
🫀🫀🫀
—M a v r a—
En el mismo instante que reconoció el rostro del hombre rubio, Mavra gruñó y movió rápidamente los brazos en un intento de arañarlo, pero sus muñecas fueros bruscamente detenidas.
Cuando Mavra realizó ese brusco movimiento, Llyr saltó instintivamente hacia atrás, las cortas y mundanas uñas de Mavra no pudieron si quiera rozarlo.
Furiosa, intentó arañarlo nuevamente, pero la gruesa soga atada alrededor sus muñecas no le permitía tocar al pirata.
La soga se encontraba fuertemente amarrada en una pequeña cosa de metal de la que Mavra desconocía el nombre.
Jaló nuevamente sus brazos con todas sus fuerzas, solamente pudo estirarlos unos cuantos centímetros más, hasta que un dolor punzó nuevamente en sus muñecas.
Esta estupida piel humana...tan débil. Pensó molesta.
-Cálmate.-murmuró Llyr, mirándola ya de pie, con el cachorro aún en sus brazos y Melian detrás de su pierna, estudiando a la mujer lenta y curiosamente.
Mavra cambió rápidamente su atención, de sus muñecas hacia el pirata, lo miró casi con odio y entonces le mostró los dientes.
Aunque ya no eran afilados.
Todos la miraron confundidos, por su comportamiento tan extraño y salvaje.
La mirada furiosa de Mavra desapareció en tan sólo un segundo. Cuando sus ojos se posaron en el pequeño cuerpo detrás del pirata...su humanito.
Estaba bien, estaba vivo, estaba sano, no estaba herido.
Mavra intentó acercarse rápido a él, pero no sabía cómo usar las piernas y sus manos estaban atadas. A pesar de eso, logró arrastrarse por el suelo a una gran velocidad, sus brazos quedaron estirados hacia atrás, con la cuerda tensada a su máxima capacidad.
Mavra intentó posar su frente sobre la de su pequeño amigo.
Pero ante la forma brusca de sus movimientos, Llyr empujó al niño hacia atrás, alejándolo de la extraña desconocida, protegiéndolo.
Tonto, no tenía idea de todo lo que Mavra era capaz de hacer o sacrificar para mantener a ese niño a salvo.
Cuando Melian fue apartado rápidamente de Mavra, ella elevó la vista y miró nuevamente a Llyr con odio. Le gruñó nuevamente.
-Llévate a Melian al camarote.-ordenó Llyr serio, sin dejar de mirar fijamente los ojos de Mavra.
Aquellos ojos tan magníficos pero al mismo tiempo tan aterradores.
Deelhu, tomó la mano del niño, tomó al cachorro y los llevó hacia el camarote del capitán, mientras Mavra miraba al pequeño con anhelo y tristeza.
Cuando los dos desaparecieron de su vista, un gran e incómodo silencio se formó en la cubierta del barco, con todas las miradas posadas en Mavra mientras unas cuantas manos ya sostenían con fuerza la empuñadura de las espadas, listos para atacar de ser necesario.
Llyr desenfundó lentamente su afilada espada, sin despegar su mirada de Mavra, de sus bellos y extraños ojos.
Ella tampoco desvió su mirada, la sostuvo, seria y molesta, aún con las muñecas atadas, su oscuro cabello húmedo cayendo sobre su pecho y espalda, humedeciendo aún más la camisa, que no cumplía con el propósito de mantenerla cubierta, pues la tela mojada se pegaba a su piel, no dejando mucho a la imaginación, incluso las marcas de tinta se transparentaban a través de la camisa de hombre con volantes al frente.
Llyr posó lentamente el filo de su espada en la pálida y suave piel de su garganta, Mavra ni siquiera suspiró al sentir aquel mortal objeto que amenazaba su vida, se mantuvo quieta, con la cabeza en alto a pesar de estar tirada sobre el suelo.
-¿Quién eres y por qué te abandonaron en el mar?-preguntó Llyr serio, presionando sutilmente la espada contra la garganta de la chica con un poco más de fuerza.
Mavra parpadeó lentamente, apretando casi imperceptiblemente sus labios.
Abandonaron. Lo triste era que si había sido abandonada.
Se mantuvo en silencio, sin dejar de mirar fijamente al capitán del barco.
Con sus rubios rizos que se movían junto con el aire, sus ropas humanas mal colocadas...dejando su pecho al descubierto, con todos esos collares colgando de su cuello.
Siempre se había preguntado porque los humanos ocultaban sus cuerpos y por qué a los piratas parecía importarles menos. ¿Serían las camisas abiertas lo que hacía piratas a los humanos?
-Responde.-ordenó Llyr serio.
Mavra bufó por la nariz, intentando mostrarle su disgusto. Se mantuvo callada.
-¿Por qué te dejaron en el mar?-preguntó Llyr nuevamente, estudiando lentamente su cuerpo semidesnudo lleno de cortes, golpes y varios tatuajes. Mavra no respondió.-¿Eres esclava?-murmuró con una ceja arqueada.
No obtuvo respuesta más que una mirada llena de odio.
-No hablarás, ¿eh?-murmuró alejando la espada de su cuello.
Ante el silencio sepulcral de la náufraga, Llyr compartió una fugaz mirada con Aeron y con tan solo movimiento de cabeza de parte del capitán, el hombre ya se encontraba desatando a Mavra, para llevarla a las celdas del gran barco.
-Todos regresen a lo que hacían.-ordenó Llyr en voz baja, guardando su espada.-La chica permanecerá en las celdas, no quiero que nadie hable con ella si yo no lo ordeno, ¿quedó claro?
-Si, capitán.-respondieron todos al unísono, comenzando a dispersarse por la cubierta del barco.
Llyr miró una última vez a Mavra, que aún se encontraba sobre el piso, mientras Aeron ataba sus muñecas juntas.
-Levántate.-Ordenó el castaño, tomándola del brazo. Ante el contacto, Mavra le mostró los dientes, como si de un tigre se tratase.-Bien.-suspiró, dejando de tocarla y tirando de la cuerda larga.
La pelinegra gruñó ante el jalón que la cuerda causó en sus brazos. Lentamente posó la planta de uno de sus pies sobre la madera, suspiró e intentó levantarse.
Solo que falló.
No sabía caminar, nunca había tenido que cargar su peso, así que lógicamente, en cuanto apoyó su peso sobre su pierna derecha, cayó hacia adelante.
Si Llyr no la hubiera atrapado, probablemente habría caído de cara contra el piso.
No sabía que era más humillante, si caer frente a criaturas tan inferiores como los humanos o ser auxiliada por uno.
Mavra intentó alejarse del agarre del pirata, pero nuevamente su inexperiencia al caminar casi la hizo caer al piso por segunda vez, Llyr la tomó del brazo de nuevo.
El rubio rodó los ojos, exasperado. ¿Cual era su problema? La había salvado de morir ahogada y ella parecía querer golpearlo.
-Parece que estar en el agua por tanto tiempo te afectó un poco.-informó Llyr, tomándola de la cintura.
Mavra soltó un grito cuando los brazos del hombre la levantaron en el aire, colocándola sobre su hombro mientras jalaba la tela de la camisa hacia abajo, cubriendo su entrepierna. caminó hacia una puerta de madera en donde esperaba una chica de cabello rojizo.
Bajaron las escaleras seguidos por la pelirroja y el hombre musculoso que la había desatado.
Llyr la dejó en el piso de una forma extrañamente delicada.
-Es tu última oportunidad para responder que eres.-presionó Llyr, cruzándose de brazos.-¿Esclava?
-No tiene tatuaje de pertenencia en el rostro.-observó la pelirroja en voz baja, cortando una manzana en rodajas con su navaja.
Mavra se permitió estudiarla, pues nunca había visto a una mujer pirata.
No vestía diferente al resto de hombres, tenía unos pantalones ajustados, unas botas largas, montones de collares colgando de su cuello, una camisa blanca abierta hasta el abdomen, llevaba lo que parecía ser un cinturón muy grueso con cintas de color negro que parecía apretar mucho su cuerpo, tenía dos largas trenzas, además de otras cuantas al costado, pero si la miraba por el frente, parecía tener el mismo corte masculino que otros cuantos piratas, era extraño pero bonito. También tenía una gran marca roja en su mejilla, ojos dorados y sus manos tenían marcas negras, como las de su propio cuerpo.
-¿Criminal, entonces?-preguntó el segundo hombre dentro del lugar, Aeron.
Los tres la observaron detenidamente, intentando averiguar si era un peligro para ellos o simplemente una mujer asustada.
-Podría ser una de las zorras del rey.-dijo Rhys.
Los otros dos asintieron silenciosos, de acuerdo. Un rostro tan bonito, un cuerpo tan bello lleno de tatuajes...probablemente pertenecía a algún rey.
-¿De que reino vienes?-preguntó Llyr, recargándose contra la pared.
Mavra lo miró en silencio, aún con enfado.
De todos los barcos que pudieron salvarla ¿tenía que ser justamente el de ese hombre?
-¿No hablarás nunca?-cuestionó aburrido. Como respuesta, silencio.-Bien.-asintió.-Rhys, revisa si tiene algún escudo real en su cuerpo.
La pelirroja asintió, le lanzó su manzana a Aeron y se acercó a Mavra rápidamente, colocando una navaja sobre su garganta como amenaza.
-Quítate la camisa.-murmuró en voz baja, mirándola a los ojos.
Llyr y Aeron se giraron en cuanto las manos de Mavra tomaron en puños la tela.
Rhys reviso detenidamente todos y cada uno de sus tatuajes, haciendo muecas ante los profundos cortes de su cuerpo. Acarició su piel delicadamente con las puntas de sus dedos, desde las pequeñas estrellas en su garganta, hasta la extraña llave tatuada sobre su pecho izquierdo, incluso las palabras en una lengua desconocida escritas permanentemente en el interior de sus muslos .
Se detuvo ligeramente ante los dragones sobre su omóplato, soltando un suspiro al darse cuenta de que no era el escudo real de los Ryuulkig, tomó lentamente su oscuro cabello en un puño y estudio la tinta sobre el perfil de su cuello.
-No tiene ningún escudo, ningún nombre, ni un solo símbolo de que pertenezca a alguna persona.-avisó Rhys en voz alta, entregándole nuevamente la camisa a Mavra.
Llyr suspiró.
-¿Realmente nada?-preguntó aún sin girarse.
Mavra estaba tan confundida. ¿Por qué habían dejado de vigilarla?
-No.-respondió Rhys, levantándose del piso y caminando hasta ellos, mientras Mavra intentaba colocarse la prenda por si misma.
-Entonces...¿criminal?-preguntó Aeron en voz baja.
-Probablemente.-respondió Llyr.-Y si la dejaron en el mar a morir...seguramente también es peligrosa.
Rhys no pudo pensar en que la chica fuera peligrosa...no cuando parecía una niña pequeña intentando ponerse la ropa...al revés.
-¿Ya está vestida?-preguntó Llyr. La pelirroja asintió.
Ambos hombres se giraron rápidamente.
-Nos dirás tu nombre, de que reino vienes y porque estabas en el mar.-exigió Llyr, Mavra solamente lo miró en silencio.-Bien, si eso quieres...-susurró, buscando en los bolsillos de su pantalón.
El corazón de Mavra se detuvo al ver el objeto que el pirata le mostraba.
Miró rápidamente su cuello, sintió sus ojos cristalizarse al darse cuenta de que efectivamente, su collar se había vuelto posesión de un pirata.
-¡Eso es mío!-gritó furiosa, intentando levantarse de nuevo, para lanzarse sobre el hombre y recuperar su collar.
A su mamá.
Pero cayó de rodillas sobre la superficie.
-Ah, si hablas.-dijo Llyr, con una sonrisa socarrona que la hizo odiarlo aún más.
-¡Devuélvelo, ladrón!-exigió, enojada a más no poder, incluso su pálida piel comenzaba a tomar un tono rojo.
-En cuanto respondas.-contestó serio, estudiando el collar.-Esto luce costoso. ¿Lo robaste o eres la zorra de algún rey?
Mavra simplemente lo miró con odio, pero, como no quería arriesgarse a perder a su madre, abrió la boca, dispuesta a responder.
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K opinan?
Q creen que signifiquen sus tatuajes q aparecieron de repente? Xd
No tiren hate a nadie x decir 'zorra/puta' ya que en el contexto histórico así es como se les llamaba a las prostitutas/amantes, 😔 Llyr no lo hace con mala intención.
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