☆ | Capítulo 4
— ¿Chaeyoung, eres consciente que eso no lo hacen unas simples amigas? — Somi estaba a nada de pegarle a la mayor. — Dios, hasta yo que soy menor que tú me doy cuenta.
— ¡Más respeto!
— ¡Pero es verdad! ¿Quien se dejaría acariciar el abdomen de esa manera? ¡Y aún si es tu mejor amiga!
— Pues yo dejaría que tú lo hagas conmigo...
— Somi dejó de comer sus fideos, mirando a la menor con cara de asco.
— Sinceramente paso, no podría tocarte de esa forma por más que seas muy amiga mía.
— ¡Pero si fueran mis pechos bien que aceptarías!
— molestó la mayor.
— En ese caso si — sonrió, terminando de llenar su boca con fideos. — Pero tampoco lo haría, Mina unnie me aniquilaría.
— ¡Y otra vez con lo mismo! — Chaeyoung escondió su rostro con ambas manos, ya desesperada que su amiga hablara tanto de la mayor.
— ¿Qué pasa por aquí? — Chaeyoung rápidamente sintió como alguien la tomaba en brazos, era Mina, quien la sentó en su regazo.
Somi rió, escupiendo sus fideos. ¿Acaso eso era normal entre mejores amigas?
— ¿De que hablaban? ¿Que es tan gracioso?
— preguntó la mayor, mirando a Somi. Chaeyoung por su parte le dio una mirada amenazadora a Somi.
— Oh, nada importante. Solo esperaba a que Chaeyoung me diera permiso para que pueda tocar sus pechos — sonrió, abandonando la mesa con su bandeja vacía.
En eso Mina bajó a Chaeyoung de sus piernas, sentándola a su lado.
— ¿Dejarás que ella toque tus...pechos?
— preguntó riendo. Pero a su lado había una coreana demasiado sonrojada.
— ¡Ah, no, solo era una broma! Ella se cree payaso de circo, lo sabes.
— Se nota — tomó un sorbo del jugo del vaso de Chaeyoung. Chaeyoung permaneció en silencio, de la nada comenzó a sentirse aún más nerviosa de lo habitual. — ¿Tienes algo que hacer esta tarde?
Chaeyoung pensó y se maldijo internamente, había olvidado por completo que debía terminar un trabajo con su compañero de clase.
— Si, tengo que preparar una presentación
— Chaeyoung agarró su vaso y jugó con la pajilla de este.
— ¿Tú sola?
— No, es con Yong... — en eso el semblante de la mayor endureció. Mina odiaba a ese idiota.
— ¿Kim Yong? — preguntó, quería estar muy segura.
Chaeyoung solo se limitó a asentir.
— Que pena, yo te iba a invitar al cine, pero supongo que saldré con alguien más — la japonesa se tragó sus celos, no tenía más opción.
No tenía ni un derecho a sentir celos, pero le era inevitable no hacerlo si sabía que ese idiota estaba tras Chaeyoung hace años.
— Pero puede ser que me desocupe antes y podemos ir juntas... si quieres — el trabajo con Yong arruinaba pasar su tiempo con Mina.
— Bueno, pero si no te desocupas iré a ver la película con Eun — Chaeyoung reviro sus ojos con discreción.
— ¿Esa no es la chica que te cogiste el otro día?
— Intercambiamos números y hemos estado hablando hasta los días de hoy.
— Myoui Mina como siempre se niega a perder a alguien de su ganado — la menor bromeó, aunque había sido dicho con toda la intención.
— En ese caso siempre es mejor buscar en otros lados, ya que es muy poco problable que se sea correspondido.
— Mina, ¿por qué siempre dices cosas así?
— Chaeyoung frunció el ceño, sintiendo cómo las palabras de la japonesa se le clavaban como pequeñas agujas. Había algo en su tono que la incomodaba, aunque no podía identificar exactamente qué era.
— ¿Así cómo? — Mina ladeó la cabeza, aparentando inocencia mientras jugaba con el borde de su vaso.
— Como si... no sé, como si estuvieras hablando de alguien en específico — la coreana entrecerró los ojos, tratando de descifrarla.
— ¿Y si fuera así? — Mina sonrió ligeramente, aunque su mirada parecía retar a Chaeyoung a seguir preguntando.
Por un momento, el ambiente se volvió tenso. Chaeyoung no supo qué responder, y solo atinó a apartar la mirada, concentrándose en el vaso entre sus manos. Era frustrante cómo Mina lograba descolocarla con tan pocas palabras.
— De todas formas, — continuó Mina, rompiendo el silencio, — espero que te vaya bien con tu presentación. Aunque ya sabes lo que opino de ese tipo.
— Yong no es tan malo, Mina... — Chaeyoung suspiró. — Solo es un compañero, nada más.
— Claro, como si él lo viera así — la japonesa alzó una ceja, pero no insistió. Había aprendido a elegir sus batallas con Chaeyoung, aunque internamente deseaba que esa presentación no durara demasiado.
El resto del almuerzo transcurrió en un silencio más cómodo, con comentarios esporádicos sobre las clases y el estrés de la universidad. Sin embargo, cuando se despidieron en la cafetería, Chaeyoung no pudo evitar sentirse inquieta.
Ya en la biblioteca, mientras revisaba los apuntes junto a Yong, su mente seguía volviendo una y otra vez a las palabras de Mina. ¿A qué se refería con buscar en otros lados? ¿Era solo otra de sus bromas o había algo más detrás?
Por otro lado, Mina, ahora sola en su dormitorio, miraba su teléfono. La conversación con Eun seguía activa, pero sus respuestas eran distraídas. Su mente también estaba ocupada en otro lugar, o más bien, en otra persona.
Finalmente, después de unos minutos, Mina dejó el teléfono a un lado y suspiró. ¿Por qué tenía que complicarse tanto todo cuando se trataba de Chaeyoung?
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