La semana siguiente transcurrió con rapidez. Las tutorías con Lisa se convirtieron en una constante en la vida de Jennie, aunque su objetivo principal no era mejorar sus habilidades en matemáticas. Cada vez que Lisa se inclinaba para explicarle algún concepto, Jennie se concentraba más en el movimiento de sus labios que en las ecuaciones. Sin embargo, se esforzaba por ocultar su atracción detrás de la fachada de una estudiante preocupada.

Mientras tanto, los rumores sobre una gran fiesta de Halloween comenzaban a correr por los pasillos de la escuela. Era el evento más esperado del semestre, y todos sabían que asistiría la mayoría de los estudiantes. El anfitrión, Mark, ya había anunciado que sería una celebración épica, con disfraces y música a todo volumen en su casa de las afueras de la ciudad.

Jennie, aunque normalmente estaría emocionada por cualquier evento social, tenía algo más en mente: cómo usar esa fiesta a su favor para acercarse aún más a Lisa. Si había algo que podía unir a dos personas, era una fiesta llena de alcohol, música y el ambiente perfecto para romper el hielo. Y Jennie no pensaba desaprovechar esa oportunidad.

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En otro lugar del campus, Lisa caminaba junto a sus amigos Rosé, BamBam y Jungkook, quienes estaban comentando sobre la inminente fiesta.

—¿Vas a ir a la fiesta de Mark? —preguntó Rosé, lanzando una mirada curiosa a Lisa, mientras ajustaba su mochila en su hombro.

—No lo sé. No soy muy fan de las fiestas —respondió Lisa, encogiéndose de hombros—. Además, tengo un par de exámenes la semana siguiente, así que probablemente me quede en casa.

—Vamos, Lisa —insistió BamBam, con una sonrisa cómplice—. Será una buena oportunidad para relajarte. Y quién sabe, tal vez Jennie también vaya.

Lisa rodó los ojos, claramente incómoda por el constante tema de Jennie.

—Lo que sea que Jennie haga no me interesa —respondió Lisa, aunque el tono de su voz no sonaba tan convincente.

—¿No te interesa, eh? —Jungkook, que hasta ahora había permanecido en silencio, decidió intervenir—. Entonces, ¿por qué sigues aceptando ser su tutora? Si no te importa, podrías haberle dicho que no.

Lisa se detuvo un momento. Sabía que tenía un punto, pero no quería admitirlo. Había algo en Jennie que le intrigaba, aunque aún no sabía qué era. Tal vez era el hecho de que la castaña no encajaba en el estereotipo que Lisa había construido sobre ella. Jennie no era solo una chica popular superficial; había algo más bajo esa fachada que Lisa no había logrado descifrar.

—Es solo una tutoría. Nada más —dijo Lisa, con un tono que intentaba sonar despreocupado—. Además, el profesor Kim me pidió que lo hiciera. No voy a decirle que no.

BamBam soltó una risita. —Lo que tú digas. Pero todos hemos visto cómo Jennie te mira. No es solo por las matemáticas.

—No me interesa lo que Jennie piense —respondió Lisa rápidamente, su mandíbula apretándose.

—¿Y tú qué piensas de ella? —preguntó Rosé con una sonrisa pícara, inclinándose hacia Lisa.

Lisa se quedó en silencio por un momento, buscando las palabras correctas. No podía negar que había algo entre ellas, una tensión que no había experimentado antes. Pero al mismo tiempo, no quería jugar el juego de Jennie. Sabía que la castaña era persistente, y aunque su mente le decía que debía mantener distancia, su corazón empezaba a pensar diferente.

—No sé lo que pienso aún —admitió Lisa finalmente—. Pero no voy a dejar que me manipule, si es eso lo que está intentando. Vamos a ver hasta dónde llega, pero no tengo intención de involucrarme en nada más.

—Ah, pero eso no quiere decir que no la encuentres interesante —señaló Jungkook, con una sonrisa que dejaba claro que entendía más de lo que Lisa decía.

—No lo niego —respondió Lisa, evitando la mirada de su amigo—. Es... diferente.

—Diferente, eh —Rosé levantó una ceja—. ¿Entonces eso significa que irás a la fiesta? Tal vez podrías ver si la "diferencia" es algo más.

Lisa dejó escapar un suspiro. —Si insisten tanto, supongo que puedo darme una vuelta. Pero no esperen que me quede mucho tiempo.

Los amigos de Lisa intercambiaron sonrisas satisfechas, sabiendo que al menos habían logrado hacerla considerar asistir.

—Perfecto, porque esto va a ser grande. Y, quién sabe, tal vez termines descubriendo algo más interesante que solo matemáticas —dijo BamBam, con un tono sugerente, provocando una leve sonrisa en Lisa.

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Al mismo tiempo, Jennie estaba con Jisoo en la cafetería, discutiendo sus planes para la fiesta.

—Necesito un disfraz que sea... inolvidable —decía Jennie, mientras revolvía su café con una cucharilla—. Algo que haga que Lisa no pueda quitarme los ojos de encima.

Jisoo sonrió. —Oh, ya lo entiendo. No vas solo por la fiesta. Vas por Lisa.

—Exacto —admitió Jennie sin rodeos—. Esta es mi oportunidad. La tutoría ha ayudado, pero la fiesta... ahí es donde quiero que realmente me vea. Que me vea diferente.

Jisoo asintió, cómplice. —Bueno, si alguien puede hacer que Lisa Manobal se fije en ella, esa eres tú, Jennie.

Jennie sonrió, ya planeando cómo se robaría todas las miradas en la noche de Halloween. Había mucho en juego, y estaba decidida a no dejar pasar la oportunidad.

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