Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

- 45 -

Han pasado tres meses. Todavía hace frío en las calles, pero ahora hace más sol que antes. Hoy brilla con fuerza tras la ventana de mi habitación, y sigue haciéndolo cuando voy agarrada de la mano de Jungkook hasta el restaurante en el que hemos quedado con nuestros amigos.

Eso incluye a Jimin.

Estoy nerviosa, no puedo negarlo. Porque, aunque en estos meses creo que he avanzado lo suficiente como para no sentirme tan insegura y poder quererme a mí (y a todos a mi alrededor) un poquito más (mejor), llevo mucho sin verle. Sin ver a la persona que estuvo ahí en los peores momentos de mi vida.

La última vez que Jimin y yo nos vimos fue en la fiesta en la que Jungkook dice que me encontraron desmayada. No recuerdo mucho de ese día, pero ni él ni Ahn hablan sobre ello; es como si fuese una especie de mancha negra que le duele demasiado a todo el mundo. Por eso intento no removerlo más de la cuenta: mi mente se ha olvidado de determinados recuerdos y espero que sean los más dolorosos.

Jungkook y yo llegamos los primeros a la mesa, reservada a nombre de Ahn. Hay ocho sillas y, si hago cuentas, deberíamos ser siete personas como mucho (si finalmente Nam decide traer a Jin). Cuando pregunto a mi novio, se encoge de hombros.

—A lo mejor Ahn tiene pareja —dice—. O se ha equivocado.

—Puede —respondo, sopesándolo. Jungkook en ese momento me sujeta del mentón para girar mi cabeza hacia la suya y darme un pico. Sonrío un poco.

—¿Estás bien?

—Un poco nerviosa —admito. Él asiente, como si se lo esperase—. No quiero volver a estar mal.

—Y no lo vas a estar —asegura, antes de darme otro piquito. Creo que lo hace porque sabe que sentir sus labios sobre los míos me calma; me hace sentir en paz—. Ni tú ni Jimin sois los mismos; además, estamos todos aquí. Vas a estar perfectamente y, si no, nos vamos.

—Es que no quiero tener que irme.

—No va a pasar. ¿Confías en mí? —pregunta, y yo asiento. Jungkook vuelve a darme otro besito antes de soltar mi mentón y volver a unir nuestras manos debajo de la mesa—. Eres fuerte, Hye. Has pasado por cosas peores; esto es solo la prueba final.

—¡Pero qué rápidos! Pensaba que ibais a llegar tarde, por eso os cité un poco antes. —Ahn llega con un vestido amarillo que no pega mucho para esta época del año, pero que es su estilo. Nos lanza besos al aire antes de sentarse justo a mi lado.

—¿Por qué íbamos a llegar tarde? Siempre somos puntuales —me quejo.

—Bueno, porque Namjoon me dijo que se os van las horas haciendo hijos, así que preferí ser precavida.

—¡No estamos haciendo hijos! —me quejo quizá demasiado alto (y seguro que muy roja).

—Supongo que tomaréis precauciones, claro. Aunque podríais ir haciéndome tía, no estaría de más.

—Hoolaaaa. —Ahora es Tae el que irrumpe en la mesa, saludándonos con gesto distraído antes de colocarse al lado de Ahn—. Hye, ¿estás bien? Estás muy roja.

—Culpa de Ahn —me quejo, refunfuñando un poco. Escucho a mi novio reírse a mi lado y, aunque está rojo, se acerca a mi cara para darme un beso en la mejilla. Para incendiarme más, vaya.

—¿Qué has dicho? —pregunta el recién llegado.

—No te atrev...

—Que les he citado antes porque pasan mucho tiempo follando y pensaba que iban a llegar tarde —dice finalmente.

—Ahn... —comienza a regañarla Tae, medio riéndose.

—¿Qué? Es verdad. No es como si no pusiesen un calcetín en la puerta cada vez que lo hacen.

—¿Eso también te lo ha dicho? —pregunto.

Y por si la situación no fuese lo suficientemente caótica, con Ahn mirándome divertida y yo con cara de enfado, aparece el TRAIDOR.

—¿Cómo se te ocurre contarle nuestra intimidad a Ahn? —le pregunto, lanzando un dedo acusador para señalarle. Efectivamente, viene acompañado de un más que sonriente Jin. Namjoon también sonreía, pero se le ha borrado cuando me ha visto la cara.

—¡Ahn! —se queja él, porque pensará que le ha traicionado a él cuando ha sido el primero en hacerlo.

—Vale, vale, culpa mía... —admite la morena sonriendo—. Ya no volveré a hacerlo, pero si llegáis tarde a alguno de nuestros encuentros, tendré que tomar medidas...

Bufo un poco, pero Jungkook, que (sorprendentemente) está más tranquilo que yo, aprieta mi mano con más fuerza para poder recorrer el dorso de esta con su pulgar.

—Bueno, creo que no os conocéis todos —dice Namjoon, como para evitar el tema que estábamos tratando. Mejor—. Chicos, este es Jin... Mi novio.

"Vaya, lo dijo".

Alzo la vista de la mano de Jungkook para observarle. Está rojísimo, pero Jin parece brillar con luz propia a su lado; radiante.

—Ese soy, el más guapo —responde sin dejar la sonrisa que le adorna la cara.

—Vaya. Ya era hora, campeón —dice Ahn—. Creo que todos sabíamos que teníais algo, pero está bien que lo hayas admitido. La vida es demasiado corta como para perder el tiempo con esas gilipolleces.

—O sea, ¿que ya es oficial? —pregunto.

Después de haber hablado con Namjoon solo sé que quedaron. Mi amigo no me dijo mucho más sobre él ni nada, pero se le veía más feliz. Me lo intuía, desde luego, pero ahora lo ha admitido y eso para Nam es un dar paso de gigante.

—Oficial, oficial —responde mi amigo, cada vez más rojo.

—Me alegro un montón por vosotros —respondo con una sonrisa—. Ya sabéis que para mí siempre habéis hecho una pareja preciosa.

—Totalmente, nena —replica Ahn—. Venga, daos un besito.

—Creo que no...

—¡Que se besen, que se besen, que se besen! —grita.

Al final, no sé cómo, pero todo el restaurante lo está diciendo y Jin acaba sujetando las mejillas de su novio para unir sus labios con fuerza. Aplaudimos emocionados, y Namjoon se queda todavía más rojo. Siempre había pensado que nadie podía alcanzar el nivel de vergüenza de mi novio, pero me equivocaba, está claro. Ahora él parece como un niño en un parque de atracciones, sonriendo con ese gesto tan bonito que le ilumina la cara entera mientras ve como nuestro amigo consigue dejar atrás sus lacras para ser feliz.

—Eh... esto... hola.

Por mucho que me puedan molestar los comentarios de Ahn a veces, tengo que admitir que gracias a todo el jaleo que se ha montado se me habían quitado los nervios. Mirando la cara de Jungkook sonreír, ni siquiera recordaba que había algo de lo que preocuparse y, cuando sujeta mi mano de nuevo con firmeza, me parece menos malo que en mi cabeza. Porque Jimin ya está aquí.

La mesa es redonda y se ha colocado al lado de Namjoon, quedando frente a mí. Parece... mejor. Recuperado. Su cara tiene un color más saludable y una sonrisa nerviosa muy pequeñita está en su rostro; pero es auténtica.

—¡Jimin! Se te ve muy bien —dice Ahn, porque el resto de la mesa parece haber enmudecido de repente. Es eso o bien que yo me he quedado sorda—. ¡Mereces un aplauso ahora que estás oficialmente de vuelta!

No sé si aplauden los demás, pero yo no puedo hacerlo, y Jungkook tampoco, porque no me suelta.

—Si, bueno, estoy mejor —responde a mi amigo con sinceridad—. Pero todavía queda lo peor: aguantar estando aquí fuera.

—¿Y quién es el bombón que te acompaña?

A Jimin se le incendian las mejillas, y es ahí cuando me doy cuenta de un chico con una sonrisa muy bonita y la tez bronceada. Tiene el pelo castaño apartado de la frente y su expresión me genera tranquilidad.

—Ah, este es... Hobi. Era mi enfermero en la clínica y ahora... Bueno, somos... ¿amigos?

—Algo así —responde el de la sonrisa.

Y ahí lo veo con claridad. Igual que cuando sabía que entre Namjoon y Jin había algo aunque no quisieran admitirlo; entre ellos dos hay algo más que amistad. Si no, ¿por qué iba a traerle aquí?

Sonrío, y cuando Jimin conecta sus ojos con los míos también lo hace.

"Estamos mejor".

Su mirada me grita muchas cosas, o creo que lo hace; lo mismo solo son las cosas que pienso, las que leí en su carta, que hacen eco en mi cabeza para recordar que eran sus palabras. Sus lo sientos. Sus estaré mejor. Sus estarás mejor. Mis me voy a querer más. Y ahora, aunque sé que todavía nos queda un largo camino por recorrer, veo que es verdad: que cuando nos volviésemos a encontrar estaríamos más recuperados.

—Hye... ¿Qué tal? —pregunta.

No sé si es una reafirmación o que, simplemente, su cabeza no estaba tan en ebullición como la mía, pero sonrío antes de apretar con más fuerza la mano de Jungkook y responder.

—Mejor, mucho mejor —admito sincera—. Me alegra verte.

—Y a mí —responde. Y más que en sus palabras, veo la verdad en sus ojos. Un poquito más grandes que de costumbre, pero igual de auténticos que siempre.

—Bueno, chicos, preciosa esta reunión de amigos, pero ¿qué tal si seguimos poniéndonos al día con el estómago lleno? Os dejo pensar durante cinco minutos qué queréis y luego podremos volver a charlar como cotorras.

Todavía me fijo en él, y noto que su sonrisa no es tan real como la que me ha dedicado a mí cuando escucha a mi amiga. No me gusta lo que siento en ese momento, pero se parece a lo que experimenté cuando empezó a convulsionar en la cafetería del instituto. Es como si hubiese algo mal y solo con verle lo supiese; como siempre hice.

"No está recuperado. No del todo".

—Ey, ¿estás bien? —susurra mi novio, tapándose con la carta para que nadie le vea—. Te ha cambiado la cara de repente.

Supongo que él siempre tendrá los ojos sobre mí, y ni siquiera puedo engañarle.

—Un mal presentimiento, pero seguro que no es nada.

—El jajangmyeon siempre te anima. ¿Quieres compartir un bol?

—Vale —respondo con una sonrisa pequeñita. Porque agradezco de verdad que me rescate cada vez que estoy al borde del precipicio. Solo que ahora siento las manos de Jungkook (figuradamente) en mi cintura, intentando echarme para atrás mientras yo solo puedo mirar hacia abajo; es decir, hacia Jimin, que lanza miradas sutiles a Ahn que, para mí, no son tan discretas. Y sé que no es bueno, porque me voy a caer, pero no puedo evitar hacerlo durante toda la comida.

Ni siquiera presto mucha atención a los chistes malos de Jin, que hace que Namjoon se ponga rojo y que el "amigo" de Jimin, Hobi, se ría muy agudo. A veces escucharle me saca de mi ensimismamiento, porque tiene una sonrisa bonita que parece decir que todo va a ir bien, por mucho que sienta mi corazón estrujado. Otras, lo hace la mano de Jungkook sobre mi pierna derecha, por encima del encaje de la prótesis. Sonrío cuando intenta colarla por debajo de mi falda, antes de que yo pueda entrelazar sus dedos con los míos para pararle; pero en sus ojos veo que, precisamente, lo que quería era sacarme esa expresión, no toquetearme aquí en medio... Aunque no estaría mal.

—¿Te lo estás pensando? —pregunta, volviendo a colar su mano. Yo la aparto, de nuevo con una sonrisa—. Eso es un sí.

—Jungkook... Luego. No quieres que se den cuenta, ¿verdad?

—Quiero que sonrías, y si tengo que meter la mano debajo de la falda para conseguirlo, lo haré.

—Ah, ¿sí? —pregunto, pero descubro que no va de broma cuando vuelve a subir su mano, esta vez más arriba que antes—. Jungkook... te vas a arrepentir.

—Que no. Tú mira al frente y sigue comiendo.

—¿Qué hacéis, pillines? Que os escucho.

No dura mucho porque en cuanto Jungkook escucha la voz de Ahn a mi lado, se pone rojo y aparta la mano. Yo coloco mejor mi falda y sonrío en su dirección. Ni siquiera me mira, pero veo que sus dientes asoman un poquito.

—Ahn...

—Jimin que no, no seas pesado.

El estado momentáneo de felicidad se me va cuando vuelvo a mirar a Jimin, que ahora mira a mi amiga muy serio. Hobi le está sujetando de la mano que tiene en los palillos y le está susurrando cosas que no logro comprender. Por un momento pienso que va a tener un ataque de ira, pero no veo eso en sus ojos; veo pena.

—¿Qué pasa? —pregunto, aunque algo en mi pecho me dice que no quiero saberlo.

—Nada, que a Jimin no le gusta tener la atención sobre él y quiere que cambiemos de tema. Jin, ¿qué nos cuentas de tu vida?

—Ahn, sabes que no...

—Yo tengo curiosidad por saber qué quiere Jimin que nos cuentes —responde el novio de Nam—. Soy un cotilla, no te lo tomes como algo personal.

—Y si no quiero decirlo, ¿qué pasa? —pregunta mi amiga, mirando única y exclusivamente a Jimin. No me gusta eso—. ¿Me vas a obligar?

—Sabes que no, Ahn, pero deberían saberlo.

—En qué puto momento te lo conté, de verdad —bufa, antes de llevarse una gamba a la boca, masticándola con fuerza.

—¿Q-qué pasa? —repito cada vez más nerviosa. Jungkook me da la mano debajo de la mesa otra vez, pero ahora noto que él no tiene la misma firmeza de siempre.

—Que Jimin no podía estarse calladito tres putos meses más, eso pasa.

—Ahn, podría haberlo dicho, pero...

—Pero quieres que les joda la comida a todos, ¿es eso? Lo que podrías haber hecho es esperado un poquito; un poco solo.

Lo que más me aterra en ese momento es ver la expresión de mi amiga. Concretamente, sus ojos al borde del llanto.

—Quiero que aproveches que estamos todos —matiza él. Tampoco está feliz.

—¿Qué pasa? —Ahora es Jungkook el que copia mis palabras. Noto también la preocupación en su voz.

Ahn, frustrada de no poder evitar lo que Jimin quiere que nos cuente, suelta los palillos en el plato con tanta fuerza que el golpe resuena en el silencio de la mesa.

—Muy bien. Pero no quiero compasión, ni un puto comentario al respecto ni nada, ¿captado? —pregunta. No sé por qué lo dice, pero cuando toma aire, imagino que alguien ha asentido en algún lugar de la mesa—. Hace tres meses me diagnosticaron cáncer de páncreas.

No entiendo. Y creo que nadie más en la mesa lo hace, porque el silencio es devastador. Su mirada está fija en el plato y nadie dice nada durante... ¿minutos? Se me pasan como horas.

—Pero... ¿e-estás con la quimio? S-Seguro que te lo han pillado a tiempo y puedes...

—No, Jungkook —le corta mi amiga, negando con la cabeza—. Hace tres meses pusieron en marcha el contador del tiempo que me quedaba viva y ya he gastado la mitad.

—¿Te quedan...tres meses? —pregunta Namjoon.

Yo no puedo hablar, solo mirarla y sentir la mano de mi novio, temblando entre la mía.

—Ajá —afirma antes de volver a comer, como si estuviese de lo más tranquila—. Así que ahora que lo sabéis podríamos aprovechar esta comida, que el tiempo no me sobra.




No sé ni cómo he llegado a mi cuarto, ni cómo me he puesto el pijama; a lo mejor ni siquiera he sido yo. Solo sé que después de lo que dijo Ahn, no pude probar bocado. A decir verdad, creo que nadie lo hizo; pero ninguno parecía tan paralizado como yo, que solo la miraba y la miraba, intentando retener su imagen segura, fuerte y decidida en mi retina. Intentando convencerme de que no era verdad. Pero cuando el tema volvió a salir, con Ahn confirmando que también tiene VIH y que lo más positivo que puede hacer es asumir que le queda todo ese tiempo, no menos, se hizo más real. Mucho más.

Pero yo sigo sin creérmelo. Por eso miro al techo, intentando recordarla, aunque sé que mañana quizá todavía pueda verla.

Quería que se quedase a dormir conmigo hoy para volver a ver Chicas Malas o lo que le diese la gana. Lo que sea. Solo quería escucharla, comprobar que todavía seguía viva (como siempre), pero mi cerebro no mandaba la orden a mis labios.

Jungkook sigue inusualmente callado, y eso solo hace que repita en bucle las palabras que llevan dando vueltas en mi cabeza toda la comida y todo el trayecto: "Ahn se muere".

Cuando vuelve del baño, ni siquiera le miro; sigo con la vista fija en el techo. El colchón se hunde a mi lado y, en cuestión de segundos, su mano acaricia mi brazo.

—Hye...

—Ahn se muere —digo en voz alta. Es la primera vez que lo hago, y suena tan mal como en mi cabeza. Peor. Por eso le miro, esperando que me lo niegue y me dé un beso en la frente diciéndome que son alucinaciones fruto de alguno de los medicamentos que me trago cada día. O que la comida llevaba setas alucinógenas. Lo que sea, menos que eso es verdad. Pero cuando choco con sus ojos y los noto acuosos, me doy cuenta de que es cierto.

—Sí —susurra.

Lo es.

—Se muere.

—Hye... Ven aquí.

Estoy segura de que yo no lo hago, así que supongo que son sus brazos los que me atraen contra su pecho. También le echo la culpa al movimiento de este y al sonido de su llanto desgarrado por desencadenar el mío propio.

Los lamentos desconsolados de Jungkook resuenan más alto que los míos, o quizá es que ya no puedo escucharme a mí misma. O que su dolor es un reflejo del mío, pero los dos temblamos contra el cuerpo del otro, haciéndolo todo más real, más terrible. Y no puedo parar a mis pulmones cuando empiezan a quedarse sin aire.

—J-jungkook —le llamo, porque no lo aguanto, no puedo. Necesito aire, pero él tampoco tiene el suficiente como para calmarme, así que intenta calmar mi ansiedad con sus labios. Funciona a medias, porque ninguno es capaz de seguir el beso, que sabe salado y desconsolado—. N-no qui-quiero que se v-vaya.

—Y-yo t-tampoco, p-pero... —se le rompe la voz de nuevo y yo no puedo evitar unirme a su llanto—... t-tenemos que s-ser fuertes... por ella.

—No q-quiero s-ser fuerte s-si no va a e-estar para v-verlo...

No puedo más.

Me gustaría no haberlo escuchado. No saberlo. Pero a la vez sé que Jimin quiso que lo dijese para que pudiésemos disfrutar de estos tres meses a su lado. Y por eso sé que es lo mejor.

Pero duele, mucho.

—Shh... —me intenta calmar Jungkook, aunque su pecho se mueve con más violencia que el mío—. V-va a estar...

—Muerta —susurro.

—No lo d-digas...

Tampoco sé cuándo se nos acaban las lágrimas. Pueden haber pasado minutos u horas, pero cuando lo hacen me siento vacía y para nada tranquila. Lo único que me hace caer en el sueño son sus brazos, su respiración acompasada y el pensamiento de que quizá esto no sea más que una pesadilla y que, si me duermo, en cuanto despierte todo irá mejor.

"Todos vamos a estar bien. Ella va a estarlo".

---

¡Hola!

Un lunes más vuelvo con el drama de turno. Para mí ya sabéis que todo esto es más que necesario para que el final de la novela tenga sentido (os quedan cinco para acabar), pero quiero saber qué opináis como siempre. ¿Qué creéis que pasará? ¿Os va gustando como cuento este terrible drama? ¿Me estoy pasando de dramática? Tell me more.

Últimamente tengo poco que decir, estoy poco inspirá, pero quería daros MIL MILLONES DE GRACIAS. The Ghost of It ha llegado ya a a 50k, y eso solo es posible porque la estáis leyendo y, supongo, que os gusta (si no pues la habríais dejado en el primer capítulo o cuando se me ha empezado a ir la mano). Así que eso, MILLONES DE GRACIAS, SOIS INCREÍBLES <3

Y ya estaría por hoy. Este viernes actualizaré yo Into The Fray, así que hasta que consiga otro modo de organizar el cacao de cosas que tengo escritas, seguimos con el plan de dos actualizaciones semanales en esta cuenta.

¡Os leo! <3

PD: Jungkook best boy.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro