- 06 -
Jungkook va a mi lado, pero a una distancia prudencial. Es menos de la que suele dejar cuando está al lado de Ahn, pero sigue siendo un gesto que es una mezcla de cortesía y vergüenza. Sujeta su café americano en la mano mientras yo llevo mi bloc de dibujo y mis lápices en las mías.
Llevamos semanas haciendo trabajos escritos, pero ahora, al fin, nos han mandado hacer un trabajo práctico, por parejas. Y como Ahn se sumó más tarde y Jungkook parecía tan perdido, me puse con él. No es que a la chica le importe que siempre comparta los trabajos con el moreno; de hecho, lo prefiere. Dice que así puede buscar a nuevas conquistas mientras le enseñan algo de anatomía.
—¿Nos ponemos aquí? —pregunto, señalando un banco solitario a las afueras del campus. Jungkook asiente, con las mejillas hinchadas porque está bebiendo un sorbo de café. Podría ser algo que dibujar, desde luego.
Me siento en el banco y Jungkook, que va a ser mi modelo hoy, se pone a mi lado, con un brazo apoyado en el respaldo y la pierna derecha doblada debajo de la izquierda. Yo he apoyado la izquierda —la buena—, encima del banco para tener un poco más de estabilidad con el bloc. La prótesis descansa en el suelo.
Abro el bloc y saco un lápiz duro para ir trazando los contornos suaves.
—¿Quieres que pose de algún modo o...? —pregunta, un poco azorado. Yo levanto la vista del estuche y le miro. Sus ojos oscuros están clavados en los míos y tiene ese rubor que parece no abandonar nunca sus mejillas. Y me gustaría saber dibujar mejor para poder captarlo tal y como lo ven mis ojos.
—Solo... Actúa normal —respondo, con una sonrisa tranquilizadora. Él enseguida me imita, sacando a relucir sus paletos, y no puedo quitarme la sonrisa de la cara en cuanto le veo, así que me dirijo al bloc y empiezo a trazar la forma de su cabeza.
—No soy modelo —dice, mirando al infinito, mientras mordisquea distraídamente la pajita del vaso, lo que me da una estupenda visión de su mandíbula, su mejilla regordeta y las venas de su brazo.
—¿No? Juraría haberte visto en la revista playboy —respondo y me río más cuando veo como sus mejillas se encienden furiosamente.
—¿Playboy? ¿En serio, Hye?
—¿Qué? Quiero dibujar esos mofletillos rojos —respondo, y saco el lápiz rojo para reafirmarme.
En el cuaderno hay una forma muy primitiva de Jungkook mirando al frente, con unos mofletes exagerados que empiezo a rellenar de rojo rápidamente para que él lo vea.
—¡Eh! ¡No te burles de mí! —dice, intentando quitarme el lápiz.
—¡Que lo vas a arruinar! —me quejo, tirando más de la pintura.
Su mano está firmemente agarrada alrededor de la mía y se siente cálida. Bien. Y él no parece nervioso por el contacto. Empieza a reírse cuando su fuerza mueve el lápiz, dejando una línea que va subiendo y bajando hasta formar mi nombre.
—Ya está, ¿le entregas esto y te dibujo yo? —pregunta. Sus ojos, generalmente muy grandes, se han achicado un poco por la risa.
—¡No! Se supone que hemos quedado para que yo te dibuje. ¡Eh! No me lo quites.
Pero es tarde. Jungkook tiene bastante más fuerza que yo y me ha arrebatado el bloc y los lápices con esa sonrisa tan bonita pintada en el rostro.
—Es que estás muy guapa, déjame dibujarte y ya lo harás tú un día que no esté tan gordo.
Espera... ¿qué?
Ahora la que está roja soy yo, que abro y cierro los labios como si con el hecho de moverlos pudiese emitir algún sonido. Y él, aunque está rojo y nervioso el 90% del tiempo, ahora parece bastante tranquilo dibujándome.
—Eres un imbécil —respondo, y ahora me mira, asustado—. ¿En qué planeta se supone que estás gordo?
—Es verdad, me he pasado comiendo ramen últimamente.
—Dilo otra vez y te clavo un lápiz en el ojo —respondo, cogiendo uno del estuche y cargándolo como si fuese un arma. Jungkook, en lugar de parecer asustado, se ríe y sigue dibujando.
—Tú quédate así, que quiero dibujar ese instinto asesino tuyo.
—Muy gracioso, JK, esta te la devuelvo —respondo, haciendo el amago de darle con el lápiz, pero está tan concentrado que ni se entera.
Y por unos momentos me quedó así, observando como su mano se mueve en el papel y sus ojillos me miran de vez en cuando, sin parar demasiado tiempo en mi figura. Como si le bastase con unos pocos segundos para hacerme una foto mental y reproducirme con exactitud.
Poco a poco voy dejando caer la mano con el lápiz, más relajada. No sé si porque me relaja ver a la gente dibujar, o porque me relaja verle a él. No es que haya visto a mucha gente en los últimos años, la verdad.
—Vas a estropear el dibujo —dice, sin dejar de mirar al papel—. Ahora pareces de todo menos amenazante.
Sacudo la cabeza, saliendo del trance, pero él sigue extremadamente concentrado.
—Ah, ¿ibas en serio con dibujarme enfadada? —pregunto.
—Claro —responde, poniendo una de sus sonrisas de conejo—. Quiero dibujar a la Hye que sé que eres de verdad.
Parpadeo, confusa, porque no entiendo ni qué le pasa ni por qué narices me están afectando tanto sus palabras.
—¿Un ogro? —le intento quitar hierro al asunto, acompañando mi pregunta de una sonrisa. Porque es más fácil así.
—Una chica con carácter —dice y levanta la mirada del dibujo para mirarme a los ojos—. La mayoría del tiempo parece que estás dormida, como si no fueses tú la que está con nosotros, sino una especie de doble que no puede sentir.
—¿Por qué... por qué lo dices?
Parece que Jungkook, con sus ojos negros sobre los míos y sus palabras seguras, por primera vez en la vida, está desmontando una a una las capas de la coraza que mantiene oculta lo rota que estoy por dentro. Y, no sé por qué, pero no me importa mucho que sepa leerme con tanta claridad.
Mi dongsaeng se lleva la mano a la nuca, soltando el lápiz y respirando profundo, armándose de valor antes de volver a mirarme.
—Porque vale, sé que nos conocíamos de haber intercambiado una sola conversación hace cuatro años, pero esa Hye sabía lo que quería. Y ahora...
—¿Una botella de Soju? —le interrumpo, riéndome, y Jungkook se pone rojo y vuelve a llevar la vista al cuaderno, apretando sus labios. Claramente molesto—. Jungkook... Perdona.
Lo último que me esperaba era pedirle disculpas por tomarme a risa las palabras más sinceras que me han dicho en años. Pero su expresión ha arrancado cada letra a mi garganta y todavía no sé por qué tengo una sensación rara en el estómago al ver su disconformidad.
—No, lo siento yo —dice, sin atreverse a mirarme—. Me he pasado.
—Estás siendo sincero —respondo, y casi sin quererlo, alargo la mano para tocar la suya. Él me mira, con ojos de cervatillo acorralado—. Pero yo no estoy muy acostumbrada a que la gente lo sea conmigo. Así que siento si parece que... que no me importa. Porque lo hace. Así que, por favor... Termina de decir lo que querías, ¿vale?
Él asiente y planta su vista en mi mano sobre la suya antes de seguir.
—Iba a decir que... Ahora pareces fría, aunque sé que no lo eres. Por eso el otro día con Jimin no te atreviste a decirle que no querías que estuviese allí, aunque era lo que deseabas.
Aprieto los labios y aparto mi mano de la suya en cuanto lo dice. Porque con mi pierna también se fueron muchas cosas: mi carácter, mi alegría, mis ganas de dejar huella en el mundo. Todo quedó en un segundo plano.
Y sí, Jungkook me conoce de una conversación y una botella de Soju hace cuatro años, pero parece que lo hace desde siempre. Desde antes de ese momento y desde inmediatamente después.
—Mi historia con Jimin es... Complicada —digo—. Y no es algo que esté preparada para afrontar ahora.
—Entiendo —dice, un poco más nervioso, jugando con mi lápiz.
—Gracias —replico, deprisa, y me vuelve a mirar—. Por no hacer preguntas y simplemente... Ayudarme.
—No hay de qué —su sonrisa de conejo llena su cara y yo me siento un poco mejor al verla. Como si fuese un sol después de todo un día de lluvias—. Somos amigos.
—Lo somos —respondo, con una sonrisa. De verdad.
—¿Ahora puedes volver a posar como si fueses a clavarme el lápiz en el ojo? P-pero no lo hagas de verdad.
Suelto una carcajada ante su tartamudeo, porque pareceque por un segundo se ha creído el intento que he hecho de acercarme, y dejo que siga dibujándome mientras yo observo atentamente sus manos.
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Actualización tardía (por poco no lo subo el martes) porque soy un desastre últimamente, pero estoy haciendo todo lo posible por mantener la constancia.
Also: actualización que sirve para que yo me pueda recrear escribiendo lo bonito que es JK que, por cierto, cumple añitos este domingo 💕
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