HORA DEL TE
Los días avanzaban mientras mi amistad con la pequeña Brela crecía y las ganas de "vivir" se apoderaban cada vez más de mí. Mientras el sol se filtraba suavemente apunto de apagarse, a través de las cortinas, Brela se acercó al espejo y susurró:
—Alina... Ya puedes salir.
Mis ojos se encontraron con los de Brela, llenos de picardía, esperando a que saliera del reflejo de la habitación.
—¿Quieres beber el té conmigo? —dijo ella emocionada, olvidando momentáneamente mi condición. —También invité a mi hermano, lo traeré enseguida.
Sin darme tiempo a responder, Brela salió de la habitación apresuradamente.
Presa del pánico, me oculté de nuevo en mi refugio dentro del espejo. Para más tarde oír los pasos ligeros de Brela acompañados de otros más firmes y decididos.
—¡Alina! Ya es hora del té, mi hermano está aquí para acompañarnos — anunció Brela con alegría mientras entraba con André.
André era un joven espléndido y talentoso, alto y de buen perfil. Se dedicaba al estudio de las estrellas y además era un bibliófilo nato. Era algo fascinante.
—¿A quién llamas? —preguntó él, acercándose al espejo junto a su hermana.—A Alina —respondió Brela con total seguridad.
Ella se aproximó aún más al espejo y lo golpeó suavemente con la esperanza de que yo saliera. En ese momento, me acerqué lo más que pude al borde del espejo. La expresión de André era de sorpresa y curiosidad ante la situación. Su rostro era tan hermoso que sentí un impulso irrefrenable de sacar mi mano del espejo y tocarlo, pero sabía que no podía hacerlo.
—Brela, ¿estás bien? —preguntó André, dirigiéndose a su pequeña hermana.—Sí, Alina estaba aquí para tomar el té con nosotros. Ella vive con nosotros —explicó Brela con total seguridad.André sabía que, aparte de su familia y los sirvientes, no había nadie más en la casa. Aun así, mantuvo la calma y le preguntó:—¿Ah sí? ¿Y cómo es ella? ¿Cómo la conociste? —dijo por el comportamiento de Brela.—¡Es como un hada fantástica! —respondió ella con una sonrisa radiante.
André, aún desconcertado, decidió seguirle el juego a su hermana para no alarmarla. Se sentó junto a Brela frente al espejo y con una voz suave, dijo:
—Hola, Alina. Me alegra que estés aquí para acompañarnos. ¿Te gustaría salir?
Desde mi refugio en el espejo, observé la escena con cautela. La sinceridad en los ojos de Brela y la curiosidad en los de André me hicieron sentir una mezcla de miedo y esperanza. Pero decidí que no era el momento.
André frunció el ceño, tratando de entender lo que estaba ocurriendo. Y Brela insistente, exclamó:
—¡Es cierto hermano! ¡Lo juro, Alina es real!
André observó su reflejo nuevamente en el espejo. Esta vez, creo que notó de manera leve mi sombra que parecía moverse delante de él. Un escalofrío recorrió mi columna al verlo. Su expresión era de valor mientras decidía interactuar con la entidad que su hermana había descrito.
—Alina —murmuró —si puedes escucharnos...
El silencio absoluto llenó la habitación. André tragó saliva, tratando de mantener la calma. Brela, con la inocencia de su edad, extendió su mano hacia el espejo, pero André la detuvo suavemente.
Para mí, era más seguro permanecer en el espejo. Observé cómo André y Brela, al ver que no ocurría nada más, se miraron con incertidumbre antes de salir de la habitación. La puerta se cerró lentamente detrás de ellos, dejando un aire de misterio en el ambiente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro