¡Extra, extra, TENEMOS EXTRA!

Es increíble que me emocione más que ustedes. En fiiin, éste será el último extra, sip, solo dos, no les duele, pero me hago la que sufren, no me desmientan. Y si se preguntan como actualizo tan rápido (que no creo que sea el caso) es que mi vida es demasiado aburrida y tengo mucho tiempo libre.

Pone a TXT y comienza a escribir.

Espero les guste.
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Movía mis piernas nervioso y me centré en cada persona que estaba frente a mí, todos tenían una mirada de pena. Solté un bufido y me giré para quedar frente a mis mejores amigos.

—¿Dónde está?—pregunto enojado y ambos elevan los hombros.

—Seguro tuvo algún contratiempo—habla Yoongi.

—¿Y no nos dijo?—me cruzo de brazos.

—Todo debe tener una explicación razonable—trata de tranquilizarme JungKook colocando su mano sobre mi hombro.

—Más le vale, o la mataré—gruño y alguien me tocó la espalda, me volví a girar para ver al sacerdote.

—¿Quiere cancelar la boda?—pregunta y fruncí el entrecejo.

—¿Qué? No—digo exageradamente—. Tal vez alguien si se quiere casar hoy, no como mi novia—miré a los invitados sentados en sus sillas—. ¡¿Alguien quiere casarse?!—pregunto gritando y todos me miran como si estuviera loco.

—Tae tranquilo, debe estar al llegar—Yoongi me da un pequeño apretón en el brazo.

—No lo hará—giro los ojos.

—¡Aquí estoy!—ese grito me hizo centrar mi atención en la entrada de la iglesia. Estaba Ashlyn con un vestido blanco demasiado apretado y escotado, llevaba enganchado como un koala a mi pequeño hijo de tres años en su cintura. Los ladridos no tardaron en escucharse, Yeontan tenía un especié de enamoramiento hacia Ashlyn. Miré mal a mi perro, Suni lo tenía abrazado—. ¡Que comience toda esa mierda de la marcha nupcial, voy a volver a entrar!—sale corriendo.

—¡¿Dijiste mierda?!—JungKook me da un codazo por el grito.

—Ponte en tu lugar—me ordena Yoongi y con pesar le hago caso. Me paré firme frente a las grandes puertas y luego de que se escuchara la melodía proveniente de la orquesta, mi novia entró aún con Gael en brazos. Tenía su vista fija en mí mientras caminaba y al llegar deja al pequeño en el suelo de su mano.

—¿No debería estar con mi madre?—pregunto en susurros cuando el sacerdote comenzó a hablar.

—No quería estar con ella—responde acomodándose mejor frente a mí.

—¿Y tuviste que traerlo?

—Es mi hijo. ¿Qué esperabas?—frunce el entrecejo.

—Que supieras persuadirlo—tomé su mano desocupada—. ¿Por qué te tardaste?

—Porque Gael se escondió y tuvimos que buscarlo por todo nuestro apartamento—el penthouse se había vuelto un lujo que no teníamos necesidad de permitirnos. Lo vendimos y con la mitad de ese dinero nos compramos un apartamento común con suficiente espacio para nosotros cuatro—. No quería que nos casaramos—entrecierro los ojos.

—Somos sus padres. ¿Por qué no lo querría?—pregunto confundido.

—JungKook le dijo que ahora no tendríamos tiempo para él—cerré los ojos unos segundos aguantando las ganas de asesinarlo—. Le expliqué que estar casados es como ser novios.

—¿Ah, eso dijiste?—ella asiente.

—¿Señorita Ashlyn, acepta a Tae como su legítimo...—le interrumpo.

—¿Entonces por qué nos casamos? Digo, somos novios, tenemos un hijo, ya no deberiamos estar haciendo esto—solté sus manos y debo decir que ya no estaba susurrando—. Gael ve con tu abuela—le digo a mi pequeño.

—Pa...—no lo dejé terminar.

—Ahora—él suelta la mano de su madre y corre hacia la mía.

—Tae, no hagamos esto ahora—me pide.

—¿Hacer qué? Solo quiero saber porqué tenemos que casarnos—me cruzo de brazos.

—Para que Gael no sea un hijo ilegítimo, ¿tal vez?—ella también se cruza de brazos.

—Eso no es una buena causa.

—¿Qué tal si posponen la boda?—propone el padre y niego rápido con la cabeza.

—Tae nos casamos porque nos amamos. Fin del tema—deja caer sus manos—. Sí acepto, y él también. ¡Sandra, los anillos!—grita y su hermana viene corriendo con el pequeño cojín donde se encontraban las alianzas.

—Yo no dije que aceptaba.

—Pero yo sí—me pega en el brazo y tomé el anillo que debía colocarle en su dedo.

—Hijos, esto no es así—nos regaña el sacerdote.

—Padre, nosotros somos especiales—dice mi ahora mujer—. Por lo tanto dejemos lo de las arras y todo de lado antes de que mi marido se arrepienta—él la mira mal—. Tú—me llama y la miro.

—¿Qué?—aún estaba enojado, me hizo gastar dinero por gusto ya que según ella esto era lo mismo que ser novios.

—¿No piensas besar a la novia?—sonríe y ruedo los ojos—. No te hagas de rogar, cariño—ríe y se engancha de mi cuello para robarme un beso. Espero que alguien le esté tapando los ojos a nuestro hijo.

—¡Suelta a mamá!—pues al parecer no lo hicieron. Me separé un poco de mi ahora esposa y miré a mi hijo para sacarle la lengua, él frunce el entrecejo y corre hacia nosotros, aún no sé como no se ha matado de tanto corretaje—. Es mía—se engancha de su pierna y todos ríen.

—Nuestra—me agacho para quedar a su altura y Ashlyn me imita.

—¡Yo no tengo dueño!—chilla.

—¡Son míos!—grita mi hijo abrazandonos a ambos del cuello.

—Aw—se escuchó por toda la sala y sentí que alguien me abrazaba por detrás.

—Nada de esto sería posible sin mí—susurra Suni y reí.

—Esa fiesta de cumpleaños marcó una diferencia—está de acuerdo mi demonio.

—Discrepo, ese primer segundo lugar si que marcó una diferencia—trato de librarme un poco de los brazos de mi hijo y sobrina. Al fin Suni estaba a un lado.

—Tú márcaste una diferencia en mi vida—susurra, apoyo mi mano sobre su mejilla y le acaricio.

—Tú me diste una vida que valiera la pena vivir—me acerco, dejo un beso delicado sobre sus labios y me separo lentamente haciendo que nuestras respiraciones se hicieran una.

—Muy cursis—suelta una carcajada.

—¡Ya no den más envidia!—luego del grito de JungKook lo único que sentí fue un gran dolor de espalda, se había lanzado sobre mí.

—¡Aléjate, estoy enojado contigo!

—Nada nuevo—veo a Yoongi ayudando a Ashlyn a levantarse y luego toma de la mano a su muy crecida hija.

Miré a mi hijo tomando la mano de su madre y me saqué a JungKook de encima. La imagen que estaba viendo era superior a cualquiera de las maravillas de este mundo.