Extra 1.¡No puedes decir algo lindo cuando yo soné tan engreída!
YA VAMOOOOS, PRIMER EXTRAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!. Ay que emoción de seguir escribiendo y eso que sólo la terminé hace tres días XD.
Bueno ya dejo de molestar y espero que les guste.
___________
Tomé la copa de vino que había dejado segundos antes sobre la mesa pequeña frente a mí.
—¿Te duele menos?—pregunta JungKook a mi lado y toqué la zona golpeada en mi cabeza.
—Ya está un poco mejor—lo tranquilizo.
—No puedo creer que te haya tirado tu celular a la cabeza—ríe y rodé los ojos—. ¿Me dirás por qué fue?
—Según ella fue porque encontró mensajes de una chica.
—¡¿La engañaste?!—grita.
—¡Claro que no!—grito de vuelta—. Ahí sólo tengo mensajes con mi madre o Suni. Esos son inventos de ellas, las hormonas la tienen alterada.
—Más te vale no engañar a una mujer embarazada, Kim Tae Hyung—me señala frunciendo el entrecejo.
—¡Que no la engaño!—me comencé a estresar, iba a seguir gritando, pero me interrumpió el sonido de mi celular—. Esa debe ser ella para pedir perdón.
—O para regañarte por dejarla sola en su casa—lo miré mal antes de contestar.
—Hola demonio hermoso de mi vida—finjo alegría y JungKook aguanta la risa.
—¡No me trates como a una niña!—grita y fruncí el entrecejo.
—¿Qué te pasa aho...—me interrumpe.
—¡Rompí fuente!—suelta un grito desgarrador y dejé caer el celular.
—¿Qué sucede?—habla Kook.
—¡Tae, ayúdame!—sus gritos se escuchaban a pesar de la lejanía del celular.
—¡¿Qué sucede?!—grita otra vez JungKook.
—¡JungKook arrastra a Tae, el bebé va a nacer!—me tomaron rápido de los hombros y comenzaron a moverme. Yo aún estaba inmóvil, no sabía que decir o hacer.
—¡Tae, tu hijo!—el grito de mi amigo con su rostro frente al mío me hizo despertar.
—¿Mi hijo?—bueno, medio despertar.
—¡Hay que ir al hospital!—sigue gritando y me jala del brazo para levantarme del sofá, dejé caer la copa y el vino se derramó sobre el suelo.
—Perdón—susurro y mi amigo me sigue arrastrando hasta afuera de su departamento y luego subirme en el ascensor.
—Perdón ni perdón. Tae, tu hijo va a nacer—sigue hablando y lo miré, me sentía drogado—. ¡Tae!—grita y de repente me pega una cachetada.
—¡Oye!—protesto.
—Tu...hijo...va...a...nacer—habla lentamente para que me entere.
—¡Mi hijo!—grito cayendo en la situación y la puerta del ascensor se abre dejándonos correr hasta la moto de mi amigo. Seguirán pasando los años y yo seguiré sin auto.
—Vamos al hospital.
—¡No!—hago que Kook detenga la moto—. Dijo que la fuéramos a buscar.
—No puedo montar en la moto a ti y a una embarazada—protesta y suelto un suspiro.
—Pediremos un taxi—él asiente y ahora si con la moto nos vamos hasta mi edificio. Al llegar le grité a JungKook que pidiera un taxi y corrí hasta mi penthouse. Abrí la puerta y me encontré con Ashlyn acostada en el suelo con las piernas flexionadas y pujando—. ¡¿Qué haces?! ¡¿Piensas dar a luz aquí?!—trato de bromear y sólo me gané una mala mirada.
—¡Tae!—chilla con dolor y corro hacia ella.
—No exageres por favor. No necesito que me estreses más—me agacho para cargarla.
—¡¿De verdad me harás discutir ahora?!—trato de respirar para tranquilizarme—. ¡La que debe respirar así soy yo!—salgo de la casa.
—Pues hazlo y no me grites—trato de no gritarle.
—¡Es imposible no hacerlo, me dejaste sola!—subimos al ascensor.
—¡Me lanzaste un celular a la cabeza!—protesto y la vi virar sus ojos—. No me revires los ojos Ashlyn, no hagas contra mí las cosas que te enseñé.
—Uy si, como si fueras el único en el mundo que hiciera eso—fruncí el entrecejo y camino hacia el auto.
—Que rápido dejaste de gritar, ¿ya se te fue el dolor? Entonces puedes caminar—iba a dejarla en el suelo pero sujetó mis hombros para darle un apretón.
—¡Ay!—grita exageradamente y gruño. JungKook me señaló el taxi y dejé a mi novia de hace casi 4 años en la parte trasera. Yo tomé asiento a su lado.
—Debes decirme cuando tengas contracciones para ver cada cuanto tiempo son—pido mirando el reloj de mi celular.
—¡A cada segundo!—cerré los ojos unos segundos para aguantar las ganas de lanzarle esta vez yo el celular.
—Ashlyn, por favor—suplico y ella asiente.
—¡Ah!—grita dando un apretón a mi mano. Miré por el espejo al conductor y tenía cara de risa.
—Sólo le recuerdo que ella está manchando su asiento—le quito la sonrisa en su rostro.
—¡Tae!—sigue gritando y la miro cansado.
—Me dejarás sordo—la miro con tristeza y me da un golpe en el hombro.
Luego de un viaje de media hora aguantando los gritos de la futura madre de mi hijo, llegamos al hospital. Entré con Ashlyn en mis brazos.
—¡Que alguien le saqué a mi hijo!—grité y enfermeros comenzaron a correr hacia mí y uno traía una silla de ruedas. Dejé a mi novia en ella y me tomó de la mano fuertemente.
—No me dejes sola—pide.
—¿Te crees que después de pasar 9 meses aguantandote te dejaré de lado ahora?—pregunto y una enfermera comenzó a guiarla hacia una sala, caminé a su lado.
—No me odies por todo lo que pasará hoy—solté una carcajada.
—Es imposible que te odie más de lo que ya lo hago—aprieta mi mano y aguanto el grito de dolor. La acomodaron en una cama y me coloqué a su lado.
—Debemos esperar a que se dilate un poco más—informa la enfermera y se va dejándonos solos. Miré a Ashlyn y me toma rápido del cuello de mi pulover.
—Haz que me lo saquen ya—ordena en un gruñido.
—No puedo hacer eso—libero su mano.
—Diles que quiero cesárea.
—Eso sólo se hace en casos exclusivos.
—¡Pues haz que yo sea uno!—grita soltando un suspiro. Pasé la lengua por mis labios y traté de calmarme, una vez más.
—¿Qué tal si llamamos a tu hermana para que te acompañe hasta que des a luz?—propongo.
—¡Genial, mi novio me dejará sola en el nacimiento de su hijo!—sigue gritando.
—¡Al menos no te dejé sola antes!—subo yo también la voz.
—Chicos.
—¡¿Qué?!—gritamos Ash y yo a la vez mirando a la puerta. Estaba mi amigo rubio con su hija de la mano.
—Papá, ¿tu te pusiste así?—pregunta mi sobrina y él niega lentamente con la cabeza.
—Ratona, ve con JungKook, no deberías estar aquí—le da un pequeño empujón hacia la salida.
—No soy una niña, deja de llamarme ratona—desparece de nuestra vista.
—Estoy adaptado a verlos discutir, pero en esta ocasión le puede hacer mucho mal al bebé—Yoongi camina hacia nosotros.
—Duele—se queja Ashlyn con un puchero.
—Estuve en el nacimiento de mi hija, no eres la única embarazada que veo sufrir—deja un beso en su frente sudada sin darle asco. Yoongi debería reemplazarme.
—Pero duele mucho—sigue quejándose y ruedo los ojos.
—Debes respirar tranquila y pensar en que todo este dolor traerá algo muy bueno—sonríe haciendo que la embarazada lo haga también.
—Debo ser más como tú—me cruzo de brazos.
—En el parto de la madre de Suni estaba hasta peor que tú, ya tengo experiencia para no ponerme así—alardea.
—Ahora debemos esperar—ella me mira mal y bufé—. ¿No quieres conocer a Lucifer?
—¡Te dije que no me gustaba ese nombre!
Cinco horas, ¡cinco horas estuve escuchando los gritos de Ashlyn y las palabras tranquilizadoras de Yoongi! La enfermera entró al cuarto con una sonrisa y se detuvo frente a las piernas de la chica.
—Veamos que tal—sonríe y levanta un poco la sábana que cubría sus partes, vi a Yoongi caminar hacia ella y detenerse detrás de la enfermera—. Listo, tenemos los centímetros necesarios.
—¿Eso...es...—mi amigo comienza a balbucear señalando las partes de mi novia para luego caer al suelo. Ya no puede reemplazarme, mierda.
—¡Yoongi!—grita Ashlyn y corro hacia él.
—Solo fue un desmayo—le resta importancia la enfermera.
—¿No se pegó muy fuerte en la cabeza?—pregunta asustada el demonio—. ¡Ah!—grita de repente.
—Ashlyn no hagas que se trate sobre ti—protesto.
—¡Se trata sobre mí!—iba a discutir, pero la señora pone una mano sobre mi hombro.
—Debemos realizarle el parto—me recuerda y asiento—. Pon al chico en esa camilla—me la señala—, enviaré a alguien luego para que le revise el golpe—se va corriendo, supongo que para preparar todo.
—Va a nacer—tomo su mano sonriendo y me da un apretón demasiado fuerte—. ¡Desgraciada!
—¡No le digas esas cosas a la madre de tu hijo!—su respiración se estaba agitando. En unos pocos segundos regresó la enfermera con doctores y un carrito lleno de instrumentos raros.
—¿Será aquí?
—No hay tiempo para llevarla a otro lugar—dice el doctor—. ¿Quién dejó a este hombre en el suelo?—pregunta enojado y trato de hacerme el loco.
—Comencemos—dice otro de los hombres de bata y se colocan frente a las piernas de Ashlyn.
—¿Debería estar celoso de que te vean?—trato de burlarme de la situación, como respuesta recibí otro apretón de mano.
—¡Deja de decir estupidez!
—Bien, Sra. Kim—me quedé paralizado al escuchar como la llamó. Ashlyn y yo no nos habíamos casado, por tanto deberían llamarla por su apellido, no el mío—, cuando sienta una contracción, puje—ella asiente comprendiendo y supongo que al instante vino una contracción ya que sentí mi mano crujir entre la de ella.
—¡¿Por qué me tiene que gustar el sexo?!—pregunta gritando y aguanté la risa, aunque por lo que escuché la enfermera no ocultó su carcajada.
—Porque eres una degenerada—una vez más mi mano duele, creo que lo hace adrede.
—¡Tae, dile que salga!—grita y muerdo muy fuerte mi labio inferior hasta sentir sangre salir de el.
—¡No me hará caso!—no aguanto gritar.
—¡Es tu hijo, si no te hace caso ¿a quién si?!—miré al doctor con odio y él tenía una sonrisa burlona en sus labios.
—Solo unas pocas veces más—trata de animar a la gritona.
—¡¿Unas?!
—¡Deja de gritar!—le pido.
—¡Entonces deja de hacerlo tú también!—miré su frente llena de sudor y sus mejillas sonrojadas. Solo ella podía verse tierna en un momento como este—. ¡Ah!—aprieta más mi mano, se acabó la ternura.
—¿Qué sucede?—vi a Yoongi levantarse poco a poco del suelo para mirar a todos en la sala—. Oh, el nacimiento es tan...—sus palabras se quedaron en el aire cuando vio nuevamente la parte de Ashlyn bajo las sábanas y una vez más cayó al suelo.
—¡Que alguien lo saque de aquí!—exige la enfermera.
—¡Si me voy me van a arrancar la mano!—me excuso.
—¡Solo una vez más!—grita el doctor, le sigue el grito desgarrador de Ashlyn y luego un pequeño llanto de bebé. Mi mano fue liberada poco a poco y mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.
—¿Es...—dejé mi pregunta incompleta cuando vi el cuerpo de mi pequeño lleno de sangre y moviendo sus pequeñas extremidades.
—¿Nuestro hijo?—Ashlyn termina la pregunta por mí y la miro con una sonrisa. Sin importarme esta vez el sudor, dejé un beso sobre su frente, su mejilla y por último sus labios, en el último me extendí un poco más.
—¿Quieren cargarlo?—la pregunta de la enfermera me hizo separarme de mi novia. Tomé delicadamente al niño en mi brazos y se lo acerqué a Ash. El pequeño había parado de llorar y se había acurrucado contra el cuerpo de su madre. ¿Tan rápido descubrió quién era ella?
—¿Cómo se llamará?—pregunto con una sonrisa. El poco pelo que tenía en su cabeza era negro azabache, justo como el de su madre.
—Creo que mencionaste una vez algo sobre un Lucifer—sonríe.
—Me gusta más Gael—sonrío esta vez yo y ella asiente convencida.
—Te gané con lo del nombre—susurra, aunque no demasiado bajo, no quiero pensar que lo hizo para que si pudiera escucharla.
—Yo gané al tenerlos a ustedes—volví a besar sus labios.
—¡No puedes decir algo lindo cuando yo soné tan engreída!—protesta en un grito haciendo que Gael comenzara a llorar nuevamente.
—¡No despiertes al bebé!—grité también.
—Mejor me lo llevo—la nfermera le quitó a mi hijo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro