7.Resident Evil
Salí corriendo del baño en toalla para tomar mi celular que estaba sobre mi cómoda cargando. Primera vez que me ducho sin el en el baño y deciden llamarme. Al ver el nombre en la pantalla bufé, claro que era él. "Conejo estúpido". Sé que le hago bullying pero aún así lo amo.
—¿Qué quieres? Me tuve que salir de la ducha por ti. Tengo el pelo lleno de champú...—iba a seguir quejándome, pero me interrumpe.
—Linda historia, pero tengo algo que decir. Lamento ser siempre el que te avisa de todo pero ya que según tú, tienes vida fuera de los videojuegos y bueno, yo no—suelta una carcajada fingida y cuento internamente hasta diez—. Te superó en Resident Evil—habla lentamente midiendo sus palabras.
—¡¿Qué?!—pregunto gritando sin creérmelo. Estoy pensando en bloquear el número de JungKook, solo me llama para estresarme.
—Creo que mejor te suicidas—ríe y finalizo la llamada sin avisarle. Entré a dicho juego para cerciorarme, no vaya a ser que se confundiera de nombre, pero no, efectivamente me había superado.
Volví a dejar mi celular donde estaba ya que el champú había comenzado a bajar y estaba a punto de entrar a mis ojos. Corrí hacia la ducha y terminé finalmente de ducharme. Luego de vestirme tomé mi celular enojado y busqué el chat con PurpleDemon01 o PurpleAsh, como quiera que se llame.
—¿Ahora también
juegas Resident Evil?
—Decidí que sería interesante
dejarte en segundo lugar ahí también.
—Ya van cuatro juegos.
¿Te gusta creer que
eres mejor que yo?
—No lo creo, soy mejor que tú.
—Sigue soñando.
—Prefiero jugar
y dejarte como el segundón.
—Disfruta tu minuto de fama,
será corto.
No hablamos nada más ya que lancé el celular a la cama y fui hacia mi computadora. Me senté en la silla y abrí el Resident Evil. Luego de unas cinco horas dejé de jugar y me paré frente a mi espejo de cuerpo completo.
—Eres mejor que esto—hablé para mí—. Deja de comportarte como niño pequeño—señalé mi reflejo enojado—. Deja de molestarte por cosas insignificantes—bufé y pasé las manos por mi cabello frustrado. Giré un poco mi rostro—. Eres guapo, millonario, tienes un perro, no tienes que sufrir por un segundo lugar—asentí convencido y caminé hacia la cocina pero a mitad del camino volví corriendo a mi habitación—. ¡Ah!—grité—. Estúpido Kim Tae Hyung deja de sufrir por tonterías—me pegué en la cabeza y volví a verme. Escuché los ladridos de Yeontan a mi lado y sonreí—. Sí soy lindo—me agacho para acariciarlo.
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