Tomé mi celular y comencé a marcar el número de Yoongi una vez más. Luego de  cinco llamadas perdidas se dignó a contestar.

—Hasta que contestas—dije y escuché un bostezo—. Siempre te demoras para contestar, no deberías ni tener celular.

—No ladres desde tan temprano, acabas de despertarme—me deja escuchar su voz monótona con algo de sueño.

—¿Temprano?—solté una risa seca—. Son las 4 de la tarde.

—En Corea la hora no es la misma—mierda, tiene razón. Es mi error.

—Necesito tu ayuda—voy a lo que me importa.

—Para eso es que me llamas siempre. Ya ni me sorprende.

—Necesito que encuentres a alguien.

—¿A PurpleDemon01?—pregunta y fruncí el entrecejo ¿Acaso todos saben de él?

—¿Cómo sabías?

—Hablan sobre él en todos los canales de videojuegos, es obvio que quieres saber quien es.

—Exacto. ¿Lo harás?

—No sé si pueda.

—Eres el mejor hacker que conozco. ¡Haz algo!—subo mi tono de voz.

—Primero que todo, relájate. Veré que hago. Pero no creo que encuentre mucho. Si tiene ese alias y nadie sabe nada sobre él, es muy complicado encontrar su información personal.

—Con que me des su alias en alguna página de interacción es suficiente. Quiero hablar con él.

—¿Le dirás que te enseñe a jugar?—pregunta burlón y ruedo los ojos.

—¿Hablaste con JungKook?

—Claro que lo hice—suelto un suspiro.

—¿Me ayudas?—pregunté cansado de esta conversación.

—Claro que lo haré. Pero sabes que JungKook se burlará de ti por semanas.

—Puede que hasta un año—estuve de acuerdo con él—. Por cierto, ¿no piensas salir de Corea? Tienes aquí un lugar donde vivir y puedes trabajar en alguna empresa importante. Tal vez hasta en Google—él ríe.

—Estoy arreglando unos problemas que tengo aquí y pronto tendrán que alimentarme nuevamente—asentí aunque no me viera.

—Te dejo, las llamadas internacionales son caras.

—Eres rico, gasta dinero en mí—sonrío.

—Consigue la información lo más rápido que puedas.

—En eso estoy—finalicé la llamada.

JungKook, Yoongi y yo somos muy unidos desde pequeños. Según mi madre siempre fuimos los mejores amigos. Cuando JungKook y yo decidimos salir de Corea, Yoongi se negó, tenía problemas familiares. Problemas familiares=había dejado embarazada a una chica. Él decidió tener el bebé con la chica pero por separados, no la amaba y no pensaba casarse. Dijo que no podía dejar solo a ese bebé pero hace un año nos avisó que pronto viviría aquí, aún esperamos a que llegue ese día.

Yoongi es el mejor hacker que conozco, se graduó en la mejor escuela de informática de Corea y no solo es capaz de crear aplicaciones increíbles, también podía entrar en la página que quisiera y averiguar todo lo que le pidieran. Aunque es cierto que con PurpleDemon01 lo tiene más complicado ya que no tiene anclada a sus cuentas ninguna red social.

Estuve unas horas esperando respuesta de mi amigo hasta que llegó la noche. Parece que hoy no llegará esa información que necesito.

Fue a las 4:25 de la madrugada que mi celular comenzó a sonar, lo tomé aún con los ojos cerrados. Ya sabía que se sentía que te despertaran. Eran 3 mensajes de Yoongi. Los abrí.

—Hice todo lo que pude.
No tiene cuentas ancladas
en ninguno de los juegos,
no encontré su edad,
no encontré nombres.
Es como un fantasma,
pero si pude encontrar
su cuenta de Instagram,
ni yo mismo me creo que lo logré. 
4:24 a.m

—Su cuenta es @PurpleAsh.
Al parecer Ash es el diminutivo
de su nombre o tal vez es su nombre,
es unisex, así que tampoco sé su género. Puede ser Ashton o Asher.
Nadie sabe. Investigué su cuenta,
solo son fotos de su consola,
audífonos y cosas así, no un rostro o silueta. 
4:25 a.m

—Son 20 dólares por la información. 
4:25 a.m

Sonreí cuando leí todos los mensajes y entré a Instagram. Puse en el buscador la cuenta que me dijo y me salió de primera. La foto de perfil era solo el color púrpura.

No pensaba investigar cuando Yoongi ya me dijo lo que había. Entré para enviarle un mensaje privado.

Piensa Tae, piensa.

—¡No puedo pensar a esta hora!—gruño y trato de escribir algo decente.

—Te descubrí, pequeño demonio.
4:32 a.m

—¡¿Qué hice?!—grito y mi perro comienza a ladrar—¡Mal Tae Hyung, mal!—me pego mentalmente y vi a mi perro corriendo hacia mí.

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Un pequeño meme aquí sin gracia ninguna, pero igual debo poner.