Enojo, enojo es poco para lo que siento en estos momentos. Enojado con Ashlyn, enojado conmigo, enojado con todo. Y mientras caminaba hacia CenturyLink Frield ese sentimiento no disminuía, al contrario. 

Al entrar al lugar como siempre estaba todo apagado y resaltaban las luces LED, las mesas perfectamente preparadas con las PC sobre ellas y los competidores frente a estas. En la final nos encontrábamos sólo 5. Los otros dos competidores no tenía ni idea de quiénes eran, y tampoco me molestaría en investigar.

—Tae—me llaman y esa voz la reconocería donde sea. Me giré para ver a mi amigo que traía unas gafas de sol.

—¿Por qué las gafas?

—La resaca, me sorprende que tú no las traigas—señala las bolsas bajo mis ojos. Sí me dolía un poco, bastante, la cabeza, pero debía ignorarlo.

—No me gusta llevarlas—él asiente.

—¿Cómo estás?

—Ya veo que hablaste con tu mejor amiga—gruño y me senté en el puesto asignado para mí.

—Se siente muy mal por todo lo que pasó anoche.

—¿Es mi culpa?—iba a responder así que le interrumpo—. La respuesta es no, y lo sabes.

—La culpa es de ambos. Siempre se la pasan discutiendo. ¿No pueden hacer otra cosa?—rodé los ojos.

—Tu voz me está dando más jaqueca—lo miré con cansancio, asiente comprendiendo.

—Terminaremos hablando de esto y lo sabes. Puede que sea bastante tonto aveces...

—¿Aveces?

—Vale, soy tonto la mayoría de las veces. Pero sé cuando algo te sucede y casi siempre sé cómo arreglarlo.

—¿Casi siempre?—sonrío melancólico.

—Vale, siempre—suelta una carcajada—. Te quiero, Tae. Eres como mi hermano, y no está bien todo lo que estás sintiendo por unos videojuegos.

—JungKook, mejor dejemos éste tema—sugerí.

—Ya dije que lo hablaremos después—me da una palmada en la espalda y se va a tomar asiento en su puesto, el cual quedaba a mi lado derecho, separado por una cierta distancia no demasiado grande.

—¡Oh Dios, tú eres Tae Hyung!—escuché un grito a mi lado izquierdo y giré la cabeza para ver al chico sentado frente a una PC.

—Sí lo soy. ¿Y tú eres?

—Soy Kim Seok Jin—tenía una sonrisa demasiado amplia. Otro coreano más.

—Un gusto.

—¡Eso digo yo!—chilla y sonreí. La conversación terminó ahí.

Esperé una hora en silencio hasta que el estadio se llenó de las personas que nos verían y la competencia comenzó. En otro momento describiría como fue que morí, pero tenía la cabeza tan en la luna que ni siquiera me di cuenta de eso. Dejé de tocar el teclado y vi a mis oponentes. No puedo creerlo, aún todos están vivos, eso quiere decir que...fui el último. Apoyé los codos sobre la mesa para sostener mi cabeza con mis manos.

—¡Sí!—el grito me sacó de mis pensamientos. Provenía de mi lado izquierdo. Ese chico coreano había ganado. ¿Entones qué sucedió con JungKook y Ashlyn?

Me levanté de mi asiento caminando hacia mi amigo, debía preguntar que sucedió.

—Quedé en segundo lugar—dice y mantiene la vista tras de mí. Me giré para ver que era, ese demonio—. Me iré—informa y asiento.

—No puedo creerlo—habla cuando está frente a mí y se cruza de brazos.

—¿Qué?

—No entraste ni en el top 3—miré las puntuaciones y solté una carcajada burlona.

—Tú tampoco—me burlé y muerde su labio inferior con impotencia.

—Se supone que eras el mejor.

—Se supone que tú deberías ganarme.

—¡Te gané!—chilla.

—Quedaste en cuarto lugar—fruncí el entrecejo.

—¡Y tu en quinto!—me señala—. Técnicamente te gané.

—¿Sabes quién me mató?—mira el suelo y suelto una carcajada comprendiendo—. Obviamente fuiste tú.

—¡No fue mi intención!—se defiende.

—Siempre ha sido tu intención librarte de mí—escupo con rabia mis palabras.

—No sabes nada sobre mí.

—Literalmente desde que llegaste a mi vida todo lo que dices es que quieres dejarme como un segundón.

—Te juro que esta vez no quería hacerlo—mueve sus brazos exageradamente.

—¿Por qué? ¿Lástima?

—No es lástima—habla lentamente como para que le entendiera cada palabra.

—Sí es lástima. ¡No necesito tu lástima! Sé jugar—el enojo que sentía hace horas se quedaba corto con el que tenía ahora.

—¡¿Entonces por qué no ganaste?!

—¡Por ti!—nos encontrábamos gritandonos uno al otro frente a medio estadio y cámaras. Pero en ese momento no me había percatado de eso.

—¡¿Por mí?! ¿Qué tengo que ver yo en todo esto?

—¡Siempre estas rondando mis pensamientos como una mosca insoportable!—le acuso. Ella es la culpable de todos mis males.

—¿Ahora soy una mosca?—pregunta con burla.

—Mosca se queda corta para lo que eres—abre los ojos a más no poder.

—¡Al menos yo no estoy obsesionada contigo, tú sí lo estás conmigo!—sigue moviendo los brazos. ¿Por qué gesticula tanto?

—¿Cómo te atreves a decir eso cuando fuiste tú la que comenzó a joderme la existencia?—camino amenazadoramente hacia ella.

—¡Yo no buscaba que te obsesionaras conmigo!—camina hacia mí eliminando más el espacio.

—¿Entonces que buscabas? ¿Qué te suplicara para que me dejaras en paz?—su mirada cayó en mis labios y sonreí con superioridad—. Ya veo.

—¡No ves nada!—subió rápido la mirada hacia mis ojos.

—Sí, sí lo hago—sin pensarlo llevé rápido mi mano a su mejilla y de un tirón acerqué su rostro al mío para apoderarme de sus labios como si me pertenecieran.

Era un beso lleno de enojo, de impotencia. Un beso desesperado por ver quien ganaba esta batalla. Nuestros labios se movían a la par y mi mano liberó su mejilla para apoderarse de su cintura y acercarla aún más a mi cuerpo. Profundizamos el beso cuando permitió que mi lengua invadiera su boca comenzando a danzar con la suya. La ira que sentíamos el uno por el otro estaba siendo canalizada por esta acción. Era el beso más jodidamente excitante que había tenido en toda mi vida y lo estaba teniendo con mi peor enemiga.

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AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!! *INSERTAR GRITOS DE PERRA LOCA*. Soy yo la que lo escribo y me emociono aún más que los que lo leen XD. Jamás deseé tanto escribir la escena del beso como con esta. Es que los amo, son tan odio/amor, q llega hasta a ser cliché pero con ellos amo éste cliché, les queda bien.

@PurpleSandra02, fuera💜