12.Te llamé viejo
Al abrir los ojos solté un bostezo casi al instante. Me levanté de la cama para estirarme y posteriormente acaricié a Yeotan quien siempre duerme bajo mi cama. Luego de asearme en el baño, salí en dirección a la cocina.
—¿Entonces quieres dos panqueques con forma de Minnie Mouse y tres con forma de Campanita?—escuché la voz de Yoongi antes de llegar y sonreí por lo que decía. Jamás imaginé verlo así.
—¡Sí!—grita Suni.
—Hola—saludé cuando podían verme.
—¡Tío!—grita y viene corriendo hacia mí para abrazarme. Debo adaptarme a este comportamiento—. ¿También quieres panqueques?
—Quiero cuatro con forma del rey León—le pedí a mi amigo y rueda los ojos.
—¿De Simba o Mufasa?—pregunta la niña y fruncí el entrecejo—. Ambos son los reyes.
—¿Acaso importa?
—Sí, sí importa. Mufasa es más grande—vuelve a su asiento para comer los panqueques que su padre había dejado en el plato y a la vez continua con su explicación. Sinceramente no le presté mucha atención a lo que decía por lo que no entendí nada.
—¿JungKook aún no sabe que están aquí?—pregunto tomando asiento al lado de mi sobrina.
—No he podido, estos días me la he pasado buscando trabajo—explica y asiento—. Pensé que tú le dirías.
—Oh no, no quiero escuchar su drama al saberlo—digo riendo—. Lo que me sorprende es que no se ha aparecido por aquí estos días.
—Según su Instagram está practicando para la próxima competencia.
—¿No tienes tiempo para llamarlo pero si para ver sus historias? Que buen amigo eres—asiento subiendo una ceja y él levanta los hombros.
—Tengo miedo de que Suni le coja odio—fruncí el entrecejo sin entender—. Ellos han hablado por videollamada, pero eso no es igual que en vivo uno frente al otro. Es que se puede poner muy intenso e imbécil. Y mi hija como puedes ver es bastante...—se calla sin saber cómo decirlo.
—¿Sabelotodo?—me burlo.
—Sólo tiene cuatro años pero cuestiona todo—reímos y vemos a Suni devorando su desayuno. Yoongi deja mi plato con panqueques frente a mí y asiento a gusto con lo que veía.
—Excelente servicio—se sienta a mi lado para también comer—. Tranquilo, tú también fuiste así hasta los diez—le recordé—. Además, la hace ver adorable.
—E irritante—mentalmente le doy la razón
Continuamos disfrutando de nuestro desayuno en silencio, exceptuando una que otra vez que Suni hablaba para decirnos sobre algo que vio en un documental. ¿Qué niño a esa edad ve documentales?
Yo me encargué de limpiar todo el reguero en la cocina mientras Yoongi se hacía cargo de vestir a su hija. Me detuve cuando me llegó una notificación de Instagram. Tomé el celular que estaba sobre la mesa y fruncí el entrecejo al ver de que se trataba. PurpleAsh01 había comenzado a transmitir en vivo.
Pensé por unos segundos si verlo o no, pero ya saben, la curiosidad mató el gato. Sin darme tiempo para arrepentirme toqué rápidamente la notificación que me llevó al live. Lo primero que vi fue su rostro, llevaba algo de maquillaje, lo sabía por lo rosadas que estaban sus mejillas, lucia agradable. Negué con mi cabeza alejando esos pensamientos. Llevaba su cabello púrpura recogido en una coleta.
—Veo que muchas personas me están viendo—sonríe incómoda—. Nunca había hecho esto, pero supongo que después de la competencia y todas las publicaciones en internet está de más seguir ocultando mi identidad. Hola, soy Ashlyn—sonreí como aquella vez que me gritó su nombre, ¿por qué sonreía por esa estupidez? Entrecerró los ojos y supuse que era porque estaba leyendo los comentarios de las personas—. Alguien preguntó: ¿qué se siente ganarle al mejor gamer del mundo?—suelta una carcajada burlona—. Pues supongo que no es el mejor si le pude ganar—se encogió de hombros y abrí mis ojos a más no poder. El odio hacia su persona estaba volviendo, no sé porqué lo dejé ir.
~Fue más difícil derrotar a Kook0109—se refería a JungKook—, que a PurpleAlien00. Quiero suponer que estaba nervioso por competir conmigo. No quiero creer que toda esa fama que tiene es falsa—cerré en un puño la mano que no sujetaba el celular, aguantando las ganas de lanzar el aparato hasta el otro lado de la cocina.
—¿Qué sucede?—escuché la voz de Yoongi, decidí ignorarlo.
—Creo que él me está viendo ahora—sigue hablando la chica—. Hola Kim Tae Hyung—sonríe inocente y saluda a la cámara. Ya sé como se ve la sonrisa del diablo—. Oh—se hace la sorprendida—, alguien pregunta porqué digo tu nombre completo. Lo explicaré, ¿vale?—mantén la calma Tae—. En Corea se debe mostrar respeto a los mayores, una forma de hacerlo es llamándolos por su nombre completo, no se puede ser vulgar—¿acaso me llamó viejo?Sentí a Yoongi colocándose a mi lado—. Creo que nuestro gamer favorito es un poco lento captando indirectas ya que no me ha escrito nada—sonríe esta vez burlona—. Te llamé viejo—aclara y con esas últimas palabras apagué el celular para dejar de ver su rostro que gritaba "soy superior a ti".
—Wow, sí que es odiosita—susurra el rubio con temor a mi reacción.
—La quiero asesinar—me cruzo de brazos aguantando las ganas de jalarme de los pelos. No podía perder el control frente a él.
—¡Llegué!—escuchamos el grito de JungKook y miré a Yoongi sin comprender. Pensé que estaba practicando. Caminamos hacia la sala mientras lo escuchamos seguir hablando—. Vine en cuanto supe que el demonio comenzó a hacer un live. Hay que espe..—se calló cuando vio al enano de mi lado—. ¡Yoongi Hyung!—grita y corre hacia él para abrazarlo con demasiada euforia. El enano le corresponde con una sonrisa en sus labios. Aunque tengamos la misma edad, Yoongi era mayor que JungKook por unos meses, por esa razón le decía hyung—. ¡Al fin estás con nosotros!—sigue gritando.
—¿Pueden dejar de gritar?—pregunta esa voz delicada y me giré para ver a Suni saliendo de su habitación. El pent house tenía cuatro dormitorios por lo que cada uno tenía privacidad—. Eso daña las cuerdas vocales, ¿lo sabían?—JungKook la mira haciendo un puchero y corre hacia ella para cargarla y abrazarla. Aguanté la risa por la mueca que hacía la pequeña—. No puedo respirar.
—Si aún hablas es que puedes hacerlo—respondí ganándome una mala mirada.
—Sugiero que no vuelvas a hacer eso—susurra Yoongi y asentí atemorizado por la mirada de odio que me regalaba Suni.
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