Capítulo 27 (2 parte)
Las características paredes blancas, adornadas con algunas plantas de interiores. Las personas yendo de aquí para allá, con ese constante ruido azotando el granizado. Las manos sosteniendo bebidas heladas, debido al calor infernal del verano. Las imágenes le parecieron tan familiares a Jiwoo, parecía como si no hubiese renunciado hace más de un mes.
Los conflictos entre las familias de ella y James, se habían disipado. Jiwoo estaba algo agotada de solo pensar en las ya pasadas negociaciones, pero se sentía más agotada a recordar a su sucesora. La chica era demasiado joven para el título y tenía cero preparaciones de por medio. Jiwoo se había ofrecido a ayudarla con ello, mas no sabía si eso sería suficiente. Jiwoo más que nadie, sabía que se necesitaba más que solo la preparación.
Jiwoo había sacrificado mucho por ser la sucesora, siendo su objetivo por casi una década. A los diez años había conocido a James, juro que lo amaría sin importar si no lo había hecho a primera vista. Ella era solo una niña en ese entonces, tratando de convencerse a sí misma de algo que nunca llegaría. Convencerse de que el amor era algo que se elegía a conveniencia, deshumanizando el sentimiento que este requería de por medio.
Al conocer a Junkyu, Jiwoo había sentido algo. Una sensación de que su corazón, habitaba de repente su pecho. Jiwoo había ignorado aquello por tantos años, perdió oportunidad tras oportunidad. Incluso si eran diferentes personas, con el tiempo se le hizo aún más fácil.
El destino era necio con ella o eso suponía de vez en cuando. Volver a conectar con Junkyu, sentir como si tuviese una última oportunidad. Jiwoo se llamó mil veces egoísta al tomarla, mas no se arrepentía para nada. Junkyu no era como el resto de los chicos de su vida, él la había apreciado por lo que era. La vio caer mil veces y levantarse unas mil más. Siempre estaba ahí para ella, de alguna u otra forma.
_Jiwoo. _
Jiwoo atendió a aquella voz, era la secretaria de piso. La chica de ojos castaños, le dio una señal, ofreciéndole cabida para que subiese a la oficina de Junkyu. Jiwoo aún no entendía como Junkyu podía con tanto, se suponía que debía estar descansando. En vez de solo descansar, le había dedicado parte de su tiempo a la empresa publicitaria de sus padres. El chico llevaba su tesis consigo y siempre tenía un café frio en la mano.
Jiwoo recordaba el amor del chico por el café, así que llevaba uno para él. Jiwoo nunca había hecho aquello en plan de novia, pero se sentía bien estar para la persona que amaba. Entro por la puerta, luego de que el pitido de seguridad diese paso a abrirla. Le encontró mirándole con toda la atención del mundo, como si todos los papeles de su escritorio, hubiesen perdido su potencia.
_Es bueno volver a verte por aquí. _Junkyu sonríe para Jiwoo.
Jiwoo juega con el contrato entre sus manos, tratando de comprender el porqué de la situación. El cómo era que había cambiado tanto en tan poco tiempo, su futuro se había pintado de tan bonitos colores. Ella veía algo más que solo una línea que seguir, era mucho más que solo ocupar un puesto. Jiwoo tenía la oportunidad de ser alguien, que nunca en su vida pensó ser. Ella podía tener una vida normal, sin tener que preocuparse por tanta cosa.
_ ¿Incluso si es para firmar mi carta de despedida? _Jiwoo suelta.
Junkyu se le queda mirando a Jiwoo. _Siempre es bueno verte. _
Junkyu se levanta para sacar el asiento y Jiwoo lo toma con un gesto de agradecimiento. Junkyu se aleja entonces a tomar su respectivo asiento, tomándose su tiempo para hacerlo. Él había sido educado junto con sus hermanos, las leyes de etiqueta eran como su credo. Su madre se había encargado de que ellos fuesen especialmente buenos con las mujeres, tenían esa mentalidad de venerar la existencia de cada una de ellas.
Las cosas se ponían aún más extremas, cuando se trataban de intereses amorosos. Las pocas veces que había visto a sus hermanos con intereses amorosos femeninos, estos habían sido un buen ejemplo de esa crianza. Jihoon había salido con Lia por años, la había llenado de regalos cada que podía. Junkyu había tenido a Jiwoo como primera novia, siendo el chico más servicial para con ella. Doyoung en cambio no, había salido con ninguna chica en formal. Al chico solo había interesado Moonhee lo suficiente, como para ser el más sobreprotector de todos con ella.
_Pasé por una cafetería de por aquí y pensé en ti a ver el americano con hielo. Creí que necesitarías un poco de cafeína, incluso si solo estas, medio tiempo por aquí. _
Jiwoo se encarga da desplazar el café frente a Junkyu, este no duda en tomarlo para darle un par de sorbos. Jiwoo lo observa sonriente, ante todo. Junkyu es el más feliz cuando se trata de americano con hielo. Tal parece que la pilla mirándole, pues le complementa la energía con una hermosa sonrisa. Jiwoo lo encuentra divino con esa cara, no entiende como puede verse tan guapo en el trabajo. Nadie en su sano juicio se ve bien, después de trabajar horas en una oficina, pero Junkyu es un caso especial.
_Gracias hada del café. _
Junkyu desea que la mesa no estuviese entre ambos, para poder robarle un beso a la chica. Jiwoo no suele dejarse besar en la empresa, pero siempre logra robarle uno que otro beso en plan de ruego. Especialmente cuando le trae regalos comestibles a la oficina, ella tiene un ángel que siempre busca cuidarle sin medidas. Jiwoo siempre fue así con él, pero con el tiempo se notaba aún más. Como si Jiwoo finalmente pudiese amar a gusto, a todos los que la rodean. Sin miedo a nada en específico, solo dar amor con naturalidad.
Junkyu revisa los papeles una vez más, verificando que todo este perfecto. Es un poco minucioso con su trabajo, es algo que aprendió bien de su padre. Lo admira a pesar de no poder decírselo a cada rato, pero con el tiempo, ha podido llegar a hacerlo cada vez más. Ya no se siente como alguien de más siendo su hijo, sino un complemente significativo.
Compartir más con su padre en la empresa, le hizo darse cuenta que su padre lo apreciaba tanto como a sus hermanos. Junkyu tomaba el café con su padre en sus tiempos libres y hablaban de todo un poco. En el fondo, Junkyu deseaba que sus hermanos pudiesen entender que, el solo había sido alguien muy joven, intentando ser suficiente.
Justo ahora que estaba en la edad, en la que su padre los había tenido. Junkyu entendía fervientemente la presión de cumplir expectativas. La vida había sido muy dura con un hombre de blando corazón y tener tres hijos, no era una tarea fácil. Aun así, Junkyu deseaba ser como su padre algún día, tener una gran familia.
_Después de leer toda la documentación, solo queda firmar el papel en sí. Puedes firmarlo justo al final del documento, para hacer valida tu renuncia a esta empresa. _Junkyu explico con cuidado.
_Junkyu... _
Jiwoo interrumpió a Junkyu, quien estaba concentrado en el documento. Incluso con lo concentrado de estaba, le presto total atención a su llamado. Jiwoo se sintió divina al ver su disposición perpetua, siempre era el más atento con todos. Junkyu se merecía esa misma atención de vuelta y estaba dispuesta a dársela. Con esta nueva vida talvez, ella podría hacerlo bien.
_ ¿Que? _Junkyu se le quedo mirando a Jiwoo.
Jiwoo respiro profundamente. _Sé que lo que voy a decir va a ser difícil de comprender en estos momentos, pero, las cosas han cambiado lo suficiente como para tomar esta decisión de decirlo. _ Jiwoo hizo una pequeña pausa. _ Yo en realidad no quiero renunciar a esta empresa, necesito el trabajo ahora más que nada. _
Junkyu frunció el ceño. _ ¿Por qué lo necesitarías? _
Jiwoo se le quedo mirando a Junkyu. _ ¿Te acuerdas cuando te dije que estaba a punto de tomar decisiones que cambiarían mi vida y tú me dijiste que respetarías cada una de ellas? _
_Si. _
Junkyu recordó la última conversación que tuvo con su novia, ella no le dio la más exacta de las respuestas acerca de nada. Jiwoo solo pinto algunas posibilidades en un lienzo, en el que todo podía ser posible. Junkyu no se hizo muchas esperanzas con nada, solo acepto de la manera más madura, todo lo que estaba por suceder. Incluso si temía por el futuro de su relación, mantenía positividad, confiaba en que su relación tendría un final feliz. No importaba si era próximo o no tan próximo como pensaba.
_He decidido que quiero ponerme primero y por primera vez en la vida. He decidido alejarme de los cargos de la realeza y dedicarme a mi crecimiento como profesional. _ Jiwoo sonrió con ilusión. _Quiero trabajar por mis propias cosas y ser lo más independiente posible. _ Los ojos de Jiwoo destellaron un especial brillo. _Tengo mis ahorros de mi lado y talvez hasta pueda alquilar un departamento. Permitirme ser una persona normal, que se enamora de quien su corazón le dicta. _ Jiwoo se le quedo mirando a Junkyu. _Buscar mi felicidad en las pequeñas cosas y valorar lo que tengo a mi alrededor... _
Jiwoo escucha entonces el papel romperse y comprueba con su vista que está sucediendo. Junkyu hace el papel pedazos, para luego dejarlo a un lado. Jiwoo recuerda la vez que discutió con el chico y este también había roto un papel en su presencia.
El sentimiento en esos momentos, era completamente diferente que en el pasado. En vez de sentir una presión en su pecho, este se liberó completamente. Las rejillas que encarcelaban su corazón, desaparecieron finalmente. Jiwoo se sintió libre, libre de sí misma al fin. Ya no era más esa Jiwoo del pasado, ya no lo sería más nunca.
_Supongo que este contrato tuvo el mismo destino al iniciar, que al casi ser terminado. _ Junkyu sonrió de a poco. _Y como yo soy el chico de las mil oportunidades, siempre estaré dispuesto a intentarlo de nuevo. No importa si estamos hablando del trabajo o de una relación romántica. _ Junkyu miro fijamente a Jiwoo. _Siempre estaré para ti, te apoyare en todo. _
_Espero que sigas pensando en ello cuando te pida que me ayudes con la mudanza. _ Jiwoo pico.
Jiwoo lo dijo de la nada, pero era algo que anhelaba. Vivir esa vida de chica universitaria, que se mudaba a su propio departamento. Sonaba tan bien pasar tiempo en ese lugar acogedor y lleno de todo lo que ella amaba. Trabajar para pagar sus gastos y disfrutar de los pequeños lujos que su sueldo le podía dar. Tener una mascota talvez, plantas las cuales cuidar.
_Estaré bien con todo aquello, si me permites ser tu compañero de piso. _Junkyu silbo.
Junkyu soltó la idea ante su chica, solo pare ver su expresión. La imagen de su rostro floreciendo ante la idea, le hiso querer proponerle que se mudaran ese mismo fin de semana. Junkyu se imaginaba pasando el rato con ella, mirando desde el balcón de su piso. Pensó en estrenar cada rincón del lugar, poder darle todo el amor que Jiwoo se merecía.
Jiwoo se sonrojo de la nada. _Eso ya lo veremos, por ahora solo mi novio. _
Jiwoo sabía que su cara era un poema y como no podía ser así. Junkyu le había propuesto algo que nunca antes se planteó, era como si su vida de ensueño se estuviese haciendo realidad, poco a poco. Con todos esos pequeños momentos felices, los podía ver en su futuro con claridad. Junkyu compartiendo el piso con ella, ambos revoloteando por todo el lugar. Dándose los típicos mimos de parejas y sintiéndose cómodos con el otro.
A James le cuesta aceptar la realidad, la única persona que ha estado juzgándolo, es específicamente su misma persona. Levantándose día a día, mirándose directamente contra el espejo. Sus penas se guardan en sus ya cargadas ojeras y no hay nada en el mundo que pueda hacer para desaparecerlas. Es un recuerdo constante de que ha sufrido tanto, por sus propias expectativas hacia sí mismo.
Necesita tomarse un respiro de su realidad y sin pensarlo mucho, se arregla para dar un paseo. Una vez sale del gran hotel, deja que sus pies lo dirijan donde sea. No se da cuenta hasta que llega a ese lugar, sus pies lo han llevado a aquella vecindad de clase media. La casa de Jaehyuck se hace cada vez más visible y con esto la figura del antes mencionado.
El chico está dando un par de saques al aire, la pelota vuela hasta chocarse con el paredón. La esfera viaja de vuelta hasta el moreno, para luego ser maniobrada de vuelta a donde vino. El sonido constante de la pelota picando, combinado con la melodiosa pinchada de piel que resuena.
James se detiene a ver ensimismado, concentrando en el juego de Jaehyuck. Ahora que le pasaba por la mente, jamás lo había visto jugar seriamente. James nunca había ido a una práctica ni a preselecciones de candidatos. Talvez llego a ver algún juego o campeonato en sí, solo eso. James no recordaba mucho de Jaehyuck, más que su maravillosa sonrisa al jugar.
James no podía entender como alguien podía sonreír tanto, mientras su cuerpo era machacado constantemente por un juego. Debía ser una ironía de la vida, pero Jaehyuck sonreía en esos momentos. No precisamente por su constante vista hacia la esfera, era más bien, una fija vista hacia su persona.
_ ¡Dichosos los ojos que te ven! _Jaehyuck se le queda mirando a James.
James se queda anonadado, sin esperar la repentina atención de Jaehyuck. Él está viéndole mientras se acercaba, juega con la esfera en sus manos hasta que le llega. James se encuentra con una toma de la sonrisa más bonita antes vista y una piel morena que lo hace enloquecer de la nada. Jaehyuck es el chico más atractivo que ha visto en su vida, la sola idea juega con su mente de manera tortuosa. Jaehyuck le gusta más de lo que quiere aceptar para sí mismo, incluso más de lo que le ha demostrado en el chico.
_Lo mismos digo. _James traga hondo.
Jaehyuck vuelve a sonreír una vez más, mostrando sus divinos colmillos. Da un aire vampírico a sus visuales, junto con toda esa ropa negra que lleva puesta. James nunca lo ha visto con algo demasiado ostentoso, pero, aun así, se hace ver ante los demás. Su presencia es misteriosa, pero a la vez, tiene paz.
_Te extrañé todos estos días, que estuve lejos de ti. _Jaehyuck soltó.
James se le quedo mirando a Jaehyuck. _ ¿Qué estuviste haciendo? _
Jaehyuck se encogió de hombros. _Mirando directamente al techo, sin nada más que hacer en casa. _
Jaehyuck fue superficialmente honesto para con esa pregunta, pero la realidad es que, había mucho más de fondo a esa respuesta. Cosas como que, no podía sacar de su mente a James, la forma en como recordaba cada situación que habían vivido juntos. Le hacía sentir bien de alguna forma, anhelando volver a sentirse de esa misma manera.
_Eso es exactamente lo que debías hacer, descansar para estar listo para las olimpiadas. _
James regaño al moreno o al menos eso trato. James sabía que su expresión no parecía ni en lo más mínimo severa, no podía siquiera llegar a ponerse lo suficientemente serio frente a Jaehyuck. James sintió como su corazón le azotaba el pecho, como en todo su cuerpo burbujeaba una tibia sensación. Supuso que así se sentía que te gustase alguien, de la manera que debía ser. Espontanea, ante todo, sorpresivamente contundente.
_Ir a dar una vuelta contigo no me lesionará, así que te invito a comer algo en las calles. Una vez mencionaste que querías conocer la verdadera gastronomía del país y que mejor forma que en las calles de Incheon. _ Jaehyuck silbo.
James sonrió de a poco. _Me vendría bien cumplir ese sueño. _
James se impresionó en como el moreno, recordaba cada detalle de sus conversaciones. Lo sorprendía a cada tanto, puntualizando cosas que, casi nadie escuchaba en una conversación. El moreno siempre estaba ahí para apreciarlo todo, valorando cada cosa que escuchaba de los demás.
_De paso me cuentas como fue todo con tu familia, recuerda que soy bueno escuchando. _
James sonrió ante aquella última frase, Jaehyuck la agito en el aire antes de irse a cambiar. James se quedó ahí solo, después de verle perderse en la pequeña casa. Jaehyuck parecía vivir tan feliz con su vida sin lujos, James algunas veces envidiaba esa normalidad. Incluso cuando estaba agradecido de todas las cosas materiales, había algo en estas que no llenaba vacíos en su alma. Todo era doctrinas que seguir, al pie de la letra. James nunca se había detenido a pensar, en solo vivir el hoy.
Las calles de Incheon eran pequeñas, pero pobladas de deliciosa comida callejera. Jaehyuck se encargó de llevar a el castaño por diferentes puestos y que este degustara de pequeños bocados de platos típicos del país. Jaehyuck se ofreció a pagarlos todos, a pesar de las negativas de James.
_ ¿Qué te parece este de aquí? _
Jaehyuck observo como James comía la mitad de los bocados, lo había hecho de la manera más torpe. La salsa había quedado en el mentón del príncipe, manchándolo de un color acaramelado. Jaehyuck sabía que era el culpable, por prohibirle a James usar cubiertos.
Habían tenido una pequeña discusión acerca del porque no usarlos, tomando comida en palitos, pero la educación de James lo había visto como una aberración. Jaehyuck finalmente sabía por qué y era una cosa jocosa. James no sabía comer nada que no fuese hecho, para degustar debajo de las finas reglas de etiqueta.
_Es delicioso. _James silbo.
Jaehyuck sonrió para James. _Se llama sotteok. Es una combinación entre tteokbokki y salchichas. La combinación es muy buena y aparte es barato. _
_Hay muchos estudiantes comiendo por aquí, tiene sentido lo que dices. _James silbo.
Jaehyuck le dio una miradilla a James. _ Los chicos de instituto vienen a por ellas a la salida de su horario y pasan un buen rato conversando mientras las comen. _
James se le quedo mirando a Jaehyuck. _Tal parece que ello te ha traído recuerdos. _
A Jaehyuck se le borro la sonrisa, lo que no quería recordar llego a su mente. El pasado llego con fotografías mentales, de su primera cita con Junkyu. El cómo ambos se habían escapado del internado, tomado transporte público. Perdiéndose en las calles de Incheon. Comiendo cada comida deliciosa. Hablando de cada cosa, conociéndose el uno al otro. La manera en la que se gustaban, no podían tener suficiente del otro. Solo eran un par de adolescentes, enamorándose por primera vez.
James mordisqueo su labio inferior. _Mi primera cita en la vida fue así de sencilla, pero juro que fue la mejor cita de mi jodida vida. _
_ ¿Junkyu...? _
James lo dijo con cuidado, sabiendo lo que ese nombre significaba para Jaehyuck. Con el tiempo habían hablado del chico Park, James entonces conecto todo muy bien. James había conocido a Junkyu en el pasado, aunque nunca habían intercambiado muchas palabras. James solo se acercaba a los Park por Doyoung, le había gustado un tiempo el chico. Sin llegar a nada por supuesto, Dohwan nunca había dejado que se le acercase a más de un metro. A este si lo recordaba bien, era un posesivo de mierda.
Jaehyuck chasqueo su lengua. _Tienes una mancha en el mentón, que me está volviendo loco. _
Jaehyuck se acercó a por el rostro del príncipe y se encargó de tomar el rostro para limpiar con el pulgar suelto. Jaehyuck limpio con cuidado aquella mancha, llevándose toda la salsa. Esos ojos verdes como esmeraldas, le escudriñaron el alma.
Jaehyuck no entendía como podían cambiar de color, hasta llegar a casi gris. Cada que los veía, era como si perdiese el juicio y lo prestase a esos bonitos ojos. Soltó después de quien sabe cuánto y se llevó lo conseguido a la boca. Preguntándose como se sentían esos labios ahora, si habían cambiado algo en su toque.
_Gracias. _
Unas gracias, fue lo único que James pudo decir. Su mente le gritaba sin cesar, esas ganas locas por besar a Jaehyuck. Suspiro cuando este soltó su rostro, sintiéndose patéticamente ansioso. Ahí estaba el chico, terminando de saborear lo que habia conseguido desde sus labios hasta el mentón.
Jaehyuck gruño. _Ahora necesito algo de soju. _
James trago hondo. _Déjame invitarte la bebida entonces. _
Jaehyuck dudo en si debía aceptar el trago, seguía tratando de ser un ebrio menos problemático cada que. La terapia en grupo le había servido para ello, aunque no fuese eso lo que quería erradicar.
Incluso si no quería ir a compartir sus experiencias de closet, al final había incluso compartido su mala copa. Resultaba que todo estaba conectado y drenaba sus frustraciones en alcohol de vez en cuando. Culpándolo de lo que realmente era, un hombre que le gustaban otros hombres.
_Lo aceptare entonces, pero no te quejes después. Sigo siendo mal bebedor y lo sabes de antemano. _Jaehyuck recito tal credo.
James de le quedo mirando a Jaehyuck. _Es un riesgo que estoy dispuesto a pagar, después de todos estará bien. _ James respiro profundo. _Yo también necesito ese alcohol, tengo que contarte muchas cosas. _
James se extendió a tutiplén, contándole todas las aventuras de su familia. Incluso cuando todo había transcurrido sobre ruedas, el alcohol no le permitió explicar de la misma forma. Se quedaba en el aire entre suspiros, mientras Jaehyuck le servía los chupitos. Miraba sus condecoradas manos talladas en venas, que se movían agiles haciendo cuanta maroma, para preparas una simple bomba. James creía que así le había mencionado Jaehyuck, que se llamaba la bebida.
James entonces se daba cuenta, no había conocido una cuarta de Corea del Sur en todo lo que llevaba ahí. Siempre se juntaba con sus amigos internacionales y hablaba inglés la mayoría del tiempo. Viajaba mucho a Tailandia y daba sus clases principalmente en línea. Ahora que lo pensaba, era bastante patético. Incluso con ese pensamiento en la mente, sonrió hasta Jaehyuck. Agradecido de tenerle a su lado, como lo que sea que fuese.
_ ¿Entonces te quedaras hasta terminar la carrera? _Jaehyuck silbo.
James se quedó pensativo ante aquello, eso era algo que no había planteado del todo. Hace una semana exacta, había tenido un plan ya hecho. En esos precisos instantes, justo se daba cuenta, que ya no tenía plan. James respiro profundos ante lo que era su vida, estaba un poco perdido ahora.
_Aun no lo tengo decidido del todo. _James hablo en un hilillo.
Jaehyuck se le quedo mirando a James. _ ¿Qué te hace estar entre una y la otra opción? _
Jaehyuck vio al pálido hacer un pucherillo con sus labios sonrosados, que graciosamente combinaban con su cuello. Jaehyuck supuso que este era alérgico al alcohol, lo tendría en cuenta en el futuro. Jaehyuck se preocupaba por el rubio más de lo que debía, más de lo que quería talvez. Poco a poco le estaba queriendo y ya no sabía cómo ocultar ese sentimiento que crecía.
_El no saber en específico si, irme de algún lugar tendrá sus consecuencias. Tengo miedo de no ver las oportunidades que me da la vida, darlas desapercibidas por completo. _James hablo en un hilillo.
Jaehyuck miro fijamente a James. _Entonces plantéatelo así. Piensa en que hay en Tailandia que te haga quedarte y que hay en Corea del Sur que haga que te quedes. Haz una lista mental para ambas y la que tenga las opciones más interesantes, gana. _
James observo como Jaehyuck le sonreía, de una manera tan natural. En su mundo no existían sonrisas tan genuinas, ni siquiera algo parecido a estas. Tuvo que quedarse mirando esta por un buen rato, mientras se pregunta a él por qué. Por qué Jaehyuck lo trataba tan genuinamente bien y si hacia eso con las demás personas. Debía confiar en el en la posición en la que estaba o debía seguir dejándose llevar por su falta de confianza en todo el mundo.
James se sacudió esas ideas y la respuesta apareció entonces. Jaehyuck era simplemente eso, no estaba tratando de ser algo más. Transparente como el agua desde el primer día, todo lo que vio de este le encanto. Cuantas veces se había dejado llevar del chico ya, no se arrepentía de ninguna de ellas. Lo que sea que estuviese sintiendo con Jaehyuck, quería seguirlo sintiendo por un buen rato. James se sentía vivo, sentía que valía la pena estarlo. Las doctrinas habían desaparecido, finalmente era libre.
_Ganaría Corea entonces. _James soltó.
_ ¿Por qué ganaría Corea? _Jaehyuck silbo.
James se le quedo mirando a Jaehyuck. _Porque te tiene a ti. _
La música alarida en toda la habitación, era un pequeño infierno de sonidos. A James no le importaba estar en el mismo infierno, cuando se apegaba a unos labios que se sentían como el mismísimo paraíso. La música seguía su curso entre letras, pero solo podía escucharla cada vez menos. Sus ojos completamente cerrados, disfrutando de como Jaehyuck le devoraba la boca.
James podía sentir el sabor de soju de fresa y era absurda la manera en la que le sabia tan delicioso. Dio por sentado que ambos estaban demasiado borrachos y que no podían seguir besándose ahí. O lo terminarían haciendo justo en ese lugar, cosa que mucha gente también hacia.
_Jaehyuck. _
James susurro sobre los labios de Jaehyuck, mientras este les daba a los suyos una leve succionada. James sintió aquella succión hasta su alma, se alejó lo más rápido que pudo antes de que Jaehyuck atacase otra vez.
_ ¡Qué demonios estamos haciendo! ¿Por qué no me detienes principito? _Jaehyuck jadeo.
_Eso es lo que estoy tratando de hacer, mírame cuando te digo que este lugar ya huele a sexo. _James hablo bajito.
Jaehyuck se tira una risotada, de esas que solo un borracho entendería. En efecto James se río de vuelta, porque él está igual de borracho. Jaehyuck seguía sosteniendo la cintura del príncipe, lo atrajo hasta pegarse completamente. James reía a carcajadas, escondiéndose en el hueco de su hombro. Jaehyuck pensó que era el mejor momento de su vida, solo ese día.
Jaehyuck había cargado a James en su espalda, dando vueltas por el lugar tan divertidos. Llamaron la atención de todos en el lugar, quienes le picaron con silbidos todo el rato. Fue así hasta que James se mareo y Jaehyuck tuvo que bajarle para que no terminase vomitando.
James se había encargado de que eso no pasase, James había salido con una ginger ale a medio tomar en su mano. Impresionado de que sirviese, cuando era el remedio de todos. Certificado por la madre de Jaehyuck, la cual había vivido en México varios años.
_Fue una buena noche. _ Jaehyuck soltó.
_En definitiva lo fue. _James se le quedo mirando a Jaehyuck.
James bebió lo que quedaba de la bebida carbonada, se sentía un poco mejor ahora. Nunca debió subirse a la espalda de Jaehyuck, pero era algo que no se podía resistir. No recordaba la última vez que alguien le haya cargado así, que haya podido jugar de esa manera. Se sentía condenadamente joven de nuevo, como si estuviese viviendo todas las etapas que se había saltado en la vida.
_ ¿Te veré otro día principito? _Jaehyuck silbo.
James llevo su mirada hasta Jaehyuck. _ ¿Qué te parece después de las olimpiadas? _
_ ¿Por qué después de las olimpiadas? _ Jaehyuck hizo un puchero.
James calculo esa vista en un Jaehyuck alivianado por el alcohol, se veía más vulnerable que de costumbre. Su caminar era condenadamente lento y su sonrisa lucia de lo más relajada. Le había dado como unos diez abrazos, había preguntado por todos y cada uno de ellos. Jodidamente respetuoso, suave como un oso de felpa.
_ Así no te distraigo más con todo esto._ James soltó.
Jaehyuck miro fijamente a James. _Deberíamos ponerle un nombre a lo innombrable. _
_ ¿A qué te refieres con todo eso? _James silbo.
Jaehyuck se le quedo mirando a James. _Creo que no hace falta seguir fingiendo que esto no fue una cita, una de las mejores que he tenido para ser verdad. _ Jaehyuck hizo una pequeña pausa. _ Me gustaría que sigamos teniendo citas y talvez algún día poder decidirnos en algún nombre. _ Jaehyuck respiro como pudo. _Dime que estás conmigo en esto principito, necesito escucharlo de tu linda boca. _
Jaehyuck presencio como el tailandés sonrió con sus ojos, faros de color esmeralda. Su piel pálida bajo la luz de la luna, asemejando el astro mismo. Sus labios blancuzcos entreabiertos y siendo a la vez sellados. Un poema de rostro que Jaehyuck, estaba empezando a adorar leer.
_Estoy dentro. _James hablo en un hilillo.
James se acercó entonces a dar un beso en la mejilla del moreno, antes de mover sus labios para expresar unas buenas noches. Jaehyuck se había quedado mirándole totalmente embobado, embelesado con quien sabe que de su rostro. James no se quiso poner a pensar, en que era lo que hacía que el coreano le mirase, como la más rara de las piedras. James solo quería disfrutar de todo lo que estaba viviendo, se sentía demasiado bien, lo que sea que le estaba sucediendo a su vida.
Jay Jay es el equivalente a estupidez adolecente, enamorarse de su mejor amiga es su karma constante. Qué tontería está haciendo esta vez, se ha fugado de los cuidados de James. La verdad es que no le importa ni qué hora es, o cuanto está gastando para ver a la linda chica. Lo único que realmente le importa, es acallar los constantes alaridos que vienen de su corazón.
Moon esta justo al frente a sus ojos, jugando al tiro al blanco como toda una profesional. La observa como si estuviese haciendo la cosa más tierna del mundo, incluso cuando lo único que se escucha en el lugar son disparos. La alarma suena en señal de que ha ganado un premio y la chica pega un grito de victoria al cielo.
_Gane. _ Moon da un grito de victoria.
La chica se da la vuelta mirando animadamente a Jay Jay y este solo se le queda mirando. Moon espera que esa sonrisa que nace en sus labios, se ensanche para ir a por él. Lo hace pacientemente, incluso si la euforia de su alma no la deja en calma. Moon es paciente cuando se trata de Jay Jay, es una virtud que aprendió muy bien del chico. Devolverla no es más que, un regalo discreto de su parte.
Jay Jay se aguanta la risa para que Moon no lo observe, sabe que esas sonrisitas de enamorado no se las puede permitir. Ella le mira con el peluche recién caído de la máquina expendedora y se lo presume con un pequeño baile de celebración. Jay Jay la mira de arriba abajo, encontrándola linda mientras mueve su cuerpo al ritmo de una canción que resuena en el lugar.
Jay Jay deja ir una risilla. _Felicidades. _
Jay Jay recibe entonces una mirada de Moon, sin esperar que esta terminase en ella yendo a por un abrazo. Lo ama con locura incluso cuando, el abrazo lo está medio dejando sin respiración. No es así como se siente quererla en secreto, como si se estuviese quedando sin el vital aire que respirar.
_Acabo de patearte el trasero en todos los juegos, así que creo que mereces esto como premio de consolación. _
Moon extiende el peluche frente a la mirada atenta de Jay Jay, este analiza la situación sin decir nada aún. Moon se le queda mirando con el ceño fruncido, vuelve a tenderle aquella cosa acolchada. Jay Jay acepta finalmente el peluche, pensando en donde podrá poner ese gran animal de felpa. Ya tiene una colección de ellos, un cuarto entero para ser exacto. La mayoría han sido regalados por Moon, quien los ha ganado para el con el tiempo. La chica siempre ha sido buena en juegos de premios y aquello combinaba bien con su lenguaje de amor basado en regalar.
_No me siento muy consolado que digamos, pero lo tomare solo porque me lo estas obsequiando tú. _Jay Jay hablo en un hilillo.
Moon sonríe al escuchar las palabras del rubio, para luego llevar su vista hasta el peluche entre sus manos. Le recuerda mucho a su amigo, con ese color castaño en su suave pelaje. Moon se permite darle un beso al osillo, ya que no puede dárselo al chico que tanto le gusta. Jay Jay se le queda mirando fijo cuando lo hace, pero ella sabe que él no tiene ni la menor idea del mensaje. Se lo tiende justo frente a sus ojos y este lo toma mientras no para de mirarla.
_No te ofendas porque te he ganado en el juego, sabes que todos los premios que gano siempre son para ti. _
Moon observa a Jay Jay acariciar el osito y este de inmediato la mira con esos ojos inescrutables. El tailandés entonces sonríe ante el pequeño regaño de la chica y va a darle un abrazo que parece de tres debido al oso. Luego este dio un casto beso en la mejilla de la chica, para luego alejarse de lo más sonriente. Con esos ojitos de luna llena, que destellaban un brillo en cualquier penumbra.
_Gracias por el osito de peluche, realmente lo quería. _Jay Jay soltó.
Moon sonrió de a poco. _Lo vi en tus ojos desde que llegamos aquí, supe que debía ganarlo para ti. _
Jay Jay sabía que sus acciones habían sido un poco más cariñosas de lo que acostumbraba, pero ya no le importaba nada en lo absoluto. En poco tiempo tendría que centrarse más en pasar tiempo con su prometida y eso probablemente era la señal para ir olvidándose de Moon. Debía desechar ese amor que le tenía desde quien sabe cuánto tiempo y centrarse en que ella nunca sería su chica. Odiaba la idea de que ella no fuese nada más que su amiga, cuando era la chica que más le entendía en el mundo. Sabia cada cosa de él y nunca lo había señalado de mala manera.
_Todos piensan que coleccionar ositos de peluche es infantil, me alegra que nunca me hayas juzgado por ello. _
Moon observo como el chico se alejaba para abrazar el peluche y poner esa expresión cabizbaja. Jay Jay amaba coleccionar peluches desde pequeño, pero no había recibido buenas respuestas de nadie ante su afición. El chico lo oculto para sus amigos por un largo periodo, hasta que llego Moon a su vida. Moon aún recuerda el día en que vio el cuarto lleno de osos de diferentes marcas lujosas, acomodados a lo largo de las paredes.
_Jamás te juzgaría por algo que, de seguro amas, soy tu mejor amiga Jay Jay. _ Moon hablo apacible.
_ Prométeme que seguirás siendo mi mejor amiga, sin importar con quien me case. _
Jay Jay no se guardó esa desesperación en su pecho, la dejo ir como una pregunta casual. Vio la expresión de Moon cambiar a empatía pura y el como ella tomaba su mano de a poco, Jay Jay aseguro el agarre como nunca antes. No sabía por qué, pero, quería llorar de solo pensar en perderla. En que ella algún día se alejaría y su amistad se terminase desvaneciendo. Jay Jay podía aceptar que no hubiese una relación entre ambos, pero perder su amistad era algo que no soportaría.
_Ya hablamos de eso varias veces, nada cambiara entre nosotros. _ Moon miro fijamente a Jay Jay.
Las palabras mágicas estaban ahí, junto con una gran fuerza de voluntad de parte de Moon. Se repetía una y otra vez, que ser la mejor amiga de Jay Jay, era mejor que cualquier cosa. Al menos nunca dejaría de estar a su lado, su cariño nunca se desvanecería. Serian amigos para siempre, por el resto de la vida. Estaba comprometida a que fuese así, aceptaría el destino que les había tocado.
_Incluso si el destino intenta separarnos, quédate conmigo por favor. _Jay Jay hablo en un hilillo.
Las lágrimas en los ojos de Jay Jay, Moon no recuerda ver al chico así de triste. Jamás lo había visto quebrase en sus brazos, abrazándola como si la fuese a perder mañana. Moon no sabía si aquello era una señal de que era su ultimo día juntos, una especie de despedida. Moon lo abrazo más fuerte sin importar cuan cerca estaban, sin importar si el abrazo ya no lucio como el de una amistad. Se permitió sentir lo que sea que ese momento le ofrecía, por si nunca más volvía. Era verdad lo que decían, sobre los amores adolecentes. Duraban tan poco tiempo, pero dolían toda la vida.
_Estaré justo aquí contigo, no tienes que preocuparte por nada. _
Estar al lado de Jay Jay parecía cada vez más difícil para Moon, como si algo en su amistad ya no encajase por completo. Moon juro que eran sus sentimientos hacia el chico y el miedo perpetuo al amor unilateral. Para Moon no era como que tenía un trauma hacia esto, nunca había vivido un amor en el pasado. La única persona que le había gustado verdaderamente, era el tailandés.
Moon suponía que su miedo era más, el miedo mismo al amor adolecente. Todos sabían que ese amor en específico, terminaba doliendo toda la vida. Jay Jay seria ese amor, que no le alcanzaría la vida para olvidar. Lo pensaría hasta el último de sus días, sin importar cuanto haya avanzado la vida de ambos.
_¿En que piensas tanto Moon?_
Moon despertó de sus profundos pensamientos y dibujo su mirada en aquella voz. Jay Jay estaba ocupando sus ojos en ella, con esa atención perpetua en cada una de sus expresiones. La estaba leyendo antes de escuchar su juicio, tal como había hecho en los últimos días. El chico acaricio el agarre de sus manos con ímpetu y se acercó a ella de a poco. Moon repaso sus ojos en el rostro del chico y todo en ese rostro la invitaba a sincerarse.
_En que no era necesario que me acompañases, pero lo agradezco de todos modos. _
Jay Jay jugo con el agarre de su mano con la de Moon, decidió contar hasta tres después de recibir esa respuesta. Era más que obvio que, una especie de barrera se estaba formando. Debía talvez aceptarlo, aceptar que, con el tiempo esta se volvería más gruesa. No habría nada que impidiese lo predecible, que a ambos sus vidas los alejarían.
_Acompañarte es lo que un hombre de verdad debería hacer, talvez si me vieses como uno te darías cuenta. _ Jay Jay soltó.
_ ¿Darme de cuenta de qué? _ Moon se le quedo mirando a Jay Jay.
Jay Jay trago amargo. _Olvídalo. _
Jay Jay sintió su garganta arder, como si su propia saliva le quemase. Se sentía como el ser más absurdo del mundo, todo a su alrededor parecía no darles sentido a sus palabras. Era eso o, Moon no quería ver más allá de sus palabras.
Ambos llegan a la puerta de la habitación, en donde se supone que Moon recibiría a la chica que la educaría. Ser una princesa no era una cosa en Moon, pero ansiaba mucho saber que se sentía realmente ser una. Moon era muy poco mostrada por su familia, quien decidió que ella debía llevar una vida un poco más normal.
Siendo mandada a diferentes países a ser educada, la prensa perdió interés en perseguir su desarrollo. A lo que Moon sabia, ella había tenido una vida de lo más normal. Moon sabía que su familia era bastante cuidadosa con sus princesas, especialmente si estas eran muy jóvenes. Cuidando de su imagen al pie de la letra, manejándolas en el más bajo de los perfiles.
Moon toca la puerta y es recibida por los trabajadores de ahí. Entra llevándose al tailandés consigo, pero se detiene una vez están en la sala de estar del lugar. Moon mira al chico para decirle algo, este pone atención como si estuviese solo esperando. Moon está a punto de despedirse con palabras, cuando este la abraza de repente. Moon apenas capta la muestra repentina de cariño, pero se deja llevar.
_Princesa Moon. _
Moon se separa del chico, cuando escucha la voz de la chica. Conoce la voz de su prima muy bien, habían hablado ya un par de veces en el pasado. La chica se le queda mirando a Jay Jay, un poema en su rostro. Moon nota como el chico la toma de la mano, por alguna razón extraña no le da la gana de apartarle.
_Hola princesa Jiwoo, un gusto volver a verte. _
Moon se levanta de la mano del tailandés y hace una pequeña reverencia en conjunto con el chico. Es como si ambos lo hubiesen ensayado, Moon intuye que solo está en las venas de ambos. Después de todos ambos, son parte de la realeza. Moon nunca le dijo mucho a Jay Jay de su familia real, pero eso no les impidió que fuese uno de los temas de conversación que más les uniese.
_Un gusto volver a verte a ti también. _ Jiwoo sonríe aristocráticamente.
_Este es el príncipe Jay Jay. _
Moon se apura a presentar al rubio castaño frente a Jiwoo, esperando todo menos lo que vio a continuación. El tailandés sonríe con una confianza divina, interactuando con Jiwoo como si la conociese de toda la vida. Moon se queda con eso, mientras ve como el resto de la interacción transcurre.
_Un placer volver a verla princesa Jiwoo. _
Jiwoo deja a un lado la interacción con el chico tailandés, que en efecto conoce de maravilla. Incluso cuando rompió lazos con la familia de James, no podía evitar seguir recordando a brillante chico Jay Jay. James los había presentado después de negociar con ella, que al menos fingiese querer conocer a su familia. Jay Jay fue la única persona que realmente le agrado, el chico era muy noble.
Jiwoo conecto todo muy rápido, pero, aun así, no comprendía la imagen de la pantalla. El cómo Jay Jay se había conocido con la chica, era un misterio del que ella no sabía los detalles. Era verídico que el mundo era un auténtico pañuelo y que todo estaba conectado.
_Entonces ustedes dos se conocen... _Moon balbució.
Jiwoo callo en cuentas de la chica Moon, ella lucia auténticamente confundida. Incluso con todo ello, piso fuerte en aclarar sus dudas. Jiwoo la miro con pura atención, la chica buscaba su mirada. Con esa cabeza llena de cabellos ondulados desparramados y rostro completamente limpio de maquillaje. Lucia bonita incluso siendo la más sencilla, Jiwoo sintió un atisbo de ternura ante la nueva reina. Tendría que hacer mucho por ella, pero tenía fe en que sería buena.
_Claro que nos conocemos, el hermano del príncipe era mi prometido. Pensaba que ya lo sabias, también el hecho de que Jay Jay, es tu prometido ahora. _Jiwoo hablo apacible hacia Moon.
_ ¿Que? _ Soltó Moon
_ ¿Que? _ Soltó Jay Jay.
Jiwoo miro a ambos chicos darse miradas de total sorpresa, supo que la discusión de la alianza no estaba del todo comunicada. Jiwoo supuso que en parte era porque los chicos eran jóvenes y sus opiniones no pesaban lo suficiente entre los grandes mandatarios. Un jodido problema ahora tenía, lidiar con dos adolescentes perdidos en un matrimonio arreglado.
_Olvidamos aclarar ese detalle el día de la discusión de familias, tampoco estábamos muy seguros si todo esto funcionara para futuro. Ustedes aún siguen siendo muy jóvenes y cualquier cosa puede pasar. _Jiwoo hablo apacible para ambos chicos.
Hubo otro silencio incomodo en la sala y luego le siguió otro aún más incómodo. Nadie parecía querer decir nada al respecto, como si estuviesen esperando a despertar de la pesadilla. Eso fue lo que Jiwoo percibió de ambos adolecentes, más se mantuvo en silencio para darles algo de voz.
_Pensé que me casaría con tu prometido. _Moon rompió el silencio.
_ ¿Pensaste que te casarías con mi hermano? _Jay Jay chillo.
Moon se encogió de hombros. _Tu hermano es muy guapo..._
_Tiene veintiuno y tu dieciséis ..._Jay Jay hablo rápidamente.
Jiwoo contuvo sus divinas ganas de reír ante toda la comedia aparente, los adolescentes tenían una conversación un tanto novelesca. Jiwoo ignoro todo aquello y se dirigió a la chica. Ella pareció notar aquello y se le quedo mirando como quien esperaba una explicación profunda del asunto.
_Jay Jay tiene razón Moon, mi ex prometido te sobrepasa la edad. Tus padres no lo permitieron ni de broma, dijeron que era mil veces mejor alguien más cercano a tu edad. _ Jiwoo hizo una pequeña pausa para dirigir su mirada a Jay Jay. _Entonces quedaba solo Jay Jay, que técnicamente es casi de tu edad. _ Jiwoo sonrió apacible. _ A todos nos pareció perfecto y pensamos decírselo a ambos después. _ Jiwoo silbo aquella ultima frase. _ Darles tiempo para que se conociesen y ver si las cosas funcionaban esta vez..._
_Esto es una locura total, nosotros somos mejores amigos..._ La voz de Moon tembló.
_Ella tiene toda la azón..._
Jiwoo escucho al chico hablar, su mirada cabizbaja clavada en el suelo. Manos enterradas en sus bolsillos y semblante sombrío. Leía cada cosa de esos chicos y su lenguaje corporal era tan obvio. Jiwoo alzo un dedo al aire y ambos callaron.
_Les daré tiempo para que hablen y me digan que opinan al respecto. Cualquier decisión que tomen, Yo y James nos encargaremos de apoyarles. Después de todo nosotros, somos los culpables de esto. _ Jiwoo soltó.
Jay Jay le da una mirada a Jiwoo, antes de irse corriendo detrás de Moon. Jiwoo no niega la mirada, sabe que la merece. Todo se arruino por culpa de ella, más que la de James. Todo siempre era así y le pesaba seguir arruinando cosas.
_Moon. _
Jay Jay alzo su voz entre las sobras del atardecer, terminando por correr lo suficiente para alcanzar a Moon. La chica le miro de mala gana, con sus brazos cruzados en el pecho. Divagando en sus propios pensamientos, que parecían estar quebrando su semblante poco a poco.
_Ella te dijo que me siguieras hasta aquí. _ Moon hablo en un hilillo.
Jay Jay se acercó hasta donde estaba Moon, lo suficiente como para que quedase poco espacio de separación entre sus cuerpos. Busco su atención a través del toque de su mano, a lo largo del rostro de la chica. Acaricio su mejilla suavemente, ella le miro de a poco. Con esos ojos que tiritaban, ahogados en lágrimas.
_Fue mi idea venir hasta aquí. _ Jay Jay soltó.
Jay Jay busco la mirada de la chica desesperadamente, pero ella seguía mirando hacia la nada sin cesar. Reprimiéndose a sí misma y por ende, a sus sentimientos. Jay Jay fue atrevido en acercarse un poco más de lo debido y se dio cuenta de lo mucho que había logrado al sentir su aliento tan cerca de sus labios. Maldijo mil por lo que ambos estaban pasando y todo el dolor que esto secretamente llevaba a sus corazones.
_Ni siquiera puedo verte a la cara. _ La voz de Moon se quebró.
_ ¿Por qué dices eso ahora? _ Jay Jay se le quedo mirando a Moon.
Moon finalmente miro al chico, se secó las lágrimas mientras lo hacía y no le importo lo mal que se veía en esos momentos. Ella solo estaba decidida ya, quería sacarlo todo de adentro. Solo que no sabía cómo hacerlo y le daban miedo las consecuencias de ello. Su amistad con el tailandés, lo era todo para ella.
_Talvez si te digo todo yo...podría hacerte entender. Por qué reaccione de esa forma y el porque me siento tan apenada. _ Moon hablo apacible.
_Sabes que puedes decirme cualquier cosa, yo no te juzgare en lo absoluto. _ Jay Jay hablo en un hilillo.
Moon miro fijamente al chico y todos los recuerdos vividos con el pasaron por su mente. Justo como cuando estas a punto de morir y tu vida pasa frente a tus ojos. Moon supuso que después de decir lo que tenía que decir, algo dentro de ella moriría. Estaba dispuesta a hacerlo, lo diría.
_Me gustas... _Moon soltó.
Jay Jay se le quedo mirando a Moon. _Tú también... me gustas. _
De la manera más pura, ella lo escucho. Moon aseguro que era innecesario, ese nivel de pureza en alguien. Debía ser la juventud en su alma o la falta de sufrimiento en su vida. Moon no estaba muy segura, pero, sintió estar en la presencia de un ángel.
_No de esa forma. _Moon soltó.
_ ¿Que? _
A Jay Jay se le apago la voz, no supo que más decir. Miro el rostro de la chica buscando algo, algún tipo de señal. Lo que había escuchado, si aquello era real. No entendía si realmente era así, o si su mente estaba jugando con su corazón. Y si era así quizás, se estaba volviendo loco de amor.
_Me gustas desde que tomamos ballet juntos, me gustas desde que empezaste a defenderme de todos. Me gustas a pesar de que eres mi mejor amigo y que me guste mucho ser tu mejor amiga. Me gustas tanto que todo este tiempo juntos, ha sido tan difícil para mi corazón. Porque te quiero mucho más de lo que debería y ya no pienso seguir ocultándolo. _
La voz de Moon se quebró, las lágrimas en sus ojos volvieron a ceder. Ella se abrazó del chico como lo que era, su lugar seguro. Jay Jay no se apartó, más bien se acercó más. Con caricias en su espalda y arrullos en sonidos. Moon acepto todo ese cariño así no sintiese que lo merecía, lo tomo de la manera más egoísta. De corazón a corazón.
_Tranquila... _ Jay Jay susurro.
Moon sorbió su nariz como una condenada, mientras se iba en lágrimas. Ella no podia parar de llorar a cantaros, como si hubiese estado guardando esas lagrimas por años. Eran lágrimas de la más pura frustración, esa que no te permite estar con la persona que amas.
_Resulta que ahora eres mi prometido y demonios no puedo creer que me sentí feliz al saberlo. Soy tan patética al pensar que me amaras, cuando nuestra unión es solo una obligación. _Moon hablo entrecortadamente.
Jay Jay la acallo en un sonidillo y dio caricias en círculos en la espalda de la muchacha. La sintió respirar más uniformemente y quedarse en silencio mientras lloraba. Jay Jay sintió sus lágrimas bordear las esquinas de sus orbes, se obligó a no romper en llanto.
_Te cuento algo..._
Jay Jay encaro a la chica, con una sonrisa débil. Dio una caricia en las mejillas de la chica y se le quedo mirando tan profundamente. Su corazón palpito como nunca antes, como nunca antes había sentido jamás. Aquel corazón estaba tan feliz de ser correspondido, que no le importaba las condiciones en las que se encontraba.
_ ¿Contarme algo...? _ Moon se le quedo mirando a Jay Jay.
Jay Jay asintió castamente para Moon. _Recuerdo la primera vez que te vi, juré que eras la bailarina más impresionante. Hice de todo para quedar en tu misma clase, poder bailar contigo era un sueño. Quise que todos te valorase, de la misma forma que yo lo hacía. Cuando nos hicimos amigos, fui el chico más feliz. Incluso cuando esto no duro mucho, me empese a sentir diferente ante ti. Quise que me vieses con ojos diferentes, no sé porque cada vez me sentía menos ante ti. Soy un tonto que, se llenó de inseguridades. Porque estaba tan enamorado, que no pudo ver más allá..._
Jay Jay abraza a la chica en sus brazos y esta se deja hacer apegándose mas a su cuerpo. Jay Jay comprende que sus palabras han llevado el mensaje, de la manera más sencilla. Jura que nunca ha vivido un amor tan puro, no quiere dejarlo por nada del mundo. No quiere dejar a su bailarina de cajita musical, no quiere dejar a su princesa.
_ ¡Que hacer...! _ Moon hablo en un hilillo.
Una fogata en medio del bosque, reiteraba su presencia con su llamarada. Venía desde una de las cabañas del lugar, en el que una pareja se alojaba. Ellos habían decidido que era una buena idea prender algo de fuego y que este quemase todos los recuerdos del pasado. Tal cosa parecía solo una analogía, pero en realidad no era así.
Yoshinori se le quedo mirando a Moonhee. _ ¿Estas preparada para tirarlo al fuego? _
_Más de lo que pensé estarlo en toda mi vida. _ Moonhee hablo en un hilillo.
Yoshinori siente la seguridad perpetua en la voz de su amada, mientras esta lo mira fijamente a los ojos. La mujer tiene una fina libreta en su agarre, una libreta de la que solo ellos dos saben su historia. Contando historias del pasado de Moonhee, en el que sus problemas alimenticios apenas empezaban. En las hojas se podía ver como el problema solo empeoraba.
Cuando Yoshinori se dio de cuenta, la atrapo ojeando entre escritos. La chica veía todo con los ojos cristalizados y la mandíbula más que temblorosa. Yoshinori alargo su mano y acaricio el hombro de la chica, en una práctica espontanea por darle el apoyo que necesitaba.
Conocía lo que era vivir más que de cerca, con una persona que odiaba el aspecto de su cuerpo y se ponía cada juicio de los demás en un gran pedestal. Era la receta secreta para arruinar tu visión de ti mismo, crear miles de inseguridades de ti mismo. Incluso cuando Yoshinori creía entenderla durante los años, sabría que nunca llegaría a saber lo que pasaba por la mente de Moonhee al hacerse daño.
_No tienes que hacerlo hoy si no quieres. _Yoshinori murmuro entre labios.
Moonhee hizo un amargo. _Tengo que hacerlo algún día. _
Yoshinori deslizo su agarre hasta llegar a tomar la mano de su novia, ganándose la atención de la misma. Ella lo miro con ojos llenos de quien sabe que, los sentimientos en su mirada iban y venían. Yoshinori ahogo un respiro algo preocupado, Moonhee estaba pasando por algo que era más grande que ella. Crucial ante toda su lucha contra sus problemas alimenticios, un cierre representativo ante todo su pasado. Moonhee estaba tratando con todo su ser de ser fuerte, de finalmente dejarlo todo atrás.
_Moonhee... _Yoshinori llamo a la chica.
Moonhee trago hondo. _Yo no quiero seguir siendo esta Moonhee, la Moonhee que escribió este libro bien pudo haber muerto. Después de todo lo que hizo para intentar destruirse, es difícil entender como no lo consiguió del todo. Ella vive entre estos escritos Yoshinori y seguirá viviendo más, si no me deshago de ellos. _
Moonhee termina de decir sus palabras y decidida a terminar con todo lo hace. Tira la libreta a la hoguera, abierta justo en la última página de esta. Demostrando que quiere que todo acabe, que acabe para siempre. Nunca más quiere saber sobre apuntar progresos, que más bien parecían una especie de carta suicida.
El viento de verano pega necio, remueve el fuego dándole una fuerza feroz. La libreta se abre aflorando cada hoja escrita y se pueden ver los números bajar por cada hoja que se calcina. Los colores llamativos se vuelven incandescentes y un escalofrió recorre el cuerpo de Moonhee.
Rojo por todas partes, significaba metas desesperadas. Amarillo a la mitad, metas a medio plazo. Verde en detalles, metas a largo plazo. Finalmente estaba el azul, había muchas letras en ese color. Escritas en una linda caligrafía, todas sus recompensas siendo lentamente borradas por las llamas.
_Eres muy fuerte Moonhee. _Yoshinori soltó.
_Estoy complacida de que finalmente termino. _Moonhee hablo en un hilillo.
Yoshinori vuelve a tomar la mano de Moonhee, sosteniéndola ahí en medio de la nada. Ella refirma el agarre hasta que sus manos están completamente unidas, la situación pasa en una especie de cámara lenta. Yoshinori no suelta el agarre en ningún momento, permaneciendo ambos conectados. El tiempo entonces parece detenerse, como si todo a su alrededor tuviese un reajuste. Un nuevo comienzo para lo que ellos perciben, como la vida misma.
_ ¿Quieres un abrazo Moon? _
Moonhee no entiende por qué Yoshinori la llama hacia su regazo, pero eso no le impide que ella vaya a acurrucarse en el casi de inmediato. Se acomoda en su regazo de lado, dejando que sus brazos la rodeen completamente. Moonhee acomoda entonces su rostro en el cuello del japonés, disfrutando de su aroma característico. Ella lo ama con locura, toma una bocanada de ese perfume, solo para ella.
Yoshinori está pasando sus dígitos a lo largo de su espalda y la hace olvidar poco a poco toda la situación. Es duro tratar de quemar tu pasado, no es solo destrozar una libreta. Moonhee se lo pensó más profundamente, se trataba de renacer de aquellas cenizas en las que el pasado la había dejado.
Volver a ser aquella ave fénix, tenía que aprender todo desde cero. Tenía que aprender a amar lo que veía en el espejo, tenía que aprender a ponerse muy por delante de todo lo demás. Nadie mejor que ella podía cuidarla y no iba a permitir que la rompiesen nuevamente. Siempre pensaría en aquella niña de cinco años, su niña interna merecía todo el amor del mundo.
_ ¿Qué haría sin ti Yoshinori? _Moonhee tarareo tal canción.
_Tengo una misma pregunta en cuanto a ti. _Yoshinori hablo en un hilillo.
Moonhee entonces se giró de a poco, hasta encontrarse con la mirada de Yoshinori. Sus enormes ojos a través de sus lentes, tintineaban bajo la luz de la luna. Había una especie de ángel en su forma de ser, en la forma en la que siempre estaba ahí para ella. Moonhee amaba la existencia de ese chico, con tal locura.
Moonhee tomo el rostro del chico y planto un casto beso en sus labios, se encargó de prolongar ese contacto especial entre ambos. Le miro con todo lo que tenía en su alma, justo como lo había hecho años atrás. Cuando se había confesado ante el chico, sin siquiera darse cuenta. Estaba enamorada de la forma más pura, sin esperar nada.
_Te amo más de lo que nadie te amara en la vida, para mi eres el tesoro más precioso que tengo en mi vida. _
Yoshinori conecto el pasado con el presente, la comparación era casi efímera. Moonhee descanso en su hombro, tarareando una pequeña canción. La miro como nunca antes, tan bella bajo la luz de la luna. Tan bella como la luna misma, la luna que siempre había admirado.
_Te amo tanto, tanto, tanto. _Yoshinori miro fijamente a Moonhee. _ Mi bella luna..._ Yoshinori hablo en un hilillo.
La definición de estar enamorado, siempre había sido confusa en la mente de Jeongwoo. Durante toda su vida había sido una definición, que nunca había podido dar con exactitud. Cada que trataba de buscarle un correcto significado, siempre había algo que le impedía buscar la esencia del asunto. Como si algo en él no le permitiese sentir, aquella emoción tan compleja.
Jeongwoo supo después con ayuda de terapia, que para una persona con híper sensibilidad, sentir aquella emoción era algo con lo que no se jugaba. Así fue como Jeongwoo huyo de este sentimiento por años, hasta que ya no pudo escapar más. Cayo miserablemente ante los pies de un amor prohibido y lo sintió sin importar las consecuencias de sus actos. Sintió hasta lo más profundo de su alma y no se arrepintió de nada de lo que había hecho.
El chico no podía arrepentirse de amar a su alma gemela, la única persona que parecía poder entenderlo de pies a cabeza. Todos los líos emocionales en su ser, ese chico los leía tal poesía. Era bello el solo hecho de que Haruto siguiese ahí, después de tantos años de ir y venir. Jugar con el destino y que el destino jugase con ellos.
Jeongwoo se movió entre las sabanas, sin querer se separó del agarre de su chico. Jeongwoo no demoro mucho en estar absuelto, cuando unos fuertes brazos volvieron a acomodarlo justo donde estaba. Haruto le abrazo contra su pecho con ganas, gruñendo su nombre como si lo reclamase.
Jeongwoo lo observo mientras se despertaba, su rostro lucio tan jodidamente bien a pesar de todo. Con esas pestañas espesas, que rodeaban sus redondas orbes. Eran su cosa favorita en el mundo, la forma en como esos ojos le miraban. Como si no existiese nada más en el mundo que mirar, la última flor de loto en un casi desierto lago.
_Haruto. _Jeongwoo saboreo aquel nombre en sus labios.
Le encantaba decir su nombre, ver su expresión cuando lo decía. Haruto le prestaba toda su atención, se acercaba a él lo más que podía. Una química aparente que los conectaba de maravilla, como dos piezas de rompecabezas. Haruto parecía escudriñar cada detalle de su rostro por diversión, como si cada detalle de este le fascinase. Jeongwoo lucho para no sonrojarse como una quinceañera, se preguntaba cuando su corazón le iba a dar una tregua ante ese chico.
_ ¿Que? _Haruto soltó.
Jeongwoo respiro profundamente. _ ¿Puedo hacerte una pregunta? _
_Si. _ Haruto silbo.
_ ¿Para ti que se siente estar enamorado de mí? _Jeongwoo hablo con cuidado.
Como si cada palabra le quemase la garganta y le arremolinase el corazón hasta hacerlo polvo. La pregunta había salido tan de repente, pero en sus pensamientos había sido ya construida. Tenía esa curiosidad de saber cómo habían llegado hasta donde estaban, después de tanta adversidad. Jeongwoo quería palabras, que sustentasen los hechos.
Haruto se le quedo mirando a Jeongwoo. _Estar enamorado de ti es como, esa sensación de quedarse completamente dormido. _ Haruto respiro profundo. _Te empiezas a sentir soñoliento, tú cuerpo se vuelve cada vez más pesado. _Los ojos de Haruto se entreabrieron soñolientos. _Una sensación de estar bastante abrigado y que aquello le traiga una agradable calidez a tu cuerpo. Como si alguien rodease tu cuerpo en un abrazo y finalmente pudieses dormir plácidamente. _Haruto hablo en un hilillo.
_Eso es hermoso. _Jeongwoo hablo en un hilillo.
Jeongwoo se perdió en los ojos de su chico, en las palabras que veían de sus labios. La forma en la que su corazón había tomado el mando, al expresar aquella definición. Haruto estaba enamorado y no temía decirlo en ninguna forma. Jeongwoo nunca se esperó que algo así le sucediese, en la vida.
_ ¿Por qué lo preguntaste hasta ahora? _
La pregunta de Haruto lo despertó de sus profundos pensamientos y no se molestó en disimilar lo perdido que se sentía. Una neblina que no sabía que nombre ponerle, pero se sentía bien estar en medio de esta. Haruto consiguió el resto de su atención acomodando su cabello, unos mechones rebeldes que cubrían su rostro. Era la primera vez que tenía el cabello así de largo, Haruto adoraba su cabello así. Siguió acariciándole tal cachorro, solía hacer eso para relajarle.
_Quería saber si podías poner en palabras, todo lo que has hecho por mí. Durante todos estos años, que has estado alrededor de mí. _ Jeongwoo se le quedo mirando a Haruto. _Porque a mí me costó tanto figurar que era lo que significaba sentir esto hacia ti y todo lo que eso conllevaba en mi vida. Me tomo años encontrar un significado, uno que pudiese definir en exactas palabras, todo lo que he llegado a sentir por ti. _Jeongwoo confeso a corazón abierto.
_ ¿Entonces tienes un significado contigo? _Haruto se le quedo mirando a Jeongwoo.
_Lo tengo ahora. _Jeongwoo soltó.
Haruto repaso su mirada en Jeongwoo. _Me gustaría escucharlo. _
Jeongwoo mordisqueo su labio inferior. _Estoy enamorado de ti, es como esa sensación de levantarse en las mañanas. Tu cuerpo está en completa paz consigo mismo y lleno de energía para empezar un nuevo día. _ Jeongwoo sonrió de a poco. _Una sensación que te hace creer que estas más que vivo, e ir a por tus sueños sin importar ningún obstáculo de por medio. – Jeongwoo miro fijamente a Haruto. _Como si nada en este mundo fuese capaz de derribarte, eres una especie de ser de luz. _Jeongwoo murmuro entre labios.
Haruto no se contuvo en dar miles de pequeños besos en el rostro de Jeongwoo, como si no fuesen suficientes para demostrar lo que sentía. En realidad, nunca iban a ser suficientes, nunca habría un límite para su amor por el chico. Tenía mucho que darle a Jeongwoo, por todos esos años en los que, estúpidamente habían sido enemigos. Ahora sabía que aquello solo era un puente, para que la tensión entre ambos fuese y viniese. Siempre teniendo que sentir algo por el otro, había sido así desde que se conocieron.
_Nuestras definiciones de amor están conectadas, tiene sentido el hecho de que ahora seamos pareja. _Haruto silbo.
Jeongwoo se le quedo mirando a Haruto. _El cielo está con nosotros, el cielo está de nuestro lado. _
Finalmente lo puedo decir, he terminado de escribir esta historia. Pensé que nunca lo lograría, creo que le puse a esto más que solo mi tiempo... Esta historia significa mucho para mí, la empese a planear desde el 2019. Esta historia fue un desahogo de todo lo que había dentro de mí, todos los miedos que habitaban en mi ser. Todas esas heridas de niña, que posiblemente se abrirán en mi adultez. Cada personaje tomo una de ellas y me dio una visión de mi futuro. Hoy en día yo, ya no tengo tanto miedo del futuro.
Espero que hayan disfrutado esta historia de principio a fin, sé que lo hicieron la verdad. Gracias por todos sus comentarios, por leer cada uno de los capítulos. Esperen pacientemente los epílogos, son dos partes en línea del tiempo. También hare algunos extras, que hablaran del pasado de parejas de esta historia. Seran 5 de parejas principales y 5 de parejas secundarias. No me pregunten de que hablaran, los personajes de esta historia ya se esciben solos. Dejare que ellos me digan que historia contar de sus relaciones y traerselas a ustedes de la mejor manera.
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