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Capítulo 26 (4 parte)

La fiesta que había organizado la familia Park, finalmente había cesado su apogeo. Las amistades se habían ido y los familiares resguardado en sus habitaciones. No había mucho que quedaba por describir, más que un par de tortolos en la azotea. Sentados uno alado del otro, mientras comían lo que quedaba del pastel. Contemplando la luna, en conjunto a las estrellas. Conversaban de cada cosa que pasaba por sus mentes, joviales ante los comentarios del otro. Era como si el tiempo nunca hubiese pasado y siguiesen conservado esa esencia de amistad.

_El pastel que hicieron Haruto y Jeongwoo esta genial. _

Yoshinori comento después de un pequeño silencio, no había tocado el tema de la comida todavía. Yoshinori aún seguía siendo sumamente cuidadoso acerca de cuanto podía o no hablar acerca de alimentos frente a Moonhee. La chica lo observo mientras seguía comiendo, Yoshinori descubrió un tiente de nerviosismo al mencionar el tema. Moonhee se quedó mirando el pastel por unos segundos, para luego esbozar una repentina sonrisa. La sonrisa era suave y apacible a la recepción de cualquiera. Ella no estaba ya tan incómoda, más bien parecía haber asimilado la pregunta.

_Haruto cocino el pastel y Jeongwoo se encargó de decorarlo. _ Moonhee le echó un vistazo al pastel. _ Viendo bien, el pastel si quedo divino, creo que esos dos hacen un buen equipo. _Moonhee sonrió, ante todo.

Yoshinori sonrió mientras observaba a Moonhee. _Te acuerdas cuando estábamos como en secundaria y estabas acompañándome a hacer lecturas de literatura. Jeongwoo llego del curso de cocina emocionado, por saber usar la manga pastelera. _

Moonhee sonrió ante el recuerdo, señalando certera a Yoshinori. _Claro que me acuerdo de ese día, su rostro era muy gracioso. _ Moonhee rio divina. _Tenía la cara llena de crema pastelera y saltaba, creo que por comer tanta azúcar. El parecía muy feliz de haberlo logrado, incluso nos había traído pastel para todos. _

La sonrisa de Moonhee sitio ante el inicio del grato recuerdo, pero se fue borrando a medida que terminaba de recordar, como todo se había vuelto agrio aquel día. Moonhee no había comido el pastel que su hermano le había llevado, este se había decepcionado tanto de no verla comerlo. Moonhee se lo pensó durante toda la noche en aquel momento, lo pensó tanto que termino comiéndolo.

Moonhee comió y comió, perdiendo el juicio de las porciones, de las consecuencias que podían repercutir en su cuerpo. Después de aquella batalla perdida con su desorden alimenticio, Moonhee termino por vomitándolo todo. Un repentino asco que habito su ser, más ese impoluto vacío. Dejo todo de ella en ese escusado y luego perdió totalmente sus sentidos. Después de eso no recordó nada más, solo despertó en un hospital y ya. Había sido la primera vez, la primera de muchas.

Moonhee no lo supo en ese entonces, tampoco lo supo su hermano. Moonhee recuerda a su hermano disculpándose sin cesar con ella, él totalmente creyó que había jodido la receta. Moonhee no lo negó por vergüenza, pero en el fondo, se sentía tan culpable. Su hermano la cuido hasta que salió del hospital y prometiendo que aprendería de sus errores.

_Lo amo mucho, es el mejor hermano. _Moonhee dijo mirando a la nada.

Moonhee dio una cucharada más a su pastel y se la llevo a la boca para consumirla en su totalidad. Sin pensar en las calorías, sin pensar en que era una de sus comidas de miedo. Esos traumas del pasado, pensaba borrarlos con todo. No quería ni debía hacer sufrir a los demás, ni mucho menos hacerse sufrir a sí misma. Ella merecía mucho más que menos de mil calorías al día y más de cinco horas de ejercicio a la par.

_Terminaste todo el pastel. _Yoshinori se le quedo mirando a Moonhee.

Moonhee sonrió genuinamente. _Realmente lo hice. _

Yoshinori se acercó a darle un abrazo a Moonhee, uno que demostrase el apoyo que sus palabras no podían completar a decir. Moonhee había recibido aquel abrazo con gusto, ocupando su rostro en el cuello del japonés. Yoshinori sonrió ante las cosquillas que Moonhee siempre hacia sin querer en su cuello, pero que el disfrutaba sin más reparos.

_Felicidades por eso Moon. _ Yoshinori hablo en un hilillo.

Moonhee se separó para mirar a Yoshinori a los ojos y darle un sonoro beso en la mejilla. Vio como las mejillas del japonés se enrojecían y disfruto mucho de la vista. Yoshinori siempre era tan puro, tan transparente de ver. Moonhee aún no reparaba como nunca había notado los sentimientos del japonés, como solo pensaba que era ella la única desesperada por amar. Talvez era aquella amistad de tantos años que tenían o el hecho de que se volvían tan tímidos cuando se trataba de amarse románticamente.

_Gracias por estar ahí para mí siempre, este proceso ha sido difícil. _ Moonhee se le quedo mirando al japonés. _ Sé que fui una molestia en mi recuperación, pero prometo no volver a recaer otra vez. _

Yoshinori alcanzo la mano de Moonhee para tomarla entre las suyas, dando un par de caricias en estas. Las pulseras de Moonhee sonaron de a poco en un tintineo placentero, como el cascabel de un gato negro. Los gatos negros que siempre le habían recordado a la luna, luna que también le recordaba tanto a Moonhee.

_No tienes que prometerme nada Moon, solo tienes que prometértelo a ti misma. _Yoshinori miro fijamente a Moonhee. _Después de todo, tu siempre debes ser la primera persona, a la que le prometas algo. Solo tú puedes cuidarte tan bien como lo necesitas, en cualquier situación que se te presente. _

_Tienes un alma muy bonita Yoshinori. _Moonhee hablo en un hilillo.

_Me siento seguro contigo, lo suficiente como para mostrarme justo como soy. Nunca se me olvidan los consejos que me dabas en los primeros años de secundaria, cuando nos volvimos a re encontrar. Me ayudaste mucho con mi autoestima en ese entonces, lo sigues haciendo hoy en día. Aún no puedo creer que alguien tan linda como tú, este enamorada de mí. _ Yoshinori se volvió cabizbajo. _Sé que odias que diga eso, pero, no puedo evitar pensarlo de vez en cuando. _

Moonhee se le quedo mirando a Yoshinori. __Creo que no entiendes lo que yo veo, tampoco lo que ven los demás. Eres muy lindo, pero no te das cuenta. Odio que todavía haya algo de lo que los matones dejaron, pero no te preocupes. Yo me encargare de que desaparezca, a besos. _

Moonhee tomo el rostro de Yoshinori y le dio un casto beso en los labios. Yoshinori solo se le quedo viendo a la chica, como respuesta de aquel beso. Moonhee solo sonrió ante la respuesta del japonés y termino por darle otro beso en los labios. Moonhee lo encontró sumamente adorable y lucho contra el pensamiento intrusivo de pinchar sus mejillas. Después de todo Yoshinori era, su mayor reto de juicio aparente.




Moonhee se dedica a correr descalza por las habitaciones, teniendo extremo cuidado de no ser descubierta. Igual no se asusta mucho al hacerlo, ha hecho aquella travesura tantas veces. Escabullirse hasta la habitación del japonés, como una adolecente hormonal de dieciséis. En efecto, llevaba haciéndolo desde aquella edad, en la que ni siquiera se daba cuenta de su deseo repentino por dormir en los brazos de Yoshinori.

Tomando el pomo de la puerta la gira y el sonido sordo se desperdicia hasta volverse nada. Moonhee entra entre las sabanas y se acurruca abrazándose del cuerpo del japonés. Como siempre este da un certero respingo y se le queda mirando con la más pura sorpresa en esos tan angelicales ojos.

_Hola. Moonhee susurra.

_Me asustaste Moonhee. _Yoshinori soltó.

_ ¿Porque te asuste? _Moonhee silbo.

Moonhee siente como el japonés se acerca más a ella, entrecierra los ojos para poderla ver entre las sombras. Moonhee sabe que este no puede verla a detalle, no con la presbicia y miopía que este tiene. Moonhee solo sonríe divertida, al menos eso lo hace acercarse a ella como se debe.

_ ¿Y ese pijama que ocupas? _

Moonhee pensó que el japonés no se enteraría de que pijama estaba usando, pero ahora que este lo había visto. Talvez entre las sombras, se podía ver que tan poco cubría este de su cuerpo. Hasta un buen ciego lo vería, teniendo en cuenta las dimensiones del cuerpo de Moonhee.

_ ¿No te gusta? _Moonhee miro fijamente a Yoshinori.

Yoshinori trago hondo, recordando la imagen de Moonhee al llegar a su habitación. El pijama que esta ocupaba, dejaba ver mucho más de lo normal. Desde la manera en como su escote se pronunciaba, hasta la exposición total de las piernas. Yoshinori podía estar muy mal de la vista, pero no tanto como para no notar esos detalles.

Yoshinori trago hondo. _N-o es que no me guste..._

Yoshinori mantuvo su mirada en el rostro de Moonhee, no movió sus ojos hasta ningún lugar más. Se preguntó siquiera si la puerta estaba trancada, luego se regañó a si mismo por siquiera pensarlo. Yoshinori no creía que pudiese disimular la impresión que había dejado en él, todo lo que había visto en Moonhee.

_ Entonces si te gusta. _Moonhee soltó.

_ ¡Umm...! _Yoshinori mordisqueo su labio inferior nervioso.

Moonhee sonrió al ver a Yoshinori. _Yoshinori no tienes que seguir ocultándolo ahora que somos novios, no tienes que seguir ocultando que me deseas como mujer. _Moonhee soltó.

Yoshinori se le quedo mirando a Moonhee. _En realidad no te lo estoy ocultando, no hay parte de mi ser que disimule lo mucho que te deseo. Mas no voy a andar mostrándolo literalmente a todo el mundo, prefiero guardarlo solo para demostrártelo a ti. En el momento adecuado y poder hacerlo bien para ti. _

Yoshinori tomo el rostro de Moonhee y le dio un beso en la frente. El movimiento hizo que sus narices rozasen de a poco y que sus labios se colocasen tan pero tan cerca. Yoshinori sintió el profundo respirar de Moonhee, el toque tibio de este en sus labios. La cercanía de su pie, que se deslizaba de vez en cuando contra la suya. Yoshinori la deseaba sin medidas, pero la deseaba bien.

_Yoshinori..._Moonhee se le quedo mirando al japonés.

_Duérmete por favor, ya es tarde. _ Yoshinori recito para Moonhee. _Mañana debemos levantarnos temprano, para ir a las cabañas. _

Moonhee respiro profundo ante la petición, pensando en las palabras del japonés. En cuantos años este la había deseado, en cuantos años había esperado pacientemente por ella. Moonhee entendió el cómo un tiempo más para el japonés, no significaba nada. Contando el hecho de que este era un caballero y que probablemente estaba esperando a que ella lo pidiese.

Moonhee nunca había sido la que pedía hacerlo, siempre habían sido sus novios. De repente se preguntó, las cuantas veces había deseado en conjunto con sus parejas. No lo recordaba en realidad, solo recordaba hacerlo porque era casi su deber. Sin duda las cosas con Yoshinori eran diferentes, nunca se había sentido tan respetada como mujer.

_Buenas noches, te quiero. _

_Yo también te quiero Moon, duerme muy bonito. _

Moonhee sonrió ante el comentario lleno de cursilería, pero que en el japonés iba tan lindo. Se terminó acercando al japonés y este la abrazo mucho más. El cuerpo de Yoshinori la cubría a pesar de la falta de tela, la mantenía tibia arrullándola con cuidado. Moonhee se sentía querida y segura con el japonés.




La cena en la casa de los padres de Yedam se movía bien, platos contra cubiertos como siempre. Yedam lo agradecía hasta ahora, sabiendo muy bien que sus padres no eran los más sociales. Le bastaba con que aceptasen a Asahi, afortunado del hecho de que hacían mucho más que solo aceptarle. Sus padres les parecían una fantasía ver a un japonés en casa, siendo ellos tan fanáticos del anime y los videojuegos.

Yedam a diferencia de sus padres, solo se limitaba a gustar de los videojuegos. Durante muchos años, era lo único que lo unía a sus padres y que le permitía pasar tiempo con ellos sin sentir que era una carga. Se sentía horrible pensarlo siendo solo un niño, pensar en lo poco deseado que se sentía. Cuando veía a otros padres estar tan atentos de sus hijos, mientras que los suyos apenas notaban su existencia.

Yedam nunca reclamo absolutamente nada a sus padres, convenciéndose de que eso era lo que le tocaba recibir. Yedam pensó por años que aquel mediocre amor de sus padres, era suficiente para su enorme corazón. O al menos eso fue lo que pensó en su niñez y con toda la inocencia de esta. Yedam no vio venir el cómo en su adolescencia las cosas, cambiarían a una necesidad insaciable de recibir ese amor que tanto había faltado.

Yedam se vio a si mismo rogando por amor a cualquiera, manipulando a cada ser que podía caer en sus manos. Cualquier cosa por un poco de amor, lo había dado todo infinidad de veces. A personas que no lo merecían, mas era su afinidad más redundante. Nada mejor que ver a los padres en los demás y tener esa sublime segunda oportunidad.

_ ¿Les gustaros los regalos que les traje de Japón? _

Yedam escucho la voz del japonés empezar la conversación, de otra forma no comenzaría jamás. Sus padres no eran muy sociables debido a su síndrome de asperger, un tipo de autismo funcional. Los padres de Yedam se valían mucho de su inteligencia y en constante enmascaramiento de su autismo. Era casi indetectable para alguien ignorante sobre el tema, pero en el caso de Yedam era diferente.

Yedam podía notar cada característica de asperger en sus padres, características que había normalizado por años. Después de todo Yedam, había vivido por años enfrentándose a la condición de sus padres. La falta de socialización, la poca empatía. Las obsesiones de sus padres y la forma en la que se enfocaban en ellas.

Yedam aun recordaba cómo estos se encerraban por días, sumidos en sus propias afinidades. Sin mencionar que eran adictos al trabajo, después de todo era otra de sus obsesiones. No por hecho de trabajar, sino lo que conllevaba el trabajo. La cultura de los videojuegos, había sido más que solo una mina de oro familiar.

_Los peluches son bonitos, gracias por el obsequio. _

Hyejin observo la papa frita que había entre sus manos, examinando con cuidado su aspecto. Luego siguió con la textura de esta, cerciorándose de que esta no estuviese aguada. Luego el olfateo justo antes de comprobar que no olía a nada más que papas. Masco disfrutando de la papa, era la última que se llevaba a la boca.

_De nada señora Bang. _Asahi hizo contacto visual con Hyejin

La mujer tenía una cabellera negra y abundante. Su rostro era largo y con facciones marcadas parecidas a las de Yedam. Era una belleza exótica, como solían decirle a la más clásica belleza oriental. Clásica era la palabra correcta, juraba que había visto reinas de la antigüedad muy parecidas a la madre de Yedam.

_ ¿Le gustaron los regalos a usted también? _

Asahi se dirigió entonces a Ian, olvido que debía ser directo. Los padres de Yedam no respondían a preguntas al libre albedrío, era más considerable ser súbitamente directo. Eso facilitaba la comunicación para ellos y para todos en general. Asahi observo como el hombre llamado Ian, le miro con sus ojos rasgados. Como una fina línea se presentaban, la curvatura almendrada les daba un toque de estar delineados. Piel morena que Yedam, no había heredado por completo.

_Las figurillas que trajiste para mí, me ayudaron a completar mi colección. _Ian soltó.

_Me alegra poder ser de gran ayuda, su colección es impresionante. _Asahi fue sincero.

_La empecé desde muy joven, siempre he tenido afinidad por las figurillas. _

Ian conto los chicharos, eran unos diez incrustados en su tenedor. Este era de plata, con unos dibujos de dragones tallados delicadamente. Luego se los llevo a la boca, a gusto de terminar aquellas verdes esferas. Masco con cuidado de que ninguna se fuese sin mascar, no quería sentir incomodidad.

_Le digo un secreto señor Bang, las figurillas fueron complicadas de conseguir. _ Asahi unió su mirada con la de Ian. _Tuve que acudir a mis contactos para encontrarlas, pero todo sea por ayudarle en su colección. _

_ Eres un buen chico Asahi. _ Ian aseguro.

Asahi se sintió satisfecho con conversar con los padres de Yedam, igual ya estaba acostumbrado a sacarles así sea algo de conversación. Lo hacía porque le nacía y porque los padres de Yedam se lo permitían. Asahi sintió entonces la mirada intensa de Yedam a lo lejos, lo miro de vuelta curioso.

_ ¿Que estas mirando tanto? _Asahi se dirigió a Yedam.

Yedam sonrió de a poco. _Nada. _

_Yedam está enamorado de ti. _ Ian soltó.

_Desde hace varios años. _ Hyejin aseguro.

Yedam trago hondo ante la mirada que le dio el japonés, este parecía estar tratando de no reírse del asunto. Asahi era muy respetuoso al conversar con sus padres y Yedam solía solo quedarse callado. Se arrepentía en esos momentos, puesto que sus padres solían ser brutalmente directos al hablar. Ni una pizca de nada entre líneas o tacto para decir las cosas.

_No sabía eso..._Asahi murmuro.

_Mis padres solo están tomándote el pelo. _Yedam soltó.

Yedam maldijo en su mente, pero no podía quedarse callado. No cuando Asahi parecía estar comiéndoselo con la mirada, al paso que iba no dejaría ni sus huesos. Lo jodería el resto de su vida, pues sabía que lo escuchado era verdad. Yedam no lo iba negar, estaba algo colado de Asahi desde que lo conoció. No románticamente, pero si le parecía atractivo a la vista. No sabía las cosas que había hecho que sus padres pensasen así, pero tampoco se atrevería a preguntar. Le daba miedo la respuesta, la cruda respuesta.

_Nosotros no hemos tomado el pelo de Asahi. _Ian soltó.

Hyejin miro a su hijo. _Eso sería irrespetuoso Yedam. _

_Lo que estoy tratando de decir es que..._Yedam respiro profundo. _ Olvídenlo. _

Yedam se mordió la lengua, observando como Asahi se aguantaba una sonrisa. Él peli blanco parecía estarlo disfrutando, si en definitiva lo disfrutaba. Yedam estaba más que seguro, Asahi tenía un fetiche con cómo la gente se obsesionaba con su aspecto.

_Bueno nosotros tenemos que ir a trabajar, pero fue una bonita charla muchachos. _

Hyejin se levantó de la silla, sacudiéndose rápidamente las migajas que le habían quedado. Odiaba la sensación en su cuerpo, por suerte Ian estaba ahí para ayudarla a quitarlas también.

_Volveremos de viaje antes de que te vayas a las olimpiadas. _Ian se dirigió a Yedam.

_Lo prometen..._Yedam se le quedo mirando a ambos padres.

_Claro. _

Hyejin le dio un medio abrazo a Yedam, mientras que Ian solo le dio dos toquecitos en el hombro a su hijo. Yedam solo se quedó quieto recibiendo con ansias, disfrutaba del esfuerzo que sus padres hacían por darle algo de cariño, incluso cuando odiaban el contacto corporal. Yedam ya no se los pedía, pero recordaba como de niño era rechazado la mayoría de veces. Eso le creo un hambre extraña por el contacto corporal, su forma favorita de dar y recibir amor termino siendo el toque.

_Mentirosos..._

Yedam lo dijo sin miedo a ser escuchado, incluso cuando sus padres ya habían cruzado la puerta principal. Yedam entonces sintió los brazos de Asahi, el peso de su cuerpo sobre sus piernas. Yedam se apegó al cuerpo del japonés, mentiría si no dijese que necesitaba ese abrazo.

_Haz silencio por favor, te van a escuchar. _

Asahi susurro en el oído de Yedam y sintiendo como Yedam apretaba el agarre. Asahi sabía lo que eso significaba, Yedam estaba cabreado.

_ ¡Que lo hagan entonces, así se dan cuenta de su error! _Yedam arrastro cada una de sus palabras.

Asahi se dedicó a mirar a Yedam, pegando su frente a la de la peli naranja. Un beso fugaz que se permitió dar sobre los labios de Yedam y el agarre de vuelta que este le dio. La mano del coreano viajando a lo largo de su cuello, un jalón para volver a unir sus labios. Capto los labios de este, que se unieron a los suyos con tal necesidad.

Como si tratase de drenar toda, absolutamente toda su frustración en aquel beso. Un beso constante, sus rostros en un va y ven de movimientos y sus lenguas, deslizándose sobre la línea de los labios del otro. Asahi se alejó en busca de algo de aire, mientras observo a Yedam cabizbajo y jadeante.

_Ellos han cambiado bastante ahora que vienes menos, como si te extrañasen más por aquí. _Asahi hablo apacible.

Yedam se le quedo mirando a Asahi. _Obviamente me extrañan, ya no hay nadie que les cuide. Siguen siendo como un par de niños, siempre lo van a ser. _ Yedam se odio a si mismo por decir aquello. _ Tienen autismo, mis padres tienen autismo. _ Yedam lo repitió con pesar. _Juro que trato de entenderles al cien por ciento, pero a veces no puedo evitar sentirme mal por ellos. _

Yedam pego su frente en el pecho de Asahi, este lo abrazo dándole pequeñas caricias a lo largo de su espalda. Yedam se permitió derramar un par de lágrimas, las suficientes como para liberar su frustración. Le había tocado cuidar de sus padres, era solo un niño en ese entonces.




Asahi arremolina sus dígitos entre las hebras de cabello de Yedam, quien yacía dormido sobre su cuerpo. Ambos estaban en el sillón de la sala de estar, escuchando algo de música aleatoria. Yedam parecía estar dormido, pero sus ojos seguían abiertos. Asahi lo atrapo mirando profundamente a la nada, mientras respiraba pesado.

_Estas demasiado pensativo. _Asahi se le quedo mirando a Yedam.

_He estado sobre pensando. _Yedam suelta con sinceridad.

_Podríamos tener una conversación, hace mucho que no tenemos una. _Asahi silbo.

Yedam le dio una mirada al japonés. _Nos estás haciendo ver como que solo cogemos, cuando sabes que hacemos mucho más que solo eso. _

Asahi se quedó pensativo ante la palabrería de Yedam, eran una pareja bastante activa en cuanto al tema. No había un solo lugar del departamento en el que alquilaban, en el que no hallan follado como animales. Asahi sonrió de a poco ante sus pensamientos, pero juraba que no estaba exagerando. Cuando ambos los estaban haciendo, eran como dos seres insaciables. Seres que no paraban hasta conseguir lo que deseaban, para luego pasar a un estado de shock post orgasmo. Asahi no lo iba a negar, el sexo con Yedam era increíble.

_Yo también creo en nuestros momentos de conversación, momentos como el que estamos teniendo justo ahora. Anda dime de una sola vez, estoy aquí para escucharte. _

Yedam se quedó pensativo ante lo que el japonés había puesto sobre la mesa de conversación. Yedam aún seguía siendo un poco oxidado en cuanto a conversar de cómo se sentía, acerca de la relación que tenía con sus padres. El como aquella relación, había cambiado el curso de su vida de manera permanente.

_He estado pensando en mis padres, en lo que su mediocre manera de amarme hizo en mí. _ Yedam hizo una mueca. _En como hasta ahora me doy cuenta de lo importante que pudo haber sido, hablar sobre mis sentimientos frente a ellos y no guardármelo todo. Creo que lo empecé a hacer muy tarde, por miedo a abrumarles. _

Yedam sintió ese deber desde niño, esa sensación de que estaba obligado a crecer rápido. Incluso siendo un niño sabía, que sus padres no eran como el resto. La manera en como sus amigos hablaban del cuidado que recibían de sus padres, simplemente no coincidía con la que había recibido durante su vida.

_Tú no tienes la culpa de la situación de tus padres, igual siento que ellos realmente te aprecian. Solo que bueno... ya sabes, criar a un hijo es difícil. _Asahi hablo despacio.

_Incluso si fui deseado no me sentí así, incluso si me amaban no me sentí así. Terminé buscando amor en malos lugares, rogando por algo que bien pude obtener de mis padres. _

Yedam quería al menos decir que estaba arrepentido, pero se conocía a si mismo demasiado. Sabía que aquel error de rogar por amor, lo cometería incluso si hubiese pedido más a sus padres. Sus peticiones simplemente, hubiesen sido echadas a la basura. La falta de empatía de sus padres, no desaparecería por un berrinche suyo.

Asahi se le quedo mirando a Yedam. _ Tampoco creo que hubieses querido guardarte todo como yo y que el resultado fuese aislarte como un condenado toda tu vida. _ Asahi miro fijamente a Yedam. _ Aún me sorprendo a mí mismo cuando te veo a ti y el saber que te tengo como novio. Son cosas que nunca me permití desear, son cosas que nunca vi para alguien como yo. _

Yedam se acomodó en el espacio que el japonés había hecho y le miro fijo por un largo tiempo. El cómo este seguía acariciando su cabellera y parte de su barbilla. Dibujando trazos en su rostro, justo como hacía desde que se habían conocido. Yedam ahora entendía, era una forma en la que Asahi se grababa su rostro para posteriormente dibujarlo a la perfección.

_Yo tampoco me vi a mi mismo teniendo una pareja estable, alguien al que pudiese llevar dignamente de la mano. Sin miedo a que nos descubriesen, ocultándonos en las sombras. _ Yedam miro hacia la nada. _Me sentí sucio por años, como si no valiese la pena. Me encasille así tal cual, sin valor. El saber que tú me aceptabas por lo que era y me valorabas por cada pequeña cosa en mí. Aún estoy tratando de asimilar, que esto es lo que merezco. _

Yedam se sintió por años como alguien que simplemente, no valía la pena de tener. Se miraba al espejo diciéndose, que migajas eran siempre mucho mejor que no comer nada. Agradecido de hasta la más mínima atención que recibía y dando el doble de vuelta.

_Nos merecemos el uno al otro, ahora que nuestras almas se empiezan a curar. Que nuestros niños internos finalmente van obteniendo sus juguetes preciados, representados en el amor y aceptación de nuestros padres. _ Asahi se le quedo mirando a Yedam. _Así que no dudes de ellos completamente y tenles algo de paciencia. Solo es cuestión de saber aceptar a las personas, justo como esa terapia de pareja que estamos teniendo. _

Yedam asintió de a poco. _Pensé que era una estupidez al principio, digo... estábamos bien. Mas ella tenía razón cuando dijo, que todo mejoraría con el tiempo. Que dejaría de doler poco a poco y que nos permitiríamos sentir más. _Yedam arrastro aquella última frase.

Asahi escucho aquella frase en su mente, sentir más. Durante años el japonés, se había aislado tanto, sin compartir más que en su arte lo que sentía. Toda su frustración convertida en arte, le había servido para sobrevivir por años. Incluso en su actualidad, no podía vivir sin ser artista. Dibujar para él era una catarsis, que le impedía volverse completamente loco.

_ ¿Crees que tu corazón la perdonara algún día? _Asahi se le quedo mirando fijamente a Yedam.

Yedam le tomo aquella pregunta desprevenido, pero sabía que era aquella pregunta que algún día el japonés le haría. No era como si no hubiesen hablado de Boa un millón de veces, pero esa pregunta nunca había llegado. Yedam había dejado claro por años, que no estaba muy seguro de la respuesta.

_Mi corazón la perdono al volver a verla, incluso cuando no lo entendí en esos momentos. _ Yedam recito. _La manera en la que este palpitaba me sonsacaba, pero fue suficiente ruido como para que yo fuese totalmente sincero con ambos. _ Yedam respiro profundo. _ Debo aceptar que ella no fue el problema, sino ambos. Ella nunca me ofreció nada, yo solo desee todo. Era un crio necesitado de amor, que estaba dispuesto a todo para obtenerlo. Si lo ves, en conclusión, no había manera de que algo de lo que tuvimos sobreviviese. _ Yedam trago hondo. _ No es como en las películas, sin duda nunca lo es. _

Yedam solo pensó una y otra vez. Joder seguía doliendo como el primer día, en el que ella finalmente se alejó. Por todas las veces que Yedam se arrodillo ante ella y beso el suelo que pisaba al caminar. La adoraba con todo su ser, nunca había visto mujer más hermosa en su vida. Yedam sabía que, en el fondo, siempre dolería un poco. Incluso si ya no la amaba románticamente, los rastros de su devoto amor hacia ella, probablemente nunca se irían por completo. Como un fiel que venera a su diosa, ese era el amor que siempre sentiría hacia ella.

Asahi se le quedo mirando a Yedam. _Amo cuando hablas con total seriedad y despojas tu corazón poco a poco. Es como si estuviese conociendo un nuevo tú y simplemente me encanta. _

Yedam sonrió divino. _Lo suficiente como para darle un beso. _

Asahi arrugo su nariz. _Mucho más que solo eso. _

Asahi delineo los labios de Yedam a gusto, con un suave toque de las yemas de sus dedos. El como el coreano entreabría sus labios dóciles, dejando que el toque siguiese. Los ojos expresivos de Yedam mirándole fijamente, como si fuese la única persona en su mundo. Le vio sonreír mientras tomaba su mano he iba a por sus labios.

Yedam tomo su rostro y apego sus bocas en un suspiro. Dando pequeñas probadas, que hacían ese característico y coqueto sonido. Asahi se dejó hacer dócil, abriendo su boca a merced de Yedam. Disfrutando de como aquella sensación, llenaba mucho más que su deseo. Era mucho más que solo corporal, difícil de explicar en simples palabras.




Junkyu llevaba ya mucho tiempo pensando, demasiado sumido en sí mismo. Lo había logrado otra vez, había dicho esa pregunta atorada en su garganta. Las dudas sobre lo que seguía, era lo único que quedaba. Sabía que no debía comparar el pasado con el presente, pero indirectamente lo hacía. Igual en contra de todo pronóstico autodestructivo del pasado, seguía pensando en darlo todo de si nuevamente. Confiaba en esta nueva Jiwoo y ella sentía lo mismo al final.

Tintineos contra el ventanal lo distrajeron de la nada, tintineos que no cesaban en absoluto. Una infinidad de lo que parecían ser ruidos, de alguien que caminaba por doquier. Junkyu quería seguirlos ignorando, pero le dio curiosidad saber si era alguno de los trabajadores de la mansión. Lo cual era poco probable, nadie trabajaba a media noche.

_Maldito ruido. _

Junkyu se levantó de mala gana, no se molestó en colocarse nada encima. Solo tomo sus pantuflas y se dispuso a caminar hasta el ventanal. Barrio las cortinas sin esperarse más que la iluminación de la luna, pero fue una vista diferente la que le toco. Un Jaehyuck se encontraba terminando de escalar sobre el ventanal y Junkyu no pudo contener el miedo de verlo caer. Tomo su mano para jalarlo consigo, y lo vio estabilizarse ágil.

_Hola. _Jaehyuck soltó.

Jaehyuck saludo mirando de arriba abajo, olvidando lo poco que Junkyu ocupaba para dormir. Unos pantalones de chándal a cuadros, más unas pantuflas simples. El look seguramente era más caro que toda su carrera, los ricos tenían muy curiosas formas de gastar.

_Enloqueciste por completo, en serio eres un idiota. _Junkyu regaño.

Jaehyuck se le quedo mirando a Junkyu. _Ya deberías saber cómo soy cuando quiero algo, solo voy a por ello sin medidas. _

Junkyu bufo. _Se me había olvidado lo bien que escalabas, olvidé también cuando fue la última vez que te vi entrar por mi ventana. Joder pudiste haberte lesionado, han pasado años Jaehyuck. _

Junkyu tomo el rostro del moreno sin pensarlo mucho y se aseguró de que este no tuviese ningún rasguño. En definitiva, no había mucho, solo algunas gotas de sudor debido al esfuerzo hecho. La respiración de Jaehyuck seguía ajustada, chocándose contra la palma de su mano. La sensación le enchino la piel rápidamente, Junkyu alejo su mano ante la mirada de Jaehyuck.

_No he perdido el toque de esto Junkyu, jamás me permitiré perderlo. _Jaehyuck soltó.

Jaehyuck recordó un carrete de veces en las que se escabullo en la mansión, en algunos de sus intentos desesperados por recuperar a Junkyu. En todos y cada uno de ellos, había logrado su cometido. Cada uno de esos encuentros, habían terminado en una reconciliación. Ellos enredándose violentamente en cada parte de la habitación, no había un solo lugar en el que no lo hayan hecho. En discreción por supuesto, o al menos eso intentaban. La habitación de Junkyu era una de las más alejadas del resto y técnicamente ser silenciosos, era solo un por el fetiche de ser descubiertos.

_ ¿Qué haces aquí a media noche? _Junkyu fue directo.

_Te extrañe. _Jaehyuck soltó.

Junkyu se le queda mirando a Jaehyuck. _Ahora dime la razón real. _

_Te extrañe. _Jaehyuck volvió a repetir.

Junkyu coloco los ojos en blanco. _Entra antes de que te descubran, no quiero explicarle a nadie esto. _

La última vez que Junkyu había explicado aquello, había sido tremendamente vergonzoso. Para su suerte lo había descubierto Doyoung y una ida de compras había bastado para callarlo. Junkyu extrañaba ese Doyoung caprichoso de lo material, ese que hacia cada berrinche por un antojo. El pelirrojo era un consentido de la familia y no se podía creer que ya no vivía en la mansión.

_Recordaba este lugar más espacioso. _

Jaehyuck saco conversación, aunque también fue sincero. No recordaba mucho de la habitación de Junkyu, solo recordaba todo lo que habían hecho en esta. Intoxicado de tanto hacerlo, no se impresionaba de no recordar cada detalle de infraestructura.

_Entraste unas cinco solidas veces y no precisamente a ver la decoración. _Junkyu silbo.

_También recuerdo esas veces, todas a detalle. _Jaehyuck sonrió para Junkyu.

_Anda dime que es lo que te está jodiendo, puedo ver en tu rostro que tienes un lio mental tremendo. _

Junkyu se sentó en la cama hasta acostarse en esta y darle un par de golpecillos al lugar que quedaba vacío. No hizo falta decir más nada, Jaehyuck se lanzó en la gran cama matrimonial y no dejo ni un solo centímetro entre sus cuerpos. Pegados hombro con hombro, mirando fijamente hacia el techo.

_Me gusta James, me gusta mucho. _Jaehyuck soltó.

_Interesante. _Junkyu tarareo.

Junkyu escucho aquella confesión viajar por su mente, se sentía como un dejavu. Cuando Jaehyuck le había dicho hace mucho, que estaba interesado en alguien mas, o que al menos estaba tratando de que fuese una completa realidad. Junkyu deseo en ese pasado, deseo estar poniendo también de su parte. No fue exactamente lo que hizo, volvió a rogar, volvió a entregarse y volvió a fallar. Odiándose así mismo por semanas, hasta que finalmente aquello lo consumió. Un arrebato le dio muchas más fuerzas para alejarse, de lo que se la había dado no seguir hiriéndose más.

_Me adentré en el hotel donde se queda su familia y fingí ser un mesero para verle. _Jaehyuck rio amargo.

_Podías haberlo visto en la universidad. _Junkyu le dio una mala mirada a Jaehyuck.

_Nadie va en vacaciones a la universidad. _Jaehyuck devolvió aquella mirada de Junkyu.

De repente estaban mirándose el uno al otro, una conversación profunda entre ambos. Como cuando estaban en aquel internado y apenas eran unos conocidos. Si, conocidos con conversaciones profundas. Conversaciones que tenían mucha más confianza, que las que tendrían mejores amigos en su vida.

_Olvidaba ese detalle. _Junkyu hablo en un hilillo.

Jaehyuck respiro profundamente. _Le dije todo lo que sentía Junkyu, es la primera vez que soy tan franco. Con todo esto finalmente me siento un hombre libre, pero, creo que él me rechazo sin siquiera decir mucha palabrería. _

_ ¿Cómo estas tan seguro de ello? _Junkyu respondió cuidadoso.

_Me dio su número personal. _ Jaehyuck soltó. _ ¿Que se supone que hago con eso? Sabes soy pésimo en esto de comunicación, yo necesito algún tipo de contacto. _

Junkyu negó rotundo. _Que seas un fuckboy no significa que te vas a limitar a serlo el resto de tus días y en parte siento, que él te dio una clara oportunidad de intentar cortejarle. _

Jaehyuck se quedó en el aire. _Talvez fuese más fácil si no me intentara ligar a un jodido príncipe o talvez sea el hecho de que fui brutalmente honesto con cómo me sentía acerca de mi sexualidad. Le conté todo lo que necesitaba saber para rechazarme, incluso el hecho de que fuiste el chico que me saco del closet. _

Junkyu se le quedo mirando a Jaehyuck, un buen dato de su parte. Junkyu no sabía que era la razón por la cual Jaehyuck, pero aquello no lo hizo sentir orgulloso en lo absoluto. Junkyu había amado profundamente a Jaehyuck por años, pero verle sufrir amándolo de vuelta, simplemente no se sentía, bien.

_Él te dio su número. después de eso cambia mi perspectiva de las cosas. _Junkyu hablo apacible.

_ ¿Cómo estas tan seguro de decir eso? _

Jaehyuck se acercó curioso, solo algo de espacio entre ellos. Jaehyuck podía sentir el aliento mentolado, a través de la conversación de Junkyu. La loción de su rasurado fresco, con ese olor característico a mahogany. La piel lechosa lucia extra suave, el olor a vainilla desprendiéndose de a pocos. Junkyu siempre lucia tan limpio, tan jodidamente perfecto.

_Le soltaste todo tu drama de closet al chico más closetero del mundo y creo que no comprendes lo que eso significa. _Junkyu señalo con cuidado hacia el moreno. _Él te ve como un igual denominador en cuanto a historia de vida, sintió empatía de eso estoy seguro. Lo que sea que quiera contigo, tiene buena intención de mantenerlo. _

Jaehyuck mordisqueo su labio inferior. _ ¿Por qué es que nunca pudimos conversar así en el pasado? _Jaehyuck susurro.

Junkyu miro a lo largo del rostro de Jaehyuck. _Porque la mitad de nuestras interacciones se basaban en tensión sexual y liberar esa tensión sexual. _ Junkyu hizo una pequeña pausa. _ No recuerdo una sola conversación en la que tuviésemos un argumento con conclusión, pero no me quejo de todos modos. Éramos demasiado jóvenes Jaehyuck, nos queríamos comer el mundo de un bocado. _

Jaehyuck miro fijamente hacia el pálido y aquello solo le llevo a darle un abrazo. Junkyu se quedó quieto ante su arrullo, pero, después de unos segundos simplemente cedió. Junkyu lo abrazo complementando perfectamente, descansando el mentón justo en su hombro. Respirando cerca de su cuello y aquello se sintió como si hubiese regresado a su hogar. Hogar dulce hogar, finalmente apreciaba estar ahí sin destrozarlo todo he irse desalmado.

_Soy feliz de tener tu consejo al final de esta historia, no volveré a ser un idiota contigo nunca más, lo juro. _Jaehyuck susurro.

Junkyu se removió peñizcando malandro, haciendo que Jaehyuck pegase un respingo. Ambos riendo bajo el abrazo, que ninguno de los dos quería dejar ir. Terminando por volver al abrazo inicial, sin mucho movimiento exagerado. Solo ellos dos y aquel simple contacto.

_En definitiva tu no lo harás, mi corazón está blindado ante ti. _Junkyu soltó despacio.

Jaehyuck se soltó después, solo para acariciar el cabello de Junkyu. Sedoso ante su toque, el olor a vainilla saliendo de este. Jaehyuck quiso escondes su nariz en la abundante cabellera, pero se limitó. Junkyu ya había soltado muchas de sus advertencias y valoraba las oportunidades que este le estaba dando. De comenzar todo otra vez, como una segunda oportunidad.

_Te amo como lo que eres, el platónico de mi vida. _

_Lo mismo digo, realmente lo hago. _




Doyoung camina hacia el vasto mar, mirando fijamente hacia este. Lo hace completamente despacio, sintiendo la arena mojada en las plantas de sus pies. Todo su cuerpo tiembla con desgracia total, el frio de la media noche le castiga rotundamente. No sabe cómo demonios ha llegado hasta ahí, pero eso es lo de menos en esos momentos.

Doyoung no piensa en mucho, en realidad, solo piensa en una cosa, una en específico. Está pensando en él, en donde demonios se ha ido. Por qué cree que lo encontrara ahí, justo en esa playa. Pudieron haber sido tantas playas, por qué tenía que ser su playa. La playa en la que se dieron su primer beso, en la que hicieron el amor por primera vez.

Doyoung se imagina lo peor, realmente lo hace. La manera en cómo se había expresado Dohwan en la carta, lo hacía ver como una despedida. Se imaginó tantas cosas, tantas que no podía pensar derecho. Su mente no se aclaró en todo el camino hacia al mar y siguió así hasta que algo lo detuvo.

Doyoung freno de golpe al ver aquella silueta, la reconocería una y mil veces. Algo en sí mismo se alivió automáticamente y casi quiso ir a darle un abrazo. Más sabia que Dohwan no se dejaría, el irradiaba un aura de culpabilidad.

Doyoung solo se limitó a caminar cerca de donde estaba y luego sentarse justamente a su lado. Quedándose en silencio por un largo periodo de tiempo, sintió como aquellos silencios entre ellos, seguían sintiéndose sorpresivamente cómodos. Doyoung no lo menciono en lo absoluto, esta vez no se permitió romper el hielo de aquella conversación.

Doyoung sabía que ya había hablado tanto durante todo el periodo de tiempo de aquel año, en el que sus mundos se habían desmoronado. Venía siendo hora de que Dohwan hablase, sabía que podía hacerlo. Había leído su carta más veces de las que debía, incluso llevaba aquel anillo en su dedo índice.

El anillo en su dedo índice, lo había colocado ahí justo después de que su mano haya sido pedida. Doyoung no la había colocado ahí como una aprobación a la pregunta, sino como un símbolo de toda su historia con Dohwan. Seguían siendo almas gemelas, después de todo.

Doyoung lo tomo como una señal y alargo su mano como pudo. Doyoung busco la mano de Dohwan y estas se terminaron uniendo como si se tratase de imanes. Sus manos se acomodaron frente la mirada de ambos, mostrándose ambos anillos. La luz de la luna destellando contra las piedras de las argollas, luciendo divinas ante la vista de ambos.

_Es curioso como ambos decidimos ocupar nuestros anillos de compromiso y en lo injusto que es la realidad de que nunca nos vamos a casar. _Dohwan hablo en un hilillo.

Dohwan finalmente se atrevió a ver el rostro del pelirrojo, este lo estaba observando de antemano. El brillo en sus ojos era tenue, pero seguía justo ahí. Dohwan no reparo aquella realidad, solo supo que aquel pelirrojo era alguien muy fuerte. Un guerrero de mil y una batalla.

Doyoung recorrió el rostro de Dohwan. _Es curioso ver como ambos coincidimos en venir a esta playa y en lo injusto que es la realidad de que, técnicamente hayas planeado pedirme matrimonio, en el lugar en el que nació nuestro amor. _

_Es curioso como ambos seguimos siendo almas gemelas. _Dohwan reparo con un atisbo de duda.

_Y en lo injusto que es que nunca podamos volver a estar justos como tal. _

El si ambos seguían siendo almas gemelas, de la vida. Justo como se hablaba de los amores de la vida, talvez siempre seguiría siendo así. Lo confirmo sin muchas más vueltas, pues recordaba la existencia de Junghwan. El chico que había llegado no para reemplazarle, sino para ocupar un lugar diferente. Junghwan era el alma gemela de toda la vida, de Doyoung. En conclusión, era también, el amor para toda su vida. Pensarlo le hizo añicos el corazón más, fingió fervientemente no sentirse así.

Dohwan miro fijamente al pelirrojo. _Siento que mi corazón se rompe cada que te veo, siento que mi corazón se cura cada que te veo. Siento que mis lágrimas podrían drenarse hasta secarme, siento que podría reír hasta ya no más. Y ese es el verdadero problema Doyoung, no puedo explicar claramente que es lo que siento por ti. Creo que nunca seré capaz de hacerlo y hasta entonces. _ Dohwan hizo un pequeño amargo. _Alejarme de ti es todo lo que puedo hacer, justo como dije en mi carta. Hasta que mis sentimientos se apacigüen, hasta que deje de sentir algo por ti. _

Doyoung sintió como sus orbes se humedecían, la mirada fija de Dohwan sobre sus ojos vueltos un solo mar. Doyoung dejo ir sus lágrimas sin vergüenza alguna, no era como que alguna vez temió verse débil ante Dohwan. Doyoung trato de pensar más allá de las palabras dichas, pero la conclusión era tan clara. No importaba cuanto intentaba atrasar aquella realidad, seguía acercándose sin medidas.

_ ¿Es esto una despedida? _Doyoung dijo a través de sus labios temblorosos.

Dohwan se le quedo mirando a Doyoung. _Llámalo como quieras Doyoung, pero la verdad es que no lo sé. _ Dohwan hablo despacio. _ No sé si es una despedida, no sé si es un hasta luego. No sé si será para siempre o si habrá una fecha para esto. Lo que, si se es, que esto es lo mejor para ambos. _

Dohwan suelta de a poco, Doyoung no da para soltar su mano. El pelirrojo se deja llevar y el lo deja ser. Mas cuando ambos están uno frente a el otro, a orillas del vasto mar, la imagen se torna como lo que es. Es una clara despedida, de dos almas semejantes.

Doyoung deja el agarre de sus manos de a poco y Dohwan agradece en sus adentros. Dohwan sabe que no es capaz de soltar de ultimo y la verdad es que nunca lo hará. Siente como Doyoung deja ir a la par de caricias, hasta que la calidez de la mano del pelirrojo sobre la suya se va.

Cada quien, poniendo de su parte, la imagen se explica por si sola. El cómo Dohwan se aleja ante palabras y el cómo Doyoung se aleja a través del tacto. Siendo sus exclusivas formas de amar, las que se despiden por última vez.

_Prométeme que algún día volverás, prométeme que algún día volverás. _

Dohwan no se esperaba más, lo vio mirarle fijamente con aquellos ojos de océano. Estos estaban empapados un llanto en pleno silencio. Doyoung estaba tiritando, no pudo aguantarse y le abrazo con fuerza. Lo resguardo tan protector, deseando que nadie dañase a su pequeño pelirrojo. Incluso cuando era el mismo, la persona que más lo había dañado.

_Doyoung..._

_Prométeme que serás bueno. _Doyoung insistió.

Doyoung se apegó al abrazo, aprovechando lo que quedaba de su encuentro. Esperando desesperadamente el que Dohwan confirmase que cumpliría su promesa, algo en el fondo de su alma decía que esta vez debía creerle. Doyoung no sabía si era la emoción o simplemente eran aquellos retazos de amor agonizando en su ser. Lo que sea que fuese, el siempre iba a elegir creer.

_Lo prometo. _






Listo, me quede sin estabilidad emocional, pero termine finalmente el penultimo capítulo. Ya estoy en eso de escribir el ultimo caítulo y luego lo demas ya es facil porque es el epílogo. Lo estuve pensando y si quiero hacer extras, espero no cambiar de opinion. 



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