Capítulo 16 (1 parte)
La pequeña habitación se vuelve cálida, debido a los rayos que traspasan el envejecido ventanal. Doyoung es el primero en sentir el amanecer, que cosquillea por cada parte de su ser. Lo hace despertarse perezosamente, tratando de recordar en donde está. Doyoung abre los ojos para repasar el lugar, estos terminan cayendo en Junghwan. Doyoung sonríe ampliamente de solo verlo, esta pacíficamente dormido en sus brazos. Puede llegar a escuchar su respiración pesada, tal parece que se la lleva el viento. Música para sus oídos y arte para su visión. Doyoung quiere picarse de pronto, demasiado bueno para ser real.
Doyoung no puede resistirse a la hermosa imagen, termina acercándose más de lo debido. Doyoung casi no lo puede controlar, sus labios pican por depositar un beso. Quiere decorar ese rostro a besos, que sus labios estén plasmados en cada rincón. Sabe que es mucho pedir aquello, se conforma solo con la mitad. Dejando un casto caminillo de besos, obviando esos labios que tanto venera. Tratando de ser sutil ante el encanto, luchando contra sus pasiones.
Todo aquello parece ser en vano, el chico se remueve al tener el último beso. Doyoung se aleja algo arrepentido, cuando su mirada se encuentra con la de Junghwan. Un mordisqueo constante de labios y unos ojos de cachorrillo. Doyoung está tratando todo para que al otro se le olvide, que lo ha levantado a besos. Junghwan parece ser persuadido a regañadientes, no demora en dejar ir una media sonrisa. Doyoung suspira de alivio, mientras recibe caricias venideras. Lo agradece demasiado rápido, demasiado ansioso para su gusto. Doyoung se acomoda sobre la mano del chico, se deja mimar con más profundidad.
_ ¿Qué hora es? _
Junghwan rompe el silencio, con esa profunda voz de recién levantado. Doyoung siente como esa voz ronronea en sus oídos, enviando electricidad por todo su cuerpo. Le toma un tiempo calmarse, matando el tiempo en alcanzar su reloj. La pieza de rubíes se resbala en su muñeca, lo deja sin tiempo restante. Doyoung checa la hora, son las siete de la mañana. Doyoung desvía la vista del reloj, la lleva hasta Junghwan.
_Son las siete de la mañana. _
Doyoung apenas puede pronunciar en voz alta, pero sus labios se han movido bien. El pelirrojo espera una reacción normal, pero eso es lo último que contempla. Junghwan abre los ojos ampliamente, se sienta en la cama de una. Doyoung lo imita de apuro, sin entender su reacción completamente. Junghwan se le queda mirando, pero está perdida en sus pensamientos.
_ ¿Estás seguro de lo que dices? _ Junghwan suelta.
Doyoung asiente de una. _Mira por tu cuenta. _
Doyoung extiende su muñeca hasta el chico, este la toma para cerciorarse. Junghwan cuenta los rubíes para saber la hora y vuelve a repasar en duda. Una vez lo ha hecho un par de veces, se da cuenta que es verdad. Junghwan lleva su vista hacia el pelirrojo, dejando ir su mano con cuidado.
Junghwan jadea. _No puede ser... _
Doyoung frunce el ceño. _ ¿Que? _
_ ¿Cómo es que esto sucedió? _Junghwan murmura.
_No entiendo... _
Doyoung se acerca más al azabache, se le queda mirando a la espera de una respuesta. Junghwan está muy metido en sus pensamientos, así que solo le queda esperar. Junghwan abre la boca para decir algo, lo hace varias veces. Como titubeando en si decirlo o no.
_Me he quedado completamente dormido, sin tomar mi medicación para el insomnio. _Junghwan murmuro.
Junghwan finalmente lo dice, aquello que ha estado vagando en su mente. Ha unido cabos de aquí para allá y todo indica que sí. Con la visita de Doyoung, a Junghwan se le había olvidado tomar su medicación. No reparaba como había logrado dormir, no reparaba como había dormido tantas horas.
_Talvez fue por la medicina de la gripa. _ Doyoung recordó a Junghwan.
Junghwan negó rotundamente. _Mi cuerpo suele resistir esas pastillas. _
Más que resistir aquellas pastillas, casi eran una especie de caramelo. Junghwan tomaba pastillas desde los dieciséis, pero ya las había experimentado mucho antes. Ser huérfano de madre y padre, no había traído lo mejor en Junghwan. Estupefacientes era lo que abundaba, en el mundo en el que se desenvolvía. Los solía vender constantemente, llego a ser conejillo de indias de sus jefes. Junghwan fue hamaqueado en sus memorias, por un Doyoung algo efusivo. Lo miraba con brillo en sus ojos, Junghwan empezó a concentrarse en ello. Tratando de olvidar esa porquería de vida, esperaba algún día lograrlo.
_ Eso significa que te has dormido casi naturalmente, eso significa que podrías estar mejorando. _
_Yo... _Junghwan no supo cómo seguir.
_Eso me hace muy feliz. _ Doyoung sonrió ampliamente.
Junghwan se le quedo mirando a Doyoung. _Creo que podría ser gracias a ti. _
Doyoung miro de vuelta a Junghwan. _ ¿Yo? _
_Me he dormido en tus brazos Doyoung. _
Junghwan tomo ese rostro entre sus manos, contemplando ese chico. Junghwan dibuja ese caminillo rosa en sus mejillas, la rosácea le sienta divinamente al chico. Muy aparte de toda esa belleza exterior, sabe que su interior lo, es más. Doyoung es curativo, Junghwan podría asegurarlo. Por la manera en como se ha derretido en sus brazos, como ha dormido tal niño pequeño ¿Cuándo fue la última vez que durmió así? Realmente no lo recuerda. Junghwan no ha sabido lo que es tener paz, hasta que conoció a Doyoung.
_Yo no creo ser la cura de ninguna persona. _
Doyoung se vuelve cabizbajo, recuerda el amargo pasado. Doyoung creyó que podía arreglar personas por medio del amor, creyó que Dohwan algún día cambiaría por él. Un gran error de su parte, errores que habían dejado miles de cicatrices. El chico había sido irreparable, lo arrastro a su propio infierno. No importaba cuantas veces Doyoung unía los pedazos, este siempre lograba quebrar nuevamente.
Junghwan miro fijamente a Doyoung. _Pero lo eres. _
_ ¿Cómo es eso siquiera posible? _
Los ojos de Doyoung se llenaron de lágrimas, Dohwan siempre lo hacía querer llorar. Lagrimas que siempre tuvo que aguantarse, que enmascaro con una enorme sonrisa. Ahora frente a Junghwan, Doyoung era capaz de dejarlas ir. Rodando divinamente en sus redondas mejillas, fueron secadas por los dedos del chico. Doyoung lo agradeció con una mirada, una que Junghwan entendió bien. Le sonrió de a poco, hasta que aquello le calmo.
_Eres simplemente tú, la manera en cómo me haces sentir. Con tan solo tu presencia, me haces sentir en paz. Siento que hay esperanzas para volver a amar, para volver a ser feliz. Quiero que te quedes en mi vida Doyoung, estoy dispuesto a luchar por ti. _
Yedam llevaba ya varias horas esperando lo inevitable, esa conversación que debía tener con Asahi. Dormir fue algo que no pudo hacer bien, también tuvo que cuidar del chico. Asahi había llegado destrozado, le había confesado su amor. No sabía exactamente que daño le habían hecho, pero conocía la reputación de los padres del japonés. Los políticos más influyentes de Japón, tan obsesionados con el poder. La personalidad liberal de Asahi, no era algo que a ellos le gustase.
Yedam fue despertado de sus pensamientos, un Asahi que se removía en su cama ¿Por qué rayos estaba en su cama? Muy buena pregunta. Asahi siempre pero siempre, mantenía tranca a su cuarto ¡Quien sabe dónde dejaba la llave! Yedam se dio por vencido después de buscarla por una hora, lo recostó a un lado de su cama. Yedam solo sabe, lo difícil que fue dormir a su lado. Lo miro, lo miro por horas, tratando de ordenar sus pensamientos. Hablando de mirar al japonés, era exactamente lo que hacía. Compartieron una mirada y esa fue la señal.
_ ¿Así que, te gusto? _
Yedam se apoyó en su silla de juego de los vengadores, mientras mantenía una fija mirada en el japonés. Este se levantaba de mala gana, justo como todos los días. Cuando finalmente se compuso, se revolvió la cabellera azarado. Yedam sabía lo que sentía, sabía lo que estaba recordando.
_ ¿Que? _Asahi hizo una mueca.
Asahi hace memoria de inmediato, recordando cada momento. Sus padres siendo sus padres, el siendo el. La absurda confesión a su amigo y no recuerda lo que vino después. Asahi siente una jodida jaqueca, le taladra las sienes por cada memoria.
Yedam le dio una mirada a Asahi. _Hubiese preferido que me lo dijeses sobrio. _
Asahi le da una mirada a Yedam. _Hubiese preferido que me besases sobrio. _
Yedam se tornó cabizbajo. _Perdón por eso. _
Yedam sabía que besar al japonés había estado mal, tan mal como que, estaba tan mal que le costaba mirarle. Asahi estaba enamorado hasta los cojones y nunca lo había notado siquiera. Yedam se obligó a mirar al chico, incluso cuando apenas podía. Asahi hizo un amargo evidente, su rostro se volvió sombrío.
_Me ofende que te estés disculpando. _Asahi susurro.
_Debiste detenerme..._ Yedam se levantó para señalar a Asahi. _ ¿Por qué no lo hiciste? _
Asahi bufo. _ ¿Por qué lo preguntas? ¿Acaso no te lo dije ya? _
Yedam se terminó sentando en la cama, el colchón se meneo hasta que quedaron frente afrente. Yedam miro a lo largo del rostro de Asahi y este imito sus acciones tal replica. Yedam sintió la necesidad de gritar, Asahi era sumamente indiferente. Nunca había conocido ese Asahi, pero conocía personas que sí. Aquellos que intentaron jugar con el chico, todos llegaron a recibir su merecido. Yedam pensó en ello un poco más, estaba a punto de recibir el suyo.
_Quiero escucharlo otra vez, del Asahi sobrio. _Yedam exigió.
Asahi coloco los ojos en blanco. _Si me dices porque me besaste, lo repetiré cuanto quieras. _
Yedam respiro profundamente. _Supongo que debo admitirlo, siempre me llamaste la atención. Probablemente te bese, porque simplemente quería. Como tú no me detuviste, las cosas se volvieron una costumbre. Si hubiese sabido lo que te estaba haciendo, si hubiese sabido que estabas enamorado de mí. _
Yedam se quedó en silencio, ante la mirada punzante de Asahi. Este se le acercó para estudiarlo, pero ya no quedaba mucho espacio. Yedam sintió algo de sed, su garganta tan seca. Tragando hondo, pero no había mucho que tragar. Nada más que esa dura indiferencia, no la pasaba. Asahi chasqueo la lengua, le dio una mirada a Yedam.
_ ¿Eres bi? _Asahi indago.
Yedam cerró los ojos fuertemente, mientras arremolinaba sus dígitos en su cabellera color zanahoria. Jadeo ante la sola idea, había sido hetera toda su vida. Se llegó a preguntar ¿Por qué volvían esas dudas? Esas dudas que lo invadieron en su juventud y que juraba haber aclarado. Lo había intentado, lo había intentado con chicos. No se había sentido bien, no como con Asahi ¿Por qué tenía que volver aquello? ¿Por qué su cuerpo exigía a Asahi?
_Es la primera vez que me pasa algo así, creo que me lo estoy tomando bastante bien. Mas no tengo todas las respuestas a tus preguntas. _
Yedam no quería usar esa frase de "Estoy confundido" Era la frase más molesta del mundo y nunca la iba a usar en su vida. Mas debía ser honesto, estaba confundido. Asahi había venido a rebobinar las cosas que, creía que sonaban bien. Yedam hubiese preferido cualquiera, hubiese jugado con cualquiera sin remordimiento, pero Asahi, no era cualquiera.
Asahi hizo una mueca. _No te estoy pidiendo que seamos algo ¿Sabes? _
_Pero sé que lo deseas ¿Sabes? _Yedam soltó.
_No sentimos lo mismo el uno por el otro, eso solo hará todo incomodo entre nosotros. _Asahi alzo la voz.
_ ¿Que estas tratando de decirme con eso? _Yedam alzo la voz.
_Sera mejor que me mude de tu apartamento, talvez distanciarnos un poco. _Asahi soltó.
El japonés se levantó de la cama como pudo, manteniendo una cara de póker. No quería mostrar sentimientos frente a Yedam, el los interpretaba bien. Leería perfectamente que no quería, que no deseaba irse del apartamento. Asahi solo quería acurrucarse en un ovillo y rebobinar el tiempo atrás. Talvez muy atrás y no ser el espermatozoide elegido. Una mano lo detuvo, sosteniéndose firmemente en su muñeca. Asahi se giró a encarar al coreano, le dio una mirada de muerte.
_Asahi... _Yedam suplicó.
_Déjame solo. _Asahi grito.
_No. _Yedam grito.
_Es lo mejor. _Asahi sentencio.
_Asahi. _Yedam insistió.
_ ¿Que? _
Asahi sintió que su voz temblaba, tenía que huir antes de perecer. Yedam soltó un poco el agarre, acaricio su mano mientras se acercaba, Asahi se sintió aún más débil. Intentando desesperadamente evadir esa mirada, esos ojos de zorro por los que moría. Cualquier cosa que le pidiese, se juró negarse rotundamente.
_Nosotros podríamos, podríamos intentarlo. _
_Decirlo es muy fácil. _
_Pensarlo también, así que, piénsalo. _ Yedam tomo el mentón del japonés hasta que lo encarase. _ Estoy siendo bueno contigo, porque te quiero. _ Yedam llevo una fugaz mirada a lo largo de los labios de Asahi. _ Te quero de varias formas, según los besos que nos hemos dado. _
_Ya. _
Asahi giro su rostro hacia un lado, siendo aún más frio. Se zafo de un solo intento, camino hacia la puerta. Tomo el pomo de esta, felicitándose por llegar tan lejos. Solo le faltaba cruzar el umbral, seguir adelante sin parar. Asahi se animaba sin parar, mientras todo de él flaqueaba.
_ ¿A dónde vas? _
_Tengo que buscar un disfraz para la fiesta. _Asahi fue sincero.
_Iré contigo a la fiesta. _
Asahi se giró sobre sus talones, dándole una mirada a Yedam. El chico caminaba justo a donde estaba, tan cerca que le causaba mariposas. Asahi puso su mano como barrera, esta aterrizo en el pecho de Yedam. Este solo se quedó mirando aquella mano, luego hasta su rostro. Se quedó mirándolo fijamente, como preguntando mil cosas.
_Para... _ Asahi alzo la voz. _ ¿Piensas que estamos bien? _
Yedam hizo una mueca y eso fue lo último que presencio Asahi. En un movimiento agilo, lo acorralo contra la puerta. Asahi escucho como este choco y se cerró contra su espalda. Yedam lo miraba fijamente, algo de frustración en sus ojos. Una mano que ocupo en sus rubios cabellos, deslizando sus dedos por los piercings de su oreja. Asahi jadeo ante el toque, odiando esa parte débil de su cuerpo. Yedam sonrió de medio lado, conociendo muy bien esa debilidad del japonés.
_Debería agradarte la idea de que te acompañe, sabes que me pondré muy borracho y que terminaremos medio haciéndolo en el sofá. _Yedam soltó.
Asahi aparto la mano de un zape, miro al suelo después de ello. Yedam no hizo nada, nada más que esa sonrisilla despreocupada. Asahi aprovecho para abrir la puerta y cerrarla de un portazo. Una vez estando al otro lado, no pudo evitar maldecir. Primero en silencio, después el solo.
_Vete al demonio. _ Asahi soltó.
Jihoon remese en sus brazos a un pequeño, mientras lo mira fijamente. Tratando de adivinar su edad, antes de que alguna monja se lo dijese. Según lo que puede notar, parece estar cerca de cumplir los cuatro años. El niño excede el arrullo de sus brazos, sus piececitos rozan el piso. Jihoon asiente como si lo entendiese todo, sabe que este solo busca algo de atención. Sabe muy bien lo que se siente, lo comprende más de lo que desearía.
_Entonces mamá me dejo aquí, pero sé que ella algún día volverá. No lo prometió exactamente, pero sé que así será. _El niño explico.
Jihoon miro el tag de nombre del niño, solo decía su primer nombre. El niño se llamaba Chan, según lo que decían las escrituras. Jihoon lo repitió varias veces en su mente, para memorizarlo muy bien. Jihoon era asistente del orfanato, después de todo. Lidiaba con aquellas conversaciones a menudo, pero aquella tenía un tinte especial.
_ ¿La extrañas? _Jihoon fue coloquial.
Chan asintió de una. _Mucho. _
Jihoon lo llego a entender, a su edad también sentía lo mismo. En esos tiempos de inocencia, llego a tener a su madre en un pedestal. Hoy en día se arrepentía, se arrepentía de cada cosa. Su madre era una mujer insensible, también muy egoísta. Las palabras que pensó, le cayeron como un rayo en los orbes. Jihoon no quería llorar, no era el mejor momento.
Jihoon miro a Chan. _ ¿Tienes algo para recodarla? _
Chan sonrió ampliamente. _Si. _
_ ¿Que? _Jihoon fue curioso.
_Mi rostro. _El niño señalo su cara con orgullo.
Jihoon frunció el ceño. _ ¿Tu rostro? _
Chan asintió un par de veces. _Cada que extraño a mi mamá, suelo verme al espejo. Sé que me parezco a ella, porque soy su hijo. Eso me hace sentir que la he visto, que algo de ella sigue aquí conmigo. _
Chan jugo con sus manos al terminar de hablar, miro a Jihoon estando orgulloso de sí mismo. Una sonrisa más, adorno el rostro del niño. Jihoon hizo un breve silencio, aprovecho para acariciar la cabellera de Chan. El niño se dejó hacer tal recompensa, probablemente el primer mimo en años.
_Eso es muy inteligente. _Jihoon soltó.
Los ojos de Chan brillaron. _ ¿Tú crees? _
_Si. _Jihoon aseguro.
Chan sonrió a gusto con la conversación, para luego fruncir el ceño divinamente. Se le quedo mirando al chico que lo arrullaba, tan desconocido como la mayoría de las personas alrededor. Chan había llegado hace apenas unos días de su largo viaje, venia directamente del orfanato de Busan.
_ ¿Qué hay de ti? _Chan silbo.
_ ¿Yo? _Jihoon frunció el ceño.
_ ¿Y haces tú aquí? ¿También perdiste a tu mamá? _
Jihoon se quedó en el aire con aquella pregunta, mientras sentía como las heridas se reabrían por completo. Chan había sido sumamente perceptivo, Jihoon aún no reparaba lo inteligentes que eran los niños. Volvió su mirada hasta el infante, quien esperaba pacientemente la respuesta. Jihoon no sabía exactamente como contestarla, sin ser brutalmente sincero. Su mente no daba para más, sin poder manejar bien la situación.
_Chan... _
_Mashiho. _Chan sonríe ampliamente.
Jihoon desvía su vista al escuchar una voz muy conocida, topándose con una imagen bastante agradable. Chan esta entre los brazos de Mashiho, ambos comparten un reconfortante abrazo. Jihoon solo se queda ahí, presenciando como ha sido salvado por la campana. Presenciando como ahora el japonés secretea algo al infante y este asiente repetidas veces. Jihoon se queda extrañado, Chan se ha ido a jugar por otro lado. Aún más anonadado, cuando el peli rosa se le acerca. Imitando su posición al estar sentado en el piso, quedan uno frente al otro.
_ ¿Qué le dijiste a Chan? _Jihoon silbo.
_Le dije que eran iguales. _
Jihoon no argumenta de vuelta, es toda la verdad ¡Qué más da si un niño sabe de su pasado! Solo espera que no intuya detalles. Jihoon queda satisfecho con sus conclusiones, pasa al tema principal. Mashiho, que está justo en sus narices, como esperando que diga algo. Jihoon decide seguirle el juego, pero manteniendo en mente esa distancia. Están completamente claros de su relación y no quiere volver atrás insanamente. Un nuevo comienzo no es algo que ve cercano, un deseo casi imposible.
_ ¿Qué haces aquí? _Jihoon indaga.
_Ahora soy voluntario aquí. _Mashiho suelta.
Jihoon frunce el ceño. _ ¿Por qué? _
Mashiho hace una mueca. _Mentiría si dijese que no fue por ti. _
Jihoon bufa. _ ¿Por mí? _
Mashiho se encoje de hombros. _Tú fuiste el primero que me trajo aquí, me presentaste a todos aquí. Descubrí lo bien que se siente estar en este lugar, con niños que se sienten igual que yo. Talvez por eso sigo viniendo aquí, talvez por eso tú también lo haces. _Mashiho miro fijamente a Jihoon.
_ Es así. _Jihoon suelta.
Mashiho presencia ese molesto silencio, ese que invade el espacio que los divide. Mashiho desea romperlo, en desesperación pura. Jihoon luce a kilómetros de distancia, incluso cuando solo lo separan centímetros. Peligrosamente cerca, puede ver cada detalle. Jihoon resplandece tal miel traslucida, bajo esos constantes rayos de sol. Su cabellera dorada, esos ojos avellana y esas pecas marrones. Mashiho lo aprecia desde lejos, como si fuese un tesoro. Un tesoro que ya no puede tener, un tesoro que alguna vez desestimo.
_Jihoon. _Mashiho rompe el silencio.
Jihoon mira fijamente a Mashiho. _ ¿Que? _
_ ¿Por qué? _La voz de Mashiho se quiebra.
_ ¿Que? _Jihoon habla en un hilillo.
_ ¿Por qué estás tan calmado ante todo este infierno? ¿Por qué dejas que las llamas te consuman? _Mashiho busca la mirada de Jihoon.
Jihoon conecta su mirada con Mashiho. _Soy yo el que llamo todo este infierno, me merezco todo esto Mashiho. Perderlo todo no me asusta, ya te he perdido a ti. _
Mashiho se queda viendo al chico, mientras este se va de a poco. Cuando está lo suficientemente lejos, toda la pesadez del mundo invade su alma. Mashiho se torna cabizbajo, casi arremolinado en sí mismo. Un gran respiro de resignación pura, no es tan fácil poner ese corazón en la tierra.
Jeongwoo siente como se atraganta con su americano helado, hasta el punto en que la bebida sale a gotas por su nariz. Intenta calmarse mientras procesa lo que le ha dicho su mejor amigo, recuperando la respiración de a poco. Le da una mirada de incredulidad al chico, pensando en si es una broma o algo así. Pero no hay nada de chiste en esa cara, esa cara de enamorado que se lleva. Junghwan solo se limita a secar su nariz con un pañito, sin temor a toparse con sus mocos. Junghwan aun esta resfriado, aunque ahora se ve un poco mejor. La piel esta menos pálida, la musculatura está más acorde con sus entrenamientos.
_ ¿En serio vas a pedirle a Doyoung que sea tu novio? _Jeongwoo chillo.
Junghwan deja ir una risilla. _Si. _
_ ¿Desde cuando eres tan valiente mi amigo? _Jeongwoo silbo.
Junghwan suspira. _El amor te hace hacer cosas que nunca antes pensaste que podías hacer. _
Jeongwoo mira fijamente a Jughwan. _Estas hasta el culo por ese pelirrojo. _
Junghwan se sonroja. _ ¿Se nota mucho? _
_Más de lo que puedo soportar. _Jeongwoo silba.
_Ya. _
Junghwan intenta detener la escena de Jeongwoo, que consiste en hacerse el desmayado. Lo sostiene como puede de las gradas, pero este termina acostándose en su regazo. Junghwan sabe que era su plan desde el principio, el moreno siempre hace el mismo movimiento. No le queda más que dejarse hacer, no le importa demasiado.
_Me vas a hacer vomitar con tus cursilerías. _Jeongwoo hace muecas.
Junghwan le tapa la boca a su mejor amigo, este deja un beso en su palma. Junghwan intenta no reírse, eso solo alargaría el juego de Jeongwoo. Junghwan está tratando de tener una muy seria conversación, pero con Jeongwoo es un tanto difícil. Decide colocar una cara seria, mientras acorta la distancia un poco.
_Al menos yo no llore todo el fin de semana por, ya sabes quién. _
Jeongwoo le da un zape a la mano de Junghwan. _ ¡Ya! _
_ ¿Que? _Junghwan pica.
_ ¿Quieres que te llene la camiseta de mocos otra vez? _
Jeongwoo jalonea la camiseta de Junghwan, mientras recuerda un poco del fin de semana. Jeongwoo lloro más de lo que deseaba, hasta el punto de tener que refugiarse en Junghwan. Lo bueno es que el chico estaba libre, incluso del pelirrojo. Jeongwoo le conto todo con detalle, lo hizo sentir un poco mejor.
_Tengo una nueva, por si quieres volver a llorar en este pecho. _Junghwan levanto sus cejas.
Jeongwoo hizo un puchero. _La oferta es algo tentadora, pero no. _
Jeongwoo se levantó del regazo de Jughwan, mientras este rodaba los ojos en blanco. Jeongwoo se volvió a sentar como de costumbre, se dispuso a tomar lo que quedaba de su café. Le dio un sorbo discreto, hasta que sintió la mirada juzgona de Junghwan.
_ ¿Eso significa que no iras a la fiesta? _
_ ¡Aja! _Jeongwoo dejo ir la pajilla.
Junghwan le dio una mirada a Jeongwoo. _Tú y tu afán por huir de tus sentimientos. _
Jeongwoo le dio una mirada a Junghwan. _Habla directo. _
_Deja de ser un inmaduro de mierda por primera vez en tu vida y acepta que te gusta Watanabe Haruto. Lleva tu trasero a la fiesta de Halloween y háblale sobre tus sentimientos. _
Jeongwoo trago hondo. _ ¿En dónde entra mi hermana en esto? _
Jeongwoo pensó en su hermana, venia pensando mucho en ella. Lo que sea que tenía que pasar, todos los escenarios eran terribles. Mas Jeongwoo debía aceptar, que Junghwan tenía razón. Sin contar la charla con su madre, quien había tenido un punto. Estaba enamorado del japonés y no había vuelta atrás.
Junghwan miro a la nada. _Eso depende de cómo se den las cosas. _
_ ¿Y qué pasa si todo va de los mil demonios? _Jeongwoo mordisqueo la pajilla.
_Aquí esta esté pechito. _Junghwan señalo su pecho.
Jeongwoo rio un poco, mientras le daba un manotazo a Junghwan. El chico solo se echó a reír a la par, mientras lo miraba cómplice. Si era que las cosas iban mal, al menos seguía teniendo algo. Junghwan siempre estaba cuando más lo necesitaba y el hacía lo mismo por el chico. Tenía un mejor amigo, uno de verdad.
_ ¿Sabes lo mucho que te quiero? _Jeongwoo canturrio.
Junghwan puso cara de póker. _Ya lo sé. _
_ ¿Pero tú sabes, lo mucho que te quiero? _Jeongwoo insistió.
_Yo también. _Jughwan soltó.
Jeongwoo le dio una mirada a Junghwan. _Dame un abrazo para que se me pegue tu valentía de enamorado. _
Jeongwoo extendió sus brazos llamando a Junghwan, este fue hasta donde estaba. Se fundieron en un cálido abrazo, uno que ambos necesitaban. Junghwan rio un poco más, Jeongwoo seguía canturriando sus amores. Cosa muy típica del chico, era más cariñoso de lo que los demás pensaban.
Junkyu repasa su lista de llamadas hechas, tratando de coordinar perfectamente la fiesta. Decide organizarlas siempre por su cuenta, si es que uno de sus hermanos no se encarga. La cosa es que ahora, sus hermanos parecen desaparecerse muy seguido. Junkyu comprende a su hermano mayor, sabe que está tratando de controlarse ante las provocaciones. En cuanto a su hermano menor, siente que se está perdiendo algo.
Junkyu para en una plaza para conseguir licor, uno que no tenga tanto porcentaje de alcohol. La idea es que la fiesta dure hasta la madrugada y eso implica que las personas se emborrachen lentamente. Aparca el carro en uno de los estacionamientos del lugar, se gira para alcanzar a ver bien. El carro es nuevo aun, no tiene cámara de estacionamiento. Una vez logra estacionarse a la perfección, su mirada se desvía hacia algo. Justo en el asiento de atrás, una cajita muy pintoresca.
_ ¿Qué hace esto todavía aquí? _Junkyu silva.
Junkyu toma la caja de chocolates que le regalo Jiwoo, los chocolates lucen presentables aún. El ambiente fresco del otoño los acompaña, hasta el punto de haberlos conservado casi por completo. Junkyu siente la curiosidad de abrirlos, curiosidad que decide complacer. En un movimiento rápido, suelta aquella decoración de lazo. Retirando la tapa de la cajeta, los tratos relucen a la luz del atardecer.
Junkyu se siente mal por haberlos descuidado, así que toma uno con intenciones de al menos probar. El chocolate tiene forma de hada, los trazos son bastante quisquillosos. Junkyu lo encuentra tan perfecto, que le cuesta trabajo llevárselo a la boca. Mas llega a hacerlo de todos modos, le da una pequeña mordida. Revela el relleno, que se desliza suavemente por sus dedos.
Junkyu saborea mientras tanto, sus papilas gustativas brincan de la felicidad. Junkyu come el resto de la pieza, sin poder creer lo bien que le sabe. Desplazando sus ojos en el empaque, puede encontrar una calcomanía de local. Viendo el logo en cuestión, sabe que lo ha visto antes. Junkyu gira su mirar hacia adelante, topándose justo con el dichoso logo. Junkyu bufa de una, sin poder creer la casualidad. De repente sonríe, se le ocurre una idea.
Junkyu pasa por el umbral de la pintoresca dulcería, cuyo nombre no se molesta mucho en leer. Ya lo ha leído en la calcomanía, Red Velvet. Junkyu escucha el tintinear de las campanillas que chocan con su cabeza, el lugar es razonablemente chico. Su tamaño logra llamar la atención de todos en el lugar, agradece que es de una buena manera. Las chicas le sonríen, los chicos lo admiran. Junkyu saluda amablemente, mientras sigue su camino a la caja.
Junkyu mira fijamente hacia el lugar, coloca una sonrisa amplia en su rostro. Jiwoo solo se cruza de brazos, le da una mirada de muerte. Junkyu acorta cuanta distancia le apetece, hasta que Jiwoo coloca una mano entre ambos. Junkyu se queda mirando aquella pequeña mano, casi puede notarla como tiembla. Eso solo eleva el ego de Junkyu, quien tienta un acercamiento.
_Alto ahí. _ Jiwoo chilla.
Junkyu deja ir una risilla. _ ¿Así tratas a tu cliente más guapo? _
Jiwoo le da una mirada de muerte a Junkyu. _Así trato a mi cliente más arrogante. _
_Ya. _Junkyu silva.
Momento serio señores, porque Junkyu esta anonadado. No sabe exactamente que hace ahí, solo sabe que ha acabado ahí. Divirtiéndose de molestar a la chica, de ver lo nerviosa que la pone. Jiwoo mira a todos lados tal corderito, se está empezando a sentir un lobo.
_ ¿En qué le puedo servir chico? _
Jiwoo suelta de mala gana, al ser regañada por las miradas de sus tutores. Los dueños de la dulcería y también sus jefes. Jiwoo no quiere quedar mal ante ellos, así que lo ha hecho a regañadientes. Se esfuerza en mirar amablemente al chico, incluso cuando quiere matarlo con la mirada.
Junkyu juzga con la mirada a Jiwoo. _No me sirves de mucho. _
_ ¡Ya! _Jiwoo alza la voz.
Jiwoo se deja llevar por el enojo, ganándose la atención de todos en el lugar. Mira alrededor algo apenada, mientras se acomoda la gorra del uniforme. Volviendo su vista hasta el castroso de Junkyu, quien esta como si nada. Esa sonrisita no se le borra de la cara, está empezando a cabrearla. Tan molesto con esa perfecta cara, tiene que extender todo su cuello para verla.
_Los chocolates estaban bien, solo quería venir a agradecerte personalmente. _
_De nada. _Jiwoo murmuro entre dientes.
_ ¿Los has hecho tu misma? _
Jiwoo asintió castamente. _Si. _
_Lo intuí. _Junkyu silbo.
_ ¡Qué inteligente! _Jiwoo pico.
Junkyu se esperaba aquello, la chica era bastante descarada. Decidió dejarlo ir esta vez, cambiando de tema rápidamente. Se quedó mirando los chocolates del mostrador, Mashiho le animaban las cosas dulces. Junkyu coloco su mano en la vidriera, señalo unos de cobertura rosa.
_Debería comprar unos para mi novio. _
_Yo no hago chocolates para esta dulceria. _
Jiwoo recordó el japonés solía amar los chocolates del lugar, como ambos se dedicaban a testear los sabores. Cuando eran amigos más cercanos, mucho antes de que Mashiho saliese con alguno de los Park. Los hermanos Park se habían encargado de tomarlo para no regresarlo, Mashiho había cambiado mucho con el pasar de los años. Jiwoo no sabía si era un buen cambio o uno malo. Mashiho tenía tantos bajones, que no podía identificar sus subidas. De lo que Jiwoo estaba segura, era de que extrañaba pasar tiempo con el chico. Apenas podía hablar con él durante la semana y salir con él en algunas ocasiones.
Junkyu hizo un puchero. _ ¡Que lastima! _
Jiwoo se le quedo viendo a Junkyu. _ ¿Por qué? _
Junkyu hizo un mohín. _Eres talentosa. _
_ Si claro. _Jiwoo silbo.
_Hablo en serio. _Junkyu soltó.
Jiwoo agudizo su mirada en contra de Junkyu. No le apetecía seguir luchando contra aquel necio, así que solo lo dejo ir. Cualquier cosa era mejor que seguir conversando, sin contar que el trabajo se amontonaba. Trabajar le daba dinero y las propinas era un más. Necesitaba deshacerse del chico, estaba llamando demasiado la atención. Todos sabían quiénes eran los Park, las personas habían empezado a alzar sus celulares.
_ ¿Si digo que te creo, te vas? _Jiwoo hablo rápidamente.
Junkyu sonrió para una de las cámaras, dejo ir un par de sonrisas para el resto. Asentimientos para saludar, sin olvidar cuidar su imagen. Jiwoo parecía detestarle, el lugar estaba repleto. Junkyu a veces no lo aceptaba, pero era el más famoso de los tres hermanos. Jihoon no era tan accesible, más bien era un renegado. Doyoung aún era sobreprotegido por sus padres, seguía siendo demasiado inocente.
_Preferiría que me dieses gusto en algo. _Junkyu hablo en voz baja.
_ ¿Que? _Jiwoo se acercó al no poder escuchar.
Junkyu se le quedo mirando a Jiwoo. _Ven a mi fiesta esta noche. _
Jiwoo negó frenéticamente. _Absolutamente no. _
Junkyu miro a los lados, sabía que la conversación se había tornado un poco larga. Sabía que tenía que apresurarse, antes de que viniese alguien que si le interesase. Hablar lo suficientemente bajo, no ayudaba mucho. Conocía toda esa mierda de los reporteros, podían jugar con su reputación con facilidad.
_ ¿Por qué? _
_No tengo un disfraz. _Jiwoo silbo.
_Eso no es problema. _Junkyu soltó.
_ ¿A qué te refieres con eso? _Jiwoo hablo rápidamente.
_No te preocupes por tu disfraz, yo me encargo de todo. _Junkyu le guiño un ojo a Jiwoo.
_Park Junkyu... _Jiwoo hablo entre dientes.
Junkyu solo camino abriéndose paso entre la multitud, como si fuese un mortal más. Jiwoo no pudo seguirlo por mucho, las personas la empezaron a rodear. Preguntas por doquier, que sabía que no podía contestar. Jiwoo sabía que algunos de sus compañeros eran famosos, sabia como ignorar a los fisgones. Agradecía ser libre en su intercambio, nadie sabía quiénes eran sus padres. Suponía que tampoco Junkyu y era mejor así.
Mashiho caminaba de la mano de Junkyu, peinando los interminables pasillos del jardín de los Park. Guiándose de las estatuas de ángeles y dioses, la familia conservaba una afición especial por la mitología griega. Todo eso se resumía a una sola cosa, literatura de la buena. La biblioteca resguardaba cantidades de libros, todos habían sido leídos por la familia Park.
_ ¿Crees que a las personas les guste mi disfraz? _Mashiho hablo de la nada.
Junkyu se extrañó al escuchar aquella pregunta, llevando su vista hasta la vestimenta de su novio. Mashiho ocupaba un disfraz inspirado en el ángel caído, mejor conocido como Lucifer. Solo con ese nombre, se podía decir que el disfraz era controversial. Sin contar el corte revelador de las telas, que revelaban pequeños pedazos de clavícula y tobillos.
Junkyu asintió castamente. _Te aseguro que les va a encantar. _
Mashiho hizo una mueca. _Aun no estoy muy seguro. _
Mashiho trato de subir algo de la tela, intentando cubrir su expuesta clavícula. Era curioso que lo estuviese haciendo, cuando el mismo había hecho el disfraz. Había hecho la mayoría de los disfraces de sus amigos, para ser más exacto. Mashiho se había hecho un buen dinero en ello, todos insistieron en remunerarle su trabajo. El único que no pudo cobrar, fue el de Junkyu. Se le fue imposible ponerle precio al cariño, con el que hizo aquel disfraz.
Mashiho sabia la obsesión que tenía Junkyu por los piratas, especialmente cierta saga de películas. Incluso lo maquillo para la ocasión y no pudo evitar mirarlo tan fijamente. Junkyu era avasalladoramente guapo, Mashiho se sorprendía de poder tenerle. Al ver su trabajo bien hecho, se sintió orgulloso por unos vanos momentos. Tan talentoso Mashiho, todos lo solían decir.
Mas por mas talentoso que fuese, había algo que le causaba inseguridad. Mashiho seguía dejándose llevar por su retorcido sentido de la moda, su lado extravagante siempre ganaba. Piezas sensualmente recortadas, talles que formaban curvas en cualquier cuerpo. Algo en sus diseños era simplemente, la definición de único y controversial.
_ ¿Por qué lo crees así? _Junkyu se le quedo mirando a Mashiho.
Mashiho mordisqueo su labio inferior. _Creo que es un poco revelador y que podría llegar a molestar a las personas. _
_ ¿Por qué dices esas tonterías? _ Junkyu le da una mirada a Mashiho. _ Tu cuerpo es hermoso Mashiho. _ Junkyu acaricio el rostro del japonés. _ ¡Quién en su sano juicio no querría verlo! _
_Lo dices porque lo has visto miles de veces. _Mashiho se sonrojo completamente.
Junkyu sonrió de medio lado. _Y lo vería mil veces más, no me canso de verte. _
_Tú me amas, es por eso que me ves así. Obvias todas las cicatrices de mis muñecas y tobillos, pero si otra persona las viese, sentiría asco. _ Mashiho hablo en un hilillo.
Junkyu jala el cuerpo del japonés, para arroparlo en un abrazo. Lo arrulla un espacio de tiempo, dejando un beso en su frente. Vuelve a poner sus ojos en el chico, mientras acomoda su cabellera. Este lo mira atentamente, en sus ojos un atisbo de brillo. Esos labios temblorosos, que exigen atención pronta. Junkyu se contiene, incluso cuando desea atacarlos.
_He besado cada una de las cicatrices de tu cuerpo, lo suficiente como para que las olvides por completo. Sé que lo haces cuando estamos juntos, lo sé por la manera en la que te entregas a mí. _
Mashiho miro fijamente a Junkyu. _Es porque me haces sentir amado, tu amor me hace sentir como la persona más perfecta del mundo. _ Mashiho jadeo. _ Desearía que esos momentos duraran para siempre, que mis inseguridades no volviesen a arrollarme contra la realidad. Soy imperfecto Junkyu, esa es toda mi realidad. _Mashiho hablo en un hilillo.
Junkyu miro fijamente a Mashiho. _ Entonces como sustento esos hermosos ojos y esa bonita piel de porcelana. Debería obviar completamente las proporciones de tu cuerpo y como este se ajusta tan perfectamente al mío. _
Mashiho intenta reír en vano. _He olvidado la belleza de mis ojos, tantas lagrimas los han destrozado. _ Mashiho deja ir un amargo. _ De qué sirve tener una piel tan bonita, si yo mismo me encargado de arruinarla._ Mashiho mira fijamente a Junkyu. _ Junkyu... tu encajas con quien desees, eres así de bueno. _
Junkyu asintió apacible. _Talvez tengas razón en algunas cosas, pero hay algo que no me puedes negar. _ Junkyu beso esa frente una vez más. _Sigues siendo mi novio, estoy aquí para ti. Te amo por lo que eres y te amare sin medidas. _
Más claro que el agua bendita, Junkyu había dicho su historia recta. Una confesión de palabras, que eran más que reales. Le importaba muy poco las preferencias del japonés, sabía que podía aceptarlas con el tiempo. Había investigado cada cosa, desde el primer día en que se enteró. Estaba dispuesto a hacerlo, amaba al japonés. Junkyu saco una cajilla color rosa, esta brillaba por su tonalidad perlada. Aquella pequeña caja, conservaba todo. Sus más profundos sentimientos, su carta de promesa. Era ahora o nunca, su última oportunidad. Sabía que dependía de él, tanto como dependía del chico.
_ ¿Qué es eso? _La voz de Mashiho tembló.
Junkyu sonrió débilmente. _Es un regalo de aniversario por adelantado. _
_ ¡Uh! _Mashiho no supo que más decir.
Junkyu sostenía una bonita caja, le llamo la atención que usase el color rosa. Era la primera vez que le regalaba algo de ese color, eso le sacudió los pensamientos. Mashiho se colocó suspicaz, un pensamiento fatalista estaba a punto de formarse. Quería desecharlo antes de que terminara de formarse, pero ahí estaba esa duda formada. Era una vana casualidad o un mensaje subliminal. Mashiho juro haberse vuelto paranoico, sus labios temblaron hasta que los capturo.
_Tómalo antes de que me arrepienta de dártelo. _Junkyu extendió el regalo.
No era precisamente un juego, era una frase subliminal. Junkyu le pesaba entregar aquel regalo, sabía lo que podía generar. Pero que podía hacer, fue la única manera que pudo soportar. Mashiho tenía demasiado poder sobre él, no había otra manera de encararle. Lo amaba profundamente, pero no podía seguir sin aclarar las cosas.
_ ¿Quieres que lo abra ahora mismo? _Mashiho hablo con voz temblorosa.
Junkyu negó con gran lentitud. _Quiero que lo abras cuando lo creas necesario. _
_Está bien. _
Mashiho abrazo la cajita entre sus manos, esta despedía un olor a frutilla. La piel se le erizo de solo olerlo, le trajo más cabos para unir. El brillo destellante de la cajita, le pico los ojos socarronamente. Podía escuchar su contenido, mas no pudo adivinarlo. Seria paciente en cuanto al pedido de Junkyu, pero seguía teniendo ese presentimiento.
Este capítulo lo escrito mas rapido de lo que crei, gracias a que finalmente tengo un horario de escritura.
El capítulo pasado pregunte sobre algunas canciones que les recordasen a personajes de la novela, pero todo termino en canciones que les recordaban a parejas de la historia. Como algunos me recomendaron algunas canciones para escuchar , decidi hacer lo mismo por ustedes. Teniendo mi punto de vista como creadora, les prepare una lista de canciones.
Sia - Breathe Me Jihoon x Mashiho
NCT 127 - Baby Don't Like It Yedam x Asahi
DPR LIVE - Jasmine Junghwan x Doyoung
Melanie Martinez - Cake Doyoung x Dohwan
Sam Kim - Seattle Jeongwoo x Haruto
The Neighbourhood – Reflections Junkyu x Mashiho
The Neighbourhood - The beach Moonhee x Yoshinori
Ariana Grande - Honeymoon Avenue Haruto x Moonhee
BAEKHYUN – Bambi Junkyu x Jiwoo
LOOΠΔ // HyunJin - Around You Jiwoo x Yoshinori
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