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Capítulo 15 (1 parte)

Jeongwoo ve la cantidad de hojas de árboles, que revolotean alrededor debido al viento. El  otoño los ha traído a bailar a su alrededor, van al compás del viento de la mañana. Jeongwoo se les queda viendo atentamente, incluso intenta ubicar alguna que otra hoja en el aire. Hay muchas a su alrededor, casi cegándole la vista periférica. Jeongwoo no le molesta estar cegado por tremenda belleza, solo espera poder tomar algo de esa belleza entre sus manos. Jeongwoo hace unos movimientos de malabarismo, casi a punto de tomar una pequeña hoja. Cuando está a punto de tomarla, hace un movimiento en falso. Jeongwoo termina cayendo en unos brazos, cree poder reconocerlos. Los brazos lo sostienen fuertemente, busca encarar a su salvador. Entre la cantidad de hojas, logra ver retazos de aquel rostro. Jeongwoo escudriña los detalles, es su querido amigo. Ya ha reconocido esas largas pestañas, a la par de esos redondos ojos. Parpadean frente a su vista, casi encantándolo en su totalidad. Jeongwoo asiente en agradecimiento, mientras se abraza a ese cuerpo. Unos toquecitos en su espalda, le advierten algo curioso. Un reluciente reloj se muestra frente a sus ojos, es idéntico al que ocupa. Jeongwoo señala el brillante reloj, está a punto de decir algo acerca de las similitudes. De repente, Jeongwoo se queda en silencio, el chico le pide silencio. Jeongwoo puede leer esos labios rellenos, pronunciando la palabra "Nuestro secreto" Su amigo señala el par de relojes, el brillo lo ciega de repente.




Jeongwoo abre los ojos como redondos platos, un pequeño reflejo debido al despertar del sueño. Ha sucedido nuevamente, apenas ha podido anotar lo que visto. Jeongwoo resopla en decepción, se siente un tanto anonadado. Jeongwoo rueda por inercia, termina topándose con algo. Jeongwoo pega un saltito del susto, otros recuerdos le llegan de golpe. Jeongwoo está demasiado sobrio como para haber olvidado algo, recuerda perfectamente donde y con quien se ha quedado dormido. Al chico no le quedan dudas latentes, puede ver la verdad ante sus ojos.

Jeongwoo se le queda mirando fijamente al japonés, no es la primera vez que amanece a su lado. Jeongwoo debe admitirlo, se está acostumbrando a la sensación. Le parece algo cada vez más natural, como si lo hubiesen hecho por años. Jeongwoo se ha familiarizado con todo, demasiado rápido para su gusto. La manera en cómo se acerca hasta envolverlo entre sus brazos, en como respira su aroma de a poco. Jeongwoo lo realiza después de unos segundos, Haruto empieza a tomarlo entre sus brazos, atenta con tomar algo de su esencia.

_Haruto. _Jeongwoo traga hondo.

Jeongwoo empieza a dar pequeños golpecitos en esos fuertes brazos, no logra despertar ni un solo centímetro del cuerpo del japonés. Jeongwoo se remueve en un intento desesperado por zafarse, pero es apretado aún más contra ese cuerpo. Jeongwoo jadea por algo más que solo aire, están demasiado cerca como para ignorar cosas. Jeongwoo siente el aliento tibio contra su cuello, siente como este se eriza por completo.

_ Bebé... _Haruto arrastra sus palabras perezoso.

Jeongwoo jadea más sonoramente, siente que ha perdido el aliento. La mente se le llena de muchas cosas, pero solo logra reparara una. Una pequeña ola de celos, que le recorre todo el cuerpo. Jeongwoo sabe que esa palabra, seguramente la usa con Moonhee. Jeongwoo le da un zape al japonés, uno acompañado de unos muchos más.

_ ¡Ya! _

Haruto siente la cantidad de golpes a lo largo de su espalda, hace una mueca mientras abre sus orbes. Haruto repara quien es su maltratador, un muy enojado coreano. Jeongwoo se separa del japonés, hace un puchero mientras lo hace. Haruto se sienta en la cama, Jeongwoo repite sus acciones. Haruto se estira frente a la vista esquiva de Jeongwoo.

_ ¿Que? _Haruto soltó.

_ ¿Te parezco tu novia? _Jeongwoo chilla.

Haruto cierra los ojos ante aquel casi grito, le está taladrando los oídos. El japonés empieza a tener deseos, deseos de acallar al coreano. Jeongwoo está siendo sustancialmente molesto y ni siquiera ha comenzado el día. Haruto resopla con pesadez, encara una vez más al coreano.

_Pues... te confundí con ella. _

Jeongwoo chasquea su lengua. _ ¿Mientras dormías? ¿En tus sueños? _

Haruto arremolina sus dedos contra su cabellera. _Bueno... _

_ ¿Qué andabas soñando cochino? _Jeongwoo alza la voz.

Jeongwoo se le quedo mirando al japonés, esperando que dijese su historia clara. Jeongwoo había escuchado esa dulce palabra, la había escuchado muy bien. Haruto la había murmurado entre sueños y todos sabemos lo que eso significaba eso. Jeongwoo sintió la mirada pesada del japonés, hasta que este levanto las cejas con habilidad.

_Ven aquí y te digo. _Haruto sugirió.

Haruto palmeo un par de veces sobre su regazo, solo para ver que hacia el coreano. Jeongwoo desvió la mirada rápidamente, coloco ambas manos en sus mejillas. Haruto sonrió ante la respuesta, era justo lo que quería generar. Jeongwoo termino con la cara completamente roja, casi un tomate. El pobre se ayudaba de su ya larga cabellera, para cubrir la mayor parte de su cara.

Jeongwoo carraspeo. _Mejor no, así estoy bien. _

Jeongwoo trago hondo, necesitaba beber algo de inmediato. Su garganta había quedado seca de la nada, quería pensar que era así. La mirada del japonés lo seguía quemando y ya no soportaba un minuto más evadiéndola. Jeongwoo intento levantarse de la cama, cuando una mano lo jalo de vuelta. En un movimiento rápido, quedo justo a merced del chico.

_ ¡Cómo te atreves a insinuar cosas así de mí! _ Haruto les dio una mirada a los labios de Jeongwoo. _ ¿Sabes qué? _ Haruto se relamió los labios. _ Eres un despistado total, en realidad estaba soñando algo contigo. _Haruto sonrió ampliamente.

Haruto tentó un peligroso acercamiento, mientras presionaba el cuerpo a su merced. Jeongwoo forcejeo un par de veces, pero no logro moverlo ni un poco. Haruto solo lo miro fijamente, hasta que este ceso. Jeongwoo dejo su determinación de lado, se le noto en sus expresiones. Lucia divinamente cabreado, le dio una mirada de muerte.

_No me jodas..._Jeongwoo mordió.

Haruto rio con profundidad. _ ¿Quieres saber que estábamos haciendo? _

_N-o. _Jeongwoo respondió rápidamente.

Haruto se le acerco a un más al coreano, sus rostros a centímetros de distancia. La respiración de Jeongwoo era agitada, seguía recurriendo a forcejear de vez en cuando. Haruto era atento a todo aquello, estaba disfrutando tenerlo así. Jeongwoo lo seguía mirando de muerte, cada vez más intenso. Haruto sonrió con todos los dientes, levanto las cejas a la par. Se atrevió a hundir su cara en el cuello del coreano, tentando justo sobre el cuello.

_Sé que eres bastante curioso. _

Jeongwoo cerró los ojos con fuerza, tratando de evitar la imagen. No era como que su mente no la reprodujese, pero verla era aún más peligroso. Los labios temblaron necesitados, tuvo que acallarlos capturándolos. Sus manos en severos puños, arremolinándose contra las sabanas. Jeongwoo lo realizo después de todo aquello, ya estaba deseando demasiado. Debía alejarse lo más que podía o caería redondo.

_Prefiero no saber, saber lo que..._ Jeongwoo abrió un solo ojo. _Ya sabes ¿No? _

Haruto finalmente dejo ir al coreano, este no desaprovecho esa oportunidad. Jeongwoo se zafo rápidamente, se alejó lo más que la cama les permitía. Jeongwoo agradeció que fuese una cama grande, quedo justo en su lado de la cama. Haruto lo miraba fijamente, estaba empezando a odiar eso. La mirada del japonés lo desnudaba y no precisamente de ropa. La miraba desnudaba su alma, la poseía a tutiplén.

_Es una lástima que no, nos estábamos divirtiendo. _Haruto silbo.

Haruto se levantó de la cama, acomodo el desorden en sus ropas. Apresar a Jeongwoo había sido un lio, el chico era difícil de controlar. Haruto estaba a punto de salir de la habitación, cuando Jeongwoo tomo su brazo. Haruto lo encaro con el ceño fruncido, este estaba con una cara de inocencia. Jeongwoo utilizo la unión de sus manos para acercarse.

_ ¿Diversión sana o diversión...ya tu sabes? _Jeongwoo fue curioso.

Haruto se aguantó una risotada. _Esa cabecita tuya, ya voló de ida y hasta regreso. _

Haruto coloco su mano en la desordenada cabellera de Jeongwoo, la aclamo un poco pasando sus dedos contra esta. Jeongwoo cerró los ojos por unos momentos, suspiro pesadamente ante el mimo. Haruto alejo su mano al ver aquello, ganándose una mueca de descontento de Jeongwoo. Haruto no supo si era porque se había detenido, o porque no había respondido a la pregunta.

_ ¿Me vas a decir o no? _Jeongwoo chillo.

_Pensé que no querías saber... _

_Cambie de opinión. _Jeongwoo respondió rápidamente.

_ ¡Ok! _

Jeongwoo no se queda con esa frase, sabe que es mala idea ser tan curioso, pero sus decisiones siempre son así de cambiantes. Se le hace más fácil re considerar las cosas, ahora que no está debajo del japonés. Lo sigue por la habitación tal cachorro, colgándose de su brazo. Haruto sigue caminando a pesar de todo, sabe que lo está haciendo para impacientarlo. Jeongwoo es débil con esas cosas, así que cae redondo.

_Dime, dime, dime, dime, dime, dim... _

Haruto termina por colocar su mano sobre la boca de Jeongwoo, por suerte no la ha mordido como otras veces. Logra acallarlo para así decirle el bendito sueño, el cual probablemente no debería decir. Talvez la mayoría de las cosas que ha dicho al coreano, han sido para molestar, pero lo del sueño es más que cierto. Haruto titubea en sí debería seguir, pero decide hacerlo a lo último.

_Yo estaba soñando como nosotros... _

Jeongwoo jadea sonoramente, se dedica a señalar a un punto fijo. Ha desviado su vista del japonés, hasta el ventanal de la habitación. Haruto lo único que puede hacer es imitarle, mas no logra comprender la situación. Espera atentamente a lo que el coreano va a decir, supone que es algo más importante que su sueño.

_ ¿Lo viste...? _Jeongwoo chilla.

Haruto frunce el ceño. _ ¿Que? _

Jeongwoo rueda los ojos en blanco, toma la barbilla del japonés de inmediato. En un movimiento, Haruto queda mirando hacia una destellante luz. La luz lo ciega de repente, pero logra tomarla gradualmente. Jeongwoo se interpone después de ello, con esa expresión de emoción en su rostro. Los dientes del coreano se muestran vivazmente, relucen tan tiernos como los de un conejo. Haruto mira atentamente, atesora cada expresión del coreano.

_Es el primer rayo de luz del amanecer. _Jeongwoo habla todo emocionado.

Haruto se le queda mirando a Jeongwoo. _Ya, pero... _

Haruto no puede ni terminar su idea, cuando es jaloneado por Jeongwoo, el chico lo mira con esos ojitos de cachorro. Haruto simplemente se derrite, está completamente atontado por la felicidad que emana Jeongwoo. Lo encuentra realmente hermoso y debe detenerse de sonreír como un bobo. Haruto está siendo un bobo, completamente batido por Jeongwoo.

_Acompáñame a verlo un rato, juro que te conviene. _Jeongwoo ruega con efusividad.

Haruto se obliga a negarse. _Estas completamente loco, nos vamos a morir de frio allá fuera. _

Haruto contempla las ventanas polarizadas, el ambiente afuera es frio. Un resfriado es lo último que quiera para él y para Jeongwoo. Las finales están a un mes de distancia y no quiere perder el buen ritmo. Haruto no quiere decírselo a Jeongwoo aun, pero el entrenador está planeando dejarlo jugar en las finales. La razón es bastante simple, Park Jihoon y sus lesiones. Haruto sabe que es uno de los primeros en saber todo ese embrollo y prefiere no decirles a terceros. Los rumores se esparcen como pólvora en la universidad y teme las nada sutiles reacciones del mayor de los Park.

Jeongwoo asiente de golpe. _Tienes toda la razón, llevémonos esta frazada. _

Haruto reacciona cuando contempla cierto gesto, Jeongwoo coloca la manta sobre ambos. Terminan compartiéndola a la perfección, sus cuerpos acurrucados al unísono. Jeongwoo acomoda detalles de la manta, hay algo diferente en sus acciones. La mirada tímida que le da al japonés y esa sonrisa sensata que recibe.

_Moriremos de frio. _ Haruto alcanza a advertir.

_Juntos. _Jeongwoo canturrea.

Haruto termina sonriendo como un tonto ante las palabras de Jeongwoo. El coreano aprovecha su distracción y lo jala hasta el ventanal. Hay un pequeño balcón conectado, así que ambos terminan en este. Haruto siente como el frio de la mañana, pega directamente sobre su rostro. Admite que es refrescante, pero también es muy frio.

_Joder... ¡Que frio! _Haruto exclama.

Jeongwoo ríe un poco. _Ignora el frio y disfruta esto. _

_ ¿Que? _

Jeongwoo señala directamente hacia la increíble vista, el amanecer ha destellado su primer rayo de luz. La luz choca cálida contra su cuerpo, apacigua el frio de la mañana. Jeongwoo encara a el japonés, quien sigue ocultándose debajo de la frazada. Jeongwoo sonríe ante la imagen, Haruto luce suave. La imagen es agradable a sus ojos, contrastante con el amanecer.

_El primer rayo de luz del amanecer. _Jeongwoo insiste.

Haruto le da una mirada a Jeongwoo. _Las cosas que me haces hacer... _

_Entiende que vale totalmente la pena, la vista es demasiado hermosa desde aquí. _

Jeongwoo se apoya del barandal, mientras Haruto imita sus acciones. Jeongwoo se repara a contemplar la vista del primer rayo de luz, que le brinda el amanecer. Esa pequeña e insignificante lucecita, es muy significativa para él. Le trae buenos recuerdos de su infancia, cuando aún vivía en la granja de la familia.

Haruto mira fijamente a Jeongwoo. _Talvez tengas algo de razón. _

Haruto aprovecha esos minutos de ensimismo del coreano, para darle una mirada casual. Lo admira durante esos cortos instantes, no se arrepiente de lo dicho. El amanecer es realmente hermoso, pero Jeongwoo también lo es. Haruto suspira ante sus propios pensamientos y la hermosa imagen que no puede dejar de ver. Jeongwoo es el que lo saca de su trance, cuando se le queda mirando.

_ ¿Quieres saber algo que cambiara completamente tu visión de los amaneceres? _

Haruto asiente. _Soy todo oídos... _

Haruto no repara la frase, hasta que Jeongwoo sonríe. Se le ha pegado algo de las frases del coreano y puede notar que ya es demasiado tarde. Hay algo en el coreano, que va más allá de la amistad, que tanto ha querido recuperar. Haruto repara que sus sentimientos, son demasiado fuertes para ser solo amistosos. Jeongwoo tiene un aura diferente a la del pasado, una que no lo invita a ser solo su amigo.

_Mi abuela una vez me conto, que el que observaba el primer rayo de luz del día, tiene derecho a pedirle un deseo al cielo. _Jeongwoo explico.

Haruto asintió levemente. _Entiendo. _

Haruto es sincero, lo ha entendido desde siempre. Por todas esas veces que vieron el amanecer juntos, por todas esas veces que Jeongwoo conto le la misma historia. Haruto escucho cada una de esas veces, vio como Jeongwoo pedía miles de deseos. Haruto vio muchos de ellos cumplirse, certificando el poder de los cielos. Haruto ex pecto ver al chico deseara algo, pero su espera se hacía cada vez más larga. Supuso que el coreano pensaba en algo, pero la mirada de este lo desconcertó. Jeongwoo lo miro fijamente, sonrió de una manera genuina.

_Sé que debería tomar el deseo para mí, pero esta vez prefiero regalártelo a ti. _

Haruto parpadeo varias veces. _ ¿A mí? ¿Por qué? _

_Porque seguro este es tu primer rayo de luz del amanecer y creo que te mereces este deseo. _ Jeongwoo le dio una mirada a Haruto. _ Solo no desperdicies lo que te he regalado o tendré que golpearte tu perfecta cara. _ Jeongwoo señalo en rostro del japonés. _ No queremos eso ¿Verdad? _

Haruto dejo ir una sonrisa. _No. _

Jeongwoo sonrió de vuelta. _Entonces hazlo, desea algo bonito. _ Jeongwoo miro a los cielos. _ Un deseo que quieras con todo tu corazón, cree en el poder de los cielos. _

Haruto se quedó pensando en que podía desear, era la primera vez que lo hacía. Pensó una gran cantidad de segundos, termino estando claro en lo que quería desear. Una mirada directa al coreano, para luego concentrarse en los cielos. Haruto deseaba aquello más que nada, esperaba poder lograrlo.

_Deseo que una persona muy especial para mí, pueda volver a recordarme. _

Haruto solo aquello con cuidado, pero su mirada casi lo delataba. Haruto miraba a Jeongwoo sin cesar, casi suplicándole que lo recordase. Era demasiado pedir talvez o solo era el destino empecinado en negar su amistad. Haruto deseo aquella amistad de vuelta, pero parecía algo imposible. En la actualidad el japonés, deseaba mucho más del coreano.

_Espero que tu deseo se cumpla rápidamente. _

Jeongwoo miro al japonés de vuelta, le extrañaba esa mirada tan intensa de su parte. Haruto lo miraba como, como si no existiese más nada en el mundo. Jeongwoo sintió que su estómago se llenaba de mariposas, unas muy alborotadas. Sintió la necesidad de calmarlas, pero no sabía exactamente como. El japonés generaba tantas cosas, casi no podía controlar sus sentimientos.

_Es lo que más quiero en esta vida. _Haruto reparo a decir.

Jeongwoo sacudió aquel corazón acelerado, pero solo se aceleró aún más. Una duda latente, esa persona que había mencionado el japonés. Esa curiosidad que le emergía, deseoso de saber quién era esa persona tan especial. Jeongwoo lo pensó una y otra vez ¿Quién olvidaría a alguien como Haruto?

_ ¿Puedo preguntarte algo sobre lo que deseaste? _

Haruto escucho aquella pregunta, sus sentidos se activaron. Jeongwoo lo miraba fijamente, con algo que nunca antes presencio. Había algo de brillo en su mirar, destellando contra el amanecer. Tan lindo desde aquella cercanía, fue difícil no acercarse a apreciarlo con intensidad.

_Si. _La voz de Haruto tembló.

_ ¿Quién es esa persona tan despistada? _

Haruto parpadeo varias veces, sin poder creer lo que había escuchado. Si tan solo el coreano supiese, si tan solo no fuese tan inocente, ante todo. Haruto sonrió sensatamente ante la curiosa mirada de Jeongwoo, decidió que era momento de lanzarse. Lanzarse ante la verdad de la que venía escapando, confesar todo lo que alojaba su corazón.

_Esa persona e... _

Unos toques en la puerta de la habitación, detuvieron al japonés de seguir. Jeongwoo desvió su vista hacia la puerta, la cual seguía siendo tocada. Haruto respiro profundamente, tornándose cabizbajo. Jeongwoo miro hacia el umbral, con el rostro ladeado en curiosidad. La voz de Moonhee se escuchó de repente, mas no se entendía muy bien lo que anunciaba.

_Esa debe ser Moonhee..._Jeongwoo reparo de inmediato.




Haruto había acompañado a su novia a hacer el desayuno, venían cocinando desde ya un par de horas. El desayuno estuvo listo para cuando se dieron cuenta, la tarea había transcurrido con ambos enfocados. Haruto desplazo los platos listos en la mesa, mientas que Moonhee colocaba uno que otro cubierto. La mesa estaba más que lista, luciendo linda junto con la decoración del lugar. Los Kanemoto eran un tanto rudimentarios en su decoración, utilizando elementos rústicos. Mueblería de todos los tipos de madera, flores en cada esquina de la casa. El hogar asemejaba un gran bosque.

_ ¿Estas esperando a que bajen a acompañarnos? _

Haruto mira a su novia al escucharla, ella desplaza el plato hacia donde está. Haruto nota como Moonhee no hace ademan de servirse algo para ella o si quiera sentarse. El japonés trata de ignorar aquello, pero sigue notándolo más que nada. Está a punto de reclamar aquello, pero decide morderse la lengua. Un necio empático es, uno que no causa problemas. Ya bastante con que no ha conseguido amarla, ya bastante con que ama a otro.

_Si. _Haruto suelta.

Moonhee bufa de inmediato, solo para llamar la atención del japonés. Haruto parece anonadado en su propio mundo, pero ella lo prefiere así. Moonhee planea desplazarse fuera de la cocina, muy lejos de la tentación de comer. Hablando de tentaciones, ya ha venido lidiando con varias. No se lo va a negar con recurrencia, debe terminar algo que nunca empezó. Vacío como sus sentimientos por el japonés, nunca logro llevar el vaso ni medio lleno, ni siquiera medio vacío.

_Pierde las esperanzas, ellos son un par de dormilones. _

_ ¡Ah! _Haruto balbucea.

Moonhee sonríe para Haruto. _Come. _

Moonhee señala el plato, para luego acariciar la cabellera de Haruto. El japonés se deja acariciar gustoso, mientras mira del plato hasta su novia. Haruto toma la mano de Moonhee entre sus cabellos, la acaricia de a poco. Moonhee apenas nota el gesto, está mirando hacia el umbral constantemente. Haruto busca la mirada de la chica, lo logra después de unos intentos.

_Acompáñame, por favor. _Haruto suplica.

Moonhee respira profundamente, mientras mira al japonés. Moonhee se zafa del agarre de su novio, mira a todos lados mientras piensa. Moonhee piensa, piensa y piensa, no puede reparar su crimen. La chica desea escapar de aquello, pero es difícil de disimular. Haruto parece estar dándose cuentas de sus vicios y sus mañas al comer.

_Yo... no tengo hambre. _Moonhee traga hondo.

Haruto parpadea repetidas veces. _ Moonhee... _

_ ¿Que? _

_Ayer me dijiste lo mismo. _

Moonhee resopla. _ ¿Qué insinúas? _

Moonhee se siente atrapada, lo está completamente. Haruto noto como no comió en toda la velada de estudios, talvez incluso noto como se había peleado con Yoshinori, quizás incluso suponía la reconciliación. Moonhee rodo todas esas ideas en su cabeza y juro que iba a explotar.

_Nada, es solo que... _

_Eres mi novio, lo se... _

Haruto se le quedo mirando a la chica, casi como preguntándole la situación. Moonhee no dijo absolutamente nada, solo evadió su mirada. Haruto se sintió desplazado ante ello, Moonhee no estaba colaborando. Haruto decidió hacer todo el trabajo por sí misma o al menos, intentar que las cosas siguiesen.

_ ¿Dime si algo te está molestando? _

Moonhee negó frenéticamente. _No creo que quieras saber que me molesta. _

_Moonhee. _Haruto busco la mirada de Moonhee.

Moonhee hizo una mueca. _Quiero estar sola. _

Haruto se levantó para detener a su novia, pero ella ya había caminado fuera de la cocina. Haruto la vio entre correr y caminar, casi de manera desesperada. Haruto respiro profundamente ante la imagen, no sabía exactamente qué hacer. Perseguirla podía ser lo más sensato, pero la manera en la que ella había escapado de él. Haruto se quedó en el aire, pensó silenciosamente.




Moonhee se desplomo en una de las esquinas de los pasillos, una que conocía bastante bien. El largo pasillo de habitaciones, esas que llevaban al sótano de la mansión. Moonhee solía quedarse ahí con Yoshinori, conversando sobre cosas triviales. Sus pies la habían llevado hasta ese lugar ¿Debía eso, significar algo en específico? Moonhee se acorruco en sí misma, respiro profundamente. Deseo ser delgada una y mil veces, probablemente lo hacia todos los días.

_Moonhee... _

Una ligera voz se hizo presente en el pasillo, unos pasos hacia donde estaba la chica. Moonhee resoplo en su bolita, decidió salir de ella. Yoshinori la recibió justo en su misma posición, acompañándola en ese oscuro pasillo. Tan penoso como su vida misma, tan patético como sus deseos, de ser lo que los demás eran. Moonhee miro al japonés fijamente, le hizo una mueca.

_ ¿Que? _

Yoshinori saco algo que venía ocultando detrás de su espalda, esa ridícula lonchera de siempre. Moonhee la identifico de inmediato, casi quiso reír de la pura discordia. Yoshinori y su tímida carita, ella quería resistirse a aquella cosa. Yoshinori acerco la lonchera a través del espacio que los dividía, llego justo a la punta de sus pies. Moonhee quiso patearla al ver la comida, quería vomitar de la sola culpabilidad. Había perdido cosas por comer y las seguía perdiendo constantemente.

_Aquí. _Yoshinori murmuro.

Moonhee resoplo. _ ¿Tú también? _

_Es por tu bien. _

_Comer nunca me ha traído nada bueno. _Moonhee mordió.

_No digas eso. _

Moonhee bufo. _ ¿Parece que se te olvido como nos conocimos? _

_Jamás se me olvidaría algo así. _Yoshinori reparo.

Yoshinori recordaba ese día con claridad, era algo así como amor a primera vista. Yoshinori no creía mucho en esas cosas, pero con Moonhee parecía real. Esa pequeña niña que bailaba ballet y que era increíble en las presentaciones. A nadie parecía importarle aquello, solo la molestaban por su peso. Moonhee no era la más delgada entre sus compañeras, resaltaba por su altura. El mal centro de atención, todos la tachaban de gorda.

Moonhee apenas podía soportarlo, se hacía bolita en una esquina, mientras sus compañeras la señalaban y se burlaban de su físico. Yoshinori fue el único que se atrevió a defenderla, siendo el único chico de la clase. Las chicas, que en ese tiempo lo adoraban, aceptaron detenerse a regañadientes. Yoshinori agradeció ser guapo en aquellos días, al menos le había servido para algo.

_Ya. _

Moonhee miro a Yoshinori por el rabillo del ojo, justo como solía mirarle en aquel entonces. Moonhee lo miraba siempre desde lejos, fue Yoshinori el que se acercó a ella. Yoshinori solía ser muy guapo en ese entonces, pero ella creía que lo seguía siendo. Moonhee veía como su alma no había cambiado ni un poco, seguía teniendo algo por el chico, pero sabía que había pasado mucho tiempo. A Moonhee le era imposible confesar algo, que debió haber confesado hace mucho.

_ ¿Es porque estabas enojada conmigo? _Yoshinori soltó.

_ ¿No eras tú el que estaba enojado conmigo? _Moonhee pico.

_Ambos estábamos enojados con el otro. _Yoshinori reparo finalmente.

Moonhee sonrió absurdamente. _Entonces sí. _

_Pero... _ Yoshinori se colocó totalmente rojo. _ ¿No nos reconciliamos en mi cuarto y...eso? _Yoshinori hablo en pequeño.

Moonhee asintió enternecida por el japonés. _Si, pero yo. _ Moonhee se colocó seria. _Entiende que mi dieta es... _

_Una porquería. _Yoshinori soltó.

Moonhee asintió cabizbaja. _Si. _

Moonhee lo aceptaba, su dieta si era una porquería. Debía aceptar que había muchas ventajas, pero también, muchas desventajas. Mas Moonhee no conocía otra manera, de que la amaran lo suficiente. Ser delgada y bonita, en una sociedad tan superficial, era lo único que importaba. Moonhee había hecho de todo eso, su amada zona de confort. Ya nadie se acordaba de que era gorda, ya nadie mencionaba siquiera el asunto. Moonhee misma se encargó de aquello, de esos días no existía ni una sola evidencia, su pasado había quedado donde pertenecía, en el pasado.

_ ¿Por qué lo haces? _

Yoshinori se atrevió a preguntar, sentía que Moonhee no le gustaría, pero lo mataba la curiosidad. Moonhee había sido su amiga por un largo tiempo, pero solo por redes sociales. Cuando la volvió a ver en la universidad, a penas la pudo reconocer. Moonhee había bajado de peso en sobremanera, toda su ropa era diferente a la que conoció. Moonhee carecía de sus lentes, esos que acomodaban sus redondos ojos. Los aparatos dentales habían desaparecido, unos dientes perfectos relucían. El acné de su frente había desaparecido, su piel lucia tal porcelana.

Yoshinori se miró a sí mismo ese día, el había cambiado a lo inverso. Los visuals que su madre tanto había cuidado, habían sido arruinados por él mismo. Yoshinori corto toda su cabellera, le molestaba para estudiar. Su piel se volvió sumamente seca, dejo de usar cualquier tipo de cuidado. Su alimentación se deterioró y su cuerpo perdió musculatura.

_Necesito hacerlo para seguir siendo una princesa y no volver a convertirme en una ogra. _

Yoshinori miro fijamente a Moonhee. _Pensé que habías olvidado aquellas cosas... _

_Jamás lo hare Yoshi, aún me duele... _Moonhee se sobijo el pecho.

Moonhee no lo podía olvidar, todas esas críticas. Ser bailarina teniendo sobrepeso, no había sido una tarea fácil. El sistema la obligo a cambiar para su bien, pero Moonhee nunca había sabido cómo controlarlo. Necesitaba ese cuerpo para siempre y no estaba dispuesta a perderlo. Moonhee no soportaba una talla extra, perder alguna prenda. Las voces de sus compañeras burlándose, se reproducían sin cesar. Moonhee sintió que se le llenaban los ojos de lágrimas, más se las aguanto como pudo.

Yoshinori noto el destello de las lágrimas de la chica, un brillo que se notó incluso en la oscuridad del pasillo. Yoshinori quería enjuagarlas, pero sabía lo orgullosa que era Moonhee. En vez de aquello, decidió irse por algo de persuasión. Una mirada apacible para Moonhee, acercándose lo más que pudiese. La contemplo algo nerviosa y no iba a mentirse, sospechaba que era por su cercanía. Yoshinori arrugo su nariz ante la chica, un puchero mientras la seguía mirando. Estaba enamorado de su mejor amiga y ya no le importaba siquiera negarlo.

_ ¿Dime que tengo que hacer para que deje de doler? No importa que tenga que hacer aegyo otra vez. _

Moonhee se le quedo mirando al japonés. _Esta vez, no tienes que hacer nada, bastante haces con soportarme. _

Moonhee acaricio el rostro del japonés, tanto como pudo hacerlo. Lo miro fijamente un rato más, mientras seguía repartiendo caricias. Yoshinori las aceptaba con los ojos entrecerrados, tan pacíficamente. Yoshinori abrió los ojos después de un tiempo, abrió la boca para decir algo. Lo titubeo un poco, pero prosiguió.

_Es porque yo te... te... _

Yoshinori solo quería decir lo que tenía que decir, que estaba coladisimo de la chica. Parecía una cosa muy fácil, pero sus palabras no se volvían oración. Yoshinori se quedó en silencio sin poder terminar, miro a Moonhee como queriendo algo. Quería que leyera sus ojos, lo mucho que ellos decían. La quería demasiado, hasta el punto de amarla.

_Me quieres. _

_Mucho. _Yoshinori se sonrojo completamente.

Moonhee escucho aquello, sintió que su corazón se caía. Yoshinori podía colocarla así, tan débil por esa nariz pequeñita, esos labios pequeños. Una combinación letal, si estos se ponían en acción, era capaz de morir por ellos. Moonhee se acercó al japonés y cupo sus manos en ese rostro. Yoshinori la miro con atención, en sus ojos un pequeño brillo.

_ ¿Sabes qué? _

_ ¿Que? _Yoshinori fue curioso.

_Sera mejor que me des algo de comer, antes de que te coma a besos. _




Mashiho llamo por enésima vez, la llamada seguía pasándose al buzón. Soltó el celular cabreado, este callo en algún lugar de la habitación. El japonés se levantó de aquel frio piso y se dispuso a tomar su chaqueta. Mashiho no se iba a permitir un segundo más de incertidumbre, tenía que saber algo de Jihoon. El chico parecía haber desaparecido de la faz de la tierra, pero sabía exactamente en qué lugares encontrarle.

Mashiho conocía demasiado bien a su ex, demasiado bien para su desgracia. El japonés, sabia cada lugar de refugio del coreano, los habían visitado juntos innumerables veces. Jihoon le había confiado la ubicación de aquellos lugares, era algo así como una muestra de plena confianza. Ambos utilizaban esos lugares para ocultarse del mundo, ser ellos mismos en su máxima plenitud, amándose hasta que ya no pudiesen más.

_ ¿A dónde vas sobrino? _

Una voz familiar se escucha a lo lejos, Mashiho voltea solo para cerciorarse. Su tío Kenta está acercándose hasta donde está, sostiene esa clásica taza de té de manzanilla. Mashiho se queda mirando la taza, le trae recuerdos de cuando llego por primera vez a la casa. Aún recuerda como sus temblorosos labios, se aferraron con fuerza en la porcelana. Te de manzanilla se sintió como mil cielos, después de no haber comido ni bebido por meses.

_Yo..._Mashiho no supo cómo avanzar.

Kenta frunce el ceño para su sobrino, quien parece estar paralizado. Contempla la idea de ofrecerle algo de té, pero le pareció fuera de lugar. Kenta le echó un vistazo a la taza, no era una de las favoritas de Mashiho. Sabía que le traía malos recuerdos, que apenas podía contemplarla. Mashiho odiaba cada referente de su llegada a la casa, quería borrar sus años en Japón. Kenta lo tenía muy claro, así que decidió no tocar el tema. En vez de ello, decidió refrescar la cena organizada para Junkyu.

_Junkyu viene a cenar hoy y... _

_Tengo que hacer algo importante. _Mashiho respondió rápidamente.

Kenta frunció el ceño. _ ¿Estás seguro de que no puede esperar? _

Mashiho negó frenéticamente. _No, no puede... _

_Pero... _

Mashiho camina lo más rápido que puede, ha dejado a su tío muy atrás. Al japonés no le importa, simplemente le da igual. Lo único que le retumba en sus sienes, es encontrar a Jihoon. Tiene un par de lugares en mente y no duda en que puede visitarlos. Cuando se da cuenta de su entorno, ya ha salido de la mansión. Mashiho toma uno de los autos de sus tíos, utiliza una de las llaves de emergencia.

Ya pensara en que explicaciones dar después, no es un gran problema enfrentarse a ellos. Los tíos de Mashiho son bastante condescendientes, tienden a comprenderlo lo suficiente. Mashiho no debería de estar abusando de su benevolencia, pero lo considera un caso especial.




Mashiho acelera durante todo el viaje, aún no ha aprendido a manejar de espacio. Su licencia de conducir tomo varios intentos en ser conseguida, ahora se mantenía al borde de perderla. Esa era la razón por la que nunca le habían regalado un auto, pero solía robar los de sus tíos frecuentemente. Mashiho llego al primer lugar que se le vino a la mente, un viejo hotel de avenida. Un refugio recurrente de famosos, los paparazzis estaban vetados del lugar.

_Casi estoy seguro que talvez..._

Mashiho abandona el auto con presura, deja ir aquella frase de sus labios. Una larga lista de escaleras le espera, están justo a sus pies. Las sube con rapidez, casi quedándose sin aire. Habitación numero veinticuatro, casi parece estar apartada. Mashiho queda justo frente aquella puerta, decide tocarla lo más rápido que puede. Un par de golpes fueron necesarios, nada más que ello.

Jihoon aparece desde el otro lado del umbral, Mashiho termina rindiéndose en sus brazos. Un impulso que toma desapercibido a Jihoon, pero Mashiho es paciente a cualquier reacción. Mashiho espera con paciencia, Jihoon termina cediendo ante el abrazo. Mashiho agradece aquello del chico, aprovecha para aferrarse un poco más. Casi aspirando el aroma del coreano, sintiendo la calidad de su cuerpo. Es el cielo entre sus brazos y el infierno también.

Jihoon deja ir una absurda sonrisa. _ ¿Cómo sabrías que estaría aquí? _

Mashiho hace un sonidillo al pensar. _Simplemente, lo intuí. _

_ ¿Tanto me conoces? _Jihoon silba.

_Más de lo que crees. _Mashiho murmura.

Jihoon rompe al abrazo, a pesar de que lo ha apreciado. Mashiho lo mira fijamente, el contempla esa mirada. Mashiho lo mira atentamente, con ese amor que no parece disiparse. El japonés está lleno de amor, sin importar para quien. Es casi envidiable, puede llegar a ser demasiado. No todos se lo merecen, el no cree que lo merece.

_ ¿Por qué viniste hasta aquí? _

Mashiho mordisquea sus labios. _Tenía miedo que hicieses alguna estupidez. _

Jihoon respira profundamente. _Se lo que estas sintiendo. _

Mashiho sonríe absurdamente. _Seguro recuerdas todas mis estupideces. _

_Hay cosas que nunca se olvidan. _Jihoon suelta.

Jihoon se queda mirando al japonés, este lo mira fijamente. Mashiho titubea entre sus pensamientos o eso es lo que parece. Jihoon sigue en el marco de la puerta, deslizándose lejos de Mashiho. Un poco de espacio entre sus cuerpos, para recordar que ya no están juntos. Está bien, las cosas son como son.

_Déjame entrar. _Mashiho mira fijamente a Jihoon.

_ ¿Por qué? _

_Sé que me necesitas, está escrito en todo tu rostro. _Mashiho suelta.

Jihoon se acerca a Mashiho. _Podías haberlo ignorado, aun puedes hacerlo. _

Mashiho le da una mirada a Jihoon. _Sabes que no quiero, que no puedo hacerlo. _

Jihoon resopla ante lo que escucha, decide bajar la guardia. Abre la puerta un poco más, ganándose una mirada del japonés. Jihoon se hace a un lado para el japonés, este avanza un poco. Jihoon interpone una mano en el umbral, acorrala a Mashiho contra este. Lo mira fijamente a los ojos, un ultimátum sin palabras.

_Te dejare entrar, pero no por mucho. _

Mashiho no dice nada al respecto, solo se le queda mirando de vuelta. Se quedan ahí unos segundos, ni un solo movimiento de parte de ambos. Tiene que ser una persona en los pasillos, la que los despierta de su juego de miradas. Una pareja bastante joven, están cubiertos de la cabeza a los pies. Posiblemente ídolos de la industria, en busca de un poco de amor prohibido.

Jihoon se separa de Mashiho y este le sigue la corriente. No están muy lejos de ser como esos ídolos, pero tampoco están tan cerca. Mundos diferentes, pero misma vibra. Lo que ahora tienen parece prohibido, parece no tener futuro alguno. El tiempo amenaza con aniquilarlos, pero este tiende a ser impredecible. Mashiho se detiene en medio de la habitación, mientras ve como Jihoon mira hacia la ventana. Mashiho se frustra de solo verlo, sabe que está más que jodido. Todo lo de su lesión se ha corrido tal pólvora, Jihoon parece no querer que nadie lo vea derrumbarse.

_ ¿Puedes desarmar esa dura coraza? _Mashiho suelta.

Jihoon frunce el ceño. _ ¿Que? _

Mashiho camina hasta donde esta Jihoon, toma su mano para que ambos se sienten en el borde de la cama. Jihoon coloca esa expresión endurecida en su rostro, que denota como está aguantando hasta el más mínimo sentimiento. Mashiho sabe que lo hiere, Jihoon se hiere de esa manera a menudo. Mashiho coloca una mano en el rostro de Jihoon. Una caricia divina, combinada de otras más. Jihoon lo está mirando atentamente, adora todo aquello.

_Tu más que nadie sabes, estoy aquí para ti. _ Mashiho miro fijamente a Jihoon. _ Puedes llorar todo lo que quieras, ya he enjuagado miles de tus lágrimas. Puedes abrazarme cuanto quieras, tus brazos siguen siendo mi viejo hogar. Bésame si lo necesitas, solo recuerda que..._

_ Ya no eres mío. _Jihoon soltó.

Mashiho se torna cabizbajo. _Si. _

_ ¿Por qué sigues insistiendo en compartir tu corazón con dos personas? _ Jihoon jadeo cansado. _ Dímelo una vez más, porque aún no lo entiendo. _

_Los dos me necesitan. _Mashiho murmura.

_Deberías pensar en ti. _Jihoon le da una mirada a Mashiho.

_No me apetece pensar en mí. _Mashiho hablo en pequeño.

Mashiho deja de acariciar aquella barbilla y se torna completamente cabizbajo. Jihoon tiene razón, debatirse entre dos amores, no es la mejor opción. Debería estar pensando en sí mismo, pero no sabe hacerlo muy bien. Pensar en sí mismo siempre, se terminó tornando en un gran egoísmo. Un sistema de autodefensa, para sobrevivir a sus padres. Mashiho solo velo por sí mismo en esos días, así fue como sobrevivió. Las cosas cambiaron cuando se enamoró, se enfrentó al amor. Estaba recibiendo algo que nunca había tenido, algo que nunca le permitieron tener, que nunca se permitió tener. No sabía siquiera amarse así mismo, era muy difícil amar a alguien mas.

_ ¿Por qué? _Jihoon soltó.

_Todo ese tiempo que estuvimos juntos, fui tan egoísta Jihoon. _ Mashiho respiro profundamente. _Siempre pensé que era yo, el que más había sufrido. Cuando nunca fue así, tu siempre sufriste igual que yo. La única diferencia era que, tu solías esconder tu dolor. Yo termine siendo tu prioridad y te termine degradando. _Mashiho miro fijamente a Jihoon. _ ¿Por qué Jihoon? ¿Por qué dejaste que te hiciese eso? _Mashiho alzo la voz.

Jihoon se le quedo mirando al japonés, la respuesta era absurdamente simple. Casi algo novelesco, pero era de corazón. Estaba enamorado del japonés, no había nada más que decir. Lo amaba bien, lo amaba hasta el final. Nunca había amado de esa manera y no ex pectaba encontrar algo igual. Estaba resignado a sumirse en el resto, agradecido de lo que había vivido.

_Porque te amaba, porque te amo y te amare por siempre. _ Jihoon tomo el rostro de Mashiho. _ No me importa si te pongo primero mil y una vez, no me importa si yo siempre, soy el segundo. _ Jihoon acaricio el rostro del japonés. _ Lo único que me importa en esta vida, es poder verte feliz. _ Jihoon miro fijamente a Mashiho. _ Es por eso que luche para que dejases de hacerte daño, es por eso que salve tu vida muchas veces, es por eso que te deje ir con Junkyu. _ Jihoon hizo un amargo. _ Es lo más correcto Mashiho, es por tu felicidad. _

Mashiho miro fijamente a Jihoon. _ ¿Si tanto dices que me amas, entonces porque no luchas por mí? _

Mashiho se acercó hasta que los centímetros se acortaran, casi rosando sus labios con los de Jihoon. En la desesperación del momento, deseo besarlo de pura frustración. Era horrible seguir amándolo, se suponía que debía haberlo olvidado de inmediato. El corazón parecía querer lo que quería, sin mentir ni por un segundo.

Jihoon tomo el rosto del japonés, miro como este se redujo en lágrimas. Era justo lo que no quería, volver a romper ese corazón. Lo había hecho una vez más, sabía que lo volvería a hacer miles de veces. No podía amar a alguien correctamente, si no se amaba a sí mismo. No importaba cuanto había cambiado, seguía odiándose así mismo. Sabía que Mashiho era igual, eran bastante parecidos.

_Eso no es amor Mashiho, eso es egoísmo. _Jihoon explico con cuidado.

Mashiho escucho aquello, realizando que había sido egoísta, una vez más. Una costumbre mal habida de su parte, se suponía que no la necesitaba más. Mashiho lloro al sentirse un egoísta, lloro por su corazón roto. Mas tenía que seguir ante todo ello, seco sus lágrimas como pudo. Ante la mirada fija de Jihoon, que aguardaba necias lágrimas. Lo miro fijamente en un intento, por irradiar toda su sinceridad.

_Sabía que algún día lo dirías, justo en mi cara. _ Mashiho coloco su mano en el pecho de Jihoon. _ Debajo de toda esa coraza, hay algo de corazón. _ Mashiho miro fijamente a Jihoon. _ Odio que sea yo el único que lo vea, odio que solo lo guardes para mí. _

Jihoon hizo un amargo. _No me arrepiento de todo lo que he hecho por ti, lo mereces más que nadie en el mundo. _

_Entonces..._ La voz de Mashiho tembló. _ ¿Me dejaras ir... por amor? _

Jihoon se le quedo mirando a Mashiho, con esa mirada que expresaba dolor profundo. Tomo su rostro con una mano, luego con la otra. Acercando sus frentes hasta tocarlas, quedándose así unos instantes. A Mashiho le parecieron años, hasta que algo sucedió. Los labios de Jihoon, llegaron hasta su frente. Un casto beso quedo ahí, pudo incluso escucharlo.

Mashiho levanto su mirada una vez termino, encontró el rostro de Jihoon reducido en lágrimas. Mashiho tirito en un gimoteo, que termino en un lamento. Lagrimas llegaron a inundar sus ojos, ya no se molestó en secarlas. Jihoon lo estaba haciendo, las enjuago con tal delicadeza. Recordaba esa delicadeza, que solo él podía contemplar.

_Debo hacerlo. _Jihoon hablo despacio. _ Por favor, vete. _ Jihoon suplico. 

Mashiho se zafa con lágrimas en los ojos, está lleno de frustración. Jihoon no lo culpa, pero sabe que se le pasara. Espera que pueda ser feliz con su hermano, en serio espera aquello. Lo ve abandonar la habitación y un portazo es lo siguiente que se escucha. Sabe que se va enjuagando las lágrimas, un tanto orgulloso. Jihoon sabe que el japonés es fuerte, probablemente llegara a casa luciendo como si nada. Jihoon no puede decir lo mismo de sí mismo, está cayéndose a pedazos.  





Hola a todos, ha pasado un tiempo. Estos dias he estado cada vez mejor, trabajando exepcionalmente duro. Tengo un poco mas de responsabilidades, pero esta bien.  

Esta novela esta en su recta final, eso solo significa una cosa. Como soy una persona precabida, ya tengo casi todo preparado para la siguiente historia. Durante los capítulos que faltan de esta historia, ire dando algunos spoilers. Pueden especular desde ahora, se vale adivinar. 

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