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Capítulo 14 (2 parte)

Junkyu camino hasta llegar a su destino, la puerta principal de un hogar. Se le podía llamar hogar, a diferencia del suyo. El tío de Mashiho, tenían una hermosa familia. Junkyu estaba muy feliz, de que Mashiho estuviese con ellos. Incluso cuando quería vivir con el japonés, incluso cuando se lo había propuesto un par de veces. Al final del día, todo giraba en su lugar. Mashiho estaba mucho mejor junto a su tío y no junto a él.

Junkyu acerco su mano al timbre, lo toco un par de veces. Junkyu se apresuró a frotar sus manos, estaba muriendo de frio. El otoño ya estaba establecido, tomando confianza durante sus días. Junkyu subestimo la estación, obvio cualquier tipo de abrigo. En un click sonoro, la puerta se abrió de par en par. Una señora de unos cuarenta, se mostró con un uniforme. Junkyu la reconoció, era Yukika. La mujer era la ama de casa, de la familia Takata.

_Muy buenos días. _Yukika sonrió cordialmente.

Junkyu sonrió para la mujer. _Buenos días. _

_Por favor, pase adentro. _

_Gracias. _Junkyu agradeció rápidamente.

Yukika apuro a Junkyu, casi jalándolo hacia la mansión. Junkyu se dejó hacer, estaba helándose afuera. Cuando logro estar adentro, la cálida calefacción lo atrapo. Junkyu disfruto del cambio de ambiente, incluso cuando seguía helado. Se apuró a ver a la mujer, quien se le quedo mirando. Una mirada regañona, como las que le daba su madre.

_Está haciendo mucho frio en estos días, debería de haber venido más abrigado. _

Junkyu no tenía mucho que justificar, solo había sido descuidado. En los días que habían pasado, se había estado sintiendo perdido. Estaba perdido en su enamoramiento, tratando de aferrarse a las migajas recibidas. Hablando de migajas, había llegado por su ración. Desesperado por un poco, casi hambriento.

_Yo... _

Junkyu paro de hablar, cuando sus piernas fueron arrulladas. Unos pequeños brazos, abrazando a la par. Junkyu bajo su vista, observando a dos niñas. Junkyu las reconoció, eran las primas de Mashiho. Dos gemelas encantadoras, adoptadas por el matrimonio del hogar. El tío de Mashiho las había decidido adoptar, ya que, con su pareja, no podía tener hijos. Eran una pareja gay, una bastante estable.

_Hola. _Saludo una de las gemelas.

La otra gemela se apresuró a saludar. _Hola. _

Junkyu se dirigió a una de las niñas. _Hola Haruko. _ Junkyu llevo sus ojos a la niña restante. _ Hola Hiroko. _

Haruko fue la primera en soltarse del abrazo, mas siguió mirando a Junkyu. Con esos enormes ojos marrones, que contrastaban con su tez apiñonada. Termino sonriéndole al chico, mostrando algunos dientes faltantes. La niña tenía unos seis años, bastante alta para su edad.

_ ¿Viniste a ver a tío Mashiho? _Haruko fue curiosa.

Junkyu asintió levemente. _A eso vine. _Junkyu miro a su alrededor. _ ¿Sabes dónde puede estar? _

Junkyu se sorprendió de una cosa, Yukika mantenía silencio. La mujer estaba dejando, que las niñas hablasen. Junkyu lo encontró agradable, darles palabra a los menores. Muy a diferencia de su niñez, en la que no pudo decir una sola palabra. Nunca fue tomado en serio, hasta que cumplió su mayoría de edad.

_Tío Mashiho debe estar en su habitación. _Haruko señalo por sobre las escaleras.

_Debe estar arreglándose para ti. _

Junkyu logro escuchar a la otra gemela, que había decidido unirse a la conversación. Hiroko era exactamente igual a su hermana, como buena hermana gemela. La similitud era escalofriante, pero Junkyu se sabía un truco. Las diferenciaba, por un pequeño detalle. Sus personalidades, eran polos totalmente opuestos. Haruko era extrovertida, mientras que Hiroko era todo lo contrario.

_ ¿Ustedes creen eso? _Junkyu silbo.

_Positivo. _Haruko asintió frenéticamente.

_Pulgar arriba. _Hiroko coloco pulgar arriba.

_ ¿Entonces debería ir a verle? _Junkyu sonrió para las gemelas.

Las gemelas se miraron mutuamente, como discutiendo con la mirada. Hiroko se acercó a secretearle algo a su hermana. Haruko escuchó atentamente, mientras asentía rápidamente. Junkyu les dio su tiempo, mientras compartía una mirada cómplice con Yukika.

_Primero necesitamos hacerte una urgente pregunta. _Haruko soltó.

_Díganme. _Junkyu les dio su atención a las gemelas.

_Cuando termines de darte besos con nuestro tío Mashiho..._Haruko lo dijo rápidamente. _ ¿Podrías venir a tomar él te con nosotras? _

Junkyu coloco los ojos como platos. _Y-o..._ Junkyu tartamudeo. _ Claro. _

Junkyu observo como las gemelas sonreían a la par, mientras compartían una mirada. Junkyu se terminó tocando la cara, que posiblemente estaba roja. No fue capaz de mirar a Yukika, le dio un poco de vergüenza. Había besado a Mashiho en la mejilla, frente a la vista de las gemelas. Ellas parecían, haberlo visto muy bien.

_Puedes traer a tío Mashiho también. _Haruko hablo coloquialmente.

_Te llamaremos cuando la vajilla este lista. _

Hiroko se despidió, mientras tomaba la mano de su hermana. Junkyu asintió ante las gemelas y también se despidió de Yukika. Aún seguía con ese rostro sonrojado, demostrando que era un buen chico. El siempre había sido un buen chico, a diferencia de sus hermanos. Jihoon era un tanto, demasiado temperamental. Doyoung era bastante, un caprichoso.

Junkyu subió la larga hilera de escalones, hasta llegar a la línea de habitaciones. Casi al fondo del pasillo, una gran habitación. Era la habitación del japonés, se notaba a leguas. La habían preparado especialmente, para el japonés. Junkyu tomo la perilla, tenía algunos cristales. Mashiho adoraba el brillo, lo resplandeciente. Cada regalo que le obsequiare, solía ser alguna joya. Junkyu se sorprendió, la perilla giro perfectamente. Logro entrar a la habitación, encontrándola totalmente vacía.

Junkyu miro a los lados, definitivamente no estaba. Llego a escuchar el sonido de la regadera, al fondo de la habitación. Junkyu se acercó a aquel sonido, pegando su oído a la puerta. El sonido de la regadera, siendo cerrada abruptamente. Junkyu supuso que, el japonés había terminado. Decidió quedarse ahí, recibir a su novio. No demoro mucho, la puerta fue abierta de una. Mostrando a un japonés, que aún no estaba consciente de su presencia.

_Hola. _Junkyu soltó.

Mashiho pego un pequeño saltito del susto. _ ¿Qué haces aquí adentro? ¿Quién te dejo entrar? ¿Cuánto tiempo has estado aquí? ¿Qué tanto has visto? _

_ ¿Por qué tantas preguntas? _

Junkyu se abalanzo y le robo un pico a Mashiho. El japonés apenas sintió, ese característico roce y cosquilleo. Estaba más en pensar, como había entrado Junkyu. No recuerda haber dejado la puerta abierta, pero tampoco recuerda muchas cosas. Después de regresar del hospital, apenas podía pensar correctamente. Mashiho había baldeado sus ojos en lágrimas, a la par de Jihoon. Cada uno, en el hombro del otro.

Mashiho le dio una mirada a Junkyu. _Sabes que no me gusta, que te aparezcas de la nada en mi habitación.  _

Junkyu dejo ir un pronunciado puchero. _ ¿Acaso no puedo extrañar ver a mi hermoso novio? _

Mashiho evadió la mirada de Junkyu. _Ya deja de bromear. _

Mashiho se abrió paso para caminar, mientras trataba de cubrirse lo más que podía. Agradecía haber salido envuelto en una toalla, lo agradecía en esos momentos. Mashiho prefería mantenerse vestido, especialmente si estaba frente a Junkyu. El coreano era un seductor profesional y no vacilaría, en colocarlo a su merced.

Mashiho se detiene de golpe, una mano lo sostiene firmemente. Es girado con facilidad, para encarar a quien lo exige. Junkyu lo está mirando fijamente, recorriendo su cuerpo a tutiplén. Mashiho pierde la respiración, sin mover ni un solo musculo. Debe admitir que, esa mirada enciende, algo en su ser.

_Juro que no estaba bromeando, cuando dije que eras hermoso. _

_Solo lo dices porque sí. _Mashiho siente su voz temblar.

_Lo digo porque te amo. _Junkyu soltó.

Mashiho alzo sus cejas en suspicacia. _ ¿Estás seguro que solo es por eso? _

Junkyu se encogió de hombros. _Tengo una buena vista de tu belleza. _

Junkyu se dedicó a mirar cada detalle, del cuerpo del japonés. Desde esas delicadas facciones faciales, hasta ese ligeramente tonificado cuerpo. Según sus ojos, todo venia perfectamente bien. No importaba cuanto lo veía, ni desde que posición lo hacía. Simplemente lo veía y lo deseaba completamente.

_Deja de mirarme tan fijamente. _

Mashiho se tornó completamente rojo, sentía como su rostro ardía. Era un calor constante, uno que estaba empezando esparcirse. Llegando hasta cada parte de su cuerpo, casi no lo podía controlar. Mashiho se recordó a sí mismo, tratar de ser fuerte. Tenía que ser fuerte, ante aquellos juegos de seducción.

_Es increíble que aun te sientas así, nosotros ya hemos... _

_Eso fue con muy poca luz. _Mashiho respondió rápidamente.

Junkyu reprimió lo que fue, una basta y socarrona sonrisa. Dando un par de pasos hacia atrás, hasta desplomarse en la cama. Miro al japonés desde donde estaba, mientras relajaba su cuerpo un poco. Junkyu hecho su torso hacia atrás, pero se sostuvo con ambas manos. No cayo hacia la cama, pero sus piernas llegaron a esparcirse un tanto.

_Ven aquí. _Junkyu se dirigió a Mashiho.

_ ¿Que? _Mashiho balbució.

_Tengo algo que recomendarte y es... es urgente. _

Mashiho asintió levemente, dándose por vencido. Dio unos pasos, hasta llegar a Junkyu. Este lo recibió amenamente, sosteniendo una mano en su espalda. Lo llevo muy cerca de su cuerpo, llevando un camino hasta su cuello. Junkyu respiro sobre este, hasta llegar a rozar el lóbulo de la oreja.

Mashiho jadeo fuertemente. _ ¿Que? _

Mashiho tuvo la entereza de hablar, apenas pudo hacerlo. Decido fingir que no, que no le estaba afectando. Que no quería un amor vacío, que no era capaz de corresponder llenamente. Todo era un carrete de manipulación, en base a complacer.

_Vístete antes de que pierda mi autocontrol. _ Junkyu hablo con esa pesada voz.

Mashiho jadeo aún más fuerte. _ ¿Acaso eres una especie de pervertido? _

_Yo solo... _ Junkyu miro fijamente a Mashiho. _Te deseo demasiado. _

Mashiho miro fijamente a Junkyu. _Deberías dejar esta tentación. _

Junkyu llego a tentar un casto beso, sonrió con gran descaro. Mashiho observo aquella expresión, que parecía querer arruinarle. Por unos segundos, solo por unos segundos, Mashiho deseo que eso pasase.

_Preferiría hundirme en ella. _Junkyu hablo sobre los labios del japonés.

Mashiho pensó en aquel segundo de deseo, que pico, hasta extenderse. De repente, no era solo un segundo. No era solo un pequeño deseo, sino que, estaba envuelto en este. Junkyu lo beso, lo beso con voracidad. Mashiho lo acato, casi de manera sumisa. Llevando un constante ritmo, disfrutándose mutuamente. Un beso ansioso, desesperado.

Junkyu deslizo sus manos en esa espalda, aterrizándolos en el borde de la toalla. Un pequeño desliz y esta no le incomodaría más. Dudo en si debía hacerlo, no había venido a hacer tal cosa. Sus dudas constantes, le hicieron desear una señal. Una señal divina, que le dijese si seguir o parar. Un par de golpes en la puerta, unos bastante respetuosos. Anunciando un visitante, aquellos los hizo detener.

_Junkyu. _

Unas finas voces, se escucharon al otro lado de la puerta. Junkyu se detuvo de golpe, tomo el rostro de Mashiho. Lo fue alejando, sus labios de despegaron lentamente. Ambos se miraban, mientras seguían jadeando, por la falta de respiración. Junkyu agradeció, haber dejado la puerta con tranca. Mas había olvidado completamente, ir a cumplirle a las gemelas.

Junkyu se separó aún más del japonés, le pareció una especie de tortura. En parte el, está odiando alejarse. Muy a diferencia de Mashiho, que parecía aliviado. Aliviado de detenerse, de zafarse de la situación. Junkyu fingió que no lo noto, fingió que, si lo sabía, al menos no le importaba.

_Creo que tus admiradoras te andan buscando. _ Mashiho pico.

Junkyu no pudo evitar sonreír apenado. _Les prometí que tomaría él te con ellas. _

_ ¿Sabes que no te dejaran tranquilo, hasta que lo hagas? _ Mashiho volvió a picar.

_Pensé que podría escaparme, para verte un rato. _ Junkyu coloco un puchero.

Mashiho bufo. _Anda a tomar ese té imaginario. _

_ ¿Vas a tomarlo con nosotros? _ Junkyu coloco otro puchero.

Mashiho no pudo resistirse a aquel puchero, dejo un beso en la frente del coreano, otro en aquel puchero. Junkyu parece haberlo disfrutado, cerro sus ojos completamente, más los abrió, cuando los besos se detuvieron. Mashiho volvió a ver esos ojos, brillaron en un destello. Se quedó con ese brillo, del que se había enamorado.

_Claro. _




Mashiho dejo ir a su novio, finalmente podía vestirse. Se apuró a hacerlo, cuanto antes mejor. Dirigiéndose a su vestidor, un cuarto aparte. Coloco la contraseña, era su fecha de cumpleaños. La contraseña fue aceptada, abriendo las puertas automáticas. Mashiho entro al lugar, mirando a su alrededor. La puerta se cierra a sus espaldas, evitando a fisgones recurrentes. Tiene que apurarse a tomar algo, algo que no llame mucho la atención.

Mashiho viaja entre su joyería, tomando algunas piezas de su elección. Ignora aquellas, que son demasiado femeninas. Se les queda mirando, no ha podido usarlas en un tiempo. Lo mismo con las piezas de ropa, con todo menos masculinidad.

Mashiho se arrastra hasta donde está su ropa actual, disponiéndose a elegir su disfraz. Se decide por un sweater rosa, que deja ver algo de su clavícula. El rosa es lo único, con lo que se ha podido quedar. Una cosa más para el look, unos holgados jeans. Estos tienen una amplia rasgada, en el área del muslo. Un toque escandaloso, pero necesario. Ocupa unos pendientes sencillos, apenas colocan un punto de diamante. Destellan en su perforación, contrastando con su cabello del mismo color.

Hablando del cabello, lo revuelve contra el secador. Dándole un aspecto alborotado, consiguiendo el volumen deseado. Solo queda el maquillaje, no puede ocupar mucho. Decide ocupar algo de crushion, para ocultar sus llorosos ojos. Algo de tinte labial, solo unos cuantos toques. Mashiho se mira al espejo, ese es el.

_Este soy yo, el que todos quieren y el que talvez, mis padres no hubiesen rechazado. _




Jeongwoo llega a su dulce hogar, sintiendo los efectos del entrenamiento. Aún sigue en banca, pero se prepara como si fuese a jugar. La cantidad de ejercicios que hizo, le parecieron interminables. Había quemado todo que había comido de desayuno, literalmente muriendo de hambre. Jeongwoo se arrastró a la cocina, abriendo la nevera. Registro que había en esta, sacando un par de huevos. Los dejo puestos en la mesa, mientras se dirigía en busca del ramen. Un plato de fideos, distraería su estómago.

_ ¿Dónde rayos se encienden estos? _ Jeongwoo repaso la estufa. _ No entiendo una mierda de esta estufa. _

_Solo tienes que leer y apretar botones. _

Jeongwoo se giró rápidamente, encontrándose con Haruto. El japonés yacía, en el marco de la puerta de la cocina. Con esa expresión de superioridad, que lo caracterizaba. Jeongwoo apenas determino aquello, le resto toda importancia. Alejándose de la estufa, decidió encarar al japonés. Jeongwoo sonrió ampliamente, recibiendo más atención del japonés.

_Ese es el problema, mi querido enemigo. _Jeongwoo canturreo.

_ ¿En serio, no vas a leer? _ Haruto levanto las cejas. _ ¿Quieres que lo haga por ti? _Haruto señalo hacia el aparato electrónico.

_Prefería que me dijeses a que viniste o como rayos lograste abrir la puerta. _

Jeongwoo se cruzó de brazos, imitando ese característico gesto en Haruto. Haruto parece haberlo notado, porque logro bufarlo de inmediato. Jeongwoo seguía esperando aquella respuesta, saber si su vecino era un delincuente o simplemente ya tenía las llaves de su casa ¿Por qué no? Haruto salía con su hermana. Jeongwoo le llego a la mente eso, exactamente eso. Jeongwoo se revolvió eso de la mente, solía incomodarle, cada vez más.

_Vine a buscarte para estudiar para los exámenes. _ Haruto explico. _ En cuanto a cómo entre, se me fue fácil hacerlo, dejaste la puerta abierta. _Haruto lo dijo, como si fuese nada.

_ ¿En serio? _Jeongwoo chillo.

_Si. _

Haruto señalo la puerta principal, indicando para Jeongwoo. Jeongwoo se apuró a cerciorarse, dándose cuenta al verla. La dichosa puerta, estaba abierta de par en par. Jeongwoo se rasco las cienes, tratando de recordar. Supuso que lo había olvidado, del hambre que tenía. Jeongwoo siempre ponía la comida, sobre un gran pedestal.

_Entonces regrésate por donde viniste, la puerta sigue sin tranca. _

Jeongwoo señalo la puerta principal, seguía de par en par. Jeongwoo paso su mirada, desde la puerta, hasta el japonés. El japonés no hizo absolutamente nada, solo se le quedo mirando. Con esa expresión de superioridad, que lo caracterizaba. Jeongwoo tenía que ser sincero, odiaba esa expresión. La razón por la que la odiaba, era bastante simple. La cosa era que, el dichoso japonés, conseguía verse guapo. Jeongwoo se maravillaba al verlo, no era una simple belleza, sino una admirable.

Haruto le dio una mirada a Jeongwoo. _No. _

Jeongwoo bufo. _ ¿Que? _

_Yo de aquí no salgo, sino es contigo. _

Jeongwoo termino por reír, justo en la cara del japonés. Haruto lo observo atentamente, con ganas voraces de acallarlo. Como lo quería acallar, ese era el problema. Las ganas de callarle la boca a besos, se estaban volviendo cada vez más insoportables. Haruto tenía que repetirse, que lo besos no eran un castigo. No lograría corregir a nadie, a punta de besos.

_Sé qué haces todo esto, porque te lo pidió mi hermana. Haruto ya, se honesto conmigo... _Jeongwoo exigió la atención del japonés. _ ¿Realmente quieres hacer esto conmigo? _

_Por supuesto que quiero hacerlo contigo. _Haruto soltó.

_¿En serio quieres hacerlo conmigo? _Jeongwoo pico.

Haruto hizo una mueca. _Si. _

Jeongwoo asintió, como si estuviese convencido. Mas no había pensado, ni había sido convencido. Lo único que pensaba, era en como deshacerse del japonés. Tenía una fiesta, a la cual ir. Y no, no se la perdería. En realidad, nunca se perdía una. Jeongwoo ya lo tenía todo planeado y no pensaba quedarse a estudiar. Le había ido de maravilla en el semestre, gracias al japonés. Sonaba egoísta no acompañarle, pero había estado haciendo malabares, para balancear cada cosa. Tiempo para practicar, tiempo para estudiar, tiempo para irse de fiesta.

_Pues te informo que no, no podremos estudiar. Tengo que ir a una fiesta con mi antiguo equipo. _Jeongwoo silbo.

Haruto bufo. _Yo no te pregunte si querías, literalmente te vine a obligar. _

Jeongwoo bufo. _Sobre mi cadáver. _

Haruto encogió los hombros. _Bueno. _

Jeongwoo apenas se dio de cuenta, como era cargado por el japonés. Haruto lo alzo con facilidad, llevándoselo al hombro. Jeongwoo choco su rostro contra la espalda del japonés. Se sintió algo aturdido, se quedó impresionado de aquella fuerza. Estaba consciente de que el japonés era deportista, pero aquello era una revelación. Lo había levantado tal pluma, lo sostenía sin chistar.

_ ¿Qué haces? _Jeongwoo chillo.

_Cargarte. _

Haruto empezó a caminar como si nada. Jeongwoo se esforzó por zafarse, pero se le hizo imposible. No recordaba ser tan ligero, talvez debía comer más. Hacer más ejercicio con pesas, quería hacerle lo mismo al japonés. Hablando del japonés, este seguía caminando. Jeongwoo observo como el piso cambiaba, empezó a sentir el verdadero terror. No le agradaba la idea de que alguien los viese así. Jeongwoo palmeo la espalda del japonés cuantas veces pudo.

_ ¿A dónde me llevas? _Jeongwoo mordió.

_Voy a enseñarte una lección. _

Jeongwoo no necesitaba ser adivino, sabía que el japonés estaba sonriendo. Odio completamente eso, odio como lo tenía dominado. Viéndose así mismo, se sintió como una nenita. A Jeongwoo solo le faltaba decirle Haruto Kun o Haruto Senpai. De solo pensarlo, se colocó completamente rojo. Estaba avergonzado y estaba furioso.

Jeongwoo maldijo entre dientes. _No me interesan tus lecciones, puedes metértelas por el trasero. _

_ ¡Ya! _Haruto alzo la voz.

Jeongwoo escucho aquella amenaza, que retumbo en sus oídos. Una nalgada le siguió, una bastante sonora. Jeongwoo la sintió a tutiplén, le pareció el toque de Thanos ¿Donde estaba su trasero? Jeongwoo ya no lo sentía. Alcanzo a sobráselo, por lo menos estaba ahí. Jeongwoo por fin se quejó, ganándose una risilla del japonés.

_ ¿Me nalgueaste? _Jeongwoo chillo.

_Y lo seguiré haciendo, si no paras de hablar tonterías. _Haruto soltó.

_Eres un pe... _

_ ¿Haruto? _

Jeongwoo no pudo terminar de decir su maldición, fue devuelto al piso rápidamente. Jeongwoo aterrizo algo mareado, dejando que la sangre se colocase en su lugar. Jeongwoo miro hacia adelante, encontrándose con una mujer. Jeongwoo entonces entendió, las acciones del japonés.

Una mujer bastante joven, más joven que su madre. Era bastante bonita, con aspecto japonés. Unos largos cabellos y un típico flequillo. De tan pequeña estatura, que apenas le llegaba al hombro. La mujer se le quedo viendo, parecía estar impresionada. Jeongwoo se sintió demasiado observado. Le dio una mirada al japonés, a ver si hacia algo al respecto.

_Mamá... _Haruto soltó.

Jeongwoo casi se infarta, era la madre de Haruto. Quería desaparecer, usar la capa de la invisibilidad, esa que usaba Harry Potter. La mujer se acercó a Haruto, para revolver sus ahora largos cabellos. Un saludo que el japonés recibió, estado algo avergonzado. La mujer dejo de mirar a su hijo, llevando sus ojos a Jeongwoo. Ella literalmente, le tomo la cara entre sus manos. Se acercó a darle un meticuloso vistazo, jadeo al terminar de hacerlo.

_Kim Jeongwoo, soy Momo. _La mujer prácticamente grito.

_Hola... _ Jeongwoo consiguió responder.

_ ¿Me recuerdas siquiera? Porque yo a penas te reconozco. _La mujer dijo emocionada.

_ ¿Pe-perdón? _Jeongwoo tartamudeo.

La madre del japonés frunció el ceño. _Mira que grande estas, tus rasgos se han vuelto duros. _

Jeongwoo se señaló a sí mismo. _Yo... _

Momo asintió un par de veces, como si nada. _Sabía que debajo de esa carita polvorienta, iba a surgir un chico muy guapo. _

Jeongwoo frunció el ceño ¿De donde lo conocía esa mujer? No la conocía de antes, definitivamente no. No recordaba haber visto a la madre de Haruto antes, ni siquiera en sus días de estudio. Jeongwoo dejo de mirar a la mujer y llevo su vista hasta Haruto.

_ ¿Tu madre me conoce? _Jeongwoo movió sus labios en un murmullo.

Haruto negó rápidamente. _No. _

Momo hizo un pequeño sonidillo. _ ¿Cómo qué no? _

Haruto dejo de mirar a el coreano y llevo su vista hasta su madre. Se acercó a la mujer, no sin antes hacer algo. Miro a Jeongwoo una vez más. Lo señalo por unos breves segundos, ganándose su atención. Jeongwoo lo miraba confundido, con esa mirada de pajarillo, que combinaba con sus ojos. Haruto agradeció aquella mirada, pero no sabía cuánto tiempo la vería. Jeongwoo no era estúpido y casi podía presentir, como el tiempo se le rendía, ante la verdad por conocer.

_Espérame un momento aquí. _

Haruto solo pudo ver como el coreano asintió. Punto para sí mismo, no se lo esperaba. Haruto se dirigió otra vez hasta su madre. Le dio una mirada cómplice, ella pareció comprenderla. Haruto la guio lejos del coreano, hasta llegar a dentro de la casa. Dejando a Jeongwoo lo suficientemente alejado, como para que no escuchase.

Momo se le quedo mirando a su hijo, este no dijo ni una sola palabra. Momo alargo su mano, para acariciar la cabellera de su hijo. Haruto siguió mirando hacia el suelo, como si estuviese avergonzado. La mujer se sintió triste, su hijo estaba triste.

_ ¿Qué pasa contigo hijo? ¿No me digas que tú? _ Momo respiro profundamente, al ver la expresión frustrada de su hijo. _ ¿Aún no le has dicho? _

Haruto se tornó cabizbajo. _Estoy esperando el momento adecuado... _

Momo resoplo. _Eso es lo que me has estado diciendo hace meses. _

Haruto se quedó callado, su madre tenía razón. Su madre le había dicho sobre Jeongwoo, hace ya unos meses. Hace ya unos meses, se había propuesto a recuperar su amistad. Una vez que lo empezó a intentar, supo que no era tan fácil. En esos momentos, seguía dándole vueltas al asunto. Los consejos de su madre, no le servían con Jeongwoo. El chico era, un hueso duro de roer.

_He estado haciendo todo lo que me ha recomendado, pero simplemente, las cosas son difíciles para ambos. _

_ ¿Por qué? ¿Porque son enemigos? _ Momo silbo. _ No me parecieron muy enemigos hace un rato. _Momo pico.

_Mamá... _Haruto se quejó.

_Sera mejor que le digas las cosas a las buenas, antes de que se entere a las malas. _ Momo señalo a su hijo. _ ¿Entendiste? _

_Si. _Haruto murmuro a regañadientes.

_Luchando. _Momo ánimo.

Momo se retira de espacio, mientras sigue animando. La mujer se pierde entre los pasillos, de la gran mansión. Mientras tanto, Haruto se queda ahí, tratando de comprender lo que paso. Definitivamente se siente, atrapado entre la espada y la pared. Sabe que se le acaba el maldito tiempo, sabe que debe juntar valor. Debe hacerlo como dice su madre, antes de que el destino lo alcance.

Haruto toma una gran bocanada de aire, como si se tratase de valor. No, no va a confesarse ahí mismo, pero tiene que fingir que no ha pasado nada. Se va en busca de Jeongwoo, lo encuentra justo donde lo dejo. Haruto se sorprende un poco, Jeongwoo le ha hecho caso. Aunque sospecha, que fue solo por suerte. Haruto se para justo frente al coreano, quien está mirando alrededor. Jeongwoo parece un niño curioso, dentro de un gran museo.

_ ¿Puedo hacerte una pregunta...? _ Haruto soltó.

Jeongwoo se despabila. _Si. _

_ ¿Qué opinas de mi madre? _

Jeongwoo escucha esa pregunta y se queda pensando la respuesta. Según lo que vio, la mujer era un poco espontanea. Para él estaba bien, le agradaban las personas así. Lo único que no le cuadraba, era de donde le conocía esa mujer. Haruto ni siquiera lo dejo preguntar, parecía estar empecinado en cortar la conversación. Eso le pareció sospechoso, eso le pareció raro.

_Creo que tu mamá es un poco única. _Jeongwoo fue sincero.

Haruto bufo. _Tú no tienes ni idea. _

_Ella me cayó muy bien. _

Haruto le dio una mirada a Jeongwoo. _Es porque se parecen bastante. _

Haruto fue sincero en decirlo, era algo que había descubierto. La personalidad de su madre, era parecida a la de Jeongwoo. Ambos eran bastante extrovertidos y no tenían filtro al hablar. También tenían eso de ser orgullosos, orgullosos a morir. Haruto termino de comparar, cuando Jeongwoo pareció querer continuar. Le dio toda su atención, mientras se dirigían a estudiar.

_Quisiera hablar con ella, como tú lo hiciste con la mía. _

Haruto levanto las cejas. _ ¿Por qué tan interesado en conocer a mi madre? _

_Yo soy el que debería hacerte esa pregunta. _

Jeongwoo se apresuró a responder y le parecía justo plantearlo. Haruto había conocido a su madre, el quería seguir sus pasos también. Cosa que le pareció extraña, muy extraña. Haruto bufo sonoramente, sacándolo de sus pensamientos. Cuando le dio su atención, el ya lo estaba mirando.

_Tu madre es mi suegra Jeongwoo. _

Jeongwoo se palmeo la cara mentalmente, había olvidado ese pequeño detalle. Siéndose sincero, él era un olvidadizo. Jeongwoo carraspeo, para alivianar el ambiente. Vio como el japonés, reprimía una sonrisa. Jeongwoo odio eso, odio verse como un tonto.

_Lo olvidaba... _

Haruto miro fijamente a Jeongwoo. _Me lo imagine _




Jeongwoo llevaba sentado ya un buen rato, observando como el japonés acomodaba todo. Haruto tenía muchas cosas para estudiar, cosas que ni utilizaba. Jeongwoo supuso que así se veía, alguien que compraba los útiles necesarios. Hablando de útiles necesarios, solo había llevado un lápiz. Su muy preciado lápiz, que le había regalado Junghwan. Claro que era regalado, tenía la goma sin masticar. La vio tan perfecta, que le dio algo de hambre. Seguía hambriento, asique decidió mordisquearla. Calmo un poco su hambre, pero su estómago seguía vacío.

_ ¿Qué tarea vas a hacer por mi hoy? _Jeongwoo se atrevió a decir.

Haruto le dio una mirada al coreano, descubrió porque estaba tan callado. Jeongwoo mordisqueaba un borrador, como si de goma se tratase. Si era una goma, pero no comestible. Haruto noto aquello, le pareció tierno. Bueno, no tanto como quería. Jeongwoo mordía el lápiz sin vergüenza, estaba todo babeado. En todo caso, también le pareció asqueroso.

_Estaba pensando en invertir los roles. _

Jeongwoo hizo un sonidillo. _Nunca pensé que necesitases mi ayuda. _

_Existe algo llamado calculo y soy bastante malo. _

Jeongwoo dejo de morder el lápiz, dejando ir un hilo de saliva. Haruto lo miro muy bien, pero no lo detuvo. Lo dejo fluir en su elemento, el ser muy molesto. Jeongwoo dejo el lápiz en el pupitre, de este cayeron gotitas de saliva. La paciencia de Haruto, estaba siendo probada. Haruto era un loco de la limpieza, aquello lo estaba probando.

_Me di de cuenta que eras un desastre, siempre pestañeas en esa clase. _

Jeongwoo hizo los ademanes, de cuando Haruto pestañeaba. Lo miraba mucho dormir, más de lo necesario. Los ojos del japonés eran bonitos, incluso estando cerrados. Haruto se tornó serio, al ver la burla. No pudo evitarlo y decidió defenderse.

_ ¿Estuviste mirándome, en vez de prestar atención a la clase? _Haruto pico.

_Yo... _Jeongwoo carraspeo un poco. _ Tenías un moco ese día, más bien, todos los días. _

Jeongwoo señalo la ubicación de los mocos, mocos que nunca vio. Sabía que el japonés, era un loco de la limpieza. Jeongwoo observo esa mirada, que se le quedo mirando fijamente. Haruto termino por tomar su mano, entrelazándolas firmemente. Jeongwoo fue tomado desapercibido, solo le quedo tragar hondo. Miro sus manos unidas, encajaban agradablemente.

_Mira Jeongwoo, sé que soy guapo, pero eso no debe distraerte, puedes perder alguna materia. _

Jeongwoo se tornó completamente rojo, se zafo de aquel agarre. Oculto sus manos debajo de la mesa, como escapando de la situación. Miro a los lados, como buscando alguna buena respuesta. Una lo suficientemente buena, como para enmascarar su pequeño error. Mirar mucho al japonés, era un vicio constante ¿Que podía hacer en contra de ello? El tipo era guapo.

_Tampoco te mire tanto, ni que fueses tan guapo. _Jeongwoo silbo.

_Hare como que te creo, que no te gusta mi visual. _Haruto silbo.

Jeongwoo miro el libro de estudio, con las practicas sugeridas. Una oportunidad vana, para saltar del incomodo momento. Se abalanzo hacia adelante, alargando su mano. Movió su mano un poco, ganándose la atención del japonés.

_Dame eso acá, deja de bromear. _

_Aquí. _

Haruto dejo ir el libro de estudios, en las manos de Jeongwoo. El coreano le dio una amplia ojeada, mientras se familiarizaba con el tema. Jeongwoo era bueno en calculo, injustamente bueno. Había personas así, las favoritas de Dios. Jeongwoo llevo su vista hasta el japonés, señalo la vasta cantidad de hojas.

_ ¿Qué es lo que no entiendes de esta parte? _

_Todo. _Haruto soltó.

Haruto mintió divinamente, obviamente entendía todo. No tan bien como el coreano, pero entendía. La única razón por la que se hacia el estúpido, era para que Jeongwoo le explicase. Un capricho que tenía hace tiempo, uno que quería satisfacer. Sabía que podía hacerlo, lo había planeado todo. Desde pestañear en las clases, hasta decir que no entendía nada.

_Mentiroso. _Jeongwoo canturrio.

Haruto coloco su mejor cara lastimera, cara que casi nunca utilizaba. Jeongwoo se le quedo mirando, ya tenía su atención. Se acercó un poco al chico, lo miro directamente a los ojos. Luego se tornó cabizbajo, respiro profundamente. Señalo sus apuntes de la clase, tenían un espacio en blanco.

_Parpadeé un par de veces y el profesor ya tenía el tablero repleto. _

Jeongwoo señaló a Haruto. _Ahora ya sabes lo que siento en mis días de resaca. _

Haruto bufo. _ ¿De que estas hablando? Duermes todos los lunes y siempre entiendes la clase. _ Haruto se señaló así mismo. _Yo tengo que trabajar duro, para tener las notas que tengo. _

_Esa es la diferencia, entre genios y estudiosos. _ Jeongwoo le dio una mirada a Haruto. _Pero no te preocupes, los estudiosos siempre ganan. _ Jeongwoo secreteo. _Los genios siempre tienen algún mal vicio, que los termina jodiendo. _ Jeongwoo se señaló así mismo. _Como mi vicio jodido, que es beber. _

Haruto escuchó atentamente la última frase, sabía que Jeongwoo tenía problemas con el alcohol. Casi parecía, que era alcohólico. Más bien, estaba al borde de serlo. Lo peor de todo era, que Jeongwoo lo normalizaba. Beber cada semana, llegar destruido los lunes. Vomitar en los baños, lucir realmente pálido. Aun así, Haruto, no quiso reprocharle nada. Sinceramente Haruto, llegaba hasta a comprenderlo y hasta deseaba ayudarle.

_ ¿Estás seguro de lo que dices...? _

Jeongwoo asintió lentamente, hizo una mueca amarga. Haruto no sabía ni la mitad, de lo que su vicio era, pero parecía tener una idea. La cosa era que, Jeongwoo no podía salir de su vicio, ya se había acostumbrado y no planeaba parar. Tocar fondo era, algo que no lo asustaba. Beber era una salida habitual, su salida favorita. Adormeciendo sus abrumantes sentimientos, tranquilizaba sus sensibles sentidos. Beber solo era un efecto secundario, de sus terapias mal llevadas. No debía haberse escapado de ellas, para irse a beber con amigos falsos.

_Cuando tenía unos dieciséis, una psicóloga me dijo una frase "Lo que haces con las manos, lo dañas con los pies" _ Jeongwoo sonrió amargamente. _ En esos tiempos, me pareció una simple frase, pero con el tiempo supe, que definía toda mi vida. _

Jeongwoo se quedó en silencio, tratando de tragar una creciente amargura. Se sentía realmente amargo, que te predijesen tu futuro. El había recorrido esa fina línea, a la autodestrucción. Con el paso de los años, seguía caminándola. Hacia cosas buenas, luego las arruinaba con malas.

_Necesitas a alguien que guie tus manos, para que sigan haciendo el bien. Necesitas a alguien que detenga tus pies, para que no puedan hacer el mal. _

Haruto se atrevió a decir, sin pensarlo siquiera. En el fondo el, quería ser esa persona. Esa persona en la cual, Jeongwoo podía confiar. Quería que se apoyase en su hombro, que le contase sus dudas. Quería escucharle atentamente, empatizar con el chico.

_ ¿Y dónde puedo conseguir una persona tan paciente? _ Jeongwoo se le quedo mirando al japonés. _ Más fácil es encontrar la x, de este problema. _

Jeongwoo señalo la larga lista de problemas, tratando de alivianar el ambiente. No le resulto de mucho, Haruto aún seguía mirándole de cierta manera. Una manera que nunca había visto antes. Apenas podía sostenerle la mirada, sin querer decirle algo de más. Se le paso por la mente, si el japonés podía. Si el japonés podía ser esa persona, que podía ser capaz de escucharle. Porque Jeongwoo tenía a Junghwan, pero tenía que ser sincero. Junghwan no solo se veía jodido, sino que estaba jodido.

_Analiza a las personas, así como analizas los cálculos. Si analizas bien las cosas, podrás encontrar a esa persona x. _

Jeongwoo respiro profundamente. _Talvez tengas razón, talvez esa persona, podría estar cerca. Talvez algún día la encuentre, pero mientras eso pasa, seguiré encontrando este tipo de x. _ Jeongwoo le regalo una sonrisa a Haruto. _Presta mucha atención, te diré como sacar esto. _

El corazón de Haruto revoloteo, era la primera vez. Era una sonrisa genuina, una en el momento adecuado. Jeongwoo era el dueño de sus ojos, en esos momentos. No podía ver nada más, no quería ver a nadie más. Cada día se perdía mas, en algo que no le pertenecía.

Haruto sonrió de vuelta. _Si. _




Moonhee caminaba de vuelta a casa junto con Yoshinori. Lo que le había costado, fingir que nada pasaba. Mas no podía evitar, querer sacar el tema. Moonhee sentía como, la idea se le rondaba por la cabeza. Las palabras de Doyoung, las suposiciones de amistad. Ya no podía más, tenía que hacerlo. Moonhee dirigió su mirada al japonés, quien caminaba a su lado. El chico parecía muy distraído, tratando de evitar el sol, los rayos se colaban en sus lentes. Parecían molestarlo, hasta el punto de cegarle.

Moonhee tomo la mano del japonés, no quería que se desviase. Ya había pasado antes, Yoshinori era sensible a las luces. Sus ojos eran muy sensibles, de lo dañados que estaban. Yoshinori había usado lentes, desde muy temprana edad. Un efecto secundario de leer con poca luz.

_Yoshi. _Moonhee se atrevió a empezar la conversación.

Yoshinori aún seguía mirando, como Moonhee había tomado su mano. Le costó un poco acostumbrarse, pero sabía porque ella lo hacía. Moonhee siempre lo cuidaba, sin importar el porqué. Yoshinori dejo de mirar aquellas manos unidas y le dio su atención a la chica.

_ ¿Umm? _

Moonhee titubeó en decir aquella pregunta, pero ya le había dado suficientes vueltas. Debía saberlo, le picaba la curiosidad. Contaba con que el japonés, fuese lo más honesto posible. Moonhee medio sus manos unidas, para aclamar al chico. Se decidió a hablar, incluso cuando estaba nerviosa.

_ ¿Cuál vendría siendo tu tipo ideal? _

Yoshinori se sonrojo. _ ¿Que? _

Moonhee se le quedo mirando a Yoshinori. _ ¿Cómo te gustaría que fuese esa chica especial? _

_ ¿Por qué me preguntas algo así? _Yoshinori se tornó cabizbajo.

Yoshinori no sabía el por qué, de esa repentina pregunta. Esperaba algo diferente, más bien un reclamo. Lo que había hecho, había sido bastante osado. Elegir a Jiwoo sobre Moonhee, había llamado a demasiados murmullos. Algunos eran curiosos, otros simplemente venenosos. Moonhee pudo haber caído en uno de ellos y no la culpaba del todo. Mas el había tomado esa decisión y no se arrepentía de hacerlo. La había tomado por su bien, por el bien de ambos.

Moonhee se encogió de hombros. _Son cosas que los amigos se dicen. _

Yoshinori calculo el nivel de tensión, que tenía el cuerpo de la chica. Sus movimientos, eran casi robóticos. Conocía a la chica, sabía que estaba ansiosa. Yoshinori se preguntó ¿Ansiosa por qué? Si tan solo supiese, que solo tenía que mirar su reflejo. Moonhee era, todo lo que deseaba. Mas no podía ser tan obvio, no era lo más adecuado. Después de todo, Moonhee seguía tenido novio.

_Mi tipo ideal, es una chica que... _ Yoshinori le da una pequeña mirada a Moonhee. _Una que siempre este a mi lado, sin importar lo que diga la gente. Que le guste por lo que soy, sin importar todas mis imperfecciones. Que cuide completamente de mí, pero que también, me deje cuidar de ella. _

Moonhee escucho aquellas palabras, casi tomando nota mental. La descripción que le dio el chico, era bastante profunda. Moonhee se quedó pensando, si Jiwoo era así. No conocía mucho a la chica, ni la relación que tenía con Yoshinori. Moonhee no estaba pegada al chico todo el día, tampoco era una adivinadora. Decidió seguir cuestionando, talvez encontraría algo más de información.

_ ¿Alguna vez ha encontrado alguna chica así? _

Yoshinori se le quedo mirando a Moonhee. _Si. _

Moonhee jadeo. _ ¿Y porque ustedes no están saliendo? _

Moonhee sintió una punzada en su estómago, una bastante tortuosa ¿Por qué le incomodaba tanto? Debía estar feliz por el chico. Moonhee sintió que estaba cerca, de una posible confesión. Yoshinori estaba a punto de decirle, decirle que estaba enamorado de Jiwoo.

Yoshinori respiro profundamente. _Somos amigos. _

Moonhee frunció el ceño. _ ¿Desde cuándo Jiwoo es cercana a ti? _

Yoshinori se quedó en el aire, sin poder creer lo que había escuchado. Se había ex pectado cualquier cosa, menos esa pregunta. Moonhee parecía estar empecinada en saber todo, sobre las chicas a su alrededor. Que si estaba interesado en ellas, que si eran su tipo. Jiwoo era su nueva obsesión y no parecía querer soltarla. Yoshinori estaba empezando a frustrarse, de las conductas de Moonhee.

Yoshinori respiro profundamente. _ ¿Quieres saber si me gusta Jiwoo? _

_Yo... _Moonhee se quedó en silencio.

Yoshinori hizo una mueca. _Ella y yo, solo somos amigos. _

Yoshinori fue sincero, más sincero de lo que debía. Mas era solo eso, apenas eran amigos. Yoshinori sabía que la amistad, se había formulado rápidamente. Tenían muy pocas cosas en común, pero eso era lo de menos. Tenían buena química al practicar, eso ya era algo. Yoshinori esperaba que ese algo, se convirtiese en más. Jiwoo era una chica agradable, quería mantenerla a su lado.

_Pero si ustedes parecen gustarse. _Moonhee soltó.

Yoshinori le dio una mirada a Moonhee. _Estas malentendiendo todo. _

_Yo... _

Yoshinori resoplo. _Es porque no vote por ti ¿Verdad? _

_No es por eso. _Moonhee se apuró a responder.

_Si es por eso, te conozco. _

Yoshinori se atrevió a decir, frente a la mirada de Moonhee. Moonhee respondió con un jadeo, uno de pura desesperación. Parecía estar, entre la espada y la pared. Yoshinori lo tomo como una exageración, incluso cuando la chica era un tanto dramática. Moonhee luchaba con mantener esa compostura, que había venido perdiendo.

_Pero... ¿Por qué la elegiste sobre mí? _

Moonhee se sintió mal de decirlo, pero no pudo evitarlo. Debía admitirlo, estaba bastante celosa. Los amigos se celaban, así que lo acepto. Acepto que quería al japonés, lo quería de su lado. Sin miedo a parecer egoísta, pero ella lo quería mucho. Que viniese esa tal Jiwoo, realmente la odiaba. Ella había llegado de la nada y se había ganado a su mejor amigo. Jiwoo no había hecho demasiado, a comparación.

_Jiwoo me pidió que la escogiese. _

Yoshinori fue sincero, una vez más. Jiwoo se lo había pedido y el había cedido. Por dos cosas, que le parecieron suficientes. La primera era, porque quería acercarse a Jiwoo. La segunda era, porque quería darle su espacio a Moonhee. Al menos estaba tratando y estaba feliz con ello. Con suerte, podría lograr desencantarse de la chica. No pensaba reemplazar una cosa con la otra. Mas si pensaba, en las posibilidades de una relación. Tenía que aceptar su realidad, Moonhee no era suya.

_ ¿Y tú le hiciste caso a ella? _Moonhee alzo la voz.

_Si. _Yoshinori soltó.

_Sigo pensando que gustas de ella. _Moonhee hablo rápidamente.

Yoshinori le dio una mirada a Moonhee. _Nadie te detiene. _

Moonhee abrió la boca pare decir algo, pero no pudo seguir ¿Por qué? Porque las lágrimas inundaron sus ojos. Era en lo único que pensaba y en lo bajo que estaba cayendo. Lo peor de todo, Yoshinori se acercó a ayudarla. Moonhee dio un par de pasos atrás, sabía que no se lo merecía.






Segunda parte del capítulo, como lo prometi. Una vez mas lo digo, prestenle mucha atencion a las canciones que cuelgo, tienden a tener mensajes importantes. 

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