Capítulo 14 (1 parte)
Jihoon llega a lo que parece ser, las puertas de una prestigiosa clínica. Una vez está en la entrada, decide arrinconarse por ahí. Una esquina conveniente, en donde poder refugiarse. Jihoon está demasiado tenso, algo difícil de controlar. Se dispone a acabar con ello, recurriendo a un vicio casual.
Jihoon rebusca entre sus bolsillos, tomando la característica cajetilla. Los cigarrillos relucen, una vez abre el paquete. Jihoon se decide a arrancar uno, maniobrándolo hasta donde pertenece. Jihoon cuela el cigarro entre sus labios, acomodándolo con ayuda de una fanfarrona mueca.
Un chasquido en la mente de Jihoon, ha olvidado ese pequeño detalle. A ese filtro dañino, le hace falta su detonante fatal. Jihoon resopla ante la referencia, le ha recordado algo. Sabe que esa dañina combinación, es muy parecida a su relación con el japonés. Mashiho es, ese envenenado filtro, mientras que él, es el fuego que lo detona en llamas.
Jihoon contempla su destino, se resigna a dejar las cosas ir. Se repara en retirar el cigarro, cuando alguien más, lo hace por él. Unas delicadas manos, tal porcelana antigua. Manos que encargan, de retirar aquel cigarro. Deslizándolo fuera de su alcance, fuera de sus deseos de auto destrucción. Jihoon pasa su vista del cigarro, hasta llegar a ver a Mashiho.
Jihoon le da una mirada a Mashiho. _Devuélveme eso. _
_No me da la gana. _Mashiho soltó.
Jihoon hace una mueca. _No es una petición. _
_Me importa una mierda. _Mashiho traga hondo.
Mashiho observa como el rubio, se le está acercando. Casi tentándolo, provocándolo a tutiplén. Mashiho sabe cada movimiento que contempla, los ha memorizado con el tiempo. Sabe exactamente, como manejar al chico. Mashiho juega con el cigarrillo, que está entre sus manos. Da un par de vueltas a la colilla, entre sus finos dígitos. A Mashiho no le cuesta mucho, no le cuesta destruirlo en un apretón. Lo hace frente a los ojos, de un atento Jihoon. Mashiho lo hace con descaro, sin importarle las consecuencias. No es la primera vez que lo hace, pero presiente que, podría ser la última.
Mashiho deja caer los restos del cigarro, restos que se esparcen. El viento madrugador, pega contundentemente frio. Cada soplido es más violento, que el anterior. El otoño ha llegado, dispuesto a quedarse un tiempo. Haciendo todo sombrío y frio.
Jihoon gruñe. _Demonios..._
_Sabes que no está permitido fumar aquí. _
Jihoon suelta un bufido. _ ¿Desde cuándo sigues las reglas? _
_Estoy tratando de hacer el bien. _
Jihoon deja ir una agridulce sonrisa, que se disipa con avidez. Mashiho observa aquellos gestos, que se sabe de memoria. Jihoon luce bastante jodido, probablemente un manojo de nervios. Y es más que obvio que lo este, está a punto de saber su futuro. Un futuro que va a depender, de un solo diagnóstico.
Recibir un diagnóstico, no es para nada fácil. Muchos se muerden las uñas, algunos tamborilean sus dígitos y otros se fuman un cigarro. Jihoon ha optado por la ultima, ha optado por la más dañina. Denotando una sola cosa, siente que está perdido. Que ya nada vale la pena, que no importa si, se daña un poco más.
_Y yo soy tu obra de caridad favorita. _
Mashiho parpadea repetidas veces. _Una cosa no tiene que ver con la otra. _
Jihoon da un par de pasos hacia atrás, decide darle la espalda a Mashiho. Alejándose un poco, pensando en que decir. Talvez debería, repetir lo de siempre. Lo que ha escrito, lo que ha dicho, una y otra vez. Decirle al japonés, que no lo necesita. Una mentira recurrente, un escape de su realidad. Nunca en la vida, le había costado tanto, escapar de su destino.
Jihoon hizo un amargo. _Te dije que prefería que no me acompañases. _
_Te dije que no iba a dejarte solo. _Mashiho arrastro sus palabras, hasta que estas se desvanecieron por completo.
Jihoon acepto la compañía del japonés, en un evidente descontento. Jihoon no quería mostrar ese lado débil, se estaba volviendo una entera costumbre. Como si algo hubiese cambiado entre ambos, como si se conociesen más a profundidad. No había cabida para sostenerse por sí mismos, siempre caían en los brazos del otro.
_No tienes que quedarte todo el rato. _
_Más lo voy a hacer. _
Jihoon le dio una mirada al japonés. Mirada que correspondió. Una debilitada sonrisa, surco sus tinturados labios. De esas que solía regalarle, en sus momentos más difíciles. Jihoon se quedó contemplando esa sonrisa débil, Mashiho estaba sintiendo todo su dolor. Tomándolo consigo para, que no cargara con todo solo.
_ ¿Por qué? _
_Simplemente porqué. _ Mashiho volvió a arrastrar su hablar.
Jihoon dejo ir un sepulcral silencio, que solo significaba una cosa. Jihoon no estaba contento, con el rechazo del japonés. Llevaban siendo ex del japonés, más tiempo del que podía recordar. Eso debía ser suficiente, para entender cuál era su lugar. Mas para Jihoon, no era una cosa fácil. La sola idea de que el japonés, había aceptado que aún lo amaba. Esa idea no lo dejaba, no lo dejaba soltarlo. Le era imposible hacerlo, cuando también sentía lo mismo.
_Debe haber una explicación, para todo lo que has estado haciendo por mí. _
_Sigues preguntándolo todo, como si no supieses nada. _
_Me gusta escucharlo directamente de ti. _Jihoon soltó.
Mashiho le dio una mirada a Jihoon, mirada que fue correspondida. Mashiho abrió la boca para decir algo, algo que titubeo un par de veces. Jihoon lo noto de inmediato y los nervios lo carcomieron. Mashiho era un ser sumamente indeciso, no podía cambiar aquello. Tenía males que no lo dejaban, ni confiar en sí mismo. Como desconfiaba de sí mismo, eso incluía muchas cosas. Entre ellas estaban, como amarse a sí mismo y como amar a los demás.
_Ya no lo volveré a decir más Jihoon...por favor...créeme..._ Mashiho respiro pesadamente. _Es mucho mejor así. _ Mashiho miro fijamente a Jihoon. _No quiero darte confusas ilusiones, en realidad, no quiero dárselas a mas nadie. _Mashiho dejo ir una sonrisa apacible. _Solo quiero darte todo mi apoyo, que sepas que puedes contar conmigo. _Mashiho murmuro.
Mashiho fue sumamente sincero en su hablar, esperaba que Jihoon entendiese. No podía andar diciéndole, que lo seguía amando. No cuando estaba, saliendo con su hermano. Mashiho estaba claro que, Junkyu no había sido, la mejor opción de pareja. Lo había aceptado por, porque estaba tan vulnerable. No era capaz de estar solo, no era capaz de estarlo otra vez.
Jihoon respiro profundamente. _Mashiho..._
_ ¿Que? _
Mashiho regreso su vista hacia Jihoon, quien estaba a punto de decirle algo. Mashiho espero algo contundente, al ver ese rostro sombrío. De pronto solo, alguien menciono el nombre de Jihoon. Una mujer vestida de blanco, que seguro era una enfermera. Jihoon dejo de mirarle, para ver a la chica. Mashiho se quedó esperando, sintiéndose salvado por la campana. En un parpadeo casual, Jihoon volvió su vista hacia donde estaba. Mashiho entendió todo, había llegado el momento clave.
_Debo ir. _
Jihoon se dirigió al japonés y este asintió comprensivo. Jihoon dejo de mirar al japonés, para mirar a la enfermera. Supuso que era hora, de saber que le deparaba. Jihoon se levantó de aquel asiento, queriendo avanzar hacia donde debía. Cuando intento caminar a paso largo, algo se aferró a su mano. Jihoon se detuvo de golpe, a ver quién lo había detenido. Solo para corroborar, que era el japonés. Mashiho tenía su mano sujeta, a su brazo bueno y sano. Otro detalle superficial, pero significativo.
_ ¿Necesitas que te acompañe? _Mashiho batió sus pestañas un par de veces.
Jihoon no pudo evitar sonreír. _No..._ Jihoon arrastro aquella palabra. _Está bien, puedo hacerlo solo. _
Mashiho asintió un par de veces. _Está bien. _ Mashiho arrastro su hablar. _Estaré justo aquí, esperándote. _Mashiho resalto sus palabras.
_Si. _
Mashiho sintió como su mano, era abandonada por la de Jihoon. Una acción aterradoramente lenta y sumamente dolorosa. Mashiho ignoro todo aquello, concentrándose en observar como Jihoon, se perdía entre el umbral de la puerta, que conectaba al consultorio. La manera en como Jihoon, rechinaba sus dientes sin cesar. El chico estaba tenso, severamente tenso. Mashiho se sintió mal por ello, parte de lo que estaba sucediendo, era su culpa.
Mashiho tomo esos momentos, en los que Jihoon se mantenía en el consultorio. Unas memorias se le vinieron a la mente, toda su relación con Jihoon. Ellos ni siquiera, habían empezado como amigos. La manera en cómo se unieron, fue demasiado rápida. Algo casi novelesco, bastante intenso. Un par de encuentros casuales, un par de conocidos en común. Un repentino beso, al cual le siguió otro. Después de ahí, las cosas tuvieron nombre propio.
Mashiho no podía negarlo siquiera, Jihoon había sido un buen novio. Cada cosa que descubrió de su pasado, la acepto con empatía. Lo único que nunca llego aceptar, fue la forma, en que se autodestruía ¿Y quién, en su sano juicio, soportaría ver a su amado autodestruirse? Jihoon hizo de todo, absolutamente todo, para que dejase de hacerse daño.
Mashiho aún recuerda como Jihoon, paso de ser su novio, a su cuidador. Sus constantes citas, se convirtieron en idas al hospital. Todos sus regalos, se convirtieron en tratamientos médicos. Todos sus sueños del futuro, destruidos por el pasado. Y es que las heridas de su alma, parecían imposibles de curar. Se traspasaban en su piel, hasta convertirse en finas cortadas. Todo le dolía, todo le pesaba. Sus traumas del pasado, le pasaron la factura. Destruyéndolo todo, todo a su paso.
Cuando Mashiho se dio de cuenta, ya era demasiado tarde. Jihoon se empezó a cansar de lo obvio, de ser su cuidador, veinticuatro siete. Jihoon solía negarlo, pero, Mashiho podía leerle a la perfección. Mashiho se sintió aun peor, tuvo una crisis casual. Un detonante preciso, que termino en un gran mal. Ambos pelearon, se dijeron cosas horribles.
Mashiho solo pudo pensar en una cosa, cuando todo termino. Se vio a sí mismo, a la orilla de un precipicio, a punto de acabar con su vida. Lo que Mashiho nunca espero, fue que, al dejarse ir, alguien tomaría su mano. Una voz muy reconocida, una mano que se aferraba a la suya. Mashiho apenas se acordaba, lo que paso después de ello.
Mashiho despertó después de aquel horrible día, en un hospital de Japón. Lo único que vio por meses, fueron cuatro paredes blancas. Eso le permitió muchas cosas, reflexionar sobre su vida. Mientras se recuperaba por fuera, pero seguía jodido por dentro. Juro que lo intentaría, intentaría curar sus traumas del pasado. Sin importar cuanto le tomara, sin importar cuanto caía.
Mashiho despierta de sus profundos pensamientos, cuando ve a Jihoon. El chico sale del consultorio, arrastrando sus pies. Su alma parece pesar de mas, como si quisiese desplomarse. Mashiho se levanta a sostenerle, este cae entre sus brazos. Jihoon tiene la mirada perdida, respirando entrecortadamente. Mashiho reconoce esa reacción, la reconoce con pena.
_Jihoon... _Mashiho busca la mirada de Jihoon.
Jihoon mira a fijamente a Mashiho. _Todo está bien, puedes irte. _
Jihoon se zafa del agarre del japonés, dispuesto a huir de toda la situación. No es que le encante ser un cobarde, pero no es ni el momento, ni el lugar. Jihoon no quiere quedarse, siente que se va a desplomar. Lo que ha escuchado en esas cuatro paredes, lo que ha escuchado de ese doctor, le ha derrumbado su ser. Jihoon se pierde entre los pasillos del hospital, esperando llegar a donde nadie más este. Necesita estar a solas, necesita procesarlo todo.
Mashiho lleva una buena cantidad de tiempo, tratando de encontrar a Jihoon. Se ha perdido entre los pasillos, de un gran hospital. Barre cada uno de los pasillos, no está dispuesto a rendirse. En poco tiempo logra su cometido, en poco tiempo lo encuentra. Jihoon está desplomado en una esquina, que da directamente a un ventanal. Incluso cuando todo esta callado, puede escuchar sus llantos. Mashiho lo mira desde lejos, antes de decidirse a acercarse. Mientras lo hace, sabe que debe tener cuidado. Jihoon es una especie de bomba de tiempo, que tiende explotar con severidad.
_Jihoon..._ Mashiho habla apacible.
Jihoon hace un amargo. _Te dije que te fueras. _
Mashiho imita la posición del coreano, hasta quedar lo más cerca posible. Luego toma el rostro del mismo, ganándose su atención. La mirada de Jihoon lo recibe, pero a la vez, lo rechaza. Mashiho puede ver que el chico, no está nada bien. Todos los manierismos que ha estado teniendo, se han multiplicado en poco tiempo. Jihoon parece estar desequilibrado, incapaz de compensarse por sí mismo.
_Algo no está bien, por favor, dímelo. _ Mashiho suplico desesperado.
Jihoon se tensó por completo. _Estaré bien, déjame solo, necesito estar solo. _
_No estás bien, no te dejare solo, no necesitas estar solo. _Mashiho hablo rápidamente.
_Yo... _ Jihoon alzo la voz.
Jihoon está apunto de hablar, cuando las saladas lágrimas, empiezan a rellenar sus orbes. El dolor en su alma, las ha llamado con presura. Jihoon no puede hacer mucho, solo las deja caer a lo largo de su rostro. Se queda ahí quieto, no sabe por dónde empezar. Lo único que retumba en su mente, son las palabras del doctor. Sin saber porque le duele tanto, trata de comerse su propio dolor. Mas no puede hacer mucho, todas sus luchas en vano.
_Jihoon solo... solo déjalo ir... _Mashiho hablo apaciblemente.
_No podré volver a jugar jamás. _Jihoon soltó.
Mashiho jadeo. _ ¿Que? _
_Mi hombro está demasiado dañado. _Jihoon murmuro.
_Pero tu operación en el extranjero, todos tus meses de terapia, los medicamentos que tomabas..._
Jihoon hizo un amargo. _Mandé todo a la mierda, una vez que volví del extranjero. _
_ ¿Por qué? _ Mashiho hablo en un hilillo.
_Daba igual... _ Jihoon miro a la nada. _ Mi brazo nunca volvió a ser el mismo, estaba esperando esto, pero a la misma vez, me negaba a saber mi realidad. _
Mashiho se deshizo hasta quedar cabizbajo, chocando sus cienes con las de Jihoon. Mashiho solamente, quería haber hecho las cosas mejor. En un sentido fatalista, morir de una buena vez. Haber logrado lo que necesitaba, lo que indirectamente, beneficiaria a todos.
_Todo esto es por mi culpa, debí haberlo hecho mejor. _La voz de Mashiho se quebró.
_ ¿Qué dices? _Jihoon silbo.
Mashiho trago hondo. _Debí haber sido más discreto y así evitar que fueses a salvarme. _
_No digas eso. _Jihoon hablo rápidamente.
_Debí haber muerto ese día, las cosas estarían mejores para todos. _Mashiho vocifero.
_Ya basta. _Jihoon alzo la voz.
_Me salvaste para no tener cargo de conciencia. _Mashiho grito.
_Te salve porque te amo. _ Jihoon grito.
Jihoon tomo el rostro del japonés, este estaba inundado en lágrimas. Jihoon odiaba lo que veía, odiaba lo que sentía. Como podía el japonés, decir aquellas cosas. Le dolía mucho, lo destrozaba divinamente. Si su vida era el japonés, lo hacía sumamente feliz. Jihoon no se podía imaginar, su vida sin Mashiho. Que hubiese pasado, si no hubiese llegado a tiempo.
_Yo nunca quise que te sacrificaras así por mí, yo solo quería quitarte una carga de encima. _Mashiho se desvaneció en su propio llanto.
_Tú no eres ninguna carga para mí, sabes que haría cualquier sacrificio por ti. _ Jihoon termino por quebrarse aún más.
Mashiho hundió su cara en el pecho de Jihoon. Consumido en sus propias lágrimas, se largó a llorar más. Mashiho se abrazó a el tronco del chico, aferrándose con todas sus fuerzas. Como lo había hecho ese día, quien sabe por qué. Talvez solo, se había arrepentido. Talvez solo, era un maldito cobarde.
_Yo nunca quise hacerte daño de esa forma, yo nunca he querido hacerte daño Jihoon. _ Mashiho se aferró aún más a Jihoon. _Perdóname por ser un ser tan inestable, pero no puedo evitarlo a veces. _Mashiho respiro profundamente. _Todo este dolor que vive en mi alma, me ciega constantemente. No me deja ver los sentimientos, me vuelve un cabron muy frio. _
Jihoon se atrevió a tomar el rostro del japonés, para así poderle mirar. Contemplo aquella cara, reducida en lágrimas. Jihoon sabía que estaba igual o incluso peor, que el japonés. Como ambos lucían, eso era lo de menos. Lo único importante era, aquella conversación. Lo que se tenían que decir, lo que los hacía sentir.
_Sabes que yo te entiendo, te entiendo más que nadie. _Jihoon acaricio el rostro del japonés. _Perdóname tu a mí, por decirte esas palabras tan hirientes. _ Jihoon choco su frente con la de Mashiho. _Si tan solo te hubiese cuidado más, nada de esto hubiese pasado. _
_Aun no puedo creer que me salvaste la vida, sé que te debo mucho. _ Mashiho miro fijamente a Jihoon. _ Te he arruinado de principio a fin, te he jodido. _ Mashiho se tornó cabizbajo. _Mi vida no vale nada, absolutamente nada. _
Jihoon niega mientras escucha esas palabras, porque no son más que esos demonios, hablando a través del japonés. Jihoon está justo ahí, dispuesto a enfrentarlos, dispuesto a acallarlos. Lo único que necesita para vencerlos es, no volver a abandonar al japonés. Estará para este, porque sabe que lo necesita. Jihoon se quedará ahí, justo donde siempre debió estar. El tiempo que sea necesario, sin importar cuanto sea, sin importar los sacrificios.
_Tu necesitabas de mi ayuda y yo te la di sin más. _ Jihoon respira profundamente. _Me da igual si no vuelvo a jugar, estaré bien. _ Jihoon mira fijamente al japonés. _ Tu vida vale mucho, eres mi tesoro. _
Asahi parpadeaba una y otra vez. El sueño estaba acabándolo, los proyectos finales le pasaban factura. En esos precisos instantes, desearía estar durmiendo. Lo necesitaba, o perecería en los entrenamientos. Lo estaría haciendo, si no fuese por Yedam. Al chico se le había ocurrido, que lo acompañase a hacer mandados. Yedam era del tipo madrugador, cuando se trataba de mandados. Si estos eran para sus padres, las cosas se tornaban aún más serias.
Yedam era un buen hijo, cuidaba bien de sus padres. Eso comprendía muchas cosas, como ayudarles en el hogar. Yedam ya no vivía con ellos, pero se las arreglaba para conseguir su cometido. El cometido de ese día, era llevarles la ración semanal. Comida totalmente casera, que Yedam solía preparar. Al llevársela a sus padres, se aseguraba de que comiesen bien. Cosa que no acostumbraban hacer, si nadie estaba pendiente de sus comidas.
_Bang Yedam. _Asahi vocifero.
Yedam meció su cabeza al compás de la música, que sonaba en el carro. What We Talkin' Bout de NCT 127 ft. Marteen, sonaba a todo dar. Yedam dejo de tararear la obra maestra, se aclaró la garganta. Yedam le dio una larga mirada al japonés, tratando de leer su lenguaje corporal. No le costó mucho leer, el japonés estaba malhumorado. Como buen dormilón que era, no le gustaba madrugar.
_ ¿Que? _Yedam canturrio.
_ ¿Por qué me haces esto? _Asahi chillo.
Yedam chasqueo su lengua. _Ya deja de quejarte tanto. _
_Tengo mucho sueño. _Asahi hizo aegyo.
Yedam se le quedo viendo a aquel aegyo, era completamente natural. Asahi tenía este gesto, de frotarse sobre superficies. Como si fuese un gatito, necesitando arrullo. Yedam se tragó una sonrisa boba, miraba la ternura del japonés. Siempre le habían gustado los gatos y, por ende, las personas que lo parecían.
_ ¿Quién te pregunto? _Yedam silbo.
_ ¡Ya! _Asahi coloco esos grandes y redondos ojos.
Yedam se derritió ante aquella mirada. _ ¿Que? _
_Se más amable conmigo, te vine a ayudar con esto. _Asahi silbo.
Yedam bufo. _Me cobraras cuando menos lo espere, como buen aprovechado que eres. _
Asahi abrió la boca en una o. _Me ofendes..._
Yedam levanto sus cejas. _ ¿No es verdad? _
Asahi sonrió maquiavélicamente. _Es verdad, pero me ofendes. _
Yedam se quedó mirando aquella sonrisa, los colmillos del japonés, relucían en su sonreír. Parecidos a los de un vampiro, dándole un ligero sex-appeal. Yedam deseo esos colmillos, los deseo contra su piel. La de su sensible cuello, podía llegar a sentirse jodidamente bien.
Yedam parpadeo violentamente, al escuchar sus impuros pensamientos. Despabilándose de esas calientes ideas, ideas bastante necesitadas. Ni en un millón de años, Asahi aceptaría algo así. Se suponía que el tampoco, por todos los cielos ¿Desde cúando tenia esos deseos de bisexualidad?
_Basta de tanta platica, es hora de dejar esto. _
Yedam señalo la paca de comida, perfectamente organizada. Mientras la señalaba, vio algo extraño. Su mano estaba totalmente empapada en sudor, se apuró a secarla en su pantalón. Ignoro ese efecto generado, ignoro todo lo que eso conllevaba. Por suerte Asahi, ya estaba pasándose de asiento. Dispuesto a tomar las pacas del maletero.
Yedam estaba a punto de regañarle, se suponía que tenía que abrir el maletero. Mas Asahi prefería maniobrar, para hacer la tarea. El japonés se inclinó para sacar las cosas, dándole la espalda a ratos. Yedam observo la silueta del japonés, como esta tenía unas llamativas curvas. Una cintura pequeña, unos hombros anchos, unas piernas largas. Yedam no quiso seguir mirando, los síntomas empezaron a azotarlo por doquier.
_Dime que nos pagaran propina. _
Cuando Asahi termino de sacar todos los paquetes de comida, se volvió a acomodas bien en el asiento. Se dedicó a encarar al coreano, pero este le miro de vuelta. Asahi frunció el ceño ante ello, supuso que no estaba para chistes. Lo vio colocar el rostro cabizbajo, mientras acomodaba su cabellera larga.
_ ¿Acaso somos repartidores? _Yedam soltó.
Asahi se encogió de hombros. _Más o menos. _
Asahi se dedicó a llevar la comida, a esa excéntrica casa ¿Cómo se podía explicar aquello? ¿Cómo eran los padres de Yedam? Dos frikis empedernidos, introvertidos a mas no poder. Bastante inteligentes, tenían su propio imperio. Todo parecía ser bastante aceptable, excepto su alimentación.
Asahi recuerda de una, Yedam odiaba la comida de restaurante. Sus padres solo sabían darle eso, porque ninguno sabia cocinar. En realidad, no sabían hacer nada del hogar. Intentaban contratar mucamas, pero no solían durarles. Los padres de Yedam, solían ser insoportablemente sucios. A una edad bastante temprana, Yedam se terminó hartando. Empezó a encargarse de las tareas del hogar, y desde entonces era así.
_Siéntate aquí conmigo. _
Yedam palmeo el asiento en el que se encontraba, haciendo un pequeño espacio para Asahi. El japonés contemplo el pequeño espacio, sabia a que se refería Yedam. A veces él, solía sentarse sobre sus piernas. Antes se le hacía totalmente normal, pero ahora. Asahi no se sentía igual, después de todos esos besos.
Asahi traga hondo. _ ¿Para qué quieres que me siente contigo? _
_Hay que desayunar algo antes de ir a los entrenamientos. _Yedam hablo coloquialmente.
_Bro..._ Asahi se removió en su lugar. _Yo paso. _
_ ¿Vas a rechazar mi comida? _
Asahi intento buscar otra excusa, una que le sirviese para encubrir la real. No tuvo que buscar mucho, solo se tuvo que topar con esos vegetales. Espárragos hervidos, se le revolvió el estómago. Comida vegetariana, le parecía un infierno. Asahi señalo el plato servido, haciendo una cara de asco.
_Es comida vegetariana. _
Yedam se colocó totalmente serio. _ ¿Y? _
_Odio los vegetales. _Asahi confeso.
Los padres de Yedam eran vegetarianos, habían acostumbrado a su retoño a lo mismo. Yedam era mayoritariamente vegetariano, su alimentación era impecable. En cambio, Asahi, él japonés no era el mayor fan de los vegetales. En todo caso el chico, lo odiaba con pasión. Odiaba los tomates, los espárragos y la lista seguía. Le daba igual no comerlos, era delgado de todos modos. Era como una simple pieza de papel y nada podía cambiarlo.
_Momento... _
Asahi vio como el coreano se levantaba de la silla y empezaba a rebuscar en la cocina. Tratando de no hacer ruido, para no despertar a sus padres. Yedam levanto su brazo, para rebuscar la alacena. Asahi observo aquel brazo, revelándose por la acción. Sin quererlo solo, repaso el resto del cuerpo. Sin vergüenza alguna, devorando con la mirada.
Asahi trago hondo. _ ¿Qué haces? _
Esas mangas se rodaron, revelando unos tonificados brazos. Asahi vio como estos se flexionaban, marcándose a la perfección. Asahi abrió la boca para decir algo, y en parte, porque estaba impresionado. Ya había apreciado al coreano, pero no importaba cuantas veces lo hacía. Siempre se quedaba con la boca abierta, como si fuese una especie de obra de arte.
_Debe haber algo por aquí, que te quieras comer. _Yedam silbo.
_Yo... _
Asahi se mordió la lengua, antes de decir alguna estupidez. Asahi tenía miedo de que su deseo, hablase por él. Que le dijese a Yedam, que le apetecía de esa cocina. Y es que no era comida o bebida alguna. Asahi solo le apetecía una cosa y esa cosa, era el coreano.
_Solo dime que se te apetece de por aquí. _Yedam soltó.
Asahi le dio una mirada a Yedam. _Solo dame los asquerosos vegetales y ya. _
Yedam sonrió complacido. _Debe ser un milagro del cielo. _
_Me voy a arrepentir de esto... _Asahi murmuro entre dientes.
Yedam observo como el japonés, picaba un par de espárragos. Sin mucho preámbulo, se los llevo a la boca. Yedam espero a ver si se los tragaba, tratando de mantenerse serio. La divina cara que coloco el japonés, lo tenía a punto de reventarse de risa. Asahi estaba gagueado como un desgraciado, totalmente disgustado de los espárragos.
Yedam bufo. _Deja de gaguear en esos espárragos. _
Asahi le dio una mirada a Yedam. _Ellos saben a infierno. _
_ ¿Qué dijiste? _Yedam silbo.
Asahi trago con todas sus fuerzas, ignorando sus ganas de expulsar. Ignoro también a Yedam, quien parecía estarse burlando. Lo odiaba a él y a sus espárragos flácidos. Asahi siguió con los otros, tratando de imaginarse que era algo rico. Algo así como, no sabía si pensarlo. Algo así como, los besos de Yedam.
_Nada. _
Yedam se le quedo mirando a Asahi. _Estas muy raro ultimadamente, como si tú estuvieses ... ¿Hay algo que quieras decirme? _
Asahi observo al coreano de vuelta. _Estas muy preguntón ultimadamente, como si tu fueses... ¿Podrías dejar de picarme? _
Yedam agudizo su mirada. _Sabes que yo no me detengo, hasta conseguir lo que quiero. _
_Dicen que el que busca encuentra. _
_Soy como Indiana Jones. _Yedam silbo.
Asahi se quedó pensando, era imposible zafarse de Yedam. En algún momento, tendría que decirle como se sentía. Mas no era un estúpido salvaje, que vociferaría sus verdades. Tenía que probar primero, disfrazar un poco las cosas.
_Es algo que le está pasando a un amigo. _Asahi soltó.
_ ¿Quién es ese amigo? _Yedam curioseo.
_Eso es algo que no te puedo decir. _
Yedam se le quedo mirando a Asahi. _Ya. _
_El amigo del que te hablo, tiene un mejor amigo. _Asahi observo como Yedam asentía. _ Más no sé, si son mejores amigos, porque ahora se besan. _ Yedam sonrió de la nada, Asahi odio todo aquello. _ Los besos han estado pasando, en cada borrachera. Mi amigo se ha dejado llevar, porque está enamorado del chico. _ Asahi evadió la mirada de Yedam. _ Aunque la situación no ha pasado a mayores, siente que se está aprovechando de la situación. Mi amigo ha estado pensando en decirle a su amigo, pero no sabe como hacerlo. Mi amigo no sabe cómo reaccionara su amigo, tiene algo de miedo que su amistad se arruine. _Asahi miro fijamente a Yedam.
Yedam barajeo mentalmente, simplemente no sabía. Esas cosas eran novelescas, mas no de la vida real. Ni hablar de que podía decir, nunca había vivido algo así. El solo hecho de que le pasase, se le hacía un gran embrollo. Entendía perfectamente a el japonés, ahora se sentía igual de abrumado.
_ Todo este asunto, me ha dejado pensando igual que tú. A mí tampoco me ha pasado algo así, no sé si mi opinión, pueda servir de algo. _
Asahi se quedó con esas palabras, si Yedam supiese siquiera. Ese era el principal problema, la reacción de Yedam. El chico era un liberal de primera, pero se tomaba en serio las intenciones. Yedam ponía barreras claras, cuando se trataba de relaciones. Si era un noviazgo, era un noviazgo; si era un encontrón, era un encontrón; si eran amigos, se quedaban en amigos.
_Supongamos que te sucediese algo así. _ Asahi soltó.
Yedam se quedó pensando un rato, como si le tocase actuar un personaje. Como reaccionaria en su lugar, que haría al respecto. Realizo que, no era tan complicado como pensaba. En cosas como esas, siempre era mejor ser sincero.
_Si yo fuese ese amigo, me gustaría que me dijesen la verdad. Es mejor saberla pronto, para que las cosas no se vuelvan incomodas. _ Yedam alzo sus cejas. _ Aunque si me dices, que tu amigo le gusta su amigo, eso cambia, un poco cosas. _ Yedam miro fijamente a Asahi. _ En todo caso, debería ser doblemente sincero. Que se le plante con agallas y le diga todo lo que está pasando y todo lo que siente. _Yedam se revolvió el cabello. _ Si su amigo reacciona como un idiota, entonces no es su amigo. _ Yedam volvió a mirar fijamente a Asahi. _ Porque si fuese yo, haría todo para comprenderle. _
_Pero su amigo, es hetero. _Asahi balbució.
Yedam se encogió de hombros. _Eso no tiene nada que ver, si no es de su gusto, puede rechazarlo con amabilidad. _
Asahi escucho esas palabras, algo paso de pronto. Unas pequeñas lágrimas, acumulándose en sus ojos. Traicioneras a sus mentiras, queriendo decir la verdad. Asahi parpadeo un par de veces, mientras se tornaba cabizbajo. Logro tragarlas por completo, era mejor así. Talvez ese era el destino de Asahi, ser rechazado con amabilidad. Solo que Asahi, se había estado negando a ello. Y como no iba a ser así, nadie quiere experimentar algo así. Ser rechazado es duro, muchísimo más, si es por alguien muy cercano.
Moonhee corre a tomar la mano de su novio, terminando por mecerlas al compás de su caminar. Haruto le sonríe como de costumbre, con esa sonrisa que logra derretirla por completo. Esa es la razón por la que sigue siendo su novia, el chico es simplemente perfecto. Moonhee está clarísima que le gusta, pero no logra avanzar más de ahí.
Moonhee ha estado tratando de encontrar, ese amor por el japonés, pero simplemente, no lo logra. Se le es imposible encontrarlo, siente que algo de eso, es extraño. Cuando es sus antiguas relaciones, había logrado enamorarse redondamente. Esta era peligrosamente diferente, como si solo fuesen buenos amigos. Los besos existían constantemente, pero no había nada más. Moonhee medita aquello, si debería avanzar un poco más.
_ ¿Y esa cara de susto? ¿En qué estás pensando? _
_ ¡Ah...! _Moonhee le da su atención a Haruto.
Haruto sonríe una vez más. _Creo que estabas muy sumida en tus pensamientos, como para escucharme. _
Moonhee abre la boca para decir algo, algo que el saque de aquella vergüenza. Sumida en sus pensamientos, había olvidado completamente lo que estaba haciendo. Su conversación con Haruto, había pasado desapercibida. Mas Haruto solía ser, siempre era tan amable. El japonés la miraba con una divina comprensión, dándole toda su atención. Sonrisa de lado a lado, combinaba perfectamente con sus varoniles facciones.
_Mi mal. _Moonhee se disculpó.
_Tranquila. _
Haruto alargo su mano, acariciando el rostro de Moonhee. Moonhee agradeció el gesto, la aclamo un poco. Tomo la mano de Haruto y la entrelazo con la suya. Un par de caricias venideras, antes de mecer sus manos a la par. Siguieron caminando con calma, Moonhee levanto la perdida conversación.
_ ¿Qué era lo que me estabas diciendo? _Moonhee fue curiosa.
_Solo estaba preocupado por tu cara de susto. _
Moonhee asintió apaciblemente. _Solo estaba pensando en algo. _
_ ¿Algo muy terrorífico? _ Haruto fue coloquial.
Moonhee respiro profundamente. _Mucho. _
Haruto escucho aquello, recordando el fanatismo de Moonhee. Las películas de terror, eran una de sus cosas favoritas. Ya le había regalado una buena colección y ella las había colocado en su interminable litera de películas. Solían ocuparlas muy seguido, cuando estudiaban juntos. Estudiar en grupo, para ser más exactos. Yoshinori siempre arribaba, junto con Jeongwoo. Una costumbre de cada viernes, que se había extendido durante todo el semestre.
_Deberíamos dejar de ver, tantas películas de miedo después de estudiar. _ Haruto recomendó la opción. _ Hablando de las sesiones de estudio, hoy tenemos una en la tarde. _Haruto recordó la cita de cada viernes.
Moonhee se dio una palmada en la cara mentalmente. Entre tantas cosas que venía haciendo, había olvidado algo. Las prácticas de porristas, ahora extendían sus horarios. El final del semestre se acercaba y con eso, también se acercaban las finales del campeonato. Moonhee tenía una mano en las prácticas y otra en los estudios. Se sorprendía de poder, seguir teniendo tiempo para Haruto. Talvez solo era el hecho, de que frecuentaban los mismos lugares. Un bien para ella, necesitaba nutrir esa relación.
_En cuanto a la sesión de hoy, creo que habrá un pequeño cambio. Los porristas estamos haciendo una nueva coreografía, ya sabes lo que eso significa. _
Haruto asintió levemente, comprendiendo a Moonhee. La chica se veía muy agitada, en los pasados días. No la culpaba, él también estaba igual. Entre los entrenamientos y los estudios. A Haruto casi no le quedaba mucho tiempo, apenas podía verse con Moonhee. Estudiando cada viernes o dirigiéndose a los mismos lugares. Le decepciono un poco, que los planes fuesen a cambiar.
_ ¿Entonces, la sesión de hoy se cancela? _
_Claro que no, la semana que viene es exámenes. _ Moonhee silbo. _Asegúrate de que mi hermano estudie, no quiero que pierda el semestre. _Moonhee suplico a manos unidas.
_ ¿Me dejaras solo con Jeongwoo? _
Haruto hablo sin pensarlo, o pensándolo de más. Haruto no pensaba que, a Jeongwoo le gustaría la idea. Alguna manera encontraría, para zafarse de estudiar. Sinceramente Haruto, no sabía cómo controlarle. Jeongwoo era demasiado, demasiado difícil de dominar. Haruto sintió dolor de cabeza, sería una larga tarde.
_Solo llegare un poco más tarde. _Moonhee silbo.
_ ¿Y el pijama da sigue en pie? _
Ahí estaba ese otro pequeño detalle, la pijamada organizada. Se acercaban los exámenes, había acordado estudiar más. Eso incluía desvelarse y apoyarse mutuamente. Haruto esperaba que fuese beneficioso, pero también, esperaba algo más. Esperaba que lo ayudase en algo, algo más que estudiar. Llegar a Jeongwoo, para ser exactos.
_Claro que sí, hay que estudiar hasta tarde. _Moonhee ánimo.
Haruto sonrió para su novia. _Te tomas muy en serio los exámenes. _
_Lo aprendí de Yoshi. _
Haruto escucho a su novia, se quedó en el aire ante ello. Y de repente, muy de repente, la sonrisa se borró ¿Por que rayos? ¿Que rayos tenía que ver? Yoshinori por aquí, Yoshinori por allá. Moonhee incluía a su hermanastro, en casi todas sus conversaciones. Haruto no quería aceptarlo, pero lo estaba incomodando.
_Ya. _
Moonhee se re acomodo en su butaca, incluso ocupo sus manos en su rostro. Unas cejas unidas y un evidente puchero, completaron su pesar. Su incomodidad constante, que no podía ni disimular. Esa mirada de águila, que no dejaba de mirar a una sola dirección. El espectáculo que presenciaba, los personajes principales del asunto. Era como una escena romántica y cliché, de esas que odiaba leer. Si lo que estaba viendo, fuese una especie de libro, lo hubiese devuelto de inmediato.
Moonhee observo como Yoshinori, interactuaba con Jiwoo. El par había quedado de pareja principal, para la coreografía del campeonato. Moonhee aún no podía creer lo que veía o más bien, no podía creer lo que había pasado, lo que había hecho que pasara.
La votación para elegir a los bailarines principales, había sido una cosa reñida. Doyoung se encontraba algo ocupado y había cedido su puesto a algún chico afortunado. Todos los chicos del equipo, querían reemplazar ese lugar. Moonhee fue una buena amiga y motivo a cierto japonés, para que consigues ganar ese puesto. Yoshinori se postuló a regañadientes, pero sus habilidades hablaron. En un voto unánime, llego a conseguir el solo. Moonhee estaba feliz por el chico, pero la felicidad fue prontamente truncada.
Aún quedaba ese otro espacio, la chica que acompañaría al Yoshinori. Moonhee por su puesto se preparó, dio lo mejor de sí misma. Todo apuntaba a que ella sería la principal, pero algo raro sucedió. En una votación estrictamente cerrada, ella compitió con cierta chica. Jiwoo tenía la mitad de votos de su lado y para el desempate, solo faltaba un voto. Ese precioso voto, dependía de nada más y nada menos que Yoshinori. Moonhee obviamente, pensó que tenía ese voto de su lado. Mas supuso mal, el japonés eligió a Jiwoo. Sobre sus habilidades y sobre su amistad.
_No puedo creer...que la hayas elegido a ella. _ Moonhee refunfuño. _ ¿Es porque es mas delgada? ¿Es porque es mas bajita? ¿Es porque es tierna? _ Moonhee murmuro entre dientes. _ ¡Puff! _ Moonhee rodo sus ojos en blanco. _ Como sea, me da igual. _
Moonhee recordó el sepulcral silencio y las miradas entre los miembros del equipo. A Moonhee le costó mucho, no mostrarse derrotada. Con una sonrisa amable, acepto su lugar. Lástima que esa sonrisa amable, se le estaba escurriendo de la cara. Mientras miraba a esos dos, mientras se preguntaba ¿Por qué? Simplemente... ¿Por qué?
_Moonhee... _
Moonhee escucha aquella sofisticada voz, reconociéndola de inmediato. Un radiante pelirrojo, se encontraba frente a sus ojos. Con esa sonrisa que lo caracterizaba y esas pintas de diseñador. Moonhee por fin lo realizo, el chico no ocupaba su uniforme. Moonhee no le tomo mucha importancia al cambio y se concentró en otra cosa. Moonhee sonrió para el menor, al que consideraba como un hermanito.
_Doyoung. _
Doyoung se le quedo mirando a la chica, decidió sentarse a su lado. Acomodando su capa de diseñador, evitando que esta se ajase. Debía mantener una impecable imagen, siempre debía. Dejando las etiquetas de lado, llevo su atención a la chica. Moonhee parecía estar completamente ida, muy sumida en sus pensamientos.
_ ¿Qué haces aquí todavía? _
Doyoung fingió suma demencia, para hacer hablar a Moonhee. La chica miraba a una sola dirección y suspiraba sin fin. Doyoung espero la respuesta, aunque ya se la sabia. Moonhee esperaba al japonés, siempre esperaba al japonés.
_Estoy esperando a Yoshi. _Moonhee susurro tal secreto.
Doyoung sonrió un poco. _Eres una buena amiga. _
Moonhee función el ceño. _ ¿Por qué lo dices? _
_Con lo que paso hace un rato, todos pensaron que se enemistarían. _
Moonhee levanto sus cejas. _ ¿Por qué pensaron tal cosa? _
Doyoung se le quedo mirando a Moonhee. _Por la cara que pusiste, por la cara que tienes... _
Moonhee no pudo hacerse la desentendida, ni un minuto más. Doyoung lo sabía, todo el equipo lo sabía. Moonhee era buena callando, pero sus gestos. Una boca cerrada, pero unos ojos habladores. Moonhee se mordió el labio el labio inferior, sintiendo algo de vergüenza. Y si, su dignidad estaba en el piso.
_Admito que me siento un poco traicionada, pero bueno... _ Moonhee suspiro pesadamente. _ Estoy segura que, él tendrá sus razones, para elegirla a ella y no a mí. _
_Creo que es porque le gusta. _
Moonhee quiso haber escuchado mal, pero no había ningún problema con sus oídos. Lo había escuchado alto y claro. El solo hecho de escucharlo, le hiso el estómago revolver. Moonhee llevo su vista hacia al frente, observando al par. Yoshinori le sonreía a Jiwoo, con esa típica sonrisa de goma. Moonhee hizo una mueca, su corazón se sintió pesado.
_ ¿Crees que ella sea su tipo? _Moonhee soltó.
Doyoung se encogió de hombros. _ Eso no lo sé, en todo caso, lo deberías saber tú. _
_ ¿Yo? _Moonhee balbució.
_Por supuesto, eres su mejor amiga. _Doyoung silbo.
Moonhee sonrió incomoda. _Tienes razón. _
Doyoung se le quedo mirando a Moonhee, repasando la confusión en ese rostro. Doyoung quiso decir algo al respecto, hasta que su mirada repaso su reloj. Las piedras de rubí, relucieron en las sombras. Denotaban que estaba tarde, tarde para ir a sufrir. O como le decían sus padres, hacer negocios entre familias.
_Discúlpame Moonhee... _ Doyoung hizo una pequeña reverencia. _Me iré primero ¿Si? _Doyoung sonrió forzadamente. _Tengo una cena con mi familia y no puedo llegar tarde otra vez _
Moonhee se le quedo mirando al pelirrojo. _Está bien. _Moonhee asintió un par de veces.
Doyoung se levantó enteramente, acomodando toda su pinta. Le regalo una sonrisa a la chica, para dirigirse a señalar hacia el frente. Doyoung señalo directamente a Yoshinori y a Jiwoo. El par practicaba algunas alzadas, que cada vez quedaban mejor.
_Diles a ese par de tortolos, que la practica ha terminado. _Doyoung bromeo.
Moonhee sonrió como pudo. _Lo hare. _
Hola nuevamente, ha sido un tiempo. Los estudios me estan matando, pero aqui les tengo el capítulo. Me tome un tiempo para hacerlo, bastante extenso para mi gusto. Mas no les voy a mentir, ha sido mi favorito hasta ahora. Estara dividido en tres partes, las ire subiendo seguidamente.
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