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Prologo

Caminando hacia una cafetería, se encontraban Layla y Carol hablando amenamente. – Layla, tenemos que quedar para vernos el último episodio de la casa del dragón. – Le comento Carol a Layla sonriente, amaban esa serie, habían visto todas las temporadas de juegos de tronos, y cuando entrenaron "La casa del dragón" no esperaron para verla, emocionadas y encantadas con el primer capítulo, siguieron viendo toda la serie, cuando se entrenó la segunda, habían quedado en casa de Carol para verla, igualmente quedaron encantadas, y así siguieron hasta que solamente le quedaba el último episodio, y como estaba, este día le tocaban verlo en casa de Layla.

Si, tenemos que acabar el trabajo de la Uni y podemos ir a mi casa, y verla. – Layla también se notaba emocionada, no podía esperar a verla, al cruzar por una esquina, vieron a mucha gente acumulada en un lugar, pensaron que era por algún famoso o algo así, hasta que todos empezaron a gritar, vieron que entre la gente salía una persona encapuchada, esta tenía un arma en la mano, asustadas, intentaron dar la vuelta, Layla agarro la mano de Carol y se puso delante de ella para poder comenzar a correr, lo que no pensaron era que el atacante iba a disparar en dirección a ellas, la bala les atravesó el pecho, y ambas cayeron.

Carol cayó encima de Layla, murieron al instante, pero nunca soltaron su mano, la gente gritaba y corría para poder salvarse, un poco lejos de allí, donde se había comenzado el bullicio, yacía un cuerpo desfallecido, lamentablemente, la hermana de Carol tuvo que buscarla, ya que tenía que entregarle su cargador, sabia donde quedaba la cafetería que frecuentaba Carol, por ello iba en esa dirección, desafortunadamente, el atacante la asesino a ella primero.

Carol, Layla y Elizabeth, fueron asesinadas ese día, pero estas reencarnaron en el mismo universo.

Carol

Sentía que mi cuerpo estaba frio, en ese instante me acorde lo que había pasado, me preocupada Layla, sabía que ella también le había alcanzado la bala. En un momento sintió que estaba acostada, pero aún no podría abrir sus ojos. Poco a poco pudo empezar a mover sus brazos y piernas, y por fin, pudo abrir poco a poco sus ojos, lo primero que vio fue blanco y borroso, después puedo ver que estaba en una especie de habitación blanca, se sentó, y allí pudo ver que adelante de ella, había dos cuerpos, el que parecía el que parecía ser de Layla y a su lado, estaba su hermana.

Se levanto lo más rápido que puso, no sabía que en ese accidente también había estado su hermana, fue hacia Elizabeth, y toco su cara. Parecía que estaba durmiendo, tan frágil como siempre, la empezó a mover, y vio que poco a poco abría sus ojos. Se parto un poco para que no se asuste cuando la vea. Supuso que lo primero que vio Elizabeth fue a ella, porque se enderezo confundida, y después me abrazo muy fuerte. – Porque, por que estas tu aquí. – me digo Elizabeth, se escuchaba angustiada y confundida, supuse que pensaba que solamente ella había muerto. – Lo siento Elizabeth, Layla y yo estábamos en la misma acera cuando paso el accidente. —ella se separó de mi con los ojos llorosos, yo estaba igual, después sentí un ruido a nuestro lado, nos giramos ambas, y vimos como despertaba Layla. – Creo que cuando nos acercábamos él ya te había disparado, no sabía que estabas allí Eli. – le dije agarrando su mano, no la quería soltar, era mi dulce hermana, con solo saber que ella también había muerto, no lo podía soportar.

Layla se había sentado y miraba todo confundida, hasta que nos vio, y empezó a llorar, ella siempre ha sido muy sensible, me levanté para poder abrazarla, lo hice y puedo sentir como Eli también lo había hecho, lloramos las tres, hasta qie sentimos una presencia a nuestro. Nos soltamos y giramos a ver que era.

Vi que era una persona hermosa, no había visto a nadie igual, llevaba un vestido largo y tenía el cabello blanco, sus ojos tan violetas que se veía etéreos, cuando vi su apariencia no puede no pensar que se parecía a los Targaryen en apariencia, ella estaba sonriendo, no sabía porque, si lo que nos paso era trágico, suponía que no sabía cómo habíamos muerto, ella nos enseño su mano, haciendo un ademan para que nos levantemos, eso hicimos.

Poco a poco, ayudando a mi hermana y mi amiga a levantarse, estuvimos las tres delante de ella, ella se acercó, y nos quitó nuestras lagrimas que aun teníamos en nuestros rostros. – Es triste como murieron, lo siento por todos los planes que tenían para su futuro, el destino ya está escrito. – Eso fue lo que nos digo, su voz, tan bella como ninguna, me dio una paz que no pensé que sentiría, me pude relajar, que no me había dado cuenta de que estaba tensa. – Carol, la bella dama Inteligente, la que guía a sus seres queridos, Layla, la dama guerrera, la que protege a los demás, Elizabeth, la dama soñadora, la que resplandece a todo aquel que mira, las tres fueron llamadas aquí como una última petición mía. — Cuando digo nuestros nombres, sentí un calor en mi pecho, era muy acogedor, pude ver en mi mente todas las veces que ayudé a los demás, como pude guiar a mis amigos, o a mi familia, los buenos momentos como los malos, pero por una rara razón, no tenía ganas de llorar, estaba en paz.

Fueron elegidas por los dioses valirios para poder salvar nuestro universo. —Cuando digo eso me sorprendí, como que fuimos elegidas por los dioses valirios, eso no podía ser, ellos no existían. – Como que dioses valirios, no existen, no puede... – Layla esta confundida hasta podría decirse que angustiada, yo solamente pude tomarla de la mano, Eli, ella está casi detrás de mí, sabía que también había visto la serie, como nosotras, pero ella siempre ha sido asustadiza. – ¿Iremos a su universo, Diosa? – Le pregunte yo, ya que además de ver estas series, también leía libros sobre la reencarnación.

Lo harán, deben ya que, si no aceptan, tendré que dejar sus almas seguir su curso, tengo el poder de la vida, soy Syrax, Diosa de la vida y la muerte, las elegí porque sé que son aptas para poder salvar mi mundo. – Me sorprendí cuando se presentó, de ella venia el nombre de la dragona de Rhaenyra. – Si podemos ayudar, lo haremos Diosa Syrax. – Lo dije mirando a mi hermana y amiga, ellas me vieron confundidas. – Se que ambas piensan lo mismo, y sé que da miedo ir a ese mundo, pero si podemos cambiar algo y poder salvarlo, ¿no lo haría? – Les dije, sabía que podía convencerlas, era fácil para mí.

Lo hare. – Digo Layla, voltee a ver a Eli, y ella asintió decidida, me gire de nuevo a ver a la Diosa, y ella sonrió. – Con esto, podemos comenzar con el ritual. – La Diosa levanto sus manos, y debajo de nosotras salió una luz, la mía era de color blanca, la de Layla uno naranja, y en la de Eli, fue de un color oscuro. – Yo, Syrax, les doy parte de mi poder, para que puedan prosperar y crear un nuevo mundo. – Volví a sentir ese calor en mi pecho, me toqué ese sitio para poder masajearlo. – Carol, alguien leal y líder, serás llamada la Reina Dragón, Rhaenyra. – La mire sorprendida, ¿iba a reencarnar como Rhaenyra? – Layla, alguien justa y veros, serás llamada la Reina guerrera, Alicent. – Voltee a ver a Layla, y se veía sorprendida. – Por último, Elizabeth, alguien soñadora, serás llamada la Reina Soñadora, Laena. – Puede ver a mi hermana sonriente, sabía que por decir que era soñadora, ella podría ver en sus sueños los avances de la historia, aunque ya lo sabía.

Ahora las enviare a mi mundo, que tengan una feliz vida mis amadas hijas. – Se acerco a nosotras y a cada una nos dio un beso en la frente, solo puedo acordarme de eso, porque después solo sentí que estaba acostada en una cama.

Me levante enseguida y vi que estaba en una habitación, suponía que era de Rhaenyra, vi en una esquina un espejo grande, me acerque.

Y en verdad, había reencarnado en Rhaenyra Targaryen, La Reina Dragón.

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