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8. ¡Que comience la fiesta! (1)

—¿Ya está todo listo para esta noche?— habló el erizo azul, terminando de poner una de las mesas para el torneo de Beer Pong que tomaría lugar en la noche.

—900 cervezas: listo, 50 pomos del mejor alcohol: listo. Todos los cuartos están limpios y bien arregladitos, la piscina igual está lista, la cocina llena de bolsas de frituras, los DJ's llegan a las 8... Y, bueno, está de más decir que todas las invitaciones ya se enviaron— dijo Knuckles, sentado en un banco que se encontraba frente a la barra de la cocina.

—¿Qué se le pidió a Ash? Ese cabrón se va a llenar de dinero hoy— preguntó Sonic con la misma, quería que la noche hoy saliera perfecta.

—Qué no le pedimos...— contestó Vector, antes de empinarse una cerveza.

—Lo vi en los laboratorios toda la semana haciendo mil cosas. Nos va a dejar locos a todos los que asistamos— comentó Shadow, igual con una cerveza en mano.

—Hablen por ustedes, yo no pienso drogarme— exclamó el equidna desde su lugar, con molestia.

—¡Qué puto! Nunca te creí tan santito, marica— se escuchó la voz de Scourge viniendo de las escaleras, llegando a la sala de estar, donde todos los hombres se encontraban.

El erizo verde bajó de su cuarto con una bata blanca afelpada que tenía sus iniciales bordadas en dorado en el pecho, del lado izquierdo, y una banda negra en la cabeza junto con unas gafas negras; con las mejillas pintadas con dos rayas negras cada una. Llevaba en sus manos una gran pistola de agua que goteaba un líquido azul. Él ya estaba más que preparado para la noche.

—Eres el rey de los ridículos, hermano— rió Sonic al ver a su gemelo vestido ya y listo para la ocasión.

—Y tú eres el bufón real, copia mía—.

—Conociendo a Scourgy, apuesto 10,000 rings a que este imbécil no tiene nada debajo de la bata— masculló el veteado, abriendo una lata de cerveza y llevándosela los labios.

—¿Acaso quieres comprobarlo, Shadi?— habló con malicia Scourge, desatando el hilo que mantenía la bata cerrada con lentitud.

—No lo hagas hermano, es demasiado gay— contestó Vector ante la provocación del verde. Al instante llevó su mirada a otro punto del lugar.

Scourge tomó ambos lados de su bata e hizo un ademán de cerrarla, pero luego la abrió de golpe, dejando ver...

—¡Ah, Scourge! ¿Por qué haces eso? ¡Mierda hermano!— gritó Knuckles, tapándose los ojos y lanzando hacia él el contenido de un vaso que se encontraba en la barra.

—Hijo de puta, ¡esos son mis bóxers de dinosaurios!— exclamó Shadow con molestia, repitiendo el gesto del equidna, sólo que el azabache lanzó un tanto de su cerveza.

—Me los encuentro, me los quedo— dijo el de la bata, con ironía. —Además... ¿En serio te quedaste viendo mientras me abría la bata? No vengas con sorpresas, Shad—.

—Estúpido, devuélvemelos. Me los regaló Rouge—.

—Ay, no puede ser...—. Facepalm por parte de los 4 acompañantes de Shadow.

—¿Qué? No la voy a olvidar de un día para otro—.

—Hermano, ya pasaron meses, ¡ella jamás te quiso! ¿Verdad Knux?— se dirigió Scourge al equidna. Este último abrió grande los ojos, y luego se pegó la botella de una cerveza a la boca.

—Te metiste con...— musitó el veteado apretando los puños, viendo a Knuckles con cierto odio. —¡Eres mi mejor amigo, idiota!—.

—Cálmate Blackie, lo que no es tuyo que sea para toda la banda— comentó el verde, con diversión

—Knuckles, rompiste el código. Atente a las putas consecuencias— gruñó Shadow, sin dejar de ver al rojo con notable enojo.

—¡Ya supérala! Hoy, te juro por mi segundo nombre y por tu prima que te vamos a emborrachar tanto que se te va a olvidar hasta tu nombre. ¡Lo juro y lo perjuro!— habló Sonic, abriendo una cerveza y alzándola en el aire para que los demás repitieran su acto.

—Deja de meter a mi prima en tus fechorías, apenas la conoces, idiota—.

—Ya no peleen chicas... ¡Por una exitosa bienvenida!— dijo Vector, alzando su cerveza al aire, chocándola con la del azulado.

—Y porque negrito olvide a la traidora de su ex— habló Scourge, juntando la pistola de agua a las cervezas ya levantadas.

Todos los presentes chocaron sus bebidas y se las empinaron hasta que les dieron fin a cada una. ¿Listos para la mejor noche de sus vidas?

[...]

Silver, Blaze y Amy

—Fiesta loca, encueramiento, marihuaniza, degenere sexual, sangre, muerte. Ven a la bienvenida de alumnos otoño 2020 que se dará en la casa de la Fraternidad Beta. Lleva tu mejor pijama, entre menos ropa, más diversión. ¡No puedes faltar!— leyó la eriza rosada una invitación enviada varias veces en WhatsApp, Twitter y Facebook.

—Esa invitación me ha llegado igual unas 6 veces, de un tal Ashura Dark— habló Blaze, viendo las notificaciones de su celular.

—Muy insistente tu amigo en que vayas, ¿no?— los celos se hicieron presentes en el albino, quien venía tomado de la mano de la gata.

—Cálmate tóxico, ni siquiera lo conozco—.

—Es el dealer de los amigos de Billie; Sonic y ellos— contestó Amy. Blaze tragó saliva cuando su mejor amiga mencionó el nombre del erizo azul.

Los tres iban caminando cansados de la escuela a su departamento, por fin era viernes y se había terminado la semana de "chocolate" para los estudiantes de nuevo ingreso; y todos, absolutamente todos los alumnos esperaban la gran fiesta de bienvenida.

—Sonic es uno azul súper egocéntrico, creído por ser millonario y tiene un segundo nombre horrible, ¿no?— preguntó Silver. Blaze apretó su mano cuando él también mencionó a Sonic. "Mierda, lo conoce".

—Sí, sí, y supongo que sí. Aparte es súper sexy y está en el cuadro de honor de la universidad— dijo la eriza rosa, casi con corazones en los ojos al hablar del erizo azul.

—Va en mi clase de anato, está en quinto semestre y lleva materias de primero. Todo su dinero no le quita lo imbécil, y seguro está en el cuadro de honor porque es millonario y compró al rector— se quejó el erizo al ver la reacción de su hermana. —Aparte su segundo nombre es horrible. No entiendo por qué toda la clase siempre le besa los pies—.

—¿Por el mismo hecho de que es un Dash, es súper sexy, millonario y tiene a los amigos más sexys y adinerados de todo Blue Valley? ¡Duh, Silvimbécil!— exclamó su hermana, con sarcasmo y burla.

—Cállate— musitó el albino, con molestia

—Ya llevaban una buena racha de no pelear, niños— habló Blaze, tratando de cambiar el tema de conversación sobre Sonic.

—Se enoja porque sabe que es cierto, y se encela de él, porque no tiene amigos... Ni es sexy—.

—Eso ni te importa, tendré mis razones para no tener amigos. ¡Y sí tengo!—.

—Ya lo admitiste, no tienes. Deberías ser como yo, hago amigos por todos lados—.

—Concuerdo con ella, amor— se dirijo Blaze a su novio. —Cuántas veces no cancelamos planes tú y yo porque mis compañeros quisieron salir y conocer la ciudad toda esta semana, y tú te regresaste al departamento solito—.

Llegaron los tres al departamento, Silver se adelantó a abrir la puerta e ir corriendo a su cuarto a encerrarse. Las otras dos se quedaron perplejas de su acción viendo desde el comedor; Blaze le lanzó una mirada de odio a su mejor amiga por la discusión que había tenido con Silver.

—Ammm... ¿No tienes hambre?— cuestionó la rosa, con nerviosismo.

—Amy, sé que hace muchos años nos encantaba hacerle la vida imposible a Silver, pero éramos unos niños. Y si ahora le hacemos lo mismo, se va a volver aún más inseguro de lo que ya es. Y no tiene amigos aún porque por culpa de tu "enamorado" azul, todo el salón le apodó "cabeza de marihuana"—.

—¿La cagué mucho?—.

—Discúlpate con él, es tu hermano—.

—Odio que siempre tengas razón, Blazy—.

—Así me quieres, y soy tu mejor amiga... Y cuñada— le contestó la gata, con una sonrisa. —Pediré comida mientras—.

La eriza rosa suspiró y fue a tocar la puerta de su hermano. No había respuesta alguna por parte de Silver, el erizo estaba realmente enojado con ella; fue cuando Amy decidió entrar sin preguntar.

—Si vas a seguirte burlando mi falta de amigos, anda, hazlo. No tengas piedad—. Él estaba acostado abrazando una almohada, viendo hacia la ventana.

—Silv, no tenía ni idea de lo que te pasaba... Si tan sólo me lo hubieras contado, no hubiera tocado el tema—.

—Amy, desde que tengo memoria, te burlas de mí hasta por respirar. Por eso jamás te cuento nada—.

—Eso... Tiene mucho de cierto, pero vamos hermanito, no puedes estar enojado por algo tan insignificante toda tu vida. En la fiesta de hoy yo te puedo ayudar a hacer amigos, ¿sí?—.

—No iré, y ni le llames a Blaze porque nadie me va a convencer de ir—.

—Silver, no seas así— rezongó Amy.

—Es mi última palabra. No iré. Y cuando salgas, cierra la puerta—. El erizo le arrojó la almohada que tenía a la cara, y volvió a acostarse viendo hacia su ventana.

Amy salió de ahí y fue por Blaze. De alguna manera sabía que su mejor amiga iba a convencer a su hermano de acompañarlas en la noche a la tan esperada fiesta de bienvenida. Sin él no se atreverían a desvelarse ni a pasarla bien, desde pequeños siempre sus aventuras eran de 3.

Las dos chicas se quedaron en el marco de la puerta, viendo al erizo en su cama sin voltearse o moverse al escuchar los pasos de ambas.

—Ni juntas me van a convencer—. Silver ya tenía en las manos su otra almohada preparada para aventarla a la próxima que Amy tratara de convencerlo de ir, cuando se encontró con que la dueña de la voz era ni más ni menos que su novia.

—Ya Silvito. Vamos, nos la vamos a pasar bien, somos los tres mosqueteros—.

—Soy abstemio, no puedo estar ahí—.

—No necesariamente vamos a beber, duh— habló Amy.

—¡Que no quiero!—.

—Te prometo una noche de diversión después de la fiesta. Sólo tú y yo— dijo Blaze con malicia, el erizo albino volteó al momento de que ella terminó la frase.

—¿En serio?—. Al hablar, al erizo hasta le brillaron los ojos después de haber escuchado lo que su novia le había propuesto.

—Esto es algo que no tengo que estar escuchando. Amy fuera, ¡paaaaaz!— salió del cuarto, la pareja se quedó sola en el cuarto.

—Lo prometo, guapo. Ya hay que quitarte esa horrible virginidad— la gata le guiñó el ojo al erizo y luego salió del cuarto.

El momento tan esperado por Silver a cambio de una fiesta... ¿Qué podría salir mal?

[...]
6:10 p.m., casa de los Black...

En el cuarto de uno de los gemelos se encontraban María, Tikal, Shade, Ashura y Mephiles discutiendo divertidos sobre las pijamas que cada quien tenía preparada para la bienvenida que se estaría dando dentro de pocas horas.

Sería la primera fiesta loca después de la preparatoria de María y Tikal, y los mayores no podían esconder el entusiasmo que tenían de que las menores disfrutaran con ellos de una increíble velada llena de muchísima gente y diversión variada.

—¿Pero por qué está mal querer llevar mi poncho? Se supone que es cualquier pijama— se quejó Tikal, ya estaba preparada con el poncho puesto cuando le dieron un rotundo "no" a su atuendo.

—Te explico: todos nuestros imbéciles amigos harán un video hoy, y de ese video escogen a las personas a quienes les harán bullying el resto de su carrera, a quienes escogerán para que se unan a las fraternidades, y a las chicas y chicos que estarán en su mira "amorosa". ¿Me explico? Así que evita llevar el poncho si no quieres que toda la vida te recuerden como lady poncho— comentó Ashura a la pequeña equidna.

—Es un juego, ¿no?— preguntó atónita la anaranjada.

—No, así son todos. La ventaja aquí es que nadie les va a echar el ojo a ustedes por el "Bro Code", ninguno de nosotros puede estar con las hermanas de algún hermano de la frat. Llegaron en el mejor momento, saldrán en ese video, pero absolutamente nadie puede "echarles el ojo", a menos que sean iniciados, esos no cuentan— explicó ahora Mephiles.

—¿Y no se puede estar con alguien de la fraternidad? Me dijo Knux que ya habría mujeres también dentro de las casas. Digo, porque yo ya llevo tiempo echándole ojo a alguien...— dijo Shade, viendo de una manera seductora a Ashura.

Desde que la equidna conoció por primera vez al erizo, quedó completamente atraída hacia él, y lo hacía notar. Lo que ella no sabía era que a su enamorado no le gustaban las chicas, para nada.

El ver a Shade lanzándole miradas a Ashura no le caía nada bien a Mephiles, celaba muchísimo a su pareja, pero no había nada que él pudiese hacer, o al menos aún no. Sólo le quedaba notarse sereno ante la situación, y torturar a la hermana de Knuckles en su imaginación por "tirarle los perros" a su novio.

—Eso... Sí está permitido, amiga mía— respondió el gemelo, con cierta indiferencia.

—¿Y a ti te va perfecto, no? Ya que regresaste con Fiona—  habló María, con emoción.

Ambos erizos abrieron muy grandes los ojos, ninguno de los dos lo veía venir.

—¿Q-quién t-te dijo eso?— tartamudeó el vetado, incrédulo ante las palabras de la eriza rubia.

—Bueno... En la facultad la escuché cuchichear eso a sus amigas, y Sonic también me lo dijo—.

—¡¿Sonic?!—.

—Somos muy buenos amigos— contestó la rubia, como si nada.

Mephiles se llevó las manos a la cabeza, sabía que Sonic no era para nada buena influencia para María, y que posiblemente tendría que discutir sobre el malentendido de Fiona: que él ni siquiera sabía qué rayos pasaba con la zorra al decir que habían regresado; y tres, hablar con Ashura sobre el malentendido para explicarle después.

—Recordé que tengo cosas que hacer para esta noche. Mejor los veo allá— dijo el erizo verde, saliendo del cuarto sin despedirse.

—Ash...— lo detuvo su pareja. Él sólo se le quedó viendo con algo de enojo y decepción.

—Y chicas, una recomendación: no acepten nada de los tarados que no lleven las letras de su fraternidad en la camisa— terminó por decir, para luego irse.

Se escuchó el sonido de la puerta principal cerrándose, y silencio en el cuarto. Nadie se atrevía a hablar de lo ocurrido.

—¿Dije algo malo?—.

—No prim. No quería aún... Hablar sobre lo de Fiona, es todo— mintió el vetado, desganado.

—Voy tras él, tal vez pueda convencerlo de que no se vaya— habló Shade, levantándose de su lugar. Mephiles la detuvo.

—No lo vas a hacer entrar en razón, es muy orgulloso—. "Necesito resolver lo de Fiona ya", pensó el veteado. Quería ir detrás de Ashura y explicarle que el único en su corazón era él, pero conociendo lo complicado que era, iba a ser difícil que entendiera la situación; aunque tratando no perdía nada. Esperaba que todo se arreglara y ambos disfrutaran la fiesta a tope...

[...]

Billie y Skylar

—¿Ya estás lista?— gritó Bill, desde el primer piso.

—¡Voy bajando!— contestó Skylar.

Su hermana bajó corriendo las escaleras. Llevaba puesta una pijama completa de un unicornio azul, unos tenis rosados y el cabello completamente lacio.

—¡Oye, dijiste que iríamos de unicornio y dinosaurio!— regañó la chica a su hermano. Él vestía un bóxer holgado de cuadros rojos, azules y blancos; con una camisa blanca que en un lado del pecho tenía en pequeñas las letras de su fraternidad.

—Tenny, así nos pusimos de acuerdo...— lo interrumpió.

—Seguramente tú y tu noviecita—.

—No sweetie— rió el erizo. —En las frats dijimos que como habrá muchísima gente, y por consiguiente muchísimo alcohol y alguna que otra droga, los que vayamos con este "uniforme", somos los de confiar para servir alcohol, entregar refrescos, algún pedido especial y cosas así. Por seguridad más que nada— explicó. Skylar soltó un suspiro.

—Sí, claro...—. Rodó los ojos, luego siguió hablando. —A veces te enamoras tan perdidamente de personas que apenas conoces... No se me haría extraño que se te saliera pedirle matrimonio hoy—.

—Yo no me enamoro perdidamente—.

—Adrienne...— musitó la eriza.

—Ella es mi primer amor, Sky—.

—Bill, tienes tan buen corazón que entregas siempre todo sin pedir nada a cambio. El amor es malo, fuchi—. Su hermano sólo se rió ante su comentario.

—El amor es malo para ti porque sé que cierto erizo no te corresponde porque tiene novia—.

—No me gusta Silver— gruñó Skylar.

—Ni siquiera tuve que mencionarlo para saber que es él. He visto cómo lo miras Sky... La increíble ventaja es que si nos rompen el corazón, tenemos litros y litros de alcohol, muchos más peces en el agua y mucha diversión esta noche. ¿Qué dices bro?— animó Billie, poniendo la mano en alto para que su hermana chocara los 5.

—Vamos pues, sis—.Skylar arremedó su gesto y chocaron las manos en el aire. —Por una noche loca—.

Salieron de la casa juntos listos para ponerse una de las mejores borracheras de sus vidas. Los dos caminaban animados con dirección a la perdición, como la mayoría de todos los invitados a la fiesta.

Apenas faltando unos metros de llegar al tan ansiado lugar, se podía escuchar música a todo volumen, se veían luces de muchísimos colores y una fila inmensa de personas en pijama esperando por entrar a la casa. Ahí fuera igual se encontraban formados los Dark Rose junto con Blaze, las Pachacamac, María, Mephiles y Tails; todos uniformados con pijamas.

Billie fue directo a saludar a Amy, así como Skylar a Silver y luego a los hermanos uno por uno hasta llegar al zorro de dos colas. Apenas los conocía, ya que la escuela le había impedido salir junto con su hermano a conocer el "nuevo mundo".

—¿Shadow?— se acercó al hermano del veteado. —Me imagino que hoy igual te tendrán que llevar cargando como la vez que despertaste en mi casa— bromeó. Pero para su sorpresa, no se encontró con la mirada rubí, sino con la mirada esmeralda del gemelo

—Entonces esa noche mi hermanito fue todo un campeón... ¿Fue bueno en la cama estando tan ebrio? Digo, ah, soy su gemelo. Mephiles, un gusto— le dijo con una sonrisa, ella se ruborizó a morir.

—N-no creas q-que... ¡N-no tuvimos eso!— exclamó con nerviosismo.

—¡Veo que ya estás conociendo al clan, Tenny! Él es Mephy, gemelo de Shad y a María ya la conoces... A propósito Mary, ¿y Blue?— el erizo negro guiñó el ojo a María, refiriéndose a su enredo con Sonic la primera vez que salieron. Ella sólo movía la cabeza en señal de que no dijera nada sobre eso frente a su primo, ya que no recordaba nada y no quería darle explicaciones. —Bueno... Ellas son Tikal y Shade, hermanas de Knuckles; el bebé de aquí es Miles, y yo soy Billie, tu hermano querido. Así que, ahora te presentaré a los demás... ¿Entramos ya, muchachones? ¡Hay que embriagarnos!—.

Todos entraron detrás del erizo negro, sin tener que pagar algún tipo de boleto de entrada. Sólo dar el primer paso dentro de la casa, el ambiente apestaba a alcohol, cigarros y mucha, pero mucha diversión. No a unos metros de ellos se encontraban los hosts de la bienvenida, quien al divisar a Mephiles entrar, fueron hasta ellos.

—¡Qué bueno que han llegado, herrrrrrmanos!— saludó Scourge a los hombres del grupo, menos a Silver. —Vaya, vaya... ¿Pero qué tenemos por aquí? Shade y Knuckita, Shadita y, oh por Dios... Billie, gracias por tu hermana, un gesto muy amable de tu parte—

—No te le vas a acercar, imbécil—.

—¿Quieres apostar?— cuestionó al erizo, con malicia. —¡Bienvenidos a la casa de la diversión, niños! Como host de esta fiesta yo puse las reglas, y la única que hay aquí es que todos deben salir borrachos. ¡Ah! Y un shot de esta arma mortal— señaló, con la pistola de agua llena de alguna combinación de mil alcoholes. —Así que abran la boca, pero no se me atraganten que no es un pito—.

Así iban pasando uno por uno mientras Scourge les daba un shot del líquido azul de la pistola, hasta llegar a los Dark Rose. Sonic no tardó mucho en aparecer ahí junto a su gemelo, y para su sorpresa... Ahí estaba Blaze, tomada de la mano de Silver. El erizo azul y la gata cruzaron miradas, pero Blaze se dispuso a mirar a un lado distinto. Una situación un tanto incómoda... Se acercó hacia ellos sin hacer contacto con la chica, dirigiéndose a su compañero de clase.

—¡MJ-Head, viniste!— pasó un brazo por encima de los hombros del albino, acercándolo hacia él. —Brou, ¡este dude era de quien te hablaba! Es un maldito crack, me ha salvado el cuello con McCloud tantas veces...— le dijo a Scourge, presentando al chico.

—Pues sí los amigos de Sonic son mis amigos... ¡Doble shot por viejo conocido que nuevo por conocer!— habló el verde, acercándole el alcohol.

—Hermano, lo siento, yo no bebo— dijo Silver, apartándose de la pistola de agua.

Tsss, tenemos al primer contrincante...— masculló Sonic.

—¿Qué?—. En los ojos de Silver se podía ver incertidumbre y miedo cuando los gemelos empezaron a discutir entre sí. Y más cuando vio que Scourge se fue y regresó con un micrófono en la mano; lo pasó su hermano y él hizo callar a todo mundo.

—¡Duelo de shots!— gritó el azulado.

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