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16. Parciales (1)

Amy's POV

La mañana completa se estaba yendo en anotaciones, correcciones de posturas y teoría de ballet, correcciones de guiones y encontrar al perfecto idiota que podía ayudarme con la pintura de mi body paint de la musculatura mobiana de mi clase de fundamentos biodinámicos de la danza para mi primer parcial de todos esos parciales que se venían, y todas las entregas y proyectos para no dejar mi calificación votada como usualmente lo hacía durante el IB. Estaba ya en la universidad, sí, pero la procrastinación era mi actividad favorita de todas. Todo lo contrario a mi hermano y a su novia; y entendible, estaban estudiando medicina y no había día que no los viera con miles de libros, tarea y exámenes sorpresa sobre la mesa del comedor.

Pobres almas, ahora entiendo por qué no tienen sexo nunca.

Fuera como fuera, debía concentrarme tan bien como ellos, sino jamás terminaría las distintas cosas que estaba empezando. Pero era tan complicado... Amo las distracciones, y odio estudiar, y los exámenes. ¡Pero debía hacerlo, tenía que concentrarme ya!

Lo mío realmente no era encerrarme en mi cuarto, o estudiar en el comedor. Era más estar en lugares abiertos con gente que hiciera lo mismo que yo, entonces que tenía que ir a mi facultad o a la biblioteca; tal vez la casa Sigma no era un mal lugar, así alguno de los caballeros podría ser uno de mis artistas para mi body paint y no desaprovechar esa oportunidad de poder ver. Sí, una gran idea ya había en mente.

Igual había dos cosas: apenas sabía dónde se encontraban los tríceps y los bíceps, y no tenía ni la más mínima idea de lo que era el externomeidomastodonte. Eso era más de mi hermano y sus clases todas locas de anatomía. Y la segunda sencillamente trataba de que, después de las selecciones de las sororidades, aún teníamos que esperar al final del primer periodo de evaluaciones para poder ocupar las casas correspondientes como los chicos ya lo estaban haciendo después de la primera semana. ¿Qué eso no era un tanto injusto? ¡Ellos ya podían desvivirse por sus colores y nosotras aún no!

Me acerqué con lentitud hacia la mesa, donde estaban ambos tórtolos. Pero justo antes de que pudiera decir una palabra, ese aborto de pato dijo que no, que estaba sumamente ocupado.

—¡Buenas, buenas! ¿Qué van a hacer hoy?

—No. Pudiste empezar desde hace tiempo a estudiar para tus exámenes, no estamos disponibles para ningún tipo de coreografía, guión, humillación, improvisación o traducción del francés a otro idioma o dialecto antiguo desenterrado justamente hoy.

—Silver, te odio. ¿Blaze?

—Lo que dijo él. Tenemos 4 exámenes con McCloud mañana. Imagina que hoy morimos y revivimos cuando se acaben nuestros parciales.

—Sólo necesito ayuda para el body paint de los músculos. No sean así, va a ser rápido, de anatomía apenas sé algo.

—¿Y no quieres que te pintemos nosotros y presentemos en tu lugar?— arremetió mi hermano, sin siquiera verme. ¿Desde cuándo se volvió tan pedante? Igual no estaba para desperdiciar oportunidades.

—¿Sí?—. Yo no entendí por qué Silver se levantó de la mesa y se fue a encerrar a su cuarto.— Blaze...

La gata suspiró y me vio. Dejó sus cosas sobre la mesa en orden, y cerró sus libros después.

—Rosa... ¿Por qué sencillamente no le pides a Billie que te ayude? O a alguien de tus compañeros, no sé...

—Es que el día que no fui a clase todos escogieron su equipo, y yo me quedé sola. Tal vez me lo merezco pero no lo quiero, así que el que me ayuden médicos o fisioterapeutas estaría de lujo. Y Billie no lo es...

Fisios... Podrías preguntarle a Sonic... O mejor a Espio, él es súper inteligente y muy entregado. Ambos son fisioterapeutas.

—Blaze, eres increíble.

Y sí, ¡¿cómo se me había olvidado mi príncipe azul?! Un 10 seguro sería ese proyecto, y un manoseo accidental igual podría salir de ahí... No tenía que pensarlo más, salí de ahí dándole toda la razón a mi mejor amiga; directo a la casa de los caballeros.

Pero no podía dejar pasar por alto una situación... ¿Quién diablos era ese gris "Espio" y por qué Blaze tenía más vida social y conocidos que yo?

[...]

Mientras tanto, en otro lugar de la Ciudad Universitaria...

—No entiendes lo mucho que me revienta la vena que me pongan a hacer este tipo de proyectos, más cuando tengo que ser yo el que tiene que pintarse para el grupo de idiotas con el que estoy y nadie me apoye en la pintura, carajo— exclamó el más alto mando de los Caballeros, el erizo azul.

—¿De qué materia es tu exposición?— preguntó la murciélago albina, apenas prestando atención a las quejas de Sonic.

—Análisis postural. Cada día estoy más harto de esta carrera.

—Suenas a otro Dash que conozco...

—Yo sólo quiero ser piloto de la fórmula 1.

—Y así tus papás te hubieran metido a alguna carrera que tuviera relación con los coches, la velocidad y todo lo que conlleva eso. De la universidad jamás te hubieses salvado, Mauri.

Y esa empezaba siendo la plática entre aquellos dos. Ambos se encontraban en el sótano de la casa Sigma, entre libros, apuntes pizarras y latas de bebidas energéticas y café. De no ser por los exámenes parciales de ese nuevo semestre, Sonic y Rouge jamás estuvieran envueltos en una convivencia tan "estudiantil".

La murciélago trataba de concentrarse en sus entregas finales más que en sus distracciones, ser la líder de su sororidad al mando y en los preparativos de esta última, pero le resultaba sumamente imposible mantener la cabeza en una sola cosa a la vez. Y bueno, jamás se tenía la oportunidad de mandar el lado femenino de una de las fraternidades de las universidades más prestigiosas del país, así que...

Aunque de vez en cuando no estuviera mal hacer a un lado los deberes, tenía enfrente a un ser que no se olvidaba de maldecir y quejarse de los varios proyectos que tenía a la vuelta de la esquina. Le era divertido ver cómo se retrataba para comenzar los bocetos de la musculatura y las estructuras óseas de su cara y torso, y ese enojo cuando los trazos no le quedaban como debían, o como el libro señalaba.

Pero no le pareció nada gracioso cuando el de orbes verdes le dijo que hiciera su mejor trabajo con el lápiz blanco sobre su piel. No hasta ver la desesperación del erizo ante los pésimos trazos de la murciélago albina.

—Ya, no creo ser la persona correcta para hacer esto. Necesitas ayuda...— el cobalto interrumpió a su contraria en el momento exacto cuando iba a darle una solución.

—¡No necesito ayuda! Sabes que no soy de los que piden ayuda, siempre soy el que da ayuda.

—La necesitas, no puedes dibujarte un esqueleto tú solo. Y yo no sé ni una maldita cosa de anatomía que no sean abdominales y penes, Sonic. Deberías consultar a Blaze; ustedes se conocen impresionantemente bien, anatómicamente hablando—. "Touché".

—Me prometí no volver a verla mientras lo esté intentando con María...

—La viste justamente después de tu cita fallida con Robotnik.

Rougy, estaba vulnerable— comentó el azul, despegando los ojos de la murciélago. La mayor únicamente suspiró.

—No es que esté de acuerdo con que lo hagas, porque tú jamás fuiste así. Ella está estudiando medicina, y sabe mucho más de anatomía que yo. Por eso siento que deberías pedirle ayuda, sólo con tu maldita tarea. Y borrarla del camino, por el bien de tu intento de relación y de la de ella.

—Eres sabia, murciélago de harina. Mucho.

Casi como si le hubieran dado toques en el trasero, el azul se tomó su celular y se fue escaleras arriba. Sabía que se esperaría una negativa por respuesta, pero después de unos intentos Blaze caía como tabla ante sus encantos. Esperaba que surtiera efecto su plan, aunque únicamente esta vez solicitara ayuda extraescolar para nada sexual; en caso de que no funcionara, obviamente iba a tener un problema de dimensiones gigantes del que no podría salir sin ayuda de sus influencias y su dinero, claramente una salida fácil, pero significaba que esa ya sería su última bala de ese estilo. Ya no podía seguir sobornando docentes a diestra y siniestra, no desde que aquel profesor era el yerno de su pesadilla, el doctor Fox McCloud.

Un bip, dos bips que apenas se hicieron esperar después de buscar y marcar aquel número que ya no estaba en favoritos y mucho menos tenía un nombre en clave, aunque aún era uno de los primeros contactos en su lista de marcados. Se escuchó cómo descolgaron el celular del otro lado de la línea, pero aquella voz que contestó... No era para nada Blaze.

—Buenas tardes princesa del fuego, espero que estés pasando una amena tarde estudiando para los mil exámenes que tienes con McCloud mañana— saludó el de ojos verdes, sin esperarse la sorpresa que se llevó milisegundos después de hablar.

¡¿Y tú por qué mierda le dices princesa a mi novia?! ¡¿Qué te sientes, imbécil?! ¡Espero que sea la última puta vez que le vuelves a llamar!

La voz muy enojada del plata resonaba por el otro lado de la bocina, y la voz de la gata lila tratando de calmarlo se escuchaba en segundo plano. No era mentira que un susto sí le sacó, pero una ligera risa vino después de la sorpresa. Entendía que el niño tenía que proteger a su princesita del lobo feroz.

—Galán, tranquilo. Está claro que para nada te enteraste de que Blaze es parte de la mesa redonda de Sigma, donde todo miembro tiene un nombre clave. Felicidades betita, en la misma fraternidad que tu novia no estás. Pero como sea... Necesito un favorcito de Blaze, de Sigma a Sigma.

Lo que necesites de ella lo consultas conmigo.

¡Wow, yo también quiero mi secretario personal! Necesito que me haga un bodypaint, aquí en Sigma, donde tengo todo mi material. Ojalá hayas entendido el mensaje y no tenga que repetirte nada.

¿Se te quemó el cerebro o cuántas veces te tiraron de chiquito? Blaze no va a hacer eso, soluciona tu problema y no la molestes de nuevo. Espero entiendas el mensaje de una vez y no te lo tenga que repetir.

—Silver, por favor. Si no lo necesitara no estaría aquí hablando contigo.

—No la vuelvas a buscar.

Y ni una palabra más, colgó.

Sonic, en su desesperación, rió con aire de derrota. Tal vez era ese momento donde debía jugar su última carta y usar el soborno, su estrategia favorita. Iba sumido en sus celular buscando el contacto de su hermano, con la misión de tener el contacto de aquel erizo plateado y soltar su jugada. Nadie podía atacarlo de tal manera sin recibir un merecido, aunque...

La sorpresa que se llevó cuando vio a la eriza rosada de ojos verdes platicando amenamente con Rouge en la cocina fue casi como un respiro y un pasito menos a ser un completo imbécil vengativo. Era el rayito de luz que necesitaba.

—Esta Rosita divina llegó buscándote justo cuando estabas en tu llamada— dijo Rouge al recién llegado, apenas este dio un paso dentro en la cocina.— Los dejo para que platiquen, yo tengo que ser de ayuda también hoy a la hermana de Knux. Nos vemos en un rato, campeones.

Esas fueron las últimas palabras de la albina antes de dejarlos a ambos en la enorme casa de los caballeros. Era el momento perfecto de Sonic para actuar indirectamente contra Silver.


Amy's POV

Y es que justo cuando Sonic entró por esa puerta pude notar cómo se le iluminaron los ojos al verme. ¿Sería este acaso mi ser amado? ¿Al fin se habría dado cuenta del partidazo que soy?

Corrió a saludarme y a ofrecerme algo de beber; obviamente no pude negarme a su hospitalidad y sólo pedí un vaso de agua. Estaba física y mentalmente preparada para lo que podía ocurrir después del favor que estaba por pedirle, claro que sí.

—Eres una de las primeras elegidas que se aventura a venir aquí mucho antes de la cena de bienvenida. No voy a decirte más de lo que debería, pero eso suma puntos— comentó divertido, guiñando el ojo después. Dentro de mí no había algún tipo de duda que estaba contento de tenerme ahí.— Cuéntame, ¿qué te trajo hasta aquí justo hoy?

Buah, debo confesar que si no lo necesitara, tal vez estaría en la biblioteca...— tomé un sorbo de agua antes de poder hablar. No comprendía por qué los dedos me estaban temblando.— Tengo que presentar un proyecto hoy a las 7 de la noche. Desgraciadamente, y por infortunio, no tengo un equipo que me ayude; mi equipo soy yo. Pero Amy no es lo demasiado capaz de realizarse un bodypaint de la musculatura mobiana a ella misma, la anatomía jamás fue lo mío y yo hice mi IB en humanidades, no en ciencias. Le pedí a mi hermano y a Blaze que me ayudaran, pero se negaron rotundamente a hacerlo, y estoy sola en esto. Los médicos no me ayudaron, así que ahora pido apoyo de los fisios, y tú eres un fisio. Entonces... Tal vez... ¿Podrías ayudarme?

—Qué coincidencia... Yo debo entregar el mismo bodypaint a las 6 de la tarde. Supongo que te da clase uno de los Duncan.

Estábamos hechos uno para el otro, no había pruebas pero tampoco dudas.

—Isadora, de hecho. Como sea... ¿podrás?

—Mira Amy, la cosa está así: puedo ayudarte, porque sé muy bien de histología. El dilema aquí es que me acabas de decir que tú no tienes ni idea de anatomía, entonces tú no podrías ayudarme a mí. Me gusta la reciprocidad, ¿sabes?—. Esa sí no me la veía venir, para nada. Tampoco el cómo mi cara palideció y un escalofrío recorrió mi columna.— Pero no pongas esa carita, siempre hay una solución.

—Si es con cobro cuerpomático, no me opondría para nada—. Esas no eran las palabras exactas que necesitaba para ese momento.

—¿Qué?

—¿Qué? ¿Yo dije eso? Nah, no lo dije—. Sí, lo había dicho, y el negarlo ante la cara de perplejidad de Sonic no funcionaría para persuadirlo. Era mejor sólo cambiar de tema.— ¿A qué te refieres con reciprocidad?

—Me da gusto que me preguntes, mi querida Rose. Así entiendes un poco mejor la dinámica de este lugar.

Ese egocéntrico pero de tan buen ver erizo azul me estaba relatando parte de las historias de las fraternidades y de su familia siendo parte de las mismas en Blue Valley tantísimos años atrás. Era un cuento aburridísimo, incluso más que las clases de la historia de la danza, pero cualquier martirio o conversación valía estar ahí con ese guapísimo ser azulado.

No debía olvidarme de que ambos teníamos un proyecto final de cierta materia para entregar, aunque quién era yo para detener su melodiosa voz hablando y contando con tanta emoción todo sobre su fraternidad al mando. Era como un niñito hablando de su juguete favorito; hasta le brillaban los ojos cada que mencionaba algo.

El problema fue que no pude retener mucho de lo que había dicho hasta el momento, su belleza era demasiada como para prestar atención a algo que no fuera él. Sólo pude rescatar un "todo ser que esté en alguna fraternidad pasa por una dura selección de todos los miembros y líderes de cada casa", "desde el comienzo de las fraternidades empieza una mortal competencia por ser la que más miembros y más puntaje tiene al final del año", "a veces se juegan pequeños truquitos entre miembros para ganar puntos para las casas, y a eso es a lo que voy..."

Yo cobro con secretos, rosa. Me fascinan los secretos de mis rivales. Siempre los puedes usar en contra, como soborno y hacerlos contribuir a tu gusto— dijo, con aire superior. En su semblante se dibujó una cara espantosamente impresionante de egocentrismo, superioridad y presunción. Carajo, qué hermoso se mostraba.

—Yo cobraría con dinero. Ya sabes, clase media, becada, no privilegiada con el don de las riquezas por tener una familia rica o un apellido rimbombante— ante mis palabras, Sonic rió.

—Por eso mi prima te está bendiciendo con el don de ser de los nuestros. Y ya que eres una Sigma, entenderás que no puedo atacarte, pero igual me puedes ayudar; y lo único que pido es un simple secreto. Como la competencia es lo que me importa, puede ser el secreto de algún Beta que te sepas.

—Secreto...

Bien, tenía otro de los retos más difíciles de mi existencia frente a mí. Estaba pensando de una manera impresionante algún secreto que me supiera de alguno de los integrantes de la casa contraria a la mía, pero a los únicos que conocía era a mi hermano y probablemente a Blaze, porque no tenía idea en qué casa estaba.

Silver y Blaze... No era rencor, pero esos dos diablos me habían negado ayuda varias veces ya en cosas de la escuela. Esos malditos vírgenes...

Viendo la postura de Sonic y analizándolo bien, no era muy conveniente sólo soltarme la lengua así como así. Yo igual necesitaba pedir algo más que ayuda a cambio para que hubiera un equilibrio si iba a exponer a mi hermano de esa manera.

¿Sabes? Sí tengo un secreto, pero igual te tengo una propuesta interesante. Nos beneficia a ti y a mí por igual.

No hay nada que me fascine más que las negociaciones. Aunque siento que no estamos en el lugar más preciso para hacer un trato. ¿Vamos a mi oficina?

Tomó mi mano. Por todo Caos, ¡tomó mi mano! Ese ser de pura perfección y yo íbamos a casarnos, podía presentirlo. Sólo me tomó de la mano y se levantó de su lugar, así que me tocaba replicar su acto.

Salimos de la cocina y caminamos por un pasillo que llevaba a distintas habitaciones. Omitimos toda entrada que se nos cruzara y nos dirigimos escaleras arriba. Era mi primera vez estando en la casa Sigma, y vaya que tenía muchos más lujos que la de los Betas. Suerte tenía, no lo iba a negar.

Su oficina era ni más ni menos que su cuarto. ¡Y qué cuarto! Tampoco mentía cuando era una oficina, realmente tenía todo para ser una suite presidencial de hotel súper minimalista, bien arreglada y con todo lo necesario para también ser una guarida gamer de algún niño rata.

Nos sentamos en ese escritorio-mini bar-oficina que tenía al fondo de ese lugar, con una vista increíble al campo de fútbol americano de la universidad.

Si era el momento de que me hiciera suya, que no se le olvidara que tenía ese ventanal maravilloso donde podía presumirme.

Entonces... Dispara, muñeca.

[...]

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