15. La cita
Sonic's POV
Benditas las razones que me tenían esa tarde de sábado bien despierto, cero alcoholizado, con los pies bien en la tierra y totalmente listo para mi primera cita con la nueva prospecta a ser mi novia. Si todo salía de maravilla, María lo iba a ser. Estaba por verse, como con cualquiera.
Igual Shad me debía una, en caso de todo lo contrario...
Como sea. Estábamos mi gemelo, Tails y yo en la casa Sigma, alistando los últimos detalles de mi atuendo y del plan que tenía para la cita de la noche. Tails se estaba yendo más por las formalidades, todo lo contrario a Scourge; mi era mucho más fan del streetwear y la moda cara. Ese sí era un total problema, un mundo diferente de estilos que chocaban y sólo no terminaban de combinar.
—Bien, tengamos en cuenta que va a ir a un restaurante CARO, Scourge.
—Caro pero no fancy, Tails.
—Que sea caro significa que tienes que ir fancy, por si la cabeza no te da.
—Puede ser caro y también ser el lugar más horrible del planeta, agarra el pedo. No necesariamente tengo que ir fancy a La Trufa Dorada porque sea caro si es horrible, así como los estudihambres van saliendo directo de clase al café que le encanta a Sonic que es carísimo y horrible.
—Eh... Tiene un punto ahí—. No había sido nada difícil aceptar el comentario tan acertado de Scourge, porque era una de las únicas veces que su cerebro pensaba con claridad.— Sólo iremos a ese restaurante que le encanta a mamá con las aguas termales en Windmill Isle, ese griego que no es tan fancy pero es caro.
—Está historia me suena a que ya nos la sabemos...— mencionó el zorro, lanzándome al aire la camisa que más combinaba para la ocasión.
—Y si no le rompes la matriz, te quiebran y te hacen mierda el corazón—. El encanto cerebral de mi gemelo se fue por el caño. Pero el punto lo seguía teniendo.
Combinamos un poco del streetwear de Scourge y la formalidad de Tails, creando un atuendo casual, pero no tan dejado para la ocasión. Una camisa celeste de lino, shorts blancos que funcionaban también como traje de baño y claro, no podía faltar ese toque "hype" que mi hermano necesitaba al poner su firma: unos Alexander McQueen blancos más caros que mi trasero; algunos brazaletes y anillos tampoco podían faltar, eso siempre lo recomendaba mamá.
—Mira a este individuo... Ni pareces el vagabundo que sueles ser saliendo de clase. ¡Un aplauso a mi creación, carajo!— celebró Scourge, antes de ser interrumpido por el zorrito de dos colas.
—¡Nuestra! Yo puse el outfit y tú los insultos y los zapatos, deja de llevarte todo el crédito.
—Tails, entre más creces te vuelves más pedante. Te voy a meter tu estatequieto.
—Bueno, ¿dejamos de pelear? Voy tarde para mi cita y debemos pasar a dejar a Tails a su departamento, no voy a dejar que se vaya solo.
—¡Pido el asiento del frente!— gritó mi hermano, corriendo fuera de mi habitación, bajando las escaleras con una rapidez que jamás había sido vista en mi vida.
Vi a mi mejor amigo al mismo tiempo que él a mí. Pensamos lo mismo sobre mi gemelo, y sin palabras dijimos todo.
Antes de salir del cuarto tomé una muda de ropa, una mochila, mi cartera y sí, los confiables preservativos; no podía tampoco olvidarme de los dulces, sólo en caso de que tomara un poco y me encontrara algún alcoholímetro por las calles. "Qué listo que sos, Mauri".
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Sonic Dash🙊
Hey bonitaaaaa (17:47)
Acabamos de ir a dejar a Tails a su casa (17:47) Ya estás lista? (17:48)
[Hola guapo💙] (17:50)
[Pues...] (17:50)
[Pensé realmente que ya no vendrías] (17:50)
[Así que me puse a hacer tarea] (17:51)
Sonic Dash🙊
En serio perdón, creí que no haría falta decírtelo de nuevo☹️ (17:52)
Oye, y es muy importante que hagas esa tarea? (17:52)
Mañana es domingo, podría ayudarte si gustas🤭(17:52)
Qué dices? (17:52)
Te van a encantar los lugares a donde te voy a llevar! (17:53)
[Es para el miércoles, no hay tanto problema](18:00)
[Qué tanto sabes sobre la teoría de la comunicación?😎] (18:00)
[Bien Dash, escupe todo lo que lleves, me interesa saber a dónde piensas llevarme hoy😳] (18:01)
Sonic Dash🙊
Estoy en 3 minutos fuera de tu casa, prepárate rubia hermosa (18:02)———————————————————————
María's POV
Sí, me sentía como adolescente nerviosa esperando a su chico lista para su primer cita romántica; no se alejaba mucho de la realidad, ciertamente. Era la universitaria nerviosa esperando a su "chico", aún sin estar lista para su primera cita romántica, y que seguramente sus primos le harían la vida de cuadritos mucho antes de que le dieran el permiso a la chiquita de la casa de salir con ese ser azul.
"Meph, Shad... Esta noche no..."
Un mensaje suyo iluminó la pantalla de mi celular. ¿Tantas decepciones habré pasado ya, que lo primero que vino a mi mente fue que ese mensaje seguro era un "me vas a matar, pero...", o un "me surgió un contratiempo..."? La vida amorosa jamás fue para mí. Aunque esa ocasión era todo lo contrario: el "estás lista? Estoy abajo. Subo a rescatarte, bella damisela?👑".
Dejé lo que estaba haciendo y corrí a la ventana. ¡Sí estaba ahí! ¡Lo de los 3 minutos había sido verdad! La emoción desbordaba por mi ser, y ese sentir de "mariposas en el estómago" no se iba.
Me asomé por el balcón de mi recámara y lo vi, junto a su hermano gemelo; ambos estaban recargados en su coche deportivo, y vaya coche. Él le estaba sonriendo al celular, al momento que yo recibía una llamada del mío. ¡Buah!, el sueño, amigo.
—Hola preciosa, ¿ya estás lista? Para pedirle permiso a aquellas copias que la hacen de tus padres, y que seguro se toman su papel tan en serio que me van a golpear y me van a decir a la hora que debo traerte— comentó bromista. Desde arriba podía ver cómo sonreía hacia mí. Inevitable no sonreír con él.
—Sólo... No tengo un atuendo para la ocasión. ¿Puedo preguntar o es una sorpresa súper misteriosa?
—Ponte algo bonito, todo resalta en ti. ¡Ah! Y lleva traje de baño y algo cómodo. No sólo vamos a cenar.
—¡Dile al imbécil que le tienes alergia a la comida griega, por favor! ¡Díselo!— habló su gemelo, ganando la bocina del celular. Yo sólo me reí.
—Bien, bajo en 5 minutos. Y no, Scourge, no le tengo alergia a ningún tipo de comida. Sólo a los idiotas verdes— ahora a mí me tocaba bromear un poquito, y disfrutar la mirada dolida del verde y las carcajadas de mi... Sí, él.
Bien, dijo algo bonito, pero nunca dijo si tenía que ser formal, ni a dónde íbamos a ir... Pero, ¿y si era un lugar finísimo? No podía ir sólo con un pantalón de mezclilla y una blusa sencilla; aunque también me dijo que llevara algo cómodo y traje de baño... Qué sospechoso sonó eso. ¿Sería prudente preguntarle? ¿Sería una buena idea llevar matching outfits?
Me asomé una vez más por la ventana, pero ya no estaban fuera. Caos, ¡¿lo de pedirle permiso a Shad y a Meph era en serio?!
Bajé las escaleras casi corriendo, casi resbalo cuando descubrí a ese par de gemelos realmente pidiéndole permiso para salir conmigo a mi par de gemelos. "Ah, este no mentía".
—Mary, ¿qué hace este perro imbécil implorándome el que, según, aceptaste salir con él, y necesita nuestro permiso para que vayas? Suficiente tiene ya con ser un estúpido y tener un gemelo igual de estúpido que él, tú no necesitas a este pelele—. La incontenible risa de Shad al escuchar a su hermano decirle esas palabras al azul era tan escandalosa, que hasta Scourge estaba muerto de la risa.
—Es porque sí acepté salir con él, Mephi—. El giro de cuello dramático que realizó mi primo se vio tan telenovelístico, y también como si casi se lo fuera a partir.
—María, no te hagas eso. Que tus malos gustos no influyan en tus buenas decisiones.
—¡Oye!— gritamos Sonic y yo al unísono.
—Es la verdad, tu cara está muy deforme y como que tus expresiones la hacen más de lo que ya es. Tantito Botox no te vendría mal, brou— comentó Scourge, jugando con sus anillos mientras veía con superioridad a su igual. ¿Quién le dice?
—Son gemelos idénticos, pedazo de idiota— comentó el de vetas rojas, riéndose a más no poder.
—O sea, que hacen las mismas expresiones y su cara se deforma de la misma manera, imbécil— ahora afirmó Meph—. ¡Pero eso no va a permitirme deja a mi prima bebé que salga contigo, pobre imbécil!
—Ya, mamá gallina. Tráemela antes de la 1, con la ropa bien puesta y cero alcohol— sentenció Shadow, apenas viendo a Sonic.
—Sí, hablando de la ropa...
—¡María!
—¡No, espera! Es que Sonic no mencionó muy específicamente qué llevar para nuestra cita...
—Sólo sé que este cabrón piensa igual que yo: "entre menos ropa, mejor"— comentó el verde, mirando hacia su hermano con malicia.
Cuatro miradas de muerte hacia Scourge, que parecía que de las mismas habían salido tres almohadazos, el control del aire acondicionado y un termo vacío. Bueno, si ese despreciable ser iba a convertirse en un casi familiar mío, teníamos que poner ciertos límites en nuestra relación de cuñados, ¿no? De mi boca no salió otra cosa más que "un gramo de respeto, imbécil zarrapastroso", y todas las miradas iban a mí.
Tal vez sí me había pasado un poquito, pero al final todos se rieron de mi intento de insulto al verde, incluyendo el mismísimo imbécil zarrapastroso.
—Ella es, dude. Te juro por todo Dios que ella es tu indicada— volvió a hablar el verde. ¿Qué tanto significaba que uno de los más fuckboys y millonarios de la universidad le dijera eso a su igual? ¿En serio era demasiado?
—Y más te vale que la nueva "indicada por Scourge" no termine con el corazón roto, hijo de los mil demonios—. Sí, la ilusión de estar encima de las nubes por el halago de Scourge se fue por el caño después de las palabras tan... incorrectas de Meph—. ¿Quieres que te acompañe a ver qué ponerte?
[...]
Mephiles revisaba una y otra y otra vez mi closet, de izquierda a derecha y de regreso en busca de un atuendo digno para que ese "imbécil azul de nombres ridículos se le derritiera la mirada, la boca, el corazón; y que comenzara a eliminar toda esa promiscuidad contenida en ese estúpido ser que juraba que la nueva "indicada" era yo.
El azabache no dejaba de sacar y combinar ropa, formando muy buenos atuendos tan sólo juntando dos o tres prendas. Del armario tomaba un gancho con ropa, volteaba a verme, luego a la ropa elegida y de ahí descartaba o la agregaba para armar un nuevo outfit. Una ternura su manera de elegir.
—Bueno, ¿no te dio ni una pista?— preguntó Meph, dirigiéndome la mirada de reojo, mientras tenía de frente más de mis anticuadas prendas.
—Nada, sólo escuché que Scourge dijo que le dijera que le tengo alergia a la comida griega. ¡Ah! Y que lleve traje de baño.
—Mira... Eso es nuevo—. ¿Nuevo?
—¿A qué te refieres con "nuevo"?
—Conocemos a Sonic desde toda la vida; sus conquistas y sus víctimas. Si eres de alguna de esas listas, el estúpido tiene 0 imaginación, y siempre sus primeras citas no salen de una cafetería impresionantemente cara que hay dentro del campus, una cena en su cabaña de invierno, recorrido por la ciudad en uno de sus coches caros, cenas en ese caro restaurante italiano que no recuerdo cómo se llama, ir a su lugar favorito de helados, picnic en una playa de arena rosa, rentar una sala de cine y ver la serie o película que quieras hasta que te meta la lengua a la garganta, ir a perderse al mirador más lejano de este planeta... Y... Creo que de ahí ya no hay segunda cita para las víctimas. Sólo, y si tienes suerte, puede llegar a haber más citas para sus conquistas. Así funciona con los Dash.
Este ser sólo funcionaba para hacer los ánimos bolita y tirarlos al suelo, y luego pisarlos repetidamente hasta que se terminaran de deshacer. ¿Debía sentirme ahora como un trofeo, un desechable o alguien que genuinamente iba a ser querida por uno de los millonarios del campus? ¿Y si todo ese modus operandi había cambiado? ¿Y si ahora la estrategia era distinta?
Demasiadas dudas y la respuesta sólo llegaría después de esa cita.
—Eres el mejor para tumbar los ánimos, Mephiles.
—Te estoy diciendo la realidad, María. Ni Sonic, menos Scourge, han sido buenos partidos en ninguna de sus relaciones. A los dos les encanta la mala vida. Y prefiero que te duela ahora que tienes una ilusión y lo escuches de mí, a que tengas una ilusión y él te termine partiendo el corazón de la manera que sea.
¿Y si tenía razón? ¿Y si sólo me usaba para quitarse las ganas una vez más y aparecía en su lista de víctimas?
Mi cara totalmente cambió. Únicamente veía la ropa que había en la cama y la revolvía sin gana alguna de salir ya. El azabache se dio cuenta al parecer, porque su mano tomó mi mejilla y me volteó el rostro despacio hacia él.
—Mary, te lo digo porque te amo, eres casi mi hermana menor y siento que tengo la obligación de protegerte. No me gustaría saber que a tus espaldas y frente a un montón de subordinados y fans esos dos te presuman como otra de sus aventuras. Me dolería más escuchar eso que mandar mi amistad de años con ellos al caño. No voy a decirte que no vayas, sólo diviértete y cuídate de sus malas mañas, ¿sí? No quiero meterme más en tu vida, pero cuídate. Y sí, si pasa, igual cuídate.
—Pisoteaste mis ánimos, ahora quiero ser monja, jamás volver a creer en el amor y entregarle mi vida y corazón al dios Solaris— bromeé. Aunque la broma no era mentira, sí había pisoteado mis ánimos.
—Bueno monja, igual tienes una cita y ya te están esperando, así que...—. Dejó un vestido corto sin hombros color arena sobre mi cama, y ni tardó en encontrar los perfectos accesorios de oro blanco para usar en conjunto.— Ponte esto, le va bien. Y obvio a ti te va mejor usar cualquier cosa lleves. Menos a Sonic.
—Eres el demonio, Mephiles— apenas pude decirle antes de soltar una carcajada que tiró toda mi seriedad por el caño.
—Te falta el traje de baño. No te lleves bikini, pónsela difícil. Haz que le duela que seas "la indicada". Llévate un completo, ese que tienes en esa foto en tu feed de Instagram, el del holán de un solo hombro.
—Increíble elección, me sorprendes cada día más, prim. ¡Voy a preparar una maleta mientras!
El erizo me veía correr de un lado a otro, buscando maquillaje, poniendo mi traje de baño, ropa interior extra, una toalla, cosas para el cabello, escogiendo entre varias bolsas, maletines o maletas que combinaran a la perfección con mi outfit... Hasta que encontré todo. El detalle era que el tiempo seguía corriendo, y yo seguía con mi atuendo de la tarde.
Le pedí al azabache que bajara mi maletín mientras yo me daba una manita de gato con un poco de base y apenas nada de rubor, ya que el traje se baño sonaba a algún tipo de cosa con agua, y para que mi esfuerzo terminara en la superficie de alguna alberca... No lo valía. Sólo terminar de arreglarme el cabello y darle el toque final a todo el atuendo con unos accesorios que había escogido ya antes, pude comenzar a dejar mi habitación en un completo caos, pero lista para la primera cita con aquel erizo que me dejaba en las nubes.
Bajé las escaleras. En el momento que llegué a la sala encontré a esos cuatro gemelos de pie, y a ese apuesto ser azul con mi maleta al hombro. ¿Yo? La más soñada, pero sin olvidar las palabras del mayor de los gemelos.
—¿Ya lista, hermosa?— preguntó Sonic al sólo verme llegar al lugar. La sonrisa que tenía dibujada en la cara no tenía precio. Se acercó a mí y me pasó el brazo por detrás de la espalda, a la altura de la cintura.
—¿Ya listos, hermosos? ¡Para tener la cita de sus vidas, carajo! Si de aquí no sale una boda, en serio voy a dejar de creer en el amor— ahora pronunció su gemelo metiéndose entre nosotros dos, abrazándonos a ambos por encima de los hombros.
Scourge a veces no era un ser tan despreciable como lo pintaban por los pasillos de la universidad. ¿O debía no verlo así por ser mi cuñado? Ya se vería...
Caminamos los Dash y yo fuera de casa de los Black, pero en el momento de salir Shad me detuvo por el hombro justo en la puerta.
—Mary, ven, antes de que te vayas—. Retrocedimos unos pasos dentro, así nadie iba a ver cuando me diera un teaser y una cajita envuelta con papel rojo.— Sonic es mi amigo de toda la vida, pero eso no me exime de protegerte y de involucrarme si las cosas salen mal. Prefiero perder una amistad de años que saber si algo te pasó con ese idiota azul. No dudes en llamarme si lo necesitas, ni en usar lo que te di en caso de emergencia, o en caso de calentura ¿vale?
Sólo asentí y le di más gracias con un gran abrazo, y él beso mi frente. Sólo después de eso corrí de cuenta nueva hacia afuera, donde los Dash ya me esperaban en el carro.
[...]
Bueno, ese ser tan unidos parecía demasiado real. El verde aún no parecía querer bajarse del auto, después de ya un rato de conducción del azul. ¿Sería prudente...? No, era su coche, no era para nada prudente preguntarle que a qué hora se iba a bajar.
Eso creí hasta que Sonic le preguntó.
—Oye, en serio, Scourge, ¿en dónde te vas a bajar? No pienso llevarte a un lugar cercano a mi destino para después pasar por ti. Tenemos el tiempo contado y aún hay camino por manejar.
—Ay, qué aguafiestas. Los casinos de Windmill Isle están geniales y llenos de putas. Yo me quiero bajar en uno de esos.
—Pues te quedarás en Square Station, porque a la isla no te pienso llevar. Vete a comprar putas a otro lado.
—Buuuh, qué aburrido eres. Como sea; María, haz de esta noche la mejor de su vida. Cojan como conejos, desvirga a mi hermanito, métele la lengua hasta la garganta y no me lo regreses hasta que sea un hombre de verdad. Yo aquí me bajo— dijo el verde, señalando una parada frente a un semáforo que nos tocó en rojo.
Esos segundos se estaban haciendo una eternidad. Sí, Scourge era el diablo y entraba demasiado en confianza con cualquiera. Necesitaba guardar toda distancia con ese erizo, al menos hasta que su hermano lograra ponerlo en su lugar cuando de mí se tratase. Mis simples pensamientos de la primera cita.
El gemelo de Sonic se bajó casi a patadas del mismísimo erizo azul. Logró su cometido, así que podíamos ir un tanto menos incómodos sin la presencia del verde.
De la nada tomó mi mano y respiró más tranquilo. Yo, con todo gusto, acepté su gesto y sonreí.
—En serio disculpa por eso. No era la idea que nos acompañara tan lejos, ni que te dijera a dónde iba a llevarte a cenar hoy. Arruinó un poquito la sorpresa.
—No, tranquilo. Tampoco estaba mal si nos acompañaba allá— mentí. Scourge era un imbécil, Sonic no había tomado mejor decisión que botarlo del carro. Pudo haber sido en movimiento para más diversión.
—No hagas caso a lo que dijo, la vamos a pasar de lo mejor, te lo prometo.
Y, ahora sí, la noche estaba empezando bien.
[...]
La larga plática durante todo el trayecto había aligerado mucho ese largo camino. Parecía que todas las palabras de Mephiles sobre Sonic eran más que una máscara que cubría al verdadero Dash, y no a ese promiscuo que toda la universidad conocía. Se podría decir que conocí al tierno, real y nada egocéntrico Sonic; y eso me agradaba.
Más conversación me alejó del hermoso panorama que teníamos al frente, era tan sencillamente maravilloso con su atardecer, su mar al fondo y sus construcciones sobre una cresta que se elevaban en blanco... Pfff, impresionante que estuviera en ese lugar sólo por una noche. Y llegamos justo al momento de la puesta del sol en su punto más alto. Algo romántico, a decir verdad.
El azul estacionó su coche a unos metros lejos del restaurante donde mencionó que teníamos nuestra reservación, con el propósito de caminar un poco por la isla y seguirme deleitando con sus paisajes y su arquitectura tan... greca.
Subimos una pequeña colina y ahí estaba aquel establecimiento. Nos recibió un arco blanco cubierto con bugambilias y piso de rocas, y tan sólo entrar había un pequeño espacio al aire libre con otra vista maravillosa, el lugar donde estaba nuestra mesa reservada; y casualmente, junto a la misma, había una pequeña alberca al borde del risco. Ya entendía el motivo del traje de baño. Bien ahí, Dash.
Parecía que el tema de conversación se seguiría ampliando, porque de ese pequeño tropezón que tuvimos con el asunto de su hermano y hasta el momento, las palabras seguían y seguían fluyendo con naturalidad, hasta que hicimos la pequeña pausa para ordenar. Y, nada más que ordenar, pudimos seguir y seguir, hasta que llegó el incómodo tema de la primera noche.
Sí, esa donde éramos dos totales desconocidos que se estaban besando como desquiciados. Algo nada de mí, pero yo creo que mucho de él.
Después del beso de esa noche, todos nos alarmamos porque Shad se había caído y se había golpeado la cabeza tan fuerte que quedó inconsciente. Sonic y yo nos separamos y ambos corrimos a ver a mi primo que yacía en el suelo. Luego llegaron la eriza rosa y el hermano de Skylar, Billie, a donde nos encontrábamos. Entre su hermano y él sacaron a Shad y a Meph cargando, en serio que esos dos estaban demasiado ebrios. Billie dijo que podía llevarse a Shadow a que su hermano mayor lo viera, ya que estaba haciendo su residencia en el hospital universitario. Sonic y Scourge lo apoyaron con Mephiles, y por mi irían las hermanas del mayor de los Pachacamac, Knuckles. Mientras esperábamos fuera del antro, yo platicaba con Sonic sobre lo que había pasado ahí dentro, que en serio estaba contento porque había besado a quien realmente le gustaba, pero que también estaba apenado porque no fue en sus 5 sentidos... Después de toda la charla, llegó la hermana de Knuckles por nosotros y me fui con ellos, así que el azul me pidió mi número y ahí llegamos a los mensajes, la cita y... Henos aquí.
—Entonces ellos no tienen ni la menor idea de que ya nos dimos nuestro primer beso...
—Nop, y espero que jamás la tengan hasta que... Elijamos formalizar algo—. Sí, fui directa, lo necesitaba antes de que mi lengua hiciera de las suyas. Y no, no en su boca.
—Con que formalizar, ¿eh?
—A menos que te dé miedo el compromiso.
—¿No te apetece ir a nadar de una vez? Mientras aún tenemos esta vista tan perfecta. Como tú—. ¿Acabo de descubrir la primer red flag? Acabo de descubrir la primer red flag.
A este ser le aterra el compromiso.
Sonic's POV
Mi tema menos favorito entró al chat. Pero no entiendo cómo de mi boca no salió ese discurso tan resonado de todas las veces de "claro que no le tengo miedo al compromiso, y aparte quiero todo contigo, que sea real, que sea formal, verdadero y lindo". O sea, me hubiera gustado pensar que sólo fuera que la voz se me cortó y ya no me permitió hablar más. Seguro era eso.
O simplemente no pude lanzar esa temible excusa para salirme con la mía y escapar la formalidad porque... ¿Era cierto lo que mi hermano y Tails decían? ¿Que me romperían el corazón y que ella sería la indicada? ¡¿Por eso no pude decir nada y sólo cambié el tema por miedo?! No puede ser que esto sea auténtico y me esté pasando a mí.
Robotnik, qué me estás haciendo...
[...]
El agua de esa piscina natural estaba en su punto. Con una ayuda más artificial, burbujeaba y tenía sales minerales que la hacían aún mejor. No llevaba demasiado tiempo dentro, así que no sentía la necesidad de salirme pronto para evitar que mis dedos se hicieran como pasitas.
La ventaja de ser chico era el evitarme todo ese tiempo cambiándome de ropa a traje de baño, revisar lo bien que me quedan las cosas y luego salir. Pero carajo, todos esos minutos que María se había tomado para salir de aquel vestidor como toda una diosa griega en serio lo estaba valiendo. Ese traje gris oscuro marcaba tan bien su perfecta y esbelta figura... Me estaba volviendo loco con tan sólo verla.
¿Lo mejor? Ya se estaba metiendo a la alberca conmigo, y estaba sólo para mí.
—Caos, si ya eres hermosa, hoy lo estás muchísimo más. ¿Ya te había mencionado que me encantas?—. Lento, pero me acerqué a ella tendiéndole mi mano para ayudarla a entrar y evitar que se resbalara y cayera. Ella con todo gusto se sostuvo de mi brazo y se sentó en las escaleras de piedra que la misma piscina tenía.
—Recuerdo que me lo dijiste aquella noche en el antro, y no en tus cinco sentidos como aquí— rió, sin soltarse de mi agarre.
—Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad, qué te puedo decir.
Que aún estuviéramos agarrados, de cierta manera, me permitió acércame a ella, justo a donde se encontraba sentada; la eriza tampoco se negó a mi compañía en ese lugar. Pasé mi brazo por su cintura y me acerqué significativamente a ella, pero en serio que esa mínima acción fue la que desató el infierno entre los dos.
Cuando pensé robarle un beso, sólo un pequeño beso, ella movió la cabeza hacia el lado contrario. Lo creí divertido, así que mi respuesta a eso fue únicamente pegar mis labios en su cuello, cosa que tomó para nada bien.
—¿Qué haces?
—Planeaba besarte, lo que hacen las parejas. Lo que hicimos aquella noche en el antro cuando te dije que me encantabas.
—Sonic, hace 20 minutos te hablé sobre las formalidades y el compromiso, y me trajiste a la alberca. Eso es cosa de parejas, ¿sabías?
—María...
—Sonic...
—Entonces... ¿No puedo besarte todavía, hasta que seas mi novia o lo que se le parezca?
—Eso lo veo más formal, sí.
—Supongo no vas a querer entonces ir a la suite que reservé también para hoy en la noche...—. Con todo el desprecio que en su corazón seguro había, se alejó de mí. No le faltaba nada para salirse de la alberca.
—Caos... A ver, me gustas, y mucho, y en serio. Pero no por eso voy a dejarme caer en tus redes, Sonic. No soy de ese tipo de chicas, y no quiero ser una conquista más, o víctima más, o lo que sea que pienses hacer conmigo, o ponerme en la lista de donde quieras. Te lo juro, yo no quiero ser una más, y siento mucho que esta noche que iba tan bien sólo termine así. Creo que te sobreestimé como buen chico, o tal vez me confundí, y lo siento de nuevo por arruinar tus planes de llevarme a la cama. Sólo voy a llamar a Shadow para que venga por mí.
Hola y... ¿Adiós?
—Hey, no. No hay necesidad de llamarlo. Yo le dije que te llevaría de regreso. Tranquila, lo comprendo todo; y lo siento igual. No quería que sólo terminara todo así.
Ella sólo esbozó una sonrisa, pero para nada de alegría. Era ciertamente más de... decepción, quiero creer.
No me tomó mucho pagar la cuenta, cambiarme ni salir del restaurante por el auto y recogerla en la entrada.
¿Y ese sentimiento tan espantoso que no me dejaba respirar con naturalidad?
Hasta era extraño que, después de tantas historias, tantas risas y pláticas que había de venida, el interior de mi coche venía en silencio, sólo escuchando los claxons de fuera y el aire golpeando con furia los cristales del mismo. "Lo estás haciendo mal, Mauri".
La ubicación realmente era lejana, y no ayudaba el hecho de venir callados sin articular palabra. En un semáforo le di mi celular para que controlara el estéreo, y no voy a mentir con que eso ayudó a que el ambiente reviviera un poco; aunque ya no tuviera mucho sentido seguir intentando.
Apenas siendo 11:37 ya estábamos llegando a casa de los Black, mucho antes de la hora pedida por el menor de los gemelos. Como por arte de magia, al parquear el carro, Shadow abrió la puerta de su casa para recibir a la rubia.
Poco me quedaba de caballero esa noche, pero lo suficiente para sacar su maletín de la cajuela y entregárselo al mayor de los dos primos. Era el fin, seguro.
Vaya noche.
—Pensé que llegarían hasta más tarde. Le estaba dando más tiempo a Mary, pero me dijo que la comida griega no le cayó del todo bien. Espero haya sido eso, Dash—. ¡Pero bueno! ¿Qué pasó?
—Sí, le dije que lo sentía por acabar así de la nada la cita, pero ya no soporto el dolor en la boca del estómago. Igual me la pasé bien, los paisajes eran muy hermosos— citó la rubia, antes de meterse a su casa.
—No creí que... Le sentara tan mal esa comida. Lo bueno que se divirtió— comenté, fingiéndolo todo.— Como sea, gracias por prestarme a Mary hoy, fue toda una experiencia, hermano. Nos vemos el lunes en reunión de caballeros.
—Ahora sabes que llevarla por comida griega no es una buena idea para su segunda cita.
—Voy a buscar mejores lugares, entonces.
—Suerte con eso campeón. Nos vemos el lunes.
[...]
Aún había confusión por las palabras de Shadow. ¿Cómo era eso de que la comida no le había sentado bien? ¿Y lo de la segunda cita? ¡¿Qué mierda estaba pasando?! ¿No la había cagado ya lo suficiente?
Llegué a la casa Sigma, donde Scourge estaba esperando acechándome desde su fraternidad. Al parecer ese erizo no estuvo solo, porque acompañado de la murciélago albina hizo su aparición estelar.
—¿Cómo te fue, galán?— preguntó Rouge, ante mi mirada de abatido
—Una mierda, como siempre.
—Uy, ¡a este pobre le dejaron las pelotas azules! ¡No coronó! A la lista de los fracasos.
—¿Podrías sólo dejar de mencionar las listas? ¡Me gusta, y la súper cagué! Ella no es el fracaso, lo soy yo.
—Y es que si no le rompías el útero, te iban a romper el corazón. ¡Se te dijo!
—¿Y si te callas de una puta vez?
—Sonic, escucha...— Rouge llamó la atención para detener esa discusión entre mi hermano y yo.— Es prima de amigos de toda la vida, es aún mucho más chica que nosotros, le falta vivir, ¿tú no crees que le haga ilusión salir con alguien como ustedes? Mayores, que han vivido, que no son tan de casa, que les gusta la vivir, y que son magníficos en la escuela y en todo lo que se propongan? Es toda una aventura, pero obviamente quiere llevar las cosas lento porque se está introduciendo a su mundo, uno que apenas conoce de poco gracias a los mismos que la están llevando indirectamente hacia ustedes. Así como sucedió con...— la interrumpí.
—No la menciones, Rouge.
—Como sea. Justamente eso está pasando con Robotnik. Tienes que ir lento si quieres que sea tu nueva "indicada", y no sólo irte como con todas esas pobres aventuras tuyas. Persiste, Dash. No te rindas, que tú no eres así.
Bueno, esa mujer tenía la boca llena de razón. Y yo sí soy un imbécil que se estaba rindiendo sólo al primer fallo. Si ella iba a ser la próxima, ¿por qué iba a dejar que me costara más de lo debido? Tenía que seguir luchando, porque mientras más pasara, más difícil se iba a poner. Y no lo iba a permitir.
—Tienes toda la puta boca llena de razón, ¡y te amo por eso!
—Qué homosexual, mejor vamos por putas— musitó Scourge, contestando varios mensajes por el celular.
—Igual... Tengo que quitarme estas pelotas azules que ya no aguanto...—. Saqué mi celular y busqué un número en favoritos. No hubo respuesta, pero un mensaje no tardó en aparecer luego.
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BBB🐱🔥
¿Podrías evitar llamarme a estas horas de la noche? (00:18)
Supongo sabes que estoy en mi casa y mi novio puede escuchar (00:19)
Idiota (00:19)
[Esta es la Dash-señal] (00:19)
[No todos son dignos] (00:19)
[Y tú eres la elegida😏] (00:20)
[Invéntate algo y voy por ti] (00:20)
[Un quickie, anda🫣] (00:21)
BBB🐱🔥
No (00:23)
Te odio (00:23)
Idiota (00:23)
Sólo 20 minutos, y si no llegas en 5, olvídate (00:34)
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