26 - Under The Mistletoe
V O T E // V O T E // V O T E // V O T E
Aun cuando la nieve se había aclarado, la temporada de fiesta todavía seguía con nosotros. Me pare cerca de la ventana con mi madre todavía en el sofá. Matilda estaba en la cocina haciendo unos tés pero sabía que estaba evitando a mi madre y el sermón que estaba a punto de darnos. No había esperado a que mi madre viniera a mi puerta, con una bolsa de regalos. El año pasado ella acordó que no vendría para Navidad, pensé que ese acuerdo seguía en pie para esta navidad también. Mucho paso desde que deje mi casa, cosas que no le había dicho.
"Mamá," – comencé a decirle, mientras giraba su cabeza. "Puedo explicar todo, tienes que escucharme y no enojarte."
Nunca fui el tipo de hija que le mentía a su madre. Nuestra relación era simple, nos llamamos casa semana o hablábamos de nuestra vida. Usualmente hablábamos sobre mi trabajo, mi nuevo departamento y eso era. Nunca le hable de mi vida en la cuidad mucho, sobre mi poderes, sobre el viaje en el tiempo, sobre Barry o sobre como Matilda no estaba muerta ahora. Mantenía esas cosas para mí, porque sabía que no quería que mi madre llevara la carga de cosas que no entendía. Eso me hacia una hija decente, ¿cierto?
"¿Enojarme?" – estaba diciendo ella con una voz alta y clara. "Tu mejor amiga esta para en la cocina, alguien quien murió. ¿Acaso fingieron su muerte? ¿Estaba involucrada con drogas? ¿Es por eso que dejaste la casa, Margo?"
Un millón de preguntas vinieron a mí, demandado respuestas. Mire hacia Matilda, su cabeza estaba concentrada en las tazas de té. Quería pedir por ayuda, tratar y encontrar una forma de decir sin tener que contarle todos mis secretos. "Es complicado, mamá". Suspire, una mano paso sobre mi cabello.
"Margo Cassidy Philips" – dijo mi madre. "Me vas a decir que es lo que está pasando ahora, jovencita."
Deje salir un sonido algo, ahora estaba usando mi nombre completo. Ese truco funcionaba conmigo, y ahora ya no era una tímida adolescente. "Soy una metahumana" – grite en mi apartamento, mis manos volaron a mis lados. Mire a mi adre hundirse en su asiento, sus ojos miraron a su única hija. Podía imaginar lo que pasaba por su mente en este momento.
"¿Eres una de esas...esas cosas con poderes?" – dijo ella, con un tono de terror y quizás de asco saliendo de su boca. Las noticas de los metahumanos no solo habían llegado a Central City, sino al mundo entero.
Mantuvo mi ira en línea, intentando no sentirme ofendida por sus palabras. "Sí, soy una metahumana. Me vuelvo invisible."
Mi madre me miro, su boca estaba abierta. "¿Invisible?"
"Si," – asentí.
Mi madre giro su espalda viendo a Matilda por un rápido segundo y luego sus ojos marrones cayeron de nuevo en mí. "No eras así cuando estabas en casa," – murmuro ella. "¿Cómo paso esto?"
Quería mentirle y decirle que paso por error, que paso la noche que el acelerador de partículas tuvo una falla. La misma noche en la que Barry Allen se convirtió en algo imposible, la noche donde muchas personas de Central City se convirtieron en algo diferente. Pero, no podía mentir, no cuando ella estaba parada frente a mí, rogándome por la verdad.
"Esto se pone complicado," – le advertí. "Viaje en el tiempo, por accidente con un amigo. Él no quería que pasara pero paso. Cuando fuimos al pasado, quedamos atrapados en la noche en la que el acelerador fallo. Estuve en la explosión, siendo expuesta. Cambiamos esa noche. Cuando regrese a casa, a nuestro tiempo, yo...era diferente."
El rostro de mi madre no se podía leer y temía por eso. Siempre pude ver sus emociones, eran claras como el día, pero esta noche no podía leer lo que estaba sintiendo. Quizás porque no la había visto en años, quizás porque yo cambie, y ella igual. "¿Sabes que esto suena completamente ridículo, Margo?"
Asentí, parándome frente a ella. Su cabeza se movió, sus ojos estaban llenos de preguntas y tristeza. Toda mi vida ella no había nada más que sea feliz y normal. Ahora, estaba muy lejos de ser normal. "Sé que es mucho que asimilar, pero te estoy diciendo la verdad" – deje que mi mano cayera en su rodilla ligeramente, sus ojos siguieron mi movimiento. Mantuvo mi respiración calmada, mientras sentí la piel de mi mano comenzar a volverse invisible.
Un suspiro escapo de sus labios. "Oh"
Luego me aleje un paso, dándole un poco de espacio. Matilda vino de la cocina, entregándole una taza a mi madre. Ella la tomo rápidamente, tomando un sorbo de la caliente bebida. Matilda retrocedió un paso conmigo, con su propia taza en mano. "Digamos que creo esto...eso no explica como Matilda no está muerta."
Los ojos de Matilda encontraron los míos y deje salir un largo suspiro. "Viaje en el tiempo de nuevo, esta vez no fue por accidente. Esta vez íbamos a salvar a otra persona, pero el plan salió mal. En nuestro camino de regreso a nuestro tiempo algo paso... no estoy segura, pero terminamos en la noche en la que Matilda murió. No podía dejar que pasara de nuevo, entonces tome la oportunidad y la salve."
Mi madre se quedó callada.
"Pero al hacer eso, cambiamos el tiempo. Yo tome una vida del pasado y para restaurar el balance en nuestro tiempo. Roy Harper murió," – le explique. "Sé que crees que Roy murió en casa pero la versión corta, es que fingió su muerte y vino a Central City, vivió conmigo por un tiempo Hasta que todo cambio, de nuevo."
Un silencio se filtró entre nosotras, hasta el punto en el que pensé que mi madre no volvería a hablar nunca. Sus ojos volaron hacia Matilda. "Entonces, ¿falleciste de verdad?"
"Sí." – respondió Matilda calladamente.
"Y ahora estas viva," – continuo ella. "Estoy asumiendo que como yo no sabía, tus padres tampoco lo saben aún."
Matilda negó, sus manos se apretaron alrededor de la taza. "No, no les he dicho. Volver a la vida no es una carga que quiero que ellos lleven. Los detalles son extremamente raros y ellos ya me perdieron una vez y no sabría cómo decirles."
Mi madre asintió rápidamente, quizás aceptando el miedo de Matilda. Por meses sabía que ella estaba luchando consigo misma con el tema de sus padres. No era algo que simplemente le dices a alguien que amas, alguien que lloro por tu y de alguna forma siguió adelante.
"Cuando no me contabas sobre tu vida, yo simplemente asumí que era porque no pasaba mucho...no que era una vida extraordinaria" – dijo mi madre calladamente, mi rostro se giró hacia el árbol de navidad decorado cerca de la ventana. Lagrimas nublaron mi visión, mientras un nudo de emociones se creaba en mi garganta.
Me sentí a su lado, tomando su mano en la mía. "Lo siento," – susurre, mirando su rostro. Tenía sus mismos ojos oscuros, llenos de bondad y maravilla. "Lo mantuve en secreto porque es mucho que procesar, no es algo que simplemente le puede decir a tu madre por el teléfono."
Mi madre dejó salir una sonrisa, limpiando los bordes de sus ojos. "Supongo que no."
Me acerque hacia ella. "Sé que solo quieres que sea feliz. Quiero que sepas, que realmente lo soy. Ha pasado mucho tiempo, pero lentamente me he convertido en alguien de quien estoy orgullosa. Tengo amigos maravillosos que me apoyan, un trabajo decente que me permite ayudar a otros...cosas están bien, mayormente." – le dije.
"¿Mayormente?" – pregunto ella.
Levante los hombros. "Cuando eres una meta humana, el peligro tiende a encontrarte." – respondió, viendo como una alarma se activaba en sus rostro. "No mucho peligro, claro."
No podía decirle que era parte del equipo que ayudaba a la cuidad. No podía decirle sobre The Flash o Zoom o sobre Earth Two. No quería que se preocupara más, ya tenía suficiente con que lidiar sin tener que preocuparse por su hija quedando atrapada en un mundo distinto. Le dije lo básico, sobre mis poderes sin tener que dejar salir lo otro, sin sobre compartir la verdad. Le dije lo que necesita saber, sin arrastrarla a mi mundo. No quería ponerla en peligro, no podía hacerle eso a la mujer que me crio.
Me di la vuelta para fijar la hora en el reloj, era tarde. Sabía que el vuelo desde casa habría tomado unas horas, seguramente mi madre estaría cansada y necesitaba un poco de descanso. "¿Porque no duermes un poco, mamá? Mañana es víspera de navidad." – le di una mirada a Matilda, mi pregunta estaba en sus ojos.
"¿Qué pasa?" – pregunto mi madre. "¿Ya tienen planes?"
Mis ojos se movieron hacia mi madre. No importaba la edad que tuviera, ella siempre era. "Si en realidad. Pero puedes venir con nosotros" – habíamos hecho planes para pasar la noche en la casa West con todos, algo así como el año pasado pero con nuevos rostros.
"No quiero ser una intrusa," – comenzó mi madre. "Hubiera llamado antes pero Cain pensé que sería un linda sorpresa y ahora que él se ha ido a ver a su hermano en Opal City, me puedo quedar..."
Mis manos tomaron la de ella. "No seas ridícula, mamá. Los West estarán más que felices de conocerte. Llamare a Iris ahora y le dejare saber que necesita poner un plato más." – no podía dejar sola a mi madre por las fiestas, no si Cain, mi padrastro ya tenía planes. Estar sola en navidad no era una opción para ella,
Mi madre me dio una pequeña sonrisa, "Está bien."
***
Sentía un nerviosismo en mi estómago, que había estado ahí todo el día. Sabía que era, era el hecho que iba a conocer a Henry Allen esta noche, sin nada más que eso. Mi mamá estaba emocionada por conocer a mis amigos, ver cómo era mi vida. Estaba lentamente dándose cuenta de que compartiría una noche con ella, hizo un sinfín de preguntas sobre mis poderes. Se sentía agradable poder decirle finalmente, una pequeña pieza de toda la carga en mis hombros había sido levantada.
Me vestí con jeans y una blusa, añadiendo un sombre de Santa a mi outfit. Matilda había escogido feos sweaters para las dos. Fue callado en el taxi mientras íbamos hacia la casa esa noche, mi voz estaba atrapada en mi garganta. Le dije a mi madre brevemente sobre Barry, dejando de lado sus poderes y al equipo. Había intentando lo mejor por no decir demasiado sobre nuestra relación, o la falta de ella. No parecía importarle. Matilda estaba muy callada, sus nervios se estaban calmando, aunque era mi mejor amiga, se había quedado distancia de todos los de mi mundo. Me sentía mal al lanzarla a este tipo de situación, pero al menos tenia a alguien conocido para hablar, Frankie.
"Dios santo, ¡Mírate!" – grito prácticamente Frankie, el momento que Matilda entro por la sala. "Parece que Santa vomito aquí" – le di una sonrisa a Frankie mientras e daba a Matilda un gran abrazo, susurrando algo en su oído.
Me quede cerca de mi mamá, para presentarla a todos en la habitación. Cisco la abrazo, dándole un tratamiento de realeza, Cisco Style. Caitlin y Jay sonrieron educadamente y ahora estaban hablando en la habitación cerca de la sala, muérdago en las manos de Caitlin. Iris y Joe, prácticamente la habían recibido con brazos abiertos, bromeando de cuanto nos parecíamos. Vi a Patty en el sofá con un poco de chocolate mientras Cisco le decía una historia ridícula. Las únicas dos personas que faltaban eran Henry y Barry.
"¿Entonces, donde está tu joven enamorado?" – susurro mi madre a mi lado, sus ojos escaneando la habitación. Que estaba hermosamente decorada, mucho más que el año pasado. El gran árbol de navidad estaba cerca de la ventana, y los regalos cerca de la chimenea.
"Por favor, no lo llames así de nuevo, nunca" – respondí, ligeramente, manteniendo mi voz baja mientras Iris se movió hacia nosotras, con una gran sonrisa en su rostro. Se veía hermosa con ese simple vestido azul.
"Margo, ¡Hey!" – escuche una voz familiar detrás mío, el tono era agradable y alegre. Me di la vuelta, viendo a Barry viniendo hacia nosotras, sonriendo como un idiota. Los nervios comenzaron subir cuando mis ojos aterrizaron en su rostro.
Se paró a mi lado, su mano automáticamente toco mi cintura ligeramente. "Usted debe ser Joanna, es un placer conocerla" – dijo Barry, estrechando su mano formalmente con la de mi madre y mi madre no dudo en recibir el gesto.
"Lo mismo, Barry" – respondió ella rápidamente. No menciona que en realidad nunca lo había mencionado antes o como nos conocimos. Barry giro su cabeza, volviendo toda tu atención hacia mí. Mi cabeza giro rápidamente, viendo al hombre parado al lado de Barry.
Henry Allen.
"Papá, esta es Joanna Philips," – comenzó a decir Barry. Mi madre le dio una dulce sonrisa y lo saludo igualmente. La atención de Barry finalmente regreso hacia mí, sus ojos brillaban en la baja luz. Henry dio un paso hacia adelante, muy firme ante mí.
"Y tu debes ser Margo," – dijo Henry. "Es adorable conocer finalmente a mujer de la que mi hijo no puede dejar de hablar" – mi corazón se aceleró en mi pecho, al escuchar esas palabras. Mis ojos fueron hacia el rostro de Barry quien simplemente levanto los hombros, sosteniendo aún mi cintura.
Una sonrisa se formó en mi rostro. "Espero que solo le haya estado diciendo las cosas buenas."
Eso hizo que todos se rieran, incluso mi madre. "No sé si hayan cosas malas para compartir" – respondió Barry a mi lado y casi me puse roja al ver el rostro de mi madre. La conocía muy bien, sabía que en su mente esas palabras estaban girando una y otra vez.
Siendo mi madre me conocía como nadie, quería darle un codazo a Barry por ese pequeño comentario pero el timbre sonó.
Vi a Joe acercarse a la puerta, una pregunta estaba en sus labios. Henry y mi madre estaban hablando de algo. Yo me pare cerca de la chimenea, muy lejos de la conversación. Pero un joven estaba parado en la puerta, incómodo y tieso.
La atención de Barry se giró hacia el nuevo rostro en la habitación, mientras el chico entraba. Joe se unió a él, pasos detrás.
Le escuche decir unas palabras mientras le daba un vistazo a Iris. "Soy Wally West."
B.O.O.M. DROP MIC!
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All The Love E. xoxo
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