Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1/2

HOLAAAAA KSJFKDKD.

No voy a ahondar mucho aquí, solo les quiero decir que este fic es largo, y que tiene drama, pero no tanto. Es soft as always y taekook obviously.

Siendo dejé muchos temas sin resolver, y es porque no quería hacerlo más largo todavía JAJAJJAA, y me di cuenta que en realidad ese intento de oneshot daría más para un fic largo por todo lo que conlleva, pero ñeh.

Espero que les guste, aquí JungKookie tiene el cabello negro y Tae café. Casi siempre les pongo los mismos porque me gustan así JAJAJAJAJA. OBVIAMENTE AMO TODOS SUS ESTILOS, PERO ESTOS ME RE PUEDEN. En especial a Tae con rulitos, me pone muy soft 🤧💓💕

Espero que disfruten mucho este fic que hice con mucho cariño y sueño porque todos estos días me he estado durmiendo tarde por querer terminarlo JAJAJAJAJAJA.

Las clases me tienen algo abrumada, pero esto me alivió en cierto modo. Es una idea que tengo desde hace siglos, pero recién la exteriorizo jajsjjdkddk.

Cuando terminen de leer absolutamente todo, no se olviden dejarme una opinión general de toda la historia y un votito si fue de su agrado 🥺💕🌸

No los molesto más, que disfruten su lectura. 🎀

Y nunca olviden que taekook novios ahre.
~~~

Cuando JungKook decidió que viviría con su hermana, lejos de sus padres, tuvo que meditarlo una y otra vez y pensar una infinidad de veces en si aquello sería una buena idea. Él no deseaba molestar a su hermana de ninguna manera, ni tampoco quería arrebatarle su espacio personal con su repentina presencia; y a pesar de haber sido su propia hermana la que le ofreció vivir con ella, el sentimiento de inseguridad no parecía querer irse con facilidad. JungKook estaba muy sensible últimamente.

Jeon Somi, su hermana mayor de 18 años, se había independizado hace un año. El muchacho todavía recordaba el día en que su hermana sintió cansarse del mal trato que sus padres le daban; no lo veía justo, y en parte tenía razón. La joven se fue y debido a sus excelentes notas y su inteligencia, consiguió rápidamente entrar a un instituto de incluso mejor nivel en el que estaba. JungKook la admiraba mucho.

Los padres de los jóvenes realmente no tenían una relación muy agradable que se diga. Discutían todos los días, y a veces el desacuerdo era tanto que terminaban metiendo a sus hijos en la colada, siendo que tanto JungKook como Somi trataban todo lo posible de quedarse al margen de todo. Somi no pudo más, y con ayuda de su mejor amiga, pudo conseguir un departamento barato en la ciudad vecina, por lo que no lo pensó dos veces antes de irse definitivamente.

Somi en ese entonces tenía 17, y a pesar de que todavía no tenía la edad suficiente para vivir por su cuenta, confiaba en su madurez y en que estaría bien, mas había un pequeño problema: JungKook.

Bueno, Somi no lo consideró realmente un problema. ¿Por qué llamaría de esa manera a su hermano? Pero el hecho de que en ese entonces el joven solo tuviera 16 años y su madre se negra a soltarlo aun sin tratarlo de la forma adecuada, hizo que las cosas se volvieran un poco más complicadas, por lo que Somi se fue sola, no sin antes decirle que volvería por él apenas tuviera la oportunidad.

Y así pasó.

Jeon Somi volvió un año después dispuesta a llevarse al menor con ella y así darle una vida menos tormentosa que la que actualmente llevaba con quienes llamaban padres; el muchacho al inicio se sentía algo reacio, pero el estrés y la desesperación habían terminado por consumirlo, por lo que aceptó e hizo lo mismo que su hermana hace un año: dejar una carta pegada en la puerta de la refrigeradora explicando los motivos por los cuales necesitaba un descanso mental.

Y así estaban ahora, la joven abriendo la puerta de su departamento, mientras que el menor estaba detrás suyo con la mirada gacha y un pequeño puchero en sus labios. ¿Había sido lo correcto?

Somi lo miró de reojo y se dio prisa. Una vez la puerta estuvo abierta, jaló el equipaje de su hermano y tomó su mano para hacerlo entrar también, pues JungKook se veía un poco tímido aún.

Una vez estuvieron dentro, la muchacha no perdió el tiempo en abrazarlo muy fuerte y llorar un poquito cuando sintió que su cuello se estaba mojando apenita por las lágrimas de su hermano menor. Dios, lo había extraño muchísimo.

—¿Estás bien, Kookie? —preguntó Somi tratando de mirarlo, mas el menor parecía querer no despegarse de ella por nada del mundo.

JungKook se separó después de unos minutos más. El corazón le dolía, y a pesar de que ahora se sentía a salvo, el sentimiento negativo de todos los gritos que previamente tuvo que pasar todavía no parecía querer irse del todo.

Había sido tan maltratado.

—Estoy bien... —finalmente respondió, odiándose por no sonar totalmente sincero, aun si en realidad lo estaba. Ahora estaba con Somi, por supuesto que estaría bien.

—Perdón por demorar mucho en ir por ti. Yo... estaba esperando cumplir la mayoría de edad para ir a sacarte de ese infierno. —JungKook asintió, comprendiendo todo, pues era lo más sensato, y había funcionado.

Pues si bien JungKook seguía teniendo solo 17 años, no podía ni siquiera compararse a su yo del año pasado, aquel chico de 16 años que todavía conservaba la esperanza de que sus padres cambiaran algún día y mejoraran para bien.

—Ellos dijeron que en realidad te habías ido porque querías deshacerte de mí ya que yo era un pesado... —exclamó bajito con un leve mohín, y casi parecía estar quejándose. Somi rió por la imagen tierna y eventualmente negó rápidamente antes de contestar.

—¿Eso dijeron? No sé por qué no me sorprende. Siempre intentaban hacer que nos peleáramos, y nunca entendí el porqué.

El menor de los Jeon solo se encogió de hombros y se acercó a la joven para volverla a abrazar de lleno. Estaba tan malditamente feliz que podría agarrarse a llorar mil veces más. Jungkook ahora sentía la paz que por mucho tiempo anheló, y esperaba que esa misma paz perdurara por muchísimo tiempo más. Para toda la vida si fuera posible.

—Te extrañé mucho —habló, sincero, y sonrió en chiquito cuando el abrazo fue nuevamente correspondido. Jeon JungKook pensaba que los abrazos de su hermana eran los mejores que podía haber en el mundo, y estaba malditamente seguro de que nadie, absolutamente nadie, podría igualarlos de ninguna manera.

—Yo más, pequeño. Tengo muchísimo que contarte.

Definitivamente nadie.

💕

—¿Así que dices que en todo este tiempo lo más productivo que has hecho es enamorarte de uno de tus compañeros de clase? —JungKook rió cuando un leve golpe aterrizó en su hombro.

—¡Calla, tonto, que no estoy enamorada! —se quejó Sunmi, mas estaba sonrojada—. Y es solo un amigo... De hecho, podría considerarlo un mejor amigo, p-pero...

—Pero te gusta —completó el menor, sonriendo encantado cuando vio las mejillas de su hermana ponerse más rojas—. Quiero que me hables de él.

—¡Por supuesto que no! Eres capaz de molestarme con esa información absolutamente todos los días.

—¡Somiiiiiiiiii! Voy a hacer un berrinche aquí mismo si no me hablas del chico que te gusta.

—Aish, está bien, chillón —contestó Somi agachando la mirada—. Lo conocí literalmente el primer día que llegué a este lugar. Como di un examen virtual el cual aprobé, el mismo día que me mudé tuve que asistir, y no voy a negar que fue muy complicado. Cuando llegué al instituto, todos me miraban por ser la nueva y verme algo diferente, no sé, tal vez más... ¿común? Aunque no lo creas, allá todos tienen un estilo único para vestirse. Son como tú, a lo mejor te adaptas mejor que yo. B-Bueno, ese día yo estaba buscando mi casillero y podría jurar que me veía ridícula mirando a todos lados, y de repente... uhmmm...

—¿Tu príncipe azul apareció? —interrumpió JungKook con una leve risita. Soltó un quejido cuando su hermana se acercó a él a golpearle levemente el estómago—. Auch, era solo una broma.

—Como iba diciendo... en efecto, él llegó y me ayudó a llegar a mi salón, y lo curioso de todo es que él también resultó ser mi compañero. Desde ahí nos hicimos amigos y nos hemos llevado muy bien, y ya ha pasado casi un año desde que llegamos aquí y tal vez sea muy pronto para decirlo, pero... JungKook, él me gusta muchísimo. Es tan amable y siempre está al pendiente de mí. Q-Quiero creer que le gusto también a pesar de que nunca hablamos del tema.

JungKook sonrió tiernamente y dejó unas palmaditas en la cabeza de su hermana en un acto reconfortante.

—Eres una chica espectacular. Estoy seguro de que ese chico va a caer a tus pies si es que no lo ha hecho ya. Confía en tus encantos, hermana.

Somi sonrió bonito y agachó la mirada, esperando que su hermano tuviera razón.

—¿Y cómo se llama el afortunado que robó tu corazón? —preguntó JungKook con voz sugerente. La muchacha estuvo a punto de soltarlo, pero al ver al menor desbloquear de forma disimulada su celular, hizo que alzara las cejas y negara rápidamente.

—No te lo diré, mejor te lo presentaré en otro momento. Estoy segura de que si te digo su nombre, ahora mismo lo buscarías por redes sociales y tratarías de dar con él a como dé lugar.

—¡Pero Somi!

—¡No me harás cambiar de opinión!

JungKook hizo un puchero.

Se quedaron en silencio por unos minutos antes de que el menor de ambos se acercara a su hermana para nuevamente abrazarla. Estaba muy agradecido por ella, y JungKook, con el conocimiento en su mente de que su hermana era la mejor persona del mundo, al menos para él, deseaba profundamente que aquel joven del que ella estaba enamorada, lo estuviera también, pues Jeon Somi se merecía la mayor felicidad del mundo y se merecía a alguien que la amara profundamente de manera romántica.

Sintió emocionarse y una idea vino a su mente.

A lo mejor podría ayudarla. Es decir, él no era muy sociable, pero podía intentarlo. Una vez que su hermana le hubiera presentado al chico que le gustaba, podía intentar hacerse su amigo y hablarle cosas lindas de Somi. Debía funcionar.

Claro que primero tendría que averiguar si el chico no se encontraba enamorado ya.

—¿En qué estás pensando, Jeon JungKook? —cuestionó su hermana mirándolo de reojo—. Esa sonrisita que ahora tienes no significa nada bueno, te lo puedo asegurar.

—No es nada, lo juro.

—¿Por qué me cuesta creerte?

—Porque sabes que estoy mintiendo.

—¡JungKook!

El nombrado rió y se recostó en su cama para ponerse a pensar en varias cosas.

A partir de mañana, comenzaría una nueva vida. Tendría un nuevo instituto y buscaría un trabajo con el que ganaría dinero para ayudar a su hermana con los gastos. Probablemente no haría amigos hasta dos semanas después, mas no era algo que realmente le preocupara. Cuando vivía con sus padres, estos no le dejaban salir a ningún lado, por lo que nunca tuvo la necesidad de hablar con alguien, y sumado a que JungKook era un poco callado, normalmente solía ser incluso molestado por los demás. Sí, su antiguo instituto tampoco le dejó buenos recuerdos.

Somi lo vio perderse en su mundo así de repente, por lo que se acercó a él dejando una leve caricia en su mejilla.

—¿Y tú qué tal? ¿Algún novio del que tenga que saber? Recuerda que soy tu hermana mayor y tengo que protegerte.

JungKook rió, y negó varias veces mientras bufaba poquito.

—Había ocasiones en las que papá y mamá llegaban tarde del trabajo, por lo que podía salir por al menos una hora. Y-Yo... hmmm... salí con varios chicos, pero nunca tuve nada serio con nadie. Y-Yo... solo siento que tener una relación no es algo para mí. N-Nadie me tomaría en serio.

—¿Por qué no? Eres precioso, tienes un cuerpo de puta madre, y más importante que todo eso, posees un corazón muy lindo y noble, Kookie. ¿Por qué alguien decidiría no tomarte en serio?

JungKook sintió sus ojitos ponerse algo aguados y sencillamente negó.

"Gay, eres gay, JungKook. ¿En serio crees que alguien toma en cuenta a los gays? ¡Por favor! Solo te usarán para tener sexo y luego se van a olvidar de ti. Es la cruda realidad de ser un enfermo."

"Creí que con tu llegada mi matrimonio se iba a arreglar, JungKook, pero solo has sabido darme decepciones."

—¿JungKook? —habló nuevamente Somi al ver al más pequeño quedarse callado. No sabía qué era lo que pasaba por su mente, pero no debía ser algo bueno si de repente parecía estar a punto de llorar—. ¿Estás bien?

—Estoy bien, Noona —contestó JungKook con una leve sonrisa—. Solo me quedé pensando en lo mucho que mi vida cambiará a partir de mañana.

Su hermana mayor lo volvió abrazar y dejó un besito en su sien.

—Todo estará bien, ¿sí, Kookie? Noona te cuidará de todo mal.

Y JungKook nuevamente podía confirmar que tenía a la mejor hermana del mundo. Y se juraba a sí mismo que jamás de los jamases le haría ningún tipo de daño.

Jamás.

🌸

JungKook veía el gigante lugar frente y los nervios comenzaron a embargarlo en demasía. ¿Y si no se adaptaba? ¿Y si lo molestaban otra vez? ¿Y si molestaban a Somi por su culpa? ¿Y si...? ¿Y si...?

—Hey, hey, hey —llamó la mayor tomando su rostro para obligarlo a mirarla—. Puedo ver tus neuronas quemarse de tanto pensar. Todo estará bien, ¿sí? Todos aquí son muy amables y vas a hacer muchos amigos.

—E-Está bien, Noona.

Caminaron por el pasillo principal y si bien recibieron miradas curiosas, JungKook no se sintió precisamente intimidado.

—Tengo que irme por este camino, pero los casilleros de los hombres están cerca de aquí, solo tienes que ir por el pasillo de allá y luego voltear a la izquierda. El número y la contraseña ayer te la enviaron por correo, ¿recuerdas? En serio lamento no poder acompañarte a tu salón, pero es que tengo que estar 15 minutos antes en el mío porque tenemos una exposición grupal hoy y quedé con mi grupo ir más temprano para pulir los últimos detalles. ¡Pero podemos quedar hoy en el receso! ¿Qué opinas?

JungKook rió al escucharla hablar así de rápido—. Ve, Noona, se te hace tarde. No te preocupes por mí, encontraré mi salón y te escribiré.

—Te quiero, Kookie. Escríbeme por favor. —Y dicho esto, Somi se fue por otro camino, dejando al menor en soledad. JungKook suspiró. Era verdad que le había asegurado a la joven que estaría bien, pero no tenía ni puñetera idea de dónde quedaba su salón, y le daba vergüenza preguntar a alguien random, sumado a que los maestros tampoco estaban cerca.

Esperaba poder llegar a tiempo a sus clases, o al menos, no tan tarde.

Se dirigó al pasillo al que su hermana previamente le señaló, dejaría unas cuantas cosas en su casillero, y se encaminaría a buscar su salón a como dé lugar.

💓

Kim TaeHyung caminaba a toda prisa por los extensos pasillos del instituto. Se suponía que tenía que estar 15 minutos antes en su salón, pero su alarma no sonó, consiguiendo que se levantara muy tarde. Ahora ya solo faltaban 5 minutos para que el timbre sonara.

Mierda.

Se dirigió rápidamente a su casillero en busca del libro de la primera clase que lo había dejado ahí el día anterior, y en su mente, correría con todas sus fuerzas y llegaría al salón a tiempo. Esperaba que todo le saliera bien.

Dobló la esquina del pasillo y todos sus veloces pasos fueron bajando de intensidad hasta quedarse totalmente quieto, pues hubo dos cosas que lo descolocaron de sobremanera en menos de un maldito segundo.

Uno, un chico realmente lindo estaba en medio del pasillo.

Dos, un chico realmente lindo estaba en medio del pasillo intentando con todas sus fuerzas abrir su casillero personal.

Pero-

TaeHyung se habría sentido intimidado y hasta enojado si no fuera porque la expresión del chico de cabellera negra era demasiado adorable. Hacía pucheros, golpeaba el suelo y se pasaba la mano por el cabello, dando a entender su frustración.

Y Dios... Era tan malditamente lindo que TaeHyung relamió sus labios y alzó las cejas pensando en que si llegar tarde a clases lo iba a premiar con la aparición de un chico así de precioso, llegaría tarde absolutamente todos los días.

Suspiró, y soltó una risita cuando le pareció escuchar un gruñido cercano. Y sin pensarlo más, comenzó nuevamente a caminar.

JungKook estaba frustrado.

Era la séptima vez que intentaba abrir el candado de su casillero y nada parecía funcionar. Lo había intentado de todo e incluso probó con usar la fuerza, cosa que tampoco funcionó al parecer, pues el bendito casillero seguía igual de impasible.

Quiso soltar un gritito, pero unos pasos acercándose llamó su atención y ahora se sentía avergonzado de que alguien más se percatara de su torpeza. Agachó la mirada tratando de pasar desapercibido, pero un carraspeo de garganta se escuchó, y con mucho pesar, supo que se estaban dirigiendo a él.

Suspiró, avergonzado, y alzó la mirada lentamente, casi esperando que la otra persona se aburriera de verlo ahí parado. Una vez que su cabeza se giró hacia su lado derecho, JungKook sintió que dejó de respirar.

A su lado, estaba el muchacho más atractivo que había visto en su puta vida. Tenía una cabellera castaña con ciertos rulitos, un rostro fuera de lo común y una sonrisa que lo dejó sin aire por unos segundos, siendo también un poco más alto que él únicamente por uno o dos centímetros.

JungKook sabía que la perfección no existía, pero la belleza de ese chico definitivamente se acercaba a ese término.

—¿Puedo ayudarte en algo? —Y Diossss, esa voz, JungKook juraba que podría casarse con esa voz por lo bien que sonó, aun si solo formuló 4 palabras. Era tan gruesa y profunda que tuvo que reprimir el impulso de lamerse los labios y acercarse más—. ¿Hola? ¿Hay alguien por ahí?

Sacudió la cabeza y carraspeó—. Hmm... Yo... intentaba abrir mi casillero, pero por alguna razón la contraseña no funciona.

El otro joven alzó las cejas intentando parecer sorprendido, y JungKook frunció el ceño al no entender por qué se veía divertido por alguna razón.

—¿No? Qué raro. ¿Por qué podría ser?

—N-No sé...

—Oh... —habló el chico castaño—. A lo mejor podría ser porque en realidad es mi casillero.

Okay, hubo un silencio incómodo.

JungKook abrió la boca, incapaz de decir algo, y revisó rápidamente su celular con el fin de revisar el correo que recibió anoche. Era imposible, los datos estaban correctos.

—Mientes —afirmó, ganando una mirada sorprendida en respuesta.

—¿Por qué crees que mentiría?

—S-Si es tu casillero, ábrelo y compruébalo.

TaeHyung no pudo evitar reír. Se dio cuenta que aquel muchachito era de los típicos que no toleraban equivocarse y buscaban tener la razón en todo. Alguien de duro carácter... Le gustaba eso.

Con una risita que simuló un bufido, se acercó a su casillero y tomó el candado para después comenzar a teclear la contraseña correcta. No obstante, frunció el ceño con confusión al notar que su casillero no abrió.

—Qué raro... —susurró y volvió a hacerlo una vez más, obteniendo nuevamente una respuesta negativa.

JungKook parpadeó confundido. El castaño ahora se veía consternado y no comprendía el porqué. Tampoco entendía por qué no podía abrir su propio casillero si decía ser suyo.

—Chico —habló el otro, y JungKook sintió paralizarse—. ¿Cuántas veces intentaste abrirlo?

Hmmm... ¿Estaría bien decir que ya lo había intentado 7 veces?

—¿P-Por qué? —dijo en su lugar.

El más alto bufó—. Porque estos candados están configurados para bloquearse después de tres intentos fallidos. Tuviste que haber sobrepasado la cuenta.

Oh...

JungKook agachó la mirada no sabiendo qué hacer. El chico lindo ahora estaría molesto con él y con mucha razón. Había bloqueado su casillero sin querer.

TaeHyung vio al otro cohibirse y se obligó a controlarse. No podía notarse molesto con alguien a quien recién conocía y que además era nuevo.

—Hey...—habló en voz más baja—. Está bien, ¿sí? Se nota que es tu primer día aquí y no sabías, así que no hay problema. Yo mismo iré después a secretaría a arreglar el inconveniente, ¿okay? Hmm... ¿podrías mostrarme el correo que debiste haber recibido por ser nuevo? Siento que te has confundido con algo y por eso llegaste al casillero equivocado.

JungKook asintió y le extendió su teléfono, notando con vergüenza cómo el otro lo tomó y comenzó a leer el correo recibido. JungKook estaba cegado con tanta belleza que ni siquiera notó que prácticamente le estaba dando su dirección de casillero y contraseña incluida. Rogó internamente que el chico no fuera una mala persona.

—¡Ahí está el error! Te equivocaste e intercambiaste el orden. ¿Ves esto de aquí? Este es el número de casillero y esta es la contraseña... no al revés.

¿Eh?

JungKook le arranchó sin querer su celular y se dispuso a revisar los datos una vez más, notando en donde se había confundido. No pudo evitar sentir mucha vergüenza.

—¿Por qué me pondrían de contraseña el número de otro casillero? No tiene sentido —expresó con enojo, haciendo al otro reír poquito.

—Bueno, ¿qué puedo decirte de este colegio carente de originalidad?

El pelinegro, sintiéndose un poquito humillado, hizo una leve reverencia hacia el otro.

—Lo siento por lo de tu casillero. Yo... en verdad no sabía.

TaeHyung se relamió los labios y sonrió ladino.

—Tranquilo, bonito. Todos cometemos errores.

¿Lo había llamado bonito?

JungKook soltó una risita. Le había gustado eso.

—Bueno, yo... tengo que irme entonces a buscar mi casillero.

—Si gustas puedo ayudarte a buscarlo. Si no tienes problema alguno, claro —se ofreció TaeHyung, y JungKook, al ver los ojos brillantes del otro, ese repentino interés, y su forma de hablar, supo que ese muchacho le estaba coqueteando, o al menos lo intentaba.

—No veo por qué no.

¿Y por qué JungKook iba a negarse a los coqueteos de un chico así de hermoso? Sería tonto si decidiera hacerlo.

—Bien —mencionó TaeHyung tomando nuevamente el teléfono ajeno y revisando nuevamente el número correspondiente—. Tu casillero es el 150. Afortunadamente no está muy lejos de aquí, y me parece muy bien.

—¿Por qué? —preguntó JungKook parpadeando. Se sonrojó poquito cuando el castaño le guiñó un ojo.

—Significa que te veré muy seguido por aquí.

Jeon, consternado, agachó la mirada sin saber qué decir. Bueno, él era tímido, y mucho, pero cuando salía con chicos siempre era de devolver el halago o el coqueteo porque era algo que le encantaba hacer; sin embargo, este chico por alguna razón se veía tan intimidante mas no en un mal sentido. Se sintió confundido, porque las palabras no parecían querer salir de su boca. ¿En serio se sentía nervioso?

Por lo que, únicamente sonrió y desvió su mirada hacia otra parte.

—¿Y eso es bueno?

TaeHyung rió.

—Para mí lo es. ¿Tú qué opinas?

El pelinegro volvió a mirarlo, esta vez un poco más confiado, y pudo notar que el otro joven se arrimó a la pared y cruzó sus brazos para después mirarlo como si realmente esperara una respuesta.

Y JungKook, fascinado con ese interés, se arrimó también y dio un paso más al frente, quedando más cerca del más alto. Quiso soltar una risita cuando lo escuchó suspirar gustoso.

—Opino que eres un descarado.

TaeHyung alzó una ceja y negó, divertido. Se lamió los labios y le dedicó otra mirada llena de fingido desconcierto.

—¿Yo soy el descarado? ¿Quién fue la persona que estaba intentando abrir mi casillero?

El castaño notó cómo ahora el muchacho en frente suyo dejó automáticamente de sonreír y se sonrojó levemente para eventualmente dar un paso para atrás, totalmente avergonzado. La dualidad que poseía se le hizo demasiado atractiva, y Kim TaeHyung se decidió en ese momento que tenía que conocer más a ese chico sí o sí.

Nunca en su vida había visto a alguien así, y TaeHyung lamentablemente —o no— era un chico muy romántico que creía en el destino y ese tipo de cosas.

—Hey —volvió a hablar—, ya te dije que está bien. Deja de preocuparte por eso.

—Prometo recompensarte de alguna manera. L-Lo prometo —balbuceó JungKook mirando nuevamente hacia abajo. Sintió un escalofrío cuando notó una mano tocar su mentón y alzarlo para que su vista se topara nuevamente con la ajena.

—Creo saber con qué puedes recompensarme, bonito.

Y bueno, el ambiente se arruinó por completo para JungKook.

Si bien las palabras del contrario no fueron sugerentes ni nada parecido, una ola de inseguridad se instaló en él en menos de un segundo. El corazón le comenzó a latir fuerte y su cabeza amenazaba con ponerse a pensar de más como lo venía haciendo desde hace más de un año.

"Sexo, JungKook, solo te van a querer para sexo."

"Deja de perder el tiempo buscando algo serio. Los cuentos de hadas no existen para los enfermos como tú."

Aun así, JungKook se obligó a sonreír.

—¿Ah sí? ¿Cómo qué? —JungKook ya tenía dicho en su mente que si aquel chico guapo le pedía algo como eso, no lo vería nunca más en su vida.

Pero el castaño sólo sonrió también y dejó una pequeña caricia en su barbilla antes de alejarse y dar unos dos pasos atrás.

—Quiero saber tu nombre.

El pelinegro frunció el ceño un poquito y luego parpadeó. Debía admitir que aquello no lo vio venir para nada.

—¿Mi nombre?

—Sí, tu nombre.

—¿Solo eso? —Okay, tampoco es como que JungKook esperara alguna propuesta indecente, pero no podía negar que estaba sorprendido.

—Bueno, puede que cuando ya tengamos más confianza te invite a comer algo a la cafetería, sí tú quieres, claro. Pero por lo pronto, me gustaría saber el nombre del muchacho más lindo que he visto en mis cortos 18 años de vida —exclamó TaeHyung sin chistar.

JungKook abrió la boca y volvió a cerrarla rápidamente. El chico sólo quería saber su nombre...

Sintió sus malos pensamientos irse y esta vez rió con ganas mientras negaba. Nunca había conocido a alguien así de peculiar.

—Tú... en serio eres un coqueto. ¿A cuántas personas más les hablas así?

El castaño puchereó y el menor sintió deleitarse con esa imagen—. ¿Por quién me tomas? La última vez que alguien me llamó la atención fue hace 5 años.

—Bueno, no te conozco aún. ¿Quién me asegura que estás siendo sincero?

Los ojos de TaeHyung brillaron.

—Oh, pero eso puede solucionarse justo ahora. Dime tu nombre. Si gustas puedo hacerlo yo primero, me llamo Kim-

—¡No lo digas! —interrumpió JungKook, ganando una mirada confundida. Con algo de vergüenza, se acercó al contrario y fingió limpiar algo de la camiseta ajena, posando su mirada en ese algo inexistente para no tener que enfocarse en sus ojos—. ¿Qué te parece que si... llegamos a toparnos por segunda vez, te diré mi nombre? Y no solo eso... puede ser que sea yo quien te invite algo.

Okay, eso sonó mejor en su cabeza.

Pero TaeHyung se había encantado con eso, y asintió rápidamente para después sonreír amplio. ¿Quién era este chico tan inefable?

—Pues que te quede claro que no pararé hasta encontrarte otra vez. —JungKook alzó las cejas y sonrió bonito.

—¿Acaso ahora debo preocuparme de un acosador?

—No, pero creo en el destino.

Jeon también lo hacía, y vaya que sí. Pero si problema consistía en que pensaba que a lo mejor el destino estaba enojado con él, pues su vida hasta ahora había pasado de cagada en cagada.

—Okay, chico coqueto que cree en el destino, ¿tendría la amabilidad de acompañarme hasta mi casillero?

TaeHyung rió y asintió para después comenzar a caminar a pasos lentos.

—Al toque, mi rey.

Ambos rieron, y en un instante los dos se encontraban caminando en medio del pasillo al mismo tiempo que soltaban un par de risitas tímidas. El proceso no demoró mucho, pues, como TaeHyung mencionó, el casillero de JungKook estaba cerca de ahí, por lo que no demoraron ni 3 minutos en llegar. JungKook probó esta vez colocar la contraseña que marcaba el correo de su celular, y sonrió ampliamente cuando funcionó. Colocó sus pertenencias ahí y lo cerró rápidamente para después enfocarse en el otro muchacho que solo lo veía con una sonrisa boba.

—¡Funcionó! —celebró—. En serio, muchísimas gracias por tu ayuda. Realmente me salvaste de un gran aprieto.

—¿Eso quiere decir que soy un ángel para ti?

JungKook sonrió y asintió apenas. Prendió su celular y boqueó varias veces luciendo ahora preocupado.

—Dios, no, son las 7:10. Llegaré tarde a mi salón y ni siquiera sé dónde es.

TaeHyung estuvo a punto de ofrecerse a llevarlo también, mas un dato en específico llamó muchísimo su atención.

Dejó de sonreír.

—Hmmm... Disculpa, ¿podrías repetirme la hora que dijiste?

—¿Uhm? Son las 7:10, bueno, ahora 7:11.

—¡Mierda! —exclamó sin poder evitarlo.

—¿Pasa algo?

¿Que si pasaba algo? ¡Por supuesto que pasaba algo! ¡Él tenía que estar en el paralelo a las 6:45, no a las 7:15! Su grupo iba a matarlo y aún más cuando se enteren de que llegó tarde por haberse quedado hablando con un chico.

Bueno, no era sólo un chico, era El chico, pero ellos no iban a comprenderlo.

Sintió desesperarse y las ganas de irse realmente lo embargaron, mas su mente también tenía el pensamiento de que el chico lindo necesitaba ayuda. ¡Estaba perdido! ¡No podía dejarlo así como así!

—¿Te ocurre algo? —preguntó JungKook al ver al más alto quedarse pensando en quién sabe qué. De repente, algo de remordimiento lo asaltó—. ¿Tenías que estar temprano en tu salón? Yo... en serio lo siento, no te haré perder más tiem-

—¡No! —exclamó el castaño—. No digas eso. Hmm... ¿Qué materia tienes ahorita?

—Química, y según tengo entendido, necesito ir a un laboratorio porque las clases se dan ahí.

TaeHyung sonrió—. Perfecto, está cerca.

—¿De verdad?

El más alto se acercó a él para colocarse a su lado y señaló detrás de él.

—Ve recto hacia el final y de ahí gira a la derecha. El laboratorio de química es justo el que está al fondo. Yo... me gustaría en serio acompañarte, pero necesito ir a mi salón. Lo siento.

JungKook negó rápidamente.

—No, no te disculpes. Yo soy el que debería hacerlo. Primero terminé bloqueando tu casillero y ahora te haré llegar tarde a clases. Soy un caso perdido, es verdad, pero no tenía que arrastrarse a eso.

—No te preocupes por nada, bonito. Voy a solucionar todo, lo prometo. Ve tú también, cuidado te regañan.

—Está bien.

Bueno, silencio incómodo.

O así era hasta que TaeHyung dio un paso hacia JungKook y le otorgó un repentino beso en la mejilla.

—Te veré en otro momento, te lo puedo asegurar. Alguien como tú no se olvida fácilmente.

JungKook sintió cosquillas y sonrió divertido. Asintió con algo de timidez y lamió sus labios antes de acercarse él también a dejar un beso en la mejilla contraria.

—Nos vemos luego, guapo.

Y TaeHyung le guiñó un ojo antes de darse la vuelta y comenzar a caminar con velocidad hacia su salón, esperando que sus compañeros no estuvieran molestos con él... al menos no tanto.

JungKook, por su lado, ya estaba seguro de que lo regañarían por llegar atrasado, mas no le importaba demasiado siendo que apenas era el primer día para él.

Ninguno de los dos olvidaría al otro, eso estaba seguro. Y ambos esperaban con todas sus fuerzas volverse a ver a como de lugar.

💓

TaeHyung entró a su salón y recibió una mala mirada de su profesor y una compañera que ya se encontraba exponiendo su tema de clase. Pidió disculpas despacio y se dirigió casi en puntitas hacia su pupitre. Tragó saliva cuando al hacerlo y mirar a su lado, su mejor amiga ni siquiera lo miró y en su lugar, seguía anotando cosas que la chica que estaba exponiendo adelante decía.

—Hey... —llamó despacio, esperando no ser ignorado, aunque no funcionó—. Somi... Somi... Hey... Somi.

—¿Qué quieres, TaeHyung? —expresó la muchacha con algo de fastidio.

—¿Estás enojada?

Supo que la pregunta estuvo de más cuando recibió una mirada filosa.

—Tenías que estar aquí antes de clases, TaeHyung. Todos estábamos aquí menos tú, y si tenías algún inconveniente pudiste haberlo dicho y ya.

TaeHyung hizo un puchero—. Lo siento mucho, en serio, es solo que... mi alarma no sonó y me levanté algo tarde, y cuando llegué aquí... hmm... pasó algo; pero en serio no fue mi intención llegar a esta hora.

—¿Pasó algo? —preguntó Somi en un parpadeo—. ¿Tú estás bien?

Más que bien, quiso decir TaeHyung.

—Sí, lo estoy. No te preocupes... Hmmm... ¿Al final repartieron los temas? Estaré bien con el que sea que me hayan dejado, me sé todo de memoria. Ayer estudié en la noche.

Somi al final soltó una risita y acercó su cuaderno a TaeHyung para explicarle despacio que era lo que debía decir. Se sentía feliz de haberlo visto, pues cuando el muchacho no llegó a la hora esperada, se preocupó mucho por él, y si bien sabía que el castaño era alguien que en ocasiones la pereza le ganaba, no era lo mismo 5 o 10 minutos que casi 30, por lo que su mente pensaba en que algo pudo haber pasado.

—Oh, por cierto —exclamó TaeHyung de repente. Tomó su mochila y sacó de ella una caja de chocolates que hicieron que los ojitos de la joven brillaran con ilusión—. Ayer me comentaste de estos chocolates que te gustan mucho pero son muy caros. Te vi muy emocionada hablar de ellos y justo ayer en la tarde mis padres me llevaron a una dulcería a revisas unos bocaditos porque se acerca el cumpleaños de mi hermano mayor. Los busqué y di con ellos, así que los compré para ti.

Jeon Somi estaba muy enamorada de Kim TaeHyung, y realmente esperaba que el joven sintiera aunque sea la mitad de sensaciones que ella poseía.

Tomó en sus manos la caja y sintió sonrojarse. Alzó la mirada y vio que el joven le dedicó una ligera sonrisa repleta de cariño. Somi sabía que aquella sonrisa significaba amistad y hermandad, pero su corazón necio siempre se hacía creer que a lo mejor en el fondo, muy en el fondo, TaeHyung se sentía igual de enamorado.

Kim TaeHyung era el chico del que le había hablado a su hermanito, y realmente esperaba que cuando se conocieran se llevaran bien.

—No debiste haberte molestado, Tae. Pero muchas gracias, los disfrutaré mucho.

—No es nada, Somi. Eres mi mejor amiga y te aprecio.

Kim TaeHyung era alguien detallista con la gente que quería. No era algo nuevo en realidad. Le compraba de vez en cuando regalos a su mejor amiga y a sus otros amigos también. Asimismo, era todo un romántico soñador; cuando era día de San Valentín, no faltaba un año en que comprara un gran ramo de rosas y comenzará a repartir una rosa a las personas a las que veía sin pareja. Era un detalle que le gustaba dar para recordarle a le gente que nadie estaba solo.

TaeHyung era muy dulce también, siempre animando a los demás y ayudando en lo que sea. Muchos lo catalogaban como un ángel en la tierra, y él siempre se avergonzaba por ello. Según él, no era un ángel, para nada.

El único ángel que podía decir que existía, era aquel chico con el que se topó hace menos de media hora.

Oh, Dios, el corazón volvió a saltarle.

Sonrió y quiso incluso reír cuando sintió sus mejillas calientes. Hace muchísimo tiempo que alguien no había logrado llamarle la atención de esa manera, y realmente necesitaba encontrarlo otra vez. Esperaba que no pasara demasiado tiempo para eso, pues en serio quería hablar con ese chico bonito. TaeHyung no estaba esperando entrar en una relación así de pronto, pero no podía privarse de conocer a alguien así de inusual y atractivo. Y maldita sea, esa actitud tímida y al mismo tiempo coqueta solo supo hacerlo enloquecer en cuestión de segundos. Estaba encantado, muy encantado.

—TaeHyung, ¿estás bien? —preguntó Somi al verlo quedarse en las nubes. Frunció el ceño cuando notó las mejillas del joven sonrojarse.

—Sí, sí, estoy bien, perdón. Es solo que... solo pensaba en algo.

Somi solo asintió y decidió no insistir más.

—Por cierto, me contaste algo así como que tu hermano llegaba hoy. ¿Estás emocionada por verlo? —La joven rió un poquito ante lo escuchado.

—En realidad llegó ayer. Ya está viviendo conmigo y estudia aquí también desde hoy. ¿Quisieras venir hoy a casa y conocerlo? Te diría para presentártelo en el receso, pero él es muy tímido a veces y no le gusta conocer gente de forma muy repentina. Se sentirá más a gusto si los presento en casa.

TaeHyung se lo pensó un segundo—. Por mí está bien, pero... ¿Podría ser en la noche? Hoy en la tarde tengo que hacer un par de compras y creo que no tendré mucho tiempo para ir.

—Está bien —exclamó Somi, animada—. Estoy muy ilusionada con la idea de que se conozcan. Estoy segura de que se llevarían extremadamente bien.

—Si es un Jeon como tú, estoy seguro de que nos llevaremos bien. Hasta podría ser mi mejor amigo también.

Kim TaeHyung definitivamente no sabía lo que estaba diciendo.

🎀

JungKook se encontraba acomodando unos discos en una tienda de implementos de tecnología y discos de películas, música, y demás. Ya eran aproximadamente las 3 de la tarde y agradecía enormemente haberse topado con aquella tienda mientras paseaba por la ciudad con el fin de conocerla un poco.

Recordó su primer día y no pudo evitar suspirar gustoso. No fue tan malo del todo.

Después del incidente que tuvo en la mañana con cierto chico extremadamente atractivo, fue al laboratorio de química a pasos rápidos; y sí, fue regañado por llegar tarde, mas no fue algo tan grave al final. Después de estar 10 minutos recibiendo clase, un chico le pidió un borrador y después de intercambiar palabras, JungKook podía decir que ahora tenía un nuevo amigo. Aquello no podía negar que le sorprendía, pues era malísimo socializando.

Aquel muchacho se llamaba Park JiMin y era alguien muy divertido y ameno para conversar. JungKook se vio disfrutando la charla que tuvieron una vez se retiraron a su otro salón, y pasaron las demás horas sentados uno a un lado del otro. En el receso fue a ver a su hermana, y le extrañó de verla completamente sola y no con el chico que le gustaba, pero su mal augurio desapareció cuando esta le comentó que el muchacho tenía cosas que hacer en la biblioteca y por eso tomó su propio camino; además, le comentó que hoy en la noche iría a visitarlos con el fin de que los dos pudieran conocerse. JungKook estaba nervioso.

Esperaba que sus fachas o aspecto no alejaran a ese chico de su hermana. Sería demasiado trágico si eso pasara.

Por otro lado, de su mente no podía salir la imagen del chico de la mañana. JungKook se odiaba por haberse quedado así de impresionado por alguien, pero no podía evitarlo. Él también quería verlo otra vez.

Volviendo a la tarde, una vez su paseo dio inicio, recorrió largas calles y terminó dando en una tienda de discos y otras cosas en las que aceptaban un vacante como cajero. JungKook recordaba haber trabajado como reemplazo de cajero en un mini market por un mes hace unos dos años, cuando apenas tenía 15, por lo que recordaba ciertas cosas de lo que hizo ahí. Habló con el jefe, y este le mencionó que estaría a prueba ese mismo día y en ese mismo momento si es que no era molestia. A JungKook le sorprendió el arrebato, pero de todos modos aceptó.

Seguía ordenando ciertas cosas a pesar de que aquella parte no le tocaba hacerlo, mas no le importaba, pues la tienda estaba algo vacía y no muchas personas se acercaban a él a querer pagar algo.

Suspiró al mismo tiempo que leía los títulos de unas películas con el fin de poder ubicarlas en orden alfabético, y bostezó algo cansado pensando en que la noche anterior no durmió bien debido a los nervios.

—Y tú que me veías raro cuando mencioné que creía en el destino. —JungKook frunció el ceño al escuchar una voz grave hablar cerca de él, por lo que alzó la mirada y sus ojos se abrieron en sorpresa, pues el chico lindo de la mañana se encontraba frente a él con una sonrisa ladeada y con ojitos deslumbrantes, casi como si luciera feliz por haberlo encontrado.

Y él no pudo evitar sonreír también.

—¿Cómo sé que fue el destino y en realidad no me seguiste hasta aquí? —cuestionó, riendo al final para dar a notar que era una broma.

—Nah, qué pereza buscarte si ya sabía que en algún momento te iba a volver a ver.

Jeon negó totalmente divertido, y elevó la cabeza para sonreír con un poco de timidez. Él era una persona que respondía a un acto descarado, pero nunca había conocido a alguien así de diferente, y el solo pensamiento de habérselo vuelto a topar por segunda vez en un mismo día fue... JungKook solo podía decir que fascinación era lo que ahora lo embargaba.

—¿Qué haces aquí? —preguntó, notando que el chico le alzó las cejas.

—Vine a comprar unos discos de música clásica y un cargador para mi celular.

El castaño dejó las cosas que anteriormente tenía en las manos en el escritorio para que el JungKook pudiera cobrarlas, y Dios, JungKook definitivamente no podía concentrarse si seguía sintiendo una mirada en su persona.

Cobró las cosas sin equivocarse y las acomodó en una funda para eventualmente regresársela a su dueño.

—Gracias por venir —susurró—. Espero que regrese pronto.

—Y yo espero que estés listo de verme aquí todos los días.

—Dios, no tienes remedio.

TaeHyung, por su lado, ver las mejillas sonrojadas del otro lo hicieron desear más.

Cuando entró a su tienda de discos favoritos, jamás pensó encontrarse de nuevo con aquel muchacho de la mañana. No lo había visto en el receso ni en algún salón cercano al suyo, por lo que había decidido ponerse a investigar poquito a partir del día siguiente. Vaya que sí estaba de suerte, pues ahora se lo había vuelto a encontrar y en el mismo día.

Y vaya que tenían un tema pendiente.

—Bueno, bonito, me iría ahora mismo por donde vine, pero creo que tú me debes algo.

JungKook alzó las cejas luciendo confundido. ¿Le debía algo? No recordaba haberle pedido un favor enorme o algo en específico. ¿De qué estaba hablan- Ohhhh.

Él hablaba de su nombre.

Jeon todavía no estaba seguro de sí revelar su identidad, mas algo en su interior le decía que aquel muchacho era inofensivo, y ese mismo algo le incitaba a decirle aquello que tanto quería.

—¿Por qué no me dices tu nombre primero? —habló con un dejé de diversión en sus palabras. Sonrió cuando recibió un asentimiento rápido.

—Está bien —exclamó TaeHyung con gran seguridad—. Kim TaeHyung a tus órdenes.

Kim TaeHyung.

A JungKook nunca un nombre le había parecido tan hermoso.

Agachó la mirada y sonrió en chiquito, luego negó y volvió a alzarla, esta vez para enfocarse netamente en TaeHyung.

—Lindo nombre, TaeHyung. Mi nombre es Jeon JungKook.

TaeHyung sonrió y sintió sonrojarse. El nombre del muchacho era precioso al igual que él, y la manera en que su propio nombre salió de sus labios ajenos lo hizo suspirar en demasía. Estaba realmente feliz.

—Lindo nombre también, JungKook. ¿Me harías el honor de invitarte un café? Recuerdo que me ofreciste también una salida.

El pelinegro rió y negó con la cabeza.

—Buen intento, campeón, pero estoy en prueba el día de hoy en este trabajo. No puedo darme el lujo de salir temprano.

Kim puchereó, pero terminó sencillamente asintiendo.

—Está bien, pero... ¿Al menos podrías darme tu número? —TaeHyung sonrió ladino—. ¿O tenemos que vernos una tercera vez para que eso pase?

JungKook se apoyó en su escritorio y relamió sus labios cuando el otro hizo lo mismo. Acercó un poco su cabeza a la de TaeHyung.

—Tú lo has dicho.

TaeHyung tragó saliva y pensó en que el otro muchacho era demasiado interesante.

—Hasta la siguiente vez entonces. Estudiamos en el mismo instituto. No será muy difícil volverte a ver.

—¿Porque el destino se encargará de juntarnos? —supuso JungKook con una leve risita burlona.

—Hey, no te burles. Fue el destino quien nos reunió ahora también.

—Definitivamente eres alguien muy soñador.

—Y tú el chico más bello que he visto en mi vida.

JungKook se sonrojó de nuevo.

Se preguntó si de repente TaeHyung sería así con más personas también o si realmente había llamado su atención.

Dios, esperaba realmente que fuera lo segundo.

—Debes irte. Van a regañarme si me ven conversando.

TaeHyung asintió y con una risita, se acercó aún más a JungKook para dejarle un nuevo beso en su mejilla, haciéndolo sonrojarse más.

—Te veré después, JungKook.

Y así como llegó de rápido, TaeHyung salió de la tienda sin mirar hacia atrás, no notando los ojitos brillantes del menor, quien tocaba su mejilla con ligereza.

Dios, JungKook necesitaba conocer a TaeHyung más, mucho más.

Por lo general, nunca se dejaba llevar por las primeras impresiones, pero este chico le había ocasionado tal impacto que, las ganas por conocerlo más a fondo seguían igual de presentes.

JungKook iba a salir con ese chico eventualmente. De eso estaba seguro.

Por supuesto que sí.

🌸

Aburrido. Realmente aburrido.

JungKook se preguntaba por qué demonios tenía que ponerse demasiado arreglado sencillamente porque el amigo de su hermana vendría a casa.

Bueno, era verdad, la razón era porque su hermana iba a presentárselo, pero estaba siendo demasiado exagerada con todo, y eso que sólo eran amigos. No quería ni imaginarse cómo sería si en realidad fueran novios. JungKook ya se veía vestido incluso con un traje elegante.

Se dirigió a la cocina y vio a Somi preparar algo de jugo. Frunció el ceño al ver mucha comida y suspiró algo frustrado al verla muy nerviosa.

—¿Qué tienes? No es la primera vez que viene a tu casa, supongo. Que por cierto, ¿por qué viene en la noche? ¿Acaso ha venido a esta hora antes y tú estando sola?

Somi rió al ver a su hermano con la frente arrugada y un gesto de incomodidad—. Sí, pero no por razones que te estás imaginando, bobito. Hubo muchas ocasiones en las que nos mandaban trabajos demasiado pesados y él venía aquí a hacer los deberes. Incluso se ha quedado a dormir aquí.

—¡¿Se ha quedado a dormir aquí?!

De repente, el timbre de la puerta sonó y la muchacha aprovechó ese momento para liberarse de la escenita que su hermano podría montar.

—Mejor anda abre la puerta, Kookie. Luego seguimos hablando.

El nombrado bufó—. Iré, pero no pienses que esta conversación se ha acabado.

JungKook salió de la cocina y se dirigió rápidamente a la puerta. El timbre sonó unas dos veces más hasta que finalmente dejó de escucharse. Pudo sentir unos golpecitos en el suelo y JungKook supuso que el joven al otro lado de la puerta estaría esperando que se le abriera, obviamente.

Se quedó en frente de la puerta por algunos segundos, intentando olvidar por unos segundos que el chico que estaba al otro lado había dormido en esa misma casa algunas veces. Su instinto de hermano estaba haciendo aparición y no le importaba demostrarlo. Aunque claramente no sería grosero tampoco.

Con un suspiro, abrió la puerta y miró al frente quedándose paralizado ante la imagen que estaba frente a él.

El mismo chico del instituto y de la tienda de discos estaba ahí, mirándolo también con gran sorpresa.

JungKook pensaba que el chico definitivamente había causado algo en él, pues ahora hasta estaba comenzando a verlo hasta en la sopa.

Por lo que, asustado por lo recientemente visto, su primera reacción fue dar un paso hacia atrás y cerrarle la puerta en la cara al muchacho.

No, no, no. ¿Qué demonios estaba pasando?

—¿Kook? ¿Qué pasa? ¿Por qué diste un portazo? —preguntó Somi llegando detrás de él—. ¿No había nadie?

JungKook todavía no contestaba, y la muchacha, algo extrañada por este comportamiento, abrió la puerta con cautela y sonrió ampliamente cuando vio al joven detrás de esta.

—TaeHyung, hola. ¿Cómo estás?

—Uhmm... ¿Cómo te va, Somi?

—¿Por qué estás con una cara como si hubieras visto un fantasma? Vamos, pasa.

JungKook pensó que tenían que estarle jodiendo.

No podía ser posible que se la pasó coqueteando con el chico del que su hermana estaba malditamente enamorada.

Dios, no.

JungKook sintió la mirada pesada de TaeHyung fija en él, y a pesar de que en otras circunstancias lo habría enfrentado con una también, ahora sentía demasiada vergüenza y decepción de sí mismo. No podía creer que se había comportado como el peor hermano del mundo en menos de un día.

Somi te dio posada en su casa. ¿Cómo pudiste venir y comenzar a coquetear con el chico que le gusta? Eres horrible, JungKook.

Y si bien tenía un pensamiento interno diciéndole que aquello no había sido su culpa, pues él no tenía ni idea de qué Kim TaeHyung era el mejor amigo de Somi, su parte negativa ganaba la batalla por mucho. Se sintió la peor persona del planeta.

—TaeHyung, te presento a mi hermano, Jeon JungKook —presentó la muchacha al par de jóvenes que se veían algo incómodos. Bueno, más el menor que el otro, pero para TaeHyung había algo que no calzaba—. JungKook, él es Kim TaeHyung, mi mejor amigo. Espero que puedan llevarse bien.

TaeHyung, algo confundido, estuvo a punto de soltar que ya se habían visto antes con el único fin de acabar con las presentaciones. Pero entonces JungKook dio un paso al frente e hizo una leve reverencia pasada de educada que lo hizo parpadear.

—Un placer conocerlo, TaeHyung Hyung. Según me ha comentado mi hermana, es mayor a mí. Espero que no tenga un inconveniente si lo llamo Hyung.

Okay, eso fue raro.

¿Acaso JungKook acababa de fingir que era la primera vez que se veían?

¿Y por qué le evitaba la mirada?

¿Qué demonios estaba pasando?

TaeHyung notó que se había quedado en silencio por algunos segundos, por lo que sacudió levemente la cabeza y asintió rápido.

—No tengo problema alguno... Un gusto en conocerte también.

—¡Bien! Ahora que ya se conocen, podemos ir a comer —exclamó Somi con emoción, ajena a toda la incomodidad y desconcierto que pasaba entre ambos jóvenes.

Comieron en silencio los primeros 10 minutos, mas después el ambiente si bien no fue de lo mejor, podía considerarse agradable. JungKook y TaeHyung comenzaron a charlar también, y aunque la extrañeza de ambos bajó un poco, TaeHyung no olvidaba que estaba siendo tratado como si recién se hubieran visto por primera vez, y eso lo confundía. ¿Sería posible que JungKook en realidad no hubiera querido verlo más?

La cena pasó, y a pesar de que JungKook y TaeHyung se ofrecieron a ayudar a Somi a lavar los platos y las ollas previamente usadas, la joven insistió en que sería agradable si ambos se dirigían a la sala y platicaban un rato, pues la idea de la reunión era que los dos pudieran llevarse bien.

Ahora ambos se encontraban en el sillón principal de la sala, no alado del otro, mirando al frente y sin saber qué más hacer.

—No es que quiera sonar grosero, pero... ¿Podrías explicarme qué pretendes? —preguntó TaeHyung de repente, y el menor sintió su respiración detenerse.

—¿D-De qué hablas?

—De eso. Estás diferente a como te vi hoy antes. No quiero indagar en por qué fingiste no conocerme si bien pudiste decirle a Somi que nos vimos hoy antes de entrar a clases, pero sí quiero preguntar por qué de repente parece como si quisieras evadirme. Yo... ¿Acaso no te sentiste como yo?

—TaeHyung-

—Me interesas. Y mucho. Quería conocerte y pensé que era mutuo por cómo te comportaste conmigo hoy. Pero ahora... ya no sé.

JungKook agachó la mirada y se sintió aún más peor. No iba a negarlo, TaeHyung también le interesaba, y en serio estaba dispuesto a intentar algo con él si las cosas resultaban de forma idónea.

Pero todo eso era hasta enterarse que estaba pensando salir en el futuro con el chico que le gustaba a su hermana.

Su noche se jodió apenas se enteró de eso.

—Solo... No deseo tener una relación formal en estos momentos. Yo... de verdad lo siento. —JungKook lucía muy avergonzado, y tal vez esa actitud perdida era la que conseguía que TaeHyung todavía no explotase. Quería saber qué había pasado con el chico que le había ofrecido una salida y que eventualmente besó su mejilla con toda la delicadeza del mundo.

—¿Somi por si acaso tiene algo que ver? —cuestionó el castaño, y al ver a JungKook tensarse notablemente, intuyó que al parecer, lo que estaba pasando entre ellos, no debía llegar a los oídos de la muchacha—. ¿Acaso ella tiene un problema con que tú-

—No —interrumpió el menor—. No tiene nada que ver con ella. Es solo que... lo siento, ¿sí? Ni siquiera sé qué decir.

TaeHyung pensó que había algo de lo que JungKook no quería hablar, y realmente no iba a presionarlo para saberlo. Pero sí deseaba saber si tenía todavía una oportunidad con él, es decir, conocerse un poco más. No obstante, algo le decía que la respuesta no sería agradable para sus oídos, por lo que mejor optó por quedarse callado.

Se acercó un poco más a JungKook y posó sus labios cerca de su oído.

—Está bien. No te molestaré más de otra manera —susurró TaeHyung—. Pero al menos déjame conocerte y ser tu amigo, ¿sí? No me prives de eso también.

—Pero yo-

—Vamos, JungKook, te ves muy agradable. En serio me caíste muy bien. Prometo ya no molestar, ¿sí?

Y JungKook pronto descubriría que no podría decirle que no a esos ojos ni aunque quisiera.

—Está bien... Uhmm, seamos amigos.

Aunque ninguno quería ser solo eso en realidad.

Se dispusieron a conversar un par de minutos más, y aunque la ligera incomodidad permanecía ahí, ahora el ambiente se sentía más ameno por ambas partes. Conocieron un poco más del otro y se dieron cuenta de que tenían mucho en común. Una razón más para sentirse a gusto con la compañía contraria.

Eventualmente llegó Somi a unirse a ellos y fue aún mejor a pesar de que ninguno de los jóvenes pensó que sería así. La muchacha, por su lado, estaba contenta de que su mejor amigo —y el chico que le gustaba— y su hermano se hubieran hecho amigos tan rápido. Casi parecía algo imposible de imaginar si se tomaba en cuenta lo reacio que JungKook solía ser cuando conocía gente nueva.

El tiempo pasó más rápido de lo normal y cuando todos se dieron cuenta, era un poco tarde, por lo que TaeHyung alegó que debía marcharse. Tanto Somi como JungKook suspiraron con decepción.

—Nos vemos mañana, Tae —habló Somi con pena por la hora—. ¿Seguro que no deseas que te acompañe a la estación de buses?

—No te preocupes, Somi. Estaré bien. No está tan lejos y lo sabes —contestó el castaño con una sonrisita confidente. Su mirada se dirigió a JungKook y quiso sonreír aún más cuando lo vio algo sonrojado—. Te veré luego, JungKook.

Pero JungKook no contestó. Al menos no al inicio.

—¿Puedo acompañarte? —casi pidió—. En serio es muy tarde y tú lo has dicho, está cerca, puedo regresar trotando.

TaeHyung lo pensó. En otras circunstancias, Somi al ver la hora le habría ofrecido quedarse a dormir y él aceptaría; pero esta vez no lo hizo, por lo cual supuso que su hermano tendría algo que ver. Hmm... Así que Jeon JungKook parecía ser el tipo de hermano celoso.

Pero esta vez era el mismo muchacho quien le estaba ofreciendo su compañía, y a pesar de querer negarse para no causar más molestias, el impulso de querer ver a JungKook por más tiempo fue mucho más fuerte.

—Solo si prometes que te cuidarás al regreso.

JungKook sonrió poquito. —Lo haré.

Somi asintió, conforme.

—Está bien. Entonces, nos vemos mañana, TaeHyung. Y tú, Kookie, cuídate mucho.

El segundo nombrado se sonrojó por el apodo.

—Ya soy grande, Noona.

—Ay, me da igual. Para mí siempre serás tratado con cariño.

—Aish, como tú digas.

Una vez TaeHyung volvió a despedirse de su mejor amiga, él y JungKook se encaminaron hacia la estación de buses cercana. No emitieron palabra alguna puesto que los dos estaban pendientes de que nadie estuviera cerca merodeando por ahí. Una vez llegaron, el más alto compró su boleto para ir a casa y se dirigieron hacia el paradero correspondido, en la espera de que el bus llegara pronto.

—Ya no es necesario que te quedes aquí, JungKook —habló TaeHyung—. Vuelve a casa, es muy tarde. Lamento si te hice venir hasta aquí conmigo.

JungKook negó con rapidez y esbozó una ligera sonrisa—. No te preocupes, quería caminar un poco también.

TaeHyung quería ver a ese chico juguetón que conoció en la mañana, y a pesar de que estaba consciente de que era el mismo que estaba en frente suyo, sabía que había algo que ahora lo estaba reteniendo. ¿Qué sería? Realmente no entendía una mierda.

De igual manera, no iba a rendirse.

TaeHyung le había dicho a JungKook que quería conocerlo para ser su amigo, pero no era verdad. Él quería conocerlo más y conquistarlo poco a poco hasta recibir una respuesta positiva.

Esperaba que su plan fuera efectivo.

Porque JungKook realmente le había gustado, y no estuviera así de necio si no supiera que el sentimiento había sido completamente recíproco. Porque JungKook podría decirle que aquello era mentira, pero TaeHyung lo sintió de esa forma, y estaba seguro de su respuesta.

—Por cierto, creo que nuevamente me debes algo —habló el castaño mientras sonreía ladino.

—¿Ah sí? —preguntó JungKook sin poder evitarlo—. Me preguntó qué podrá ser.

—Puedo darte una pista si así lo prefieres. —TaeHyung habló, y aprovechando un poco la situación, dio un paso al frente y tomó un mechón de pelo del contrario, suspirando cuando no lo vio alejarse.

—Ilumíname, Kim TaeHyung. ¿Qué es eso que te debo?

—Tu número, precioso.

JungKook se sonrojó, y ese apodo hizo que diera un paso para atrás de forma inconsciente, pensando en que no debía ponerse nervioso por algo como eso.

No tenía que olvidar que Kim TaeHyung era el chico que le gustaba a su hermana.

—Lo siento —dijo el mayor de pronto—. ¿Hice algo que te molestara?

Molestar no era precisamente la palabra, por lo que JungKook solo se encogió de hombros y sacó su celular.

—Toma, agrega primero el tuyo y te llamaré.

—¿Cómo sé que en serio me llamarás?

—Lo haré aquí mismo, bobo.

Los ojos de TaeHyung brillaron.

El castaño hizo lo acordado y después de que JungKook tuviera el número del otro registrado en su celular, lo llamó para que TaeHyung pudiera registrar también el suyo.

—Te llamaré cuando llegue a casa —habló TaeHyung con una voz coqueta. JungKook rió con vergüenza y negó.

—Se supone que debes llamar a Somi. Es ella tu mejor amiga.

—Claro que lo es, pero se supone que tú y yo seremos amigos también. ¿Acaso no quieres saber si llegué bien?

El menor agachó la mirada con el fin de evadir la pregunta, pues en serio se había puesto tímido. La alzó cuando sintió un paso del contrario y de repente unos posarse nuevamente en su mejilla. Esta vez el contacto duró unos segundos más de lo normal.

—Te veo mañana, JungKook. Duerme bien.

JungKook asintió y pensó en que tal vez sería su última oportunidad, por lo que, al igual que en la mañana, se acercó. TaeHyung e imitó su gesto. Depositó un beso en su mejilla también.

—Adiós, TaeHyung.

Y se fue sin esperar respuesta.

JungKook llegó a su casa 10 minutos después, y luego de decirle a su hermana que Kim TaeHyung se había quedado en un buen sitio, se dirigió a su habitación y se recostó en su cama pensando en que su día si bien comenzó bien, terminó de la mierda.

¿Por qué tenía que ser una persona tan horrible?

JungKook estaba agradecido con su hermana por todo lo que hizo por él. Lo sacó de un lugar donde vivían personas que sólo se encargaban de bajar su autoestima y hacerle sentir como la mayor escoria del planeta; le dio posada en su hogar, recordándole muchas veces que no tenía que pagarle absolutamente nada; y por si fuera poco, le había comentado un secreto muy grande porque confiaba en él, porque era su hermano.

Lo primero que hizo Jeon Somi fue contarle a JungKook que estaba enamorado de un chico.

Lo primero que hizo Jeon JungKook fue ir y coquetearle a ese chico sin vergüenza alguna.

Y si bien se sentía muy mal, pensó que todavía podía retractarse de todo lo que hizo anteriormente. Esa era la razón por la que había decidido dejar de ver a TaeHyung como alguien con quien podría salir eventualmente.

Ya no.

Ahora Kim TaeHyung sería solo su amigo y todos estarían contentos, y a pesar de que el mismo Kim TaeHyung también sentía algo de ondita entre ambos, con el paso del tiempo se olvidaría de ello si sólo seguían tratándose como amigos.

Porque JungKook haría lo que sea para otorgarle a su hermana la felicidad que se merecía.

Lo que sea.

~~~

¿Alguna opinión hasta aquí? 🥺💕

La parte estará también subida de una vez, si no les sale, saquen la historia de su biblioteca y vuelvan a agregarla. 🌸

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro