Capitulo 21
—Te vi con ella, Cedric.
—¡No es verdad, Gigi! ¡No es lo que piensas!
—Maldición, deja de gritar. Odio llamar la atención.
Gigi Faitth nunca había tenido un novio antes, pero eso no quería decir que no supiera como era tener una relación y definitivamente su relación con Cedric era todo menos perfecta. Ciertamente ambos se llevaban bien y Gigi Faitth había logrado enamorarse de Cedric, pero ella no estaba muy segura de el también se hubiera enamorado de ella.
Acababa de encontrarlo abrazado a Cho Chang, la actual pareja de su hermano Harry, y aunque Cedric afirmaba que no sentía nada por la Ravenclaw y que solo se abrazaban como amigos, Gigi Faitth no estaba tan segura.
—Entonces no dudes de mi amor por ti.—replicó Cedric tomando su rostro entre sus manos.—Para mi sólo existes tú.
—De acuerdo...—dijo Gigi Faitth
—Bien, vayamos a desayunar. —dijo Cedric tomándola de la mano.
Ambos chicos entraron al Gran Comedor y se sentaron en la mesa de Gryffindor, justo frente a Harry y Cho. Esa noche sería la cena de Halloween y todos estaban emocionados por el festín. De pronto, una horda de lechuzas irrumpió en el Gran Comedor, eran al menos unas cincuenta de ellas y todas cargadas con diversos paquetes que dejaron caer justo frente a Gigi Faitth.
—Oh, mierda.—murmuró Gigi Faitth levantándose y abriendo su bolso, el cual tenía un hechizo de expansión y comenzó a meter todas las cajas.
Más lechuzas empezaron a llegar y todos contemplaban anonados como Gigi Faitth había recibido al menos unos doscientos regalos. La chica suspiró cansada cuando terminó de guardarlos en su bolso y volvió a sentarse junto a Cedric.
—¿Porque te llegaron tantos regalos?—pregunto Cedric con el ceño fruncido.
—Ah, olvide que era mi cumpleaños. Deben ser obsequios de mis amigos de Durmstrang, aunque me sorprende que lograran hacer que las lechuzas llegaran el mero día.—dijo Gigi Faitth.
Los cubiertos de todos se dejaron caer contra los platos y miraron impactados a la joven Prewett-Grindelwald, quien mordió su tostada y los miró confundida.
—¿Que ocurre? —pregunto ella.
—N-No sabíamos que era tu cumpleaños.—tartamudeo Ron genuinamente arrepentido.—como nunca hemos festejado juntos estas fechas...como lo siento, Gigi Faitth.
—Yo tampoco lo sabía, lo siento amor.—dijo Cedric y todos comenzaron a disculparse.
—No se preocupen, mi cumpleaños también es el aniversario de muerte de mi madre y eso no me gusta así que no suelo festejarlo.—miró a los Weasley—es por eso que no sabían.
Todos guardaron silencio e intentaron volver a la normalidad. Gigi Faitth casi nunca nombraba a su madre y no porque no la quisiera, sino porque para ella siempre fue muy doloroso recordar que no pudo crecer a su lado.
De repente, dos majestuosas águilas entraron al Gran Comedor, volando y cargando consigo una larga caja blanca que soltaron justo frente a Gigi Faitth. La caja golpeo contra la mesa con tanta fuerza que alertó a todos de traer algo pesado. Mientras que ella revisa de vista la caja, Cedric tomó la nota que llevaba y frunció el ceño.
—No entiendo.—admitió con un puchero y su novia se lo quito. La nota estaba en búlgaro, claramente nadie ahí podría entenderla a excepción de ella.
"Feliz no cumpleaños, Bonnie.
Recuerda brillar como solo tú sabes.
Atte
Los amores de tus vidas"
Gigi Faitth sonrió con cariño, cartearse con Asen era todo un rollo debido a la distancia, horarios y el poco tiempo libre que el disponía, por otra parte, ella no se había carteado con Viktor desde que salió de Durmstrang, ambos habían acordado mantener cierta distancia al inicio para que la separación no fuera tan doloroso para ninguno de los dos. La primera línea sin duda era de Asen, y la segunda de Viktor.
—Es de Asen y un amigo.—dijo Gigi Faitth guardando la nota.
—¿Lo puedo abrir?—pregunto Dean.
—Claro.—dijo ella mientras revisaba su bolso lleno de regalos.
Seamus y Dean quitaron las cuerdas de la caja y la abrieron, no sin antes soltar un grito ahogado y toda la mesa abrió grande los ojos, Gigi Faitth ahogó un grito. Ahí, dentro de la caja, rodeada de una manta rojiza que la protegía, estaba una preciosa escoba, pero no cualquier escoba, sino una Saeta de Fuego Plus.
Era completamente negra, con hebras doradas y plateadas. Parecía como si brillara con su sola presencia, resaltando el lugar. Todos los que estaban cerca se levantaron a verla más de cerca, incluida Gigi Faitth.
Ella tenía una Saeta de Fuego, el modelo anterior. Su madre en su regalo de cumpleaños número trece especificaba que podía comprarse la mejor escoba que hubiera en el momento, así como ella lo hizo en su tiempo. Sus padres sacaron dinero de la bóveda Grindelwald en Gringotts y le compraron la Saeta, pero no había comparación entre una y otra.
—Ronnie.—dijo Gigi Faitth.—puedes tomar mi antigua Saeta...ya no voy a ocuparla.—informó antes de tomar su escoba y salir corriendo, seguida por varios más, dispuestos a ver la escoba y que ella la probara.
(...)
En la tarde, cuando caminaba tranquilamente con Dean, Seamus, Harry, Hermione y Ron rumbo a Hogsmeade, Gigi Faitth se quedó al final de todos con Harry, quien lucía preocupado.
—¿Pasa algo?—pregunto Gigi Faitth.
—No, no.—negó Harry sin convicción.—Bueno...
—Puedes decirme lo que sea, mientras este en mis posibilidades te ayudare y si no esta en mis posibilidades lo hare posible.—le abrazo por el cuello.
—Es que, ¿si sabes que Cho y Cedric fueron novios el año pasado?—Gigi Faitth asintió.—creo que...creo que estan volviendo a verse...a escondidas de nosotros.
—¿Dices que nos estan engañando?—pregunto con tranquilidad.
—Si...—afirmó Harry cabizbajo.
—Mmm...si, yo también lo he considerado.—admitió Gigi Faitth y Harry lo miró confundido.
—¿Y no vamos a hacer nada?—pregunto Harry.
—Nop.—respondió ella.—si nos engañan...pues es parte de la vida. No puedo hacer que el me quiera a la fuerza, tu tampoco puedes hacerlo con Cho. Solo esperemos que no lo estén haciendo mientras tienen pareja, porque ahí estan tocando mi ego y yo entonces si tomare cartas en el asunto. Ya hubiera terminado con Cedric pero el siempre lo niega y la verdad si le tengo cariño.
Al llegar a Hogsmeade, Harry se fue con Cho, los demás a Honeydukes y Gigi Faitth se fue a la tienda de té de Madame Tudipié, donde Cedric sonrió al verla. Se levanto, le ofreció una silla y volvieron a sentarse.
—Te ves preciosa.—dijo Cedric al verla quitarse el abrigo.—te dije que te verías preciosa en vestido.
Aquel día Gigi Faitth usaba un sencillo vestido azul de mangas largas, escote en corte v y de largo hasta por encima de sus rodillas. Había tenido que ponerse unas pantimedias mágicas que la ayudarían a no sentir frío en las piernas, pues en esa temporada la nieve ya caía con gracia y aunque aún no hacia tanto frío para ella, tampoco era como para usar vestido pero Cedric le había estado insistiendo mucho con el tema.
—¿Ocurre algo?—pregunto Cedric tomándole la mano.
—Me has hecho caer muy bajo, Diggory.—admitió con pesadez.—Muy bajo.
—No es malo hacer cosas por quien amas.—replicó Cedric con una sonrisa.
—Cierto.—pensó Gigi Faitth.—pero quien amas no debería querer cambiar quien eres.
—Por cierto, ¿supiste de los mundiales de Quidditch? serán en navidad.—comentó Cedric.
—Si, la final es Irlanda contra Bulgaria y Inglaterra es al sede.—dijo Gigi Faitth.— es la primera vez que agradezco estar en Inglaterra.—se burló.
—¿Irás? Mi padre y tu tío Arthur consiguieron boletos de primera fila.—dijo Cedric.
—Tengo mis boletos desde hace tiempo.—dijo recordando que Asen se los envió.
—Genial, nos divertiremos mucho juntos.—sonrió emocionado.
Gigi Faitth no dijo nada, pero internamente se quedo pensando que pasaría si Viktor Krum (y en general cualquiera de Durmstrang) la viera con Cedric Diggory.
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Para los que no vieron mi anunció en mi tablero, les informó que esta novela es más corta que las demás que he hecho. Olvide comentarlo. Tendrá máximo unos cuatro o cinco capitulos más.
Los amo!
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