Parte 3
-No.
-Venga, sé que sí.
Le aparto y le miro con desprecio.
-No sé qué pretendes, ni que quieres, pero si no quieres perder el tiempo será mejor que te vayas.
De repente se aparta de mí de forma brusca, la expresión de su cara se torna seria y se aleja de mí, sin más, como si jamás se hubiera dignado a acercarse a mí.
Entiendo lo que ocurre cuando una chica, rubia y alta se acerca a él y le besa, él la abraza y yo me giro, marchándome de ahí lo más rápido posible.
No entiendo como puede ser tan gilipollas.
Tiene novia, tiene novia y hace cosas así, supongo que no seré la primera.
Avanzo tras la gente y pienso en lo mucho que me alegro de haber salido de ahí, acabo de llegar y no quiero tener problemas con ninguna novia loca y celosa.
-¿Eres Jade?- dice una voz femenina a mis espaldas.
-Así es. ¿Tú quién eres?
-Yo soy Chanel, encantada.- me sonríe y no puedo evitar sonreírle de vuelta.
-¿Cómo sabes mi nombre?
-Bueno, nuestros padres son grandes amigos, cuando mi padre se enteró de que vendrías este año aquí no tardó ni un momento en enseñarme una foto tuya e insistir en lo bien que debo tratarte y lo mucho que debo ayudarte en todo lo que necesites.- sigue sonriendo.
-Vaya, gracias.
-De nada, bien, ahora que ya somos amigas, ¿podrías decirme si estoy bien? Creo que una raya me ha salido más larga que la otra. -me empiezo a reír ante la forma que empieza a mover los ojos de un lado para otro.
-No se nota apenas, estás muy guapa.
No miento, Chanel es bastante guapa, sus rasgos faciales son bonitos y tiene unos ojos azules profundos y grandes, su sonrisa, que asoma bajo el aparato, es bonita y agradable, además tiene unos labios gruesos y perfilados.
-Bien, gracias, verás, he cambiado algo desde el año pasado, física y mentalmente digo, y la verdad es que me siento mejor conmigo misma.- se coloca un mechón rubio de su corto pelo tras la oreja y se deja entrever un piercing en la parte alta de esta.- Tú también estás muy guapa, me gusta tu top.
-Gracias.
La gente comienza a salir de las instalaciones de las residencias y avanzan por un gran jardín , que rodea todo el edificio, a medida que andamos se empieza a visualizar otro edificio a lo lejos, supongo que debe ser el edificio en el que se impartirán las clases.
-¿Ves ese edificio? -dice de repente Chanel, asiento.- Es el instituto, de los más reconocidos y valorados del país, ¿sabes por qué está algo alejado de las residencias?
Niego con la cabeza.
-En un principio, el instituto estaba ligado a la biblioteca, y donde ahora está la biblioteca estaban las residencias y la sala de ocio, pero hace unos años la biblioteca se quemó, afectando al instituto y al centro de deporte. Quedaron atrapados 15 alumnos que casualmente estaban cumpliendo un castigo, de los cuales solo 4 salieron ilesos, 5 heridos y 6 muertos.
-Eso es horrible.
-Lo peor es que aunque el incendio se consideró un accidente, varios alumnos afirmaban haber visto a alguien iniciarlo, pero se les diagnosticaron alucinaciones debido a la inhalación de humo.
-¿Tú crees que fue provocado?
-No lo sé, aunque no me creo mucho el hecho de que se iniciara solo.
Desvío la mirada, me sorprende muchísimo la decoración del lugar al que entramos, debe haber costado una fortuna, es un pabellón enorme, probablemente cuatro veces mayor al pabellón de mi antiguo instituto, la entrada está completamente iluminada por luces, y unas pequeñas bombillas iluminan el camino al interior de la estancia dando un toque mágico a la entrada.
Hay varias mesas a los lados del lugar, cubiertas de canapés y aperitivos de todos los colores y sabores, hay fuentes de ponche, y los vasos son bastante refinados para mi gusto.
-¡Jade!- me giro y veo como Arthur se acerca, mi mirada se desvía en busca de Ethan, pero no parece haber venido, siento una pequeña decepción.
-Hola Arthur.- respondo con una sonrisa.
-Me he tenido que poner la camisa negra ya que no podía ponerme la camiseta, me he manchado antes de venir.- debe de haber notado que le miraba de arriba a abajo analizando lo que se había puesto.
-Da igual, te queda bien.- es verdad, le queda bien.- Arthur, esta es mi amiga Chanel.
-Encantado Chanel.
-Lo mismo digo.- me hace gracia ver como se saludan inquietos, sin saber si darse dos besos o simplemente mirarse de forma incómoda.
-Se supone que Ethan debe de estar al llegar, me ha costado mucho convencerle de que viniera.
Al oír que Ethan va a venir un pequeño hilo de alegría se apodera de mí.
-Venid, vamos a bailar.- dice Chanel.
-La verdad es que no me apetece...
-ES UNA FIESTA, por dios señorita estirada, compórtate como una adolescente, vamos a bailar.
- ¿Alguna vez has visto que se sirvan canapés en una fiesta adolescente?- dice Arthur en mi defensa.
-La verdad es que no recuerdo mucho de las fiestas en las que he estado.- replica Chanel sonriente.
Me coge del brazo y me arrastra al centro del lugar, hay mucha gente, pero todo el mundo parece disfrutar estando de pie sin hacer nada.
Arthur viene con nosotras, parece hacerle especial gracia mi nerviosismo.
Chanel empieza a bailar de forma descarada en medio de todo el mundo.
Me hace gracia, ya que al verla pensé que sería una de esas niñas mimadas y estiradas con las que tanto me obligaban a socializar mis padres en sus quedadas entre amigos, pero las apariencias engañan, supongo que nos parecemos más de lo que creía.
Me uno a ella y Arthur se limita a moverse de un lado a otro ya que Chanel le sujeta del brazo para que no se vaya.
Siento que todos nos observan, pero me da igual, me lo estoy pasando bien.
De repente más gente se empieza a animar, acabamos bailando entre una gran multitud.
Alguien me toca el hombro de repente y me giro, es Ethan, le sonrío.
-Me ha costado bastante encontraros entre tanta gente.- dice de forma que podamos oírle por encima de la música.
-ESTAMOS BAILANDO.- grita Arthur feliz a la vez que sigue balanceándose de un lado a otro sin ritmo alguno, parece haberse dejado llevar por la música.
Ethan se ríe ante su efusividad, parece tenerle un especial cariño a Arthur.
Me canso de bailar y decido ir a probar uno de esos canapés ''repipis'', como los ha llamado Chanel.
Me dirijo a la mesa y ahí está, es increíble el asco que me da Derek, ''pobre chica '' pienso al verlos juntos.
Me voy al extremo más lejano posible de ellos y me dispongo a ojear lo que hay.
-Pagaría lo que fuera por comer algo que realmente alimentara.- una voz interrumpe mis pensamientos.
-A mí me apetece una hamburguesa.- digo para girarme y darme cuenta para mi sorpresa que es Ethan quien me habla.
-¿Y si te dijera que puedo conseguirte una?
-¡¿Puedes!?- sonríe y asiente con la cabeza.-¿Cómo?
-Bueno...requerirá valor, algo de rebeldía... y no se si tendrás valor pero rebelde tampoco pareces.
-¿Me estás llamando cobarde?
-No, no te conozco lo suficiente, así que solo lo insinúo.- se empieza a reír.
-Lo haré.
-¿El qué?
-Lo que sea que requiera tanta rebeldía.
-¿Segura?- asiento enérgicamente con la cabeza.
-Bien, sígueme.
Salimos del pabellón rápidamente, no hay prácticamente nadie, aparte de un par de chicos y chicas y algún que otro solitario.
Salimos corriendo por detrás rodeando el edificio.
De repente oímos un ruido.
Ethan me coge del brazo y me esconde tras una de las paredes, acto seguido se pone frente a mi y me agarra la cara con las manos, acercando su boca a la mía, lo suficiente como para hacerme sentir su aliento sobre mi boca, pero sin llegar a tocarla.
Me susurra un leve ''shhhh''.
Me pongo nerviosa y no logro comprender lo que hace hasta que un par de guardias de seguridad pasan por nuestro lado.
-Eh, parejita, la fiesta está lejos de aquí.- dice uno de ellos.
Ethan se gira y le mira.
-Lo siento, es que queríamos algo de intimidad, usted ya me entiende.- responde, suena tan convincente que casi le creo hasta yo.
-No os alejéis de aquí, y volved en cuanto antes.
-Sí, claro, gracias.
Los guardias se marchan y Ethan se empieza a reír, contagiándome la risa a mí también.
-Vamos, corre, no podemos arriesgarnos a que nos vea nadie más.
Me agarra de la mano y tira de mí.
Finalmente llegamos a una especie de zona boscosa, con una valla enorme y una caseta al lado, supongo que será la caseta del jardinero, ya que hay utensilios de jardinería a su alrededor.
-Sube.- me dice poniéndose de rodillas y acercando sus manos entrelazadas a mí.
-¿Estás de broma no?
-Que va, mira, te apoyas en mí, te ayudo a subir a la caseta y desde arriba escalas lo que queda de valla y te deslizas por ella al otro lado, es fácil.
-Estás mal de la cabeza.
-Pensaba que no eras una cobarde.- me sonríe de forma retante, y acepto el reto.
-Si me caigo te mataré.- digo apoyándome en él.
-Si te caes huiré para que no me expulsen.- creo que lo dice de broma o al menos eso espero.
Tras algo de esfuerzo logro subir a la caseta, y él me sigue.
-Bien, ahora viene lo gracioso. -dice mirando hacia abajo.
-¿Te hace gracia la situación?- digo al asomarme y ver que hay más altura hacia el suelo de la que me esperaba.
-Bajaré primero, así podré ayudarte si quieres.
No quiero que piense que necesito su ayuda, puedo arreglármelas muy bien sola así que me adelanto y procedo a bajar.
-Mejor bajo yo primero, tal vez el que necesite ayuda seas tú.
Se ríe, y yo retengo una pequeña sonrisa.
Cuando llego abajo el corazón me va a mil, no puedo creerme que acabe de saltar una valla en mitad de la noche para escaparme de este lugar cuando hasta ayer no salía sola ni a por el pan.
Ethan salta a mitad de la bajada y camina a mi lado.
-Vaya, me ha sorprendido que te atrevieras.
-Bueno, estoy llena de sorpresas.- la tripa empieza a rugirme, Ethan la oye y me mira sonriendo.
-Tus sorpresas parecen tener hambre.- dice y se ríe.
-¿Dónde está el local de comida basura?
-Bueno, el más cercano está a diez kilómetros.
Al oír eso el cuerpo se me contrae y le miro boquiabierta.
-Debes estar de broma.
-No, no bromeo con la comida.
-¿ME HAS SACADO HASTA AQUÍ PARA NADA?
-No, voy a invitarte a cenar.
-¿Dónde, en medio de la carretera?
-No, vamos a hacer autostop .
-Mira, creo que se te está yendo la cabeza del todo.
-Puede, pero no digo nada que sea mentira.- parece divertirle la situación- Mira, ahí viene un coche.
Empieza a mover las manos para llamar su atención pero, no para.
-Vaaaaya, que idea más genial has tenido.
-¿Puedes alejarte un poco?- me dice de repente.
-¿Para qué?
-Es que creo que tu negatividad espanta a todo lo que nos rodea.
Volteo los ojos en señal de burla y empiezo a mover los brazos al ver que un coche se aproxima.
Esta vez sí que para, y una mujer con un niño pequeño nos invita a subir.
Ethan y yo nos sentamos atrás, al lado del niño.
No puedo evitar reírme al ver que el niño empieza a pegar a Ethan.
Este me pega un codazo que no hace nada más que incrementar mi risa.
La mujer es muy amable a la par que cotilla, pregunta demasiado.
Ethan parece tener todo bajo control.
Contesta de forma educada y concisa, supongo que no es la primera vez que se encuentra en una situación parecida, y si lo es realmente admiro su tranquilidad.
Finalmente la mujer para el coche frente un restaurante de comida rápida y se despide de nosotros.
-Ves, al final va a valer la pena.- dice Ethan entrando.
-Espero que la hamburguesa sepa mejor que la expulsión a la que nos enfrentamos.
Se ríe, me siento algo preocupada, pero intento convencerme a mí misma de que nadie se dará cuenta de nuestra ausencia dado que la fiesta seguirá un par de horas más.
Pedimos un par de hamburguesas, patatas fritas, y dos refrescos.
-¿Te gusta?
-No está mal.- no está nada mal, de hecho es la mejor hamburguesa que he probado en mi vida, pero no pienso decírselo.
-Bueno, chica de la hamburguesa, ¿qué hace una chica a la que le gusta la comida basura en un lugar en el que sirven caviar?
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