La belleza de la maldad
Ethan (Ace)
La belleza.
¿Qué es bello y qué no lo es?
Es una de las cosas más subjetivas del universo.
Lo que a ojos de una persona puede parecer lo más bonito del mundo, a ojos de otra, puede parecer la cosa más horrible que jamás podría llegar a imaginar.
-Ethan.
-¿Eh? Lo siento, ¿cuál era la pregunta?
-¿Cree usted que la belleza es una herramienta del mal? Justifique su respuesta.
-Sí, así es.
-¿Su justificación?
-Una persona cuya apariencia atrae o inspira ternura, belleza o sensaciones positivas, tiene mucha más facilidad a la hora de aproximarse a sus víctimas, el engaño se lleva a cabo de forma más sencilla cuando se tiene como escudo ''la cara del bien'', por mucho que bajo esa capa se encuentre la mayor maldad existente, es indiscutible que los humanos nos dejamos llevar por las apariencias.- me doy cuenta de que todo el mundo me mira de forma fija, he captado su atención.- No estoy diciendo que la belleza esté directamente unida al mal, pero sí que el mal puede utilizarla a su antojo para manipular a los demás.
-Ya veo, bien, muy bien, buena teoría.
Asiento mientras veo cómo el profesor anota algo en el cuadernillo que lleva en la mano.
Saco el móvil de mi bolsillo disimuladamente y miro la hora, bien, ya queda poco para que acabe la clase.
Tengo varios mensajes de Derek.
''Me la he cruzado''
''Me da mala espina''
''No me ha dicho nada''
''Nos vemos para comer''
Desde que llegó Kath no ha pegado ojo, no le culpo, a mi tampoco me hace mucha gracia tenerla rondando por aquí, pero sí que es verdad que nos ha quitado un peso de encima en cuanto a Jade.
No le agradezco ni mucho menos le debo nada por hacerlo, es sólo que su plan ha chocado con el mío y he salido beneficiado, eso es todo.
'RIIIIIIIIIING'
Se acabaron las clases por hoy, gracias.
Salgo al pasillo.
-¡Ethan!- me llama una voz a mis espaldas.
Me giro.
-Me ha encantado tu punto de vista sobre la belleza y el mal.
-Gracias.
-De nada.- dice Leena con una sonrisa de esas que la caracterizan tanto.
Asiento y procedo a seguir andando.
-Espera.
-...- me giro de nuevo.
-¿Crees...? Bueno... yo... ¿Crees que podríamos quedar para estudiar alguna vez?
-¿Para... estudiar?
-Sí. Si quieres, claro.
-Sí, ¿por qué no?
-¡Genial! Hablamos luego.- dice alegremente justo antes de alejarse de mi.
No le doy importancia al asunto, supongo que no me sorprende su oferta.
Llevo tiempo notando interés por su parte, sabía que me hablaría tarde o temprano.
Avanzo por el pasillo de forma lenta mientras miro los mensajes de Derek.
-Vaya, vaya...
Esa voz.
¿Cómo no?
-¿Pero qué ven mis ojos?
-Vaya, vaya, Ace, un placer verte después de tanto tiempo.
-Ojalá poder decir lo mismo.
-¿No me has echado de menos?
-Déjate de gilipolleces, no soy Derek, no te tengo miedo, así que sigue con lo que sea que hayas venido a hacer y apártate de mi camino, no te volveré a advertir.
Avanzo dejándole atrás, con esa cara de incredulidad que todo ser humano tiene cuando se le da de probar su propia medicina.
-Ethan.
Parece que esta chica no se da por vencida.
-¿Qué?- digo sin girarme.
Saco un cigarro y me lo coloco en los labios.
-Una pena lo de Brooke...- me susurra al oído.
Me congelo, me ha dado donde más duele, pero no le voy a dar el gusto de demostrarlo.
Sigo caminando, sin girarme, sin mirar atrás, sin darle el privilegio de la atención.
Salgo por la puerta y avanzo a la vez que intento encender el cigarro.
Me tiembla el pulso.
La rabia, la tristeza, todo se apodera de mí.
Brooke...
Los buenos recuerdos vienen a mí y los acompañan los malos.
Kath.
''Zorra'', pienso.
(++++++)
-Vamos Derek, vamos a llegar tarde a clase joder.
-Ya vale joder, déjame coger la mochila.- contesta Derek agobiado.
Corremos calle abajo en dirección al autobús.
-Como perdamos el bus te arranco la cabeza.- le digo a Derek.
-Si corres y te callas tal vez no tengas que hacerlo.
-Si me hicieras caso cuando te digo las cosas no tendríamos que correr.
El bus está parado, la gente está subiendo.
Sube la última chica.
Las puertas se cierran y comienza a avanzar.
Miro con cara de asesino a Derek mientras freno.
-Gracias.- le digo.
Me evita la mirada y musita un leve ''lo siento''.
De repente se detiene el bus de nuevo y baja una chica.
-Chicos, vamos, rápido.
Nos miramos entre nosotros ante el suceso tan inesperado que se acaba de llevar a cabo y corremos hacia el bus.
Subimos y tras pagar nos sentamos, agotados tras la carrera que acabamos de realizar.
La chica que nos ha indicado que corriéramos nos mira de forma sonriente.
-Gracias.- susurro con una sonrisa.
-De nada.- contesta ella sin dejar de sonreír.
Es guapa, tiene una sonrisa bonita, un pequeño espacio entre ambas paletas que le dan un aire de adorabilidad increíble.
Sus pómulos y su nariz resaltan debido al innumerable número de pecas que los cubren y lleva mechones de su corto y negro pelo alborotados de un lado a otro.
-Me llamo Ethan.- digo de forma algo insegura.
-Mi nombre es Brooke.- dice con una sonrisa.
Asiento de forma tímida, no sé qué me pasa, pero no logro apartar la mirada de ella.
Es como si atrajera toda mi atención hacia ella como un imán.
-¿Vais al Eastwood?
-Sí... sí, ahí vamos. ¿Y tú?
-Yo también, es mi primer día.
-¿Ah si?
-Sí, estoy algo nerviosa.- dice sonriente.
-No te preocupes, si necesitas cualquier cosa puedes contar con cualquiera de nosotros.
-Gracias Ethan, y gracias...
-Derek.- contesta Derek de repente.
-Derek, bien.- dice ella.
Llegamos a la bajada y bajamos los tres juntos, cruzamos un par de miradas y no hubo duda alguna de que me iba a enamorar de ella, y así fue, mi primer amor.
(....)
-Ethan, Ethan, tío, para.- logro escuchar de repente.
-¿Eh? ¿Qué?- miro hacia un lado como si hubiera aparecido en otro sitio de repente.
Me encuentro con Arthur, sujetándome por los hombros mientras yo aporreo la pared con un aire de locura preocupante.
-Para...- su cara pálida lo dice todo.
-Yo...
-Otra vez no por favor.- su voz se siente quebrada.
-Lo siento...- me falla la voz.
-¿Otra vez...?
-No quiero hablar de ello.
-Por favor, deja de apartarme de ti cada vez que necesitas ayuda.
-No necesito ayuda.
-Sí que la necesitas.
-No, para de intentar victimizarme, no soy ninguna víctima y mucho menos voy a permitir que me trates como tal.
-No creo que seas una víctima, pero no quiero que te vuelvas loco.
-Para de preocuparte por mi y comienza a preocuparte por tus problemas.- digo y procedo a marcharme.
-Tienes razón, ya tengo bastantes problemas como para intentar solucionar los de un gilipollas que no sabe valorar la ayuda que se le presta.
Me giro, pero ya se está marchando, no voy a disculparme, aunque sé que me he comportado como un capullo con él, pero creo que es mejor así, no quiero que se entrometa en temas que le pueden provocar problemas, le tengo demasiado aprecio a ese idiota como para meterle en problemas, sé que me acabaría preocupando por él.
Pienso en Brooke, en todo y nada a la vez, en la fuerza y el dolor que me transmite cada uno de sus recuerdos, hasta ese día...
Recuerdo su mirada, su expresión aterrada, sus latidos, sus palabras, su último aliento...
Me dejo caer contra la pared.
Me siento y esta vez sí que me logro encender el cigarro.
Recuerdo la atracción que desde el principio sentí por Brooke y pienso en Jade, en como desde un primer momento llamó mi atención, esbozo una sonrisa melancólica, esa chica...
Jade me recordaba a Brooke, su personalidad, su extremadamente estúpida curiosidad, su valentía, su muerte...
Expulso el humo de forma lenta, como regulando la velocidad a la que quiero que abandone mi cuerpo, y una vez que lo expulso me vuelvo a sentir vacío.
-¿Estás bien?- dice una voz a mi lado.
-¿Estás aquí? Sabes que no pueden vernos hablar...
-Está bien, no hay nadie.
-Yo...pfff...- murmuro llevándome las manos a la cabeza.
-Tenías que hacerlo, tenías que matarla, tenías que matarlas, era lo correcto.
-Entonces, ¿por qué me siento así?
-¿Te sientes mal?
-No... me siento... vulnerable.
-Tal vez vaya siendo hora de saciar tu sed de sangre.
Alzo la mirada ante lo que acaba de decir.
-Pero... ¿a quién?
-Seguro que tienes a alguien en mente.
-Pero, no puedo, no quiero causar más problemas, y menos perjudicar a Derek.
-Veo que te preocupa mucho lo que opine ese Derek.
-Es que él... es el único que siempre ha estado ahí para mí...
-Yo siempre he estado ahí, desde mucho antes, tal vez deberías deshacerte de él.
-No es lo mismo... no puedo...
-Quién sabe, tal vez me ocupe yo de hacerlo.
-¡No! Por favor...
-Entonces confía en mí y aléjate de él, sólo te causará problemas, no necesitas a nadie más que a mí.
Se levanta.
-Me marcho, pero no tardaré en volver, esta vez he vuelto para quedarme.
Veo como se aleja, ''joder'', pienso, si no tenía bastantes preocupaciones ya, tenía que aparecer él de nuevo, la causa de todos mis problemas.
Puede que tenga razón en el fondo, puede que deba alejarme de Derek, al fin y al cabo él no me entiende, no puedo dejar que me frene.
El monstruo ha vuelto, y esta vez no parece querer irse.
DEREK
Suspiro, miro la hora.
Estoy nervioso, apenas logro dormir por las noches, y por el día siempre me mantengo alerta, la comida no me entra y me comienzo a sentir cada vez más y más débil.
Veo en la otra punta del comedor a Kath, rodeada de gente, parece encajar a la perfección, nadie parece darse cuenta de que no es Jade, y a mí eso me está matando.
Es... exactamente igual, pero nunca llegará a su altura, nunca igualará su encanto, su alegría, sus tonterías...
Por un momento cruzamos miradas.
''Mierda'', pienso y miro hacia otro lado.
Avanzo con la bandeja y tomo asiento, me siento solo, no me apetece hablar ni mantener ningún tipo de interacción con nadie en estos instantes.
Procedo a comer cuando por desgracia avisto una silueta que me es familiar.
-Hola cariño.
-¿Qué quieres?- digo sin dirigirle siquiera una mirada.
-Quiero proponerte una tregua.
-¿Qué?- capta mi atención.
Le miro.
-Bueno... ya que vamos a pasar mucho tiempo juntos, quiero que dejemos a un lado el pasado.
-¿A qué viene eso ahora?
-Ya no somos críos Derek, hemos madurado de formas distintas, pero igualmente perversas, aún así, venimos del mismo sitio, y quiero que sepas que no estoy loca ni quiero hacerte daño, es más, puede que necesite hasta tu ayuda en un futuro, y quiero que estés de mi lado.
-¿Qué te hace pensar que voy a aceptar tu oferta?
-Puede que aún sea pronto para que lo hagas, pero, quiero advertirte de que tengas cuidado.
-¿Me estás amenazando?
-No, te estoy advirtiendo, cuanta más distancia guardes de Ace, mejor será, no le conoces realmente, no sabes cómo es en realidad.
-¿Y tú sí?
-Desde luego más que tú sí, es peligroso y solo quiero que no te des cuenta cuando ya sea demasiado tarde para detenerlo.
Me mantengo en silencio.
-Solo quiero que sepas que dentro de toda esta historia, la mala no soy yo.- prosigue al ver que no digo nada.
Veo que algo capta la atención de su mirada, me giro, Ethan está entrando, tiene los nudillos cubiertos de sangre y una expresión facial indescifrable.
-Puede que ya sea demasiado tarde...- dice Kath de forma casi inaudible mientras se aleja de la mesa.
Me levanto de forma inmediata y me dirijo hacia Ethan.
-¿Qué cojones te ha pasado?
-Apártate de mi vista.- responde, me toma por sorpresa.
-¿Qué narices has hecho esta vez?
-No te lo voy a repetir más veces, apártate de una puta vez.
-¡No!- me doy cuenta de que todo el comedor nos está mirando.- Ethan, mejor vamos a hablar a otro sitio.- le susurro al ver que la gente nos está comenzando a rodear con curiosidad.
-No tengo nada que hablar contigo.- su mirada emana furia y la mía cada vez debe de notarse más confusa aún.
Le intento empujar hacia la salida, cuando de repente, alza la mano y me propina un puñetazo en la mandíbula con tal fuerza que caigo al suelo mareado del dolor.
-No te vuelvas a acercar a mí.- dice y se marcha.
Me quedo ahí, en el suelo, sin saber cómo reaccionar, qué hacer o decir.
-Te lo advertí, ahora el monstruo anda suelto.- un susurro alcanza mi oído.
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