Introducción
JADE
Bostezo de forma excesiva, estoy agotada, no sé ni a qué hora me quedé dormida, me giro y veo a Derek, aún tiene la cabeza apoyada en mi pecho, sonrío.
Digamos que la noche de ayer fue algo... bueno, como decirlo, intensa, no me esperaba para nada lo que ocurrió, ni siquiera se me había pasado por la cabeza, pero sucedió, sin más, y no me arrepentía de nada.
Puede que al final Derek no fuera malo a pesar de todo, puede que deba darle una oportunidad, pero una de verdad.
Al fin y al cabo Ethan no es que procesara mucho interés hacia mí y estábamos bien como amigos.
Decido apartarme despacio, tratando de no despertar a Derek.
Corro hacia el baño, es sábado y por lo tanto la gente debe seguir durmiendo todavía, Emily ni siquiera apareció por aquí anoche, cosa que agradezco.
Me lavo la cara y me peino el pelo en una coleta un tanto maltrecha, me pongo unas mallas negras y una camiseta ancha.
Me calzo mis deportivas y tras coger las llaves y el móvil me largo, corro a toda prisa por el pasillo, y salgo de los edificios para adentrarme en una carrera hacia la caseta del jardinero.
Os preguntaréis a dónde narices voy, me marcho al cementerio.
Algo lúgubre, sí, os prometo que no todos mis fines de semana comienzan en el cementerio.
Quiero aprovechar que no hay clase y que prácticamente nadie está despierto aún para marcharme y volver sin que nadie se dé cuenta.
Miro el móvil.
Son las 07:30 de la madrugada.
Salto la valla como Ethan me enseñó y tras echar un último vistazo a google maps corro en dirección al cementerio.
Paso bastante tiempo corriendo, hasta que me canso y me decanto por andar, procuro mantenerme lo mas alejada posible de la carretera, sería extraño encontrar a una chica corriendo a estas horas por aquí, y de alguna forma me siento insegura.
Os sonará a locura, pero es como cuando vas por la calle y sientes que alguien te sigue, pero te giras y no ves a nadie, siento exactamente lo mismo en este momento.
Tras largo rato, pasado un tiempo avisto la enorme valla que censura la entrada al lugar.
Avanzo y tras posarme frente a ella veo que está cerrada.
''Joder'', pienso.
En ningún momento pensé que el cementerio tuviera un horario de apertura o algo así.
Decido dar una vuelta por la zona, tal vez logre encontrar una forma de entrar.
Sí, sí, sé lo que vais a decir, ''estás loca, ¿y si te pillan?'', ''meterse en un cementerio de esa mala manera es irrespetuoso'', ''respeta a los muertos'', lo siento, pero no puedo quedarme a esperar, necesito volver.
Tras intentar rodear el recinto, veo que esto es tan grande que tal vez para la hora en la que lo consiga rodear ya habrán abierto.
Cuando comienzo a perder la esperanza, un gato, sí, un gato, me ilumina el camino.
Veo que a un par de metros de distancia, hay una zona del cementerio en la que el muro está en construcción, está cerrada con una especie de malla metálica en la que hay una pequeña grieta.
El gato se las arregla para entrar por ahí.
Me agacho y miro entre la grieta, con ambos brazos comienzo a tirar de forma que pueda agrandarla lo suficiente como para conseguir entrar y salir, aunque sea agachada.
Me araño las palmas de las manos, pero logro tirar lo suficiente.
Suspiro y entro.
La camiseta se me engancha, y siento como me araña la tela metalizada en la espalda, me escuece, pero aún así sigo.
Una vez dentro, miro con detenimiento, este lugar es inmenso.
Veo un poste con un mapa de la zona a mi derecha y me dirijo hacia él.
Le hago una foto, me será útil cuando me adentre aún más.
Como sospechaba, está dividido en sectores y filas, cada zona tiene de hecho un número específico.
Busco en el mapa.
Estoy justo en el sector norte, un cartel me indica que estoy en la fila 15, bien, sigo hacia la derecha, fila 16, 17, 18...
Fila 21.
Me frustra no saber lo que busco.
En la fila 21 hay muchas lápidas distintas, y no tengo ni idea de cual de ellas puede ser.
La zona 5, miro por todas partes, no hay zona 5.
¿Qué?
Zona 1.
Zona 2.
Zona 3.
Zona 4.
Zona...
¿6?
No hay zona 5.
No puede ser...
Entonces, ¿qué cojones significa el número 5?
Suspiro.
Me escuece la espalda, me siento mareada, y no me hace ni puta gracia haber venido hasta aquí para nada.
Me paro entre las zonas 4 y 6, como si por arte de magia fuera a aparecer algo.
Nada.
Espera...
Oigo un ruido.
Me giro de forma brusca.
Un escalofrío me sacude de arriba a abajo.
Observo de forma nerviosa todo lo que me rodea.
De nuevo esa sensación, pero esta vez, el sonido de unos pasos, me indica que realmente alguien me está siguiendo.
Corro, asustada, sin saber de quién o de qué.
Me dirijo a un mausoleo que hay justo enfrente de mí, sí, llamadme idiota, pero la mejor idea que se me ocurre es la de entrar a un mausoleo, sí, a acorralarme aún más.
Mi respiración es agitada, el cuerpo me tiembla, estoy asustada y siento que voy a vomitar en cualquier momento.
Miro, de forma detenida el lugar en el que me he metido, totalmente oscuro, enciendo la linterna, y por arte de magia lo veo.
Un número cinco preside la sala, varias placas en las paredes llevan grabados nombres que no reconozco, pero hay algo que coincide en ellos, un símbolo, un pequeño símbolo, que para una persona cualquiera sería inapreciable, pero yo ya había visto ese símbolo anteriormente.
Esa llama geométrica.
La hermandad.
En el suelo del mausoleo una frase.
''Fratres Ignis''
¿Hermanos de Fuego?
Tiene sentido, es el nombre perfecto.
Pero... ¿qué se supone que tengo que sacar de aquí?
Mi corazón se detiene, junto a él mi respiración, me echo hacia atrás, los pasos se oyen cerca, muy cerca.
Bajan los escalones, y...
Respiro, esa figura.
Suspiro y esbozo una sonrisa.
-Eres tú...- digo aliviada.- Me has asustado.
-¿Qué haces aquí?- dice, está muy serio.
-Eso mismo debería preguntarte a ti.
De repente me doy cuenta de un detalle.
Sostiene una pala en la mano, ¿qué hace con una pala?
-¿Para qué es la pala?- pregunto.
-Lo siento.- contesta.
-¿Qué?
Acto seguido, se aproxima a mí, veo como alza los brazos con la pala en la mano y cierra los ojos.
Cuando me echo para atrás, es demasiado tarde.
PUM.
-Mi... mi cabe..za.- logro musitar, me ha golpeado, me ha...
Me toco la parte frontal de la cabeza, es, es sangre, me echo hacia atrás como puedo, me doy con el muro en la espalda, me mareo.
No pienso con claridad, no veo con claridad.
-Lo siento...- llora.
-No...
Otro... otro golpe.
PUM
PUM
PUM
.......
DEREK
Corro, como si la vida me fuera en ello, veo el mausoleo, oigo golpes, ya llego, acelero.
Entro, de forma inconsciente, brusca, alocada, como si no supiera lo que hago, pero a la vez sí.
Y ahí está, los golpes no cesan, en el mismo sitio, una y otra vez, un cuerpo, desfigurado, sangriento.
-LO SIENTO.- llora él, a la vez que vuelve a golpear a la víctima con el arma del crimen.
-ETHAN, PARA.
Le sostengo, sigue pegándole, no para, le tiro al suelo.
-Lo siento...- susurra entre llantos.
-Shhh...- se derrumba, entre mis brazos.- Ya ha pasado, estoy aquí contigo.
-Ella... lo sabía.- llora.- He tenido que hacerlo, ella lo sabía.
-Lo sé, lo sé.
Le abrazo, como si de un niño vulnerable se tratara, miro al frente, aprieto los labios, las lágrimas caen, ahí estaba, lo que quedaba de aquella chica a la que no hace más de unas horas le había quitado la virginidad, ahí yacía, su cuerpo desfigurado, sin vida, sangriento, otra víctima, otra más.
-¿Te habías enamorado?- dice Ethan.
-Estaba a punto.- le miro, está lleno de sangre, le ha salpicado por todas partes.- Me has salvado, nos has salvado, eres un héroe.
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