Obedientemente todos seguimos a aquella criatura, daba vueltas por todo Leumas y nosotros con palas en mano, listos para lo que se avecinaba. Esto era un pesadilla, cuando todo ésto acabara no me separaría ni un momento de mi hermana.

- ¡Quietos! - su mandato nos tomó por sorpresa a todos deteniéndonos en seco, haciéndonos chocar unos con otros, el aladrido de Johnny se hizo presente cuando cayó sobre su trasero, el muerto comenzó a reír como loco al verlo - ¡A cavar aquí mismo!

- ¿Cavar? - fue Lucas el primero en preguntar.

Luego de asustarnos y hablarnos con tremenda ironía, accedimos a hacer lo que había pedido. Jungkook fue el primero en palear la tierra del lugar. Nos encontrábamos en el patio de la institución a la vista de cualquiera. Yoongi fue el siguiente en tomar la pala y sucesivamente el resto de nosotros. El sudor por el esfuerzo resbalaba por mis sienes y cuello. ¿Cuánto faltaba?

- ¡Miren ésto! - la voz de Sunha nos hizo acercarnos a ella para mirar hacia el hoyo - Esto es...

La rubia dejó caer una mano con tejido necrosado, en su rostro se podía ver el asco que aquello le provocó. La tomé en mis brazos antes de que se desplomara desmayada. Johnny estaba vomitando. Era una asquerosidad, teníamos al frente a un muerto.

- ¿Qué carajos es ésto? - inquirió Taeyong con cara de asco.

Sabía que éste internado no era normal, me dedicaría a descubrir lo que pasaba allí.

- Eso es todo chicos - dijo la criatura con satisfacción - Acaban de entrar en un juego que no podrán salir hasta que se decida el ganador. Ahora solo depende de quien juegue mejor - rió endemoniadamente - Nos vemos pronto.

¿Esto era lo que él quería mostrarnos? ¿Por qué enseñarnos el cuerpo de aquella persona muerta?

Los ojos de mi hermana se cerraron y las venas negras que estaban alrededor de éstos fueron desapareciendo de a poco, antes que perdiera las fuerzas en sus piernas y cayera al hoyo junto al muerto.

- ¡Hestia! - grité tratando de alcanzarla, pero los reflejos de Yoongi fueron mucho más rápidos y la tomó en sus brazos.

- ¿Está bien? - preguntó Johnny con preocupación.

Mark se acercó al cuerpo de mi pequeña para chequear sus signos vitales y asintió en nuestra dirección. Fue un alivio para mí, el alma me había regresado al cuerpo.

Hestia despertó abruptamente mostrándonos sus hermosos ojos verdes nuevamente. Su mano apretó el brazo de mi mejor amigo cómo suplicándole que no la soltara, lo miró fijamente comenzando a llorar y terminó abrazando al pálido como si su vida dependiera de ello y volvió a perder el conocimiento.

Me permití destilar las lágrimas que había estado reteniendo desde hacía un buen tiempo. Me tapé el rostro con mis manos sucias de la tierra, sentí a alguien atraerme a su pecho y abrazarme fuertemente.

- Mi hermanita - Sollocé.

- Shh, todo estará bien.

Realmente quería creer en las palabras de Jungkook pero algo me tenía inquieta. Estaba segura que no sería la primera ni última vez que sucedería algo así.

[...]

Era tarde cuando salí de la biblioteca del internado, ya había pasado el toque de queda y los pasillos estaban oscuros. Había estado leyendo mucho, intentando encontrar algo que me sirviera para desmantelar los secretos de Leumas, pero todo fue en vano, una pérdida de tiempo.

Había dejado a Hestia descansando en la habitación y reglamente esperaba que no hubiese salido de allí mientras yo no estaba, no quería que le volviera a pasar algo malo.

Paré en seco al sentir a alguien persiguiéndome en la oscuridad, me giré pero no distinguía ningún aura que me hiciera saber quién era. ¿Jungkook? Era al único que no podía leer.

Bufé siguiendo con mi camino, no estaba para sus bromas, me moría de cansancio.

"Hazel"

Una voz se metió en mi cabeza, entonces me detuve otra vez, pero nuevamente no había nadie. ¿Qué estaba pasando?

"Hazel, te necesito"

- ¿Quién eres? - murmuré observando a las penumbras.

"¡Sígueme!"

Ni en joda, yo no iba a seguir a nadie. ¿Qué tal y si se me aparecía otro muerto? Nunca había sentido tanto terror en mi vida cómo ahora.

"Hazel, ven"

Me apreté la cabeza, comenzaba a dolerme. Aquella voz se parecía mucho a la de mi madre muerta, aunque pasé aquello por alto.

- ¡Déjame! - chillé del dolor, algo caliente escurrió por una de mis fosas nasales y el sabor metálico que sentí cuando cayó en mis labios me hizo saber que aquello era sangre. Me limpié con el dorso de mi mano y levanté la cabeza para detener el sangrado - ¿Qué quieres de mí? - pregunté a la nada.

"Solo sígueme, por favor"

Vaya, un muerto con modales.

- Te seguiré - dije finalmente - ¿A dónde me quieres llevar?

Tal vez podía descubrir algo así, solo rezaba para que no fuera otro cuerpo sin vida.

"Al bosque"

¿Qué? Eso era más aterrador aún.

Con miedo en mi caminar seguí la voz hasta el lugar dicho. Estaba rodeada de neblina y había frialdad, podía escuchar perfectamente los animales nocturnos, no era bonito lo que estaba sintiendo en éste instante, ya quería irme.

"¿Lo ves?"

¿Qué cosa tenía que ver?

Me escondí detrás de un árbol al percatarme de una persona cerca, estaba como a un metro de mí y me daba la espalda. Me asomé tratando de leer su mente pero no lo conseguí, tuve que volver a mí escondite cuando miró hacia atrás. Era el cuerpo de un hombre fornido. Apoyé mi espalda al robusto cigüeñal, el corazón me latía a mil por hora, tenía miedo de que me encontrara. Cuando volví a asomarme no había rastro de él. ¿A dónde se había ido?

- Hazel - me giraron apoyando mi espalda al árbol.

- ¡Ay, mierda! - chillé entrando en pánico cerrando los ojos.

- ¿Qué haces aquí?

Alcé mis párpados poco a poco observando al chico frente a mí. ¿Qué hacía él allí?

Oh, espera, él era al que no pude leerle la mente, claro.

- ¿Cómo te diste cuenta que estaba aquí? - inquirí.

- Eres la única que siempre está tratando de leer mi mente.

- ¿Tú sientes eso? - él asintió ahora estaba estupefacta, comúnmente nadie se daba cuenta cuando les leía la mente.

- ¿Por qué estás persiguiéndome? - fue su turno de preguntar.

- No te estaba siguiendo - me defendí - Yo...

- Shh - me cayó haciéndome mirar en la misma dirección en la que él observaba, otra persona se veía a lo lejos, pero al cabo de unos segundos se esfumó.

- ¡La santa madre! - suspiré aliviada - Un día de éstos voy a morir de puro espanto.

Jungkook comenzó a reírse y no tan bajo, en cualquier momento se aparecería alguien por su culpa.

- ¡Cállate o te callo, idiota!

- Si me vas a callar, que sea con un beso - dijo parando de reír - Dicen que robar es malo, yo nunca lo haría; pero un beso tuyo, con gusto lo robaría.

- ¿Qué?

- Tengo antojo de un beso tuyo - ajá, sí, claro y yo se lo daría, nótese mi sarcasmo - Me urge besarte, Hazel.

- ¡Cá...

Abrí los ojos como plato al sentir su boca sobre la mía, el tarado sí se había dignado a callarme. Sin darme cuenta de aquello ya me encontraba disfrutando del beso. El muy hijo de... De su madre besaba increíble. Mis brazos se enredaron detrás de su cuello y me puse en puntillas para tener más acceso a su morro.

El movimiento de sus labios sobre los míos se sentía como estar tocando las nubes con mis propias manos. Como si estuviese en el cielo o en el puto paraíso.

Me levantó y mis piernas abrazaron su cintura, mi espalda estaba apoyada al árbol y sus manos vagaban por mí cuerpo haciéndome estremecer. Su lengua se unió a la labor, acariciando de un extremo a otro mi cavidad bucal. Soltó un gruñido cuando jalé el cabello de su nuca. Sentía mi cuerpo entero arder, como si me estuviese quemando en el infierno y él fuera Belcebú consumiéndome completamente. Gemí sobre sus deliciosos labios al sentir el apretón que le dió a mi muslo desnudo.

¿Qué me estaba pasando?