Miré a mi hermana toda amorosa con ese animalito peludo que recién me enteraba que era suyo. ¿De dónde lo había sacado?

- Hestia..

- Ahora no Hazel. Me siento mal - sin más se tiró sobre su cama con el gato entre sus brazos.

¿Y cómo me sentía yo? Ella no se hacía una idea de eso, en verdad quería hablar con ella, detestaba que estuviéramos enfadadas.

Me resigné a seguir con una batalla que se encontraba más que derrotada. Con desgano tomé una ducha y me marché a las clases, no me podía seguir dando el lujo de estar faltando.

Con mis inseparables auriculares me dirigí hacia el salón. Una sonrisa burlona se me dibujó en el rostro al ver la escena que se reproducía a unos metros de mí.

Una Hazel – que obviamente no era yo – siendo acorralada a una pared por Jungkook, que estaba a solo centímetros de la boca de mi doble.

Maldición, desde acá se miraba sexy en esa postura de acosador con la que me coqueteaba siempre. Su brazo tatuado me hacía suspirar idiotizada. ¿Ya había dicho que me gustaban esos garabatos en su piel lechosa? Porque joder, me encantaban.

Tratando que no se diera cuenta de mi presencia entré al aula, luego me encargaría de molestarle con eso. Ese maldito de Johnny también me las pagaría, no tenía que ir por ahí utilizando su don de la Metamorfosis para convertirse en mí. ¿Era gay?

Cuando llegué a mí lugar Lucas lo ocupaba a la vez que hablaba con Sunha que me daba la espalda.

Me quité uno de mis audífonos y entrelacé mi brazo al de la chica. Ella me miró horrorizada.

- ¿Cómo es posible? - murmuró ella con los ojos abiertos como platos, por alguna razón estaba sorprendida.

- ¿Qué? - pregunté con curiosidad, viajé la vista de ella hasta los chicos que me miraban estupefactos.

¿Estaban así por lo de ayer? No puedo creer que ellos tuviesen miedo de mí.

- ¡No te has electrocutado! - chilló la rubia observando nuestros brazos juntos.

- ¿Querías que me electrocutara? - alcé una ceja.

- Claro que no, es mi don, la Electroquinesis - balbuceó - Cuando alguien me toca estando entretenida, siempre termina rostizado.

Esta vez la que la miró con horror fui yo, apenas conocía sobre su poder sobrenatural. ¿Estuve a punto de morir? ¿Pero por qué no pasó?

Me alejé de ella y volví a tomar su brazo pero nada pasó.

¿Qué cojo..

- ¿Muñeca, también te teletransportas?

Jungkook llegó hasta mí abrazándome por la espalda y dejando un beso en mi mejilla.

- ¡Ese es mi don! - alzó el brazo Lucas - Pero ojitos lindos llegó caminando hace un momento - comentó envuelto en confusión.

Había sonado lindo ese tonto apodo de su parte.

- Pero si dijiste que ibas al baño - dijo el pelinegro, desorientado.

- ¿Te besuqueaste con Johnny? - pregunté riéndome.

- Soy hetero, preciosa - respondió.

- No, Jeon. A quién acorralaste en el pasillo fue a Johnny haciéndose pasar por mí.

Al girarme, una mueca de asco adornaba su bonito rostro. Se me escapó una carcajada al verlo con las mejillas rojas, había dado en el clavo.

- ¡Maldición, ese mandril! - renegó tensando la mandíbula.

- Por cierto, Catalina te buscaba - me burlé.

- Muñeca - lloriqueó.

Sí, exacto, ya había averiguado todo sobre su cita. No fue difícil la verdad, la chica parloteaba hasta por los codos. Dentro de nada vendría a nuestro salón a pedirle salir a otro chico porque Jungkook le había dicho que no.

¿Me estaba volviendo una tóxica? Pero si ni siquiera estábamos saliendo, como sea.

- ¡Lucas! - di un golpe en mi pupitre.

- Hola para ti también - respondió ufano y con tono burlesco sonriendo bonito.

- ¿Me dejarás sentarme?

- Oh, su queridísima alteza, disculpe usted - se levantó de mi silla y la limpió con la mano - ¿Me hace el favor de poner su trasero en la silla? - me preguntó con burla.

Rodé los ojos y le hice a un lado para tomar mi lugar. Miré a Yoongi que no había dejado de dormir en todo el rato, así que me tiré encima de él besándole la mejilla.

- Buenos días cielito - bostezó dramáticamente, creí que me tragaría en el proceso.

- ¿Por qué siempre tienes sueño? - me reí de su semblante cansado, como si hubiese estado toda la noche de guardia en un cementerio.

- Porque....

- ¡Hazel tienes que ver ésto! - chilló Sunha corriendo en mi dirección con su teléfono en la mano.

La chica de las mechas azules venía detrás de ella igual de eufórica. ¿A qué se debía tanto alboroto?

Me puso la pantalla del móvil en la cara enseñándome una foto del elenco de una película de Zac Efron y Dwayne Johnson. Parecían salvavidas o algo así, pero se miraban muy bien así bronceados con los pectorales al aire.

- ¡Digan algo, me voy a volver loca! - me sarandeó sacándome una sonrisa.

- ¡Oh my Gosh! - grité yo.

- ¡Me encantan! - dijo la otra chica.

- ¡Se me paró una teta! - gritó la rubia.

Las dos la miramos con cara de what that fuck bitch?

Estaba de más decir que todos nuestros amigos estaban a nuestro alrededor mirando la imagen con mala cara. Claro, querían toda la atención para ellos.

"Hazel"

Esa voz en mi cabeza me hizo parar de reír en seco.

"Hazel. ¿Estás ahí?"

- Estoy aquí, joder - siseé adolorida, otra vez sentía ese maldito dolor de cabeza. ¿Por qué me estaba pasando ésto?

- Haz - el llamado de Yoongi me hizo mirarlo de reojo.

Sentía mis ojos arder y me temblaba el cuerpo entero.

"¡Escúchame!"

- ¡Cállate! - grité apretándome las sienes - ¡Cállate de una vez!

- Muñeca - el pelinegro se acuclilló a mi lado tomando mis manos - Eh, mírame -  Aunque quería hacer lo que me pedía no lograba hacerlo.

"Tranquila no te haré daño"

Maldición, pero sí lo hacía. Era raro de explicar, como si me robaran todas mis fuerzas de pronto.

"Escucha atentamente"

- ¡Ah! - gemí en medio del llanto.

"En la entrada su nombre escrito está, no vallas al bosque, cosas sobrenaturales ocurrirán, debes encontrar la puerta ya."

"¿Qué? No entiendo"

"No lo olvides, Hazel"

"Espera"

- Sangre - susurró Lucas.

Y era cierto, mi nariz sangraba una vez más.

- Levanta la cabeza - pidió Taeyong con preocupación.

- No, que la baje - replicó Sunha ésta vez.

- ¿Cómo que la baje? - resopló él pelirrojo.

- Sí, así la sangre no se coagulará y no se ahogará, duh - explicó la rubia.

Ya me estaban hartando, el mal genio venía en camino si no se callaban.

- ¿Arriba o abajo? - inquirí en un bufido haciéndolos mirarme apenados.

- Uff, muñeca, abajo.

Jungkook que aún estaba en cuclillas frente a mí me miró con una sonrisa perversa mordiéndose el labio inferior. ¿Por qué siempre se iba por el camino del doble sentido igual que mi hermana?

- ¿Cómo hago para irme de aquí?

El prácticamente me impedía la salida.

- Yo sí sé hacer que te vengas rapidísimo - me guiñó.

Pero será posible.

- ¡Yah, tienes la mente sucia!

- Mi mente no es que sea sucia, tengo la imaginación sexy - me respondió.

- Sí, bueno. Vamos a limpiarte eso Haz - saltó en mi defensa mi mejor amigo.

- Yo la ayudo - se ofreció.

- ¡Eso sonó raro! - dijeron Lucas y Sunha a la vez.

- ¡¿Ustedes también?! - me espanté.

El grupo no tardó en estallar en carcajadas. Estos chicos sin dudas, ya se habían ganado una parte de mi corazón. Así de locos y con mentes sucias les había tomado cariño a cada uno.