El internado Leumas, se convirtió en mi más grande pesadilla, desde el instante cero, cuando mi hermana y yo entramos por sus angostas puertas de madera oscura.

¿Estudiar?

¡Nah!

Eso quedó en segundo plano cuando comencé a descubrir asuntos turbios. Aquel internado no era tan bueno como aparentaba serlo y yo me encargaría de hundirlo.

Si una vez pensé que mi don sobrenatural era simplemente basura y que solamente me estorbaba, me había equivocado. No podía alegrarme más por que hubiese nacido con dicho dote.

Sin dudas, ese iba a ser mi camino hacia el destino de las sombras.