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"Mi futura esposa"

Era mentira, yo no había hecho esas idioteces estando borracha. Sin dudas me lo pensaría la próxima vez que Lucas me brindara alguna bebida.

Tirando la sábana en la que estaba envuelta miré a Jungkook que me observaba mordiéndose el labio. ¿Qué diablos estaba pensando? Abrí los ojos como platos al fijarme en él. Jeon estaba sin camisa, solo tenía sus jeans puestos con el botón desabrochado. Desde aquí podía ver perfectamente sus boxer marca Calvin Klein asomarse por la faja de su vaquero. Tragué grueso sintiéndome nerviosa otra vez, su cuerpo musculoso cincelado por los mismísimos dioses del Olimpo seguía haciendo estragos en mí.

La vista que me estaba dando no me ayudaba en nada y la jaqueca que tenía culpa de la resaca se intensificó al percatarme cómo se acercaba a mí.

- Yo.. yo me voy - fue lo que dije, pero a quién mentía, yo realmente quería quedarme allí encerrada toda la eternidad con él.

- Uh, creo que no.

Sus brazos rodearon mi cintura tirándome hacia él. Mis manos por instinto pararon en su duro pecho haciéndole sonreír.

- Te voy a besar - su voz ronca me encrispó todos los vellos del cuerpo, éste tipo sí sabía cómo ponerme mal en un dos por tres.

Ni replicar pude pues había cumplido su cometido. Su boca estaba sobre la mía saboreando todo a su paso y yo creí derretirme entre sus brazos. Lo estaba disfrutando, sería una hipócrita si afirmaba lo contrario. Yo lo quería, él se estaba haciendo paso en mi corazón cada vez más y eso me tenía un poco atontada.

Suspiré al sentir mi espalda chocar al colchón y sus besos húmedos en mi cuello, marcando mi piel como tatuaje. Sus caricias me hicieron delirar, pero cuando sentí su erección creciendo entre mis piernas me  desperté del lindo sueño.

¿Por qué me seguía afectando?

Flashback:

- Gime, perra - murmuró contra mi oído - Eres igual a tú madre, una puta.

Fin del Flashback.

Le empujé parándome rápidamente pasándome las manos por el cabello, su confusión se hizo presente al girarme abruptamente hacia él.

- Esto está mal - musité con las lágrimas resbalando por mis mejillas.

- ¿Qué está mal?

- Esto, nosotros - nos señalé - Es mejor que me valla.

- ¿Por qué me estás evitando? - me detuvo estando por abrir la puerta.

- ¡No te estoy evitando! - le encaré.

- ¿Por qué me alejas de ti? - inquirió fastidiado.

- Nunca lo comprenderías.

- ¡Porque no me lo explicas, carajo!

Me hice pequeñita al verlo furioso, claro que le contaría pero no sería hoy y tampoco mañana. No me sentía preparada aún para dar ese paso. Ni siquiera Hestia lo sabía. ¿Cómo se lo diría a él?

Un bufido de su parte me hizo levantar la mirada, el pelinegro restregaba su rostro con frustración.

- El día que me eches de menos, recuerda que yo no quise irme, fuiste tú quien se alejó - fue lo último que dijo antes de salir azotando la puerta a su espalda.

¡Maldición!

Yo en verdad lo quería pero no podía hacerle daño, no a él.

El resto de la mañana fue una real mierda, no me había separado ni un minuto de Yoongi. El pálido había entendido que necesitaba su apoyo, me abrazó y me consoló diciéndome lo especial que yo era, pero no le creía.

¿Cómo una basura como yo podía ser especial?

Sunha me citó en el patio a media tarde porque según ella tendríamos día de chicas, aunque eso no me hacía mucha ilusión, yo solo quería dormirme entre los brazos de mi mejor amigo y no sentirme sola en éste jodido internado.

Supe que era una mala idea ir con la chica rubia al ver lo que hacía. Sus ojos estaban fijos en los chicos que se estaban ejercitando y cómo no, Jungkook era del elenco principal en dicho reparto. Por un momento quise quedarme allí con ellos e incordiarles un poco pero la mala cara de Jeon no me dejó.

- Sunha si me llamaste para estar aquí babeando por ellos mejor me voy a mí habitación...

- ¡No! - chilló ella llamando la atención del grupo - Perdón, es que ellos me ponen en estado cerda.

Hice una mueca porque estaba segura que ella no era la única que disfrutaba con dicha vista.

- ¿Entonces?

- Iremos de compras a la villa.

- ¡Ay no! - me quejé.

- ¡Ay sí! - replicó ella - Además Lucas irá.

- Mira, tú no me hables de ese marrano que aún me duele la cabeza por su culpa - bufé.

Al final sí terminamos cruzando el bosque para ir de shoping, daba gracias a los dioses que Tae también se nos había sumado, al menos dos del cuarteto éramos bastante cuerdos.

Entramos a una tienda tras otra, apoderándonos de cada producto que necesitábamos; como yo era la más apática del grupo era la que menos había comprado, en realidad no quería estar allí. Para terminar el recorrido fuimos a una tienda vintage. Lucas nos hizo sentarnos en un pequeño sofá de la estancia  frente al vestidor y entró a éste. Cuando salió, Sunha que estaba sentada en el espaldar casi se cae hacia atrás y yo que tenía un chicle en la boca casi me atraganto con el, Taeyong se reía como un papagayo con gripe.

El chico se había puesto un par de tacones rojos y una bufanda emplumada verde neón en el cuello. Abrió su camisa lentamente, desabrochando solo los tres botones superiores, tenía un bolso rosa horrendo colgando bajo su axila y de éste sacó unos lentes de sol exageramente grandes. Colocándoselos se mordió los labios para apoyar la espalda a la pared echándonos una mirada.

- Ou, sexy - se dijo así mismo y nos partimos de la risa.

- ¡Lucas! ¿Por qué me haces ésto? - chillé ahogada.

Los otros dos no estaban distintos, Sunha hiperventilaba roja como un tomate y Taeyong creo que ya se había hecho encima. Se me salieron las lágrimas de tanto reír, ya me dolía el estómago. Agarré una pamela y otro par de lentes oscuros, el otro par también se llenó de accesorios estrafalarios y comenzamos a vociferar la canción que sonaba en la tienda y que al parecer los cuatro conocíamos.

Tastes like strawberries
On a summer evenin’
And it sounds just like a song.
I want more berries
And that summer feelin’
It’s so wonderful and warm.

Bailamos como locos, el dueño de la tienda extrañamente se nos unió rockeando a su manera tan loca, meneando las caderas que parecía que iban a partirse en cualquier momento. Un escandaloso estribillo sobresaltó a un par de ancianas recién llegadas.

"¡Watermelon sugar high!”

Lucas se paró encima del asiento más cercano cantando como maníaco. Cuando por fin salimos de JYP'S Shop, despidiéndonos del dueño, nos dispusimos a volver al colegio pero Taeyong se paró a media calle mirando en dirección a una tienda de tatuajes.

- ¿Lee Taenotengonalgasyong quiere un tatuaje? - pregunté haciéndolo reír.

El chico en verdad no tenía trasero, así que le venía muy bien el nuevo apodo que le había inventado.

No pasó mucho para que los cuatros entráramos al local observando las paredes llenas de dibujos. Un tipo gordo lleno de garabatos y piercing nos atendió. El pelirrojo se había decantado por un Astroboy en el abdomen, bueno, la madurez y cordura se le habían ido al caño por escoger dicho tatuaje.

- Yo también me haré uno - me animé, Sunha me miró con cara de "te volviste loca" pero yo ya había escogido lo que me haría.

- Eso, eso, rompe las reglas - incitó el más loco del grupo, Lucas.

- ¿Qué te harás? - preguntó Taeyong todavía en la camilla mientras lo tatuaban.

Le enseñé la revista que tenía en las manos, unas alas y las quería en mi espalda.

- ¿Por qué unas alas? - habló confundido el castaño.

Para volar lejos de toda ésta mierda.

- Me gustan - alcé los hombros.

- ¡Ah, mi futura esposa también es una loca! - suspiró Lucas tocando su pecho de manera dramática.

- Vuelve a decirme así y te voy a dar una hostia que los dos nos vamos a caer, tú por el impacto y yo por la onda expansiva - le amenacé.

Esos chicos sin duda me habían hecho sentir mejor, cuando creí que mi día no podía mejorar.








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El tattoo de Hazel


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