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"Hola, me llaman Romeo"

Narra Jungkook:


Estaba con Hazel en su habitación, habíamos pasado todo el día charlando. Esta chica me volvería loco en cualquier momento. Era ruda pero a la vez tierna, gruñona pero también cariñosa; se parecía tanto a Yoongi que hasta podían pasar por gemelos fácilmente.

Ella extrañamente había quedado prendada a los tatuajes de mi brazo, desde hacía unos minutos los recorría con las yemas de sus dedos con parsimonia. Presentía que estaba pensando aún en el asesinato de su ex novio y el suicidio de Kai. No quería dejarla sola, por alguna razón deseaba pasar más tiempo junto a ella.

- ¡Qué hermosa te ves ésta noche!

Decidí romper el cómodo silencio, ella enseguida me miró frunciendo el ceño.

- Romeo. ¿Por qué eres Romeo? - se burló dramáticamente.

- Qué graciosa, yo puedo ser tan o más romántico que el propio Montesco.

- ¿A sí? - levantó una de sus bonitas cejas, asentí.

- ¿Ves esa luna? - apunté a la ventana que se encontraba abierta, ella giró a verla.

- Sí - posó sus ojos nuevamente en mí.

- Su belleza es opacada a tú lado.

Y no mentía cuando lo decía, Hazel era la chica más hermosa que había conocido, Hestia era igual guapa, pero quien me gustaba era la mayor.

- Por Dios - pataleó riéndose. Era gracioso verla así de afable, extraño en ella - No te va.

- Esta noche puede pasar cada estrella del cielo por delante de mis ojos, y seguiré creyendo que eres la más bella...

Me interrumpió.

- Basta, por favor - se le salieron las lágrimas torciéndose a mi lado debido a las carcajadas.

- Ni las rosas igualan tu perfu...

- Shh, ya, ya, ya, ya - puso su mano en mi boca callándome, ambos estábamos ahogados de la risa.

Ni siquiera sabía de dónde había sacado todas esas cursilerías, ésta chica me sacaba lo poeta.

- Pero aún puedo continuar - hablé entre risas.

- No, por favor, ya es suficiente.

- Pensé que querías romanticismo a lo Romeo y Julieta - coloqué un mechón de cabello detrás de su oreja.

- Sí, pero el dulce en exceso es malo para la salud.

¿Acababa de decir que quería romanticismo? Vaya, eso no me lo esperaba de Hazel.

- Te entiendo - incliné mi cuerpo sobre el suyo - ¿Quieres algo menos repugnante al paladar? - miré sus labios.

Esos labios color cereza me estaban desquiciando.

- Creo que sí - pasó sus brazos por mi cuello sonriendo coqueta.

- ¿Justo ahora?

- Tengo hambre - sonrió con inocencia, que la comprara quien no la conociera.

- Acabamos de cenar - me hice el desentendido.

- Lo sé y sigo teniendo hambre - acarició mi mandíbula y acerqué mis labios a los suyos poco a poco.

Reímos fundiendo nuestras respiraciones. Puso una de sus manos en mi nuca atrayéndome más a ella, nos besábamos lentamente sin apresurarnos. Sentí su corazón acompasarse al mío. Jadeé sin dejar sus labios, al sentir sus manos vagar por mí abdomen, rocé su sostén y la sentí temblar. Dejé besos húmedos en su cuello.

No habían palabras que pudiesen describir el sentimiento que me provocaban sus caricias. Sus risas me mantenían  bajo una deliciosa sugestión de la que no quería salir nunca. Repasé el contorno de su torso y muslos con mis manos.

- Jungkook.

- ¿Sí?

- Hay que detenernos.

- Ya sé - dije besando sus hombros.

¿A quién mentía? Yo no quería parar.

- Pero si no paramos ahora no lo vamos a hacer de aquí a cinco minutos - habló agitada, ahogó un gemido cuando besé su pecho por encima de la tela de su pijama - Creo que deberías ir ya a tu habitación. Vas a tener problemas por eso.

- No, Yoongi me cubrirá.

- Uh, tengo un amigo moderno - rió.

- Tu amigo te adora, eso es todo - nos sentamos en la cama.

Sin esperar mucho la atraje a mí abrazándola, ella escondió su rostro en la curvatura de mi cuello. Ya comenzaba a gustarme más ésta nueva Hazel.

- No sé qué me pasa contigo - me sinceré - Extraño salir en las noches y escaparnos, desde que no lo hacemos duermo toda la noche - se separó mirándome a los ojos.

- Eso puede considerarse bueno. ¿No?

- No bromees, prefiero no dormir nunca si estoy contigo.

- Eso sonó raro.

- ¿Como a qué?

- No dormir porque estás conmigo.

- ¿En qué estás pensando? - alcé una ceja.

Podría acostumbrarme pronto a verla con sus mejillas rojitas por la vergüenza y arrugando su naricita, muy tierna.

- Perdón, creo que estar encerrada aquí contigo no me está haciendo bien - rió.

- No, no, dime - reí también.

- ¿Si ya lo sabes para qué preguntas? - se cruzó de brazos.

- Es que quiero escucharlo de tu boca. No te avergüences después de insinuar cosas.

- ¡Yo no he insinuado nada! - chilló toda roja, ésto era gracioso.

- ¿Ah no?

- No - chasqueé la lengua.

- Entiendo, lo malinterpreté. Aunque es verdad que si te quedas conmigo una noche en mi habitación, no te voy a dejar dormir - ahora era yo el que insinuaba cosas, acaricié uno de sus muslos.

- ¿Me vas a tener toda la noche despierta? ¿Veremos Netflix? - preguntó haciéndose nuevamente la desentendida, que la comprara quien no la conociera.

- Una peli para mayores de edad - susurré cerca de su mejilla.

Luego nos miramos y volvimos a reír. Me dió un beso de esos que no se olvidaban fácilmente. 

Cerré los ojos sintiendo el suave roce de sus manos en mi cuello. Deseaba que éstos momentos duraran para siempre.

La primera vez que ví a Hazel, hubiese jurado que toda una mujerzuela, su aspecto no me dejaba pensar en otra cosa. Luego en la fiesta de bienvenida, rodeada de chicos mientras bailaba, sí, había jurado que era una cualquiera. Pero ahora que estábamos juntos, aquí, solos en su habitación y su respiración me rozaba tiernamente el rostro, que sus labios estaban enrojecidos por los besos y sonreía para mí; ahora sabía que ella no era de las que jugaba con los sentimientos o los reemplazaba con facilidad.

- Vine a dormir contigo como mínimo - le besé una mejilla.

- A mí me apetece cualquier cosa.

- ¡Ay que babosa!

- ¿A que te saco por la ventana? O mejor, pido ayuda gritando para que te saque la gorda. ¡Ayu.. - le tapé la boca.

- No, no, no, era jugando. Me encanta ésta nueva Hazel.

- Muy conveniente - se rió parándose de la cama.

- ¿Crees que lo digo por conveniencia? - me acerqué a ella pegando su espalda a la puerta del armario.

- Tal vez.

- A mí no me hacen falta esas artimañas para acercarme a ti - susurré.

- ¿Ah no? ¿Y qué te hace pensar que me entregaré tan fácil? - me retó.

- Nadie dijo que fuera fácil. Me tuve que colar por debajo de la nariz del sabueso - me referí a la directora Leonor - Por lo menos un besito me merezco. ¿No?

- Déjame pensármelo - respondió también susurrando. Finalmente besó la comisura de mis labios - ¿Así?

- ¿Puedo enseñarte? - asintió. Coloqué una de mis manos en su mejilla y le besé los labios - Así - murmuré y continué el beso.

Se agarró de mi cuello para mantener el equilibrio ya que tenía los talones alzados. Hazel no era tan pequeña como las demás chicas, pero a mí lado sí lo era. Acaricié su cintura y cabello, para por fin descansar mi cabeza en su hombro, con la nariz hundida en su cuello, ella olía a frutos rojos, deliciosa. Quería decirle que me gustaba, pero tenía miedo que me rechazara o no me tomara enserio, así que me guardé todos esos sentimientos.

La abracé fuerte alzándola, como cuando un gatito quiere dejar su olor por todas partes y se acaricia con todo, en serio la estaba abrazando muy fuerte.

-  Me vas a dejar sin aire.

- Solo un minuto más...

- ¡Mierda, Hestia debe estar aquí! - escuchamos la voz de Johnny que en cualquier momento iba a entrar a la recámara como Pedro por su casa.

- Yo la busco por allá, tú entra a su habitación - ésta vez fue la voz de Mark, el bebé de la niñas.

¡Agh, qué envidia le tenía a ese tipo!

- Dame un minuto.

¿Por qué hablaban tan alto? ¿Solo servían para molestar?

- Voy a entrar.

Me alejé de Hazel ambos nos congelamos. Hicimos silencio por unos segundos decidiendo atropelladamente qué hacer.

- ¿Y ahora qué hacemos? - musitó ella.

Tomé su mano y la arrastré dentro del armario conmigo. Vimos a Johnny entrar al cuarto, buscando por todos lados a la menor de las hermanas, hasta en el baño. ¿Tan bien se llevaban esos dos?

Respiré en el cuello de la pelinegra, la sensación de estar en un horno ardiente se hizo presente. Deslicé mis manos sobre su estómago, alzando un poco su blusa. Pegué su cuerpo al mío y una de mis manos se colocó sobre su boca. Mordí la piel de su cuello y después la besé haciéndola gemir en la palma de mi mano.

Podíamos haber pasado horas aquí dentro haciendo sabrá Dios qué, pero para mí mala suerte Johnny se retiró y a nosotros no nos quedó de otra que salir de nuestro escondite.

- ¡Ay mierda! - grité al sentir algo morderme en el pie.

- ¿Y ese gato? - chilló la chica escondiéndose detrás de mí - Sácalo, sácalo.

Estuve a punto de tirarlo por la ventana pero Hestia inrumpió en el lugar gritando como loca.

- ¿Qué haces? ¡Medianoche! - llegó a mí lado.

- ¿Pero qué dices? Ya está amaneciendo.

- Mi gato, se llama Medianoche, anormal.

- ¡Oye! - se metió su hermana.

- ¡Esa cosa me mordió un dedo del pie! - dramaticé.

[...]

De regreso a mí habitación, iba con una sonrisa tonta en mi rostro. Me gustó pasar toda la noche junto a Hazel y aunque ahora me moría de sueño porque no habíamos pegado un ojo por los tontos juegos que teníamos, no me arrepentía.

Fruncí el ceño al ver una chica colocándose frente a mí.

- Hola Kook - saludó ella con una enorme sonrisa que ya me estaba encandilando.

- Emm.. hola..

No recordaba su nombre. ¿Sabrina, Catalina, Karina? Realmente no me interesaba.

- Armina - terminó ella por mí.

Ah, eso, por cierto, que nombre más horrendo. ¿Saben quién tenía lindo nombre? Excato, mi muñeca.

- ¿Quieres salir conmigo ésta noche?

Ya tenía la respuesta, desde que la había visto en mi camino.

- No.

- ¿Por qué no?

- Porque me gusta otra chica - dije sin más y retomé mi camino hacia mí habitación.

Al entrar Min no se veía por ningún lado, me tiré en la cama cerrando los ojos, pero el sonido de notificación de mi teléfono me hizo tomarlo para ver de qué se trataba.

Mi muñeca:
Has olvidado tu chaqueta en mi habitación :-(

Reí levemente al leer el mensaje y me dispuse a responder.

¿Me has hablado solo para eso?


¿Qué más esperabas?

Una foto tuya para poder dormir en paz.

Te la entregaré luego.


¿La foto?😌

La chaqueta, idiota :-|

Por cierto, una chica me invitó a una cita.

Que disfrutes tu cita ಠ‿ಠ.

¿Qué significaba eso? ¿Se había molestado? ¿Por qué no seguía escribiendo?

Me senté al ver a Yoongi salir del baño secando su cabello con una pequeña toalla.

- ¿Hyung qué quiere decir éste mensaje?

Corrí hasta él para enseñarle el texto. El no demoró en leerlo y sonrió de lado.

- Ay mira - se humedeció los labios y tragó saliva para comenzar a explicar - Cuando alguien te dice "que disfrutes tu cita" - hizo la cara del emoji (ಠ‿ಠ) y comencé a reír - Lo que realmente quiere decir es que se joda la cita y se le caiga el pelo a ella y un delfín la orine y pare ingresada por la picada de una medusa con gripe aviaria para que solo puedas salir conmigo porque me gustas pero no te lo digo porque creo que eres un idiota moja bragas pero aún si me quedo tonta cada vez que te veo sonreír y muero porque dejes plantada a esa chica en el hospital con la intoxicación alimenticia que le causarán los camarones de la cena porque le hice vudú para que vinieras a verme - respiró nuevamente y casi me muero de la risa, su piel pálida estaba roja por haber hablado de carretilla.

Pero yo me había quedado más confundido aún.

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