Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

capítulo 15.

—¿Mami, a dónde vamos? —murmuró Natty mientras su mamá abrochaba lo más arriba posible una gruesa chaqueta y acomodaba el gorrito que le había colocado minutos atrás sobre la cabeza.

—Hoy empezarás el jardín de niños, ¿Recuerdas que lo hablamos hace un par de días, mi amor?

Mhm... No acuerdo, mami.

—Bien, no pasa nada, mamá te explica de nuevo —Lisa le sonrió de lado cuando terminó de acomodar su ropa, pero mantuvo su posición de cuclillas para quedar a la altura de la menor—, cuando los cachorritos alcanzan cierta edad es necesario que vayan a la escuela o, como es tu caso, al jardín de niños. Allí aprenden mucho mucho, conocen a otros niños y se divierten. Es necesario para tu desarrollo y crecimiento, mi amor.

—¿Natt va solita? —inquirió con su mirada empezando a cristalizarse.

—Papá o yo te llevaremos, y luego iremos a recogerte un par de horas después.

—¡Natt no quiere estar solita! —gimoteó.

—No estarás solita, amor, ¿Recuerdas que mamá dijo que estarás con tu profesora o profesor y otros niños?

—Sí, mami... Pero no estarán papá y mamá y Dani.

—Danielle aún es muy pequeña, todo lo que tiene que aprender ahora se lo podemos enseñar nosotras, pero tú ya necesitas a alguien que sepa más. —besó su manito con suavidad cuando la escuchó sollozar.

—Nadie es más int-egente que mami y papi.

—Gracias, bebé, tu también eres muy inteligente. —Lisa iba a continuar cuando Rosé apareció por detrás de ellas con Danielle colgando de su cadera y las llaves del coche en la otra mano.

—¿Estás lista, cachorra? —inquirió la alfa en medio de una mueca por el jalón de pelo propiciado por su hija menor.

Natty solo se encogió de hombros antes de estirar sus bracitos en un pedido silencio de ser cargada. Rosé la tomó del otro lado de su cadera sin demasiado esfuerzo, dejando luego dos pequeños besitos en las mejillas de sus cachorritas.

—No quiero ir, papi, pero mamá dice que es bueno para mi rollo. —intentó susurrar sin éxito. Ambas adultas rieron sin poder evitarlo.

—Creo que mamá se refería a desarrollo, Natty, y tiene razón. Es necesario ir a la escuela, hija, ¿Acaso no quieres conocer a otros cachorros, jugar y tener amiguitos?

—Sí, papá, pero no solita.

—Iremos a dejarte y recogerte, Natts, no estarás solita. ¿Crees que papá y mamá te dejarían sola? Nosotras somos una familia y siempre priorizamos la seguridad de la otra.

—Lo sé —Natty sonrió apenas antes de besar su mejilla—. ¡Vamos al jardín!

—Vamos, bebé. Despídete de mamá y de Dani.

—¡Adiós, mami, adiós hermanita!

Lisa tomó a Danielle entre sus brazos cuando Rosé se la pasó y ambas se despidieron desde la puerta de ambas alfas. Sabía de sobra que su bebé estaba un tanto triste e inquieta, su loba prácticamente se lo gritaba, pero no había mucho que hacer. Su lazo añoraba a sus hijas en su nido, protegidas bajo su calor y su aroma, sin embargo, sabía de sobra lo necesario que era que sus cachorras empezaran a forjar otros vínculos y sociabilizaran con mayor frecuencia.

—Parece que hoy seremos tú y yo... —Lisa le hizo cosquillas a la menor mientras cerraba la puerta a sus espaldas, a sabiendas de que Rosé debía de ir a la empresa por un contratiempo y no regresaría hasta el mediodía.

¿Panquequitos, má?

—¿Quieres panqueques, bebé? ¿No te llenaste con el desayuno?

Danielle sonrió de forma inocente, a sabiendas de que el desayuno había sido completo y jugoso, pero los famosos panqueques de mora de su madre siempre rondaban por su cabecita.

Llena.

Mhm, eso me parecía. Mañana podremos desayunar panquequitos de moras, bebé. Vamos a quitarte la pijama y a dar una vuelta por el huerto, tenemos unas zanahorias para trasplantar.

Dicho y hecho, Lisa le colocó un pequeño overol de mezclilla pero dejó sus piecitos descalzos para que pudiera sentir el césped completamente. Decidió ir combinada, optando por un overol parecido junto a una camisa blanca y un gorro de paja. También dejó sus pies libres para brindarle a su loba la satisfacción de estar más conectada con la madre tierra.

Danielle adoraba pasar tiempo con su mamá y mucho más si era al aire libre. El delicioso aroma de la miel se mezclaba con los naturales, haciendo a su lobita sentirse feliz y jocosa. Lisa la dejaba corretear entre los canteros mientras trabaja en sus plantas.

—¡No te alejes tanto, bebita! —llamó cuando dejó de divisar la cabeza de la menor entre los altos arbustos de bayas.

¡Aquí estoy! ¡No fui, má!

Danielle volvió corriendo a su lado entre pequeños jadeos antes de dejarse caer al suelo de rodillas. Hundió sus manitos en la tierra suelta y rio cuando su mamá estornudó apenas por el polvillo.

Entre las dos se llevaron la mañana en cuidar la granja en general. Le dieron de comer a los animales, terminaron de trasplantar, regaron todo y prepararon los establos. Finalizaron tan agotadas que apenas pudieron llegar a la cocina.

Lisa preparó su famosa limonada y llenó un vasito entrenador para Danielle. Luego, mientras bebía su propio vaso, se dispuso a preparar el almuerzo. La verdad era que no solían comer demasiado cargado ni con agregados, habían optado por dejar atrás todo tipo de comida grasosa y frita como naturalmente comían en Seul y decidieron apegarse a lo local. Por lo tanto, el menú del día era un salteado de verduras al vapor, arroz integral y pescado fresco.

¡Yummy, mami! —Danielle chilló desde la mesa.

—Me alegra oír eso, bebé.

Cuando estaba terminando de cocinar todo, una cantarían risa y varios pasitos retumbaron en el salón.

—¡Mami, mami! ¡Jardín es genial! —Natty llegó alegre a su lado.

—¿Cómo te fue, Natts?

—¡Bien! Hice amigos, mami, y la maestra JiHyo es am-ma-¡amable! y, y, y...

—Que bueno, mi amor —Lisa apagó la estufa y se agachó para poder besar las mejillas de su cachorra y marcarla con su propio aroma para desaparecer cualquier otro—. ¿Tienes hambre?

—Mucha.

—Bien, ve a lavarte las manos mientras preparamos la mesa y me sigues contando de tu día. ¿Podrías ayudar a Danielle a que lave las suyas?

—¡Claro, mami! vamos, hermanita.

Lisa sintió un súbito dolor nacerle desde el pecho hasta expandirse por todo su cuerpo. Su loba estaba gimoteando de forma acelerada y llamaba a su alfa sin cesar. Terminó deslizándose por el gabinete bajo de la cocina hasta dar con el suelo de sentón. Estaba a punto de ceder cuando Rosé entró en escena.

—¿Amor? ¿Qué sucede? —inquirió mientras fijaba sus ojos celeste en los contrarios.

—Ellas... Alfa... Ellas están creciendo. Natty fue a su primer día de jardín maternal y está tan feliz —se abrazó al cuerpo más grande mientras sollozaba suavemente—, en poco tiempo ellas no necesitarán más de mi. Me duele alfa. Mi loba duele.

—Tranquila, omega, respira junto a mi —Rosé la cubrió con sus feromonas mientras siseaba suavemente—, una hija siempre necesitará de su madre y aún más de una buena madre como tú lo eres. No te desanimes, ellas necesitan crecer, pero nosotras estaremos a su lado en cada paso. No será fácil, mi vida, pero siempre está la posibilidad de tener más cachorros.

—¡Alfa! —rio con suavidad, ya más tranquila—. Nunca reemplazaría a mis bebés.

—No las estamos reemplazando, simplemente estamos creando más vida. Somos jóvenes, nuestras cachorras son pequeñas, ¡Danielle aún no cumplió ni los dos años! Pero siempre es una buena oportunidad llenarte de mis bebés.

—¡Ya! Alfa tonta... —tomó su rostro entre sus manos y la besó con dulzura—. Gracias por consolarme.

—Siempre, mi amor, siempre.

—Ahora ve a lavarte las manos y diles a las niñas que dejen de jugar con el jabón. Serviré el almuerzo.

Y la comida transcurrió entre charlas y anécdotas animadas sobre lo que había acontecido en el primer día de clases de la mayor. Lisa replicaba y asentía contagiada por la emoción de su cachorrita y entre todas elogiaron lo bonitas que habían quedado las zanahorias recién plantadas.

La lobita de Lisa estaba melancólica, pero más que segura de que su alfa sabría como arreglar las pequeñas crisis de mamá gallina que solían atacar de repente a la parte humana.

¡Gracias por leer!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro