Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

capítulo 13.

—¡Mira, papá! ¡Es banco! —Natty tenía la carita prácticamente pegada a uno de los grandes ventanales del frente de la casa. 

—Sí, bebé, la nieve es blanca. —Rosé revolvió sus cabellos mientras observaba lo mismo que su hija, pero desde una distancia mucho más alta. 

La realidad era que el invierno había llegado a la granja y junto con ello el trabajo se había multiplicado. Ambas adultas estaban inmersas en adaptar los diferentes ambientes para que las consecuencias fueran las menores posibles. Era una de las primeras estaciones de ese tipo en la que sus hijas estaban conscientes de su alrededor, por lo que la emoción por lo que para ellas podría considerarse desconocido era indudable. 

—¿Salimos a jugar? —la observó con enormes ojos de cachorrita persuasiva. 

—Lo siento, bebé, pero no creo que a mamá le agrade la idea de que salgamos en medio de una tormenta de nieve. 

—¿Tomate de nieve? —la alfita frunció su ceñito sin entender del todo.

Rosé carcajeó ante la pregunta, le hacia demasiada gracia la etapa de confusa formulación de palabras de la más pequeña, y es que Natty justamente se encontraba en ese momento de la infancia en donde le gustaba curiosear por todos lados y básicamente absorber como una esponja toda clase de conocimiento y palabras de su alrededor. 

—Tormenta, mi amor. —aclaró. 

La niña terminó de entender cuando observó los grandes árboles fuera sacudirse con furia mientras el viento silbaba al correr. Grandes copos blancos se desprendían del firmamento para terminar amontonándose sobre el fino césped. A Natty le gustaría probarlos con su lengua solo para tener idea de a que saben. 

Lisa entró abruptamente con la punta de la nariz colorada y su cabello rizado lleno de la acuosa sustancia. Se quitó el abrigo y zapatos mojados y prácticamente corrió en dirección a la chimenea que se encargaba de mantener una buena temperatura en la planta baja.

—¡Amor! ¿Por qué saliste con el clima así? —inquirió Rosé a la vez que se acercaba y estrechaba fuertemente a la omega para intentar trasmitirle un poco de su calor corporal.

—Uno de los caballos se había escapado del establo, lo vi cuando estaba preparando a Danielle para su baño. —tiritó entre sus brazos sintiendo poco a poco la grata sensación calurosa ingresar en su sistema.

—¿Por qué mami pudo salir a jugar en el tomate de nieve y nosotras no? —Natty preguntó con sus manitas entrelazadas frente a su barriguita y con un tono que rozaba lo acusador. 

—No estaba jugando, Natt, estaba ayudando al señor Coco a volver a su casita —Rosé le respondió sin dejar de prestar atención a los temblores del cuerpo contrario—. ¿Podrías por favor traer la manta de lana que cuelga del respaldo del sofá? Mami necesita calor. 

La alfita asintió antes de corretear hasta donde su padre le había indicado. A duras penas tironeó de la larga frazada y a rastras la llevó hasta donde las adultas se encontraban. 

—¡Yo cuido a mami!

—Eso es, buena cachorra —Rosé arropó bien a su omega y la dejó sentadita junto a su hija mayor en el mullido mueble a su derecha—. Iré por Danielle a su cuarto. 

Como lo había sospechado, Lisa se había encargado de que su cachorra estuviera abrigada y dormidita en su nido antes de salir en auxilio del caballo. A veces le sorprendía lo rápido que era la Tailandesa en cuanto a su actuar, nunca se le escapaba un detalle y siempre estaba dispuesta a ver por el otro. Antes habían llegado incluso a discutir por el corazón tan compasivo que tenía, y es que sin duda alguna muchas veces la había colocado en situaciones peligrosas, como aquella vez que le plantó cara a un alfa abusivo por estar jaloneando de otro omega en la fila del supermercado, pero rápidamente descubrió que nada podía hacer para que las cosas fueran diferentes. Amaba a su omega y siempre que estuviera en peligro ella iría a socorrerla. 

 —Ven con papá, bebita —tomó a la menor entre sus brazos y la meció un poco cuando la sintió gimotear—, creo que mami no llegó a bañarte y hueles un poco apestosita. —hizo trompitas en su cuellito sacándole risotadas. 

¡Mami no ta! —jadeó la pequeña con ojitos llorosos al divisar que efectivamente la mujer que le había dado la vida no estaba a su lado en la habitación. 

—¿Quieres ir con mamá? —inquirió a lo que recibió como respuesta muchas afirmaciones con la cabeza y repetidos hipidos—. Vayamos entonces. Yo también la extraño. 

Lisa estiró sus brazos con pesar apenas las divisó y pronto un peso extra se sumó al que ya tenía en su regazo. Rosé las dejó enrolladas a las tres en la manta mientras iba a la cocina por dos tazas de té y un vasito entrenador con chocolate caliente. Por supuesto que Danielle prefería el propio alimento que su madre producía por sobre cualquier otra sustancia. 

—Ten, mi amor, con cuidado porque está caliente —dejó la taza entre sus manos y un beso en su frente—, y este de aquí es para mi bebé mayor. 

—¡Gracias, papi! —ronroneó ante el líquido caliente mientras volvía a recostar su cabeza en el cuello del rizado. 

Rosé se hizo lugar en una de las esquinas, dejando que su familia se acurrucara junta en el otro extremo, pero pronto el puchero de su amor junto a las feromonas dulces la invitó a acercarse. Rodeó al resto de los miembros en un fuerte abrazo y todas se mantuvieron allí viendo la nieve caer ahora a un ritmo mucho más relajado que hace tiempo atrás. 

Tiempo después, Lisa fue a darse una ducha caliente y a cambiarse de ropa mientras Rosé bañaba a Danielle, y Natty parloteaba a su lado sobre un juego que le gustaría jugar con ellas. Rosé no entendió muy bien de que se trataba pero haría el mayor de sus esfuerzos por cumplirle el capricho a su pequeña alfita. 

Envolvió en un taquita a la pequeña cuando el agua se enfrió y ni siquiera tuvo que indicarle algo a Natty porque la niña ya las perseguía de cerca. Las abrigó a ambas con pijamas enterizos y las metió en su nido. Arropadas y cubiertas del aroma de mamá y papá, no tardaron demasiado en dormirse. Cuando estuvo segura de que sus hijas pasarían la noche de forma pacífica, se encaminó a su propio cuarto. 

Una vez allí se despojó de su ropa hasta quedar simplemente en la interior. Al ser una alfa completamente desarrollada su calor corporal era elevado, por lo que no necesitaba un pijama, además sabía lo mucho que a su omega le molestaba no poder sentir su piel en la noche. 

Espero a que Lisa saliera del baño, y vaya que tardaba con todos esos productos para el cabello y el rostro, y apenas la omega le dio el visto bueno se introdujo en el nido. La abrazó con fuerza, fregó su frente en la glándula aromática y gruñó cuando no fue suficiente. 

—Pudo haberte sucedido cualquier cosa allí fuera, omega. —murmuró con el temor por fin haciendo acto de presencia desde lo acontecido en la tarde.

—Pero no pasó. —Lisa acarició entre sus cabellos mientras liberaba más de sus feromonas.

—No vuelvas a hacer algo así. Pusiste tu vida en riesgo, y yo realmente lo comprendo, pero prefiero perder a Coco antes que perderte a ti. 

La omega siseó antes de elevar su rostro por la barbilla y besarla con suavidad. Se tomaron todo el tiempo del mundo, dejando que sus lobas se reconocieran y amaran como lo hacían desde el primer momento. 

—Prometo ser más precavida. Confía en mi, alfa.

—Confío, amor. Te amo. 

—Te amo.

Y esa noche no durmieron demasiado, se amaron debajo de las sábanas del nido, en silencio porque sus cachorras dormían, pero sabiendo de sobra que el espanto había quedado en simplemente eso, un susto.

hasta cuando hablan de ñaca ñaca en esta historia todo se siente súper fluff y amoroso. BADDDDTAAAA, amo mi lugar fefi TT

¡Gracias por leer!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro