Capítulo 2
Yoongi observaba el cielo nocturno a través de las altas ventanas de su laboratorio, la luna estaba en su etapa creciente, hacía unas horas había entregado su segundo informe del hada, ahora se encontraba analizando sus acciones.
La noche siguiente de la llegada del hada que había vuelto a su laboratorio encontró su mismo desastre pero con sus plantas más crecidas, quedo impactado por la imagen, las plantas habían logrado crecer metros y metros hasta llegar debajo de la mesa, cerró la puerta con seguro para que nadie pudiera entrar mientras admiraba algo inexplicable, caminó hasta llegar debajo de la mesa para encontrar al hada en un sueño profundo, su mente decía que no, pero su intuición le decía que su teoria era cierta, el hada había provocado el crecimiento acelerado de las plantas y de paso guiado hacía si en un intentó de huir, era algo más allá de lo extraordinario.
Contempló las plantas y decidio estudiar un poco de ellas para darle tiempo al hada a descansar, ya que suponía se había desmayado de tanto uso de energía, lo contempló con una sonrisa y fué apartando suavemente las crecidas matas, le daba dolor cortarlas, así que decidió dejar una mesa completamente para sus plantas y alejarla lo más posible del hada, quedo maravillado por lo que crecieron y no pudo evitar voltear la mirada al pequeño ser, casualmente se iba despertando, Yoongi camino hasta ponerse de rodillas cerca de la jaula.
-Hola pequeño, ¿Estás agotado? -Yoongi admiraba al hada mirarlo con odio, pero sabía que no podía culparlo -¿Tienes hambre?.
Yoongi rápidamente abrió su maletín dónde traía unas frutas que había picado en su pieza para el hada, eran trozos sumamente pequeños, pero suponía que serían de tamaño normal para el pequeño ser, la jaula tenía una rendija por el cuál podía ingresar la comida y pasó los trozos de fruta dentro de un pedazo de tela, obviamente esperaba que el hada ni se inmutara, al ver el paquetito que le pasaban por la rendija ni siquiera se movió, sólo miraba a Yoongi con odio, pero el pelinegro sabía que no tardaría en comer, debía estar sumamente hambriento.
-Es fruta, puedes estar tranquilo, no me atrevería a echarle nada.
Le dedicó una sonrisa antes de pararse y seguir acomodando sus plantas lo más lejos posible del hada, enrollandolas los más posible a las patas de la mesa y entre ellas, observaba de reojo las acciones del hada, miraba con recelo las frutas, sin embargo le duro poco, iba gateando lentamente al paquete hasta llegar a el y abrirlo lentamente, vió los trozos con desconfianza y agarró uno y lo olió, no encontró nada sospechoso y empezó a comer poco a poco, Yoongi se puso muy feliz y siguió en los suyo, luego de arreglar las plantas decidió dedicarse a descubrir más del hada, subió con mucho esfuerzo la jaula a la mesa y observó al hada que le devolvía la mirada, estaba de pie y grabo esa imagen en su memoria, sus alas eran cómo los de una mariposa, se veían livianas, pero el científico sabía que podían soportar el peso del hada, esta caminaba por la jaula y a veces volaba lo que está le permitía, ya que era alta pero no lo suficiente, Yoongi tuvo que recargar su estilográfica de tinta tres veces esa noche, dibujó todo lo que pudo al hada.
Le hablaba con confianza y describía todo lo que dibujaba de él, hasta se los mostraba, en un arrebato de confianza hasta le mostró el dibujo que el pelinegro había hecho de su cara en su pieza, el hada observaba impresionado cómo había sido retratado con tanto detalle.
-No soy un experto, pero no quiero olvidar nunca tú cara, Jimin... -Yoongi hablaba con el corazón y sinceridad, el pequeño ser miraba con impresión al pelinegro -Espero no te importe que te llamé de ese modo, siento que te queda -Yoongi le sonrió al hada que lo miraba boquiabierto.
Así pasaron los días, cuándo entrego su primer informe decidió omitir la información de que el hada podía manipular las plantas, era información valiosa que en manos equivocadas supondría la explotación de dicho poder y Yoongi no podría soportar ver sufrir más el pobre hada, suficiente tenía viendo lo poco que podía volar dentro de la jaula, sentía que le estaba quitando mucha libertad y no podía oprimirlo más, el general quedó satisfecho con la poca información entregada, ignorante de mucha más, pero Yoongi sabía que eso lo mantendría satisfecho por el momento.
Siguió descubriendo más cosas del hada y ganándose su confianza, el hada había intentado escapar en esos días, sin embargo, se dió cuenta de las miradas triste que lo observaban cuándo estiraba sus alas, el hada había decidido darle el beneficio de la duda.
El día de la entrega del segundo informe llego, Yoongi habló en ella de la comida que el hada era capaz de comer, mediante dibujos y explicaciones del pelinegro se dió cuenta que el hada podía comer comida hecha por el hombre, le había dado a probar de sus comidas, sin embargo prefería con creces las frutas, haciendo que Yoongi comprará cualquier fruta existente para probar, siendo su favorita la cereza, era información que al general se la hacía innecesaria según sus palabras, pidiéndole que en el siguiente informé debía contener muestra de su sangre, piel o cabellos, lo que fuera, era un científico inteligente, él sabría que hacer.
Yoongi quedo pensativo desde esa reunión con el general, perdido en su propia mundo intentando idear qué hacer, no iba a hacer nada de lo que le habían pedido, pero tendría que encontrar una solución que dejara satisfecho al general Chae y tenía tres días y contando, puso su mente a trabajar toda la madrugada, sin descanso, pasando la noche en vela por la preocupación de lo que le fueran a hacer al hada si no entregaba lo pedido.
Un pequeño golpe lo saco de su ensoñación, sus ventanas indicaban que ya había amanecido, un segundo golpe lo hizo voltear a la jaula dónde noto al hada mirándolo con preocupación.
-Perdona Jimin -Yoongi le sonrió y acercó su mano al vidrio para posarla cerca del hada, el pequeño ser poso su manita en dónde estaba el pulgar de Yoongi -No te preocupes, intentaré idear algo.
El pelinegro tuvo una idea, según entendió del mecanismo de la jaula había una pequeña puerta debajo de está, pero no podía voltear la jaula completa ya que el general se daría cuenta, todavía no lograba entender cómo, pero si lo mantenía volteado en menos de cuarenta y cinco grados no se darían cuenta, sin embargo, la jaula era tan pesada que Yoongi salía frustrado porque no podía con su peso lo suficiente, pero ese día quería dar su esfuerzo y poderle abrir al hada la compuerta para que saliera.
Le explicó el proceso que llevaría a cabo y se prepararon, Yoongi respiró tres veces antes de inclinar la jaula, con su mano se apresuró a intentar abrir la compuerta mientras su otra mano se quejaba por el peso, pero resistió un poco más hasta que logró abrirla y sintió que la empujaban, su brazo no aguantó y dejo caer la jaula mientras intentaba mover su brazo para calmar el hormiguero que sentía.
Sintió que un zumbido pasó por su lado y se fijo que el hada recorría a una velocidad inhumana el laboratorio, no podía seguirle el rastro pero podía ver los rastros de brillantina, hasta que está paro cerca de su cara, en sus ojitos se notaba lo feliz que estaba, sus alas era un borrón de lo rápido que las agitaba, Yoongi alzó su palma para que el hada posara ahí y así lo hizo.
-Quiero llevarte a un lugar especial -hablo animadamente Yoongi.
No sabía si todavía quedaría alguien en el laboratorio, prefirió no arriesgarse y hacer el esfuerzo de esconder la jaula en una esquina de su laboratorio tapándole con las tablas, le pidió al hada que se escondiera en el bolsillo de su camisa, el cuál taparía con su bata blanca.
Al salir verifico que no hubiera nadie para caminar con tranquilidad, sentía al hada removerse y su corazón latía ansioso por la pequeña sorpresa que planeaba darle, con sus juego de llaves abrió la puerta a la cuál se dirigía y cerró con seguro.
-Puedes salir.
El hada no esperó dos veces para salir y quedó maravillado de lo que veía, Yoongi lo pudo notar.
-Es un invernadero, esté es mi lugar seguro -explicó mirando el lugar.
Llenó de flores y plantas que eran desconocidas, otras tan familiares para el humano, todo tan llenó de vida, Yoongi amaba el invernadero del laboratorio, le indicó al hada que era libre de pasearse en la estructura, Yoongi observó el borrón que era el hada, se guiaba por el halo brillante que dejaba a su pasó, con señas el pequeño le preguntaba si podía agarrar unas plantas, el pelinegro no tenía corazón para decirle que no así que le indicó que también podía llevarse algunas flores.
Para Yoongi lo mejor fué ver esa pequeña sonrisa que adornaba al hada, se veía más brillante.
Cuándo Yoongi le indicó que debían irse esté tenía tres tipos de flores diferentes, unas gardenias, unas peoinas y unas amapolas, el hada se guardo obedientemente en el bolsillo de Yoongi, esté pudo notar cuán revoltoso estaba haciendo que su corazón latiera igual.
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Yoongi estaba a punto de entrar en crisis, su laboratorio estaba hecho un desastre cuándo ayer lo había dejado impecable, sus papeles estaban regados por todos lados y rotos, sus plantas habían sido cortadas y tiradas al piso lleno de arena y sus instrumentos dañados, pero eso era lo de menos para Yoongi, cerrando la puerta por los ojos curiosos corrió a la esquina dónde acostumbraba resguardar a Jimin, su pequeña hada, el pelinegro movía con nerviosismo las tablas y cajas que usaba para tapar la jaula mientras inconscientemente lo llamaba "Jimin" en susurros nerviosos, una vez logró sacar todo fué capaz de respirar al ver que el pequeño ser estaba a salvo, pero estaba asustado.
Cuándo Yoongi empezó a adoptar la idea de esconder la jaula de Jimin supo que las horas que pasaba fuera del laboratorio tenía que compensarlo con una presencia que fuera agradable para el hada, así que dejó que Jimin entrara con las flores y plantas que él quisiera dentro de ella, Jimin era capaz de hacer cualquier cosa con ellas, lo había visto hacer columpios, sogas, enramados y muchas más cosas magníficas, pero le dolía ver que en medio de su susto había creado una especie de cueva, su cabeza sobresalía de la pequeña entrada y su mirada era de miedo.
Yoongi movió lo que pudo la jaula para poder permitir salir al hada, no le importo el peso ni lo grados ni que se enterará el general, necesitaba sacar al hada así fuera por un momento, el pequeño ser empujo solito hasta salir y al hacerlo se pegó inmediatamente al cuello de Yoongi dónde se aferró, el pelinegro sentía los temblores del hada y sentía impotencia mientras arropaba con su mano al pequeño ser
Desde ese día, Yoongi no volvió a salir del laboratorio y empezó a sufrir de insomnio, cuándo por accidente se dormía producto de estar despierto todas las noches en vela, se levantaba al mínimo sonido, inclusive a los aleteos de las alas de Jimin, habló con los altos mandos directamente, cosa que casi nunca hacía, mandó a cambiar la cerradura de su laboratorio, ya que no había sido forzada para entrar, y pidió que el general Chae no fuera informado de nada, ya que él era el único junto con los altos mandos con el juego de llave de cada laboratorio, sus instrumentos fueron repuesto y él mismo limpió la tierra de sus pobres plantas, pero el daño ya estaba hecho, Yoongi no volvería a dormir en paz mientras el hada estuviera bajo su cuidado.
También pidió que frenarán en lo posible al general, cosa que los directivos cumplieron, el general no lo llamaba para saber del hada, estaba en un sepulcral silencio.
Una noche que el sueño no llegaba a él y sus preocupaciones por el bienestar sobrepasaban lo saludable tomó una decisión que debió haber puesto en marcha hacía tiempo.
—¡Jimin! —llamo al hada que estaba ocupada con las flores de su jaula captando su atención —¡Te voy a sacar de aquí!
El hada lo miró preocupado, desde aquel día del laboratorio hecho un desastre Yoongi no era el mismo, se comportaba de manera más nerviosa y no quería separarse del hada, al pequeño le daba seguridad la presencia del pelinegro pero no a costa de su salud, ya no podía dormir bien y eso le dolía al hada.
El día menos esperado para Yoongi llegó, el general lo mando a llamar, el pelinegro quería esconderse pero no podía, escondió la jaula del hada mientras preparaba los informes que pudo hacer.
Supuso que la reunión con el general no sería amigable, pero nada lo preparó para las palabras que dijo.
—Quiero que hagas un informe en detallé de su anatomía interna —le dijo botando los papeles en el suelo.
—¿Q-qué..
—Lo que escuchaste, ¿Ó le paso la investigación a Park? —miro con sumo enfado al pelinegro.
Yoongi negó con su cabeza intentando no mostrar sus nerviosismo y miedo de lo que le fuera a hacer Park al hada, el general lo despachó rápido no sin antes decirle que recogiera "la basura que eran los informes", Yoongi estaba tan embotado que obedeció sin chistar y salió corriendo hasta su laboratorio.
Una vez ahí fué libre de desahogarse, sentía una gran asfixia, con un gritó tiró cada papel, tinta y objeto que pasaba por sus manos, sintió los golpes que venían de dónde tenía escondido a Jimin y supuso que lo estaba asustando, sintiendose culpable por causarle tal susto a su hada, gateó hasta la esquina y empezó a quitar las cajas y tablas, el hada le pegaba al vidrio y Yoongi sin saber que tenía volteó por completo la jaula sin importar que el general se enterará y le abrió para dejarla salir, está se acercó a su cara y empezo a tocarle las mejillas con sus manitas, y ahí se dió cuenta que estaba llorando, iba a tocar al hada pero se dió cuenta que tenía las manos llenas de tinte y se retracto, no iba a manchar al hermoso ser que le secaba las lágrimas.
—¡Lo siento Jimin, te sacaré de aquí, cueste lo que cueste! —Yoongi lloraba mientras apretaba sus manos en sus muslos.
Al hada poco le importó sus manos manchadas y también fue a consolarlo ahí, ya que estaba temblando de la impotencia que sentía por situación.
—No, Jimin, te vas a manchar —Yoongi intentaba apartar sus manos pero el hada era más rápido y se abrazó a la mano llena de tinta, movía su mano en forma de caricia a lo largo de su mano mientras lo miraba, intentaba transmitirle que estaba para él.
Porque para el hada, el tiempo que había compartido en su cautiverio con Yoongi era especial, por muy loco que sonará.
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