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Erase una vez, hace muchos años que un pequeño cachorro se sentía desolado y triste, pues se había perdido en aquel bosque al que sus padres le habían prohibido ir.
Pero como todo niño de 10 años, él no les había echó caso y se había adentrado en aquel espeso y brumoso bosque de busan.
No sabía cuánto tiempo había pasado, y no sabía si sus padres estarían buscándolo.
Ahora se arrepentia de haber desafiado la orden de sus progenitores.
Tenia miedo.
A cada paso que daba pareciera como si sombras le seguían, los arbustos sonaban y se movían los árboles se mecían tenebrosamente.
Que por primera vez Min Yoongi tuvo miedo.
Su corazoncito se estaba acelerando a cada paso que daba, quería llorar. Él quería a sus papás.
Cuando una pequeña luz proveniente de un arco de árboles al fondo llamó su atención. Corrió todo lo sus delgadas piernas pudieron y atravesó aquel claro de luz.
Para un niño de diez años que ha vivido entre edificios y el sonido de los motores de autos, lo que sus ojos veían no tenía precendentes. Por eso Yoongi lo había catalogado como "El lago encantado".
Un hermoso paraje lleno de magia, era hermoso que sus ojitos se cristalizaron por tan bella y majestuosa vista.
Un pequeño niño de ojos color ámbar observaba como otro ser casi igual a él estaba en su escondite favorito.
Jimin no le temía a los humanos, pero él nunca había visto uno de tan cerca.
Pero... ¿No que los humanos eran altos?
Ese humano era muy bajito.
Yoongi estaba de espaldas cuando sintió otra presencia atrás de él. Por el tenue aroma suponía que aquella presencia era también la de un cachorro justo como él.
Pero un poco menos temeroso se volteo y se topó con el niño más lindo que sus ojos habían visto en su corta vida.
Al parecer no era él único perdido en aquel profundo y denso bosque.
Pero aquel niño vestía ropas muy raras para Yoongi.
Porque llevar un "vestido" blanco con una corona de flores en la cabeza no era común, no al menos en los niños que yoongi veia a diario en la escuela.
Se asustó cuando aquel niño sonrio y se acercó a él en una velocidad extrañamente rápida.
Jimin estaba curioso de aquel pequeño humano. Así que no midió si mostraba sus dones y asustaba al otro. Solo quería acercarse y tocar su piel.
Es que su piel era tan linda. Que jimin pensó que era como las pequeñas hadas o ninfas del bosque.
Yoongi vio con pánico como aquel niño extendía su mano, pero yoongi temió cuando aquella mano expelía un brillo extraño. Como la escarcha que su padre usaba en sus trabajos y que se adherían a la piel con el más efímero contacto.
Y los niños como él no brillaban así. Al menos él no lo hacía, tampoco los cachorros con los que solía jugar en la escuela. Ese cacharro frente a él era muy distinto de los demás.
Jimin vio él miedo en los ojos de aquel humano así que retiró su mano extendida y la escondió tras su espalda, retrocediendo un paso.
— Quién eres? —pregunto Yoongi.
Jimin se apuntó a si mismo, y YoonGi bufo asintiendo, no es como si hubiera otro niño en el bosque más que ellos dos.
— J-jimin —murmuro bajo, su voz saliendo tan queda que YoonGi tardo en entender lo que decía.
— Jimin... Jimin suena bonito —hablo Yoongi inconscientemente.
El pequeño jimin se sonrojo, siempre lo hacía cada vez que le elogiaban su nombre. Su nana luna siempre le decía que su nombre era especial y que había sido otorgado por los dioses.
— G-gracias~ —agradeció sonriendo—. ¿cómo te llamas tú? —hablo. Su voz siendo más segura y no siendo un murmullo está vez.
— Soy Yoongi, Min Yoongi —el niño pálido estiro su mano, ofreciéndole un saludo. Jimin vio aquella mano estirada esperando.
Así que un poco tímido también extendió su mano estrechando así por primera vez, el contacto con un humano.
Ambos se quedaron viendo mutuamente mientras sonreían, luego de que soltaran sus manos los dos se sentaron en el verde pasto, y JiMin escuchaba atentamente lo que aquel pequeño humano le contaba, JiMin reía al escuchar decir que cuando él fuera grande sería un gran Alfa para su familia.
Jimin no sabía porqué Yoongi hablaba de alfas, Ømegas u betas. Él no sabía nada de eso que yoongi llamó "Jerarquía", tenía muchas dudas acerca de eso, pero prefiero guardarcelas. Ya más noche cuando su nana luna bajara él le preguntaría por esa "Jerarquía" que regía sobre al parecer los humanos.
Yoongi nunca pregunto que era, y jimin tampoco le dijo quien era. Sólo eran dos desconocidos en aquel hermoso páramo.
Él padre sol quien era la deidad del día observaba como aquellas almas congeniaban tan bien a pesar de ser sólo unos niños.
El padre tiempo quien también estaba espectante de aquella nueva pareja de niños, sonrio con melancolía.
No existían sentimientos de maldad en ninguno. Aparte JiMin era el guardián hada del bosque.[así le habían apodado las pequeñas hadas y las sirenas]. Ciertamente era sólo un niño de ocho años, que no se había presentado aún, pero cuando cumpliera la mayoría de edad sería el guardián oficialmente y todos en el bosque, incluyendo a las deidades esperarían a la presentación del pequeño.
Aunque primero al parecer tendrían que explicarle ciertos temas que para su edad aún no era irrelevantes pero que YoonGi había mencionado y habían despertado la curiosidad en el pequeño guardián del bosque.
La madre luna se iba a encargar de instruir a Jimin en su labor, y el hada de la primavera le ayudaba a como hablar con la flora y fauna. El guardián de invierno le había enseñado técnicas de supervivencia cuando el frío invierno azotará las tierras de busan y el hada de verano junto con él guardián de otoño le ayudaban con el manejo de sus poderes que apenas y empezaban a manifestarse, al ser sólo un cachorro sin presentación sus poderes eran inestables.
Ningún hada, guardián u especie mágica le había dicho a JiMin acerca de la jerarquía, porque querían mantener al pequeño siempre con ellos. Pero ya no podían ocultárselo más, y todo por culpa de aquel humano que abrió su boquita.
Cuando el padre sol empezó a descender Yoongi supo que ya era muy tarde y que quizás ahora si iba a recibir el peor castigo de su vida por desaparecer sin dejar rastro alguno.
Jimin sintió la inquietud y preocupación emanar del cuerpo de su quizás nuevo "amigo" humano y él también se preocupó.
— ¿Ya tienes que irte? —pregunto en un murmullo bajo y triste él pequeño.
Yoongi sintió su corazón oprimirse al ver como su nuevo amigó se le cristalizaba la vista para un próximo llanto. No sabe porque su corazón dolió sólo sabe que no quería dejar aquel bosque por más raro o extraño que sonase.
— Tengo que —dijo triste Yoongi—. Pero prometo regresar —intento animar, sabía que sería difícil cumplir aquella promesa, pero costase lo que costase él volvería algún día.
Jimin alzó la mirada, sus tiernas mejillas rojas y mojadas, sus ojos brillosos y la punta de su nariz roja igual—. ¿Lo prometes?
El pequeño extendió su meñique, esperando la respuesta del humano para que enlazará su meñique al de él y sellar la promesa.
Yoongi extendió su meñique y lo enlazó con el de Jimin mientras sonreía—. Lo prometo Jiminnie, algún día volveré.
Jimin no entendió eso de "algún día" pero confiaba en que si, Yoongi volvería y lo visitaría y él volvería a tener compañía de aquel pequeño humano.
Jimin se quedó ahí mismo, en aquella roca sentado, viendo como Yoongi se iba de su escondite. Miro hacia los árboles y les susurro un: “Guíenlo sanó y salvo a la salida”.
Aunque era pequeño sabía que si yoongi salía así de su escondite nuevamente se perdería, así que. Confiaba en que sus amigos los árboles guiarán a su amigo a la salida de su hogar.
Una opresión se situó en su corazoncito, doliendo apenas un poco. Pero la sensación era realmente molesta.
Las pequeñas ninfas de agua salieron de sus escondites y le empezaron hacer cosquillas a su guardián porque lo vieron triste y con un tierno mohín en su boquita rosa.
Ellas odiaban ver triste a su guardián, así que ellas lo animarían nuevamente.
Yoongi no sabe cómo, pero llegó a la salida del bosque. La opresión en su pecho no se marchitó para nada, no era una punzada fuerte pero sin duda le molestaba sentirse así.
Yoongi se preguntó si Jimin estaría bien sólo.
Pero despejó esa preocupación cuando recordó que el pequeño cachorro le había dicho que su nana cuidaba de él, así que su amigo jiminnie no estaba solo.
Corrió hacia caseta del guarda bosques no viendo a nadie así que llamó al número de su papá.
Al segundo tono él le había contestado, Yoongi se sintió mal al escuchar a su papá llorar y luego fruncio su ceño cuando éste mismo le dijo que estaría castigado el resto de su vida por haberle dado tremendo susto.
El pequeño Yoongi no entendía a sus padres, ellos eran extraños, cuando estaban de buenas de la nada estaban de malas. Quien los entiende.
Sonrió con nostalgia hacia el bosque, y dedicándole una última mirada se subió al carro, pues sus padres al parecer estaban cerca de la caseta y en menos de lo que Yoongi pudo imaginar sus padres estaban afuera, sonando la bocina del auto para que él saliera y se subiera al carro.
Se sintió asqueado cuando sintió el fuerte aroma a enojo que expelían sus padres, al parecer ellos realmente estaban enojados con él.
No les prestó atención, sentándose en ver como se alejaban cada vez más y más del bosque.
El último recuerdo que tiene Min Yoongi es sólo el sonido estridente de un camión el movimiento brusco del auto y el como su padre lo abrazaba fuertemente para seguidamente quedar todo en negro.
Y lo que pasó en Busan, se quedó ahí, en Busan.
Como una memoria rota, sólo un efímero sentimiento y nada más.
Hi~ espero os guste mucho, y le den mucho amor a esta historia de fantasía.
No te olvides de votar y comentar 💕
NO me pidan actualizaciones. Aún no tengo escrito nada para esta historia, así que paciencia así como en mis demás historias, fijaré un día para esta historia cuando le comience.
No te olvides de leer la nueva historia: Crazy in love 🦇♥️🦇.
Gracias por tus votos y comentarios, son mi día a día.
Nos leemos pronto.
MinMin♥️🦇
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