Epílogo
Cinco años después.
La suave melodía de una canción de piano se reproducía en aquel automóvil que se encontraba en marcha, yendo por aquellas calles poco transitadas pero con recuerdos amargos y felices.
JiMin se giró para ver a su hijo dormitar en la parte de atras del auto y sonrió cariñoso a verle.
YoonGi también lo observó a través del retrovisor y sonrió al ver a su hijo domir profundamente.
Sus miradas se encontraron y JiMin posó su mano sobre la del Alfa y YoonGi la apretó lentamente.
Ambos dirigieron su vista hacía enfrente y sintieron la nostalgia recorrer sus cuerpos.
Estaban regresando, después de seis años de ausencia, ambos estaban regresando al lugar donde todo comenzó.
Estaban volviendo a Busan.
Las casas comenzaron a perderse y pronto los árboles comenzaron a verse más y más seguidos.
YoonGi manejaba tranquilamente mientras observaba al frente, JiMin por otro lado veía hacia el bosque, su corazón latiendo fuertemente, el bosque estaba llamando su nombre.
El automóvil se adentro en aquel camino que tal parece los años no le afectaban, y se detuvieron en aquel hostal donde YoonGi se hospedó hace seis años.
— Amor, llegamos, vamos campeón, tú querías ver el bosque —Cuando JiMin dijo lo último, el pequeño se despertó dejando ver sus hermosos ojos y sonrió estirando sus brazos hacia JiMin.
YoonGi salió del auto y camino hasta donde estaba la misma mujer de hace años, la misma apariencia y la misma postura.
— Oh, vaya que a sido un tiempo, pero ahora han regresado, después de todo, el bosque los ha llamado y por algo han retornado —Ella hablo con una sonrisa de oreja a oreja y YoonGi asintió lentamente, viéndola extraña.
— Usted es la misma mujer que... —Ella asintió y dejo de tejer para verle a los ojos.
— Soy la que cuida del bosque y sus secretos, pero ahora que su guardián a vuelto, es momento de dejar atrás lo que una vez fueron los viejos cimientos —Ella no dijo nada más y sólo le dio una mirada hacia JiMin y al pequeño que tomaba de la mano.
— Dejaremos él auto aquí —Ella asintió sin voltear a verle y YoonGi se encaminó hacia su pareja e hijo.
— Bien, vamos al hogar de tu madre —Dijo YoonGi, y JiMin sólo pudo rodar los ojos ante aquella mención.
Los tres se adentraron en aquel bosque espeso, y la calidez inundó rápidamente a JiMin.
YoonGi observó el cabello de su pareja y fue como revivir lo que vio hace muchos años atrás, cuando él solo tenia diez años.
Y sonríe con nostalgia, aunque ese día fue un lindo recuerdo durante estuvo en aquel bosque, en la noche fue todo lo contrario.
Pero había encontrado venganza, sus padres ahora pueden descansar en paz y reencarnar a su siguiente vida.
El pequeño rubio se aferró fuertemente a los manos de sus padres cuando pasaron aquella zona oscura que lo hizo sentir observado.
YoonGi sintió el apretón en su mano, vio a JiMin verle de reojo así que rápidamente cargo a su pequeño hijo en sus brazos, su hijo se aferró rápidamente a la camisa de su papá y se sintió a gusto cuando el aroma del preticor lo inundó.
Aligeraron el paso y pronto estuvieron frente aquel arco de flores que baña entrada al hogar que una vez fue de JiMin.
Corriendo, JiMin se adentro en aquel lugar y YoonGi le siguió deprisa, agitando a su hijo quien se quejó por el movimiento brusco.
Una vez los rayos del sol dieron en sus rostros, ambos pudieron ver la belleza Inmaculada de aquel pequeño lugar.
Estaba tal y como YoonGi lo recuerda, mueve un poco a su hijo y le susurra al oído.
— Volteate —Su hijo hace caso y lentamente gira su cabeza para ver lo que su padre le quería mostrar.
Sus ojitos se abrieron ante aquella imagen mágica y YoonGi juro ver el arcoiris en su mirada.
— papá, mira, mira a papá JiMin —Señalo el pequeño y YoonGi boqueo ante aquello.
Su pareja era como sacado de un cuento de hadas.
Algunas ninfas revoloteaban alrededor de JiMin mientras este reía alegremente.
Igual que algunos animalitos le rodeaban, parecía que realmente lo habían extrañado.
Se volteó para ver a su hijo observar con ojos asombrados su alrededor.
— JaeSeok —Llamo su nombre, el rubio dejo de ver a su alrededor para para ver a su padre. —Nunca dejes que las cosas malas invadan tu corazón, sonríe y se como tú padre JiMin, el omega más fuerte que conozco.
Los ojos amatistas de JaeSeok brillaron ante aquello y asintió fervientemente.
YoonGi lo bajo de sus brazos y le dejó observar a su alrededor, JiMin le llamó y su hijo se había acercado para ver de cerca a aquellos pequeños seres brillantes que bailoteaban alrededor de su padre.
Y YoonGi sólo se quedó observando aquella imagen, la cual se quedaría grabada eternamente en su memoria.
«Lo has hecho bien, YoonGi» Min se giró cuando escucho aquella voz a sus espaldas.
«Eres un gran alfa, eres mi alfita de oro» los ojos de YoonGi brillaron ante aquella mención.
— papá Jae, papá Min —Susurro bajito, sintió una leve caricia en su mejilla y luego al viento mover sus cabellos.
«Estamos orgullosos de tí cariño, bien hecho YoonGi» aquellas voces eran la de sus padres al unísono.
YoonGi sonrió entre lágrimas y asintió a la nada, una última caricia en su rostro y luego ya no sintió nada.
Limpio las lágrimas en sus ojos y se giró para ver hacia JiMin quien le veía cariñosamente.
«Si papás, estoy dando lo mejor de mi»
Camino sonriendo hacia su pareja e hijos y no pudo desear otra cosa más que sólo ser feliz con su familia.
Porque quien lo diría, que en aquel bosque donde una vez se perdió, encontraría a su pareja en dos ocasiones.
El amor llega en diferentes formas, maneras y tamaños, depende de nosotros tomarlo o dejarlo ir.
Y quien lo diría, que un doctor que no creía en los cuentos de hadas, se terminaría enamorando de una.
[The End]
Ohhjj dios, por fin le doy un adiós a esta fanfic que me saco dolores de cabeza.
No te olvides de votar y comentar~ sabes lo importante que es para mí.
espero os haya gustado mucho.
Nos leemos en los agradecimientos.
MinMin☄️💜
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