Estaba decidido, hoy iba a ser el día, su lobo lo estaba metafóricamente matando, las ansias y los gruñidos eran su día a día.

Tampoco podía hacer seguir esperando a Jimin, él no lo merecía.

Le había pedido a Taehyung que fuera hacerle compañía a su apartamento, mientras él terminaba el turno y pasaba por alguna floristería para comprar una rosa.

El cielo quizás no era el mejor, pero no porque estuviera levemente opaco y con quizás ganas de llover, iba a posponer lo que llevaba en mente más de dos días, aprovecharía la poco luz del sol ese día.

Suelta un suspiro y su mente divaga en los últimos meses, en los cuales ha tenido el mismo sueño, la misma pesadilla desde entonces.

En el siempre ve a un hombre dándole la espalda, y otro que hasta al lado de él, no los puede oír porque ellos están lejos, pero puede sentir el olor del azufre y la sangre a su alrededor.

Su cuerpo se siente entumecido, e internamente puede sentir que algo ha sido arrebatado o cortado, simplemente no puede saber que es, porque siempre que intenta ver su cuerpo despierta.

Su teléfono suena sacándolo de la laguna de pensamientos, es una llamada entrante de Suran.

Rápidamente coge la llamada, sólo espera que no dure tanto, quiere acabar con todos los pendientes rápidos para ir por Jimin.

— Dime —es el saludo de Yoongi, Suran al otro lado ríe.

— Estas ocupado? —pregunta ella.

— Si, voy de salida a ver a Jimin, por que? Ocurrió algo malo? —Ella al otro lado sonríe y niega, aunque sabe que Yoongi no la verá.

— No, nada, sólo llamaba para pedirte que cenaramos como en los viejos tiempos, pero estas ocupado, no te preocupes, otro día será —Ella dice rápidamente.

Yoongi suelta un suspiro—. Si, perdona que he estado últimamente encerrado en mi trabajo y mi Omega —suelta el alfa, dejando escapar un suspiro.

— No te preocupes Yoongi, ya has hecho suficiente con tratar mi enfermedad —dice ella, para luego toser.

— Debes tomar el medicamento al día Suran noona, no te dejes desmandar sólo porque te sientas un poco mejor —Ella suelta a reírse.

— Tranquilo Doc, todavía habrá Suran para rato —Bromea, y él solo niega divertido—. Bien, no te quito más tiempo, disfruta de tu cita con Jimin.

— Gracias, eso haré, hasta pronto —Cuelga la llamada.

El reloj marca las cuatro, es momento de dejar la oficina, si quiere lograr una propuesta de ensueño tiene que aprobechar la poca luz del día.

Acomoda los papeles en el escritorio y toma el portafolio, cuelga la bata en el perchero y sale de la oficina, una tenue sonrisa adorna su rostro.

A veces siente que las cosas avanzan rápido, pero cuando ve la hermosa sonrisa de Jimin, sus sonrojos y miradas tímidas le importa poco el hecho de si va muy rápido.

Con Jimin las cosas nunca son lentas.

— Tae, si, buenas tardes, puedes decirle a Jimin que se cambie de ropa, lo llevaré a un lugar, si, okay, gracias. —Cuelga la llamada y se encamina hacia la salida de la planta donde atiende.

Presiona rápidamente el botón para que las puertas se abran, está impaciente para salir de ese lugar, comprar la rosa e ir por Jimin.

Cuando las puertas del ascensor por fin abren, entra sin ver si hay o no alguien más adentro.

Rápidamente el ascensor cierra las puertas y el aire inexplicablemente se vuelve tenso, gélido, erizandole cada vello corporal.

— Tiene mucha prisa no es así? —Una voz ronca pregunta a su espaldas.

El lobo de Yoongi se pone tenso pero atento ante aquella presencia.

— Umm si, algo así —es la respuesta que da.

— Alguna persona en especial? —Vuelve a preguntar.

Y Yoongi sólo puede desear que las puertas se habrán, para salir ya de ese elevador.

Yoongi asiente, aún sin girarse para verlo.

— Espero que su cita vaya bien, y que cuide bien de su Omega —Suelta el desconocido.

Y el cuerpo de Yoongi se tensa. Como sabe que va a ver un Omega?

Las puertas se abren y la presencia del desconocido pasa por su lado, un aroma extraño llega a su nariz, y la cubre rápidamente, cuando alza la mirada para ver a aquel hombre, ya no hay nadie ahí sólo él y él estacionamiento enfrente.

Sale rápidamente del elevador, una ráfaga de aire frío sopla en su rostro, y se abraza a si mismo al sentir el frío recorrer su cuerpo.

Se sube rápidamente al auto al sentirse observado, pero no ve nadie, ni a aquel hombre, así que rápidamente sale del estacionamiento, poniendo en aceleración su auto.

— Ya hasta ves cosas Min Yoongi —Se dijo a si mismo—. Esas cosas no exi–

Se detuvo abruptamente, claro que existían. Jimin formaba parte de ese mundo, donde estaban esos seres, esas cosas...

Pasaban los meses y él aún no podía asimilar todo lo que Hoseok le mostró, todo lo que un Jimin sonriente y con ojitos cariñosos le explicó.

Sacudió su cabeza, no quería pensar en esa experencia vivida hace unos minutos, hoy era un día para festejar, no para tener malos presentimientos.

— Bien —Suspiro—. Aquí vamos~

A unas cuadras de avanzar en su auto, se detuvo frente a aquella floristería y pidio una rosa roja, la más fresca y más hermosa, la dependienta rápidamente se le dio y le deseo suerte en su propuesta.

Yoongi lo agradeció en silencio.

Fueron solos diez minutos y ya estaba bajando del auto frente a su apartamento, acomodo su camisa y peino su cabello.

Justo cuando se disponía a subir al elevador para llegar al piso donde vivía, las puertas de este se abrieron y un sonriente y avergonzado salía del interior.

Dios, Jimin se veía hermoso con aquella vestimenta.

Sabía que aquello fue idea de Taehyung, más tarde le pagaría muy bien por vestir a Jimin así de, tierno y sexy.

La camisa color crema de algodón le quedaba perfecta, más aquel pantalón negro que se adhería perfectamente a sus muslo, Joder, tierno y sexy, sin duda la dualidad de Jimin un día lo iba a matar.

Yoongi sonrió y le tendió la rosa, Jimin la tomó rápidamente y le sonrió atreviéndose a besar rápidamente la mejilla pálida del alfa, Yoongi se avergonzó, aquello lo tomo por sorpresa.

— Vamos —Yoongi tendió su mano, el Omega la tomo rápidamente, amando tener la sensación de cómo su mano encajaba a la perfección con la del alfa.

— A dónde vamos? —Pregunto un curioso Jimin, mientras dejaba  que Yoongi abrochar su cinturón de seguridad.

Yoongi le sonrió pícaro y robo un beso de los labios caramelo del menor, haciendo avergonzar a Jimin.

— Sorpresa —Es lo único que dijo, para poner el auto en marcha, aún había un poco de tiempo, antes de que los pocos rayos del sol se escondieran.

Hi~ a donde se van sin votar y comentar ahhh?)

Os gusto(?)

Creo que lo que viene ahora es el cortejo oficial ✌️✌️✌️

Ahhhh gracias por seguir aquí, dándole love a este fanfic. También denle love a Crazy in love e intercambio☄️

Nos seguiremos leyendo~~

MinMin🍓