XVII. Ten Misericordia De Mí, Señor
——Ella está empeorando, así que el médico pronostica que pasará unos meses más hospitalizada.
Jungkook apretó los labios. Yeji no le había dicho nada.
——Mamá, nunca ha pasado tanto tiempo en el hospital. ¿Y la escuela? Este es su último año. ——El ligero apretón en su pecho lo hizo suspirar de tristeza. ——Dime qué ha dicho el médico exactamente.
——Jungkook, no te preocupes. Tu hermana es muy fuerte-
——Mamá. ——La cortó sabiendo que estaba por darle vueltas al tema. ——Tengo tanto derecho de saberlo como tú y papá, ¿o no?
Un silencio demasiado denso se instaló entre ambos. Jungkook estuvo apunto de hablar cuando su madre lo hizo.
——El tratamiento ya no funciona y su organismo se está deteriorando más rápido. Solo queda esperar y pagar por la hospitalización para que esté más cómoda. Eso dijo el médico.
Ah, sí quería escuchar la verdad, pero se sintió como recibir una bofetada.
——¿Yeji lo sabe?
——El médico lo dijo frente a ella. Dijo que tenía que ser consciente de su propio estado.
El exorcista apretó los dientes y exhaló. Había estado encerrado en ese pequeño cuarto desde que amaneció, puso protecciones y todo lo demás, sin embargo, el ambiente se sentía cada vez más extraño por alguna razón. Mucho más ahora que su mente y energía estaban revueltas.
Se sentó en la orilla de la cama. Solo podía pensar en Yeji.
——Compraré un vuelo y estaré allí para la próxima semana si es posible.
Podría reservar un vuelo online, pero el problema era que el número de su cuenta bancaria era distinta de la que usaba personalmente. La cuenta bancaria para su trabajo era extremadamente confidencial, así que todas las transacciones debían ser con mucho cuidado y presencialmente para evitar la divulgación de su información de trabajo.
Tomó su gabardina y antes de tomar la manija de la puerta, le dio un último vistazo a la habitación entera. Solo saldría unos minutos. El aeropuerto estaba lleno de gente, y aunque lo espíritus abunden allí, la mayoría son energía opaca y débil.
No obstante...
Exhaló y tomó una pequeña daga que le habían obsequiado hace un tiempo en la iglesia. Estaba bañada en plata sagrada.
La miró unos segundos y la escondió en su cinturón.
——No tienes que hacer eso, Jungkook. Ven para Navidad y no tendrás que gastar tanto dinero entonces.
——Mamá, lo que menos me importa ahora es el dinero.
Abrió la puerta y la cerró de un azote.
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Disperso y arrastrando los pies tomó un café enlatado de la máquina expendedora, lástima que no podía fumar dentro del aeropuerto.
Conseguió un boleto para fin de mes. Tenía la esperanza de que hubiera espacio en una fecha cercana, sin embargo, las posibilidades se pusieron en su contra.
Por el momento, además de la normal energía opaca del ambiente, no había notado ningún cambio. O eso fue hasta que estuvo cerca de la autopista.
Tiró la lata vacía en un contenedor cercano y cuando estaba apartando la mano, por el rabillo del ojo vio a una chica muy parecida a Yeji. Su corazón y su mente se sobresaltaron a la vez. Se giró en dirección a la chica, pero en cuanto enfocó su rostro se dio cuenta de que había sido un error, no había ni el más mínimo parecido entre ella y su hermana.
La chica lo miró extrañada antes de seguir su camino. Jungkook pestañeó y palpó en su bolsillo la cajetilla de cigarrillos.
Quizá se estaba preocupando demasiado.
Antes de que cayera en más pensamientos, paró un taxi y le dio la dirección de la iglesia a la que quería ir. No iba a laborar este día, solo estaba buscando algo de consuelo. A veces pisando la iglesia o tan solo sintiendo el aroma del lugar podía sentirse lleno de algo que más que sus energías entrelazadas, había algo reconfortante en estar allí. Ya no se sentía tan solo.
Sopló el humo del cigarrillo y escuchó al conductor toser. Rápidamente, Jungkook abrió la ventana y aventó el cigarrillo.
——Perdón por eso. ——Se disculpó abriendo más la ventana. Le dio una mirada al hombre por el retrovisor, mientras este negaba.
——Yo también fumo. ——Rio el hombre. ——Estoy acostumbrado, pero hoy no porque me cargo un resfriado bastante jodido. ——Jungkook sonrió de lado apretando los labios, arrepentido de todas formas. ——¿Hasta cuando piensas esquivarlo?
El exorcista, levantó la mirada con el ceño fruncido.
——¿Disculpa?
——Astaroth se desliza entre tus pasos, aunque intentes evadirlo.
Jungkook clavó sus ojos en los del conductor y estuvo a punto de lanzarse contra él cuando los ojos del hombre brillaron en claridad.
——¿Sucede algo? ——El hombre cuestionó preocupado, intercalando miradas entre la autopista y el retrovisor.
Jungkook exhaló y se hundió en el respaldar.
——No, no. Solo me ha dado una jaqueca.
"A partir de ahora no confíes en todo lo que ves".
Necesitaba pensar.
La mente y las emociones están profundamente ligadas a la energía de los humanos, si se logra alterar la mente entonces también la energía, y a su vez el alma.
Y el alma es la única arma que Jungkook tiene.
Si se concentraba, podría llegar en una pieza a su apartamento, o al menos a la capilla, el lugar más sagrado que podía visitar por el momento.
Fuera distracciones. Cualquier distracción que Barbatos pudiera poner en su contra tenía que esfumarse.
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La grieta no se iba a cerrar por si sola, debía hilarse cada una de las estelas que se habían roto por el paso de los catabolignes. Este hilamiento solo podría hacerse por seres que tuvieran una energía lo suficientemente poderosa como para no desaparecer en el intento.
Taehyung inició el ciclo enmendando la malla superficial de la grieta. Su turno estaba por acabarse. Y no se estaría sintiendo tan impaciente si no estuviera esa punzante idea de que Barbatos y Astaroth estaban juntos y fuera del infierno.
No tenía ningún apego por el exorcista, sin embargo, ya que estaba tan obsesionado con su energía no quería imaginar qué pasaría cuando no pudiera conseguirla hasta la Luna Roja. Quién sabe si iría por allí como una bestia igual que los incubos. A este hecho le ameritaba el remolino que le estrangulaba la respiración.
Había sido una estrategia inteligente usar a Barbatos en contra de Jungkook, ya que este es el único demonio que puede manipular perfectamente cualquier mente, incluyendo la del humano casi llamado un ser divino. Sin embargo, aquí entra a tallar cuánta fortaleza ha acumulado la mente para no dejarse engañar.
Taehyung había aceptado finalmente que Jungkook no podía ser comparado con ningún ser existente en la tierra, él siempre lo sorprendería de alguna manera. Así que, esta vez probablemente no sería la excepción y cualquier estrategia que los demonios de casta mayor usaran contra él, sería superada por el exorcista.
——Ey, esa cruz no se caerá. Nadie aquí quiere esa mierda. ——Señaló, Belfegor.
Taehyung medio sonrió, dejando de apretar el objeto. Ahora había adquirido esa costumbre extraña de sujetar el rosario cuando estaba haciendo algo importante.
——Aún no es tu turno. ——Respondió todavía ocupado con la grieta palpitante.
——No, pero le diré a Azazel que te reemplace.
El contrario frunció el ceño, girándose hacia su hermano, interrogante.
——No estás hilando bien la grieta. ——Señaló. ——Hay algo dando vueltas por tu mente... ——Se deslizó enredando un dedo con la cadena del rosario. ——Y tu alma.
Taehyung se apartó bruscamente.
——No bromees conmigo, llevo hilando esto durante dos lunas.
——Soluciona tus asuntos y vuelve cuando puedas hacerlo mejor. ——Yeonjun le sonrió suavemente con esa pisca de burla siempre acompañándolo. ——Además, me huele a que sucederá algo pronto. Allí. ——Señaló hacia arriba con su índice antes deslizarse fuera del alcance de Taehyung.
El contrario pestañeó aturdido. Belfegor nunca le daría un aviso si no fuera realmente urgente.
Pasó saliva, sintiendo una incomodidad desconocida subiéndole por la garganta.
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Intentó ocultar lo mucho que estaba sudando mientras le entregaba el dinero al taxista. Seguro ya se había visto lo suficientemente desquiciado durante todo el viaje como para pasar otra vergüenza.
Cada paso más cerca de la capilla era un poco más difícil, el pitido en sus oídos era casi ensordecedor y a pesar de que intentó no hacer muecas, no lo logró.
Extendió una mano para abrir la gran puerta, sin embargo, hoy parecía más pesada que de costumbre. Se giró hacia la iglesia principal que estaba a un lado, los sábados Kai estaba en su oficina, a menos de que todos los astros se hubieran alineado para que no estuviera presente justo ese día. Quizá Barbatos se había tomado ese trabajo.
——Mierda. ——Exhaló, apoyando la espalda en la puerta. El ruido en sus oídos se intensificó. Jungkook rechinó los dientes.
Su energía ya estaba a la defensiva, así que sintió casi al instante cuando una presencia bastante fuerte se acumuló en su forma no corporea en alguna parte del jardín.
Todos los ruidos se apagaron. Jungkook pasó saliva y se levantó para mirar alrededor, buscando al ser despreciable que lo estaba atormentando.
Pudo reconocer en las sombras de las copas de las árboles una acumulación de energía que se extendía cada vez más, que moldeaba una figura poco a poco. Pero además había un observador. Puede que el anfitrión y el mensajero estuviera juntos en un solo lugar.
"Dos contra uno". Un príncipe y un duque.
Lo que parece una gran derrota, podría ser una gran hazaña, Jungkook.
Eso había dicho Namjoon durante sus años de entrenamiento. Pero ahora ya no pensaba lo mismo, ¿no?
Aprovechó que el posible cuerpo de un demonio se estaba moldeando, y se quitó la gabardina, dejándola caer al suelo directamente, se limpió el sudor y se preparó para una gran carrera hacia la iglesia con todo el cuerpo debilitado por la sobrecarga de la maldición.
Las puertas de la iglesia estaban abiertas de par en par, no tendría que hacer ningún esfuerzo además de correr. Quizá no era el lugar más sagrado que conocía, pero podría alimentar un poco su energía para contener a los demonios.
Ah, no debió desobedecer a Taehyung.
Respiró hondo y empezó a correr como en esa persecución con el cataboligne. Entonces la otra presencia que había sido un observador hasta el momento se personificó a unos pasos, haciendo que se detuviera a mitad de la carrera.
Jungkook sopló medio sonriendo:
——Hice que salieras de tu escondite. ——Respiró más fuerte, mientras se jalaba el cuello del suéter. No había sido buena idea usar un suéter negro justamente ese día.
El ser que tenía en frente se veía tan humano que tuvo miedo de estar alucinando nuevamente. Pero no. Conocía esta presencia, era Barbatos.
Un duque puede personificarse más rápido que un príncipe porque su energía no es tan densa y no toma tantas dimensiones.
——Te lo advertí. ——Respondió Barbatos, inexpresivo, antes de abalanzarse sobre él.
Jungkook se echó hacia atrás, desenvainando la pequeña daga que por suerte guardó. La plata brilló a la luz del sol y el brillo hizo que el demonio retrocediera.
Los ojos de Barbatos se volvieron de un rojo aún más fuerte y el exorcista casi se rio frente a él.
——No es tu cuerpo. ——Sonrió. ——Es una posesión.
La luz. Un cuerpo poseído no soporta las luces intensas.
Esta nueva revelación le dio algo de fuerza en las piernas para enderezarse mejor. Buscó su energía y la hizo vibrar alrededor de él, brillante.
Barbatos arrugó la nariz y el cuerpo joven que estaba poseyendo empezó a fallarle.
——Esperé tanto por la culminación de la maldición que tuve que enviar a Barbatos. ——Una voz desconocida lo hizo girarse.
Achicó los ojos, este hombre se veía pálido y sus ojos eran dos esferas casi blancas. Así que esta era la verdadera forma de Astaroth.
——Qué buscas con esto. ——Bramó, ahora dirigiendo la navaja en su dirección.
——Eres un gran obstáculo, Jungkook. ——Dio un paso hacia adelante con el mentón en alto y sus facciones frunciéndose con diversión. ——El único denominado en Europa que tiene el poder suficiente. El único al que la iglesia oye con dedicación.
La mirada de Jungkook se volvió casi tan afilada como esa daga. Los pensamientos se acumularon en su mente, podía imaginar el plan. Ahora estaba todo muy claro.
——Quieres el control total. ¿No es así? Una vez que tus posesiones escalen en la OEM ya no habrá nadie que suprima a los demonios. ——Sus cejas se amusgaron de preocupación. ——No tendrán que esperar a la Luna Roja.
——El infierno en la tierra. ——Dijo, Barbatos, aproximándose por su espalda.
—— Qué codiciosos. Alrededor del mundo hay muchos otros denominados que van a contrarrestarlos. ——Jungkook los miró desafiante, tratando de encontrar la forma de salir de esa posición tan peligrosa en medio de ambos.
——Pero si el mortal casi llamado un ser divino, no puede derrotarnos. Entonces quién podrá. ——Sus comisuras se curvearon tenebrosamente.
Jungkook apretó los labios. Quizá no podría solo. Pero habría que intentarlo al menos.
Los dos demonios se abalanzaron sobre él a la vez y Jungkook tuvo que hacer que su escudo explotara para alejarlos de su cuerpo mortal. Esto detuvo a los demonio por un rato, de esa forma pudo correr algunos pasos hacia la puerta antes de Barbatos lo tumbara en el suelo. Las garras del demonio se clavaron en sus hombros antes de que Jungkook le cortara los dedos con la daga.
El demonio se sorprendió y casi lo dejó escapar. Sin embargo, este dolor había sido el mínimo para él así que logró atraparlo con la otra mano, mientras esperaba a que sus dedos se regeneraran en el cuerpo humano, lo cual tardaría al menos horas debido al objeto sagrado.
Jungkook acumuló su energía nuevamente haciendo que esta quemara la otra mano de Barbatos. El demonio gruñó y lo soltó a regañadientes.
El exorcista se enderezó rápidamente buscando a Astaroth, sin embargo, pronto se dio cuenta de que habían dos figuras paradas en la puerta de la iglesia, Astaroth estaba en medio de ellos.
——Kai. ——Exhaló. El susodicho había logrado esposar a Astaroth de una mano. Su aprendiz tenía un largo cinturón envuelto en el otro brazo del demonio y ambos tiraban de él hacia la iglesia.
——¡Necesitamos ayuda, aquí! ——Le gritó el aprendiz de Kai.
Jungkook se apresuró en llegar hacia ellos. Sin embargo, sintió que la figura tras él se levantaba.
Barbatos probablemente había perdido poder sobre las mentes de los jefes de la iglesia debido a la pelea. Ellos no tenían una energía tan fuerte que los protegiera de un control directo así que si Barbatos volvía a concentrarse, entonces...
El exorcista se giró y se abalanzó sobre el demonio, mientras este ahora intentaba escapar de él.
Tendría que acabar con Barbatos antes de ayudarlos.
Intentó quemar el cuerpo con su energía, sin embargo, el maldito hizo el sucio movimiento de separarse del cuerpo mortal en medio de la pelea.
Jungkook frunció las cejas al ver a la prominente figura de Barbatos parado frente a él, este era una demonio grande con los ojos absolutamente negros. Pero le faltaban unos cuantos de dos, que él había cortado, por cierto.
Se clavó frente al demonio con el escudo puesto. La fuerza del contrario era tan grande que logró empujar a Jungkook varios metros cerca de Astaroth, quien también estaba luchando por acercarse.
El exorcista apretó los dientes, no podía contenerlo por más tiempo. Apretó la navaja e intento traspasar su propio escudo con ella para clavarla en el pecho del demonio.
——¡Jungkook!
Su corazón dio un salto.
——Jungkook, ¿por qué no has regresado?
Yeji
No, no podía ser Yeji. Se negó a girar la cabeza hacia la voz femenina.
——¿Vas a abandonarme? ——Los ojos del exorcista no pudieron evitar moverse hacia la chica. ——Como cuando te fuiste de casa... No sabes cuánto te odio por eso.
Al momento siguiente el peso de Barbatos ya lo estaba aplastando. El demonio casi lo atropelló al pasar sobre él para abalanzarse sobre ambos mortales que tiraban de Astaroth. Solo bastó con un toque en sus cuerpos para que ambos se quedaran muy quietos con expresiones serenas.
Jungkook respiró ruidosamente y se arrodilló en el suelo con una mano en el pecho. Ni él mismo sabía que el dolor emocional de haberse ido de casa hace varios años aún seguía allí.
No podía pensar en otra cosa.
"No sabes cuánto te odio por eso". ¿Era cierto?
Porque él jamás podría odiar a Yeji. Jamás.
——¿Fibras sensibles? ——Cuestionó, Astaroth, rodeando se cuello con una mano para levantarlo del suelo como si fuera una pluma.
Las garras del demonio se clavaron en su piel. Jungkook se sujetó de la propia mano de Astaroth, intentando respirar.
Si perdía los sentidos, sería su fin definitivamente. Pataleó y se impulsó del torso de Astaroth para conseguir respirar un poco antes de que lo ahorcara más fuerte.
Con los ojos llorosos vio la sonrisa burlona de Barbatos, quien estaba a un paso atrás del otro demonio para poder contemplarlo sufrir. Por supuesto, se estaban alimentando de él antes de exterminarlo. La rabia le hirvió en el estómago. Y se dio cuenta rápidamente de que seguía apretando la daga fuertemente, clavandola en el brazo de Astaroth. Si no le estaba causando ningún daño al príncipe entonces algo tendría que hacerle al duque.
Con la poca fuerza de su cuerpo, pateó una última vez a Astaroth y lanzó la daga hacia el cuerpo de Barbatos, esta se clavó en el pecho del demonio profundamente. Por supuesto, su puntería nunca fallaba ni en los peores momentos.
Astaroth miró hacia atrás y Jungkook sintió que la urgencia de respirar se volvía insoportable. Kai y Lee Know ya no estaban más para ayudarlo. No tenía a nadie más.
Taehyung.
El nombre mismo pareció darle oxígeno para exhalar por fin.
——Tae-hyung.
——Qué dices. ——Astaroth se giró con el ceño fruncido.
Entonces el aire se volvió denso a su espalda. Pudo sentir la sangre deslizándose por su cuello debido a las garras del demonio apretando más fuerte antes de perder el conocimiento.
El dolor corporal era poco a comparación de la paz emocional y energética que le brindó el saber que sí había alguien que podría ayudarlo.
Sus sentidos se apagaron, pero extrañamente su energía aún podía reconocer a la opaca energía de Taehyung.
Entonces si su cuerpo mortal se desconectaba esa tarde, quizá su energía se entrelazaría con la de Taehyung sin problema.
"Después de todo no tendrás que esperar hasta la Luna Roja".
Una vez más pidió la ayuda de un demonio. En un lugar sagrado, no cualquiera, estaba a los pies de la iglesia.
"Señor, muchos son mis enemigos gratuitos y pocos mi salvedad.
No me reprendas, Señor. Tenme compasión, porque desfallezco. Angustias que recorren hasta los huesos no he sentido ni una vez.
Sáname, Señor, porque el nombre que hoy he pronunciado no se borrará de mis labios si la muerte me toma.
Ten misericordia de mí, Señor."
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Yo les dije que se venían cosas fuertes bbs. Fuerzas 💪💪💪💪
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