XV. Maldiciones O Paranoias
Presentó a Taehyung ante Kai, este ni siquiera pestañeó, recibió a Taehyung como si fuera un amigo cercano. Jungkook quedó impresionado por un rato, pero al final concluyó en que su líder siempre había sido así, familiar y calmado.
───Cuéntame, en qué te has metido para ser enviado aquí de repente. ───Kai le cuestionó cuando estuvieron en su estudio, Jungkook le pidió a Taehyung que se quedara afuera para tener más privacidad. ───Supe que no estabas feliz con tu nuevo líder, pero es increíble que no hayas podido soportarlo ni un mes. ───Rio.
Jungkook lo miró de reojo, sentándose en el asiento frente al escritorio. Estudió su posición en esta conversación, no sabía si debía darle sus razones de inmediato o zondearlo un poco para saber qué pensaba sobre aquello.
───Tuvimos algunos conflictos. ───Soltó, cruzándose de brazos para mirar a Kai. ───Su denominación no me pareció adecuada desde el inicio.
El contrario ladeó la cabeza con una sonrisa suave, sus ojos amables se achicaron.
───Debes tener cuidado con lo que dices frente a él, Jungkook. Pensé que ya sabías que sus influencias van más allá de la OEM.
Bueno, al parecer ya había metido la pata.
───En qué sentido lo dices.
El Sanador de Hombres volvió a enderezarse para negar.
───Como ya sabes su padre es un ministro importante en Corea...
No.
Eso no era a lo que se refería. Jungkook frunció las cejas y asintió. Estaban siendo observados, era obvio. Kai confiaba en que se daría cuenta. Y Jungkook lo hizo.
───Sí, ya lo sabía. Debo tener cuidado con lo que digo.
Kai asintió.
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Su primer caso fue entregado de inmediato junto a la validación de sus documentos. Hacer trámites bajo el nombre de la OEM era mucho más fácil, uno de los beneficios de ser denominado.
Tendría que buscar un hotel cerca de la iglesia, hacer un viaje de media hora para llegar hasta allá le quitaba todas las ganas de trabajar. Además, había otra cosa de qué preocuparse.
Un ligero zumbido en su oído lo acompañaba cada vez que estaba lejos de Taehyung, no era un ruido que lo volviese loco, pero era realmente extraño. Podría deberse a un resfriado mal curado, mmmh, pero no lo era, ¿o sí?
───Taehyung, ¿puedes hacer algo por mí? ───Le cuestionó al demonio, mientras caminaban en la calle. El pelinegro le echó un vistazo curioso.
───Si tiene que ver con Astaroth, ya te dije que debo hacerme más fuerte para acercarme en mi forma no corpórea. ───Le recordó con un dejo de aburrimiento.
───No se trata de eso. ───Contestó haciendo mala cara. ───Quiero que hagas algo para mí. Una investigación sobre maldiciones demoníacas.
El contrario se detuvo a medio camino y Jungkook hizo lo mismo.
───A qué se debe. ───Cuestionó curioso.
Jungkook se metió las manos en los bolsillos, buscando sus cigarrillos y el encendedor. Pacientemente encendió el cigarrillo y le hizo una señal a Taehyung para que se acercara.
───¿No has oído el aullido del viento cerca de mí?
El demonio frunció las cejas. Una maldición era inmediata, una vez enviada hacia el objetivo surtía el efecto sin problema.
───Astaroth me busca. ───Exhaló el humo.
───No es posible que sea una maldición. ───Replicó mirando superficialmente al exorcista en busca de alguna marca significativa en su cuerpo que lo expusiera como el objetivo.
───Mi energía la hace rebotar, pero no será por mucho tiempo. En cuanto me descuide recibiré la marca y él podrá encontrarme sin problema, si es que no lo hace a antes.
Jungkook siguió fumando mientras caminaba junto al demonio de cejas fruncidas, quien no estaba para nada convencido de la teoría del humano.
───Si llega a sucederme algo, necesito que alguien sepa quién fue el culpable. ───Murmuró para sí mismo, aunque Taehyung logró escucharlo perfectamente. ───Hablaré con Kai mañana a primera hora. Y tú harás que el contrato se cumpla respecto a mi alma. ───Declaró seriamente. ───Tienes que ser tú quien se encargue de mi alma en la fecha pautada.
───Claro que será así. Astaroth no tiene ningún poder sobre el contrato. ───Comentó, aún pensando en la supuesta maldición como algo ficticio.
El exorcista asintió y miró más allá de la calle, entre la multitud de personas que caminaban en sentido opuesto había un hombre en específico que no tenía nada que lo distinguira además de su propia presencia y un sombrero negro que ocultaba su faz. Un caminar rítmico y hasta antinatural. Jungkook sintió que su estómago se revolvía.
───Podría estar empezando a alucinar. ───Río sin gracia, dejando caer el cigarrillo al suelo antes de tallarse los ojos. En cuanto volvió a poner su vista en la multitud, el hombre se había ido.
Una mano fría lo agarró de la muñeca y lo hizo girar hasta que tuvo el rostro de Taehyung a unos centímetros.
───Tus ojos están rojos. No dormiste anoche. ¿Es posible que sea por eso?
Jungkook alzó una ceja, Taehyung no estuvo con él la noche anterior, así que no pudo dormir porque debía vigilar y decidió leer, pero al parecer sí que había estado dando vueltas por allí a una distancia prudente. El demonio se dio cuenta de que se había autodelatado y rápidamente cambió de tema.
───Te traeré información sobre las maldiciones. ───Soltó la muñeca ajena desviando la mirada hacia donde Jungkook se había quedado viendo anteriormente. ───Ya que no eres un humano común, puede que el funcionamiento sea distinto.
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El rebote de una maldición podía causar muchas cosas alrededor, podría impregnarse en otra persona o seguir buscando al objetivo, como si se tratara de un GPS, todo dependía del emisor. Jungkook juraría que se trataba de la segunda opción.
Se metió a la oficina de Kai esa mañana y le pidió que fueran al lugar más sagrado del templo, este lo llevó a la capilla. En este lugar, el exorcista notó que las protecciones eran fuertes. Se preguntó si allí podrían hablar libremente del asunto, pero no tenía tiempo de darle más vueltas, tuvo que arriesgarse.
───Kai, sé que estás enterado de que la denominación de Hoseok se debió a un pacto. ───Declaró cuando ambos estuvieron sentados en las bancas de la capilla, contemplando el altar.
───Tan astuto como siempre, Jungkook. ───Respondió sereno. Sin embargo, esto no hizo que el exorcista se calmara.
───Su denominación debería ser anulada. Si le demostramos nuestro punto a la OEM—
───Jungkook. ───Lo nombró suavemente. ───En ese caso, ¿tú no estarías cometiendo la misma infracción? ───Kai sonrió de medio lado al ver la expresión reprimida del menor.
Jungkook boqueó. Por supuesto, por supuesto que Kai se había dado cuenta.
Cómo podría intentar engañar al Sanador de Hombres.
───Pero, Taehyung no está interesado en la iglesia. Él solo... ───Él solo quiere mi alma. ───No hay forma de que él y Astaroth contemplen el mismo objetivo.
───¿Estás seguro de eso? ¿Desde cuando confías en demonios?
La templanza en su mente y su cuerpo se rompió bajo los ojos de Kai.
Nunca confiar en un ser de las tinieblas, la segunda regla que acataban los exorcistas. La tercera; nunca negociar con demonios.
Jungkook había roto las reglas principales. ¿Si mostraba arrepentimiento, Kai lo perdonaría?
Se aclaró la garganta y se recompuso.
───De ninguna manera. Yo no me involucré con Taehyung para conseguir beneficios egoístas. Y él... ───Pasó saliva. ───Me ha salvado de la muerte más veces de las que puedo contar.
Kai frunció el ceño incrédulo.
───Sobre Hoseok. ───Habló antes que el contrario. ───Tenemos que hacer algo. No sé qué ritmo quiere que la iglesia tome, pero ya se deshizo de todos los denominados que quedaban en Londres. Y me ha lanzado una maldición. ───Alzó la mirada hacia el altar, delineando las rejas de los vitrales. ───No sé de qué clase, pero es peligrosa, tanto que podría sacarme de mis cabales.
El Sanador de Hombres calló y se levantó de la banca haciendo un ademan.
───Pronto habrá una convocatoria solo para los denominados. La OEM impondrá un nuevo orden y nos redireccionará a distintas ubicación. Tomemos esa oportunidad.
Jungkook asintió, siguiendo al más alto. Sin embargo, había una astilla clavada en su pecho. Un descontrol emocional que seguía latiendo.
Una profunda culpa le apretó el corazón. ¿Se podría considerar un traidor ante la iglesia? Por supuesto, lo sabía desde el inicio, pero que Kai lo descubriera, lo hizo sentir enteramente avergonzado.
Al caminar fuera de la iglesia, escucho el trinar de los pájaros mucho más intensa que de costumbre. Dejo de seguir a Kai un momento para enfocarse en los pimpines que se balanceaban en los árboles. ¿Su cantar siempre había sido tan agudo?
El sonido le atravesó los nervios y tuvo que taparse un oído para tratar de detener el aturdimiento. Se enfocó en uno de los pájaros que recogía algo de su nido, ese algo se movió descuidadamente y cayó por el precipicio. Cuando el cuerpo estuvo en el suelo, el canto se detuvo. Jungkook pestañeó descolocado por su propio comportamiento, qué había sido eso.
Dio un paso hacia adelante y se arrodilló en el pasto. Había un pichón que aleteaba e intentaba ponerse en pie, pero su pequeña patitas había sufrido una fractura, la articulación estaba fuera de lugar. El exorcista arrugó las cejas y se quitó la gabardina para acomodar al pájaro allí.
Miro hacia arriba de nuevo con cierto recelo hacia la madre del pichón, quien estaba muy concentrada atendiendo al resto, quizá ni siquiera notó que él había caído del nido.
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Ahora que había abandonado el apartamento que alquiló por tantos años, se sentía extraño. La habitación de hotel era un lugar pequeño, tenía un balcón y un baño con vista a la ciudad, los cristales eran altos, así que no tenía miedo de que lo vieran desnudo de la cintura para abajo. Sin embargo, de todas formas se sentía poco privado. Además, cuando salía al balcón y miraba hacia abajo era como estar aislado en una torre muy alta.
Llevó al pichón a que le enderezaran la patita maltrecha, estuvo a punto de perderla. El veterinario no quiso quedarse con el pájaro hasta que estuviera mejor, así que Jungkook tuvo que llevarlo a su habitación de hotel en una jaula pequeña que había comprado mientras esperaba.
Nunca tuvo ninguna mascota porque su madre era alérgica hasta al más pequeño de los pelillos. Sin embargo, a Jungkook le gustaba mucho los animales.
Escuchó la puerta del balcón hacer un crujido y el viento mesió las cortinas mientras estaba intentando darle de comer al pichón una comida extraña y colorida que eran supuestos granitos molidos.
Una cabellera negruzca se asomó entre las cortinas del balcón y el pajarillo hizo un ruido alertado, alejándose de las manos de Jungkook. El exorcista suspiró mirando al demonio.
───Lo que me había costado llamar su atención. ───Se tocó las sienes dejando caer la comida en el posillo de madera que venía con la jaula. ───Cierra la puerta antes de que intente huir.
───Con ese pedazo de rama atada a él lo dudo mucho. ───Señaló, Taehyung, cerrando la puerta del balcón de todas formas. ───¿No sabe volar?
───No lo sé. ───Jungkook se acomodó mejor y se apoyó en la orilla de la cama, mirando al pichón medio saltar de un lado a otro. ───No te he visto en todo el día. ───Le recordó sin afanes de reproche. ───¿Ha pasado algo?
Desde que llegaron a Italia, Taehyung había estado prácticamente cosido a su sombra, a excepción de ese día.
───Decidí que era momento de averigüar sobre tu pequeño problema. ───Se sentó en la orilla de la cama a un lado del exorcista, el pajarito silbó y saltó más cerca de Jungkook, quien apoyó los codos sobre el colchón, escuchando atentamente. ───Es imposible el bloqueo de una maldición viniendo de un príncipe, aún si fueras un ángel, seguiría siendo imposible que no la reconociera.
Jungkook frunció el ceño y se levantó del suelo, tomando la jaula de metal para sacarla al balcón. Abrió y cerró las puertas de un solo portazo.
───Entonces estoy paranoico, ¿es lo que dices?
───O alguien o algo busca fastidiarte. ───El demonio estiró un dedo para picar las plumas del pajarito, el animal saltó del susto y Taehyung medio sonrió. ───No niego que Astaroth quiere acabar contigo, pero mediante una maldición es demasiado complicado. Sería más creíble que lo hiciera por su propia mano, no así.
Jungkook acunó sus manos y levantó al pichón.
───Estoy seguro de lo que siento, esta sensación es demasiado fuerte para ser un espíritu común tratando de molestar. ───Frustrado se dejó caer a un lado de Taehyung y puso al pichón en su regazo. ───Hoy se lo conté a Kai, lo sabe todo. ───Taehyung alzó una ceja. ───Sabe quién eres, él lo sintió desde que te vio. Solo estaba aparentando.
───Era predecible.
Jungkook frunció el ceño. Esa manía de siempre querer estar un paso adelante.
───No hará nada sobre eso, tampoco parece tener intenciones de comentarlo. ───Acarició despreocupadamente las plumas del ave. ───Ya le dije que tienes mi confianza y que no tienes fines malévolos sobre la iglesia.
Por un momento, el ambiente se enfrió. Jungkook miró de reojo a Taehyung, pero este contemplaba el suelo cabizbajo.
───¿Cómo estás tan seguro? ───Cortó el silencio. ───Soy un demonio, no puedes esperar que esté de un lado solo porque me alimentas. No soy un perro.
El exorcista pestañeó apartando la mano del plumaje y estirándola para sujetar el rosario que colgaba del cuello ajeno suavemente.
───No lo eres. Y sé que no debería confiar en ti, pero lo hago, Taehyung. ───. El demonio lo miró con los ojos oscuros y las cejas en dos líneas rectas, mucho más serio que hace un momento. ───No espero que mi confianza sea devuelta, solo quiero que sepas que la tienes.
El demonio arrugó la frente, la expresión del exorcista era honesta y serena como siempre. Taehyung pasó saliva al contemplar esa energía irradiar de nuevo de cada poro del contrario, sintió que podría hundirse en su brillantez y permanecer sin preocupaciones junto a Jungkook. Pero era un demonio. Una llama creciente se encendió en su pecho, una preocupación por lo que estaba sintiendo, algo iba mal.
───No deposites tu confianza sabiendo la naturaleza de un demonio. ───Se levantó de la orilla, haciendo que Jungkook soltara el rosario. ───Es un arma de doble filo.
Jungkook ladeó la cabeza viéndolo desde abajo.
───Sé que puedes ponerte del lado de Astaroth cuando quieras debido a que es conveniente para los dos, pero no lo has hecho. ───Dejó al pichón a un lado y se irguió frente a Taehyung. ───Por qué.
Por qué. Porque no podía mantenerse sin la energía del exorcista por mucho tiempo, no era solo una necesidad física, había algo más entrañable, algo que no lo dejaba pensar con claridad cuando pasaba demasiado tiempo lejos y no sabía del paradero de Jungkook, incluso cuando no tenía sed su mente se encontraba estancada.
Viendo los ojos claros de Jungkook con ese brillo especial insinuando que sabía cuál era la respuesta a su pregunta, que solo estaba esperando a que Taehyung lo confesara.
Taehyung no pudo controlar su lengua afilada al darse cuenta de su propia actitud. Al darse cuenta de que no podía responderle.
───¿Debe haber una respuesta clara? Es solo porque no quiero unirme a él hoy, pero quizá mañana sí, o dentro de unos días. No subestimes mis decisiones ni creas que las entiendes. ───Espetó caminando fuera del alcance de Jungkook. ───Sigues siendo solo un humano.
El exorcista se quedó de piedra cuando Taehyung se esfumó justo de después de decir eso. Vaya, ¿tanto lo había ofendido una simple pregunta?
Miró tras su espalda al pajarito que silbaba y se movía libremente por la orilla de la cama.
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La primera mascota de Jungkook 😪😪😪🐦🐦
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