Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 7: EL TRASLADO

Peter en la foto(L)

PETER

Tras la charla con aquella extraña mujer, la cabeza no paró de darme vueltas pensando en mi escape de este horrible lugar. Las razones no estaban demasiado claras y aún no comprendía como aquella mujer tenía el poder de convencer a aquellos que manejaban el Exilio de liberarme de allí tras dictar la sentencia de mi encierre, pero según ella, tenía algunos poderes gracias a su posición, ¿Pero qué posición tenía exactamente?

Desde ayer, ella no había vuelto a visitarme ni tampoco ninguna de las mujeres de las que me alimentaba por orden de los que mandaban en el exilio. Desde entonces, la ira iba creciendo en mí lentamente cada día y eso me hacía temer de mí mismo.

Al menos tenía la tranquilidad de que Madeline no corría peligro alguno conmigo en el estado en el que me encontraba y eso era lo más importante para mí. A pesar de ser una vampira de la nobleza y su fuerza no se quedaba atrás, el beber sangre humana, independientemente de la pureza de tu especie, cuadruplica la fuerza de cualquier vampiro además de amplificar los instintos primarios de los vampiros.

Pedía cada instante que ese momento de libertad llegase, contando los minutos mentalmente mientras estaba tumbado en aquella cama solitaria. Aquel escenario me sonaba demasiado: realmente yo siempre había estado así durante toda mi eternidad, solo, sin nadie a mi lado y vacío. Mi eterna tristeza y soledad era algo que parecía ser auto impuesto pero realmente no deseaba estar así: nunca lo había deseado. Pero yo no era egoísta y siempre ponía la felicidad del resto a la mía y quizás por ello me había quedado solo.

Pensaba en mi hermano Nicolae y lo feliz que era con Nicole. Ambos hacían una pareja excepcional y envidiable para mí; ellos eran el vivo ejemplo que ni la muerte puede jugar sus cartas en contra del amor. Ojalá yo tuviera las agallas de mi hermano e ir a por Catherine, pero el miedo a dañarla o a manchar su imagen era terrible para mí.

Si pertenecías a la alta sociedad y manchabas tu reputación, toda tu familia te repudiaba quisiera o no porque si no, todos y cada uno de ellos, eran apresados en el exilio de forma indefinida. Aún nadie sabía quién o quiénes pertenecían al más alto rango de la sociedad vampírica o quiénes habían hecho esas estúpidas normas que regían nuestra existencia pero ya era hora de averiguarlo.

La puerta se abrió lentamente y yo me giré con rapidez viendo a aquella mujer de cabello pelirrojo mirándome con amabilidad. En sus manos tenía doblada una capa de color negro con una capucha la cual colocó encima de mi cama a mi lado.

-Debes de ponértela antes de salir; es el único requisito que me dieron para sacarte de aquí. Si alguien te pregunta, has sido vendido como esclavo a una señora de alta sociedad. No hables si no se te pregunta y no emitas ruido alguno; debes ser lo más discreto que puedas. Yo hablaré de vez en cuando contigo pero no me contestes; sólo escucha y contesta lo más brevemente posible cuando se te pregunte.


La miré sin apenas entender nada e intentando memorizar cada pauta que ella me dijo. Su mano fue hasta la mía y la apretó fuerte en señal de ánimos. Me sentía aterrado sin saber cuál iba a ser mi destino, aunque aquella mujer me asegurase que iba a estar bien. Me puse de pie y me coloqué la capa ocultando mi rostro y recordando cada palabra que me dijo aquella desconocida.

Ella me tomó del brazo y comenzó a guiarme siguiéndola a paso no muy rápido. Su voz de vez en cuando llegaba a mis oídos cuando hablaba con alguien con quien se tropezaba y yo intentaba averiguar el camino que íbamos serpenteando para hacerme una idea de la magnitud de aquel lugar. De pronto, nos paramos en seco y escuché unas puertas mecánicas abrirse y cerrase tras de mí.

-Digamos que estamos a varios metros bajo tierra, por eso el lugar está bastante oculto a la vista de cualquiera. Dónde vas a vivir a partir de ahora va a ser con una gran amiga mía y no va a hacerte daño.

Asentí débilmente como ella me había ordenado. El ascensor donde estábamos subidos llevaba varios minutos subiendo, por lo que ella tenía razón al decir que estábamos varios metros bajo tierra.

Un pequeño ding y de nuevo el sonido de las puertas abrirse me indicaron que comenzaríamos a andar de nuevo. El brazo de aquella mujer volvió a enroscarse en el mío, guiándome de nuevo por aquel desconocido. Una brisa sacudió mi capa y yo tuve que reprimir las ganas de llorar al sentir la brisa del exterior tras 4 años de cautiverio. Parecía que el peso que sentía sobre mí había desaparecido por completo por aquella simple brisa fresca, algo tan sencillo me hacía evocar los buenos momentos que había vivido con mis hermanos y las noches en las que los tres salíamos a cazar como un equipo.



-Ahora vamos a ir en mi coche y vamos a ir los dos solos así nadie escuchará nuestras conversaciones. Pero de momento, no puedes hablar porque he conseguido sacarte diciendo algunas mentiras que podrían ponernos a todos en peligro. He dicho que saldrías como esclavo sexual para una dama de alta cuna, pero en realidad vas a ser el guardaespaldas de mi amiga Clarisse. Pronto la conocerás y sabrás los motivos por los que ella te necesita.


Me senté en el asiento del coche con ayuda de aquella mujer cuyo nombre aún desconocía, pero temía preguntar debido a la situación en la que me encontraba. El rugido del motor y el leve traqueteo de la carretera, me indicaba que no íbamos por asfalto sino por terreno pedregoso que podía ser típico de zona de bosques.

La temperatura era demasiado calurosa para mi gusto y el aire era más bien húmedo con respecto a la brisa que había sentido tras salir del ascensor. Esa temperatura no era normal en Mistery Spell, ni siquiera en verano, lo que me hacía sospechar que no estaba allí sino en otro lugar más lejano.

La sensación de estar perdido volvió de nuevo a mí tras tener más evidencias de mi lejanía con mis hermanos, pero, a pesar de que supuestamente yo estaba a salvo, no sabía si el resto lo estaban o lo estarían, porque dependía ahora de la extraña que conducía el coche.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro