Peter de rubio en la foto(L)

PETER

Cuando por fin me cambié de disfraz y recibí la señal de Antonella, el camarero que estaba compinchado con nosotros me dio la señal para que saliera con la bandeja llena de bebidas. Estaba irreconocible incluso para alguien tan astuto y observador como Víktor, por lo que me hizo permanecer más tranquilo de lo esperado. Tenía las espaldas bien cubiertas pero cualquier paso en falso sería fatal para todos.

Al salir de la cocina, me topé con Sophie y Víktor el cual tenía una mueca de deseo mientras no dejaba de mirarla. Sin saber el motivo, sentí una profunda rabia cuando veía como actuaba con ella, pensando que él no debía de tratar así a ninguna mujer ni, aunque fuese su esposa.

Sophie me había sacado de las cavernas donde estaba y me dio la posibilidad de volver a casa. Sin ella y Antonella a estas alturas sería a un vampiro sádico o un vampiro muerto.

Le hice una señal para que supiera que era yo para que estuviera más tranquila a lo que ella me respondió con un guiño. Todos estábamos en posición por lo que debía de pasearme por los grupos de personas que tenían aspecto de ser bastante poderosas. Antonella me dijo que me acercase sobre todo por donde ella estaba porque conocía de vista a muchos de ellos por verlos en algunas reuniones que hacía Viktor en el Exilio.

Al echar un vistazo, vi que estaba hablando con un hombre bastante alto de cabello negro que vestía muy elegantemente. Decidí dar unas cuantas vueltas antes de dirigirme a ellos con cierta cautela. Daba gracias a que tenía un gran oído para poder escucharles sin necesidad de acercarme demasiado. Agudicé el oído lo más que pude:

-Me alegro mucho que haya tomado la decisión de unirse a nosotros; será un enorme gusto trabajar contigo-Dijo Antonella con una gran sonrisa.

Aquel tipo bebió un sorbo de su copa visiblemente feliz por el cumplido, ¿Quién era ése y por qué parecía que se conocían tanto?

Probablemente no era así, pero la cortesía del mundo de la burguesía vampírica obligaba a esas normas de etiqueta tan estrictas. Aquel hombre finalmente habló en un tono bastante alegre:

-Como siempre Antonella, tus sabias palabras cuidadosamente seleccionadas hacen que cualquiera se una a tu causa. Bien sabes que compartimos más que un objetivo común-Dijo aquel hombre brindando con Antonella, ¿Quizás tenían algún tipo de relación sentimental?

No la conocía tanto como para que me hablara de ello, pero realmente me parecía extraño que, si en verdad aquel hombre era su pareja, no viviese con ella en la mansión. Quizás simplemente sean amigos o tengan una relación un tanto abierta.

Antonella le sonrió y puso su mano en el hombro. Le susurró al oído:

-Todo el plan está saliendo a pedir de boca; pronto seremos libres.

Al decirle esto, ambos miraron en mi dirección y me lanzaron una sonrisa enigmática, lo que me hizo darme cuenta que aquel hombre estaba de nuestra parte. Sin Víktor rondando por la zona, todo iba sobre ruedas hasta que entró al salón la persona que menos esperaba y que menos quería ver.

Claudette entró con unas pintas de furcia con dinero y parecía buscar a alguien, quizás a una pobre víctima que le diese los caprichos que deseaba. Al verla, una chispa de preocupación se encendió al recordar el día en que ella nos delató a mí y a Nicole, ¿Le había hecho algo a mi familia o a Nicole?

Parecía muy inquieta y en cuanto vio a Antonella se acercó corriendo hasta ella. No perdí ocasión para escuchar:

- ¡Antonella! ¿Dónde está Víktor?

-No lo sé querida, sé que se ha ido con su esposa quizás a dar un paseo; la noche está realmente estupenda, ¿No lo crees?

Claudette parecía echar espuma por la boca mirando con un profundo rencor a Antonella. Al ver que no le sacaría más información, se dio la vuelta y tomó su teléfono para localizarlo.

Aproveché para seguirla de cerca y así localizar a Víktor. Le mandé un mensaje a Antonella para avisarla que Claudette estaba buscando a Viktor por una razón urgente, así que iría a investigar. Ella me contestó que no me arriesgara demasiado porque podrían salir mal las cosas, pero le prometí que no me acercaría demasiado a ellos.

Vi que ella pasó por el pasillo de la izquierda que daba a otro comedor enorme, pero se paró delante de una de las puertas que estaban cerradas. Tocó suavemente la puerta y una voz que conocía bien le contestó. Él estaba en aquella habitación que, a simple vista, era como una sala del té. Me coloqué en un lugar estratégico y me puse a escuchar con total atención.

SOPHIE

Víktor me había llevado a la sala del té de la mansión la cual era su preferida. Siempre se encerraba por horas leyendo múltiples libros que guardaba en su polvorienta biblioteca, pero esta vez la diversión era yo y no uno de esos libros.

Ambos nos sentamos en el sofá que quedaba en frente de la chimenea, rodeándome con su brazo para quedar encima de su pecho. Reconocía que aquello sentaba bien en una parte pero no había venido hasta aquí para sucumbir sino para completar mi misión.

Me puse erguida y comencé de nuevo las preguntas de forma sutil:

-Querido, siento que algo no va bien. Quizás hay algo que me ocultas, pero quiero que sepas que cualquier problema que ocurra debes de contármelo porque también es mi problema.

Víktor clavó su mirada en la mía, tomando un mechón de mi pelo con dulzura; estaba tan embelesado que no parecía él mismo.

- ¿Sabes cuánto tiempo he deseado tener un hijo propio?, eso me ha robado la cabeza, Sophie. Debo de admitir delante de ti que he sido un pésimo marido y que te he engañado con tantas mujeres que no puedo recordar ni sus nombres ni sus rostros, pero el único que jamás olvido es el tuyo.

Me tomó del rostro para mirarme mejor. El Víktor que yo conocía jamás hubiera admitido ese tipo de sentimientos por nadie, pero aquí, solos y fuera del mundo real, parecía hasta un hombre tierno.

-No soy bueno Sophie, soy mala persona y sé que lo que t hice a ti o a Peter estuvo peor que mal, pero...pero caí en tus redes amor mío. Me pareciste un ángel caído del cielo tan hermoso y cuando vi a tu hijo fue...fue una revelación. Os quería conmigo y quiero que sepas que la única mujer a la que he convertido ha sido a ti porque el resto las he usado y desechado sin importarme en absoluto, pero tú eres diferente para mí.

- ¿Por qué ahora? ¿Por qué ahora me dices todo esto después de haberme ignorado? -Le dije frustrada. Él agachó la cabeza avergonzado y de nuevo me miró:

-Porque sentía respeto por ti, porque sentía que eras demasiado pura para mí y porque estaba esperando a que esta locura que me consume se esfumara. Por fin estamos cerca del objetivo que tanto ansiaba. Que tanto ansiaba para nosotros dos.

Me separé de él mirándolo interrogante, ¿Qué plan tenía para nosotros dos?

Él se levantó tras de mí y me tomó entre sus brazos para que no me escapara de su lado. Al ver que me quedé muda, él me respondió:

-Mi plan es tener un hijo biológico contigo amor mío y eso estoy a punto de conseguirlo.

Intentando reprimir el horror que me producían esas palabras, el sonido de la puerta nos interrumpió a ambos para mi gran alivio. Claudette entró endemoniada y con un nerviosismo un tanto agresivo, ¿Y ahora que ocurría?

- ¡Víktor, debo de hablar contigo y debo de hacerlo ahora!

Me miró como si sobrara en aquel momento, pero Víktor me tomó de la mano para evitar que me fuera para mi gran sorpresa:

-Ella es mi mujer y tiene derecho a saberlo.

-No es acerca de la investigación sino de lo otro-Dijo de forma enigmática.

No iba a preguntar para evitar conflictos; me contentaba con observarlos y así esperar que alguno de ellos me diera una respuesta. Víktor finalmente dijo:

-Ella no va a ninguna parte; di lo que tengas que decir y vete.

Claudette resopló indignada y dijo con un gran gruñido:

-Los lobos se han escapado y van camino de Mistery Spell; nos están buscando.

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