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-=₪۩۞۩₪= CAPÍTULO 08=₪۩۞۩₪=-


- ¿Sabes algo de ellos? - Preguntó el viejo.

-No abuelo... - Confesó Yoongi mientras se encontraba arrodillado ante él.

-¡Idiota!, con el poder que tienes es lo suficientemente como para que te enteres. - Azotó la mejilla de su nieto con un látigo, dejando esta roja por causa del azote.

-Abuelo... - Reverencio Hoseok. - no sé enojé... - Sonrió. - lo que quiso decir Min es que no solamente él sabe de ellos actualmente sino que el banquete con el ingrato de Han está empezando. - Acotó preocupado por su esposo.

-Valla... tenemos a nuestra marioneta de la montaña Han en el lugar que queremos que esté. - Río. - Busquen la manera que ese idiota acabe con ese lugar.

- Bueno ya la hay, desde hace tiempo quieren acabar con ese territorio, pero jamás lo hicieron entonces el plan de ellos es acabar con aquel Palacio. - Sonrió Hoseok.

-Interesante... - Sonrió. - buen trabajo para ambos sobre todo para ti Hoseok, felicidades, haber si tu esposo aprende algo de ti. - El viejo se fue hacia sus aposentos dejando a la pareja en la sala principal.

-Maldito viejo. - Gruño Yoongi. - Gracias Jung. - Agradeció mientras era ayudado a levantarse del suelo.

- Descuida fue una falta mía no haberte contado sobre eso... - Bajo su cabeza. - lo lamento, por culpa mía, fuiste tratado de la peor manera. - Comenzó a caer de sus ojos lágrimas.

-Descuida, no me molesta que me trate así a mí, pero... - Seco aquellas lágrimas. - si te hace eso a ti, él desearía no ser mi abuelo. - Sonrió leve y besó los labios de su esposo.

Dos amantes contra aquel mundo que por las malas se acostumbraron a vivir. Sobre todo Hoseok... recuerda exactamente como fue un demonio.

Y eso sucedió hace doscientos mil años atrás, cuando la guerra entre demonios, dioses e inmortales comenzaba.

Apenas los mortales tenían para comer, pero eran "felices" y eso era lo que importaba no sé hasta qué... la noche calló, él vivía con su familia integrada por su madre una mujer enferma del corazón y sus dos hermanos de apenas ocho y cuatro años, su padre había muerto hace tres años, tal vez por hambre o por frío, aunque no sé quitará la posibilidad de que haya muerto por una enfermedad.

La razón de ser el hermano mayor era proteger a ellos tres y de él mismo así no tuviera nadie quien cuide de él, aunque... Esa misma fatídica noche la madre de Hoseok muere a causa de su enfermedad.

Los hermanos lloraron a su madre por horas., tiempo que parecía interminable sobre todo si se hablaba de la pérdida de su progenitora.

No tenían la vida que deseaban, mucho menos un techo digno donde dormir, menos un jardín con hermosas flores donde ir a jugar, tampoco una deliciosa cena cada noche, pero lo que sí tenían era a su madre y a ellos mismos. Ahora que ella y su padre ya no estaban, tenían que cuidarse entre ellos.

"Somos unos malditos huérfanos"- Pensó Jung entre las lágrimas, el ahogo de su propio y agonizante dolor.

Jung llevó a su madre a enterrar mientras que sus hermanos lo acompañaron con la única pequeña cera de luz que iluminaba aquella oscura noche.

-"Oppa... mami está en un lugar mejor, ¿verdad?" - Preguntó la niña mientras asentía su mayor.

-"¿Dónde se fue mami?" - Pregunto el menor de los Jung.

Jung con todo el dolor que sentía y tal vez odio y rabia de no poder alimentar y mantener a salvo a su madre y hermanos se puso de rodillas frente de ellos con la cabeza agacha, - "Discúlpenme...- sollozo mientras que una mano se posó en su mejilla, - mi obligación era cuidar de ustedes tres y no cumplí con aquella obligación..." - culpa y odio hacia sí mismo era lo que sentía.

-"Mi Oppa es el mejor del mundo, eres muy bueno y lindo, - La menor beso la mejilla de su hermano mayor. - mereces ser feliz hermanito, mamá está agradecida por todo".

-"Nona..., ¿dónde está mamá?" - Preguntó el menor mientras jugaba con la mano de su hermana.

-"Ella...- Sonrió melancólico el mayor. - ella está en un lugar mejor". - Jung era de aquellos no creyentes en los dioses que tanto la gente adoraba y le pedía con clemencia tantas cosas, pero, su madre si era creyente. - "Ella está en el cielo..." - Sonrió.

-"¿Podemos ir a verla?" - Aquella pregunta heló por completo al mayor de los Jung, pues su hermano era un niño que por primera vez presenciaba la muerte ante sus ojos de un ser querido y sobre todo de su progenitora.

-"No. - Contestó sin pensarlo dos veces, aunque claro no existía una razón para pensar en aquella descabellada pregunta, así lo consideraba Hoseok "descabellada". - No, no, no..." - Sin previo aviso abrazo a sus hermanos con el extenso miedo de también perder lo único que les quedaba.

Jung, describió a la vida como "egoísta", porque ella se enseñaba con algunas y con otras le daba privilegios que nadie imaginaba. Esa noche los hermanos Jung durmieron juntos, abrazados uno del otro, pero el maldito frío era cruel que carcomía sus huesos. Nadie imaginó y mucho menos Jung, que el frío también se llevaría a sus hermanos, la muerte había tomado la mano de sus últimas dos razones que lo mantenía cuerdo y sobre todo vivo.

Lo primero que creía era en morir y eso deseaba, no quería más que morir y estar al lado de ellos, sí que encontró una soga y la ató al techo de aquel lugar que sus hermanos pequeños lo hacían llamar "hogar", decidido a todo, colocó su cabeza en aquel espacio entre la soga y tiró de aquella silla, cerró sus ojos, no hasta que después de unos segundos los volvió a abrir al no sentir él ahogue de su cuello, se encontraba ahí frente de él un hermoso hombre de piel pálida, ojos hermosos y de labios hipnóticos, era su actual esposo, no dudó y decidió ser un demonio, sobre todo compartir una vida marital.
A su lado había encontrado todo absolutamente todo lo que no tuvo como un maldito mortal, fuera de lujos y todas las extravagancias, tenía el corazón de Yoongi y con eso le bastaba, se sentía protegido y él protegía a su esposo, ambos daban su vida uno por el otro y eso era lo más enternecedor en aquel lugar lleno de oscuridad.

Si sus hermanos deseaban verlo feliz pues podrían descansar tranquilos, Hoseok era más que feliz porque era amado y amaba como nunca, tal vez eligió el camino incorrecto, pero no al ser incorrecto y eso era lo que lo mantenía orgulloso...

-¿Estás bien? - preguntó Yoongi mientras observaba a su amado, mientras repartían besos tras besos.

-Lo estoy... - Sonrió. - estoy bien, si tú estás bien y sobre todo si siempre me dices que me amas.

-¿Te lo dije hoy? - Preguntó sonriente mientras tomaba la cintura de su esposo este negaba. - ¡Oh!, falle en eso, lo siento. - Beso otra vez los labios de Hoseok pero esta vez algo más lento y tierno que el anterior. - Te amo, te amo mucho.

- Yo también te amo mucho. - Sonrió mientras correspondía a cada beso y a cada caricia.

Tal vez decir que ambos se amaban era cliché, pero para ellos era lo que más tenían en el mundo uno del otro. - Lamento preocuparte Hoseok, - Acarició la mejilla ajena. - el abuelo...

- El abuelo es muy duro contigo, más bien es alguien que pide mucho de ti...

-Ese viejo siempre ha pedido mucho de mí, no tiene piedad, mucho menos compasión por su propia familia. - Suspiro.

- Lo sé, ha sido alguien muy rudo contigo... - Suspiro mientras escondía su nariz en el cuello de su esposo. - descuida esto muy pronto acabará amor. - Susurro mientras besaba su cuello mientras que Min daba espacio para sentir cada beso de él que lo hacía suyo.

- Dime algo cariño... - Sonrió mientras acariciaba la cabeza de su esposo. - ¿hace cuánto tiempo que no hacemos el amor?

- Creo que son dos semanas... - Se separó de él un poco y sonrió. - ¿por qué?

-Por qué hoy me pedirás que te dé más a cada segundo. - Sonrió mientras cargaba a su esposo hasta su habitación para luego acostarlo en aquella cama cómplice de cada unión., besos se repartían al igual que las caricias uno del otro.

Ambos tomando la mano uno del otro juraron seguir juntos.

La oscuridad era lo que se veía al observar aquellos asquerosos ojos, rechazo era lo que uno sentiría sí lo observa.

-¿Cuántas lunas han pasado desde que ya no abres estos hermosos ojos? - Continuó ese hombre mientras acariciaba la mejilla de aquella misteriosa mujer dormida en aquella fría cama. - Sé que despertaras, tal vez perdí la cuenta desde que no te he visto despertar, pero sigues igual, joven y hermosa... - Prosiguió mientras acariciaba la mejilla de la mujer. - yo me he vuelto un hombre viejo que con el paso de los años mi rostro sé ha marcado más y más...

No, no era la abuela de Yoongi, esta era alguien más cercana a él, era su madre, sí, por más que suene lo más asqueroso y repugnante de esta vida, el abuelo de Yoongi sé enamoró de la propia madre de sus nietos y no dudaría en traerla a la vida sin dudarlo dos veces. El abuelo de Yoongi sé encargó de que los hermanos Min vivieran con la idea de que sus padres nunca los quiso hasta el grado de que el gemelo mayor los odiara y sobre todo los rechace.

Sí, Min Yoongi creció odiando a sus padres por haberlos dejado solos y sobre todo junto a un hombre que solamente lo trataba mal. No obstante él no sabía que a quién debería de odiar era a quien lo "crió" y sobre todo debería tenerle "respeto y admiración".

Jeon sé sentía abatido, no entendía mucho y sobre lo que intentaba captar a mayor optimismo, es que tanto Dhana perdón Jia como él, tuvieron una vida completamente dura.

- Te sorprendió todo esto, ¿verdad? - Preguntó Taehyung mientras lo abrazaba detrás de él.

-Algo...- Pensó.- tal vez mucho, es difícil creer que de un día para otro tu mejor amiga o casi tú hermana sea un "zorro de nueve colas".

-Eso ahora no pienses más bien busca la manera de ayudarla...- Sonrió el mayor mientras lo seguía abrazando. - estoy seguro de que ella estaría agradecida al tener tu apoyo.

- ¿Apoyo?, no creo que sea de buena ayuda. - Suspiro.

- Yo creo que sí. - Este beso la mejilla del menor.

-¡Oye! - Lo empujó levemente mientras que el mayor reía. - No me beses, ¿okay?, me molesta - Limpió su mejilla, el mayor solamente reía mientras que volvía a abrazar a Jeon. - eres muy molesto.

- Descuida no eres la primera persona que me dice que soy molesto. - Sonrió.

- ¿Así?, pues... pues eres tan molesto, pero tan molesto que me voy... - Soltó él abrazó de su mayor y caminó hacia otra dirección contraria haciendo que su Taehyung lo siga. - ¡deja de seguirme tonto! - Ambos iban de izquierda a derecha mientras el menor era seguido.

A lo lejos observaba Jinna como aquella pareja mortal e inmortal jugaban entre ellos.

- Jin... ¿puedes prometerme algo? - Asintió quien estaba a su lado. - por favor cuida de Jungkook, no sé cuánto tiempo va a pasar para qué...- Sonrió leve. - para que lo vuelva a ver mientras que pase ese tiempo cuida de él por favor.

-Lo haré, descuida no le pasará nada a Jeon, hay muchos "involucrados" que quieren cuidar de él, sobre todo uno en específico.

-Sabes muy bien que los inmortales y dioses...

-Lo sé, está prohibido que las deidades y los mortales se involucren, - Suspiro.- también sé que está prohibido que las deidades y demonios se involucren... pero no puedo ir en contra de ese tonto. - Acotó Jin.

- Si hablas de tonto por Taehyung... - Sonrió. - es la verdad, lo es al haberse enamorado de un mortal, pero no lo podemos culpar o sí.

- Jeon ahora está confundido debes de entenderlo, antes él te veía como la niña a quien debía de cuidar y proteger... - Sonrió. - cuando en realidad...

- Yo debía protegerlo. - Asintió. - Tienes razón, pero debía de planear y ahora que él está aquí debo de acabar desde ahora con todo.

Jeon se había dado por vencido después de estar corriendo de izquierda a derecha siendo perseguido por Taehyung. - Eres muy bueno corriendo. - Dijo el mayor mientras lo señalaba exhausto.

-Te dije que no me sigas. - Se cruzó de brazos. - ¡Molestoso! - Tiró una bola de nieve contra el inmortal mientras que reían los mayores.

- Jungkook, ¿puedo hablar contigo?- Preguntó Jinna mientras que el menor asentía.

Ambos caminaron por unos segundos y se miraron uno al otro. - Jungkook, hoy... hoy será tal vez la última vez que nos veamos, ya que tú decides si quieres que seamos amigos o no...

Jeon escuchó atentamente todo y sintió una opresión en su pecho, él sabía que eso era lo que menos quería en el mundo. - No, no quiero que esta sea la última vez al verte. - Sonrió. - Tal vez esto me tomó muy a la defensiva, pero... yo si quiero seguir siendo tu amigo y después de esto vernos una vez más.

- Está bien Jeon, descuida..., estoy feliz de que no me odies...

- Tienes tus razones para guardar aquel secreto.

- Lo sé, tal vez debí tener más confianza en ti como tú lo has hecho hasta ahora...

- Descuida yo también tengo muchas cosas que he preferido no contar a nadie y guardarlo como secreto.

- Cuando te sientas cómodo puedes decírmelo yo... yo estaré para escucharte.

- Gracias...

-Hablando otra cosa te vi con Taehyung, tienen una buena comunicación. - Sonrió.

-¡Claro que no! - Observó a su mayor. - No...no es más que mis deseos de ver a Taehyung es muy, muy, pero muy poco, verlo lejos es lo mejor. - Dijo sonrojado.

-Yo pienso que Taehyung, bueno él... - Sonrió. - siente algo por ti...

-¡Para nada!, negativo... ya sé a qué viene esa pregunta...

-¿A ti te gusta?

-No...no me gusta ese idiota, es... - De lejos observo a Taehyung mientras hablaba con Jin de cosas tal vez tan ridículas como tal vez cosas tan importantes. - él...

- Escucha Jungkook y quiero que entiendas todo lo que te voy a decir. - Suspiro. - El corazón de un inmortal y de un Dios es diferente al de un mortal, entre ellos ambos aman diferente... - Sonrió. - Los mortales eligen a otro mortal y lo aman, pero su amor no es eterno, en cambio, una deidad o alguien como Taehyung ellos están hechos para amar a su otro ser, para toda su eternidad... - Sonrió. - lo que quiero decir es que tal vez como trates a Taehyung no muestre que le duela, pero tal vez muy dentro de su corazón sí le duelan tus palabras y acciones.

Jeon jamás había pensado en ello, pues talvez su objetivo es claro no quiere enamorarse quiere conseguir aquella "daga", pero...tal vez era hora de analizar una cosa, "entender los sentimientos de los demás y claro incluyendo a Taehyung", pero, ¿cómo carajos iba a hacer eso?

Entendía desde el día uno que conoció por primera vez a Taehyung, y sus intenciones no era "enamorarlo" eran y seamos claro eran más oscuras, pero... conociéndolo un poco más cada día que han pasado hasta la actualidad pues sí ha visto algo diferente en él, pero no al grado de enamorarse de él o de él gustar de ese "idiota" como tantas veces lo ha sabido decir.

-Entonces quiero decirte que seas cuidadoso con él, ¿si? - Sonrió mientras ella acariciaba las mejillas del menor.

- ¿Cómo?, te seré honesto, no sé cómo ser cuidadoso con él... - Suspiro. - no puedo evitarlo, me dice unas cosas que me irrita y me da ganas de golpearlo.

- Eso tenlo de tarea. - Río leve. - Jeon cuídate, ¿sí?, después de esto mi trabajo aumentará en la montaña mientras que no esté cuídate como lo hacías con... bueno con Dhana. - Sonrió.

- Dhana, Jinna, ¿cuál es la diferencia?, ambas son la misma persona. - Sonrió.

-Bueno entonces también, ¿cuidarás del corazón de ese inmortal?

- Bueno...no lo sé, tal vez él malinterprete mis acciones y termine ilusionándose más de mí y luego termine lastimado.

-Descuida si tú lo tienes claro lógicamente no pasará nada. - Sonrió.

Los planes de Jinna iban más allá porque durante todo el tiempo que estaba con Jeon como Dhana observaba con tristeza su soledad, si quería verlo feliz tenía que estar al lado de Kim aquel inmortal que espera que cumpla el rol de protegerlo y hacerlo feliz.

No sabía que lo hacía ser distante y sobre protector con las personas que quería tal vez había algo muy oculto, algo que sus paredes mentales ocultaban a todo momento.

El momento había llegado, no se hizo esperar más, todo estaba listo y sabían que era lo que planeaban.

Jin, Jungkook y Namjoon regresaron al banquete, por otra parte, quién tomó la palabra fue el mayor confesando que había pasado cosas de la menor importancia y por otro contó que los platillos ya estaban listos para servir.
El ingreso se hizo de Jinna otra vez vestida de Dhana dirigiendo la entrada del delicioso banquete de Seokjin.

Y Taehyung tenía sospechas de que aquel "usurpador de la montaña Han" tenía algo debajo de la manga., y no estaba equivocado, el plan era volver a atacar el Palacio de Cristal volvió a pasar por su macabra mente.

Sonrió e improvisadamente atacó a aquellos guardias de la montaña, mientras que todos disfrutaban del banquete.

-Y... ¿dónde está Taehyung? - Preguntó el Señor, mientras disfrutaba de la comida de Seokjin.

-¡Oh!, él se fue a preparar algo de licor para nosotros y festejar...- Sonrió.- no debe de demorarse mucho.

-¡Está bien! - Río el Señor del Palacio. - Así podremos disfrutar de este gran banquete.

Las bailarinas se presentaban y bailaban al compás de la música, palabras iban y venían hasta que de pronto apareció Taehyung y su ropa manchada de sangre con algo en sus manos llevando consigo una fuente tapada. - Lamento la tardanza, sucede que tenía que solucionar algunas pequeñas cosas, pero el vino está listo. - Sonrió ladinamente.

Jungkook observaba todo y se sorprendió al ver a un Kim completamente diferente al que conocía.

-¿Qué les pasó a tus ropas? - Preguntó mientras que los presentes se asombraron al verlo.

- Sucede que me manche es algo leve nada de qué preocuparse.

- ¡Bueno sirvan el vino! - Río mientras alzaba sus brazos.

-¡Espere! No cree que es mejor que nuestro invitado nos dé los honores y pruebe lo que está aquí dentro.

-Tienes toda la razón, por favor Amo la Montaña Han abra y pruebe... - Aquel hombre observó a Taehyung y él solamente sonreía esperando con ansias todo al destapar aquella fuente y así lo hizo. -Espero que le guste...

La de los invitados de la montaña y de sus discípulos tenían la cara llena de asco y de asombro, pues...

-¡¿Qué es esto?! - Preguntó con repugnancia el usurpador mientras que el inmortal tenía una sonrisa cuadrada.

-Si me permiten... -Sonrió y apuntó su espada en el cuello del contrario. - ¿en serio? ¿en serio piensas que soy estúpido? - Movió un poco más su espada provocando un corte en este. - una vez lo hiciste y te salvaste porque no te maté, pero ahora que lo vuelves a hacer no voy a dudar en desmembrar tu cabeza de tu cuello. - Extendió sus ojos mientras hablaba con aquel semblante serio.

-¿Qué es lo que sucede Taehyung?

Jin no dudó y se levantó de su asiento. - Lo que sucede es que aquel hombre... - Señalo al acusado. - quiso hacer lo mismo de hace... - Comenzó a contar con su dedo para parecer interesante. - Dieciocho años, ¿verdad? - Sonrió.

-¡Tú! ¡Tu rata inmunda! - Golpeó con fuerza y enojo la mesa haciendo que todos los discípulos de ambos reinos apunten sus espadas uno con el otro.

-¡Bajen sus espadas! - Habló el hijo de Jiangsu.

-¡¿Qué dices pedazo de idiota?! ¡Ataquen no sean idiotas como él, es una orden mía!

-¡No tienes derecho a dar órdenes...! - Habló una tercera voz y está era femenina, mientras que la imagen de Dhana caminaba hasta él y dando paso a paso desaparecía aquel rostro quedando frente de él, la imagen de Jinna.

-¡Tú, tú, ¿quién eres?! - Las puertas del salón se abrieron ingresando más hombres del Palacio, para correr y arrastrar a los de la montaña Han y sacarlos de las mesas principales hacia el centro del espacio arrodillados ante ellos.

-Vaya...sí que han pasado varios años. - Río.

-Recuerda lo que te dije, tu futuro y vida acabará cuando una dama termine contigo. - Sonrió Jin mientras también apuntaba con su espada al individuo.

-Tú...

-¿Prima? ¿Eres tú?

-¡Oh!, vaya al parecer hay alguien que sí logró reconocerme. - Sonrió.

-¡No, no, no! ¡Tú deberías de estar muerta! ¡Deberías haber muerto! - Confesó mientras negaba de rodillas.

-Logre vivir para así acabar contigo... -Se acercó a este mientras agarraba de sus cabellos y jalaba. - y mírate estás de rodillas ante mí. - Susurro. - ¡Ah!, deberías de estar feliz de volver a ver a tu querida sobrina, pero me acabó de dar cuenta que tu rostro es el más conmovedor y me enternece mucho.

- Prima...no sé qué hizo exactamente padre para que hagas esto pero... perdónalo por favor...

-¿Perdonarlo? ¡Por qué debería de hacer eso cuando en realidad un mal nacido mató a mis padres! - Dijo seriamente. - No está él en posición como para que yo tenga que darle aquel "perdón".

-Vaya estás aún dolida por lo de hace más de treinta años...

-¿Crees que eso es fácil de olvidar? - Río con sarcasmo mientras que sus lágrimas caían en silencio. - por tu culpa perdí todo y es hora de que tú pierdas también.

Era la hora de dar el fin a todo...
Tenía que hacerlo, tenía que lograr ese objetivo si quería que su montaña y la de sus antepasados no se pierda y quedé en aquel olvido.

- Prima...

- No tengo nada en contra tuyo pero si con él... - Observó al padre de su primo.

- ¿Qué es lo que quieres decir?

- Quiero decir que tanto tu padre como tu madre pagarán por todo lo que hicieron a los legítimos hijos de la Montaña Han.

-Madre no por favor...

-Descuida no la mataré. - Sonrió. - Pero lo que sí vivirá pasará por exilio, estará en la montaña de Sur, y será condenada hasta de muera.

-Jinna... - Suplico el primo. - por favor recapacita, yo, yo puedo pagar aquella condena por ella mientras que vive bien.

-Eres un buen hijo a pesar de que ellos te dan la espalda. - Sonrió. - No, no puedes pagar tú esa condena. - Suspiro. - Mientras que tu padre... está condenado a la muerte por decapitación, su muerte se dará esta misma noche.

La risa del sentenciado a muerte se escuchaba por todo el Salón. - Das órdenes como si yo fuera a darte el poder...

- Tú no padre pero yo sí. - Murmullos se escucharon entre los presentes.

- Señorita Jinna... - Ella volvió ante el llamado del señor del Palacio. - recuerdo la vez cuando eras una bebé y tus padres te trajeron hasta aquí para que seas dotada con la sabiduría e inteligencia del tigre blanco, y al parecer... - Sonrió. - no solamente te dio aquellos dos dones te dio el don de la belleza y de ser una líder. - Tomó sus manos mientras eran acariciadas con admiración. - Es hora que tomes tu lugar y acabes con esta corrupción en la montaña alteza, tus padres dónde están ellos están agradecidos y sobre todo te han cuidado como corresponde en estos treinta largos años de sobrevivencia.

Las lágrimas de la princesa de la montaña brotaban solas pues sabía que lo hacía estaba bien, las palabras del sabio eran reconfortantes y eso era poco o mucho que pedía.

- ¡Tú!, ¡tú! ¡maldita perra!, por culpa tuya mi mundo no era perfecto y al enterarme de que fuiste dirección a tu muerte se volvió tan real que lo imperfecto...

-¡Hay algo que ya no es tuyo! - Se acercó a él y quitó de su muñeca aquel brazalete de oro que le daba el poder como dueña y ama en la montaña mientras que se la colocaba frente de él. - ¡Oh!, me queda esto tan bien... - Sonrió mientras observaba su brazalete.

Todo se observaba desde primera definición sobre todo para los que lo querían ver caído y derrotado.

-¿Qué es tanta bulla? - Preguntó Jimin. - De un momento a otro todo esto se volvió un lío.

-Sucede que quién te trajo aquí es ama de la montaña Han. - Suspiro. - Está pidiendo lo que le corresponde...

-Esto no era lo que estaba dentro de los planes... - Confesó Jimin.

-Es verdad...

-Debemos de comunicar sobre esto a ya sabes quién... - Susurro.

Ambos se pusieron de pie y salieron de aquel lugar pidiendo disculpas al querer salir de allí.

Taehyung y Jungkook solamente se miraron entre ellos para luego mirar a los contrarios salir, puesto que para el mayor le parecía lo más raro, pero que aquello lo dejaría al último.

- ¿Qué es lo que vamos a hacer Jimin?- Preguntó.

Jimin solamente suspiraba intentando comprender todo para así quitar las vendas de sus ojos, aún sin ver. - Enviemos la noticia. - Respondió sin pensarlo dos veces.

"Rey Min y su Alteza Jung, damos la noticia de último momento de una noticia nada positiva, sucede que el Amo de la montaña Han, es condenado a muerte, sobre todo el intento de conquista al Palacio de Cristal, fue todo un fracaso, sobre todo apareció la Ama y Señora de aquella montaña, espero que pueda atender a esta carta".

Aquellas palabras fueron escritas en tinta y quemadas en velas negras de esta manera llegando los mensajes hacía el inframundo...

(4423 Palabras)

Maybe not in this life but in the next

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