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-=₪۩۞۩₪= CAPÍTULO 05 =₪۩۞۩₪=-


El invierno era incesante y aquella tormenta parecía que no iba a acabar. Luchar contra la corriente era algo que se volvía más imposible, solamente existía un deseo en ese momento "sobrevivir" eso era todo "mantenerse con vida" sin entender qué era lo que sucedía, solamente hundirse en ese cálido anhelo. Caminó y caminó a pesar de que sus huesos se calaran de aquel frío sin bondad alguna, solamente recuerda caer en la nieve inconscientemente, bajo una gran puerta después de haber tocado varias veces sin ser escuchado.


Despertó después de sentir el olor a leña quemada invadiendo sus fosas nasales y sintiendo como ser tocado por el deseoso calor que estaba buscando por tanto tiempo bajo la fría e inclemente tormenta de nieve.

-¡Oh! Ya estás despierto muchacho. -Habló una anciana de aproximadamente ochenta años. - Me había preocupado mucho. - Dijo mientras colocaba más leña a la fogata.

-¿Yo... dónde estoy? - Preguntó mientras observaba a su alrededor.

-Estás en un pequeño pueblo alejado de la civilización. - Sonrió. - Dime muchacho, ¿cómo te llamas?

¿Llamarse? ¿Cuál era su nombre? Por más que buscase una y otra vez la respuesta a aquella pregunta de la mujer, esa no la sabía.

-Yo...no te recuerdo quien soy yo.

- ¿Cómo? - preguntó una vez más anciana. - ¿Tampoco recuerdas lo que te pasó? - Nego.

-La verdad, solamente recuerdo caer inconsciente frente de un portón, después... todo se volvió negro para mí. ¿Qué fue lo que me pasó?

-Yo abrí la puerta. La verdad es que cuando te encontré inconsciente tenías fiebre, mucha a decir verdad, pero...

-¿Pero...?

-Tú tenías una herida en el pecho, la herida era muy grande y sobre todo profunda.

-¿Herida?

-Sí, por eso estás vendado, - el joven solamente se dispuso a observar atentamente su cuerpo con vendas, para luego dar un pequeño quejido de dolor.- aparentemente la fiebre no solamente se dio a causa de la hipotermia, sino que fue por aquella cortada y el desmayo fue por el desangrado.

No recordaba haber tenido una herida, mucho menos sufrir tal accidente.

-¿Cuánto tiempo llevo aquí?

-Inconsciente llevas diez días, gracias al cielo que estas bien y despertaste, come- dijo mientras recibía un plato de arroz con verduras guisadas-, ahora más que nunca debes de recuperar fuerzas.

-Gracias...

-No debes de agradecer muchacho, ahora debes de recuperarse sobre todo por aquel corte debes de evitar que se infecte. -La anciana salió dejando a aquel muchacho de identidad desconocida.

Los días pasaron y la recuperación de aquel chico sin nombre había sido muy rápida. - Me alegra saber que ya te hayas recuperado rápidamente en tan poco tiempo. - Sonrió la mujer. - ¿Has recordado algo de tu pasado?

-No, lamentablemente no.

-Debes de tener en cuenta que cuando salgas de aquí tener un nombre en el cual puedas identificarte.

-Lo... he estado pensando. - Suspiro levemente. - Y ya tengo un nombre en mente Señora Kim.

-¿Qué es muchacho?

- Si me concede me gustaría usar su apellido y llamarme Kim... Kim Namjoon.

Esa tarde se había dado a conocer una nueva identidad. Un Kim nuevo estaba en el legado de la señora de quién salvó, alguien que cuidaría como su propio hijo hasta el día de su último aliento...

Fuertes imágenes pasaban por la mente de Namjoon aquel dios de piel blanca como la fina capa de nieve con labios como aquellas rosas de color rosado. - Suspiro.- Solamente sus mejillas formaron pequeños hoyuelos a cada par. Pues claramente él había sido hipnotizado por la belleza de Jin, "Kim Seokjin" aquel nombre pasaba cada dos segundos por sus pensamientos.

-¿Namjoon? - Preguntó la menor.

-¡Oh! ¿Qué haces aquí?

-Bueno ya sabes tomándome algo de descanso y también quería saber si has visto a Jungkook.

-Jungkook...no lo he visto, pero me puedo imaginar que está bien.

- ¡Ah! Me preocupa saber que está en ese lugar.

-No temas, Jungkook es alguien que sabe lo que hace.

-La noche está muy bonita. - Dijo mientras observaba atentamente el brillo de las estrellas junto a aquella hermosa Luna.

-Sí, sobre todo la Luna.- Sinceramente se veía muy hermosa aquella noche al igual que al chico que le entregó aquel rosal de color blanco.

-Iré a dormir, tal vez mañana busque la manera de ver a Jungkook. -Sonrió - Hoy tuve mucho trabajo...- Caminó y se detuvo observando aquellas hermosas flores. - Están hermosas las rosas. -Sin decir más dejó de ser parte del campo óptico de Namjoon.

Él solamente se dispuso a observar sentado el cielo mientras estaba recostado en aquel gran árbol de naranjas, delante del estaba aquellos rosales bañados en distintos colores.

En un instante cerró sus ojos tranquilamente mientras respiraba profundamente el aroma de la naturaleza y de la noche fría pero fresca.

Leves pisadas logró escuchar Namjoon, inevitablemente fue abrir los ojos y observar a su alrededor. - Hace mucho frío, ¿qué haces aquí?

-Mi señor...- reverencio al ver a Seokjin- lo siento.

-No debes de disculparte. - Sonrió. - Sabes...no pensé que te gustaba ver las estrellas.

-Sí, de hecho aprendí a leerlas.

-¿Cómo aprendiste?

-Es gracias a los libros, aprendí a leer y a escribir a una temprana edad. - Sonrió, pero Namjoon sabía que estaba mintiendo.

Cuando tocó un pincel con tinta y papel se sorprendió mucho, ya que no sabía que podría escribir y sobre todo entender un libro. Después de todo, sea quién haya sido en su vida pasada antes de la actual tuvo una buena base de estudios.

-¡Oh! Entonces sabes mucho... ¿Cuánto tiempo te tomó aprender sobre las estrellas?

-No, la verdad me tomó como un año de aprendizaje.

-Sinceramente te envidio. - Dijo mientras se sentaba al lado de Namjoon y recostaba su espalda ancha en el árbol observando la noche atentamente. - A mí me tomó más tiempo aprenderlo. - Ambos rieron levemente.

Por una extraña razón ambos se sentían cómodos al estar uno enfrente del otro y sobre todo tener tal cálido diálogo. - Me enteré de que eres amigo de Jungkook. - Rompió el silencio después de varios segundos.

-¿Usted conoce a Jungkook?

- Sí, lo conozco. - Sonrió. - Por cierto gracias a él reconocí esté...- sacó aquella tela de las mangas de su ropa. - pañuelo, que es suyo.

-¡Oh! Yo se lo di a usted, sinceramente yo...

-Me lo diste para evitar que me hincara con los rosales.

-¡Ah!, si, claro, a pesar de haberle quitado las espinas a las rosas lo más probable es que haya más sin yo haberme dado cuenta.

-Toma, esto es tuyo...-dijo entregando aquel pañuelo. - gracias. - sonrió.

-Ya no es mío este pedazo de tela.

-No te entiendo.

-Quiero decir que el pañuelo es suyo, dejó de ser mío en el momento que sus lágrimas cayeron ahí. - señaló esté. - cuando una lágrima cae en un pañuelo ajeno deja de ser de quién se lo ofreció.

-¡Ah!, ahora entiendo. - Regresó su mano estirada con aquel pañuelo mientras lo arrugaba.- Gracias, Namjoon.

-No, debe de agradecer. - Sonrió.

-¿Cómo aprendiste la jardinería?

-En realidad no soy jardinero. -Sonrió. - Soy botánico.

-¡Oh!, pero... ¿cómo aprendiste?

-Mí, madre tenía un gran jardín incluyendo un huerto de diferentes plantas y vegetales. Yo aprendí con ella y lo que no entendía lo leí en los libros que ella tenía.

-¿Ella sabía leer?

- No, pero padre sí, él leía y le decía desde cómo abonar una planta hasta cómo diferenciar cada tipo de planta y semilla.

-Es impresionante. - Sonrió. - De pequeño siempre me interesaban ese tipo de cosas, pero nunca tuve la oportunidad y el tiempo para hacerlo.

-¡Uh!, si desea yo lo puedo ayudar y enseñar todo lo que sé.

-¡¿En serio?! - Dijo y rápidamente se levantó de su sitió. - ¡¿De verdad?!

- Sí, si usted desea aprender mi señor por qué no enseñarle sobre el mundo de la botánica.

-¡Gracias! - Sin darse cuenta abrazó a Namjoon como prueba de agradecimiento, y pues él por unos segundos se sorprendió, pero gustosamente algo en su corazón le decía que aceptará aquel abrazo.

Para Namjoon, Seokjin era cálido y eso le gustaba a él y para Seokjin, Namjoon era al igual una sutil brisa cálida de aire.

Ambos se soltaron de aquel cálido abrazo y se miraron mutuamente en silencio. Para ambos verse uno al otro en aquella mirada era interesante pues a ambos se le hacía familiar, pero no entendían en dónde. - Yo... - Habló Jin intentando justificarse.

-¿Cuándo desea empezar sus clases? - Preguntó obviando el anterior abrazo.

-¿Mañana?

- Mañana, me parece bien.

-Bien, entonces mandaré a alguien a que te ayude a llevar tus cosas a mi pabellón.

-¿Habla del mismo Pabellón Rojo?

-No, mi pabellón es otro.

-Disculpe señor y como se llama su pabellón.

Sonrió. - Se llama "El Pabellón Altar de la Luna". Ya es tarde deberías descansar un poco. - Sonrió.- Deberías hacerme caso, cuándo algo me interesa por aprender no lo dejó hasta que salga perfectamente. - Sin decir más el mayor dejó a Namjoon para luego obedecer aquella orden sin más ni menos.

Pues claro el frío ya le estaba carcomiendo los huesos sin más se acostó a dormir y desde ahí todo se volvió negro para él.

-Debes...- Hipo.-, saber algo Jungkook. Tú eres un chico muy guapo. - Por otro lado, el nombrado solamente sonrió de lado por el comportamiento y el halago de Taehyung.

-¡¿Ah?!, sonreíste... - Dijo con emoción mientras estaba de pie.

- Son ideas tuyas inmortal borracho. - Sin más bebió el poco alcohol de su copa. - por estar tomado ves visiones.

-Sí también puedo ver a un cerdo volar con alas de halcón. - Habló burlonamente. - ¡Vamos Jungkook, sé muy bien lo que vi!

-Necesitas nuevos ojos ciego.

-Claro ahora dime ciego. ¿Qué más sigue? - Se sentó rápidamente mientras chocaba del brazo de su acompañante.
Solamente Jungkook rodó los ojos, para pedirle al cielo "paciencia, aquella santa paciencia". - Vamos corazón, debe haber más insultos para mí.

-Ahora me los estoy ahorrando para la ocasión.

-¿La ocasión?

-Sí, la ocasión. - Bebió una vez más de su copa llena.

- Deberías ya de dejar de tomar, mira estás borracho. - Dijo Taehyung.

- Creo que el borracho aquí eres tú Taehyung. - Lo señaló.

- ¡Mentiras!, yo solamente estoy feliz y no borracho, ya sabes que suelo ser muy alegre.

- Diría que hoy estás más de lo esperado Taehyung.

-Sí, soy como los fuegos artificiales a punto de explotar pero claramente por la alegría y felicidad.

-Deja de dar vueltas Taehyung. - Este no le hizo caso. - Taehyung, basta te estás embriagando más dando vueltas. - Y pues mucho menos le hizo caso.

"Te comportas como un niño"- Se quejó Jungkook en pensamientos. - "Inmortal desobediente".

Sin más rápidamente se levantó de su asiento para luego sentir un poco de mareos. - "Yo también estoy un poco borracho". - Pensó y caminó hacia él.

-¡Oye! ¡Oye! Deja de darte vueltas, ¡Kim Taehyung! -En un abrir y cerrar de ojos sintió como su brazo fue jalado y cómo cayó entre el agarre del inmortal.

-Sabes me gusta cuando me llamas por mi nombre y olvidas que soy tu señor.

Jungkook solamente lo observó atentamente con los ojos abiertos como planto y las mejillas tan tenues carmín sea por el alcohol o por lo que está sucediendo ante sus ojos.

- Me gusta que seas así conmigo Jungkook. - Acarició sus cabellos. - Me gusta que estés cerca de mí, tú aroma es muy dulce y sutil a la vez, eso me gusta, no... -Sonrió. - más bien me encanta. - Sin más Taehyung acostó a Jungkook sobre el suelo y este encima de él.

Por una extraña razón Jungkook no se negó y mucho menos peleó para poder salir de abajo.

- Eres tan hermoso y tierno a la vez que me gustaría plasmar en una pintura y que sea solamente aquella para mí a pesar de que estés junto a mi lado o no,- Habló el inmortal, mientras que aún lo seguía acariciando, pero esta vez sus mejillas rojas para luego seguir bajando hasta sus labios. - la observaría una y otra vez sin cansarme de observar.

Sin más las respiraciones de ambos se chocaban al igual que sus miradas. A Jungkook le seguía sorprendiendo la actual actitud de Taehyung., pues claro está que antes se comportaba como un pequeño niño caprichoso y mimado, pero ahora, ¿qué era lo que trataba de hacer?

-¡Taehyung! - Gritó una tercera voz y esta era de Jin. Rápidamente, separó a Jungkook del inmortal. -¿Qué planeas hacer con cabeza de coco?

-¿Yo...?, nada. Solamente hablaba cálidamente con Jungkookie, ¿verdad?

-¡Ahg!, apestas a alcohol. - Se quejó el mayor. - Y para colmo estás entrando a la fase de...- observó a Jungkook y decidió callar. - ¡olvídalo! Jungkook, dime ¿cuántas botellas de vino bebió?

-¡Ah! Pues...- Jungkook observó la mesa al igual que Jin.

-¡Todo eso!

-No, yo también bebí.

-¿Vienes a unirte a la fiesta?

- Que fiesta ni que nada, olvida eso ahora Taehyung.

-Jungkookie mira Jin me está gritando. - Lloró y eso a Jungkook por una extraña razón le preocupó.

-No le hagas caso - habló Jin. -, él suele ser así cuando está borracho... y también sobrio, pero es mejor que ahora te mantengas alejado de él. - Seguía llorando más Taehyung. - solo por poco tiempo después ya podrán hablar cómodamente ahora él está un poco enfermo.

-¿Enfermo?

-Sí, nada de qué preocuparse. Mejor ve a descansar yo me encargo de este niño. - Sin objetar Jungkook dejó a los cuidados de Taehyung a Seokjin, a pesar de que el inmortal lo llamaba una y otra vez, pero sabía que el inmortal está en buenas manos.

Caminó hasta llegar a su habitación y se puso a pensar.

"¿Qué lo hacía estar enfermo a Taehyung?"

"¿Por qué Taehyung actuó de una manera rara?"

Para él sinceramente era muy raro, no entendía mucho de las cosas que acababan de suceder, pero sobre todo había una pregunta que le pegaba en la cabeza. - "¿Por qué no me alejé cuando estaba debajo de Taehyung?" - La verdad no lo sabía, y mucho menos entendía de lo que pasaba, pero aun así pasaba por su mente aquella escena y sobre todo los cálidos y delicados toques de aquel inmortal.

Sinceramente, ver a Taehyung caer por el lago de su propio Pabellón, y sobre todo ebrio fue por causa de su mayor. Pero no lo juzgamos lo hacía por venganza por las tantas veces que por causa de su menor hacía atorarse y meterse en varios problemas, pero también tiene su lado bueno.

Bajarle la calentura y la borrachera, porque sinceramente aquel pequeño tigre ya estaba empezando a entrar en su etapa de "celo" y eso era peligroso sobre todo para Jungkook.

-¡Ey! ¡¿Qué te sucede Seokjin?! - Preguntó mientras nadaba hasta la orilla.

- No, no me pasa nada, pero sabes que es bueno que el pequeño tigre le dén una bañadita.

-¡Primeramente, yo me baño seguido Jin! - Constó caminando completamente mojado. - ¡En segunda ¿por qué lo hiciste?!

- No te das cuenta de que estás entrando en celo, inmortal tonto. - Dijo mientras cruzaba sus brazos y alzaba una ceja. - Tienes que controlarte, Jungkook trabaja para ti y si quieres conquistarlo es mejor que lo cuides y no te lo comas a la primera oportunidad que lo ves.

-¿Dónde está Jungkook?

-Mientras delirabas, yo le dije que vaya a descansar ¡porque también estaba tomado! ¿Cómo le puedes dar a un niño a tomar Taehyung?

-¡Ahg! Él ya no es un niño, ese mortal bonito dejó hace mucho tiempo de ser lo que tú dices.

-Te diré algo Kim Taehyung, no le vayas a hacer nada que él no acepte o quiera estando tú así porque te juro que te mató yo mismo.

-No puedes matarme Kim Seokjin, al menos que yo lo haga, pero no lo haré, no quiero morir sin antes tener en mis brazos a Jungkook. -Sonrió.

-Ahora ya ni sé si lo dices por causa de tu celo o porque estás aún borracho. - Negó el menor.

-Dejemos eso ahí Seokjin., date cuenta de que Jungkook es alguien que sabe que hace ya no es un niño o un bebé.

-Recién lo conozco y me cae muy bien. Por esa misma razón no quiero que le pase nada a él e incluyéndote. Sobre todo saber que hay alguien o algunas personas que le incomodan en el Palacio.

-¡Oh! Ese tema- suspiro-, ese asunto la incómoda mucho a Jungkook, ¿sabes?

-¿Por qué lo dices?

-¡Ah! Ese tal Park Jimin tiene que ver con su pasado, no lo sé y no lo entiendo del todo, pero sinceramente a Jeon le incomoda saber que él está aquí y creo que también va con su "enfermero".

-Hablas de ese tal " Lee", hasta dónde me llegó la información es que él es hijo del Rey de dónde proviene Jungkook.

-¿Hijo?

-No sé cómo es aquel asunto tú ¿lo sabes?

-Si lo supiera no estuviera preguntando Jin, para eso tengo que sacarle información a Jungkook, tengo que ir con él. - Dijo para luego caminar hasta su habitación, pero Jin lo detuvo.

-Tú no irás a ningún lado. - Dijo Jin tomando su mano. - No debes acercarte a él, estás en celo,¿entiendes?, aparte no estás del todo sobrio.

-Jin, debo de saber.

-Taehyung, debes de entender que si tal vez él no te dice nada es por una sola razón y que él solamente la entenderá.

-Pero...

-No, le insistas, deja que él solamente te lo cuente, si insistes se sentirá presionado.

-Está bien. -Suspiro. - Tú ganas.

-Bién...-Suspiro- ahora anda ve a dormir, descansa. -Sin más Jin dejó a Taehyung.

-¡Jungkook! - Escuchaba que llamaban su nombre, pero no había nada absolutamente nada a su alrededor todo era oscuro, y mucho menos entendía dónde estaba.

El miedo le invadía, se sentía tan pequeño entre los llamados y gritos de su nombre, no entendía que sucedía a su alrededor y sus pies descalzos se calaban de frío.

Camino sin entender dónde se dirigía, hasta que encontró una cueva y llegó hasta este, sus pies al fin sentían el cálido calor que estaba buscando.

Pues dicho sea de paso las antorchas ayudaban a mantenerlo en calor. Dio un paso más. - ¡Jungkook! - Gritó una voz reconocida, no entendía nada, pero corrió más hasta dentro y en esas las antorchas se apagaron regresando aquel frío solamente quedando una encendida que la tomó hasta asentarse a la cueva.

En esos sus pies tocó algo líquido y observó atentamente hacia abajo alumbrando el suelo y fue cuando observó "sangre".

Sin dudar caminó más allá y observó atentamente todo, sus seres queridos entre amigos, Jimin, todos quienes quiso tanto muertos incluyendo a aquel inmortal que aunque no lo diga ya estaba empezando a tenerle un poco de afecto; ellos estaban sin vida.

Y quién le daba su espalda era él mismo, pero a la vez no. Ambos eran distintos dos polos opuestos deseando un solo deseo.

-¡Vaya, vaya! Bienvenido...

-Tú, tú los mataste... ¡¿POR QUÉ?!

-¿Yo? -Río. - Yo no fui, fuiste tú mismo Jungkook.

-¡No! ¡No! -Comenzó a llorar. - Yo no fui.

-Jungkook, debes de entender algo los que ves aquí son los mismos que yo también conocí. - Dijo aún dándole la espalda cerca de "Taehyung".

-A- aléjate de él. - Dijo mientras su otra versión se acercaba al inmortal.

-¡Oh! Mí, hermoso rey. - Tocó su mano. - Jungkook te presento a quién amamos y a la vez acabamos con él.

-Él...es Taehyung.

- Sí, tú lo conoces como Taehyung, pero yo lo conozco con diferente nombre.

-Quieres decir que...

-No he dicho nada yo, sí que es mejor dejar así las cosas. Recuerda que tus manos y pies son testigo de tanta sangre derramada.

Taehyung obvió las órdenes de Seokjin, y fue a la habitación de Jungkook, este se encontraba durmiendo. El inmortal solamente tuvo que mantenerse en silencio y observó atentamente al mortal sentándose en el suelo.

El silencio se rompió en el segundo cuando Jungkook comenzó a llorar y sobre todo a temblar las manos de este. Taehyung entendía una sola cosa él tenía una pesadilla, él no podía despertarlo y sobre todo tocarlo era peligroso tanto para él como para el inmortal.

Luego otra vez regresó el silencio y observó atentamente como Jungkook se levantó de la cama con los ojos cerrados y con una daga en mano salió de esta, Taehyung solamente lo siguió y por más que deberá acercarse a él no podía.

Las razones existían muchas y eran dos, la primera era que él estaba en celo y prometió no acercarse mucho al mortal y segundo era que Jungkook estaba sonámbulo.

-¡MAJESTAD DÓNDE QUIERA QUE ESTÉ YO PROMETO SEGUIR MI PROMESA Y PACTAR UNA VEZ MÁS! - Alzó la daga entre lágrimas y esta brillaba a la luz de la luna para luego acercarlo a la palma de su mano.

Taehyung evitó tal acto, sabía que hizo mal, pero entendía que ver morir a ese alguien especial para él sería una tremenda estupidez, pero fue inevitable que él se cortara la palma de su mano para luego quitarle el objeto punzante.

Luego Jungkook cayó en los brazos del inmortal aún dormido para luego sentarse junto a él en el suelo.

El calor de su cuerpo comenzó a subir de temperatura y lógicamente tener a su lado a Jungkook junto a él y sobre todo su aroma no le ayudaba del todo., sus mejillas se tornaban más rojas pasando cada segundo.

Para Taehyung intentar mantener la calma no le ayudaba del todo y eso era más que una maldita palabra sin condición y sin sentido.

Jungkook, por otro lado, sentía calor aquel calor de un abrazo, al abrir los ojos se encontraba fuera de su habitación y sobre todo al lado del inmortal desmayado.

"¿Qué fue lo que pasó?"- Pensó.

-Taehyung... despierta.- Aparentemente no había nada en el mundo que al inmortal lo pueda despertar. -Vamos...

Luego de ello, sus manos se posaron en las manos del inmortal y en ellas observó cómo éstas estaban heridas y entre ella reconoció que aquella daga era suya. - ¡Oh, mierda!

Rápidamente, levantó al inmortal del frío suelo y lo llevó hasta su habitación y lo arropó para luego ir tras el botiquín de primeros auxilios, lavó y curó aquella gran herida en la palma de la mano de Taehyung.

Pasaban los minutos y él se asustó pues no había despertado, entonces se acercó a él y tomó su frente para saber si tenía fiebre y eso exactamente tenía su cuerpo ardía.

Jungkook no dudó y salió por unos segundos para luego regresar con un trapo y un recipiente de agua con hielo de la cocina, pasó la tela por el helado recipiente y pasó por la frente de Taehyung.

-¿Qué hacías afuera? ¿Qué fue lo que pasó para que te desmayaras y sobre todo qué pasó con mi arma?

La mente de cualquier ser en esta tierra, es igual de débil que una fina copa de cristal., cuando cae puede llegar a quebrarse.

Ya sea por miedos, inseguridades, pesadillas o inclusive las mismas personas que te rodean pueden ser el detonante de tal dolor., que tal vez puede llevarte a la locura o al vacío de la muerte.

Sinceramente, sea mortal, inmortal, Dios o demonio, llevan entre manos emociones y entre ellas la locura como enemigo.

Pues esa descripción va de ascenso al aura de aquel viejo Min, aquel hombre que no le importó dañar a su propio nieto para beneficiar al otro y a él mismo cumpliendo su propio deseo.

-Abuelo...-reverencio.-el plan se está dando en marcha.

-Muy bien. - Sonrió.

Sinceramente, todos llegamos a perder la cordura en algún momento de nuestras vidas, pero es el dolor y la maldad que nos orilla al acantilado.

Sea que como dicen: "Todos estamos enfermos, los humanos son malvados por naturaleza y no puede haber tanta gente que no tenga al menos una, la maldad no es por nacimiento está porque otros seres que hacen daño sin dudar y de eso aprenden, no importa dónde no importa cuando la maldad siempre existirá hasta por debajo de las piedras".

Y sí, Yoongi es aquel bebé que no nació con la maldad en el alma, sino que se encargaron de hacerle entender que para ganar siempre hay que derrocar a tu adversario así sea su propio hermano, triste, pero real, creció sin un pedazo de calidez o tal vez no se haya dado cuenta.

Pues su abuelo se encargó de formarlo a su imagen, ya que nunca pudo con el otro menor de los Min. Solamente aquel viejo deseaba una cosa en el mundo... tener lo que una vez perdió.

-Recuerda que lo único que debemos de tener en nuestras manos es la "Daga del Tigre Blanco".- Claro está que esté hombre de avanzada existencia, solamente busca y tiene a su nieto como un simple peón.

¿O no? Nunca se sabe a ciencia cierta, nadie sabe que por creerte la torre grande del castillo termines siendo más que un simple peón a vista de otros, y de quién tantas veces lo trataste como uno termine siendo su propio verdugo.

"La Daga despertará la oscuridad del Tigre Blanco" - Pensó el viejo de los Min. - Ahora puedes retirarte.- Yoongi solamente asintió y dejó a aquel hombre solo en su habitación.

-Yoongi... ¿Quieres venir a jugar? - Dijo su hermano gemelo.

-No, no quiero jugar. - Contestó mientras leía un libro de la Biblioteca.

-Vamos Yoongi, no seas malo, vamos... - tomó de su brazo y comenzó a jalar levemente de este.- solamente un ratito, juguemos.

-No, he dicho no. Aparte tú también deberías estar estudiando, no crees.

- No, es necesario esto ahora, somos niños, y es más, ya estudié y sé todas las respuestas. - Presumió inocentemente.

Jiang-Woo, era de aquellos niños que no necesitaba estudiar para aprender tantas cosas digamos que su intelecto es muy grande y de eso no había quejas. En cambio, Yoongi pues era de esos niños que sí aprendía, pero tenía que estudiar sí o sí, pero tampoco había quejas del menor.

Ambos son gemelos, nacieron una madrugada del nueve de marzo en el calendario lunar, pero que en el lamentable parto la madre de ambos murió y del padre de sus hijos pues hasta ahora no sé sabe dónde están, por ahora se encuentra desaparecido.

Sí, la única y basta de imagen paternal es la de su abuelo, un ser de carácter frío y creyente de su propia doctrina. Y el mismo que acabó el hermoso vínculo y hermandad de los menores Min.

Porque por más que Jiang-Woo se acercará más a Yoongi, el viejo Min los alejaba, creando tantas preguntas entre los menores.

Ambos crecieron, Jiang-Woo seguía con el amor hacia su hermano por más qué este haya cambiado y Yoongi pues solamente aprendió todo de su abuelo hasta de cómo actuar con las personas incluyendo con su propio gemelo.

Yoongi creció para heredar el trono del Inframundo y seguir con el plan de su abuelo y eso él estaba seguro, pero lo que jamás imaginó incluyendo su propio abuelo fue saber que en el día de la elección de Reyes había sido su hermano Jiang-Woo.

Después de pasar tantas evaluaciones y todo lo demás supuestamente él solamente él debió ganar aquel trono, pero no su hermano tuvo que ganarle.
Eso era para Yoongi el trono era aquella carrera de caballos en la que su fino potro debió ganar ante todo.

En cambio, Jiang-Woo siempre obvió sobre el trono, nunca le interesó ese asunto, sabía que él que ganaría el trono entre ambos era su hermano y tenía la confianza en él que sería un gran Rey., la sorpresa que se llevó fue cuando fue elegido para ser él quién gobernaría.

-¿¡Qué!? - Preguntó y el público se sorprendió para luego ellos dejar de aplaudir. - Y-Yo no puedo ser el rey. - Yoongi lo observó atentamente. -Yo no quiero...

- ¿Te atreves a rechazar mis decisiones? - Preguntó Dios.

-No, no. - Reverencio Yoongi. - Discúlpeme su eminencia, pero mi hermano está sorprendido. Me disculpa necesito hablar con él. - Asintió Dios.

-Yo-Yoongi yo... yo no quería ser el rey, yo quería que tú lo seas.

- Escúchame Jiang-Woo, el cielo te ha elegido, yo no puedo ir en contra de esta decisión.

-Pero yo quería que tú...

- Eso ahora no me importa, yo estoy feliz por ti. - Falso eso era lo que más le importaba, lo que siempre anhelo y que en un abrir y cerrar de ojos se lo arrebataron. - Sé que tú también gobernarás bien.

Y eso fue cierto una realidad sincera y honesta, gobierno de la manera más justa cuidando de los otros Reinos para que los mortales vivan de la forma más tranquila posible.

Jiang-Woo aprendió también a amar a un hermoso Dios de la noche, y entre las dunas desérticas a la luz de la Luna, lo hizo suyo, lo hizo gemir tantas veces, su amado un ser de estrellas y él un ser de oscuridad y tenue aura, se proclamaron cada noche y se juraron amor eterno.

Jamás imaginó Jiang-Woo que su propio hermano le había separado de su propio amor y de su felicidad, sobre todo en su último lecho de muerte escribir tan fría y triste carta para su amado, para luego abandonarlo en la fría nevada de la temporada.

-Cielo, ¿hablaste con tu abuelo?

- Él solamente está pegado en el plan. A ese viejo siempre le interesó todo ese tema. - Habló Yoongi.

-Te siento raro, ¿sucede algo?

Suspiro.- No, nada.

- ¿Seguro? - Asintió.- Entonces, quiero invitarte a algo...

-¿A qué?

- Quiero invitarte a una batalla entre tú y yo.

- ¿Me estás retando?

-¡Oh! Vamos amor, no hemos entrenado juntos desde hace mucho tiempo.

- Está bien, vamos Hobi.

-¡Ay! Que sexy te ves cuando me dices eso.

-Entonces te diré eso en la cama.- Susurro.

-¡Ya! Demonio travieso, vamos o tienes miedo que yo te gane. -Corrió hasta el campo de entrenamiento.

Sinceramente, al único ser que puede dejarse llevar por el cálido cariño era Jung Hoseok una relación tan hermosa y a la vez tan enferma, eso era lo que estaban enfermos ambos amantes, pero siempre amándose por más que para los demás sea una tremenda y asquerosa estupidez.

Ya habían pasado varias noches desde la vez que Taehyung había caído inconsciente, y pues Jungkook preocupado estaba a los pies de la cama esperando su recuperación.

-Debes de calmarte, él se recuperará. - Dijo Namjoon.

- Es bueno saber que estarás aquí y que trabajaras para Seokjin, pero no puedo evitar preocuparme. Su mano estaba cortada era con mi arma.

- ¿Qué hacía él con tú arma?

-No, no lo sé. Pero lo que me preocupa es saber de aquel corte.

-Namjoon, Jungkook, por favor vayan a comer algo yo me quedaré con él. - Dijo mientras observaba atentamente al inmortal.

- Pero...- Objetó Jungkook.

- Él tiene razón Jungkook.

- Está bien. - Sin más ambos salieron de la habitación dejando a los amigos a solas.

Seokjin solamente lo observó otra vez más y le quitó aquella cobija que lo hacía sudar. - ¡Ya levántate! - Dijo mientras Taehyung reía como loco al salir de la cama. - ¿De qué te ríes?

- De ver cómo tú te diste cuenta de que estaba despierto y Jungkook no. -Río.

- Por si no te habrás dado cuenta Taehyung, el pobre niño ha estado sufriendo por ti es más no ha comido en días.

- Bueno ya estoy bien, ya se pasó el tiempo de celo y ahora estoy más tranquilo.

- Sabes debí dejarte morir de calor ahí.- Señaló la cama. - ¿Qué hacías con Jungkook en su habitación?

- Solamente lo quería ver, el alcohol no se me iba todavía de la cabeza, aparte que cuando llegué estaba llorando.

-¿Despierto?

-No, él estaba dormido. Es más, él es sonámbulo.

-¿Sonámbulo?

- Sí y aparentemente él no lo sabe.

-No hizo nada malo o ¿sí?

- Él dijo que seguiría con su promesa en nombre de su majestad, con un pacto.

-¿Cuál?

- Cortarse la palma de la mano.

-Entonces... ¿Cuál es la promesa?

-No lo sé, pero seré honesto él está aquí por algo y que no sé qué, pero tal vez me equivoqué, pero tiene que ver con los invitados de ayer.

-¿Lo estás relacionando?

- Se conocen o no lo más probable es que sí y tenga que ver con el dolor de Jungkook y lo de ayer...

(5446 Palabras)

Maybe not in this life but in the next

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