-=₪۩۞۩₪= CAPÍTULO 04 =₪۩۞۩₪=-
La mañana siguiente fue decisiva, ya que todos los preparativos para la presencia de los nuevos residentes del "Palacio de Cristal" se estaban terminando de preparar.
Por una extraña razón el pecho le dolía mucho a Jungkook, desde el momento que despertó, y eso que no fue a las cinco de la mañana digamos que durmió siete horas más.
Taehyung, había dado aquella orden a sus sirvientes de no despertarlo.
Pero se preguntarán, ¿cómo el pabellón rojo, puede tener sirvientes?, pues ellos son diferentes a los mortales con los que Jungkook se relaciona. Ellos son inmortales sin ningún poder en específico o que nunca fue despertado.
-La mañana está muy hermosa al igual que tus hermosos ojos. - Halago el inmortal.
-No empiece ahora. - Bufo Jungkook.- Aparte es medio día.
-Para mí siempre va a ser de mañana porque viendo tus hermosos ojos sé que habrá un buen inicio del día. -Sonrió. - ¿Te encuentras bien?- Preguntó luego de ver a su pequeño algo mareado.
-Sí, estoy bien.
-¿Comiste algo antes de venir a ayudar con los preparativos de hoy?
-No...
-¡Ahg! ¿¡Así siempre son los mortales como tú!?, acaso no sabes que debes de comer algo después de despertar...
Jungkook bajó la cabeza, Taehyung tenía la razón, debió comer algo, pero se levantó tan tarde que ni su propio jefe fue capaz de despertarlo o al llegar a su lado llamarle la atención por tal falta, lo que sí no podría aceptar es que su mayor en vez de enojarse le haya saludado cortésmente y como la cereza del pastel regalarle una atenta sonrisa, después de ello también llegando los cumplidos.
-¡Lo siento! -Reverencio levemente dos veces.
-¡Ahg! Descuida. - Taehyung sin dudar tomó la mano de Jungkook y jaló de ella.
-¿Dónde me lleva? -Frenó.
-Tienes que comer algo o te desmayaras. - Volvió a jalar de este y lo llevó a la misma cocina que estuvieron anoche dialogando aquellas curiosas preguntas por parte del menor.
- ¿Era un demonio? O ¿Una sombra?
- Era un demonio. - Confirmó. - Los ojos de su amado eran negros oscuros como la noche y de labios al igual que sus pupilas.
-¿Qué fue lo que le pasó al Rey?
- Murió...
-¡¿MURIÓ?!
-Sí, qué pensabas que el mismo te iba a contar todo lo que vivió. - preguntó mientras que sus ojos viajaban de izquierda a derecha.
-No, lo que quiero decir es que sí murió a causa de su amante o por causa de otro motivo. -Dijo mientras seguía observando atentamente lo que cocinaba para el inmortal.
-Triste y lamentablemente murió a causa de su propio amante. - Respondió directamente el mayor. - Aquel demonio consumió toda la sangre de su víctima.
Ese mismo instante Jungkook, tenía pequeñas fotografías mentales, no entendía el porqué y tampoco entendía sí tenía que ver con la triste historia de aquellos amantes y la copa de sangre derramada en las manos de aquel verdugo.
"¿Tendrá que ver con la visión que tuve en la entrada del Pabellón?"- Se preguntó. -¿Qué parte de este pabellón el rey fue asesinado?
-No, no lo sé la verdad.
-¿No sabes?
-Claro que no, es una simple historia que con el tiempo se volvió leyenda que se situó aquí entre los campos y paredes de este reino.
Jungkook, solamente asintió, no sabía mucho menos entendía todo eso, y peor que aquello no le confirmaba saber que el tesoro que tanto busca esté en el Pabellón de Taehyung. - Entiendo.
-Pero ¿sabes?, lo más curioso fue que el amante también se suicidó.
-¿Se suicidó? - Preguntó mientras servía los platos para el narrador.
-Aparentemente, su sed de sangre lo orilló a matar gente inocente y sobre todo quitarle la vida a quién más amaba en la vida. -Dio un leve suspiro.- Su yo, despertó tarde cuando ya había cometido el mayor de sus errores...
-Matar a quién juró amar. -El mayor solamente asintió lentamente con los brazos cruzados y los ojos cerrados.
-No soporto ver aquel pecado cometido por su demonio.
-Eso quiere decir que ¿él podía controlar a su demonio?
-Sí, la mayoría de los mestizos lo hacen.
-¿Mestizos? ¿Qué quieres decir con ello?
- Los mestizos son aquellos que tristemente por así decirlo fueron condenados por otros demonios mestizos.
-Es como si canjean.
-Exacto un intercambio entre yo te asesino y vives eternamente a cambio tú pagas por mis pecados junto con los tuyos.
-Pero ¿no es justo que cada uno pague por sus propios pecados que pagarlos por otros?
-Técnicamente, sí, pero en este mundo ya todo es distinto, o pagas por errores de otros o pagas los tuyos con los de otros. - Para Jungkook, aquello de los mestizos le hacía una maldita estupidez, ¿por qué pagar por los errores de los demás?, moralmente no es justo.
-¡Listo! -Dijo terminando de servir el último plato. - Ya está su cena, señor.
Esa noche la comida de Jungkook, pasó a los exquisitos paladares de Taehyung. -Está delicioso. - Dijo con la boca llena al dar tal cumplido.
Porque al decir verdad, ver a aquel inmortal disfrutar de los platillos le daba nostalgia la vez que comió con su alteza como si de dos amigos se tratase., para Jungkook fue inevitable llorar levemente.
-¿Por qué lloras? -Preguntó Taehyung.
- No, no te importa. -Quitó las pequeñas gotas de sus mejillas. - Métete en tus propios asuntos inmortal tragón.
-Ya me has dado muchos despectivos, ¿sabías? - Miró al menor atentamente. - Primero me dices inmortal metiche y ahora me dices tragón... ¿Cuántos insultos me dirás cada vez que te pregunte por algo relacionado contigo?
Jungkook, se dio cuenta de que no había contado el primero de tantos insultos "inmortal pervertido". Ese fue el primero de tantos, justamente no sabía hasta cuándo le diría cada despectivo.
- Tal vez hasta que se me termine el vocabulario. - Dijo serio mientras se hundía de hombros.
-Sabes te verías más bonito si sonríes.- El menor no entendió como el inmortal había llegado tan cerca de él, rompiendo espacio y también respiración.
-El día que sonría será el día que te dé una patada en el trasero. - Habló con los brazos cruzados, saliéndose de aquel lugar que Taehyung lo tenía acorralado.
-Que triste porque ese día jamás sucederá. - Sonrió.- Pero no te preocupes bonito amargado, prometo y haré lo posible por verte feliz.
Esa promesa para Jungkook era más que imposible, pero para Taehyung es... completamente distinta y entre ellas es que algo le decía que debía saber el porqué de su mirar y poder ayudarlo porque su deseo era verlo bien y sobre todo feliz.
-Come algo ahí hay jugó de naranja puedes tomar y comer de pan o lo que ya desees.
-Sí...
-Yo iré a hacer unas cosas luego de que comas puedes ayudar con los preparativos de hoy. - El menor asintió y luego de ello se quedó solo en la cocina del Pabellón Rojo.
Lo que más odiaba en el mundo era saber que se sentía débil y sobre todo que otros tengan pena o lástima hacía él. - "Mal momento para sentirse mal Jungkook" .- Habló entre susurros.
Voces se hicieron presentes, Jungkook solamente hizo caso omiso, pero una le llamó la atención: " Vuelve al campo de Flores Rojas y encontrarás lo que buscas".
"¿Campo de flores rojas?"- Pensó Jungkook. En todo el trayecto que ha caminado no ha encontrado un campo así. -"¿Qué tanto puede ser cierto?"- Volvió a pensar, sin volver a sentir aquellas voces.
Terminó de comer algo ligero y fue en búsqueda del famoso "campo de flores rojas". Camino lo suficientemente como para llegar a un lugar misterioso, frente de él estaba un espejo ovalado y alrededor de estas muchas flores rojas.
"¿Encontré lo que buscaba? Acaso, ¿aquí está la daga?"- Pensó. Sin dudarlo observó aquel espejo y en ella su reflejo. - He cambiado mucho en este tiempo.- Dijo mientras tocaba su rostro.
En él desapareció su reflejó cambiando a aquel hombre de la visión. - ¡Te pareces a mí! - Dijo asombrado.
- En realidad somos uno. Yo soy tú y tú eres yo, pequeño. - Dijo mientras sonreía.
-Tú... tú eres quién mató a...
-Dan-Jung, sí, lo hice... - Volvió a sonreír.
- ¿Lo amaste alguna vez?- Aquella pregunta hizo que se presentará un largo y triste silencio.
-¿Sabes que es amar? - Jungkook, solamente negó.
- Pues espero que entiendas lo que te diré, los mestizos como yo no saben amar, no sienten, porque la pequeña luz de sus ojos se apagan como si de una candela tratara de tratar al ser condenados por otros mestizos.
- Pero te quitaste la vida después de haber cometido aquel error.
- Ese fuiste tú.
-¿Yo?
- Tú...
- ¿Jungkook? - Habló una tercera voz haciendo que el nombrado volteara quién estaba detrás de él. - ¿Qué haces aquí?
-¿Seokjin? - Pregunto el menor.- Yo... yo me perdí, lo siento. - Bajo la cabeza.
-No, no importa ahora vámonos de aquí.
-¿Cómo me encontraste?
- Vine a recoger algo de fresas. - Dijo mientras señalaba su pequeña canastita. - Ahora salgamos de aquí.
-S-sí... - Jungkook volvió con la mirada al espejo, pero el susodicho ya no se encontraba. -¿Qué vas a hacer con aquellas fresas? - preguntó de regreso a la cocina.
-¡Um! Haré algo que te gustara mucho. Taehyung me dijo que no tenías nada en el estómago y me dijo que te dejo aquí tomando "jugó y pan"- Contó. - ¡Ahg! Ese niño piensa que con eso uno va a estar sano o alimentado.
- No es para tanto...
- Claro que sí, ahora mismo haré algo delicioso para ti y mientras tengamos una charla.
-Entonces déjame ayudarte...
- Bien.
Jin encontró entre los hielos pequeñas aves y sin dudarlo marino con ajos, sal, orégano, y entre otras especias para mantenerlo a un buen sabor. - ¿De dónde eres Jungkook?
-Yo... yo soy del sur del Reino " Flor de Loto".
-¡Oh! Recuerdo haber visitado aquel lugar algunas veces...
-¿En serio? - Preguntó el menor mientras le quitaba aquellas hojas a las fresas.
-Sí, la verdad era muy hermoso aquel paraje solamente que ahora...-suspiro el mayor.- lo siento Jungkook.
-No debe de sentir nada, pasó algo que nadie deseaba, más quienes nos hicieron tal cosa.
-Jungkook, debes de tener en cuenta que tal vez trabajar aquí y sobre todo para Taehyung debe de ser algo bueno y sobre todo sea un buen cambio.
Jungkook solamente tenía un propósito: encontrar la daga del "tigre blanco" para poder empezar su venganza, solamente deseaba eso. Pero entendía que para conseguirlo tenía que actuar normal. - Tiene razón.
-¿Taehyung te ha tratado bien?- Preguntó mientras hacía el almíbar de azúcar.
- Sí, me ha tratado bien. - Sonrió mentalmente mientras quitaba la última fresa de su hoja. - Me hizo dormir más tiempo.
-Me alegra saber que esa cabeza de coco te trató bien. Aunque sé que no necesito preguntar, Taehyung es muy amable con quienes le tienen simpatía y tú la has ganado, no sé cómo pero lo lograste. - Dijo sin dejar de mover aquel cucharón de madera de aquella olla.
-¿Desde cuándo conoces a Taehyung?
Jin detuvo su acción y lo pensó por unos segundos. - A ese niño lo conozco hace mucho tiempo digamos que son como hace quinientos años. - Mintió que se conocían más, pero no quería dar exceso de información.
-¿Quinientos? - El mayor asintió. - Ósea que se conocen jóvenes.
- Sí, aunque yo le llevó algunos siglos más.
-¡Ah! Tú eres mayor que él, eso quiere decir que tú eres...
-¡Ey! Está bien que sea mayor que Taehyung, pero a él no le quita la edad que tiene y la diferencia que se llevan ambos. - Dijo indignado. - Mocoso insolente.
-¿En qué más te ayudó?
- Prende la cocina y la sartén de ahí. - Señaló. - Luego que esté caliente y echas el aceite y fríes las aves marinadas.
-Sí. - Asintió mientras cumplía cada orden de Jungkook. - Jin, ¿usted conoció al rey que murió en estas tierras? - Preguntó sin dejar de distraerse.
-¡Um! Veo que Taehyung te contó la historia de este famoso Pabellón. - Asintió Jungkook.- Bueno... la verdad sí conocí a Dan-Jung.
-¿Cómo era él?
-¿Por qué tanto interés?
- Es simple curiosidad.
- Bueno él era alguien muy hermoso yo cuando lo conocí apenas era un niño de ciento ocho años. Él se caracterizaba por ser alguien de piel muy blanca, sus ojos eran amarillos y de labios rosas, alto y de cabello blanco ese era muy largo, pero se le veía muy bien.
-¿Cómo conoció a su amante?
- ¿Hablas del dueño de este Pabellón? - Asintió.
- Se llamaba... Déjame recordar. - Lentamente cerró sus ojos. - ¡Am! Se llamaba Jeon Kyong.
-Vaya tiene un buen significado su nombre.
-¿Sabes qué significa su nombre? -El menor asintió.
-Significa "Virtuoso brillo" .- Dijo mientras colocaba a freír la primera ave.
-Aunque ese brillo se fue apagando hasta el día en el que cometió tal error. -Suspiro.
-¿Conociste a Jeon Kyong?
-No sé la verdad, en ese entonces aún mis recuerdos eran vagos, pero recuerdo muy bien que siempre vestía de rojo, todas sus ropas eran muy largas.
-Entonces ¿Dan-Jung reencarnó muchas veces?
-Sí, según la historia él fue el primer inmortal en pisar la tierra. Pero por no encontrar a su pareja siempre él se asesinaba.
-¿Él se quitaba la vida?
-Era una forma de que en su siguiente vida pueda encontrar a aquel amor perdido y anhelado.
Jungkook entendía una cosa: los inmortales no morían a causa de una enfermedad por ser eternos para siempre al igual que un Dios.
Ellos se quitaban la vida o también entregaban su don a otro, pero era muy raro que eso sucediera, incluyendo tal vez morir por una espada.
-¿Cómo se conocieron?
-¡Umm! Ese detalle no lo sé, que nunca se contó en la historia o inclusive se supo.
-¡Oh! Pero... ¿Qué tipo de demonio era Jeon Kyong?
-¡Um! Seré honesto, existen diferentes tipos de demonios. - Dijo sin aún terminar de hacer el caramelo.-El de primer rango es el Rey al igual su Consorte, el que le sigue son los de rango dos aquellos con pasado olvidado y que por una razón están ahí ellos se alimentan de almas, los de rango tres son aquellos que pagan condenas propias cuando vivían ellos se alimentan de los miedos de los niños, los de rango cuatro son los mestizos aquellos que se alimentan de sangre sea mortal o inmortal y los últimos de rango cinco son las sombras que solamente son peones.
- ¿Siempre han existido?
-Sí, siempre ha sido así.
- Alguien hace mucho tiempo me contó que hubo una guerra entre los cuatro reinos.
-Sí, quién ahora es el verdadero rey del inframundo tomó poder y... acabó con todo., la verdad ese ser lo desprecio hizo tanto daño a él y a su familia la odio.
-¿Jin? - Se acercó a él después de haber puesto a freír la segunda ave.-¿Por qué lloras?
- No, no te preocupes ese tema solamente es mío y mucho menos puedo hacer qué escuches la razón de mis lágrimas.
- Pero yo soy tu amigo y lo que sea puedo hacer para que estés bien. - Aquellas palabras hicieron que el mayor mirará atentamente a Jungkook. - Claro si deseas que yo sea tu amigo.
Jin se mantuvo por varios segundos en silencio hasta que llegó a abrazar a Jungkook sin previo aviso. -Gracias. - Respondió el mayor. -En serio muchas gracias Jungkook. - Correspondió a aquel cálido abrazo.
-Entonces soy todo oídos. -Sonrió y se dejaron de abrazar para poder regresar a sus antiguas posiciones y deberes. - ¿Por qué dijiste que odias a la familia del Reino Inframundo?
-Todos tienen sus propias razones. - Habló mientras que en una fuente de Jade blanco colocaba el ave ya frita.- Tú tienes las tuyas para hacerlo.- Continuó con su acción bañado en azúcar derretida.
El menor al oír las últimas oraciones de su mayor se mantuvo en silencio.- "Sé lo que sientes Jin".
-Sabes al igual que tú yo ya no creo en el amor. -Suspiro mientras terminaba de decorar con aquellas fresas ya cortadas. - Y no lo digo por el modo en el que actúas con Taehyung lo digo por qué tus ojos lo narran todo.
-¿Cómo empezaste a odiarlos?
-Eso fue hace mucho tiempo, hay un lugar en el que acostumbro ver las constelaciones después de dibujarlas en el firmamento, aquel sitio es una duna, no existía ningún mortal alrededor de todo el área solamente era yo, pero...
Una hermosa noche de caídas de cometas Jin las podía observar libremente, se sentía muy feliz de saber que muchas de ellas concederían deseos para los humanos.
-La Luna es muy hermosa. -Sonrió. - Y las estrellas están felices de estar ahí para brillar más. ¿Qué se siente ser una?
-¿Por qué un hermoso chico desearía ser una estrella? -Una segunda voz se hizo escuchar a espaldas del mayor dando un leve salto por causa del susto.
-¡Tú! ¡Tú! ¿Quién eres?
-¡Oh! Me presento soy Min Jiang-Woo. - Reverencio.
Para los ojos de Jin aquel hermoso chico de cabellos negros y de tierna sonrisa por una extraña razón se sentía cálido. - Kim Seokjin, mucho gusto.
-¿Eres el Dios de las constelaciones?- El mayor solo asintió en silencio. - ¡Vaya! Eres mucho más hermoso en persona que lo que cuentan los demás Dioses.
-Tú no eres mortal.
-Sí, no lo soy.
-¿Quién eres?
-Soy el rey demonio.
-¿Tú? -Asintió el menor. - ¿Eres el Rey Demonio? - Volvió a asentir. - Ahora entiendo por qué tu identidad se me hacía conocida. Pero... ¿Cómo alguien con una mirada tan tierna podría tener tal trabajo?
-Es por herencia. -Río. - Mi camino es este, no puedo hacer más que guiar a las almas a pagar su condena.
-Quién te viera diría que tu trabajo cómo Dios sería el de una estación o el de la fertilidad. Acabo de entender un refrán.
-¿Cuál?
-"Las apariencias engañan". No todo es cómo ves sino cómo es en realidad. - Sonrió.
Aquella amistad se unificó a otro nivel después de tanto tiempo, ya haberse conocido en aquella noche de cometas. Su amor era más que honesto y sincero, ambos guardaban su amor quienes les rodeaba.
Sus encuentros y momentos de pasión siempre eran bajo el hermoso cielo azul nocturno en aquella duna.
- ¿Cuándo crees que sea el momento correcto para decirles a nuestros amigos y familiares? - Preguntó el menor.
-Yo también me he hecho la misma pregunta durante todo este tiempo.
-Sabes mejor demostremos que nos amamos y que nadie nos va a separar. - Dijo mientras abrazaba el cuerpo desnudo de su hermosa estrella tiernamente, cubiertos por finas telas. - Yo se lo diré a mi hermano, él es mi único familiar cercano y sé que me apoyará.
-Yo... no sé la verdad tengo miedo, ¿y sí nos separan? - Habló mientras se pegaba más al cálido cuerpo de su angelical amante. - yo no quiero que eso suceda.
-Eso jamás sucederá Jin, por más que el destino nos separe de una manera u otra yo te buscaré y te encontraré.
-¿Si te olvidas de mí?
-Entonces mi corazón te buscará por mí...- Un leve y cálido beso se hizo presente en aquel instante.
Y así fue Jiang-Woo fue en búsqueda de su hermano gemelo.
-¡Hola, Yoongi! -Saludo el mayor.
-¡Sí, hola! - Habló sin ánimos.
- Quiero contarte algo, pero espero que no te la tomes a mal.
-¿Qué sucede?
-Sucede que... encontré a mi compañero de vida. -Sonrió. - Y quiero que sepas al tanto de todo esto eres mi único familiar directo y después de ello es nuestro abuelo pero...
-No tienes que decir tanto Jiang, me alegra saber que existe alguien quien en verdad te ame y te valore.
-Gracias, hermano.
-Sí, no te preocupes yo no me opondré a aquella relación hermano.- Sin decir más el mayor salió de aquella oficina, dejando a su menor.
"Que tonto eres hermanito. No sabes qué información valiosa me has dado para destruirte ''.- Pensó. - "¡Oh! Claro que no me interpondré en tu relación, tú solo lo harás. No sabes cuanto te odio".
-Debes de tener en cuenta hijo. - Habló un anciano de cabeza canosa y de piel arrugada como sí se tratara de una pasa. - Que sí deseas sacar a tu hermano del trono, tienes que acabar con él y aquel amor que tiene.
-Sí, abuelo. - Dijo mientras reverenciaba con una sonrisa.
Pasaron días, semanas, meses, y dos años, ese fue el tiempo en el que ambos amantes se declaran su amor y mutuamente se entregan uno al otro; ese mismo tiempo que el menor de los Min junto a su abuelo planeaban acabar con la paz de los cuatro reinos.
Justo aquella noche de Luna Roja, la primera guerra se hizo presente contra los demás Reinos sobre todo para Jiang-Woo, saber que su hermano era quién lo traicionaba.
-Yoongi... - Dijo mientras se encontraba herido.
-Hola querido hermano...- Sonrió. - No sabes cuanto te odio, y cuanto deseaba verte así.
-¿Por qué?- Preguntó mientras se quejaba de dolor.
-¿Por qué? - Rápidamente el menor clavó su espada en el pecho ajeno. - ¿Ya te dije que te odio? - Río. - Debes de tener las cosas claras hermanito, siempre has hecho todo lo posible para quitarme lo que me pertenece, y lo más justo es que hoy reclame lo que por derecho me corresponde al igual...- Movió la espada sin sacarla. - que tu felicidad.
Jin esa misma noche estaba en aquella duna esperando a su amado durante horas, pero él no llegaba. - "¿Qué habrá pasado?"
-Mi señor...- Reverencio su general estelar.
-¿Qué sucede?
-Hay una fuerte revolución por las tropas infernales...
-¿Cómo?
-El menor de los Min ahora es el nuevo Rey.
-¿Qué pasó con Jiang-Woo?
-El antiguo Rey se quitó la vida, dejando una nota... - Está fue entregada.
Sin haber sido abierta aquella carta el corazón del dios comenzó a dolerle, la simple idea de que quien amo terminó quitándose la vida era algo absurdo, estaba más que claro que había algo detrás de aquella carta.
-¿Cómo la tienes?
-Él mismo antes la envió para usted...
Lentamente, Jin abrió aquella carta en la que decía:
"Sí estás leyendo esto querido, debes de entender que ya no estoy aquí por qué decidí el camino de la cobardía el camino de la muerte y ya no volverte a ver porque nunca te amé, jamás lo hice solamente era algo que planeaba para hacer caer al Reino de los Dioses.
Espero que seas feliz...Atte. Min Jiang-Woo "
Jin solamente cayó a la arena entre lágrimas y gritos, había sido usado todo para algo tan bajo, había jugado con su corazón que ahora ya no lo sentía palpitar. Esa misma noche calmó su corazón hiriente y tomó su ira para terminar lo que ya se había dado inicio.
Solamente Seokjin buscaba entre su dolor..."venganza" y encontrar el cuerpo de quién ahora ama y odia a la vez.
Para Min Yoongi recordar la triste muerte de su gemelo fue más que satisfactorio.
Él sabía que lo más probable esté junto al templo de las almas buenas en el cielo, nunca fue capaz de hacer las cosas como se debían y entre ellas liberar a todos los demonios, recuerda la vez que liberó a aquel demonio hermoso y que desde entonces no sabe nada de él, bueno en realidad supo que se quitó vida.
-¿Qué será de ti Jeon Kyong? Tu espíritu ha de haber venido aquí desde hace mucho tiempo, pero nunca llegó, fuisteis muy cobarde como para matarte. -Río negando.
-Veo que estás feliz querido...
-Sí y mucho Hoseok. Sabes que recordaba a Jeon Kyong.
-Él murió hace mucho tiempo Yoongi, sabes muy bien que él jamás regresaría aquí.
-Cierto, pero en fin ya dejemos de hablar de esto. -Dijo mientras acariciaba el rostro de su chico. - ¿Ya está todo listo?
-Ellos partieron hoy en la mañana, estarían llegando en unas horas.
-Bien.
-Deberíamos salir de aquí. - Asintió mientras lo abrazaba por la espalda y caminaban hasta la salida.
Jin desde la guerra y desde aquella carta jamás supo de quién supuestamente le juró amor.
-Desde entonces Jungkook vivo lejos del amor porque sé que me hará daño.
-¿Qué pasaría si estuviera vivo?
-Lo mandaría otra vez al infierno.
-Jin, lo siento por haberte dicho que me contaras todo tu pasado.
-No te preocupes, come mientras que yo iré a por unas rosas. - Se acercó a la salida topándose con Taehyung, este se dio cuenta de que estaba con los ojos llorosos sin decir nada el mayor salió dejándolos solos.
-¿Por qué Jin está triste?
-Por su amor...-Suspiro mientras que el inmortal entendía todo a la perfección.
Jin camino hasta salir de aquel Pabellón y llegar hasta los Rosales del Reino, cayó lentamente al suelo y lloró en silencio. Su corazón gritaba que lo odiaba y eso nadie podría hacerlo cambiar porque a pesar de existir el tiempo aquella herida seguía sin sanar.
-Llorar frente a las rosas sabía que es sufrir por amor. - Comentó alguien a sus espaldas, lentamente Jin secó sus lágrimas y se levantó para poder encarar quién estaba detrás de él. - Tomé, no es bonito ver a alguien hermoso como tú llorar. - Dijo mientras le entregaba aquel pañuelo.
-Gra-Gracias. -Sonrió mientras secaba aquellas lágrimas.
-Su rostro está sucio.
-¿Perdón? - Rápidamente el dueño del pañuelo se lo quitó lentamente y pasó este por las partes de su rostro sucio a causa de la tierra húmeda.
El mayor solamente se mantuvo inmóvil y asustado en el sentido de tenerlo muy cerca de él. - Listo.
-Gracias.
-¡Oh! Me presento soy Kim Namjoon.
-Kim Seokjin, mucho gusto.
-¿Eres el Dios de las constelaciones?
-Sí. - Está escena me parecía un déjà vu, recordaba la vez que conoció a quién amó y ama hasta ahora por más que odie la idea de hacerlo.
-¡Oh!, no, no vuelva a llorar su triste rostro no permite ver su verdadera belleza.
-¿Tú eres quién plantó estas hermosas rosas?
-Sí, me di cuenta de que faltaban por aquí así que pedí rosales de diferentes colores para colocarlos aquí. ¿Le molesta?
-No, no para nada. - Disintió. - Solamente venía a pedir unos rosales.
-Claro, espere aquí. -Dijo mientras lentamente cortaba las rosas de aquel jardín y quitó de ellas las espinas. - Listo.
- Le quitaste las espinas.
-Sí, sería muy triste ver que sus manos se dañaran por las espinas de los rosales. - Cortó una más. - Esto es para usted. - Dijo mientras le entregaba aquella hermosa rosa blanca.- Del pedido que hicieron me llegaron estas rosas sin espinas. -Sonrió. - Espero que la acepte.
-Gracias. - El color de los ojos de Namjoon eran muy llamativos para Jin, son verdes como las hojas de las rosas y marrones como la cálida base de la tierra. - Y-Yo me tengo que ir. Gracias una vez más Namjoon.
Sin decir más el mayor dejó al de cabellos castaños con una sonrisa formándose entre sus labios dejándose ver aquellos pequeños hoyuelos. Por una extraña razón el corazón de Namjoon latía muy rápido, pero aceptaba ver a aquel misterioso Dios le hacía sentir feliz.
Jin regresó al Pabellón Rojo justamente a la cocina. -¿Qué haces Jin? - Preguntó Taehyung.
-Estoy cocinando no ves. Siempre tu Pabellón se niega a preparar algo para los invitados.
-¡Ah! Es por qué no me interesa eso, no le tomo importancia. -Jin solamente rodó los ojos.
-¿Jungkook terminaste de comer?
-Sí, he comido y he lavado. -Habló mientras deshojaba los pétalos de las rosas.
- La Rosa blanca no le hagas nada. - El menor asintió.
-¡Terminé! -Dijo mientras alzaba sus manos. - ¡Oh!, este pañuelo es de Namjoon.
La atención de Jin viajó a Jungkook. - ¿De quién?- Preguntó el mayor.
-De Namjoon, este es su pañuelo, ¿dónde lo viste?
-En los rosales saliendo de aquí, me ayudó a cortar las rosas. - Dijo mientras le quitaba aquel pañuelo. - Parece que para evitar lastimarse con las espinas lo envolvió con aquel pañuelo.
-Me alegra saber que hayas conocido a mi amigo.
-¿De dónde se conocen?
-Nos conocemos desde cuando llegué al pueblo pasando la montaña. Pero él fue uno de los primeros grupos en estar aquí.
-¡Oh! Ya veo. - Dijo mientras colocaba detalladamente los pétalos de las rosas en cada plato, previamente haber guardado el pañuelo.
Caída la tarde todo estaba listo para dar la bienvenida a los huéspedes, en el gran salón se encontraban el mayor, Taehyung, Jungkook al lado del inmortal, Seokjin al lado de ambos y los discípulos más queridos del mayor.
La gran puerta del Salón se abre haciendo pasar a los invitados, los sirvientes siempre mantenían la cabeza abajo, pero Taehyung no se lo permitió a Jungkook.
-¡Bienvenidos!
-Muchas gracias, mayor. - Habló una voz masculina esa misma que Jungkook reconoció y en la que sus ojos se hicieron grandes como plato.
-Me alegra saber que están bien. Joven Park me alegra saber que haya venido.
- Gracias, Mayor Liang.
La expresión facial de Jungkook no era nada buena sobre todo estable su color de piel se había tornado pálida.
-¿Jungkook? - Susurró Jin. - ¿te encuentras bien?
La atención de Taehyung viajó al rostro de Jungkook se había dado cuenta de que no estaba bien. Sobre todo entendía una sola cosa, eso tenía que ver con los presentes.
-Yo me encuentro bien. -Sonrió.
Taehyung no podía hacer nada por más que sea su sirviente. - Baja la cabeza solamente has eso luego buscaré la manera de que puedas salir de aquí. - Habló el inmortal y solamente el menor asintió cumpliendo en silencio la orden.
-Taehyung, Seokjin saluden a nuestros invitados. -Río el mayor, ambos se miraron y luego se levantaron de sus asientos para después acercarse hasta ellos.
-¡Bienvenidos! - Saludaron al unísono.
-Gracias. - Habló Jimin. - Gracias por su hospitalidad. - Este estiró la mano hacía Taehyung, pero este por una extraña razón no la aceptó.
-¡Jaja! No, no de nada Park Jimin. - Habló Seokjin mientras recibía el saludo del mortal. - Espero que tengan una buena estadía. - Sonrió, luego de ello este lo soltó.
-¡Bueno, disfrutemos del banquete! - Habló Liang, luego ellos regresaron a sus lugares y los invitados a sus respectivos asientos.
-¿Por qué no le recibiste el saludo a Park?
- No lo sé, pero hay algo en el que no me gusta.
-Bueno... esa idea la comparto contigo pero yo con ambos. - Susurraron entre ellos.
-¿Cuál será el primer platillo de la tarde? - Jin se levantó de su asiento.
- El platillo de mi Pabellón es el siguiente...- Ante ello los sirvientes llegaron con los platillos. - es carne al vapor enrollada con pétalos de loto bañada en mermelada de cereza.
-Bueno sírvanse. - Sonrió.
Ese fue el primer platillo de la tarde que disgustaron y que fue un exquisito manjar.
El último manjar fue por parte del Pabellón Rojo. - El platillo de mi Pabellón son codornices fritas bañadas en azúcar y detalladamente decorada con fresas y pétalos de rosas.
Aquel banquete al fin había terminado, Jungkook podía respirar tranquilamente, ya que evitaría ver a los "invitados" gracias a que vive dentro del tenebroso Pabellón Rojo.
Camino por el puente del río sin imaginarse que se encontraría con Jimin, suspiro y camino de largo. - Disculpe. - Este tomó del brazo de Jungkook y rápidamente este se soltó cayendo de rodillas y rompiendo aquel Jade blanco en forma de Luna, la mano derecha de Jimin se había cortado por causa de esta.
Jungkook pensó por un momento seguir con su camino y llegar a dormir al Pabellón Rojo, pero sus pies y su conciencia misma le impidió.
-Perdóneme. -Dijo mientras ayudaba a mantenerlo de pie gracias a que no podía ver a causa de él mismo. - Me había asustado.
-Descuida. -Habló. -Disculpe, ¿cómo te llamas?
-Jeon Kyong
-Tienes un hermoso nombre y un gran significado. - Sonrió. - Perdóname por preguntar tu nombres, pero tu voz se me hizo conocida de alguien muy especial para mí.
-Descuide. - Jungkook se fijó en aquel objeto hecho trizas. - Disculpe por romperlo.
- Hablas de eso, no te preocupes pensaba de todas maneras tirarlo al río no pensaba quedarmelo.
-Permítame llevarlo a sus aposentos y curar sus heridas. - El mayor asintió.
Fueron llevados hasta los aposentos de Park, Jungkook ayudó a que él se sentará mientras buscaba la caja en donde se encontraban las vendas terminada tal acción Jimin agradeció.
-Buenas noches., me tengo que retirar.
-¡Espera! ¿Puedo tocar tu rostro? - Preguntó.
-¿Qué?
- No te lo tomes a mal, pero quiero saber cómo te ves físicamente. ¿Puedo?
- Está bien. - Lentamente, las manos de Jimin viajaron al rostro de Jungkook, primero tocó sus mejillas, luego sus ojos, después su pequeña nariz y cómo concluyó llegó a los labios del menor.
-¿Jungkook? - Los ojos del menor se abrieron cómo plato.
- ¿Perdón? Creo que me está confundiendo recuerdo haberle dicho mi nombre.
-Lo siento Jeon Kyong, pero tu voz, tu rostro y la de él son tan idénticas que podría jurar qué son uno solo.
- Perdóneme, pero yo no me llamó Jungkook mucho menos soy idéntico a él. - Se levantó. - ¡Buenas noches, señor Park! - Sin dudar se acercó a la puerta.
-Jimin
- ¿Perdón?
- Jimin, solamente dime Jimin, Park era mi difunto padre.
-Ha-hasta luego. - Sin decir más salió de ahí caminando hasta la entrada del Pabellón Rojo. Aquella oración formó una aceleración en su pecho al enterarse de que el Señor Park ya no había rastro de vida en él.
-Hasta que te dignas a llegar. - Un susto provocó en Jungkook al escuchar la voz del inmortal mientras estaba de brazos cruzados y recostado en aquella pared de piedra. - ¿Dónde estabas Jungkook?
El menor no dijo nada. - ¡Ash! Ya olvídalo, pero no vuelvas a hacer lo mismo, acompáñame a beber. -Tomó la mano de este y lo llevó al mirador.
-¿Qué hace ese árbol de cerezos ahí?
-Es muy hermoso, ¿verdad?
- Sí, lo es.
- Sí, pero no debes de tocarlo, ¿me entiendes? - El menor asintió. - Ven siéntate. - Este obedeció, el mayor miró a Jungkook y sin entender tomó la copa vacía y la hizo sonar en la mesa.
Jungkook entendió y le sirvió para luego llenar su copa y beberla rápidamente. - ¡Oye, tómalo con calma así te embriagarás! - Dijo el inmortal después de reír levemente.
"No hay brindis"- Pensó Taehyung.
- Sí, te da miedo qué haga una estupidez estas equivocado tengo buena resistencia al alcohol. - Confesó.
-Me di cuenta de algo en el banquete Jungkook.
-¡Ajam!. - Dijo mientras volvía a llenar la copa y tomó de ella.
- Me di cuenta de que los invitados son alguien que conoces. - Aquella conclusión hizo que Jungkook escupiera de su boca el vino. - Lo tomaré como un sí. - Hablo tranquilamente mientras bebía otra copa más de alcohol. -¿Quiénes son ellos Jungkook? ¿Quiénes son como para que tú termines tan mal?
(5810 Palabras)
Maybe not in this life but in the next
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