-=₪۩۞۩₪= CAPÍTULO 02 =₪۩۞۩₪=-
Si Jimin en esos instantes podría describir al ver tales escenas después de haber llegado a la ciudad en tan solo veinte minutos, lo haría, pero su corazón lleno de miedo al imaginar que perdió lo que tanto amo, le asustaba.
Eso era lo que sentía "miedo", un terror que invadía todo su ser, de pies a cabeza. No entendía, cómo en tan poco tiempo y sobre todo en una noche de felicidad haya terminado en una tenue sombra sin retorno a la luz del día.
Maldecía por lo bajo en el instante que obedeció a su padre en salir de la ciudad e irse al "templo". Su única preocupación ahora era Jungkook, la única persona que pasaba por su cabeza y en el riesgo que podría correr era él, si claramente aún seguía con vida. Y por un momento su padre pasó a un segundo plano, sabía que lo protegían guardias del Reino y eso lo calmaba un poco.
Fue camino al Palacio, con la seguridad que Jungkook se encontraría en aquel lugar junto a la princesa, con su espada en mano y con los guardias que en un momento conducían el carruaje con destino al "templo".
"Solamente aguanta un poco más Jungkook, yo te salvaré" .- Pensó un determinado Park Jimin, en ese momento no le importaba quién pasaría por su espada para mantener a salvo a quién amaba.
El ex-general Park, reverencio ante su autoridad. Después de abrir extensamente de par en par las puertas del Reino. Aquellos soldados enemigos listos para la batalla estaban más que eufóricos y así se dio el choque de espadas contra los cuerpos que a los pocos segundos, ya eran inertes para la vida humana.
"Él solamente es un peón"- Pensó quién ingresaba por la puerta principal.
El ex-general solamente luchaba junto a su espada, aquella que durante muchos años había tenido en mano para tener la victoria del Reino que ahora traicionaba.
La batalla era inevitable y por lógica ya se veía ganada por parte de la gran tropa del inframundo.
Las calles se veían bañadas en flores rojas, tan candentes que destrozaban todo a su paso. La sangre bañaba las paredes y el frío suelo de cada rincón de él.
Ya una vez sin que nadie esté a su alrededor, sobre todo alguien que amenacen sus vidas, pudieron intercambiar algunas palabras.
-Otra vez nos vemos Park. -Saludo aquel hombre de cabellos castaños. - Es...- Inhalo levemente.-, es placentero volver a llenar mis pulmones con oxígeno.
-Eso me alegra saber joven amo. - Reverencio el mortal mayor.
-Aunque...-Intervino el joven.
-¿Qué sucede?
-Hace un... un poco de hambre... - Miró atentamente a aquel viejo. - Y ya que no hay nadie aquí, estoy seguro de que estarás de acuerdo en alimentarme de ti. - Sonrió.
-Yo...- Park sabía que si tenía que abrir el tercer ojo del inframundo, lógicamente debía de pagar un alto precio. Y eso era lo que su menor le proponía.
- Park, sabes que invocarnos tiene un alto precio por parte tuya sobre todo. Y debes de darme algo en el que tú... -Miró atentamente. - Lógicamente, debes de pagar, al menos que tu descendencia pague los altos precios de tus pecados.
- ¡Eso no! - Habló fuerte y claro. - No permitiré que arruines lo que he forjado en vida.
-Entonces lo tomaré como un sí.
Inmediatamente, aquel ser que se caracterizaba por tener unos brillantes ojos los cambio unos negros, tan oscuros como la noche misma.
Y tomando sus ropas para levantar al viejo Park del suelo y absorber toda su alma. De eso se alimentaba Jung Hoseok, de almas sea hombres o mujeres, pero lo que jamás ha podido y haría absorber la de un inocente niño.
Terminó de absorber y dejó a un tal Park, tan disecado como una momia o incluso como una uva añeja.
-¡Ah! No me serviste mucho al final de la noche. Solamente ayudaste a mi Rey y a mí...- Pateó al cuerpo inerte.-, me dejaste peor que al inicio no me he llenado ni mierda.
No le importó dejar a aquel ser disecado y caminó hacia Palacio para esperar a su Rey y acabar con la familia Real...
Inmediatamente, Taehyung, sé dentro en su camino en silencio y con seguridad que lo caracterizaba.
-Pensé que te habías largado de aquí y que dejarías de meterte en este asunto. - Sonrió el demonio.
-Veo que no has comido mucho, si sigues así quedarás como aquella víctima. - Habló sin importarle lo dicho anteriormente por parte del demonio.
-¿Por qué te importaría mi alimentación?
- Porque, si no te alimentas dejaría de ser interesante nuestro próximo encuentro. - Hizo un pequeño puchero.
-¿Y quién dice que habrá uno próximo? - Hoseok, rápidamente actuó para atacar al inmortal con sus poderes, pero desapareció de su propia vista. No se encontraba en ningún lugar y eso le molestaba aún más.
"Claro que habrá una próxima" .- Escuchó atentamente sin ver nada a su alrededor. - "Le quitaría lo interesante si terminamos con esto ahora" .-No escucho después nada, solamente su propia respiración y el sonar de su espada arrastrarse contra el suelo.
Prosiguió con su caminó llegando a Palacio, observó atentamente todo a su alrededor, estaba todo ardiendo en llamas.
Mientras que alguien intentaba atacar por detrás y él fue el primero en atacar con su espada y así fue que comenzó un choque de armas.
Hoseok frente a Ki-Moon ambos príncipes, luchaban sin dudar lo que buscaban. Ellos sabían, que solamente uno se mantenía de pie y que el otro moriría por su espada...
Silencio era todo aquello que sentía a su alrededor Jungkook, y un gran peso encima de él.
Despertó y entendió que seguía vivo, se movió de su lugar y observó atentamente que estaban personas sin vida encima de él.
Lentamente, se movió y salió de aquellos escombros humanos, miró atentamente a su alrededor y vio todo rodeado de muerte, pensó o imaginó que era más que una maldita pesadilla.
-¡Jungkook! - Observó atentamente quién era que le llamaba. -¡Jungkook! - Era la princesa y ni bien vio al chico corrió hacía él. - ¡Jungkook, hijo!
-Majestad...- Habló mientras la veía de pies a cabeza. Su estado era sano y eso le calmaba. - ¿Se encuentra bien? - Pero siempre hay que asegurarse de todo.
-Estoy bien niño. - Sonrió la mujer y lo abrazó dulcemente. Hasta que vio un soldado enemigo que atacaría al niño y ella rápidamente actuó haciendo que sea ella lastimada en su espalda.
Jungkook, vio atentamente como la princesa cayó lentamente.
-¡Majestad! - Habló desesperado. Mientras que aún detrás de él seguía quien atacó a la princesa y en ese instante este levantó su arma para atacar al joven a los pocos instantes en el rostro de Jungkook cayó sangre ajena.
Él se mantenía con los ojos cerrados por miedo hasta que en ese instante al sentir sangre ajena abrió lentamente y frente de él, estaba Park Jimin con su espada ensangrentada y aquel soldado sin vida.
-¡Jungkook! -Se acercó al nombrado. - ¿Estás bien? - Preguntó tomando de sus hombros.
"¿Estar bien?"- Pensó. - "Qué pregunta más incorrecta". -Lentamente, dejó a la princesa acostada en el suelo mientras que ella estaba inconsciente por causa de la herida.
Luego se levantó del suelo lentamente sin dejar de ver quién estaba delante de ellos y con este él le seguía la acción.
-¿Estás bien Jungkook? -El silencio de Jungkook para Jimin era agonizante.
Rápidamente, la espada del soldado muerto pasó por los ojos de Jimin dejando que de ellos sangren mientras que él cubría sus ojos.
-¡TU MALDITA RATA! -Habló uno de los hombres de Park. - ¡VAS A VER! - Levantó su espada.
-¡TÚ NO HARÁS NADA! -Habló Jimin.
Si en esos momentos Jungkook describiera lo que siente ahora, era más que odio y asco.
-¡Quién ose a traicionar a su Majestad o al Reino debe de ser condenado a cortarle la cabeza! - Habló Jungkook. - ¡Quién ose a ser cómplice de traición al Reino y a su conjunto, deben de vivir sin tener el derecho a ver! - Soltó Jungkook. - ¡Ahora dime, Park Jimin, ¡¿Cuál de los dos eres?!
Jimin, entendía de las leyes del Reino, creció sabiendo para ser el próximo general. Pero lo que no comprendía, qué era lo que trataba de decirle.
Mientras que los subordinados de Jimin estaban asombrados por tal memoria e inteligencia por parte del menor, se preguntaban, ¿Cómo un sirviente común podría saber de leyes?
Y eso era lo que pecaban, Jungkook había crecido en el harem del Rey y por lógica sabía más de lo que cualquier culta persona de clase alta podría aprender, ya que él no era un sirviente ordinario.
-¡RESPÓNDEME AHORA PARK JIMIN! ¿¡CUÁL ERES TÚ!?
-N-no te entiendo...
-¿Qué no me entiendes? ¡Ja! - Habló con burla. - Estoy hablando tu maldito idioma, ¿y no me entiendes?
Aun así no entendía nada Jimin. Por primera vez, la dulce voz de su Jungkook, ya no era la que ahora escucha.
-Bien. Te haré entender todo. Tu padre, a quién quieres tanto, provocó todo esto y estoy más que seguro que tú sabías de todo.
-¿Mi padre? - Era algo que se negaba.
-¡Ja! Ahora resulta que no recuerdas nada. Se ve que eres tú su maldito cómplice. Que decepcionante.
Jimin no entendía aún nada. ¿Por qué sería su padre? -Jungkook... yo...
-¡Joven Jeon! -Volteó a su alrededor y vio atentamente a los maestros de la princesa. - ¡Oh Dios! -Cubrió su rostro al ver al joven Jimin y a la princesa mal. - Tenemos que irnos de aquí.
-Jungkook...
-Vamonos maestro, las sombras se acercan debemos de salir de aquí y salvar a su Majestad, sobre todo mantenerla con vida. - El mayor asintió y llamó atentamente a su ave, mientras que Jungkook cargaba delicadamente a la princesa.
Los tres subieron al ave gigante, mientras que él hacía oídos sordos por parte de Jimin. La Fénix tomó vuelo dejando todo y sobre todo quién por un momento le profesó su amor.
Lentamente, la princesa fue despertando y respirando calmadamente el aire que sus pulmones necesitaban. -Jungkook... - Habló entrecortada.
- Majestad es mejor que no diga nada. -Habló Jungkook mientras la tenía abrazada con delicadeza.
Asintió ella mientras observaba atentamente lo que era su hogar. - ¡KI-MOON! - Gritó al ver a su hermano ser atravesado con una espada a manos de su verdugo. -¡NOOO! -Lloró.
Ya vio ver morir a sus padres y ahora su hermano, jamás se imaginó que él seguía en el Palacio. Ella ya había perdido una pequeña parte de razón de vida ahora solamente le quedaba una que sabía que protegería de todo mal.
Aún la noche estaba presente y eso era lo que le desesperaba a Jungkook. - Maestro, dígame que ella está bien. - Habló con los ojos llorosos.
El bosque nevado era cómplice de todo lo que pasaba y sentía Jungkook en esos instantes.
- La herida no es profunda. Ya está curada la herida con algunas hierbas que encontré por aquí, sí que descuide.
- Entonces... ella... ¿Se recuperará? -Su mayor solamente asintió.
-Su Majestad es muy fuerte. Estoy seguro de que con los cuidados necesarios ella sanará muy pronto.
-Es lo que debemos hacer a partir de ahora, estoy seguro de que sanará y trabajará en lo necesario para recobrar lo que perdió.
-Ahora solamente ella debe curarse. - Asintió.
-Jungkook...-Habló una suave voz. - Jungkook, mi niño...
-Majestad... ¿Necesita algo? ¿Cómo se siente? -Caminó rápidamente para acercarse a una pequeña cama de hojas secas justo dónde estaba ella.
-Me siento un poco mejor. -Habló mientras sus ojos tenían pequeñas lágrimas.
-No, no llore. Debe descansar un poco, para poder salir de este bosque.
Horas pasaron desde que Jimin perdió de vista a Jungkook. Desde que se alejó de él, Jimin se quedó solo porque primeramente...
-Joven Amo...
-¿Qué sucede?
-El ex-general...
-¿Qué le sucede a mi padre? -Preguntó preocupado. - ¡Habla!
Por más sea la triste verdad que Jungkook le haya contado él en su corazón quería a su padre, pero quitando todo aquel amor de hijo le tendría rechazo y completo odio.
-El ex-general está muerto...
Jimin, ahí entendió que ya nada era como antes todo lo había perdido y eso era más que seguro. Su corazón dejó de ser cálido y amable, cambio a uno frío como la temporada que era participé alrededor del todo se manchaba de rojo carmín.
-Jimin...
-No digas nada Lee. Es mejor que te mantengas callado.
-Yo... lo siento. -Bajó su cabeza.
-¿Por qué lo sientes? No ves que todo esto es a causa de mi padre. Perdimos todo a causa de él. Yo perdí más de la cuenta.
-Jimin...no lo culpes... No puedes creerle a un sirviente.
-¿Sirviente? - Preguntó. - Jungkook ahora me odia. Él es más honesto que tú Lee. Mejor es que cierres tu maldita boca. -Se levantó de su asiento para salir de ahí ya con una venda en los ojos, después de haber sido curado por quién trato mal.
Lee entendía el dolor que sentía Jimin, ya que él también perdió a sus padres y sobre todo a sus hermanos quienes lo trataron bien. Pero lo que no comprendía era de qué ¿cómo podría creerle a él? - "Por culpa tuya Jungkook, Jimin está sufriendo mucho. Por tú culpa hiciste que él odiara a su padre".
Su plan era salir de ahí, era lo mejor si es que no desean morir a manos de los hombres del Rey Demonio. Pero ese plan terminó otra vez manchando la nieve.
-¿Piensan escapar? -Habló Hoseok delante de ellos, después de cortar las cabezas de los hombres de Jimin.
Él no titubeó al escuchar el sonido de la espada con el cuerpo chocar, solamente guardó silencio y sonrió.
Mientras Lee, al ver tal atrocidad temblaba de miedo, con la nieve sobre sus rodillas, ambos estaban en esa misma posición.
-¡Oh, pero mira que tenemos aquí! - Volvió a hablar. - Un ciego y un pequeño miedoso. Veo que después de todo no me moriré de hambre. -Sonrió. - A ver... ¿Quién será mi plató de entrada y quién será mi plató fuerte? - Levemente lamió sus labios. - ¡Ya sé... tú! - Habló señalando a Lee.
-Déjalo...
-Cena por favor no hables. Silencio.
-Su-suéltame, te lo pido...-Lloró mientras intentaba alejarse de su verdugo con los ojos cerrados.
-Um... déjame pensarlo. - Habló y "reflexionó" .- Ya tomé mi decisión y ¿qué crees? ¡No! - Su mirada dulce cambió a una tenebrosa.
-¡Déjalos en paz Hoseok!. - Habló una voz autoritaria. Y el semblante del nombrado cambió como estaba antes.
-¡Mi Rey!. - Soltó a Lee y corrió hacía su amante para abrazarlo. - Ganamos...
-¿Estás bien? - Habló y él solamente asintió, levemente lo soltó.
Y en su campo óptico vio a dos jóvenes muy apuestos. Ambos repartían auras distintas, pero la más fuerte fue quién le llamó su atención y esa era la de aquel chico que no podía ver.
Lo que presentía Yoongi, era más que exacto. Su aura estaba rota, lleno de odio y resentimientos por razones que él ignoraba al igual quién estaba a su lado. Eso le hizo tener una buena idea. - Levántense. Necesito hablar con ustedes.
-¿Quién es usted? -Preguntó Jimin sin tener o sentir miedo a aquella voz gruesa y autoritaria.
-¿Quién soy yo? ¡Ja! Eso... eso lo sabrás después Park, ahora sé que ambos me servirán de mucho.
-¿Cómo sabes que mi apellido es Park?
-Gracias a tu apellido, mi Reino está agradecido por habernos liberado después de dos mil años. Tu padre nos liberó, y gracias a su fidelidad yo ahora le pagaré cuidando de ti.
-¿A cambio de qué? -Preguntó.
Yoongi entendió que Park hablaba su mismo idioma de negociación, eso le hacía saber que tenía un nuevo aliado...
-Eso ya lo sabrás. - o un nuevo títere.
Con solo una orden del Rey Demonio, ambos mortales fueron ayudados a levantarse del frío suelo y ser llevados a un lugar en donde puedan tener una "cálido diálogo".
-Jungkook...
-Dígame su Majestad...
-¿Puedo contarte una historia?
-Claro, cuénteme lo que usted desee...
- Hace muchos años para ser exactos hace dos mil años, los cuatro Reinos vivían en total paz. Ellos se conformaban por dioses, inmortales, mortales y demonios. Una estrecha y unida pirámide. Pero... un ser de corazón frío y despiadado cambió todo de cabellos rubios como el sol y de alma oscura como la noche, la cambió por completo desterrando al legítimo Rey.
-¿De qué Reino habla?
-Habló sobre el Reino del Inframundo. El verdadero Rey vive entre las sombras mortales mientras que el falso Rey Demonio vive y ahora después de tantos años está en el mundo humano.
-¿Qué quiere decir?
-El verdadero Rey Demonio, desapareció sin dejar rastro alguno, ambos eran gemelos, pero se cuenta que con su poco poder cambió su rostro. Y para acabar con el impostor, un maestro del Reino Inmortal creó una daga sagrada y lo apuñaló en el corazón, pero para pertenecer a esa daga debes de hacer un pactó de sangre.
-¿Cómo es la daga?
- Um... la verdad sé que la daga en su mango tiene un tallado de plata en forma de un tigre blanco. Y en el centro hay un pequeño cristal, ahí es dónde se encierran todas las almas.
-Entonces... lo que me está diciendo, tiene que ver con lo que está sucediendo ahora, ¿verdad?
-Sí... y para tener esa daga debemos buscarla en el Reino Inmortal y acabar con todo esto.
- Entonces... ¿debemos subir colina arriba? - Aquel bosque era quién se encargaba de unir al mundo mortal con el inmortal.
-Sí, y debemos de partir lo más rápido posible. -Se sentó levemente.
-¡Espere! Majestad, lo correcto es que usted no realicé tales movimientos.
-¡MAJESTAD!- Habló el maestro.
-¿¡Qué sucede!?- preguntó la princesa.
-Debemos salir de aquí cuanto antes las sombras están aquí.
-Jungkook, ayúdame, salgamos de aquí. Maestro apagué la fogata. -Ambos obedecieron y solamente tenían constancia de actuar rápidamente.
-¡Listo! Jungkook, ahora caminemos colina arriba.
-Pero...
-Vamos niño hazle caso a tú...- Detuvo la oración y luego volvió a hablar.- a su Majestad. -Rápidamente actuó el menor y ayudó a la princesa a caminar en pasos largos.
En ese momento los tres se vieron acorralados por la presencia de aquellas sombras hechas carne.
La princesa tenía una pequeña arma en mano y el maestro esperando para atacar a su enemigo con sus poderes. Mientras Jungkook, no le importaba estar al frente para golpear uno que otro que se le cruce en su camino y sobre todo de quién ahora debe de proteger.
El maestro mató a algunas sombras con la luz del sol, mientras que Jungkook protegía a la princesa sin dejar de repartir uno que otro golpe.
Hasta que rápidamente el enemigo actuó y lastimó otra vez gravemente a la princesa. -¡MAJESTAD! -Exclamó Jungkook con desespero y se acercó rápidamente hacia ella mientras que el sabio se extinguió quienes amenazaron con sus propias vidas y quién lastimó a su niña.
-Majestad...no, no, no... Majestad, por favor...
-Jungkook... M-mi querido fiel amigo... -Sonrió levemente.
-Majestad no hable por favor. -Hablé mientras la tenía en mis brazos y lloraba.
-Gracias, amigo mío...
-Pri-Princesa...
-¡Shh! -Llevó sus dedos ensangrentados a mis labios. - Mi reino ya no tiene a padre ni a madre, y mucho menos a mi hermano mayor...- Tragó un poco de aire. - Y no me tendrán a mí...
- Pronto se recuperará, la llevaremos a un lugar a salvo y usted vivirá bien y tomará lo que le pertenece...
-Sabemos que eso...-Sonrió.-, eso no es verdad amigo mío. Por eso quiero pedirte mi último deseo...
-(...)
- A partir de ahora serás tú quién tomarás mi puesto de princesa, cuando recuperes mi hogar... Estoy segura de que reinarás muy...
-Yo... yo no puedo ser un rey...
-Claro que lo puedes... -Tocio.- Solamente debes de prepararte y buscar la manera de acabar con aquellas sombras. Debes de armar un nuevo Reino, una nueva nación...
-Majestad y-yoo...
-Prométeme que lo cumplirás...
-Yo...- Cerré los ojos y lo pensé. - Yo acepto tomar todo lo que perdió hoy a nombre suyo.
-Este...es mi sello.- Mostró una insignia en forma de loto. - Tómalo y cuando sea el momento adecuado muestra esto diciendo que eres el legítimo y descendiente del Sur. Que eres el segundo hijo de sus Majestades.
-Per-
-Nadie conoció a la segunda hija de sus Altezas, tampoco dieron a saber si era una niña o un niño. - Sonrió. - Ahora mi sangre corre por la tuya...- Yo soy tu protectora...
- Majestad, prometo cumplir mi promesa. -Ella solamente sonrió.
- Cuídate mucho mi niño...-Sonrió.- Muy pronto nos veremos. Te quiero mucho...
-Y-yo también Majestad... -Lloró. -Yo también la quiero mucho...
- ¡Jungkook! Abrázame, tengo frío... -Así lo hizo, sin antes dejar entre susurros un "gracias".
Si exactamente habláramos del tiempo en el que Jungkook lloró a su Majestad, no habría terminado.
El frío incesante estaba presente entre el pueblo "estelar". Un pueblo completamente misterioso que se encargaba de trabajar al servicio de los inmortales.
Hoy iba a ser la preselección de ellos. Y Jungkook, estaba presente en silencio. - Hoy será la selección de quienes irán y trabajarán para los inmortales. - Habló una mujer de aproximadamente cincuenta años.
-Jungkook... ¿cómo crees que sea aquel lugar? -Habló entre susurros una amiga suya.
-Hasta dónde sé Dhana, dicen que es un Reino muy hermoso y el clima es variado. Tiene un hermoso mar de flores que entre ellas algunas de aquí se encargarán y realizarán perfumes para los señores. Se cuenta que también, tienen un gran y cálido lago, a pesar de tener entre corrientes de aire muy frías el lago se mantiene caliente y que la mayor parte del año hay nieve.
-Suena muy lindo pero a la vez muy frío.
-Vamos, después de todo no será tan malo, analiza las cosas tendrás una gran ración de comida caliente y un buen techo y sobre todo vivirás bien.
-Ahora que lo dices.... suena bien más que eso lo veo como perfecto.
-Entonces...
-Voy, si aparezco en la lista.
Jungkook, sabía que ambos estarían en la lista. Por un lado, pagó mucho por ingresar a aquel Reino y en segundo todos sus ahorros se fueron a los bolsillos de quién ahora lo está por llamar.
-¡Jeon Jungkook y Seok Dhana! Formar, por favor. - La sonrisa de Jungkook se hizo presente y caminó hacia su nuevo camino.
Desde la muerte de la princesa hasta la actualidad han pasado cinco años y él ya con veintitrés años, Jeon Jungkook, daba inicio a su plan de venganza.
Trabajando por más de dos años en aquel lugar logró, lo que otros se demoran en tan solo seis años.
Eso era Jungkook ahora un hombre frío como el invierno mismo que invadía sus pulmones, él en ese proceso de aprendizaje cambió mucho y para bien, desde lo físico hasta lo mental, solamente quedaba demostrarlo sabiamente.
Pero lo que jamás desaparecía de él, era lo curioso. Miraba atentamente de un lado para otro todo lo que le rodeaba y eso que aún no llegaba al Reino.
Pasaron tres horas y al fin pudo ver su objetivo aquel Reino que le daría lo que al fin buscaba "la daga del tigre blanco".
Pasaron por el lago nombrado por Jungkook entre el mar de flores, los dulces aromas que sentía a su alrededor eran "mágicos" y a la vez "deliciosos".
Era embriagante y eso le hacía sentir un "déjà vu", no entendía las razones y el por qué su mente le hacía tal juego.
Sus pensamientos lo hicieron volar mucho a tal magnitud que no supo en qué momento ya se encontraba en un gran salón con objetos muy valiosos y exquisitos.
- Ellos... ¿son? -Preguntó una joven mujer de mirada sería.
-Sí, ellos son mi lady.- Reverencio la mujer mayor.
-Ya veo. Deiret, encárgate de la señora y llévala a la salida mientras que yo me encargaré de darles la bienvenida y llevarlos de paseo en las instalaciones del Castillo.
-Sí, hermana. -Inmediatamente, se acercó a la mujer. - Acompañe me por favor...-Señaló a la salida.
-Ahora ustedes síganme...- Todos reverenciaban y siguieron a la señorita.
Caminaron hasta llegar al gran mar de lotos. Para Jungkook ver aquellas flores le recordaba su hogar mismo que perdió tiempo atrás. Y mientras escuchaban atentamente el sonar de la flauta, para los demás era algo asombroso.
Estaba un hombre sentado en una gran roca mientras entonaba tales hipnóticas melodías, cosa que pasó fuera de interés a Jungkook.
Pero... Dhana, ya había caído en tales encantos, Jungkook hacer reaccionar a su amiga era ya dado por perdido.
Y entendí que aquel hombre era muy guapo. No negaba haberle echado el ojo una o dos veces, pero ya no más, porque quien lo miraba detenidamente era el inmortal y eso le incomodaba mucho.
"¿Acaso mi rostro está sucio?" - Pensó Jungkook. - "¿Por qué me mira tanto?"- Cerró los ojos. - "¡Oh, vamos Jungkook, lógicamente está atento a tu amiga"! "Inmortal pervertido".
- Hermano mayor.- Reverencio. - Buenos días.
-Hola Lia. - Saludo. - Y... ellos, ¿quiénes son?
- Son los nuevos sirvientes, hermano. - El mayor asintió. - Estaba dándoles un pequeño recorrido por las instalaciones.- ¡Lamento la interrupción! - Reverencio.
-Descuida, esta bien. No hace mal, tener un público tan exquisito por la música. - Sonrió.
Dhana, tenía en su muñeca un brazalete de Jade que era de su familia y que cayó en el mar de lotos. - ¿Esto es tuyo? - Preguntó el inmortal coqueto al aparecer tan rápidamente ante los ojos de Jungkook y de su amiga después de recoger el objeto.
-S-sí, ese es mi brazalete. - Habló la joven con la cabeza agacha.
-¿Cómo algo tan valioso y delicado podría caerse de tus suaves manos? - Preguntó acariciando manos ajenas.
"Deja de coquetear con mi amiga, inmortal pervertido, aléjate de ella"- Pensó Jungkook, mientras observaba tal escena. - "Saca tus manos pervertidas e inmortales de mi amiga, ¡loco!".
La pobre amiga de Jungkook, estaba más roja que un tomate, sus mejillas estaban más calientes que el mismo fuego, y para que él que estaba frente suyo no viera tal desastre mantenía aún su rostro abajo. - Eres muy hermosa. - Halago el inmortal, después de levantar levemente el rostro de su amiga.
-Gra-gracias. - Todos los demás estaban presentes en tal escena para unos era asombroso, para otros interesantes, pero para Jungkook un verdadero asco.
-¿Puedo besarte? -La pregunta estalló para todos incluyendo para Jungkook, jamás pensó que aquel loco con más de mil años, hiciera tal pregunta.
-Bésame, bésame...- Habló una chica entre sueños. A Jungkook eso le irritaba, porque sabía con quién su tonta amiga soñaba.
No le gustaba que su amiga esté delirando y sobre todo con aquel "inmortal pervertido" como ya lo había tildado. Y eso era para Jungkook aquel Kim Taehyung, un inmortal pervertido.
Sí que no esperó más y llevó un vaso de agua al rostro de su amiga, así despertando rápidamente. -¡Ahora de píe! -Ordenó Jungkook con los brazos cruzados.
-¿Qué? ¿Dónde estamos?
-Estamos en nuestra habitación. Tuve que decirles que somos hermanos para que nos dejen estar juntos.
-Me duele un poco la cabeza. ¿Qué fue lo que pasó Jungkook?
- ¿No recuerdas algo?
-¿Qué debo de recordar?
- ¡Agh! Mejor deja las cosas de esta forma y...
-¡Espera! -Habló fuertemente. - Ahora que lo recuerdo...
- ¿Qué sucede?
- Alguien...
-¿Alguien qué?
- Un hombre...
- ¿Un hombre qué?
- Era muy guapo, alto y con una linda piel. - Cubrió su rostro por vergüenza. - Él... él me iba a...
- Besar...
- Sí, besar y yo...- Cerró los ojos e hizo sus labios, como si fuera a besar a alguien en el aire.
- Tú te desmayaste. -Golpeó levemente los labios de su amiga, haciendo que ella caiga otra vez acostada.
-¿Eh? ¡Espera! -Volvió a su antigua posición. - ¿Cómo me desmayé? ¡¿Cómo fue eso posible?! Si yo misma lo vi tan real...- Suspiro.
- Exacto, te desmayaste y gracias a mí no te golpeaste tú dura cabezota. Y sí, hablas de que ese inmortal pervertido te besó fue solamente una ilusión de tu subconsciente.
-Entonces, todo lo que vi después de desmayar me fue una ilusión.
-Sí, nada más y nada menos que una ilusión.
-¡Noooo! Yo quiero que sea real, no que sea algo de mi subconsciente. - Comenzó a llorar.
-No es nada. Agradece que te desmayaste...
-Jeon Jungkook, lo mejor es que hagas silencio, si es que no quieres recibir una patada en tu trasero.
Jungkook río internamente y salió de la habitación dejando a su dulce y cariñosa amiga llorar, porque vamos él no es bueno consolando a las personas.
Al fin su primer plan de la lista estaba presente y ya este era tachado mentalmente, estaba más que feliz por lo cometido.
-Es muy hermoso el lugar...-Sonrió.- Tal vez caminar un poco por aquí me haga conocer un poco.
Sinceramente, eso era, por un lado, y por el otro era encontrar dónde estaba aquella reliquia.
En sus espaldas sentía que alguien le seguía, así que se apresuró en caminar sin dar ningúna sospecha. - "Debe de ser ese inmortal pervertido "- Pensó estaba más que seguro de quién lo seguía y por esa misma razón tuvo que olvidar el porqué estaba ahí.
Se detuvo y en su hombro derecho sintió una mano y que volteó para atacar con una pequeña navaja, hasta que vio atentamente quién era y la bajo.
-¿Qué haces aquí? - Preguntó el menor.
- Yo solamente te hacía compañía...
-Estás perdido, ¿verdad, Namjoon?
-No, no por supuesto que no estoy perdido...
-Ajam... Claro, entonces ve y regresa.
-Bu-bueno sí, sí estoy perdido. ¿Co-contento?
-Solamente deberías decírmelo.
-¿Puedo acompañarte?
-Está bien. ¡Vamos! -Asintió el mayor siguiendo al niño.
Lo que Jungkook pasó por alto o que verdaderamente intuyó y lo dejó de lado era que Kim Taehyung sí era quién lo seguía en silencio.
-¿Cómo sigue Dhana?
-Pues bien... pero la dejé...
-¿Por qué?
-Comenzó con sus rabietas de niña caprichosa. -El mayor río al acordarse de lo que pasó meses atrás.
-Es por qué se desmayó, ¿verdad?
-Sí... ¡Espera! ¿Cómo sabes eso? Tú, no llegabas todavía aquí.
-Cuando llegué, todos los que trabajan aquí e incluyendo las y los guardias hablan sobre lo que pasó esta mañana. Y que el ser inmortal le ofreció besar a la niña, cuando ella lo iba a besar...
-Se desmayó...-Suspiro.- No, entiendo por qué se enojó, es mejor que ella se haya desmayado a que lo haya besado.
-Es chistoso parece sacado de un libro de comedia.
-Por culpa de ese inmortal pervertido, Dhana me culpó.
-Ya me imagino cómo habrá reaccionado.
-No actuó nada lindo conmigo.
-Debes de entenderla, era su única oportunidad de estar al lado de un inmortal.
-¡Aish! Ella y sus cuentos de niña. No se da cuenta de que ya creció.
-Deja de ser tan gruñón Jungkook, ella solamente tiene quince años. - Defendió. - O dime, ¿nunca tuviste quince? Claro que los tuviste, todos en algún momento lo tuvimos y claramente soñamos despiertos.
Claro que Jungkook le daba la razón a Namjoon, lo entendía, la verdad es que pequeñas cosas que hace su pequeña joven amiga le hace recordar a momentos en los que pasaba con su Majestad.
-Solamente debes de cuidar de ella, recuerda que ella perdió mucho.
-Tienes razón, debo de cuidar de ella.
-¡Ahg! La noche es muy fría en estos lugares. Por cierto, he escuchado que vendrían gente de dónde tú provienes.
-¿Quiénes?
-No se sabe, la verdad es que es el hijo legítimo del rey. Otros dicen que es burócrata que viene a resguardarse de los peligros.
-(...) - En el pequeño corazón de Jungkook, algo le hacía tener miedo o inseguridad por lo que se le aproximaba ante sus ojos. Ahí comprendió que debe de actuar rápidamente para no sufrir después. - Esperemos que su venida no sea algo contradictorio y que no provoque caos...
(5304 Palabras)
Maybe not in this life but in the next
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