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14

THYME ESTABA MIRANDO A UNA PARED SIN SIQUIERA REACCIONAR DE LO MAL QUE ESTABA, LA FIESTA HABÍA ACABADO POR el error de MJ al soltar el hilo, teniendo que ir a esconderse todos al cuarto de Thyme.

—Yo dije que tenía que irse más a la derecha—Lawan miró sus uñas con indignación— pero no, nunca me hicieron caso.

—Yo pido disculpas—Katherina hizo una mueca— se que fue en parte mi culpa.

—Fue culpa de todos—Mayra suspiró— ¿no quieres ir a verla, Thyme?

—Thyme ni siquiera puede articular una palabra—MJ hizo una mueca— se que fue mi culpa, no debía dar la idea de hacer esto...

—Todos queríamos que Rosalyn se detuviera, creo que si le hubieran avisado a Anong, pudo haber sido mejor...—Lawan siguió hablando— de todas maneras, no van a comprometerse

—No es gracioso, Lawan—MJ intervino.

—No lo decía con ánimos de risas, lo dice en serio—Kavin le cortó.

—¿Por qué Ren no habla?—Kath preguntó, buscándole con la mirada.

—Ren fue a prepararle algo de tomar a Thyme, al parecer sigue en shock.

Ren entró luego de unos minutos con un té con miel, yendo hacía un rincón donde Thyme estaba sentado y abrazando sus rodillas.

—Thyme, bebe un poco...—Ren habló suave, acercándole la taza a los labios— no va a quemarte, lo prometo

—¿Crees que ella me odie?—soltó mirándolo, con los ojos comenzando a picarle— le prometí que iba a cambiar y no lo hice...

—Thyme, no fue tu culpa... nosotros tuvimos la idea—Ren suspiró— y no, no va a odiarte...

—Ren, le prometí que iba a cambiar y la humillé frente a todos, en su fiesta de bienvenida y compromiso—tragó un poco de té, tomando con temblores la taza— ella tenía razón, soy un monstruo...

ANONG ESTABA BAJO LA LLUVIA ARTIFICIAL HACE MEDIA HORA, FREGANDO SU CUERPO con la esponja con violencia, a pesar de que la sangre ya había salido de su cuerpo, incluso, estaba ahogándose con el llanto que estaba atrapado en su garganta.

Kim, miraba ansioso la puerta del baño mientras Pat abrazaba a Dan, quién estaba demasiado afectada por la situación, tanto así, que ni siquiera podía entrar al baño de lo doloroso que le parecía escuchar a su hija cadi gritar del llanto.

—Realmente si así esta ahora, no puedo ni imaginar como estaba en ese internado, sola—lloriqueó la mujer, tapando su rostro— ¿por qué fui tan mala con mi propia hija?

—No teníamos opción, Dan, no fue tu culpa...

—Si lo fue, todo por culpa de ese mocoso que tiene como hijo—gruñó molesta, volteando a ver a su esposo— vendí la vida de mi hija porque ella estaba jugando con la vida de mi mamá...

—Nadie iba a pensar que Rosalyn iba a ir tras ella, de todas maneras, tu madre...

—Yo sabía que no iba a vivir de todas maneras, pero... no lo sé, me aferré a la idea de que debía salvarla cuando claramente no avanzaba

—Iba a desconectarla sin siquiera consultarlo, aveces tomamos malas decisiones...

—No me justifiques, Pat, lo que hice estuvo mal—volteó a ver a la puerta— yo no le di amor a mi hija cuando lo necesitaba, ahora esta sola, sufriendo ahí dentro y duele, duele tanto como haberla perdido

Kim miró a la pareja, notando lo desanimados que estaban, realmente el choque de realidad de Dan era demasiado fuerte que ni siquiera podia imaginarlo, incluso, para el lo estaba siendo también.

—¿Puedo entrar?—Preguntó— no le doy más de dos minutos y se va a desmayar ahí dentro

—¿Sabes cómo calmar una crisis?

—No, pero entre empeorar la crisis o que se golpee la cabeza contra la llave del agua o el suelo, prefiero empeorarla

—Yo iré—Dan se puso de pie, yendo a pasos temblorosos a la puerta del baño— de todas formas, es mi hija...

La mujer giro la manilla, agradecida de que estuviera abierta y entró, cerrándola a sus espaldas.

—Anne, cielo, estoy aquí—habló tratando de ser fuerte, sintiendo su garganta cerrarse de lo afectada que estaba.

—Mamá, esto no sale...—la escuchó sollozar— estoy muy sucia, no puedo quitarla

—Anne, relájate—trató de darle ánimos— ¿puedo ayudarte?

—Mamá... esto no esta saliendo—ni siquiera le dio una respuesta.

Dan suspiró, por primera vez le daba igual si el agua de la ducha mojaba el suelo ni mucho menos si se ensuciaba con la sangre de animal, Anong era su única hija y lo importante era ella en esos momentos, por lo que, corrió con suavidad la cortina y ahí estaba, en ropa interior con sus brazos y piernas rojas de tanto fregar, incluso, habían pequeñas heridas que sangraban debido al roce violento.

—Cariño, ya salió—habló acercándose y tomando su mano— ya no estás sucia

—Pero mis brazos, mi pelo... mi... mi ropa—seguía angustiada, sin mirarla.

—Siéntate en el suelo, ¿si?, voy a bañarte...—habló cambiando con un pituto la corriente del agua, pasando de la lluvia artificial a la llave de la tina.

—Mamá...

—Anne, siéntate—pidió, tocándole un hombro para indicarle que bajará y la sintió tensarse y encogerse.

Sin duda, eso iba a ser demasiado duro para Dan.

DAN LE ESTABA SECANDO EL CABELLO A ANONG CON UNA SECADORA, MIENTRAS LA RUBIA comía un gran conejo de chocolate que Pat había comprado junto a Kim, y este último, estaba acariciando su mano libre mientras miraban en la televisión la película de Totoro,
más que nada, para mantenerla tranquila.

—¿Qué tal esta ese chocolate?, ¿está rico?

—Esta muy rico, mezcla el chocolate blanco con el de leche—sonrió como una niña pequeña— aunque, con el calor de la secadora se esta derritiendo

—Bueno, de todas maneras, ya acabé—sonrió la mayor— ¿quieres que lo planche?, ¿le haga ondas o...

—Esta bien así...

—Yo digo que deberías plancharlo—Pat sugirió— ¿no lo crees, Kim?

—Si, aunque hacerle ondas no estaría mal

—¿No?, ¿y que dices tú, mamá?

—Yo digo que con cualquiera te verías bien—sonrió desenchufando la secadora y ponerse frente a su hija, llevando una de sus manos a su nariz y sacar el piercing que estaba escondido— déjalo hacía fuera

—Pero a ti no te gusta...

—A mi me encanta, me encanta todo lo que te hagas, incluso, nunca habías estado tan linda—dijo honesta, besándole la frente— incluso, ese rubio te hace ver más radiante

—¿En serio?—sus ojos brillaron con emoción.

—Si, ¿crees que me quede?, quiero tinturarlo igual y que vayamos a juego

—¡Puedo hacerlo yo!—sonrió feliz.

Y Dan, sin poder imaginarlo y con el dolor de su alma por lo sucedido, pudo por fin conectarse con su hija... y sobre todo, iba a protegerla a toda costa.

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