12
LAS MADRES DE AMBOS COMPROMETIDOS ESTABAN HABLANDO EN PRIVADO, MÁS allá de que ambas tenían buenos motivos para romper el compromiso, no les convenía hacerlo, por lo que, ambas mujeres soltaban veneno de manera discreta.
—Noté que Anong llegó muy cambiada... Estados Unidos le... hizo bien—soltó cruzando sus piernas.
—Nada que decir de Tyme, está tan grande, es todo un caballero—achinó sus ojos, sonriendo falsa.
Ambas mujeres se odiaban y era claro el motivo: Anong. Sabía que era dura con su propia hija, pero todo se debía a Rosalyne, quién insistió en mandarla a Estados Unidos y forzar el compromiso.
—¿No has pensado en dejar que tu hija... siente cabeza?, he oído que es un poco inmadura
—Mi hija está perfectamente bien, incluso, me gusta como es ahora—admitió— escuche que Tyme sigue siendo un poco violento, ¿ya lo llevaste para que controle sus ataques de ira?
—Son solo caprichos de adolescente, nada grave.
Nada grave. Aquellas palabras hicieron que riera.
—¿En serio me vas a decir que someter a personas bajo unas tarjetitas es solo capricho?, ¿es en serio Rossy?
—No me llames Rossy, no somos amigas.
—Somos consuegras, eso me da...
—No están ni casados, no debes exigirme nada.
Y ambas mujeres suspiraron.
—¿No puedo exigir un "no quiero que mi hija se case con tu hijo"?—alzó una ceja.
—Firmaste un contrato, no puedes romperlo
—¿Cuál contrato?
—Este de aquí—lo tomó para mostrárselo.
Y Dan, se lo quitó y lo acercó a una de las velas que adornaban aquella mesita y lo prendió en fuego, alejándolo al momento que la contraria iba a quitárselo.
—Estás mal de la cabeza, ¿Estás viendo lo que estás haciendo?
—Por tu maldita culpa, tuve que dejar a mi familia de lado por tus caprichos... ¿cómo pudiste ser tan cruel para eliminar todas mis malditas cartas y hacer que bloquearan mis llamadas en ese internado?, no puedo de la vergüenza siquiera poder conversar con mi hija sin que mi cuerpo la rechace por permitir esa tontería
—Thyme merece una mujer a su altura, tu hija ni siquiera cumple el estándar
Y Dan soltó una risa sonora, soltando el pequeño trozo en llamas, extinguiéndose al instante al consumir el papel.
—¿Mi hija no está a la altura?, tu hijo es el que no lo está—se levantó— ¿siquiera alguna vez le diste amor maternal?
—¿Y tú, precisamente se lo diste a la tuya?, tú permitiste que se fuera
—¡Me amenazaste, Ross!
—Ese matrimonio se hará quieras o no, y también, tu hija va ser la mujer ejemplar que debe ser
—Créeme que no quieres desafiarme, no te tengo miedo
—¿No?, ¿y por qué?
—Ya no seré una nutria que muestra a su cría para manipular a su depredador para que no la maten—se levantó, dándole vuelta a los papeles de compromiso las velas que comenzaban a quemarlos, sonriéndole con cinismo— sere una leona, que está dispuesta a dar el pellejo si es posible
Y se fue, cerrando de portazo mientras que la madre de Thyme veía furiosa los papeles en llama mientras que suspiraba frustrada. De ninguna manera lo dejaría pasar.
ANONG ESTABA JUNTO A THYME, EL CUÁL SONREÍA A SU LADO MIENTRAS AMBOS ESTABAN solos en la habitación del pelinegro.
—Siempre imagine este lugar como una cueva—admitió.
—Bueno, creo que lo asemeja de forma abstracta, ¿no?
—Para nada, es bastante... monocromático—comentó, encogiéndose de hombros— es mucho más bonito que mi habitación en el internado
—¿Y cómo eran esas habitaciones?
—Dos literas o hasta cuatro, y cada quién tenía su propio armario con el uniforme, ropa interior y así—soltó una risita— tenían que estar impecables, sino, eras castigado
—¿Y fue terrible?
—Bueno, las superiores siempre tuvieron consideración conmigo—comentó, riéndose de lo patética que parecía— aveces, suelo pensar que fueron más mis madres que mi propia madre
—No sabes cuánto me arrepiento de todo, en serio lo hago
—Yo no, pude conocer personas maravillosas e incluso, pude conocerme a mi misma—suspiró.
—¿Y volverías?
—¿Sabías que hay tres tipos de personas en las cárceles?—Thyme alzó una ceja— los que nacen porque sus padres estaban ahí y por ende, es su hogar; los que entran y cumplen su condena y salen; y por último, los que estuvieron ahí y al salir, cometen crímenes para volver a entrar a la cárcel porque es donde se sientes vivos y comprendidos, porque el mundo les incomoda.
—¿Y tú, qué tipo de persona eres?
—Diría que la tres—se encogió de hombros— viví casi toda mi vida ahí, aveces es aterrador mirarte en el espejo y verte frente a tanta libertad que te quitaron, que incluso, respirar fuerte se siente mal
Y Thyme reprimió sus labios en una línea.
—Yo... quería hablar contigo sobre el compromiso...
—Da igual si quiero o no, debo aceptarlo porque así está pactado
—No, planeo hablar con mi madre si no te sientes cómoda con ello
La rubia lo miró, parpadeando incómoda.
—¿Qué?, ¿estás riéndote de mí?
—No, pero también me parece un poco arcaico tener un matrimonio arreglado desde niños
—¿Y si lo dejamos, qué?
—Voy a tomarme el atrevimiento de usar ese tiempo para poder conquistarte y hacer que te enamores de mí—tomó sus manos, entrelazándolas y admirando el diseño de sus uñas— voy a tomarme todo el tiempo del mundo para enseñarte que mis sentimientos son honestos y que no han cambiado
Y antes de que Anong pudiera responder, la puerta del pelinegro fue abierta y soltaron sus manos, incómodos ante la intromisión.
—Nos vamos Ann—Kim habló, viendo como la rubia caminaba confundida hacía él.
Ambos se miraron, donde Thyme sin hablar, le dijo moviendo sus labios "nos vemos".
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